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2004 05AllenSpan
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S
i el lector viviera en el siglo XIX, los ras- cerebro singular e inesperado, por grande o por pe-
gos de su personalidad (ambición, ternura, queño, resultan idóneas para estudiar la influencia de
ingenio o valor) podrían haber sido juzga- la evolución en el tamaño cerebral. A este respecto,
dos en razón del tamaño y la forma de su Katharine Milton, de la Universidad de California en
cráneo. La frenología, así se llamaba ese Berkeley, ha sugerido que los primates frugívoros
proceder, fue desarrollada por Franz Joseph mantienen una relación de cerebro a masa corporal
Gall y Johann Spurzheim en Viena a principios de la que es mayor que esa razón en los primates folívoros.
mencionada centuria. Los seguidores de este método La autora lo atribuye a una mayor exigencia cognitiva
declaraban que las “facultades” mentales residían en que requiere la búsqueda de frutos, dispersos y esta-
diferentes regiones del cerebro, regiones que serían ma- cionales, comparada con la búsqueda de hojas, casi
yores cuanto más acentuados fueran los rasgos corres- siempre al alcance.
pondientes. Los frenólogos sostenían también que el La volumetría permite también descubrir patrones de
cerebro determinaba la forma del cráneo; por tanto, desarrollo intra e interespecíficos, lo que a su vez su-
el examen del exterior de la caja craneana detectaría el giere hasta qué punto la evolución podría estar limi-
desarrollo regional del cerebro. tada por reglas implícitas del desarrollo neurológico.
Pese a nuestro fundado escepticismo sobre esas ex- El estudio de enfermedades neurológicas depende,
ploraciones del tamaño del cerebro y sus correlatos fun- asimismo, del análisis sistemático del tamaño y la forma
cionales, hemos de reconocerle algo de razón a la vi- cerebrales. Hay niños autistas cuyo tamaño cerebral es
sión frenológica del mundo: la estructura cerebral mayor de lo habitual. En el polo opuesto, la enferme-
constituye un aspecto fundamental de la neurociencia, dad de Alzheimer causa una progresiva atrofia cere-
porque las funciones cerebrales se ejecutan gracias a bral. En ambos casos, los procesos patológicos que sub-
combinaciones específicas de las regiones implicadas. yacen bajo estas alteraciones se manifiestan a través
En animales complejos, el tamaño y la forma del ce- de cambios en el volumen cerebral. En resumen, los
rebro reflejan una cohorte de procesos evolutivos, gené- estudios volumétricos constituyen un medio para com-
ticos, patológicos, funcionales y de desarrollo, que in- prender la función cerebral y un fin en sí mismos.
teractúan para producir un organismo.
En las estructuras nerviosas influyen numerosos fac- Las herramientas del cambio
tores. En justa consonancia, el estudio del volumen La neuroanatomía ha experimentado una transforma-
cerebral, o volumetría, ofrece potencialmente enfo- ción revolucionaria en los últimos 30 años. Ese salto
ques desde perspectivas diversas. En un contexto evo- ha sido posible gracias a la introducción de nuevas
lutivo, el estudio comparado del volumen cerebral de técnicas de formación de imágenes: tomografía com-
diversas especies puede relacionar datos anatómicos, putarizada de rayos X (TC, también llamada tomo-
conductuales y ecológicos. Las especies dotadas de un grafía axial computarizada TAC), resonancia magné-
mapa muy detallado, no menos fino contiguas, tomadas una a una. Un tes “coronales” (paralelos al plano
a menudo que el análisis postmor- análisis típico de alta resolución que forma el rostro) para definir
tem. La técnica permite distinguir puede tener un grosor de corte de la región en cada imagen. Se suma
entre sustancia gris (somas neuro- 1,5 milímetros; eso significa que un el volumen de la RDI (el área mul-
nales), sustancia blanca (fibras ner- cerebro medio se compilaría con un tiplicada por el espesor del corte),
viosas aisladas por mielina grasa, centenar largo de secciones. Sobre de cada sección, para así obtener
más células de sostén) y líquido ce- esa base, los programas de proce- el valor general. Los estudios ci-
falorraquídeo, o LCR (el líquido que
ocupa las cavidades internas del ce-
rebro y las que lo envuelven). Ade-
más, las distintas resonancias mag-
néticas pueden conjugarse y crear así
un modelo virtual tridimensional, que
puede luego seccionarse a lo largo
de cualquier plano o ángulo.
Trazando líneas
Se llama parcelación a la división
del cerebro en regiones. Puede aco-
meterse de varios modos, acordes
con los objetivos de la investiga-
ción y métodos disponibles. En la 2. UNA IMAGEN TRIDIMENSIONAL DE RM (izquierda) permite observar un cerebro vivo
RM, la parcelación emplea hitos de forma tan precisa como la visión que se tiene del mismo durante una intervención
anatómicos visibles —surcos (plie- quirúrgica (derecha). En la fotografía de la intervención quirúrgica se indican los princi-
gues) y giros (protuberancias) de la pales surcos (pliegues) como sigue: en amarillo la cisura de Silvio, en verde el surco
superficie del cerebro— para crear temporal superior, y en azul y rojo dos partes del surco precentral.
a
b b c c b a
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f f e d
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a b c d e
f g h i j
tados en este artículo, y muchos alcanza todavía la precisión del delimita la sustancia gris, la sustan-
otros en este campo, se han llevado trazado manual de un experto ana- cia blanca y el líquido cefalorra-
a cabo mediante el laborioso proce- tomista. quídeo. Se está investigando la ra-
so de trazar manualmente en cada Por lo que concierne a la repre- zón de materia gris a materia blanca
imagen las RDI. Se está trabajan- sentación visual de estructuras ce- en diversas estructuras, a través de
do sobre métodos para automatizar rebrales, la resonancia magnética métodos automáticos (aquí sí reco-
el proceso, pero ninguno de ellos tiene a su favor la nitidez con que mendables) que permiten segmen-
la expansión del lóbulo frontal no pone aproximadamente el 38 % de regiones principales del cerebro,
Universidad de California en San Diego/American Scientist
constituye una adquisición reciente los hemisferios (con una variación en el transcurso de los dos últimos
de los humanos. entre el 36 y el 43 %); el lóbulo tem- millones de años.
Esta investigadora ofrece diver- poral, el 22 % (con una variación Una tercera perspectiva sobre la
sas hipótesis sobre los orígenes entre el 19 y el 24 %); el lóbulo evolución del lóbulo frontal pro-
del aumento cerebral y del cambio parietal, el 25 % (con una oscilación viene de un estudio con TAC reali-
cognitivo en la línea de los homí- entre el 21 y el 28 %), y el lóbulo zado sobre cráneos de varios fósi-
nidos. Estas características pudie- occipital, el 9 % (con una oscilación les de homínidos del último medio
ron haber surgido tras una reorga- entre el 7 y el 12 %). Nótese que millón de años. El grupo encabe-
nización cortical de determinados estos valores divergen ligeramente zado por Fred Bookstein, de la
subsectores del lóbulo, de un aumen- de los de Semendeferi; tal discre- Universidad de Michigan, comparó
to de la conectividad entre regiones pancia se debe a que el patrón de los cráneos de homínidos extintos
concretas, de cambios en la cito- parcelación aquí incluye más sus- con el del hombre moderno. Los
arquitectura regional o de la com- tancia blanca subcortical. miembros arcaicos del género Homo
6. LOS INVESTIGADORES PUEDEN MANIPULAR las imágenes de es visible a lo largo del borde inferior de la cisura de Silvio. La
RM para visualizar estructuras “escondidas” bajo la superficie extracción de los lóbulos frontal y parietal (centro) deja al des-
de la corteza cerebral. En una visión lateral (izquierda), el giro cubierto estas áreas en la superficie superior de cada lóbulo
de Heschl queda oculto (rojo), y el plano temporal (azul) apenas temporal (derecha).
Oyente Sordo
Gris segmentada
Blanca segmentada
su sustancia blanca. En otras pala- 7. LAS PERSONAS CON SORDERA CONGENITA presentan menos sustancia blanca que
bras, el “exceso” de sustancia blanca los controles en el giro de Heschl, una región primaria de procesamiento del sonido. El
en los hombres (subyacente a una contorno del giro de Heschl se ha destacado en verde. La imagen original de RM se ha
proporción menor de sustancia gris segmentado en sustancia gris y sustancia blanca para permitir la comparación.
a sustancia blanca) no representa
probablemente un gran aumento
de la conectividad en el cerebro la Universidad de Guelph, encon- giones o circuitos cerebrales con-
masculino. traron que la diferencia de volu- cretos que estén asociados a con-
men cerebral entre un sexo y otro ductas específicas que muestren di-
Deshaciendo un viejo cliché disminuía dos tercios cuando se in- morfismo sexual (por ejemplo, las
¿Qué nos revelan estas diferencias cluía la altura como covariable. tareas opticoespaciales).
de volumen sobre el funcionamien- Además, las diferencias de volu-
to real del cerebro de varón y del men entre sexos siguen una distri- La marca del silencio
cerebro de mujer? Cuando, a princi- bución homogénea a lo largo de El giro de Heschl es una pequeña
pios de los años ochenta, se sugi- los lóbulos cerebrales. No existe estructura en la parte superior del
rió el dimorfismo sexual del cuerpo una región “específica del sexo” con lóbulo temporal, enterrada dentro de
calloso, muchos asociaron el “ma- una proporción indebida que pue- la cisura de Silvio. Es importante
yor” tamaño de la estructura en las da explicar la diferencia en el vo- porque marca la posición aproxi-
mujeres a un mayor grado de co- lumen total. Este patrón difuso mada de la corteza auditiva prima-
municación entre los dos hemisfe- indica que será difícil encontrar ria, la región cerebral donde se pro-
rios. Se remachaba así el estereo- diferencias funcionales que se co- cesan inicialmente los sonidos. Pero,
tipo de que, en la mujer, la mitad rrelacionen con diferencias en el ¿cómo se desarrolla el giro de Heschl
derecha “emocional” y la mitad volumen total. Aún más, existe un en las personas que nunca han oído
izquierda “analítica” se hallan en patrón similar de dimorfismo se- ningún sonido en su vida?
un contacto más intenso. Sabemos xual en otras especies de primates: El examen del giro de Heschl en