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FASE DE VIII – QUINCUNCIO DECRECIENTE - ESCORPIO

Estábamos trabajando estos tres tiempos, esta secuencia, que la estamos pensando como un
solo movimiento. Esta es la mejor manera de entenderla, donde se produce el apagamiento de
un impulso o el cuestionamiento de un impulso. Virgo sería la complejización de este impulso.
Esa complejización lleva a un giro y ese giro produce una transformación profunda. Si la
transformación profunda se realiza esto adquiere una enorme potencia y fluidez que es Sagitario,
la fase siguiente.

El misterio de la secuencia es que cuando lleguemos a Sagitario potencia y fluidez va a haber,


pero la diferencia está en qué grado de potencia y qué grado de fluidez. Acostumbrémonos a
pensar las fases como la primavera, el verano, el invierno. La primavera llega, no importa si uno
sembró o no sembró, puede aprovecharla o no aprovecharla. El tiempo de Sagitario va a llevar,
un tiempo de fluidez y de relativa potencia llega, no es mérito de uno. Lo que sí sería mérito e
uno es qué sembró uno para esa primavera, qué sembró uno para ese nuevo impulso. El universo
es amoral, no funciona con la lógica “premio-castigo”, viene el tiempo de Sagitario si o si, haya
hecho uno lo que haya hecho viene igual, no es que Sagitario es un premio a todo lo que uno
sufrió en Escorpio, del mismo modo, la primavera no es un premio por el frío que uno tuvo en
invierno, es una secuencia natural de pulsos y de tiempos. La diferencia está en que hay niveles
de lo Sagitariano distintos, pero que se va a jugar Sagitario después de Escorpio no hay duda, del
mismo modo que después de Libra viene el tiempo de Escorpio, por más que uno haya sido el
“maestro del equilibrio y el encuentro amoroso, con la elegancia y la apertura en el otro”, viene
Escorpio. Justamente, porque si se dio Libra, se produce en lo interno un encuentro entre
dimensiones que va a producir una enorme tensión interna, cuanto mayor es el encuentro,
inevitablemente viene tensión.

El tiempo de Libra es lo que nos cuentan hasta Blancanieves o Cenicienta, ahora tiempo de
Escorpio no lo cuenta nadie. Que ya sabemos lo que va a pasar, va a pasar las consecuencias de
ese encuentro, que son siempre transformadoras. Y transformación para nosotros significa que
“algo se va”. Ley astrológica: no puede haber transformación sin pérdida. Transformación
implica un grado de pérdida, algo se tiene que ir, algo no va a estar más. Las consecuencias del
encuentro libriano, esto es, de este encuentro entre polos que adquiere un alto grado de
equilibrio. Equilibrio que ya vimos la vez pasada, desorganiza y no es nada fácil de jugar. Pero en
el mejor de los casos, estos dos polos que se encuentran llega un momento que van a hacer dos
aspectos de uno mismo que van a estar en antagonismo. ¿Por qué? Porque este encuentro es el
encuentro de partes internas que implica encuentro vincular y compromiso con el vínculo. Y este
encuentro vincular va a terminar siendo una síntesis. Entonces, entre el encuentro vincular y la
síntesis hay un paso, que sería lo podríamos llamar “fusión”, esto es, desorganización de todo
aquello que impide la síntesis. Acá están confluyendo fuerzas que en este punto se atraen y
llegan a un punto de equilibrio (fase de VII), pero para que se produzca una síntesis, va a tener
que producirse una enorme presión interna y externa para que se rompan todos los elementos
que no permiten la síntesis.

Sagitario está superando una dualidad interna, para que esa dualidad interna se supere tiene que
haber una gran presión.

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Desde un punto de vista, la fase de VIII y la fase de III tienen un parentesco. Al final de la fase de
III íbamos a descubrir una dualidad interna, tendencias divergentes y como iban a converger en la
fase de Cáncer, era importante la comunicación para que se produzca esta integración
canceriana. Divergencia por exploración interna y esto es integración.

Acá será síntesis, es algo más complejo que integración. Y la síntesis se va a producir por alquimia
profunda de dualidades internas, que no son exploratorias (como en la fase de III), sino que son
las dualidades que impiden que se produzca la síntesis. En fase de III yo estaba explorando, me
abrí hasta que apareció un objeto de deseo que me permitió centrarme. Pero ese objeto de
deseo necesariamente dejó muchas partes afuera. El arranque de Aries dejó muchas partes
afuera. Entonces, en el encuentro de Libra se están empezando a encontrar partes internas, que
tienen que encontrarse necesariamente pero en principio no quieren resolverse. Entonces, la
fase de Escorpio es descubrir aspectos internos divergentes que yo creía no tener. Es decir, en la
fase de Escorpio nos vamos a sentir necesariamente contradictorios. Cuando nos sentimos
profundamente contradictorios, desde el punto de vista evolutivo psíquico, es que vamos bien.

Los leoninos no se quieren sentir contradictorios, es lo que más detesta Leo: sentirse en
contradicción interna. Entonces, el síntoma de que esto se está transformando es que acá
coincidía conmigo mismo (en fase de V) y estaba bárbaro porque no había ninguna contradicción.
Si esto se hace bien (fase de VIII), acá tengo que sentirme contradictorio, tengo que sentir que
tengo deseo divergente, que no coincido conmigo mismo. Es un tiempo de “no coincidencia
conmigo mismo”, que es revelador, que está anunciando una posible síntesis. Es un tiempo de
tormenta, necesario para que se produzca luego la síntesis. Tiene que haber un tiempo donde
surjan ambivalencias muy grandes adentro mío, y tensiones muy grandes dentro mío que
estaban ocultas. Que aparezcan es lo mejor que puede pasar. Esto es fase de VIII. Tienen que
aparecer estas divergencias internas, que antes había un grado de rigidez interna que no permitía
que aparecieran. Un nivel de rigidez y de falta de complejidad me obligaba a polarizarme, a
proyectar afuera demasiado contenido psíquico, porque no podía tolerarlo.

Este es el momento decisivo del encuentro con la sombra de todo el proceso. Aparece el lado
oscuro. Pero el síntoma más desagradable del lado oscuro para el “yo leonino”, es que no
coincido conmigo mismo, estoy en conflicto interno. Y eso es lo importante aquí, la sensación de
conflicto interno más aún que el conflicto externo.

Este es un tiempo de mucha tensión, donde aparecen ambivalencias, aparecen aspectos míos
que yo desconocía y que adquieren una fuerza que, en realidad, siempre estuvieron, pero
subterráneos. Es el momento en que emergen.

Oyente: ¿coincide con el “nigredo de la alquimia”?

Desde un punto de vista, sí. En realidad nigredo es todo esto (fase de VI, VII y VIII), es todo un
tiempo transformativo, con un inter nexo libriano, donde eventualmente es el giro. Pero es todo
este tiempo, que no es apto para la luz, no es apto para “Leo”, para “coincidir con uno mismo”.
Es justamente un tiempo de no coincidencia, tiempo de conflicto. Pero en este caso, el conflicto
no es una pelea externa, ni siquiera tendría que ser una pelea interna, sino que tendría que ser la
manifestación de que hay aspectos míos que estaban muy negados y que es el momento que
emerjan. Son aspectos que no podría haber percibido en Aries, ni en Cáncer, ni en Leo. Esto
también es importante: el momento donde aparecen estos aspectos internos es el momento

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correcto, antes no podrían haber aparecido. En términos generales, el grado de profundidad con
que lo negado de uno mismo aparece en tiempo de Escorpio, eso sí depende de uno. Pero el
destino, en principio, se va a encargar de ponernos en situaciones que nos hagan entrar en
contacto con lo que negamos. Por eso en revolución solar por ejemplo con ascendente en
Escorpio es muy típico que en esos períodos uno esté en contacto con el dolor de otros, con
alguna muerte, con alguna pérdida, a veces con pasiones, con emociones muy densas e intensas.
Es tomar contacto con lo negado, con lo que no nos gusta. El destino hace que se muera algún
ser querido, o sufra mucho una amiga, etc. Estar en contacto con eso forma parte de este
tiempo.

Como destino más externo y objetivo, es muy común que el tiempo de Escorpio nos ponga en
contacto con esas dimensiones de la realidad. Necesariamente para que haya algo más profundo.
Y por otro lado, que aparezcan en nuestra vida deseos muy contradictorios. Tensiones que nos
hacen ver que deseamos “la chancha y los veinte”, que deseamos ambivalentemente, que no
estamos plenamente seguros de lo que queremos. Que queremos cosas que son imposible
quererlas juntas.

Una imagen para el tiempo de VIII es la Opera “LA CARMEN”: el personaje central está avanzando
y de pronto aparece el personaje de blanco y ella se va con él y danzan, etc. Y de pronto aparece
en la otra punta el personaje de negro y ella lo ve y queda magnetizada por el personaje de negro
y va hacia ese lado y se la pasa toda la ópera haciendo el movimiento escorpiano: de acá para
allá, sin poder decidir. Ya sabemos a esta altura como tiene que terminar: tiene que morir ella,
tiene que morir aquello que está dividido, tiene que disolverse la división interna, este es el
sentido del tiempo de Escorpio, que se disuelva una división interna. Darme cuenta que no es
que deseo dos cosas sino que en realidad estoy dividido internamente. Esas dos cosas que deseo
son el espejo de una división interna, son el espejo de algo que no permite me acepte a mí
mismo plenamente. Me acepto a la “leonina”, que es maquillado y con fotoshop. Aceptarse a “la
escorpiana” no es tan fácil, viene todo lo que hay.

Desde este punto de vista, el tiempo de Leo y el de Escorpio son muy parecidos, lo que es
diferente son las sensaciones: en Leo es plena coincidencia conmigo mismo. En Escorpio es “no
quiero ser lo que soy”, me molesta ser lo que soy ahora. Si aceptara ser lo que soy ahora, si
pudiera tolerar este diálogo dividido, muy posiblemente se disolvería aquello que divide.

Es muy importante en el tiempo de Escorpio que ninguna de las tendencias internas gane, sino
que uno se cocine en la ambivalencia y en la contradicción, sin querer resolver la cuestión
interna, sino vuelvo para atrás, no hay posibilidad de síntesis. Ahí vuelvo a Cáncer, no paso a
Sagitario. En cambio, nace algo nuevo si se “disuelve” el divisor.

Es muy común que en el tiempo de Escorpio haya situaciones que pareciera que uno tiene que
tomar decisiones. Si no saco la torta del horno, tiene sentido. El tema es que uno quiere sacar la
torta en el horno. Cuando uno toma decisiones en este tiempo, al rato de tomar la decisión tiene
que volver para atrás. Entonces, parece la “gata flora”, en realidad es que uno no quiere
cocinarse como debiera. El gataflorismo es una perduración de Libra en Escorpio. No se trata de
elegir, decidir, porque ese escenario de conflicto externo en realidad está siendo espejo de un
proceso de transformación interna, que si lo simplificamos se empobrece. Es más, el tiempo no
permite simplificarlo. Yo creo que lo resolví y se me armó otro despelote a los 6 meses, por

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alguna otra razón, porque es un tiempo que tiene que ver con tomar contacto con esas
dimensiones internas.

Ustedes van a ver personas en tiempo de Escorpio con mucho conflicto, a veces con sensación de
dolor, eventualmente con pérdidas, con cosas que se van. Pero tendríamos que acompañar a esa
persona resignificando que ese conflicto externo es espejo de un conflicto interno. Ese dolor en
realidad es una consecuencia inevitable de una resistencia a aceptar un orden, y la pérdida es la
posibilidad de adquirir potencia. Así como en la fase de Tauro teníamos resistencia, que se
convertía en potencia. Acá la resistencia toma la forma de conflicto. Es una sensación de mucho
conflicto, de mucha fricción interna y externa, que si de alguna manera esa fricción se tolera y se
sostiene, llega un punto que esto se resuelve solo y empieza a generar potencia.

La creatividad del tiempo de Escorpio tiene que ver con lo que Escorpio rige en el cuerpo:
órganos generadores y excretores. Entonces, el orden es: se siente conflicto, si algo se suelta (es
decir se excreta), aparece la creatividad. Si algo no se suelta, tenemos una constipación psíquica
que va a mantener el conflicto por mucho tiempo con muy baja creatividad, hasta que el planeta
llega a la IX, que aparece Sagitario y ahí algo sí se suelta, el conflicto baja rápidamente.

Sagitario va a llegar y de pronto el conflicto parece que se disolvió, se distiende. Uno siente que
las cosas van bien, pero con muy baja transformación. Lo más común de estas tres etapas (fase
de VI, VII y VIII), este “rey leonino” pasó por Virgo, Libra y Escorpio y llega a Sagitario y está todo
vendado, le falta una pierna, etc. Y dice “gané”, “ya está”, “superé la prueba”, porque la
sensación de distensión es real, pero puede ser con muy baja potencia, con poca transformación
profunda. En este sentido, el tiempo de Sagitario puede ser muy engañoso. De todos modos, por
engañoso que sea, en Escorpio algo se cocinó. La torta podrá estar un poco cruda, pero siempre
algún “pedazo” se come.

FASE DE IX – TRÍGONO DECRECIENTE - SAGITARIO

¿Cuáles son las características del tiempo de Sagitario? Bajó la tensión y la sensación es de fluidez
y de amplitud. Algo está más amplio, algo deja de pelearse internamente, entonces adquiere
dirección y uno se siente más abierto. Más abierto en el sentido que uno tiene un panorama
distinto de realidad. Un síntoma del “tiempo de Sagitario o tiempo de IX”: cambia mi manera de
ver las cosas. Voy a ver la realidad desde otro lado, con mayor amplitud. Entonces, desde un
punto de vista, en el tiempo de Sagitario hay un CAMBIO DE IDEAS, hay un cambio de sentido,
estoy mucho más abierto a cosas que antes no estaba abierto. Permito que entre mucha más
información que antes.

No es que voy en busca de información como Géminis, sino que permito que entre. Es como si
me hubiera abierto. Así, suele ser una etapa donde llega mucha información. Mi cabeza cambia,
empiezo a ver las cosas de otra manera.

Cualquier planeta transitando por la IX hace que uno mire la realidad de un modo diferente. ¿Por
qué puedo pensar de otra manera? Porque se soltaron nudos emocionales y psíquicos
inconscientes profundos que me obligaban a ver el mundo achicadamente. El proceso de
Escorpio desató algún nudo interno existencial psíquico y eso hace posible que uno descubra en
fase de IX cómo las ideas justifican procesos psíquicos inmaduros. Vieron que cuanto más
inmaduro está uno, más ideas rígidas tiene, más posiciones fijas tiene. Por eso, por ejemplo

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cuando uno es adolescente “tiene que creer en algo absoluto”, porque uno está tan inseguro y
tan inmaduro que hay que agarrarse de algo, así uno tiene “ideas muy claras y definidas” y
sostiene a fondo esa “verdad”. Después de Escorpio tendría que haber madurado algún nivel
psíquico, lo suficiente como para que haya mayor complejidad en el nivel mental, y yo tenga más
panorama, menos posiciones rígidas, esté más dispuesto a aceptar puntos de vista más
complejos, esté más “INCLUYENTE”. Palabra clave de SAGITARIO: INCLUSIÓN. Así, uno está “más
incluyente” porque hubo una maduración psíquica.

Cuanto menos maduración psíquica se produjo en fase de VIII (Escorpio), menos incluyente voy a
estar. Cuantos más nudos se desataron en el tiempo de Escorpio, más complejidad puedo
incorporar en Sagitario. Cualquier planeta transitando por la IX ¿qué trae? Ideas diferentes.
Cambia el sentido de la vida, la dirección de la vida (en alguna medida). El “horizonte” se hizo
más grande, tengo nuevos horizontes, por eso un síntoma externo típico de fase de Sagitario son
los VIAJES. ¿Qué es un viaje? Que tengo un nuevo horizonte. Lo que antes estaba muy lejos de
mí, ahora se acercó. De pronto estoy en la India, en Nueva York, en algún lugar desconocido y
estoy de lo más cómodo ahí. Lo lejano se hizo cercano. ¿Por qué estoy en el extranjero? Porque
salí del nido. Antes estaba encapsulado en un nido, ese nido se “bolsificó” por así decirlo en
Escorpio y eso se soltó y ahora tengo mayor amplitud, entonces estoy disponible para viajar. El
viaje externo es un espejo del viaje interno, de que estoy más abierto, más interesado en cosas
distantes, por eso estoy cambiando ideas. Siempre el viaje es un escenario de mayor libertad,
porque generalmente cuando uno va a un lugar donde nadie lo conoce, hace cosas que no haría
en un lugar donde lo conocen. Esta libertad y espontaneidad del viaje. Si acepté contradicciones
que antes tenía negadas, ahora estoy más fluido internamente, más elástico, menos rígido. Lo
que generaba la situación, la sensación de “contradicción” no era tanto la “contradicción en sí”,
sino una rigidez. Cuanto más rígida es una persona, más le cuesta aceptar contradicciones,
porque las vive dramáticamente, como “juicio”, como “bueno o malo”. Cuanto más elásticos
somos lo que aparece no es juzgado ni se define como contradictorio, sino que se define como
más rico.

En tiempo de IX, como estoy “mas amplio”, este tiempo es necesariamente fluido, porque como
estoy en mayor nivel de síntesis, el afuera va a ser menos contradictorio, habrá menos sensación
de contratiempo, va a haber mayor sensación de fluidez, de oportunidades y siento EXPANSIÓN.

Es un tiempo de expansión donde suelo sentir que muchos aspectos que estaban disociados en
mi vida, como si mágicamente confluyen. Fíjense que no están confluyendo en UN OBJETO, sino
que la confluencia interna me permite ir más allá y abrir nuevos espacios, ponerme más creativo,
más incluyente y generalmente esto coincide en lo laboral, en lo vocacional. Uno tiene más
oportunidades, las encara mejor, con mayor equilibrio, con mayor potencia. Acá hay cierto
parecido con el tiempo de Leo, no en el sentido de sentirse “centrado”, sino más bien
“sintetizado”. Muchas veces uno no le pesca la diferencia, pero van a ver que la hay.

En el tiempo de Sagitario uno se siente llevado por algo, uno está con un impulso de algo que es
más grande que uno. El tiempo de Leo uno siente una potencia que la define como que es de uno
y juega con la propia potencia. En Sagitario es como si uno tiene su propia potencia más una
potencia que no sabe de dónde viene. Una sensación de estar con viento a favor.

Puntos importantes en este tipo de tiempo:

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La reflexión sobre la dirección que toma mi vida. El sentido que toma mi vida. Es muy común que
haya temas con estudios, con aprendizajes, con personas que me entusiasman o me guían o me
abren horizontes, ese tipo de situación externa es típica de estos tiempos. Vieron cuando los
libros esotéricos dicen “el maestro aparece cuando tiene que aparecer”, en el tiempo de
Sagitario van a aparecer personas, libros, textos, perspectivas con las que uno se identifica y
siente que entra en una corriente más amplia, o que es llevado por ideas de otros, que lo
entusiasman, lo amplifican, lo potencian. En realidad, entra en la corriente porque se rompió un
dique (en fase de VIII).

Insisto con mi percepción que las fases de fuego son una consecuencia de las fases de agua.
Cuanto más profunda la “centralización” de Cáncer, cuanto más fuerte “el agotar cosas de Piscis”,
cuanto más intensa la transformación, la alquimia en Escorpio, más potente es el fuego que viene
después de cada una de ellas.

Les voy a dar un ejemplo mundano para ver el proceso entre VIII y IX con el movimiento de
Plutón. Cuando Plutón estuvo en Escorpio y cuando luego pasó a Sagitario. En este caso van a ver
que es muy claro cómo la clave del proceso está en el punto medio de Escorpio. En el punto
medio de Escorpio tendría que haber una crisis de que una barrera interna salta, un dique interno
se cae. Curiosidad del destino: el Sol de la Unión Soviética estaba en 14° de Escorpio. Entonces,
en el año 1989 no solo estaba Urano y Neptuno entrando en Capricornio, sino que Plutón se
estaba moviendo por el punto medio de Escorpio. Y si miramos la imagen que les hice de las dos
serpientes, el mundo de la guerra fría se lo podía describir así: como dos polos en lucha
constante. Y esa lucha constante organizaba ¿Por qué organizaba? Porque para cada polo el mal
estaba del otro lado, en consecuencia, dentro de cada polo estaba “el bien”, dentro de cada
“bando” eran todos “buenos”. El “muro” permite esta ilusión. “Somos todos buenos, los malos
están del otro lado”. Es una conciencia sencilla, polarizada, simple. De pronto, se cae el muro.
¿Dónde están los malos? No sé si ustedes se acuerdan, en la década del 80 los políticos
mundiales eran creíbles, había grandes políticos, personas serias, no corruptas, etc. Etc. A partir
del 89 en todo el planeta se vino abajo una “supuesta bondad” que había en todos lados. No es
creíble que se pusieron todos malos, en realidad no podíamos verlos malos.

A partir de que Plutón pasa el punto medio de la VIII y por supuesto durante toda la IX, la
oscuridad (que estaba concentrada en un polo para cada lado), se propagó por todos lados. Esto
es Plutón en Sagitario: hizo un “spray de oscuridad”, mezcló todo y se propagó por todos lados.
Con una consecuencia de desidealización enorme: se cayeron muchos ideales que aún siguen
cayéndose. Plutón transforma ideas por “destrucción de ideas”, por “destrucción de ideales”. Los
doce años de Plutón en Sagitario fueron una destrucción de ideales, ideologías. Por supuesto, al
destruir tanto ideal, idea, etc.; se formaron fundamentalismos, que también van a caer luego.
Vean cómo Plutón en Sagitario (o en la IX), obliga a pensar todo de vuelta, este es el ciclo de
Plutón. Obliga a pensar todo de vuelta y produce fundamentalismos o escepticismos terminales
también. Algunos se ponen “fanáticos” de algo y otros no creen en nada más,

Lo que me interesa es encadenar una cosa con la otra, porque como no son movimientos
independientes. Sobre todo para poder echar más luz (por analogía psíquica): ¿Qué es lo que está
pasando en el tiempo de Escorpio? Se cae un nivel muy rígido, interno que está emitiendo un
juego demasiado sencillo para uno. A uno se le complicó el psiquismo, en realidad maduró, se
hizo más complejo.

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