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La Independencia y

Constitución de los
Estados Unidos de
América

Héctor Millano Galán 1ºB

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Índice
I. Introducción
II. Desarrollo
A. Antecedentes y causas
• Las colonias
• Guerras coloniales
-Guerra de la Oreja de Jenkins
-Guerra de Sucesión Austríaca
-Guerra de los Siete Años
• Línea de la Proclama
• Ley de Timbres
• Matanza de Boston
• Sam Adams y el té
• Primer Congreso Continental
B. Desarrollo del conflicto
• Comienza la revolución
• Segundo Congreso Continental
• La liberación de Boston
• La Declaración de Independencia
• La ayuda extranjera
• Lucha por Nueva York
• Retirada a través de Nueva Jersey
• Contraataque en el rio Delaware
-Los voluntarios
• Burgoyne
• La alianza francesa
• Cobardía y traición en el bando americano
-Gates
-Arnold
• La situación americana
• Greene y Cornwallis

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• Tratado de París
C. La Constitución
• Fin de la Confederación
• La Convención Constitucional
• Adopción de la Constitución
D. Consecuencias
• Consecuencias de la guerra
• Influencias en la Revolución Francesa
• Influencias en Hispanoamérica
• Influencias en las nuevas Constituciones

III. Conclusión
Anexo 1

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I. Introducción
Este trabajo trata sobre la Independencia y la Constitución de los Estados Unidos. El
desarrollo de este trabajo está dividido en varios puntos: los antecedentes, el conflicto,
la constitución y las consecuencias.
Los antecedentes y causas están centrados sobre todo en las medidas políticas,
comentando brevemente la situación previa de las colonias, de Inglaterra contra
Estados Unidos, y cómo estas generaron malestar y acabaron en revolución.
El conflicto está redactado desde el aspecto puramente militar del mismo, entrándome
en las campañas, batallas y las acciones de los oficiales, dejando de lado la política, la
economía y la sociedad, puesto que al ser una guerra me pareció de máxima prioridad
el desarrollo militar de la misma.
La constitución está centrada en política, en los personajes que participaron, cómo se
hizo y se aprobó, comentando, de forma resumida, el porqué del fin de la
Confederación
Las consecuencias están basadas en la política también, en el efecto que tuvo la
revolución estadounidense y la repercusión en Francia, Hispanoamérica y demás
constituciones posteriores

II. Desarrollo
A. Antecedentes y causas
• Las colonias
En torno a 1760, las trece colonias británicas de América del Norte habían demostrado
su viabilidad económica, ya que llegaron a constituir un tercio del total de la economía
británica. La población de estas colonias crecía más rápidamente que ninguna otra del
mundo. Entre comienzos del siglo XVIII y el inicio de la revolución sus habitantes se
multiplicaron por diez, pasando de 250.000 a dos millones y medio. Este aumento de
población fue debido a un crecimiento vegetativo elevado, una esperanza de vida
superior a los sesenta años y a las nuevas oleadas migratorias, de hombres libres y
esclavos. En un comienzo estas oleadas migratorias estaban formadas por población
inglesa exclusivamente, pero según fue avanzando el siglo alemanes, franceses,
irlandeses y escoceses se comenzaron a establecer en las fronteras de Pensilvania,
Virginia y Las Carolinas. Este aumento de la población hizo que el terreno colonizado
ocupara toda la franja costera del Atlántico, desde Maine a Florida.
La sociedad colonial era muy rural, ya que únicamente alrededor del 10% (cerca de
200.000 personas en total) de la población vivía en ciudades, y estaba muy dispersa.
No obstante el crecimiento de la actividad comercial impulsó el crecimiento de algunas
ciudades. Las principales eran Filadelfia, con 35.000 habitantes y Nueva York y Boston
con 25.000 habitantes cada una. El aumento demográfico provocó un impulso a la
agricultura, lo que aumentó la superficie cultivada en las plantaciones del sur y las
explotaciones familiares del norte. Gran parte de la producción agrícola era dedicada a
la exportación a Europa y el Caribe (principalmente cereal y tabaco) o al comercio
intercolonial e interior. Este nuevo comercio se vió3 muy favorecido por el crecimiento

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de las ciudades y la Revolución de los Transportes, que permitió más velocidad a la
hora de hacer llegar los productos a su destino. El nuevo mercado interior estimuló las
primeras manufacturas de tejidos y zapatos dentro de las colonias.
Pero la creciente demanda colonial seguía prefiriendo las manufacturas británicas,
incrementando así el déficit comercial entre colonias y metrópoli. A pesar de que las
importaciones de Inglaterra superaban a las exportaciones americanas la economía se
compensaba con el comercio ilegal y con los beneficios económicos de pertenecer al
imperio británico. Entre esos beneficios estaban los mercados garantizados, la
protección naval, el acceso al crédito inglés o el que los barcos construidos en las
colonias fueran legalmente británicos, permitiendo así desarrollar una potente industria
de construcción naval. En política, las colonias seguían ligadas a la metrópoli por un
gobernador, designado por el rey, que tenía mucho poder: derecho a veto de leyes
elaboradas por la Asamblea colonial (era electiva y tenia poder legislativo), poder
disolver Asambleas y convocar nuevas elecciones y designar a su Consejo Ejecutivo.
A pesar de eso las colonias estaban habituadas a autogobernarse a través de sus
órganos legislativos y a decidir sobre los asuntos internos como los impuestos o las
leyes. Los representantes de las Asambleas, que eran elegidos por un 20% de la
población (entre el 40 y el 80% de los varones blancos, dependiendo de la colonia),
eran en su mayoría comerciantes, dueños de plantaciones o abogados.

• Guerras coloniales
-Guerra de la Oreja de Jenkins (1739-1742)
Esta guerra tuvo lugar entre 1739 y 1742. Enfrentó a Gran Bretaña y España por el
control del comercio caribeño. La guerra se disputó en Florida y el Caribe, donde las
tropas británicas, reclutadas en Georgia y Carolina del Sur, financiadas con el dinero
colonial, pero mandadas por oficiales británicos tenían el propósito de invadir Florida y
adueñarse de Cuba. Los colonos fracasaron en todos sus objetivos sufriendo enormes
pérdidas, que achacaron a la ineficiencia y arrogancia de los oficiales británicos
-Guerra de Sucesión Austriaca (1744-1748)
Esta guerra (conocida como Guerra del rey Jorge en territorio americano) se
enfrentaron, en América, franceses e ingleses por el control de los bosques de la
región de Maine, Illinois, el valle de Ohio y la región de los Grandes Lagos.
Los dos imperios, francés y británico, tenían una presencia y unos objetivos muy
distintos en Norteamérica. Los colonos británicos eran una población en expansión,
asentados en colonias independientes de la Costa Atlántica. Los colonos franceses,
centrados en Quebec, eran solamente 80.000, dispersos por un enorme territorio
(desde los Grandes Lagos a Nueva Orleans). Pero a diferencia que los británicos la
población francesa era muy homogénea, su autoridad estaba centralizada y contaba
con la alianza de las tribus amerindias frente a los ingleses. Esta alianza era posible ya
que los franceses no tenían interés en la explotación agrícola de la tierra, al contrario
que los británicos.
Los colonos de Nueva Inglaterra planearon, financiaron y ejecutaron con éxito la toma
de la fortaleza francesa de Louisbourg, en Nueva Escocia. Esa fue la principal victoria
de la guerra en América, pero el imperio británico se la devolvió a Francia al finalizar la
guerra a cambio de Madrás, en la India, sin consultar a los colonos por sus intereses.

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-Guerra de los Siete Años (1753-1763)
Esta guerra duró nueve años en las colonias norteamericanas y se llamó Guerra
Franco-India. El motivo de esta guerra fue, en América, el control del valle de Ohio
entre los colonos de Virginia (que lo consideraban su zona de expansión) y Canadá.
La primera batalla tuvo lugar entre la milicia, bajo las órdenes de George Washington y
losa franceses, y acabó en derrota para los colonos ingleses. Tras esa derrota
Inglaterra decidió enviar a Norteamérica dos regimientos esperando una guerra muy
localizada. El pequeño ejército británico, al que se le unieron tropas de las colonias,
sufrió muchas derrotas frente a los franceses mientras la guerra se extendía por
Europa. Las derrotas continuaron en 1756 y 1757 hasta que William Pitt (presidente
del Consejo de Ministros en Inglaterra) comprendió que lo esencial de la guerra era el
control de Norteamérica, así que trasladó hacia las colonias un ejército de 25.000
hombres, al que se le unieron otros 25.000 colonos.
En 1759 los ingleses consiguieron controlar el valle de Ohio. Los primeros éxitos
militares en Norteamérica se extendieron durante ese año a los demás escenarios
bélicos en los que participaba Inglaterra, afirmando así su poderío naval. Ese mismo
año es conquistado Quebec y en 1760 Montreal. Con estas victorias el poderío francés
se acabó en el continente americano.
Mediante el tratado llamado “La paz de París” todo el Canadá francés y la Florida
española fueron cedidos a Inglaterra. Francia también cedió Luisiana y todo el territorio
francés al oeste del Mississippi, desapareciendo así de Norteamérica, lo que permitió
a los colonos ingleses expandirse libremente hacia el norte y oeste.

• Línea de la Proclama
Una vez que los franceses se marcharon y los ingleses se dispusieron a ocupar el
territorio dejado por estos encontraron resistencia pues los amerindios seguían en la
región y no estaban dispuestos a permitir que les arrebatasen sus tierras.
Un jefe indio llamado Pontiac formó una confederación de todas las tribus indias entre
los Montes Apalaches y el río Mississippi y lanzó ataques sorpresa contra los puestos
más occidentales. El plan al principio tuvo éxito, conquistaron ocho fuertes de la región
de los Grandes Lagos. Pero Fort Pitt resistió uno de estos ataques indios y una tropa
de soldados acudió en su auxilio. Esa tropa se enfrentó a los indios y los venció,
obligando así a Pontiac a levantar el asedio que mantenía sobre Detroit.
Poco a poco la coalición de Pontiac se deshizo y Pontiac se vio obligado a aceptar la
paz en 1766. Ante este levantamiento indio el rey firmó la Proclamación Real que
establecía tres nuevas colonias (en Quebec, Florida este y Florida oeste) y dibujaba
una frontera imaginaria a lo largo de los Apalaches (Línea de la Proclama) que los
colonos no podían traspasar y que mas allá de ella los gobernadores no tenían poder.
Para los colonos esta medida no era de agrado, pues su efecto era confinarlos a la
costa, exactamente donde habían estado hasta la guerra con los franceses. Por ello
los colonos empezaron a pensar que la guerra con los franceses había sido inútil, y
que ellos habían acarreado los gastos y costes de un capricho de Inglaterra.

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Mapa A: situación de las colonias después de establecerse la Línea de la Proclama

• Ley de Timbres
Para hacer frente a las muestras de cólera reciente el gobierno británico apostó
soldados británicos de forma permanente en las colonias. Después del tratado de
París el Parlamento votó y aprobó la instalación de 10.000 soldados, cuyos gastos
debían pagar las colonias, aumentando así el déficit colonial. Además estos soldados
no fueron situados en puestos fronterizos para defender las colonias de posibles
incursiones indias o españolas sino que fueron apostados en las ciudades más
grandes.
En 1763 George Grenville fue nombrado Primer Ministro y tuvo que hacer frente a una
crisis económica generada por la guerra contra Francia. La deuda británica ascendía a
136 millones de libras y para hacerla frente la única solución que se ocurrió a Grenville
fue poner nuevos impuestos; sin embargo sus intentos por sacar adelante esos
impuestos fueron rechazados por el Parlamento. La última solución que vio Grenville
fue crear impuestos en las colonias.
En 1764 el Parlamento aprobó la “Ley del Azúcar”, que elevaba los precios aduaneros
del azúcar, el vino, el café y el textil. Era un impuesto indirecto pues era pagado por el
importador y luego pasaba el gasto al consumidor aumentando el precio del producto.
A pesar esto se recaudó poco dinero pues el contrabando seguía siendo muy
importante en la sociedad colonial.
Por ello surgió la idea de crear un impuesto indirecto que fuera inevitable para los
colonos. Así el Parlamento aprobó la “Ley del Timbre” según la cual todos los papeles
oficiales debían llevar un timbre (un sello) para ser realmente oficiales y los que no lo
llevasen se considerarían ilegales. Estos timbres los vendería el Gobierno británico y
tendrían diversos precios, cada transacción oficial exigiría un timbre de un valor
adecuado a la importancia de dicha transacción.

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En apoyo de esta ley el Parlamento aprobó la “Ley del Acuartelamiento” por la cual los
soldados británicos podían ser alojados en casas privadas (sin necesitar el permiso del
dueño) si era necesario. La excusa que dio el Parlamento fue que no había suficientes
cuarteles para alojar a todos los soldados, aunque lo que realmente pretendían era
alojar a los soldados en las casas de los protestantes más importantes que se oponían
a la Ley de Timbres.
El principal motivo del rechazo de esta ley es que fue aprobada sin que los americanos
tuvieran nada que ver. Los colonos habrían aceptado esta ley si se hubiese
promulgado en un Parlamento americano o si hubiese representantes americanos en
el Parlamento británico, que aunque se opusiesen y perdiesen habrían tenido voz y
voto. Este malestar se resume en una frase de James Otis (teórico revolucionario): “El
impuesto sin representación es tiranía”.
El mismo Otis envió cartas a todas las colonias para unirse contra la “Ley del Timbre” y
así entre el 7 y el 25 de octubre de 1765 se reunió en Nueva York el “Congreso de la
Ley del Timbre”. Sam Adams (que más adelante sería miembro de la Cámara de los
Representantes de Estados Unidos) fundó una organización llamada “Los Hijos de la
Libertad” cuya labor principal era oponerse a la Ley del Timbre, amenazaban al que
comprase sellos o comerciase con Inglaterra y hostigaron a los funcionarios británicos.
Incluso llegaron a saquear la casa de un miembro del Consejo Ejecutivo del
gobernador.
De lo anterior se deduce fácilmente que cuando la ley entro en vigor fue un completo
fracaso, el coste de los esfuerzos dirigidos a poner en práctica esta ley era mayor que
lo que se llegaba a recaudar, por lo que la situación económica inglesa empeoró más.

• Matanza de Boston
En 1767 el nuevo ministro Townshend consiguió la aprobación del Parlamento para
gravar con nuevos impuestos el vidrio, la pintura, el papel y el té importados a las
colonias (“Leyes de Townshend”) y retiró al ejército del oeste para establecerlo en las
provincias costeras.
La concentración del ejército en las ciudades y las “Leyes Imagen A: Casaca roja, soldado ingles

de Townshend” provocaron de nuevo la protesta colonial


y la actitud de no mantener negocios con comerciantes
ingleses o comprar productos ingleses, lo que provocó
grandes pérdidas a Inglaterra, puesto que no
aprovechaba sus colonias, sólo le generaban gastos.
En Boston las protestas eran mayores, ya que tanto como
James Otis como Sam Adams y sus Hijos de la Libertad
escribían artículos en los periódicos y organizaban
protestas. También convencieron a la Asamblea de
Massachusetts para que aprobaran y enviaran una
circular a las demás Asambleas. El gobernador disolvió
la Asamblea por negase a revocar la circular.
Inglaterra envió entonces dos regimientos de “casacas
rojas” (apodo dado a los soldados ingleses) a Boston de
forma que en 1769 había 4.000 “casacas rojas” en una
ciudad de 16.000 habitantes. Esta concentración de soldados provocó mucha tensión

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entre ciudadanos y tropas. El 5 de marzo de 1770 una patrulla de ocho soldados,
acosados por la multitud, disparó causando cinco muertes, a esto se le llamó “la
Matanza de Boston”.

• Sam Adams y el té
En abril de 1770, el Parlamento Británico revocó todos los impuestos ligados a las
“Leyes de Townshend”, excepto el del té y durante los dos años siguientes hubo
tranquilidad en las colonias.
En noviembre de 1772 bajo el liderazgo de Sam Adams todas las ciudades de
Massachusetts tenían Comités de Correspondencia (eran “gobiernos clandestinos” al
margen de Inglaterra) y la mitad de ellas aprobaron “The Votes of Proceeding”, un
documento en el que los bostonianos manifestaban todas las violaciones inglesas a
los derechos de los colonos (imposición de impuestos y legislación sin el
consentimiento de los colonos, envío de ejércitos permanentes en tiempos de paz,
supresión del juicio con jurado y la restricción de sus manufacturas.
En mayo de 1773, lord North, quien había sustituido a Townshend consiguió que el
Parlamento cediera a la Compañía de las Indias Orientales el privilegio exclusivo de
vender té a las colonias, sin pasar por el almacén de comerciantes coloniales. Esta
medida no fue de agrado porque se pensó que a este monopolio podían seguirle otros.
En los principales puertos se impidió que los barcos descargaran el té; aunque en
Boston el gobernador ordenó descargar un grupo de patriotas disfrazados de indios,
dirigidos por Sam Adams, arrojaron al mar el té.
En respuesta a este acto el Parlamento aprobó las “Leyes Coercitivas” para disciplinar
a Boston. Según estas leyes el puerto de Boston quedaba cerrado hasta que el té
fuera pagado, los criminales debían de ser juzgados en Inglaterra u otra colonia, se
modificó la “Ley del Acuartelamiento” para poder confiscar edificios en caso necesario.
También se modificó el Gobierno de Massachusetts, ahora los miembros de la Cámara
Alta serían elegidos por el gobernador, no por la Asamblea; se restringían las
reuniones ciudadanas y daban más poder al gobernador para nombrar jueces y
sheriffs. Además se nombró a Thomas Gage, comandante en jefe del Ejército inglés,
gobernador de Massachusetts
Estas leyes reactivaron la protesta y unieron a todas las colonias contra la tiranía
demostrada que Inglaterra estaba ejerciendo en sus colonias. Esta unión fue debida a
que todas las colonias se sintieron amenazadas por las leyes Coercitivas y decidieron
ayudar a Boston. Mientras, en todas las localidades se establecieron Comités de
Correspondencia, se organizaron milicias y decidieron coordinar intercolonialmente el
poder de los Comités convocando en septiembre de 1774 el Primer Congreso
Continental en Filadelfia.

• Primer Congreso Continental


Doce de las trece colonias (Georgia era la excepción) eligieron y enviaron a los 56
delegados que se reunieron en Filadelfia.
Inmediatamente se produjo una división de posturas entre radicales y conservadores.
El primer punto de conflicto fue en el voto, los radicales querían que cada colonia
contase con un número de votos proporcional a su población, pero las colonias

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conservadoras y menores insistieron que solo hubiese un voto por colonia. Para evitar
la disolución del Congreso los radicales cedieron.
Al comienzo del Congreso se planteó una solución moderada y conciliadora con
Inglaterra, se propuso la creación de un Parlamento americano y que las leyes
referidas a las colonias tuvieran que ser aprobadas por los dos parlamentos: inglés y
americano.
Mientras tanto en Suffolk, Massachusetts, se dictaron las llamadas Resoluciones de
Suffolk, que declaraban intolerables las Leyes Coercitivas de modo que los
ciudadanos no estaban obligados a obedecerlas, también espoleó al pueblo de
Massachusetts a que formara su propio gobierno y recaudara sus propios impuestos.
Finalmente el Congreso aprobó las Resoluciones de Suffolk y descartaron la primera
solución que habían tenido en cuenta, la de crear un Parlamento americano.
Las tensiones aumentaron en los dos bandos, el general Gage concentró tropas y
requisó armas y pólvora de las principales ciudades en Massachusetts. Los colonos
por su parte habían puesto en marcha una milicia que debía estar lista en todo minuto,
por lo que se les llamó “minutemen”

B. Desarrollo del conflicto


• Comienza la revolución
La disposición colonial a la resistencia aumentaba cada vez más, de modo que a
comienzos de 1775 el Parlamento británico consideró que medidas debía tomar contra
el Primer Congreso Continental. Aunque en el Parlamento había posturas que
defendían que si se seguía imponiendo la fuerza en las colonias estas entrarían en
conflicto, el hecho fue que lord North (primer ministro entonces) presentó una nueva
Ley Coercitiva por la cual las colonias de la región de Nueva Inglaterra
(Massachusetts, Rhode Island, Connecticut y New Hampshire) se les prohibía
comerciar con cualquier país que no fuera Gran Bretaña ni con las otras colonias.
Inglaterra respondía a todos los intentos de conciliación con un mayor endurecimiento
de su política, de modo que los colonos se preparaban para la guerra.
El general Gage decidió aumentar sus esfuerzos por desarmar a los colonos de
Massachusetts, el centro de la resistencia se situaba en Concord, a treinta kilómetros
al noroeste de Boston, allí se encontraba Sam Adams y John Hancock (los dos líderes
radicales) y allí se encontraban muchos pertrechos militares.
Gage decidió mandar a 700 soldados a Concord con la misión de destruir los
pertrechos militares y arrestar a Adams y Hancock; sin embargo las medidas de
seguridad en el ejército británico eran escasas y el mismo día que Gage dio la orden
partieron hacia Concord dos mensajeros para prevenir a la ciudad.
La alerta fue eficaz y cuando los británicos llegaron a Concord se encontraron a un
grupo de milicianos que se enfrentaron a ellos. Cruzaron disparos brevemente pero los
milicianos eran superados en número y tuvieron que darse a la fuga.
Los soldados encontraron los suministros y los destruyeron pero un grupo de granjeros
armados presentó resistencia y los británicos sufrieron catorce bajas, entonces los
soldados, ya cansados, se dispusieron a regresar a Boston pero al salir de Concord se

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encontraron con cerca de 4.000 milicianos armados. El viaje a Concord dio como
resultado 100 soldados muertos y 174 heridos. Fue una pequeña batalla, pero ya se
había declarado la guerra abierta pues se había librado la primera contienda.
Inmediatamente después de esa pequeña batalla los líderes radicales de
Massachusetts reclutaron un ejército de 13.000 hombres para sitiar a Boston. Las
otras colonias de Nueva Inglaterra enviaron rápidamente contingentes a unirse a estos
soldados, participando así en la revuelta.
El 10 de mayo de 1775, ante la falta de entendimiento con Inglaterra se reunió en
Filadelfia el Segundo Congreso Continental
• Segundo Congreso Continental
Imagen B: Cuadro de Robert Edge Pine sobre el Segundo Congreso Continental

En esta ocasión la postura del


Consejo era mucho más radical.
John Adams (hermano de Sam
Adams) trabajó para que las
colonias que no formaban parte de
Nueva Inglaterra hicieran causa
común con Massachusetts y quería
que la milicia que estaba sitiando
Boston fuera reconocida como un
ejército continental.
Adams sabía que esto no sería
aceptado si Massachusetts insistía
en comandar ese ejército, así que
propuso a George Washington (delegado de Virginia) como comandante en jefe.
El Congreso aceptó y el Ejército Continental fue creado el 14 de junio de 1775 con
George Washington como su comandante. Y bajo su mando nombró cuatro generales:
Artemas Ward, Israel Putnam, Philip Schuyler y Charles Lee.
Apenas formado el Ejército Continental desembarcaron más tropas británicas en
Boston y el general Gage declaro que todo americano que llevase armas o prestase
ayuda a aquel que las portase sería declarado traidor, aunque también ofreció perdón
a todo rebelde o traidor que depusiese las armas con la excepción de Sam Adams y
John Hancock.
En septiembre de 1775 Georgia se incorporó al Congreso, estando así representadas
las trece colonias.

• La liberación de Boston
La respuesta americana a esta medida del general Gage fue hacer preparativos para
ocupar y fortificar Charlestown, ya que en ella había dos colinas (Bunker Hill y Breed´s
Hill) ideales para colocar la artillería que daría comienzo al asedio de Boston. Pero
Gage no permitió esto y mandó una fuera de 2400 soldados bajo el mando de William
Howe.

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Ese asedio era una mala posición para los ingleses puesto que tenían que subir una
colina, expuestos al fuego enemigo, mientras que los americanos estaban protegidos
detrás de una muralla en la cima de la colina.
Aún así Howe mandó a sus hombres iniciar el ascenso, al tiempo que los americanos
esperaban tras sus defensas, con excelente posición pero con poca pólvora. El
coronel William Prescott no permitió que esa pólvora se desperdiciara así que ordenó
que no se disparara hasta que estuvieran lo suficientemente cerca como para no fallar.
En concreto su orden fue:”No disparéis hasta que podáis ver el blanco de sus ojos”.
Las tropas inglesas ascendieron la colina, confiados a cada paso debido a la falta de
disparos; sin embargo cuando los ingleses estaban casi sobre ellos, los americanos
lanzaron una andanada en la que toda bala dio en el blanco, y la línea británico se
derrumbó.
Howe envió un segundo contingente que corrió la misma suerte que el primero, pero
decidió enviar un tercero, pues marcharse habría sido un duro golpe para el prestigio
británico. Así el tercer grupo de soldados ascendió la colina, pero esta vez llegaron a
la cima ya que los americanos habían agotado su pólvora, de modo que los ingleses
cargaron con sus bayonetas, los americanos, que no las tenían, tuvieron que
marcharse de Charlestown. Las bajas inglesas fueron de cerca de 1.000 mientras que
las americanas fueron solo de 400. A pesar de tener que huir los americanos se
sentían victoriosos pues había sido su falta de pólvora, no los ingleses, lo que les
había derrotado.
Tras esta costosa victoria Gage fue relevado del mando y volvió a Inglaterra y su lugar
lo ocupó William Howe.
Más tarde George Washington había tomado posición con sus tropas en Dorchester,
para empezar el asedio a Boston tras la pérdida de Charlestown, pero para comenzar
el asedio los americanos necesitaban artillería y no la tenían, así que Washington
envío a Henry Knox con un contingente de hombres a tomar el fuerte de Ticonderoga,
a 270 kilómetros para traer los cañones que allí se encontraban.
El 4 de marzo de 1776 Washington colocó la artillería en las alturas de Dorchester,
que Howe había dejado sin ocupar. Desde esa posición los americanos podían atacar
cualquier punto de la ciudad y casi cualquier barco que estuviera en el puerto.
Howe se percató del peligro y planeó un ataque sobre los americanos, pero al ver lo
atrincherados que estaban y acordándose de Bunker Hill decidió que Boston se había
vuelto una ciudad demasiado peligrosa para permanecer en ella y el 17 de marzo
zarpó con todos sus soldados hacia Halifax en Nueva Escocia.

• La Declaración de Independencia
La evacuación de Boston hizo pensar a Washington que los ingleses derrotados en un
punto harían intentos en otro, y de que el punto débil de las colonias era la región
media, entre los radicales de Nueva Inglaterra y los radicales de Virginia. Por ello,
Washington condujo la parte principal de su ejército al sudoeste y llegó a Nueva York
el 13 de abril de 1776, con 9.000 hombres.
Carolina del Norte pasó al primer plano de la lucha. El 31 de mayo de 1775, poco
después de lo ocurrido en Concord, los habitantes del condado de Mecklenburg
elaboraron las “Resoluciones de Mecklenburg”, en la que todas las leyes inglesas eran

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declaradas nulas y vacías. Las resoluciones declaraban la intención de los firmantes
de lograr el autogobierno, pero no se hacía uso de la palabra independencia.
Un año más tarde, el 12 de abril de 1776, el Congreso Provincial de Carolina del
Norte, instó a sus delegados en el Congreso Continental para que clamaran por la
independencia. Fue la primera colonia que lo hizo de manera oficial. Virginia la siguió
el 15 de mayo. Pero lo que se necesitaba para obtener la independencia era
unanimidad.
El 7 de junio Richard Henry Lee, delegado de Virginia, propuso que se aprobase la
independencia. Esto era todavía demasiado difícil de abordar y el Congreso atrasó la
votación eligiendo a varios de sus miembros para que redactaran una Declaración de
Independencia. Los designados para esto fueron Thomas Jefferson, Benjamin
Franklin, John Adams, Roger Sherman y Robert Livingston.
Thomas Jefferson fue quien hizo lo principal de la tarea de redactar la Declaración, y
en ella plasma unas ideas influidas por Rousseau y su teoría de la libertad natural.
Escribió que “las colonias debían asumir la posición separada e igual a la que las
Leyes de la Naturaleza y el Dios de esa Naturaleza les daban derecho”. También se
redacto una lista de todos los males infligidos por Inglaterra a las colonias,
atribuyéndoselos todos al rey. Los aspectos más importantes de la Declaración son: el
reconocimiento de los derechos naturales del hombre, la vida, la liberta y la felicidad,
el derecho inalienable del pueblo de elegir a sus gobernantes para que trabajen por el
bien común y la libertad nacional y el derecho a cambiar a sus dirigentes si estos no
cumplían con sus obligaciones y actuaban de un modo despótico y tiránico.
El 28 de junio de 1776 se presentó la Declaración ante el Congreso, Fue difícil hacerla
aceptar, incluso para aquellos que estaban a favor de los derechos americanos y su
autogobierno, pues pensaban que buscar la independencia no era un objetivo práctico.
Pero una colonia tras otra fue ganada para la Declaración, y así cuando se produjo la
votación, ésta fue unánime. La moción por la independencia fue aprobada el 2 de julio
de 1776 y dos días más tarde, el 4 de julio la Declaración fue firmada por John
Hancock. El 19 de julio el Congreso votó la redacción de la Declaración en un
pergamino, y sobre él se añadieron cincuenta y cinco firmas a la de John Hancock.
A todos estos firmantes se les conoce como los “Padres Fundadores” de los Estados
Unidos.
Texto A: Traducción al castellano de la Declaración de Independencia

En CONGRESO, 4 de julio de 1776.

La Declaración unánime de los trece Estados Unidos de América,

Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver
los vínculos políticos que lo han ligado a otro, y tomar entre las naciones de la Tierra el puesto
separado e igual al que las leyes de la naturaleza y del Dios de esa naturaleza le dan derecho,
un justo respeto al juicio de la Humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la
separación.
Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados
iguales; que son dotados por su creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están
la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se
instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del
consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva
destructora de estos principios, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un
nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios, y que organice sus poderes en
forma tal que a ellos les parezca más probable que genere su seguridad y felicidad. La
prudencia, claro está, aconsejará que los gobiernos establecidos hace mucho tiempo no se
cambien por motivos leves y transitorios; y, de acuerdo con esto, toda la experiencia ha

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demostrado que la humanidad está más dispuesta a sufrir, mientras los males sean tolerables,
que a hacerse justicia mediante la abolición de las formas a las que está acostumbrada. Pero
cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, que persigue invariablemente el mismo
objetivo, evidencia el designio de someterlos bajo un despotismo absoluto, es el derecho de
ellos, es el deber de ellos, derrocar ese gobierno y proveer nuevas salvaguardas para su futura
seguridad.
Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; y tal es ahora la necesidad que las
compele a alterar su antiguo sistema. La historia del presente Rey de la Gran Bretaña, es una
historia de repetidas injurias y usurpaciones, cuyo objeto principal es y ha sido el
establecimiento de una absoluta tiranía sobre estos estados. Para probar esto, sometemos los
hechos al juicio de un mundo imparcial.
Ha rehusado asentir a las leyes más convenientes y necesarias al bien público de estas
colonias, prohibiendo a sus gobernadores sancionar aun aquellas que eran de inmediata y
urgente necesidad a menos que se suspendiese su ejecución hasta obtener su consentimiento, y
estando así suspensas las ha desatendido enteramente.
Ha reprobado las providencias dictadas para la repartición de distritos de los pueblos,
exigiendo violentamente que estos renunciasen el derecho de representación en sus
legislaturas, derecho inestimable para ellos, y formidable sólo para los tiranos. Ha convocado
cuerpos legislativos fuera de los lugares acostumbrados, y en sitos distantes del depósito de sus
registros públicos con el único fin de molestarlos hasta obligarlos a convenir con sus medidas,
y cuando estas violencias no han tenido el efecto que se esperaba, se han disuelto las salas de
representantes por oponerse firme y valerosamente a las invocaciones proyectadas contra los
derechos del pueblo, rehusando por largo tiempo después de desolación semejante a que se
eligiesen otros, por lo que los poderes legislativos, incapaces de aniquilación, han recaído
sobre el pueblo para su ejercicio, quedando el estado, entre tanto, expuesto a todo el peligro de
una invasión exterior y de convulsiones internas.
Se ha esforzado en estorbar los progresos de la población en estos estados, obstruyendo a este
fin las leyes para la naturalización de los extranjeros, rehusando sancionar otras para
promover su establecimiento en ellos, y prohibiéndoles adquirir nuevas propiedades en estos
países.
En el orden judicial, ha obstruido la administración de justicia, oponiéndose a las leyes
necesarias para consolidar la autoridad de los tribunales, creando jueces que dependen
solamente de su voluntad, por recibir de él el nombramiento de sus empleos y pagamento de
sus sueldos, y mandando un enjambre de oficiales para oprimir a nuestro pueblo y
empobrecerlo con sus estafas y rapiñas.
Ha atentado a la libertad civil de los ciudadanos, manteniendo en tiempo de paz entre nosotros
tropas armadas, sin el consentimiento de nuestra legislatura: procurando hacer al militar
independiente y superior al poder civil: combinando con nuestros vecinos, con plan despótico
para sujetarnos a una jurisdicción extraña a nuestras leyes y no reconocida por nuestra
constitución: destruyendo nuestro tráfico en todas las partes del mundo y poniendo
contribuciones sin nuestro consentimiento: privándonos en muchos casos de las defensas que
proporciona el juicio por jurados: transportándonos más allá de los mares para ser juzgados
por delitos supuestos: aboliendo el libre sistema de la ley inglesa en una provincia confinante:
alterando fundamentalmente las formas de nuestros gobiernos y nuestras propias legislaturas y
declarándose el mismo investido con el poder de dictar leyes para nosotros en todos los casos,
cualesquiera que fuesen.
Ha abdicado el derecho que tenía para gobernarnos, declarándonos la guerra y poniéndonos
fuera de su protección: haciendo el pillaje en nuestros mares; asolando nuestras costas;
quitando la vida a nuestros conciudadanos y poniéndonos a merced de numerosos ejércitos
extranjeros para completar la obra de muerte, desolación y tiranía comenzada y continuada
con circunstancias de crueldad y perfidia totalmente indignas del jefe de una nación civilizada.
Ha compelido a nuestros conciudadanos hechos prisioneros en alta mar a llevar armas contra
su patria, constituyéndose en verdugos de sus hermanos y amigos: excitando insurrecciones
domésticas y procurando igualmente irritar contra nosotros a los habitantes de las fronteras,

14
los indios bárbaros y feroces cuyo método conocido de hacer la guerra es la destrucción de
todas las edades, sexos y condiciones.
A cada grado de estas opresiones hemos suplicado por la reforma en los términos más
humildes; nuestras súplicas han sido contestadas con repetidas injurias. Un príncipe cuyo
carácter está marcado por todos los actos que definen a un tirano, no es apto para ser el
gobernador de un pueblo libre.
• La ayuda extranjera
La Declaración hizo que hubiera mucha incertidumbre en la política de los Estados.
Durante 1776 estos nuevos y recién creados Estados adoptaron constituciones
escritas que delimitaban su forma de gobierno, eligieron presidentes, eligieron sus
fronteras, etc. Algunos lo hicieron incluso antes de la Declaración de Independencia.
La más importante de las constituciones de los Estados fue la de Virginia, adoptada el
29 de junio, cinco días antes de que John Hancock firmase la Declaración. Incluía una
declaración de derechos (Declaración de Derechos de Virginia) que el gobierno no
podía violar. Entre esos derechos estaban la libertad de prensa y de religión, el
derecho a un juicio por jurados, el derecho a no ser obligado a testimoniar en contra
de sí mismo, etcétera. Este proyecto llevado a cabo por George Mason, influyó en la
elaboración por Jefferson de la Declaración de la Independencia y fue el modelo de
otros documentos similares en Europa, sobre todo en Francia.
Las ex colonias, dedicadas a organizarse como naciones, tenían intención de
gobernarse a sí mismas sin la intervención de las demás. Sólo el hecho de estar
unidas contra Inglaterra permitía alguna cooperación. Esta cooperación era
insuficiente, el Congreso Continental no tenía poder para establecer impuestos ni
aprobar leyes.
El Congreso al no tener ningún poder sobre los Estados sólo podía pedir, pues el
Ejército Continental estaba siempre necesitado de alimentos ropas y municiones,
mientras que los ingleses siempre tenían bastante. En estas condiciones los
americanos podían sostener una guerra de guerrillas indefinidamente, pero no podían
aspirar a la victoria. Necesitaban el apoyo extranjero: suministros, dinero y tropas.
Únicamente había un país al que los americanos podían pedir ayuda, Francia. Esto
era una decisión difícil pues durante mucho tiempo Francia había sido el enemigo,
pero sólo Francia podía enfrentarse a Inglaterra. Francia quería ayudar por el deseo
de debilitar a Inglaterra, pero el rey Luis XVI era un monarca absoluto que no estaba
de acuerdo con el tipo de gobierno de los ingleses y los americanos.
Un factor que favorecía a los americanos era el hecho de que el ministro de
Relaciones Exteriores de Francia, Charles Grevier de Vergennes, odiaba a Inglaterra y
estaba dispuesto a ayudar a los americanos en su rebelión. Antes de la firma de la
Declaración de Independencia Francia concedió un préstamo secreto a los
americanos. España también ansiosa de debilitar el dominio inglés en América
concedió otro préstamo igual.
Pese a esto Francia no quería correr riesgos, pues si apoyaba abiertamente a los
americanos y perdían la guerra habría debilitado a Francia y después tendría que
enfrentarse con Inglaterra. Francia no ayudaría a los americanos hasta estar segura
de que podían ganar la guerra y los americanos no podían ganar sin la ayuda de
Francia.

15
Los ingleses, por su parte, también necesitaban ayuda extranjera. La guerra no era
popular en Inglaterra, los ciudadanos no acudían a alistarse para ser enviados a una
guerra a cinco mil kilómetros de distancia contra quienes muchos consideraban otros
súbditos ingleses.
Por ello el rey tuvo que engrosar sus filas con mercenarios. Los hallo principalmente
en dos pequeños Estados germanos, Hesse-Cassel y Hesse-Darmstadt. Estos dos
Estados atravesaban dificultades económicas así que enviaron a miles de sus súbditos
a prestar servicio a los ingleses a cambio de generosos pagos a los gobernantes de
dichos Estados. En total cerca de 30.000 hessianos combatieron de lado del ejército
inglés.

• Lucha por Nueva York


El general Washington, en Nueva York, no tenía tiempo para preocuparse de
cuestiones como la ayuda extranjera. Esperaba al ejército británico, que estaba seguro
de que llegaría.
Tres meses después de la evacuación de Boston, mientras el Congreso aprobaba la
Declaración de Independencia, Howe desembarcó con 10.000 hombres en la isla de
Staten Island, donde no encontró resistencia. El hermano de Howe, el almirante
Richard Howe llegó diez días más tarde con una flota de barcos. Y el 1 de agosto
llegaron refuerzos de Charleston, bajo el mando de Henry Clinton.
En agosto, con todos los refuerzos, Howe tenía bajo su mando a 32.000 soldados
entrenados, entre los que había 9.000 hessianos. Washington sólo contaba con
18.000 hombres, en su mayoría mal preparados o con un corto entrenamiento.
Entre el 22 y el 25 de agosto, Howe desembarcó 20.000 hombres en la parte más
occidental de la isla de Long Island (actual barrio de Brooklyn). Los americanos
colocaron sus fuerzas al sur de las fortificaciones de Brooklyn, de forma que se
tuvieron que enfrentar a los “casacas rojas” en campo abierto. Los ingleses les
atacaron el 27 de agosto, combatieron duramente en las colinas de Flatbush, cuando
un contingente inglés que había sido enviado al este llegó para atacar por la
retaguardia a las tropas americanas, que se vieron obligados a retirarse. Ambas partes
perdieron unos 400 hombres, pero los ingleses hicieron 1.200 prisioneros y sólo la
mitad de los americanos lograron volver con seguridad a las alturas de Brooklyn.
Howe pudo, entonces, mandar a sus hombres a la carga; sin embargo se acordó de lo
ocurrido en Bunker Hill de nuevo, así que decidió sitiar las alturas y vencer por hambre
a los americanos. Pero Washington pensó que ya había obtenido todo lo que podía en
Brooklyn. Sus hombres habían luchado contra un enemigo que los superaba
numéricamente y era imposible pedirles más sacrificios. Que Howe no atacase las
alturas demostraba que ahora los británicos respetaban a los americanos, y eso era
una victoria en sí misma.
La pérdida de las alturas de Brooklyn significaba que no podía retenerse Nueva York,
pero en un principio Howe no atacó la isla de Manhattan, dado que aún esperaba, dos
meses después de la Declaración de la Independencia, un acuerdo pacífico. Durante
la batalla, Howe había tomado como prisionero a un general americano y lo usó como
emisario, lo envió al Congreso Continental con un mensaje proponiendo una
conferencia de paz.

16
El Congreso aceptó. Tres firmantes de la Declaración, Benjamin Franklin, John Adams
y Edward Rutledge, se reunieron con Howe en Staten Island el 6 de septiembre. En la
reunión Howe pidió la revocación de la Declaración, los americanos se negaron, así
que el general inglés hizo los preparativos para la invasión de Nueva York. El 15 de
septiembre envió a sus tropas sobre la costa meridional de Manhattan, al norte de la
ciudad. Esperaba atrapar al ejército americano al sur y obligarles a rendirse.
Pero no tuvo éxito. Washington previó la acción inglesa, ordenó evacuar toda la ciudad
y retirarse a las alturas de Harlem. Durante un mes, Washington permaneció en
Harlem intentando adivinar la siguiente acción inglesa y Howe tratando de decidir el
plan de acción, sin llegar a decidirse a asaltar una fortificación a más altura
acordándose de Bunker Hill.
Mientras la luchaban en Nueva York el Congreso decidió aumentar su representación
en Francia y envió a Arthur Lee y Benjamin Franklin. Este último, renombrado en
Europa como científico e inventor, además de conocido por sus escritos, despertó la
simpatía francesa hacia la causa americana.

• Retirada a Través de Nueva Jersey


La indecisión de Howe arruinó la estrategia inglesa. Si hubiera actuado rápidamente
después de ocupar Nueva York, podría haber aplastado el ejército de Washington que
resistía en Harlem. Entonces podría haber marchado hacia Albany. Las fuerzas
inglesas de Canadá, que ya habían derrotado a un contingente americano el invierno
anterior, podían haber avanzado hacia el sur para unirse con Howe y aislar a Nueva
Inglaterra del resto de las colonias. Esto habría obligado a los americanos a llegar a
algún compromiso que habría excluido la independencia.
Las tropas inglesas de Canadá empezaron a bajar hacia el sur, de hecho, pero al no
recibir noticias que les hicieran pensar que se iban a encontrar con Howe se retiraron
a Canadá de nuevo.
El 12 de octubre Howe decidió empezar a moverse, en un principio intentó derrotar a
Washington mediante maniobras y estrategias; sin embargo esta táctica fracasó.
Washington dejó un contingente en Fort Washington, en el extremo septentrional de
Manhattan y partió con el resto de su ejército hacia Westchester. Howe le persiguió y
tuvieron una pequeña batalla en la que los ingleses tuvieron más bajas que los
americanos. Howe se detuvo en la persecución debido a la imposibilidad de soportar
las pérdidas y esperó refuerzos. Mientras Howe esperaba refuerzos Washington se
dirigió a North Castle y allí se atrincheró en una posición más fuerte que en Harlem.
Howe decidió no perseguir a Washington y se dirigió contra los americanos de Fort
Washington y Fort Lee, en la costa de Nueva Jersey, que estaban bajo el mando de
Nathaniel Greene. Washington había ordenado la evacuación de los puestos per
Green creyó que podía resistir a los ingleses. El 16 de noviembre Howe envió 13.000
hombres (la mayoría hessianos) contra Fort Washington y lo obligó a rendirse. Fort
Lee también fue tomado pero aquí no hubo rendición puesto que Green consiguió
escapar con sus hombres a tiempo.
La pérdida de los dos fuertes suponía que las tropas de Howe podían cruzar el rio
Hudson y avanzar hacia Filadelfia, la sede del Congreso, por ello Washington pensaba
que se tenía que defender Filadelfia costase lo que costase. Por ello dejo 7.ooo

17
hombres en North Castle y se dirigió con otros 5.000 hacia Filadelfia, en Nueva Jersey
Washington unió fuerzas con las del derrotado Greene.
Los hessianos se lanzaron a por ellos y lo único que pudo hacer Washington fue
retirarse y enviar una carta a North Castle para que se les unieran el resto de los
hombres. Pero Charles Lee (el que estaba al mando en North Castle) pasó por alto las
órdenes de Washington puesto que quería algún éxito que le permitiera un rápido
ascenso. El 2 de diciembre, cuando se convenció de que toda la lucha sería en Nueva
Jersey, fue al encuentro con Washington.
Para entonces los soldados de Washington habían sido rechazados hasta New
Brunswick y se seguían retirando. El 11 de diciembre Washington y Green cruzaron el
rio Delaware para entrar en Pennsylvania. Mientras Charles Lee seguía esperando en
Nueva Jersey, pero el 13 de diciembre fue capturado por una patrulla inglesa. En su
labor lo sustituyó Sullivan y el 20 de diciembre se unió a Washington en Pennsylvania.
Mientras tanto el Congreso viendo que peligraba la seguridad de Filadelfia se trasladó
a Baltimore y puso todos los poderes en manos de Washington
• Contraataque en el rio
Delaware
Imagen C: Cuadro de Emanuel Leutze
titulado” Washington cruzando el
Delaware”

A finales de 1776, gracias a la lentitud de


Howe y a las retiradas de Washington el
ejército americano seguía en pie y su
moral no había sido destruida por los
ingleses, ya que pensaban que sólo el
número de soldados enemigos y su de
provisiones habían sido la causa de sus derrotas.
Debido a la llegada del invierno Howe se retiró con la mayor parte de su ejército a
Nueva York, pero dejó guarniciones a lo largo del río Delaware (particularmente en
Trenton, donde dejó a 1.400 hessianos) para vigilar a Washington. Howe pensaba que
los americanos no iban a hacer nada durante el invierno, que se iban a
dedicar a descansar, así que él se dispuso a hacer lo mismo.
Pero Washington estaba planeando un ataque. La noche del 25 de diciembre cruzó el
río Delaware (estaba helado) con 2.400 hombres. En la orilla oriental el ejército de
Washington se dividió en dos columnas, una bajo el mando de Greene y otra bajo el
mando de Sullivan y se dirigieron hacia Trenton por diferentes caminos. A las 8 de la
mañana se reunieron en Trenton y la atacaron, los hessianos que allí se encontraban
habían pasado la noche de celebración y fueron cogidos por sorpresa. Los americanos
capturaron más de 900 hessianos y sufrieron solamente cinco bajas, entonces condujo
a su ejército de vuelta a la orilla occidental del río, pero como los ingleses no
reaccionaron inmediatamente cruzó de nuevo el Delaware y ocupo Trenton el 30 de
diciembre.
No fue propiamente una batalla pero sirvió para levantar la moral de los ciudadanos y
multitud de nuevos reclutas se alistaron. Howe contraatacó enviando, el 1 de enero de
1777, 7.000 soldados al mando del general Cornwallis, el 2 de enero llegaron a

18
Trenton y acamparon al este de la ciudad. Pero Washington dejó unos pocos hombres
en Trenton como distracción y marcho hacia Princeton con la mayor parte de su
ejército.
En Princeton Washington derrotó a una fuerza inglesa y luego marchó al norte hasta
Morristown, Nueva Jersey, adonde llegó el 7 de enero. Allí, finalmente, instaló sus
cuarteles de invierno. Pensó que había hecho bastante. Los ingleses también.
Cornwallis instaló sus cuarteles de invierno en New Brunswick, a treinta kilómetros al
sur de Morristown. Un resultado del éxito de Washington fue que el 4 de marzo de
1777 el Congreso retornó a Filadelfia, desde Baltimore. Su preocupación aún consistía
principalmente en obtener ayuda extranjera. Aunque una ayuda a gran escala
necesitaría de un éxito mayor que el de Washington en Trenton, no obstante los
voluntarios individuales empezaron a llegar a América.
-Los voluntarios
Uno de los voluntarios más importantes fue Marie Joseph de Motier, marqués de
Lafayette. Sólo tenía diecinueve años cuando, en diciembre de 1776, decidió ir a
América para alistarse en su ejército. Era rico y podía haber tenido una vida
acomodada. Pero no lo deseaba. Era un joven idealista, rebosante de ideas de gloria
militar y con las ideas teóricas sobre la libertad de los intelectuales franceses. Logró
que los representantes americanos en París le concediesen el rango de general de
división y se marchó, aunque el rey, Luis XVI, desaprobaba la idea. Los americanos
tampoco se regocijaron de su llegada, pensando que sería un francés refinado que
exigiría un trato especial y despreciaría a los rústicos que lo rodeaban.
Fue al contrario. Lafayette tenía intención de utilizar solamente sus propios recursos.
El barco en que llegó era suyo. No quería paga ni pidió mando alguno. Sólo quería
prestar servicios.
La presencia de Lafayette hizo aumentó la moral de los hombres. Representaba el
interés de Francia por la nueva nación, y los leales servicios de Lafayette dieron una
buena imagen de Francia. También llegaron otros notables voluntarios extranjeros.
Entre ellos estaba Johann Kalb, un alemán de origen campesino (nacido el 29 de junio
de 1721), que insistía en hacerse llamar barón de Kalb. Era un guerrero con muchos
años de experiencia y moriría en acción, luchando por la causa americana.
También estaba un soldado prusiano, Frederick William von Steuben (nacido el 17 de
septiembre de 1750), quien se había distinguido luchando bajo el mando de Federico II
de Prusia. Fue a América, en parte, porque tenía dificultades financieras.
Un voluntario polaco, Tadeusz Kosciusko (nacido el 4 de febrero de 1746) fue uno de
los primeros en llegar. Ayudó a fortificar Filadelfia, mientras el ejército de Washington
se retiraba a través de Nueva Jersey y cuando parecía que Filadelfia iba a ser atacada
pronto.
Otro voluntario polaco fue Casimir Pulaski (nacido el 4 de marzo de 1747), quien había
combatido contra Rusia en defensa de su patria con coraje y tenacidad. Pero Polonia
fue derrotada, y Pulaski se marchó a América para librar otra batalla por la libertad.
Como Kalb, Pulaski moriría en acción.
En el nuevo año, los americanos se mostraron más optimistas cuando, el 14 de junio
de 1777, el Congreso decidió adoptar una bandera nacional con trece franjas rojas y
blancas alternantes, una por cada Estado, y en la esquina superior izquierda se
añadieron trece estrellas, también una por Estado, formando un círculo
• Burgoyne
En Inglaterra, el general John Burgoyne estaba planeando la victoria inglesa para
1777. Presentó su plan al gobierno inglés. Según su plan, él llevaría un fuerte ejército

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desde Canadá al sur a través del lago Champlain y el río Hudson, mientras Howe
llevaría su ejército desde Nueva York hacia el norte. Se unirían en Albany, mientras un
tercer ejército proveniente del este también se les uniría. Entonces todo Nueva York
estaría bajo control inglés y Nueva Inglaterra quedaría aislada.
El gobierno inglés aprobó el plan, pero sólo le concedió a Burgoyne la mitad del
número soldados que él reclamaba. El 1 de junio de 1777, con 8.000 soldados
ingleses, hessianos y canadienses partió hacia el sur. El 1 de julio llegó al fuerte
Ticonderoga, que había estado en manos americanas desde que se asaltó para robar
la artillería necesaria para el asalto de Boston. Los americanos, muy inferiores en
número a los ingleses se retiraron.
Al ser la campaña inglesa desarrollada en Nueva York, lo norma sería que el oficial
neoyorquino de más alto rango (Philip Schuyler) comandase las fuerzas americanas.
Pero Benedict Arnold quería el mando. Había estado luchando a lo largo de la frontera
canadiense durante un año y medio y aunque había sido derrotado, había conducido
muy bien a sus fuerzas.
Pero para que Arnold comandase al ejército tenía que ser hecho general de división, y
ya no había más puestos libres para generales de división en Nueva Inglaterra. Por
otra parte, las tropas de Nueva Inglaterra se negaban a servir bajo las órdenes de
Schuyler. En un intento de llegar a un acuerdo Schuyler y Arnold fueron descartados y
el 4 de agosto se dio el mando a Horatio Gates. Lo que impidió que Burgoyne atacara
a los americanos mientras discutían sobre quién tomaría el mando fue debido a que
Burgoyne se empezó a quedar sin suministros.
Burgoyne esperaba reunirse con Saint Leger (que llevaba los suministros), pero este
empezó el asedio a un fuerte y Benedict Arnold fue a su encuentro difundiendo el
rumor de que su ejército era mayor de lo que era en realidad, al llegarle este rumor a
Saint Leger decidió retroceder.
El problema de la escasez de suministros obligó a Burgoyne a enviar una tropa de 700
soldados para que saquearan los campos de Nueva Inglaterra. Su primer objetivo fue
Bennington y allí le estaba esperando John Stark con 2.600 soldados.
El 16 de agosto de 1777, Stark se enfrentó a los ingleses en Bennington. Los ingleses
sorprendidos y superados en número fueron derrotados rápidamente. Esta batalla fue
una terrible derrota para Burgoyne pues significó que no iba a poder obtener
alimentos.
Mientras todo esto sucedía Howe decidió avanzar en una dirección distinta a la
trazada en el plan de Burgoyne. Decidió que si tomaba Filadelfia podía imponer la
rendición a los americanos. Así Howe embarcó con 18.000 soldados y se dirigió a la
bahía de Chesapeake, una vez allí subió hacia el norte por la bahía y desembarcó
setenta y cinco kilómetros al sur de Filadelfia.
Washington, quien esperaba que Howe marchara hacia Albany para reunirse con
Burgoyne, se dirigió al norte, pero cuando tuvo noticias de la llegada de Howe a
Chesapeake, puso dirección al sur con un ejército de 12.000 hombres. Washington
alcanzó a Howe a medio camino entre dónde desembarcaron los ingleses y Filadelfia.
El 11 de septiembre de 1777 Washington y Howe entablaron batalla, y esta vez, Howe
ejecutó estrategias de flanqueo que le permitieron vencer a Washington fácilmente.
Howe envió un ataque frontal contra los americanos y luego envió grupos de soldados
a los flancos. Washington fue derrotado y perdió cerca de 1.000 soldados y se tuvo
que retirar hacia Filadelfia.
Al verse amenazada Filadelfia el Congreso abandonó la ciudad y se reunieron en
Lancaster, Pennsylvania a cien kilómetros al oeste de Filadelfia y Howe tomó Filadelfia
el 26 de septiembre. Washington decidió no dejar que Howe dominara Filadelfia, por lo

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que decidió atacar Germantown, once kilómetros al norte de Filadelfia, pero el asalto,
que se realizó el 3 de octubre, se planeó de una manera muy complicada. El ataque
requería de columnas que atacaban de distintas direcciones y acudían en apoyo unas
de otras, pero las tropas de Washington no podían hacer esto pues les faltaba
preparación militar, Washington terminó perdiendo otros 1.000 hombres y se tuvo que
retirar nuevamente.
Tras estas dos batallas Howe, en Filadelfia, y Washington, en Valley Forge, se
establecieron para pasar el invierno. Para los americanos el invierno fue duro, pues
hizo mucho frio temprano y los campos se arruinaron, y, los granjeros decidieron
vender sus escasos productos a los ingleses debido a que estos tenían dinero. En el
invierno murieron cerca de 3.000 soldados americanos por las privaciones de alimento
y abrigo, el ejército americano solo siguió en pie debido a la presencia de Washington.
Mientras tanto el ejército de Burgoyne estaba en peor situación que el de Howe. Con
la batalla de Bennington perdida se dirigió a Saratoga, pasado Saratoga Burgoyne se
tuvo que enfrentar a un ejército americano comandado por Gates.
Gates disponía de 7.000 hombres y envió a 3.000 de ellos para establecer combate
con la fuerzas de Burgoyne. Esta fuerza fue repelida por los ingleses y los americanos
tuvieron que retroceder y Burgoyne fortificó el terreno pero aunque los ingleses habían
ganado esta batalla, sus bajas fueron mayores y los americanos no dejaban de recibir
refuerzos.
Entonces, el general Clinton, que Howe había dejado al mando en Nueva York, decidió
ir en su ayuda, pero Burgoyne no podía esperarlo, así que el 7 de octubre Burgoyne
comenzó a avanzar. El ejército americano fue a su encuentro y se lanzó a la carga y el
ejército inglés fue derrotado. Burgoyne se tuvo que retirar a Saratoga. El 15 de octubre
Clinton llegó a Kingston, ciento treinta kilómetros al sur de Saratoga, pero al hallar
resistencia en su avance decidió volver a Nueva York.
El 17 de octubre, Burgoyne se rindió, estaba rodeado por un ejército de más de 20.000
hombres, cerca de 6.000 soldados británicos depusieron las armas.
• La alianza francesa
Gracias a Franklin, la corte francesa estaba a favor de ayudar a los americanos, y
cuando las noticias de la derrota de Burgoyne llegaron a Francia, los franceses
empezaron a pensar que los americanos podían derrotar a Inglaterra les concedieron
ayuda de manera oficial. El 6 de febrero de 1778 se formalizó la alianza entre Francia
y Estados Unidos. Este acuerdo significó la guerra entre Francia e Inglaterra.
Tras esta alianza los suministros empezaron a llegar a Washington en Valley Forge,
también llego el voluntario prusiano, Von Steuben, que comenzó a entrenar a los
soldados al estilo prusiano, de forma que, cuando terminó el invierno, el ejército
americano se parecía más a un ejército profesional.
El 8 de mayo de 1778, Howe fue sustituido en su cargo por Clinton, debido a su
ineptitud. Clinton decidió reunir a sus tropas en Nueva York, pues los franceses
enviaron una flota a través del Atlántico y Clinton pensó que no era bueno tener sus
tropas dispersas. Pero, en cuanto los ingleses partieron de Filadelfia, Washington
envió a 6.400 soldados bajo el mando de Charles Lee. Cuando Lee alcanzó a los
ingleses sólo atacó débilmente y cuando Clinton empezó a reunir fuerzas, Lee ordenó
la retirada. Pero entonces llegó Washington con el ejército principal, detuvo la retirada
y puso a Von Steuben al mando, pero ya no había posibilidad de derrotar a un
pequeño contingente y luego enfrentarse al resto de las tropas sino que la batalla fue
una lucha de los dos ejércitos principales e iguales en número. Durante la noche los
ingleses se retiraron a Nueva York.

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En 1778 los ingleses controlaban el puerto de Nueva York y de Newport, en Rhode
Island, y allí podían recibir tropas y refuerzos, además de poder atacar cualquier lugar
de la costa. Pero la destrucción de la flota inglesa sólo era posible por parte de los
franceses, así que Francia envió una flota de diecisiete barcos al oeste bajo el mando
de Charles Héctor D´Estaing. La flota llegó a Nueva York el 8 de julio de 1778, pero
cuando vieron lo fortificada que estaba se dirigieron a Newport. Cuando estaban a
punto de desembarcar se produjo una tormenta, así que los franceses se retiraron a
alta mar para evitar las grandes olas, ya en alta mar la tormenta empeoró así que se
dirigieron a Boston para recuperarse.
Clinton, desde su base en Nueva York, decidió enviar por mar, al sur, a 3.500
soldados, con intención de desembarcar en Savannah, Georgia. Mientras tanto, 1.000
soldados ingleses marcharon hacia al norte desde Florida. El 29 de diciembre
Savannah fue tomada sin dificultades. Desde Savannah los ingleses avanzaron hacia
Augusta y la tomaron un mes después, el 29 de enero de 1779.
Los americanos contraatacaron débilmente, ganando algunas batallas menores, pero
ni Augusta ni Savannah pudieron ser retomadas. La principal acción se llevó a cabo el
3 de septiembre de 1779, cuando Charles Héctor llevó la flota francesa a Savannah.
Disponía de treinta y cinco barcos y 4.000 soldados. En Savannah, defendiendo la
ciudad había sólo 3.000 soldados.
La situación beneficiaba a los americanos. Se capturaron barcos ingleses cerca de
Savannah, y se sitió la ciudad. Cerca de unos 1.500 soldados americanos bloquearon
los a Savannah por tierra y, los barcos franceses bloquearon la ciudad por mar.
Pero el otoño estaba acabando y cuanto más esperaran más probabilidades de
tormenta habría. Charles Héctor pensó que sus barcos estaban demasiado expuestos
y el 9 de octubre pensó que hacía falta intentar un asaltar directamente las posiciones
fortificadas inglesas.
La fuerza atacante fue derrotada. Charles Héctor quedó herido y Casimir Pulaski, que
se lanzó a la carga a la cabeza de sus hombres, murió. Fue el primero voluntario
extranjero importante que murió por la independencia de los Estados Unidos. Había
combatido en Germantown y había estado con los americanos en Valley Forge.
Charles Héctor levó su flota de vuelta a Francia, después de un año y medio en las
costas americanas sin conseguir nada.
A finales de 1779 toda Georgia estaba bajo dominio inglés. Mientras tanto en el norte
Clinton había expandido su dominio en la zona que rodeaba a Nueva York. Hizo
incursiones en Connecticut. El 31 de mayo de 1779 tomó un fuerte americano sin
terminar en Stony Point, a cincuenta kilómetros al norte de Nueva York. Colocó 1.700
hombres en el fuerte como guarnición. Pero el 16 de julio, el general Anthony atacó el
fuerte. Los confiados ingleses estaban durmiendo así que los americanos tomaron el
fuerte con unas pocas bajas sólo.
España se unió a la alianza con los Estados Unidos cuando viendo que Inglaterra
estaba en mala posición le amenazó con la guerra si no le devolvía Gibraltar.
Inglaterra se negó, y el 21 de junio de 1779 llegó a un acuerdo con Francia y declaró la
guerra a Inglaterra. España era débil por sí sola pero si unía su flota a la francesa
podía arrebatarle el dominio marítimo a Inglaterra.
• Cobardía y traición en el bando americano
-Gates
A finales de 1779 Georgia había sido tomada, los barco franceses habían resultado
inútiles y los suministros volvían a llegar con lentitud.

22
Clinton decidió aumentar las victorias inglesas en el sur. A ciento treinta kilómetros al
noreste de Savannah estaba Charleston, la ciudad más importante de Carolina del Sur
y el centro del radicalismo más importante al sur de Virginia. El 28 de junio de 1776
había rechazado a una fuerza inglesa enviada para conquistarla, un ejército que
estuvo comandado por Clinton.
En enero de 1780 Clinton embarcó con 8.500 soldados en dirección a Charleston
mientras otro ejército avanzaba desde Savannah para unírseles. Benjamin Lincoln,
comandante de las fuerzas americanas en Charleston se dispuso a defender la ciudad
de los ingleses con 5.000 soldados. El 11 de abril de 1780 la ciudad fue rodeada por
14.000 soldados y el 12 de mayo Lincoln se rindió, siendo capturado todo su ejército.
A los pocos meses de la caída de Charleston todo Carolina del Sur estaba bajo
dominio inglés. A pesar de estar Carolina del Sur bajo dominio inglés hubo guerrillas,
aunque su impacto en los ingleses fue mínimo pero sirvieron para levantar la moral de
los americanos. Así, en abril de 1780, Washington decide enviar a un ejército
americano bajo el mando de Gates, este decidió marchar sobre Camden, un puesto
avanzado fortificado. Esta marcha fue difícil pues los suministros llegaban con
dificultad y cuando se libro la batalla los ingleses tenían a menos hombres pero mejor
entrenados y en mejores condiciones. En cuanto empezó el combate los americanos
rompieron filas y Gates huyó hacia Charlotte, ciudad de Carolina del Norte y sólo 700
soldados consiguieron llegar allí con él.
-Arnold
Arnold pidió a Washington trasladarse como máximo oficial al fuerte de West Point, en
el rio Hudson. Washington se lo concedió y en primavera de 1780 Arnold empezó a
negociar con los ingleses el precio por la rendición del fuerte. Arnold negoció con John
André. Arnold recibiría 20.000 libras si la entrega del fuerte se lograba con éxito, y
10.000 si lo intentaba, fracasaba y tenía que huir a zona inglesa. El barco que llevó a
André por el Hudson había sido atacado y tuvo que retirarse, por lo que André
permaneció allí durante la noche e intentó volver a territorio inglés por tierra. Al volver
de este modo se quitó el uniforme y se vistió de civil (como militar podía ser capturado
pero al vestirse de civil se convirtió en espía y podían ahorcarle). En su viaje de vuelta
fue registrado por soldados americanos, le encontraron unos papeles referidos a West
Point ocultos, que fueron enviados a Arnold, y este escapó tras las líneas inglesas al
ver que su traición sería descubierta pronto.
Los americanos ofrecieron a Clinton un intercambio entre André 8 que había sido
hecho prisionero) y Arnold, este se negó y André fue ahorcado. Durante el resto de la
guerra Arnold luchó de parte de los ingleses.
• La situación americana
Tras la rendición de Burgoyne los americanos habían tenido derrotas una vez tras otra:
inutilidad de la flota francesa, la pérdida de dos Estados sureños, la huida de Gates y
la traición de Arnold.
El 2 de mayo de 1780 Francia envió 7.000 soldados a través del Atlántico en una flota
comandada por Jean Baptiste de Rochambeau. Los barcos llegaron a Newport el 11
de julio y las tropas desembarcaron. Nada más desembarcar llegó la flota inglesa y
estableció un bloqueo, de forma que los navíos franceses quedaron atrapados durante
cerca de un año. Rochambeau podía haber dejado los barcos y unirse a Washington
por tierra pero lo que Washington necesitaba era la flota francesa.
Mientras, en el sur, Patrick Ferguson comandaba una fuerza de 1.400 soldados desde
Carolina del Sur hacia el norte. Contra él se enfrentaron una guerrilla de colonos.
Ferguson murió, y con él cerca de 700 soldados, el resto se rindió mientras que los
americanos sólo habían tenido 90 bajas.

23
Económicamente, la causa americana se encontraba con enormes dificultades a
principios de 1781. Los soldados americanos eran pagados con dinero continental,
que no valía nada e incluso esa paga se retrasaba. Se difundió un rumor de que los
reclutas eran sobornados con monedas inglesas para que se incorporasen al ejército.
Cuando se enteraron de esto algunas de las tropas de Pennsylvania se rebelaron y
exigieron que también se les pagase con dinero inglés. Se hicieron concesiones, pero
muchos soldados desertaron enfadados. Otras rebeliones de tropas de Pennsylvania y
Nueva Jersey sólo pudieron ser reprimidas después de fusilar a algunos soldados.
El Congreso, desesperado por el problema financiero, nombró a Robert Morris
superintendente de finanzas en febrero de 1781. Este logró estabilizar la economía
americana con ayuda de préstamos de Francia, España y Holanda. También usó su
propio dinero para apoyar al ejército de Washington.
Políticamente, los Estados aun deseosos de su propia independencia habían
alcanzado una cierta unión. Antes de firmarse la Declaración la guerra había exigido
cooperación ante la imposibilidad de enfrentarse a Inglaterra como trece Estados
independientes. El 12 de junio de 1776 John Dickinson fue encargado de elaborar los
detalles de tal unión.
Esa unión, descrita en un documento titulado «Los artículos de la Confederación», era
débil. Los Estados retenían la mayor parte de los poderes, incluido el poder de
establecer impuestos, de modo que el Congreso sólo podía obtener el dinero que los
Estados quisieran darle. Esta fue una de las principales razones de que el dinero
continental careciese de valor.
Entre las facultades del Congreso estaban: llevar la política exterior y los asuntos
indios, regular la acuñación de monedas, establecer un sistema postal, pedir
préstamos y mediar entre las disputas de los Estados. Pero en aquellos ámbitos en los
que podía tomar decisiones, no disponía de ningún medio para ponerlas en práctica.
El Congreso sólo podía pedir a los Estados que hiciesen lo necesario para realizarlas,
y los Estados podían elegir hacerlo o no.
Además no había ningún poder ejecutivo, cada Estado enviaba delegados al
Congreso, y aunque podían enviar cuantos quisieran cada Estado sólo tenía un voto.
Tres años después de aprobarse los artículos de la Confederación, estos seguían
siendo no oficiales, puesto que no todos los Estados los habían firmado. Algunos
Estados no los firmaron puesto que por su situación geográfica no podían reclamar
territorios en el oeste, y entonces se harían extremadamente pequeños en
comparación con los que se expandieran. A pesar de esto, todos los Estados que no
firmaron fueron cediendo poco a poco hasta que sólo quedó Maryland, que se negaba
a firmar hasta que todos los Estados renunciaran a sus pretensiones de expansión.
Ante la firme posición de Maryland, los Estados renunciaron a sus intereses de
colonizar el oeste y convinieron que los territorios del oeste pertenecerían a los
Estados Unidos en conjunto. Cuando los Estados decidieron esto Maryland estuvo
satisfecha y firmó el 1 de marzo de 1781 los artículos de la Confederación, entonces el
Congreso Continental pasó a ser el Congreso de los Estados Unidos.
Mientras la situación financiera y política de Estados Unidos mostraba síntomas de
mejora, los problemas de Inglaterra en Europa seguían aumentado, desde hace un
siglo había dominado los mares, ahora Inglaterra estaba atascada en una guerra muy
larga con sus viejas colonias, mientras Francia y España se unían a la contienda
contra ella.
• Greene y Cornwallis

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A comienzos de 1781, los ejércitos británicos todavía dominaban Georgia y Carolina
del Sur y aún estaban dispuestos a avanzar al norte, para impedírselo estaba el
general americano Greene.
En cuanto Greene tomó el mando, entró en Carolina del Sur. No era bastante fuerte
para atacar a Cornwallis (quien comandaba a los ingleses), pero puso a 800 hombres
bajo el mando de Morgan (quien había destacado en Saratoga) para perseguir a las
tropas reducidas inglesas el oeste de Carolina del Sur. Cornwallis envió a Tarleton en
persecución de Morgan.
Tarleton y Morgan se enfrentaron en Cowpens. Morgan dispuso a cerca 1.000
hombres y a la caballería detrás de una colina. Tarleton se acercó con un número igual
de hombres y atacó inmediatamente. La primera línea de fusileros americanos apuntó
con sus mosquetes y mataron o hirieron a varias docenas de los soldados que
avanzaban, y entonces la primera línea americana retrocedió rápidamente. La
segunda línea hizo lo mismo.
Los ingleses pensando que la doble retirada significaba que los americanos no
resistirían su asalto, cargaron en un total desorden. Pero la primera y la segunda línea
sólo se habían retirado para unirse a la tercera, y la línea unificada resistió firmemente
mientras la caballería americana cargaba desde atrás de la colina. Los ingleses
quedaron atrapados, sufrieron 329 bajas y todos los supervivientes se rindieron. Los
hombres de Morgan tuvieron menos de setenta y cinco bajas.
Cuando supo de esto Cornwallis condujo su ejército tras los americanos.
Rápidamente, Morgan y Greene se retiraron, logrando unir sus fuerzas en el centro de
Carolina del Norte, para luego seguir desplazándose al norte. Parecía como si
abandonasen un tercer Estado a los ingleses, y fuesen a refugiarse en Virginia. Allí,
Arnold, ahora convertido en oficial inglés, estaba atacando la zona rural. El 5 de enero,
doce días antes de la batalla de Cowpens, había saqueado e incendiado Richmond,
que había sido elegida capital de Virginia sólo dos años antes.
Pero, en realidad, Greene había logrado llevar a las fuerzas de Cornwallis a realizar
una persecución larga e inútil. Cuando Cornwallis llegó a al centro de Virginia sin
haber atrapado a los americanos, tuvo que volver para permitir descansar a sus
hombres y reunir suministros. Se retiró a Hillsboro, en Carolina del Norte.
Pero Greene no le dejó descansar. Recibió refuerzos y se dirigió hacia el sur
nuevamente. Cornwallis se vio obligado a tratar de detenerlo y, el 15 de marzo de
1781, los dos ejércitos se encontraron en Guilford Courthouse, a ochenta kilómetros al
oeste de Hillsboro.
Greene colocó a sus hombres como lo había hecho Morgan en Cowpens. Además,
Cornwallis lanzó a sus hombres contra los americanos en un asalto frontal, como lo
había realizado Tarleton en Cowpens.
Pero esta vez las cosas no sucedieron igual. Los americanos no eran la misma fuerza
escogida que había seguido a Morgan. Algunos se llenaron de pánico ante el asalto.
Greene, comprendiendo que el ejército podía quedar en peligro si permanecía allí,
retiró a sus hombres. Esto convirtió el combate en una victoria inglesa, pero los
soldados americanos que no se habían dejado dominar por el pánico dispararon con
puntería, de modo que las pérdidas inglesas fueron grandes.
El 28 de marzo de 1781, Cornwallis llevó a sus hombres a Wilmington, en Carolina del
Norte, una ciudad costera desde donde podía asegurarse suministros mientras los
ingleses dominasen el mar. Allí esperó refuerzos.
Greene ahora ignoró a Cornwallis y marchó al sur nuevamente, entrando en Carolina
del Sur. Allí no ganó ninguna victoria importante, pero logró restablecer el dominio
americana del Estado, confinando a los ingleses a la ciudad de Charleston. De esta

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forma de la guerra en el norte sólo había quedado el puerto de Nueva York, y en la
guerra en el sur sólo habían quedado los puertos de Savannah, Charleston y
Wilmington.
Cornwallis decidió poner en práctica otra estrategia. Georgia y las Carolinas habían
sido tan afectadas por la guerra que serían incapaces de resistir sin ayuda del norte.
De esta forma, decidió atacar a Virginia, el más grande de los recién formados
Estados y la base de los suministros del ejército americano del sur. Si lograba
conquistarla, los americanos tendrían que abandonar el sur.
El 25 de abril de 1781 abandonó Wilmington y avanzó rápidamente hacia el norte y se
unió a las fuerzas de Benedict Arnold en Petersburg, Virginia, a unos cincuenta
kilómetros al sur de Richmond. En Virginia realizó varias incursiones, pero los
americanos, dirigidos por Lafayette, resistían.
A medida que pasaba el verano, Cornwallis pensó que debía volver a la costa y
asegurarse los suministros y refuerzos. Esta vez decidió establecerse en Yorktown,
una ciudad costera situada a cien kilómetros al sudeste de Richmond y cerca de la
bahía de Chesapeake. Llegó allí el 1 de agosto de 1781. Pero la flota francesa, ahora
bajo el mando del almirante François de Grasse, se trasladó a la costa americana.
Mientras tanto, Washington necesitaba soldados así que se reunió con Rochambeau
(cuyos hombres aún estaban en Newport, Rhode Island) en Connecticut y lo persuadió
para que uniese sus hombres a las fuerzas americanas cerca de Nueva York. El
encuentro se efectuó el 5 de julio.
El 14 de agosto finalmente llegaron a Washington noticias de la flota francesa. De
Grasse tenía la opción de bloquear a Clinton en Nueva York o a Cornwallis en
Yorktown. Eligió Yorktown porque estaba más cerca de su posición.
Washington llevó sus tropas a Staten Island, como si planease un ataque a Nueva
York. Cuando los ingleses hicieron entrar sus tropas para defender la ciudad,
Washington rápidamente cambió de rumbo y se dirigió al sur con rapidez, demasiado
rápido como para que los ingleses pudieran interceptarlo.
El 30 de agosto de 1781, la flota de De Grasse llegó frente a Yorktown. Fue la primera
vez en la guerra que el mar no era controlado por los ingleses. Cornwallis estaba
frente a De Grasse por mar y a Lafayette por tierra. Barcos ingleses llegaron
enseguida para hacer frente a De Grasse, pero el enfrentamiento fue ganado por los
franceses, pues recibieron menos daños, y cuando llegaron refuerzos para la flota
francesa, los ingleses tuvieron que abandonar a Cornwallis.
A finales de septiembre llegó Washington con el contingente de Rochambeau. La
posición de Cornwallis era desesperada. El 17 de octubre no vio más alternativa que
rendirse y el 19, cerca de 8.000 soldados ingleses depusieron sus armas.
• Tratado de París
Cuando el Primer Ministro inglés, Lord North, recibió la noticia de la rendición de
Cornwallis, renunció a su cargo. Fue sucedido por Lord Rockingham, que tenía la
tarea de dar la independencia a los Estados Unido y sellar la paz.
Clinton fue relevado como comandante en jefe de las tropas inglesas en América y fue
sucedido por Carleton. La tarea de Carleton era hacerse cargo de las tropas inglesas
hasta que se sellara la paz. Por eso, llevó todas las tropas a Nueva York. Wilmington,
Savannah y hasta Charleston fueron evacuadas antes de finales de 1782.
Benjamin Franklin, John Jay y John Adams estaban en París, conversando de manera
no oficial con representantes de Inglaterra. El 19 de septiembre de 1782 las
conversaciones se hicieron oficiales cuando el representante inglés recibió la
autorización para tratar con los americanos. En esta autorización se hacía referencia a

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los «Trece Estados Unidos», con lo que se hacía un reconocimiento oficial de la
independencia americana. En las negociaciones, los americanos pedían, además de
la independencia, que su tierra se extendiera hasta el Misisipí e incluyera todo el
territorio situado al sur de los Grandes Lagos que había sido británico desde 1763.
Francia quería que los Estados Unidos quedasen limitados a la franja costera al este
de los Apalaches, pero los Estados Unidos se negaron. El territorio fue concedido en
un tratado de paz firmado en París el 30 de noviembre de 1782. La paz se haría
efectiva cuando Inglaterra llegase a un acuerdo con Francia. Este se alcanzó el 20 de
enero de 1783 y se firmó el Tratado de París
El 19 de abril, el Congreso proclamó el fin de la guerra. Por último, terminaron las
formalidades finales y el Tratado de París entró en vigor el 3 de septiembre de 1783.
La guerra había terminado y los Estados Unidos habían obtenido su independencia
C. La Constitución
• Fin de la Confederación
Para mucha gente el caos reinante en el país después de la guerra era consecuencia
de los artículos de la Confederación. Estaba formada por trece gobiernos con poder y
un gobierno central sin poder. El Congreso no podía regular el comercio, de manera
que los Estados individuales ponían barreras aduaneras que obstruían el comercio
interno y elevaban innecesariamente los precios en todas partes. No había ninguna
política exterior que se pudiera adoptar, ninguna política unificada en lo concerniente a
los indios. No había ningún modo de que el Congreso pudiese emprender la acción
para impedir la rebelión dentro de un Estado o hacerle frente una vez iniciada.
Lo que necesitaba Estados Unidos era crear un gobierno central con suficiente poder
para permitir a la nación actuar como una unidad, con poder para crear impuestos,
establecer regulaciones e imponer sus decisiones. En tales condiciones, los Estados
quedarían con los poderes que el gobierno central no necesitase. Una situación en la
que regiones menores se unen a una región mayor que posee la mayor parte del
poder recibe el nombre de federalismo. Lo que se necesitaba no era una unión, sino
una unión federal. Así Estados Unidos preparó una reunión de todos los Estados en
Filadelfia llamada Convención Constitucional.
• Convención Constitucional
La Convención Constitucional se reunió en Filadelfia con la intención de crear un
gobierno más eficiente. Once de los trece Estados completaron el nombramiento de
delegados a la Convención durante la primavera de 1787. El décimo segundo Estado,
New Hampshire, designó delegados después de que la Convención iniciase sus
sesiones, el 25 de mayo de 1787. Pero el décimo tercero, Rhode Island, permaneció
apartado. Consciente de su pequeño tamaño, no quería saber nada de una
Convención que, pensaba, terminaría estableciendo el principio federal, despojando a
los Estados de sus derechos particulares. Suponía que los Estados grandes serían
muy importantes y los pequeños como él mismo serían secundarios.
Un total de cincuenta y cinco hombres de doce Estados participaron en las
deliberaciones, que duraron casi cuatro meses. Eran, en su mayor parte, hombres
acaudalados y de posición, de ideas conservadoras. Había comerciantes, abogados y
propietarios de plantaciones con esclavos de los Estados del sur.

Washington fue elegido presidente y esto sirvió para dar a la Convención una
importancia que no habría tenido de otro modo. Pero Washington no participó en los
debates, sino que consideró que su papel debía ser el de una influencia moderadora
que estaba por encima de los partidismos.

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Benjamin Franklin estuvo presente como parte de la delegación de Pensilvania. Tenía
ochenta y un años (el delegado más viejo) y estaba llevando a cabo el último de sus
muchos servicios a su país.
Alexander Hamilton representó a Nueva York y, aunque abogaba por un gobierno
central fuerte, tuvo escasa participación en las sesiones. James Madison de Virginia,
en cambio, fue el que más trabajó. Entre otras cosas, mantuvo un detallado diario de
las sesiones, que se realizaban en secreto. Otro delegado de Virginia era George
Mason, quien había hecho contribuciones a la constitución estatal liberal de Virginia.
Estaba también Gouverneur Morris de Pennsylvania, otro partidario de un gobierno
central fuerte. Había trabajado en la constitución del Estado de Nueva York,
defendiendo la libertad religiosa y la abolición de la esclavitud. Tuvo éxito en lo
primero, pero fracasó en lo segundo. Había estado en el Congreso Continental, donde
había apoyado vigorosamente a Washington. Durante el período de los artículos de la
Confederación, Morris trabajó con Robert Morris (con quien no tenía ningún
parentesco) en las finanzas. Fue Gouverneur Morris quien primero sugirió una
acuñación decimal, que más tarde fue aceptada por la Convención Constitucional,
Morris hablaba con mayor frecuencia que cualquier otro delegado, atacando a la
democracia, pues desconfiaba del pueblo y pensaba que era más seguro dejar las
riendas del gobierno en manos de hombres ricos y de buena familia.

Otro pensilvano era James Wilson. Había sido uno de los firmantes de la Declaración
de la Independencia y, aunque favorecía una autoridad central fuerte, también se
preocupaba por los derechos individuales. Entre los que no querían de un gobierno
central demasiado fuerte se contaban Roger Sherman de Connecticut y Elbridge Gerry
de Massachusetts Ambos fueron firmantes de la Declaración de la Independencia.

Casi inmediatamente, los partidarios de la idea federal empezaron a obtener victorias.


Se decidió desde el comienzo que se elaboraría una nueva constitución y que no
serían usados como base los artículos de la Confederación. También se decidió
conducir los debates en secreto para no despertar las pasiones populares (las cuales,
serían antifederalistas), que harían imposibles los compromisos, y fue esto lo que hizo
tan importante el diario de Madison.
El 29 de mayo de 1787, cuatro días después de que la Convención comenzase,
Edmund Randolph de Virginia (presentó un vasto plan para la reorganización del
gobierno, el llamado “plan de Virginia”.
Randolph propuso formar un Congreso de dos cámaras. La inferior iba a ser elegida
por voto popular, con un número de diputados de cada Estado proporcional a la
población. La cámara superior (superior porque el mandato de sus miembros era más
largo) sería elegida por la inferior entre candidatos propuestos por las legislaturas
estatales. El ejecutivo iba a ser elegido por las dos cámaras conjuntamente. Y todo
ello iba a constituir un gobierno federal que dominaría a los Estados individuales.
Lo principal del plan de Virginia era que la cámara inferior iba a ser dominante, pues
tanto la cámara superior como el ejecutivo, serían elegidos por la cámara inferior. Y
puesto que ésta iba a representar a los Estados en proporción a la población, los
Estados mayores dominarían la nación. Los pequeños Estados, molestos por el plan
que daba la supremacía a los Estados grandes, presentaron un plan propio. Era el
“plan de Nueva Jersey”, presentado el 15 de junio por William Paterson de Nueva
Jersey.
La base del plan de Nueva Jersey era que cada Estado iba a tener un voto en la
legislatura, independientemente del número de delegados presentes. De este modo,

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ningún Estado podía tener más poder que cualquier otro, cualquiera que fuese su
tamaño.
El plan de Nueva Jersey era irrealizable. Equivalía a conservar los artículos de la
Confederación, enmendándolos con intención de dar al Congreso unos pocos poderes
adicionales. Los Estados mayores estaban seguros de que esto era una pérdida de
tiempo y rechazaron de plano el plan de Nueva Jersey, pero esto no persuadió a los
Estados pequeños a que aceptasen el plan de Virginia.
La Convención habría quedado dividida, y con ello la nación, de no haber sido por el
“Compromiso de Connecticut” elaborado por Roger Sherman, que hizo la sugerencia
de incorporar características de ambos planes a la legislatura. La cámara inferior sería
elegida por voto popular en proporción a la población. La cámara superior no sería
elegida por voto popular, sino mediante designación por las legislaturas estatales, y en
la cámara superior cada Estado tendría un solo voto.
Los diputados de la cámara inferior, o Cámara de Representantes, tendrían un
mandato de dos años; los de la cámara superior, o Senado, un mandato de seis años
que sería alterno, de modo que un tercio del Senado fuese elegido cada dos años.
Habría un solo ejecutivo, o presidente, con un mandato de cuatro años. También se
creó un Tribunal Supremo con miembros vitalicios. El compromiso fue aceptado el 16
de julio.
El método para elegir al presidente exigió otro compromiso. Algunos pedían la elección
popular, para que hubiera un presidente fuerte, independiente del Congreso. Otros,
desconfiando del pueblo y de un ejecutivo fuerte, querían que fuese nombrado por el
Congreso. Finalmente se decidió que votaría el pueblo, pero sólo para elegir electores.
Estos electores luego elegirían al presidente. De esta manera, la influencia del pueblo
tendría peso, pero el voto final reposaría en el juicio sobrio de los electores, quienes,
se suponía, serían más sabios que la población en general. Finalmente, el 17 de
septiembre, la Constitución fue terminada, la misma Constitución, que en lo principal
es igual que la vigente hoy en los Estados Unidos.
• La adopción de la Constitución
La Constitución no tenía vigencia hasta que no fuese aprobada por convenciones
elegidas para tal fin al menos en nueve Estados. Quienes apoyaban el sistema federal
propuesto en la Constitución fueron llamados “federalistas”. Los que se oponían eran
“antifederalistas”.
Delaware que era un Estado pequeño y compendió que nunca sacaría más de un voto
reunió una convención especial que votó unánimemente, el 7 de diciembre de 1787, la
aceptación de la Constitución. Fue el primer Estado en hacerlo.
Pensilvania convocó también una convención ratificadora. Los federalistas de la
convención, bien organizados y actuando con rapidez, forzaron una votación antes de
que los antifederalistas pudiesen reunir sus fuerzas. El 12 de diciembre Pensilvania
adoptó la Constitución por 46 votos a favor y 23 en contra.
Nueva Jersey, otro pequeño Estado, cuyo “plan de Nueva Jersey” había al menos
asegurado votos iguales en la cámara superior para los pequeños Estados, reunió una
convención ratificadora que aceptó unánimemente la Constitución el 27 de diciembre.
Le siguieron Georgia, el 2 de enero de 1788, con una votación unánime, y
Connecticut, el 9 de enero, con una votación de 128 a favor y 40 en contra.
En un período de cinco semanas, cinco Estados ratificaron la Constitución. Sólo
quedaban otros cuatro. Massachusetts aceptó la Constitución por poco margen de
victoria, 187 a 168 votos, pero sólo con la recomendación de que se añadiese a la
Constitución una lista de derechos que el gobierno federal no podía violar.

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Maryland le siguió, el 28 de abril, por una votación de 63 a 11, también con una
recomendación de que se agregase una”Ley de Derechos” a la Constitución. Carolina
del Sur la ratificó el 23 de mayo, con una votación de 149 contra 73 y New Hampshire,
como noveno y último Estado ratificador, aceptó la Constitución por 57 votos contra
47, el 21 de junio.
La Constitución de los Estados Unidos se convirtió en la ley básica del país el 21 de
junio de 1788, cinco años después del final de la Guerra Revolucionaria y casi doce
años después de la Declaración de la Independencia.
D. Consecuencias
• Consecuencias de la guerra
La nueva nación era enorme para patrones europeos. Su superficie era de 2.200.000
kilómetros cuadrados, o sea cuatro veces la de Francia. Su población aún era
pequeña, pero estaba creciendo rápidamente. Al final de la guerra, era de unos
3.000.000, de los cuales 500.000 eran esclavos. Virginia era todavía el Estado más
grande, con una población de 450.000 habitantes.
Las ciudades no habían sufrido daños graves Las bajas americanas fueron cerca de
19.000. No se conocen las bajas inglesas, pero se estima que fueron el doble que las
americanas.
El 25 de noviembre de 1783 los ingleses se marcharon de territorio americano. El 3 de
diciembre, el Congreso disolvió el Ejército Continental, y el 23 de este mismo mes,
George Washington renunció a su cargo ante el Congreso.
Cada uno de los trece Estados tenía una constitución escrita, que definía la labor y el
poder de cada rama del gobierno. La mayoría de estas constituciones garantizaban
que el poder ejecutivo fuera débil, había elecciones frecuentes que solían ser anuales
y a veces hasta semestrales.
Al terminar la guerra se produjo una crisis económica debido a que los países que
habían apoyado a Estados Unidos contra Inglaterra no comerciaron más con los
americanos para no seguir fortaleciéndolos. El Congreso no tenía poder para regular el
comercio, de forma que cada Estado tomaba sus propias medidas, dando origen a una
anarquía en los Estados Unidos en conjunto.
• Influencias en la Revolución Francesa
La influencia de la revolución de los Estados Unidos en la Revolución Francesa se
caracteriza sobre todo por las ideas. Los Estados Unidos a la hora de realizar su
Constitución y establecer un ideal para su causa habían usado los pensamientos de
los teóricos revolucionarios franceses que desarrollaron sus ideas durante la
Ilustración como Montesquieu, Rousseau y Voltaire. Estas ideas por las que lucharon
las plasmaron después en la Constitución, y fueron los derechos individuales del
hombre, que eran inalienables, y la separación de poderes: ejecutivo, legislativo y
judicial.
Los franceses vieron como esas ideas podían ser llevadas a la práctica con total éxito,
de forma que cuando estalló la revolución decidieron seguir el ejemplo de Estados
Unidos y aplicar esas ideas ilustradas
• Influencias en Hispanoamérica
El caso de Hispanoamérica fue parecido al de los revolucionarios franceses, en lo
único que se diferenciaban era en su inspiración. Mientras que los franceses seguían
unos ideales implantados por sus teóricos, los hispanoamericanos veían en Estados
Unidos un modelo de capacidad, determinación y firmeza, a la hora de adquirir un
pensamiento nacionalista, y su acto de revolucionarse e independizarse del país al

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que estaban sometidos. Por esto, e inspirándose en los Estados Unidos como un
objetivo de país al que había que llegar a ser, las posesiones en Hispanoamérica de
España, ya que la mayor parte era de América del Sur eran colonias suyas, se fueron
independizando una tras otra, y eligieron dos momentos como ideales para ello: la
Guerra de Independencia de España y las Guerras Carlistas. En estas dos guerras
España estaba ocupada peleando en su propio territorio como para poder enviar
soldados a Hispanoamérica para sofocar las revueltas, por eso las revoluciones
triunfaron
• Influencia en las nuevas Constituciones
Así como las ideas y el modelo de Estados Unidos fueron fuente de inspiración para
procesos revolucionarios, también lo fue la Constitución estadounidense. Por ello
todas las nuevas Constituciones que se empiezan a crear tras la independencia de los
Estados Unidos toman como referencia a la estadounidense. Todas estas nuevas
constituciones se fundamentaron en los mismo ideales en los que estaba basada la
Constitución estadounidense: los derechos y deberes del ciudadano, la democracia, la
igualdad, libertad, etc.

III. Conclusión
En conclusión, este proceso de independencia fue muy importante para los Estados
Unidos en particular, y para el mundo en general. Sentó precedente y fue un avance
hacia la democracia y la libertad que tenemos hoy en día.

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