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Promover el aprendizaje y desarrollo del niño y la niña entre cero y seis años,

como seres sociales, personas y sujetos de derechos, partícipes activos de su


proceso de formación integral, miembros de una familia y una comunidad que
poseen características personales, sociales y culturales particulares
1. Impulsar influencias positivas para que se pueda determinar cómo será el
futuro adulto, puesto que los primeros años de vida del niño, ponen los cimientos
para un crecimiento saludable donde se ve influenciado por su entorno.
2. Evitar que el niño sufra de privaciones pasadas ya que se verá
influenciadas a la hora de que el déficit intelectual o físicos se convierten en
acumulados.
3. Remediar el problema evidente de la desigualdad de oportunidades,
mediante una acción integrada.
4. Enseñar a expresar sentimientos de amor y respeto por la Patria, por sí
mismo y en las relaciones con su familia, docentes, compañeros y demás
personas que los rodean.
5. Mostrar valores como: afecto, honestidad, honradez, modestia, cortesía,
tolerancia, convivencia y solidaridad.
6. Cumplir con medidas de higiene y protección de su persona y del medio
ambiente.
7. Realizar distintos tipos de actividades, para conocer e interpretar
componentes del ambiente, la sociedad y de sí mismo, para el desarrollo de un
pensamiento cada vez más crítico, reflexivo y flexible.
8. Evidenciar el dominio práctico de su lengua materna al escuchar y
comunicarse verbalmente y por escrito de forma clara, emotiva, coherente, fluida y
correcta, teniendo como base sus experiencias personales.
9. Complementar la educación recibida en el hogar
10. Fomentar la igualdad de género
11. Aprovechar estos primeros años, porque no hay segunda oportunidad para
la infancia.
12. Juntando todo lo anterior, la finalidad principal es empezar a darles a los
niños más atención y priorizar sus primeros años de vida, tomando como columna
vertebral al desarrollo del niño para orientar el trato y la forma de interacción entre
el educador y él.
Desde el momento de la concepción es importante considerar a la persona como
un ser humano que tiene necesidades propias de toda índole: afectiva, emocional,
cuidados, educación, formación, apoyo, libertad,...alimenticias.
Es necesario atender y ofrecer oportunamente en cada momento, según la
situación en que se encuentre, la satisfacción de las necesidades y la formación
adecuada para lograr que esa criatura que se está gestando cuando sea adulto
reúna y cuente con un bagaje de experiencia y conocimiento que le permitan
desarrollarse integralmente como adulto sano de acuerdo con normas, principios,
valores.

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