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Luis Alberto García Jiménez - I Took Panama
Luis Alberto García Jiménez - I Took Panama
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Contenido
Cubierta
Portada
Créditos
I TOOK PANAMA
Personajes
Primera etapa. Los Estados Unidos maniobran
Segunda etapa. Cómo se negocia un canal
Tercera etapa. “Ser o no ser, he ahí el dilema”
Personajes
I. El gabinete de atletas
Sobre la escena hay un tablero con el mapa de los Estados Unidos en 1774. Un
personaje entra y coloca sobre el rompecabezas su pedazo. Cada personaje hace
otro tanto hasta conformar el mapa actual de los Estados Unidos, junto con sus
colonias. Roosevelt entra. Mira el mapa detenidamente. Duda por un momento y
resuelve colocar el pedazo que corresponde a Panamá.
ROOSEVELT
Este será el orden del día. Necesitamos un canal americano, en
tierras americanas, para el pueblo americano.
Se frota las manos. Roosevelt está en pantaloneta y pita cual
profesor de gimnasia. En esas hace su entrada el Gabinete
Ministerial. Todos están en pantaloneta menos el Secretario del
Interior. Dirigiéndose a él.
He repetido innumerables veces que este gabinete debe ser un
gabinete de atletas. ¿¡Cómo ser consecuentes con el mapa que
tenemos enfrente si no se posee un estado físico ideal!? ¡Es
necesario tener un físico a toda prueba!
SEC. DEL INTERIOR
Perdone, señor presidente, pero como usted nos convocó para el
estudio de la apertura de un canal por Panamá, creí que ya no era
necesario correr la maratón de un lado a otro lado de nuestro
inmenso mapa.
ROOSEVELT
¡No quiero discusiones! Usted debe saber, señor secretario del
Interior, que los franceses ya se metieron en México y Panamá; los
ingleses están en el Caribe y en la Argentina, los españoles siguen
en Cuba y nosotros debemos anunciar categóricamente al mundo
como principio inmutable de nuestra política, que de ahora en
adelante, potencia alguna podrá establecer una colonia o apropiarse
de un territorio en cualquier lugar del continente sin nuestro
consentimiento; y en cualquier época, sea cual fuere. Y eso no lo
dije yo, lo dijo Monroe.
SEC. DE GUERRA
Estoy perfectamente de acuerdo. Máxime cuando nuestro gran
presidente Cleveland dijo: “Estados Unidos es prácticamente
soberano en este continente y su decisión es ley”.
SEC. DE CULTURA
Oportuna su intervención, señor secretario de Guerra. Yo también
tengo otra máxima que dice: ¡Donde quiera que flote la bandera de
los Estados Unidos, flotará también la cultura sajona-americana
iluminando el mundo!
ROOSEVELT
¿Eso quién lo dijo?
SEC. DE CULTURA
Yo, señor presidente.
SEC. DE HACIENDA
Felicitaciones a esa noble máxima. Por mi parte, no quiero silenciar
algo que puede servir para la historia. La grandeza de los Estados
Unidos debe basarse en la importación de materia prima a bajos
precios, y la exportación de mercancías a los precios más elevados
posibles. Y advierto que esta máxima también la digo yo, que no
soy menos que el señor secretario de Cultura.
SEC. DEL INTERIOR
Yo quiero decir otra máxima: Los Estados Unidos...
ROOSEVELT
¡Basta de máximas! ¡Ahora a nuestros ejercicios! ¡Desvístase,
señor secretario! (El Secretario del Interior se va desvistiendo
mientras los otros secretarios hacen prácticas de calentamiento.)
En el orden del día de nuestra reunión de hoy está el estudio de la
construcción del canal.
SEC. DE CULTURA
Yo tengo todavía, señor presidente, algunos puntos oscuros acerca
de eso.
SEC. DE GUERRA
¿Puntos oscuros? Permítame, señor secretario, hacerle una
analogía. Aquí tiene usted estas dos sillas (Al Secretario de
Cultura). Hágame el favor de saltar por encima de ellas, señor
secretario.
El Secretario de Cultura duda. Mira a todos; se dispone finalmente
a saltar. Se arrepiente.
SEC. DE CULTURA
Confieso que como secretario de Cultura no soy muy destacado en
las disciplinas físicas.
SEC. DE GUERRA
¿Quién desea saltar este obstáculo?
SEC. DE HACIENDA
Lo haré yo. (No puede.)
ROOSEVELT
¿Está listo, señor Hay?
SEC. DEL INTERIOR
¡Listo, señor presidente!
ROOSEVELT
¡Pues hágalo!
SEC. DEL INTERIOR
¡Por el tío Sam y toda su descendencia!
Toma vuelo, corre, pretende saltar y rueda por el suelo.
ROOSEVELT
¡Lamentable el estado físico de ustedes! ¡Lo haré yo! (Salta por
sobre las dos sillas fácilmente.) “¡I took Panama!” (Aplausos
vigorosos.)
SEC. DE GUERRA
¡Muy bien, señor presidente! Su salto debe ser ejemplo para futuras
generaciones. ¡Es necesario volar sobre los obstáculos!
ROOSEVELT
También sé cuál fue la intención suya, señor secretario. En lugar de
saltar, se pueden separar las dos sillas y pasar fácilmente. Lo que
demuestra que una vía acuática por Panamá es algo vital para los
intereses de la nación americana.
SEC. DE GUERRA
Y algo más, señor presidente… (Coloca las sillas frente al
Secretario de Cultura.) ¡Miserable!
SEC. DE CULTURA
¡¿Qué pasa, se ha vuelto loco?!
SEC. DE GUERRA
¡Más loco será usted! ¡Esa inmunda camiseta de barras y estrellas
no me gusta!
SEC. DE CULTURA
¡Más respeto con el emblema nacional, señor secretario!
SEC. DE GUERRA
¡Ese no es un emblema, es un pedazo de trapo!
SEC. DE CULTURA
¡No soporto más tamaños insultos!
SEC. DE GUERRA
¿Ah, no? ¿Qué puede hacer? ¡Veamos!
SEC. DE CULTURA
¡Ya verá lo que puedo hacer!
Se abalanza sobre el Secretario de Guerra, y se estrella contra las
sillas.
SEC. DE GUERRA
¿¡Se fija!? Supóngase que nos insultan al otro lado del mar. ¿Qué
vamos a hacer? ¿Estrellarnos contra esa faja de tierra que es
Panamá? Perdóneme usted los insultos, señor secretario de la
Cultura, eran sólo para demostrar la necesidad de abrir el canal para
que por allí pasen nuestros barcos de guerra. Tenemos a Cuba, por
ejemplo, y al otro lado Filipinas. Supóngase que estamos en Cuba y
Filipinas nos insulta. ¿Qué tendríamos que hacer? ¡No hay duda!
¡Llegar a Filipinas rápidamente para castigar su osadía! ¡Pero cómo
hacerlo si la faja de Panamá está ahí! ¡Tendríamos que dar la vuelta
por la Patagonia, bien al sur! ¿Ahora, está claro para usted, señor
secretario de Cultura, el porqué de la apertura de nuestro canal por
Panamá?
Todos aplauden tan brillante demostración.
SEC. DE HACIENDA
¡Y no solamente para el paso de barcos de guerra sino también para
el paso de materias primas! ¡Nuestros barcos mercantes traen
materias primas de Argentina, de Chile, del Perú… del Ecuador!
SEC. DEL INTERIOR
¡Y del Japón y del África...!
ROOSEVELT
¡Y de todo el mundo...!
SEC. DEL INTERIOR
¡Y nosotros aquí en Nueva York, necesitamos traer el oro de
California al otro lado de nuestro querido mapa!
ROOSEVELT
¡Y no sólo los barcos de guerra y los barcos mercantes, sino nuestra
cultura, nuestro jazz, nuestro rock!
SEC. DE GUERRA
¡Nuestras guitarras!
SEC. DEL INTERIOR
¡Nuestro “Way American’s Life”!
TODOS
No hay duda. Hay que construir el Canal. Nuestros intereses
nacionales así lo exigen. América para los americanos. ¡Vivan los
Estados Unidos!
SEC. DE CULTURA
¿Y Nicaragua?
SEC. DEL INTERIOR
¿Nicaragua? Nada tenemos que hacer en Nicaragua.
SEC. DE CULTURA
Sí. Podemos hacer un Canal por allí también.
SEC. DE HACIENDA
Ese proyecto es más costoso.
SEC. DE CULTURA
Señor presidente, yo no sé mucho de cultura física, mi empleo es
apenas la cultura. ¿Pero, me permiten hacerles una demostración?
ROOSEVELT
Desde luego, señor secretario. Pero breve porque no tenemos
mucho tiempo. Los franceses pueden de un momento a otro
recomenzar la construcción del canal.
SEC. DE CULTURA
Señor secretario de Hacienda, supóngase que usted es un vendedor
de paños y…
ROOSEVELT
Prefiero, en vez de paños, pelotas.
SEC. DE CULTURA
Oportuna su sugerencia, señor presidente. Así que usted, señor
secretario, es un vendedor de pelotas, y este es su almacén. (Le da
una silla.) Y yo soy otro vendedor de pelotas. (Toma la otra silla.)
Y ustedes son los compradores.
Los personajes se desdoblan.
SEC. DE HACIENDA
¡Pelotas, pelotas! ¡Compren aquí las pelotas más elásticas de
Norteamérica y del mundo! ¡Se lanzan aquí y pueden rebotar hasta
el Asia!
OTROS
¡Somos los compradores que vienen a comprar pelotas! ¡Queremos
pelotas buenas y baratas, porque somos un gabinete de atletas!
SEC. DE HACIENDA
¡Acérquense, acérquense acá! ¡Quien compre una pelota se lleva
una pelota! ¡Quién compre dos, se lleva dos, pero quien compre
tres, se lleva cinco pelotas! ¡Pague tres y lleve cinco! ¡Oferta hasta
agotar existencias!
OTROS
¿Qué tal sus pelotas, señor vendedor?
SEC. DE HACIENDA
Las mías, buenas, ¿y las suyas?
OTROS
¡No tenemos pelotas!
SEC. DE HACIENDA
Entonces apresúrense porque se agotarán en breve tiempo. ¡A diez
centavos cada pelota, a diez centavos!
OTROS
¡Diez centavos! ¡Qué precio! ¡Dennos sesenta pelotas! ¡Les
llevaremos pelotas a los señores del Congreso! (Juegan.)
SEC. DE CULTURA
¡Un momento, señores! (Quedan en suspenso.) ¡Aquí vendo
también pelotas, tan elásticas y buenas como cualquier otra y al
precio de cinco centavos!
OTROS
¿Cinco centavos? ¡Oigan! ¡Estas son mejores y más baratas!
SEC. DE HACIENDA
¡Alto! ¡Yo las vendo a cuatro centavos!
SEC. DE CULTURA
¡Y yo a tres!
SEC. DE HACIENDA
¡Y yo a dos!
SEC. DE CULTURA
¡Y yo a uno!
SEC. DE HACIENDA
¡Y yo a medio centavo!
SEC. DE CULTURA
¡Y yo se las regalo, señores y señoras!
OTROS
¡Esta es la mejor oferta! ¡Compremos aquí las pelotas! ¡La
competencia ha producido este milagro! ¡Y no tendremos ya una, ni
dos, ni tres pelotas! ¡Tendremos las pelotas que queramos!
SEC. DE CULTURA
Pues bien, señores. El juego ha terminado. Y ustedes mismos han
descubierto lo sano de la competencia.
ROOSEVELT
(Emocionado.) Excelente juego, señor secretario de Cultura.
Crearemos la competencia entre Panamá y Nicaragua. Así, el canal
nos saldrá casi regalado.
SEC. DE HACIENDA
Eso también tendrá saludables consecuencias para nuestro
enfrentamiento con la compañía francesa del canal. Se verán
obligados a vendernos a precio de huevo sus instalaciones de
Panamá.
SEC. DEL INTERIOR
Bueno... tampoco hasta allá, los huevos están muy caros.
ROOSEVELT
Eso no importa. Nosotros les impondremos el precio que queramos.
No lo olviden. Lo he dicho muchas veces. Anda despacio y con un
buen garrote en la mano, así irás muy lejos.
SEC. DE GUERRA
Hay sin embargo, señor presidente, una complicación. Panamá
pertenece a la República de Colombia.
ROOSEVELT
¿Y eso qué tiene que ver? Las cosas existen en cuanto nuestro
interés así lo demande. No sé qué es Colombia, ni me importa.
SEC. DE GUERRA
A los ojos de la comunidad Internacional, existe. Y habría que
negociar con Colombia directamente y no con Panamá
ROOSEVELT
Bueno, lo haremos. Pero tomemos primero lo que tengamos que
tomar y después nos preocuparemos por la ley y los detalles.
SEC. DEL INTERIOR
Habrá que tomar una buena faja de tierra del Istmo.
ROOSEVELT
¿Como cuánto?
SEC. DEL INTERIOR
Como unas cinco millas a lado y lado del Canal.
ROOSEVELT
Es poco, nos tomaremos diez.
SEC. DE GUERRA
¿Por qué no nos tomamos todo?
SEC. DEL INTERIOR
Por ahora es innecesario, a la larga todo será de nosotros, hasta la
Patagonia. Lo importante es darle un piso legal a todo esto.
ROOSEVELT
¿Y cómo?
SEC. DEL INTERIOR
Dictando una ley.
ROOSEVELT
¿Alguien tiene una ley aquí?
SEC. DE CULTURA
Yo no, pero conozco a alguien especialista en leyes…
ROOSEVELT
¿Quién?
SEC. DE CULTURA
John S. Spootner.
ROOSEVELT
¿Y sí es hombre de confianza?
SEC. DE CULTURA
Totalmente.
ROOSEVELT
Entonces que fabrique la ley. Nos veremos en el Congreso. Y antes
de determinar esta reunión quiero exhortarlos a que hagan sus
ejercicios físicos diarios. Tenemos que ser siempre los más fuertes.
Y estar preparados para todo.
SEC. DE GUERRA
Yo estoy haciendo diariamente mis ejercicios del desembarco. Ya
he hecho desembarcos en México, Cuba, Puerto Rico, Filipinas,
República Dominicana...
ROOSEVELT
Excelente, señores. Excelente. Quiero ver la doctrina Monroe
aplicada integralmente y creo en tal política con todo mi corazón:
“América para los americanos”.
Música americana. Antes de salir de escena, cantan:
TODOS
Somos la Ley,
somos la Ley, ¡yes!,
la única Ley.
Somos la Ley
la única Ley,
¡y ya no hay
nada que hacer!
Cubanos, argentinos,
brasileños, bolivianos,
también ecuatorianos
a todos nos chupamos
por eso aquí decimos:
“I took Panama!”
Salen trotando.
Eternidad…
serás nuestra…
serás la eterna Ley,
en el verano
de mil novecientos dos.
Eternidad…
mi fiel eternidad,
mi corazón,
mi Ley, mi amor tendrás;
y cuando te vuelva a ver
serás la inmensidad…
Entra Roosevelt.
ROOSEVELT
¿¡Qué hacen?! ¡Nada de romanticismos! ¡Queremos hombres
fuertes y con los pies bien firmes sobre la tierra! ¡Al trote, ar!
(Comienzan a trotar hacia la salida.) ¡Y con cien años es más que
suficiente! ¡Go! ¡go! ¡go!
Salen.
Segunda etapa
Cómo se negocia un canal
I. El país de la procesión
Marroquín atareado, concentrado en un libro. Entran las tres tías cantando.
TÍAS
(En coro.) Con zeta se escriben azada, vergüenza,
hozar, despanzurra, bizcocho, azafrán,
azufre, bizarro, calzones y trenzas,
coraza, lechuza, durazno, azacán.
TÍA 1
¡Ahora con la jota!
TÍAS
(En coro.) Llevan la jota: Tejemaneje,
objeto, hereje, dije, ejercer,
ejecutoria,
apoplejía,
jergón, bujía,
vejiga, ujier.
TÍA 2
¡Ahora con la ye!
TÍAS
(En coro.) Con ye se escriben gayo, boyero, concluyente,
guayaba y adyacente, cayados, arrayán,
ahuyentar, ayuda, leyenda, bayoneta,
joya, inyectar, bayeta, mayúscula, jayán. (Se ríen.)
TÍA 3
¡Somos gramáticas!
TÍA 1
¡Sintácticas y ortográficas!
TÍA 2
¡Gracias a José Manuel!
TÍA 3
¡Ahí está!
TÍA 1
No interrumpamos al pobre...
TÍA 2
Desde que es presidente...
TÍA 3
Ya no tiene ni tiempo de comer.
TÍA 1
Muy grande problema debe de tener.
TÍA 2
Se dice mayúsculo y se escribe con ye.
TÍA 3
Y escribir, no olvides, ha de ser con be.
TÍA 1
¿Con la v de vaca?
TÍA 2
¡O con la b de burro!
TÍA 3
¡Que el uno y el otro, animales son!
TÍA 1
Bueno, dejémonos de versos y arreglemos esto.
TÍA 2
Yo traeré un cesto.
TÍA 3
Y yo puliré el resto.
TÍA 1
Y yo puliré presto.
TÍA 2
¡Para que sillones, floreros y tiestos!
TÍA 3
¡Queden bien pulidos, donosos y enhiestos!
TÍAS
(En coro.) Por más que queremos dejar de hablar en verso
no logramos hacerlo,
y queriendo obtenerlo,
muchas veces hablamos en reversa!
TÍA 1
¡Corazón de Jesús, no podríamos dejar de hablar en verso!
TÍA 2
¡Ya estoy harta!
TÍA 3
¡Y yo rejarta!
Suena golpes de aldabón.
TÍA 1
¿Quién será?
TÍA 2
¿Un liberal?
TÍA 3
¡Si es un liberal yo salgo a escape!
TÍA 1
¡No abramos! ¡Detrás de esa puerta debe haber un mundo extraño!
TÍA 2
A esta santa casa, jamás entró...
TÍA 3
¡Ese horrible mundo lleno de pecado!
CORO
¡No abramos!
TÍA 1
¡Pero puede ser el Sagrado Corazón de Jesús!
TÍA 2
Eso a veces ha sucedido...
TÍA 3
Alguien toca la puerta...
TÍA 1
Y no es un pecador...
TÍA 2
¡Sino un santo!
TÍA 3
¡San Antonio, nuestro patrono!
TÍA 1
¡O San Judas Tadeo!
TÍA 2
O el Judío errante...
TÍA 3
O Jesús...
TÍA 1
¿Abrimos?
TÍA 2
¿No abrimos?
TÍA 3
¡Qué suspenso!
MARROQUÍN
Abran, queridas tías, que es el Ministro de Educación...
TÍA 1
(Pasa la voz.) Es el Ministro de Educación...
TÍA 2
(Ídem.) Es el Ministro de Educación...
TÍA 3
(Ídem.) Es el Ministro de Educación...
TÍA 1
¡Yo abro!
TÍA 2
¡Yo hago el chocolate!
TÍA 3
¡Y yo las colaciones!
Entra el Ministro de Educación.
MIN. DE EDUCACIÓN
¿Está el señor presidente?
TÍA 1
Está, pero absorto en graves problemas...
MIN. DE EDUCACIÓN
Los tiempos que corren son difíciles, querida señora.
TÍA 1
Mientras los demás retozan, él afronta los problemas...
MIN. DE EDUCACIÓN
¡Es cierto! ¿Puedo hablar con él?
MARROQUÍN
Siga, siga querido Ministro... de Educación.
MIN. DE EDUCACIÓN
Ya estoy a su lado, señor Presidente...
MARROQUÍN
¡Qué apasionante!
MIN. DE EDUCACIÓN
Pero también peligroso...
MARROQUÍN
Ningún peligro, señor ministro...
MIN. DE EDUCACIÓN
La guerra siempre fue un peligro, señor presidente.
MARROQUÍN
No me refería a la guerra, señor ministro, sino a este apasionante
anagrama. ¿Qué cree usted que salga de Leopoldo Cajiao?
MIN. DE EDUCACIÓN
¿Ají de León?
MARROQUÍN
¡No señor, ajiaco de pollo!
MIN. DE EDUCACIÓN
¡Debo confesar que en cuestiones de anagramas, no soy sino un
amateur!
MARROQUÍN
¡No se dice amateur, se dice aficionado!
MIN. DE EDUCACIÓN
¡Exactamente, señor presidente!
MARROQUÍN
Bien, señor ministro de la Guerra...
MIN. DE EDUCACIÓN
Ministro de Educación, excelencia.
MARROQUÍN
Precisamente... No sé por qué dije eso... señor ministro de
Educación, estoy para servirle...
MIN. DE EDUCACIÓN
Señor presidente, usted me llamó y...
MARROQUÍN
Precisamente... yo lo llamé... (Intempestivamente.) ¿Ha leído la
última novela de misterio?
MIN. DE EDUCACIÓN
No, señor presidente... pero le prometo que la leeré…
MARROQUÍN
Bueno, bueno... eso no importa... Yo lo había llamado para...
¡Caray! Para qué lo llamé... ¡Ah! Para la inauguración de nuestra
Sociedad Literaria... No... no es eso... ¿Para qué lo llamé, Dios
mío?
MIN. DE EDUCACIÓN
Me permito recordarle, señor presidente que hoy es el Día de la
Procesión.
MARROQUÍN
¡Ah! ¡Sí! Se me olvidaba. Hemos consagrado el país a la Procesión
y hoy es su día... Necesito que usted me ayude, señor ministro, a
confeccionar el discurso, mientras yo hago este otro apasionante
anagrama...
MIN. DE EDUCACIÓN
Señor presidente... ¿No es mejor que usted lo haga? Yo no sé muy
bien lo que ha de decirse...
Entran las tías, rodean al Ministro.
TÍA 1
¡Mijo, aquí está el chocolatico!
TÍA 2
¡Y aquí un bizcochito!
TÍA 3
¡Y aquí otro poquito de chocolatico!...
TÍA 1
¡Y otro bizcochito!...
TÍA 2
Estás muy lindo mijo...
TÍA 3
¿Y cómo está Elvirita?
TÍA 1
¿Y cómo está Pachito?
TÍA 2
¿Y cómo está mijito?
MARROQUÍN
¡Basta ya!
CORO
Estás muy lindo mijo...
Salen en carrera.
MARROQUÍN
Bueno, estábamos...
MIN. DE EDUCACIÓN
En que hoy es el Día de la Procesión, señor presidente…
MARROQUÍN
Exactamente, exactamente… ¿Y hay que ir a la procesión?… ¿Y
lanzar un discurso?... ¿Y cómo lo haremos?… Bueno, bueno…
ensayemos... Hágame la merced señor ministro de hacer de público
y yo lanzo el discurso...
Marroquín se sube en la mesa. El Ministro oye.
MARROQUÍN
¡Compatriotas! Hoy, Día de la Procesión, hemos consagrado al país
a esa magna empresa... y me satisface ardientemente ver a la nación
en su mejor época... la paz corre por nuestros campos... el fisco
nacional está en superávit y...
MIN. DE EDUCACIÓN
Perdón, excelencia... ¿No es un poco exagerado?
MARROQUÍN
Puede que lo sea, pero yo lo digo... o, entonces ¿el poder para qué?
(Suenan golpes de aldabón. Las tías entran y salen por uno y otro
lado.) ¿Qué pasa? (Suena campanas de iglesia.) ¿Qué pasa?
LAS TÍAS
(En coro.) ¡Manuelito, Manuelito, la procesión ha comenzado!
Se oyen repiques de tambor, Marroquín y el Ministro de Educación
se arreglan la corbata, se alisan el pelo, miran a lontananza.
MARROQUÍN
¿Lo que viene allí es la Procesión?
MIN. DE EDUCACIÓN
Creo que sí, excelencia.
MARROQUÍN
Pero es una sola persona la que viene.
MIN. DE EDUCACIÓN
Es cierto... Me parece excelencia que es... sí... es él...
MARROQUÍN
¿Quién?
MIN. DE EDUCACIÓN
El señor embajador de los Estados Unidos...
MARROQUÍN
Y qué viene a hacer acá, por Dios. ¡Hoy es el Día de la Procesión!
¡No puedo atenderlo!
MIN. DE EDUCACIÓN
Seria peligroso no hacerlo...
Entra el Embajador.
EMBAJADOR
¡Excelencia!
MARROQUÍN
¡Excelencia... llega usted en un momento difícil! Hoy es el Día de
la Procesión... y…
EMBAJADOR
¿Procesión?
MARROQUÍN
Sí excelencia, se escribe con c y s.
EMBAJADOR
Excelencia, lo que me trae aquí es más importante que la ortografía,
vengo en nombre del presidente Teodoro Roosevelt a hablar con
usted sobre el canal de Panamá...
MARROQUÍN
Canal de Panamá... Qué interesante anagrama. Pero no tengo
tiempo ahora... Dejémoslo para más tarde...
EMBAJADOR
¡Esto queda bajo su responsabilidad, excelencia!... ¡Si no quiere
hablar sobre el canal de Panamá, negociaremos con Nicaragua!
MARROQUÍN
Nicaragua... otro bello anagrama... pero... por Dios, señor
embajador de los Estados Unidos... ¡hoy es el Día de la Procesión y
debo lanzar mi discurso!...
MIN. DE EDUCACIÓN
¡Ahí viene la procesión!
MARROQUÍN
Ya no hay tiempo. Quédese usted a mi lado, excelencia, esta
procesión nos puede ser de provecho...
MIN. DE EDUCACIÓN
(Como un animador.) Y ahora señoras y señores, verán la
procesión colombiana dividida en cinco pasos. Primer paso la
“Guerra de los Mil Días”.
Entran el Soldado 1 de azul y el Soldado 2 de rojo.
SOLDADO 1
¡Soy el soldado conservador!
SOLDADO 2
¡Soy el soldado liberal!
SOLDADO 1
¡Combato por sostener el gobierno!
SOLDADO 2
¡Combato porque el Partido Liberal tenga representación en el
gobierno!
SOLDADO 1
¡Miente! ¡Usted es un ateo! ¡En el Día de la Procesión los ateos no
pueden gobernar!
SOLDADO 2
¡No soy ateo!
SOLDADO 1
¡Usted es el diablo!
SOLDADO 2
¡No soy el diablo! ¡Soy campesino colombiano y soy creyente!
SOLDADO 1
¡Yo también soy campesino!
SOLDADO 2
Entonces, si ambos somos campesinos, ¿por qué peleamos?
MIN. DE EDUCACIÓN
(A Marroquín.) ¡Están pensando demasiado, excelencia!
MARROQUÍN
(Baja y anima al soldado 1.) Mentiras, soldado, no te dejes
engañar, él es un ateo. ¡Un horroroso ateo! ¡Dale duro! ¡Eso!
¡Bravo!
Los dos soldados combaten; el liberal va ganando.
MARROQUÍN
¡Necesito fusiles! ¡Dispárale soldado, mátalo! ¡No puede disparar
con un sable! ¡Necesito fusiles!
Salen combatiendo los soldados.
EMBAJADOR
¡Excelencia, yo tengo los fusiles! ¡Con ellos podrá masacrar a esos
malditos!
MARROQUÍN
(Con vehemencia.) ¡Sí, eso es lo que quiero! ¡Decreto la guerra a
muerte contra esos malditos ateos!
EMBAJADOR
(Insinuante.) Si usted nos vende Panamá...
MARROQUÍN
Vendo cualquier cosa... ¡Pero necesito fusiles, armas, bombas,
cañones!
MIN. DE EDUCACIÓN
(Como animador.) ¡Segundo paso del Día de la Procesión!
¡Lamentaciones del señor caído, don... “Erario Público”!
Entra Erario Público con cruz al hombro y corona de espinas en la
frente.
ERARIO PÚBLICO
(Lamentándose.) Soy el erario público... Soy una verdadera
calamidad... No tengo para pagar a los maestros de escuela ni para
los hospitales, ni para carreteras. Y todos se lamentan y me ruegan
y me lanzan oraciones, pero, ¿qué puedo hacer, si estoy más caído
que el Señor de Monserrate? Yo no tengo la culpa... ¡Dios mío!
¡Son los burócratas politiqueros, los contratistas sin Dios ni ley que
con sus negociados no me dejan en paz! Entran a saco en mis
bolsillos y no me dejan ni siquiera un mendrugo de pan...
MARROQUÍN
(Airado.) ¡Miente! ¡Nuestro honor es inmaculado! ¡Jamás nos
hemos manchado con ningún negociado! ¡O si no, muestre las
pruebas! ¡El culpable es el pueblo que no quiere pagar los
impuestos, que lo evade y nos obliga a emitir más y más dinero!
¡Hemos emitido mil millones de papel moneda! ¡Para que sus
bolsillos estén llenos! ¿Qué más quiere?
ERARIO PÚBLICO
¡Son ya demasiados los impuestos! ¡Y el pueblo no puede pagar
más!
MARROQUÍN
¡Pues quien quiera su celeste que le cueste!
ERARIO PÚBLICO
¡Pero son los ricos los que no pagan los impuestos, los evaden!
MARROQUÍN
(Tapándole la boca.) ¡Cállese! ¡Cállese!, ¡ateo asqueroso!
ERARIO PÚBLICO
(Tratando de hablar.) ¡Déjeme hablar, quiero confesarme
públicamente!
MARROQUÍN
(Forcejeando.) ¡No se lo permitiré! ¡No se lo permitiré, bellaco!
¡Decreto emisión de papel moneda por cien millones, por
doscientos, por trescientos, por cuatrocientos!
Saca papel del bolsillo y se lo va metiendo en la boca del erario
hasta casi ahogarlo.
EMBAJADOR
Cálmese excelencia, su corazón puede hacerle una mala jugada.
MARROQUÍN
(Tiembla de la rabia.) ¡Es que no le permito a nadie, menos al
Erario Público que diga tamaño adefesio!
EMBAJADOR
De todas maneras usted le metió demasiado papel en la boca y
puede ahogarse... Es necesario tener moneda contante y sonante...
Nosotros le podemos hacer un préstamo... ¿Un millón de dólares le
parece bien?
MARROQUÍN
Está bien, señor embajador, mil gracias. Usted es un hombre
comprensivo...
EMBAJADOR
¿En qué lo quiere, en aparatos para pelar papas, en cepillos de
dientes o en helicópteros?
MARROQUÍN
En cepillos de dientes... tengo un mal sabor en la boca.
EMBAJADOR
Pues yo seriamente, le recomiendo lo último.
MIN. DE EDUCACIÓN
(Como un animador.) ¡Tercer paso del Día de la Procesión! ¡Los
liberales se toman Panamá!
MARROQUÍN
¡Ese paso no lo permito! ¡Cualquier cosa menos ese paso! ¡Atrás,
atrás!
MIN. DE EDUCACIÓN
¡Pero, señor presidente, la procesión va a quedar incompleta!
MARROQUÍN
¡Que entren las tías mientras veo qué hago!
Entran las Tías 2 y 3 recitan en coro el verso de la “p” mientras
Marroquín se arrodilla a orar.
TÍAS 2 Y 3
(En coro.) Con “p” se escribe papá, poder, política, pellejo
papa, pandemónium, policía, Pumarejo,
petróleo, pozos, permisos, pedaleo,
perros, pillines, patrañas y pendejo.
Salen.
MARROQUÍN
¡Dios mío, dame luces para encontrar el camino de la verdad!…
¡He debido quedarme en mi ortografía solamente... y no meterme a
Presidente!
Entran los Liberales 1 y 2 arrastrando a Panamá y empujan a
Marroquín.
MARROQUÍN
¡Ese paso, no! ¡Ese paso, no! ¡Dije que ese paso, no!
LIBERAL 1
¡Tenemos a Panamá! ¡Pediremos rescate por ella!
LIBERAL 2
¿Y a quién, a los godos o a los gringos?
LIBERAL 1
¡Si los gringos nos dan armas para acabar con los godos, les
daremos a Panamá gratis!
PANAMÁ
¡Señores, por favor no me entreguen! ¡Soy colombiana... quiero
seguir siéndolo y...!
LIBERAL 1
¡Cállese!
PANAMÁ
¡Pero lo que van a hacer es una locura!
LIBERAL 2
¡Por ahora, lo que tiene que es hacer es callarse!
LIBERAL 1
¡Y servirnos de comer!
PANAMÁ
¡No soy una sirvienta!
MIN. DE EDUCACIÓN
¡Ahí vienen los godos!
Entran las Tías 2 y 3.
CORO DE TÍAS
¿Nos llamaron? ¡Con nosotras sí no se juega! ¡Ateos!
Les dan patadas a los Liberales. Estos salen corriendo.
PANAMÁ
¡Menos mal que llegaron ustedes!
TÍA 2
¡Silencio! ¡Sírvanos de comer!
PANAMÁ
(Colérica.) ¡Todos ustedes me tratan como sirvienta!
TÍA 3
¡Cállese, Panamá!
MIN. DE EDUCACIÓN
¡Ahí vienen los liberales!
Los Liberales entran y dan patadas a las tías que salen en carrera.
MARROQUÍN
¡Esto sí que no lo puedo permitir! ¡A la familia conservadora no la
pueden tratar así! ¡Guerra a muerte contra esos asquerosos ateos!
MIN. DE EDUCACIÓN
¡Señor presidente, pero no hay armas, ni buques! ¿Qué hacemos?
MARROQUÍN
(Al Embajador.) ¿Qué hago, señor embajador?
EMBAJADOR
Bueno, usted ya me debe un millón de dólares en cepillos de
dientes y... no sé… Pero…
MARROQUÍN
¿Pero?
EMBAJADOR
Puede haber una salida.
MARROQUÍN
¿Cuál, señor embajador? ¿Cuál?
EMBAJADOR
Ordene que los ejércitos de mi país pongan orden en Panamá.
MARROQUÍN
¡Sí! ¡Eso, que vengan! Señor ministro, un cable al embajador de
Colombia en Washington: “Bogotá, 20 de septiembre de 1902.
Señor embajador, solicite presidente Roosevelt intervención
Panamá, apelando al artículo 35 del tratado de 1846, como se ha
hecho en situaciones análogas, solicitamos que nos invadan con
carácter urgente. Firmado, presidente Marroquín, ministro de
Relaciones Exteriores, Paul”.
MIN. DE EDUCACIÓN
Excelencia, leo el cable de respuesta “Washington, septiembre 19
de 1902. Referente a su petición del 20 de los corrientes,
anunciémosle heroico desembarco de nuestros mariners en Panamá
desde hace dos días”.
MARROQUÍN
Increíble la rapidez de su telégrafo, señor embajador.
MIN. DE EDUCACIÓN
(Como animador.) ¡Señoras y señores!, sigue la Procesión
colombiana. Cuarto paso, ¡los mariners invaden Panamá y se firma
el tratado de Wisconsin, que da fin a la Guerra de los Mil Días!
VICEALMIRANTE
¡Soy el Vicealmirante Silas Casey, de la Armada Naval de los
Estados Unidos! Y desde este momento decreto que no se permitirá
a ninguno de los beligerantes armar camorra en los lugares de la
línea del ferrocarril de Panamá, ni en las ciudades de Colón y
Panamá, ni el uso del ferrocarril, ni a los rebeldes, ni a las tropas
del gobierno colombiano! ¡Quien no cumpla esta orden… quien no
cumpla esta orden… (Furioso.) aténgase a las consecuencias!
MARROQUÍN
(Airado.) ¡Señor vicealmirante! ¡Usted extrema sus funciones! ¡El
asunto es contra los liberales únicamente, no contra el gobierno
colombiano!
VICEALMIRANTE
¿Me está dando órdenes?
MARROQUÍN
¡Estoy sugiriendo!
VICEALMIRANTE
¡No admito ese tono de mando!
MARROQUÍN
(Amablemente.) Querido señor vicealmirante Silas Casey… Usted
está extremando sus funciones… El asunto es contra los liberales
solamente, no contra el gobierno colombiano…
VICEALMIRANTE
¡Si no se retira ya a un tiro de cañón de una de nuestras naves,
mando a hacer fuego!
MARROQUÍN
Pero, señor embajador, ¿qué es esto?
EMBAJADOR
Esto es la paz.
MARROQUÍN
Pero, ¿a qué precio?
VICEALMIRANTE
¡Que entren los camorristas!
Entran el Liberal y el Conservador. El Vicealmirante les extiende
sendos papeles.
LIBERAL
¿Qué es esto?
VICEALMIRANTE
El tratado de Wisconsin... (El Liberal lo va a leer.) ¡No es
necesario que lo lea! ¡Firme solamente...!
LIBERAL
Pero... yo no puedo firmar algo así... ¡sin leer!
VICEALMIRANTE
¡Fírmelo primero y después lee! ¡No tengo tiempo que perder!
MARROQUÍN
(Ordenando.) ¡Fírmelo! ¡Lo que haya por discutir ya lo discutió
nuestro embajador en Washington!
CONSERVADOR
Pero, excelencia... ¡Yo también quisiera enterarme de qué es lo que
dice el dicho tratado!
EMBAJADOR
Está bien, lea la cláusula número siete, que es la que nos interesa...
CONSERVADOR
(Leyendo.) Se convocará a elecciones para el Congreso, debiendo el
gobierno colombiano comprometerse a que se efectúen con pureza
y legalidad. Y queda obligado el Congreso a tratar sobre la reforma
de la Constitución, la reforma laboral y la reforma del sistema
monetario para valorizar el papel moneda y comenzar sin más
dilaciones con la negociación del Canal de Panamá...
MARROQUÍN
Hasta ahora me entero de eso, señor embajador... yo quisiera
decirle que...
EMBAJADOR
Antes de decir cualquier cosa, le recuerdo que en estos momentos
nos está debiendo un millón ochocientos mil dólares...
MARROQUÍN
Señor embajador... usted me prestó un millón solamente... y eso en
cepillos de dientes...
EMBAJADOR
Si, pero ¿y los intereses, señor presidente? Usted tal vez no lo
comprende, pero todo capital no es huérfano. Tiene que producir
una renta... No es por caridad que hemos prestado ese dinero...
MARROQUÍN
Pero, ¿cómo pago todo eso?
EMBAJADOR
¿Qué le parece Panamá, señor presidente?
MARROQUÍN
Sí... ahí está Panamá... es verdad... ¡Pero eso sería como entregar la
soberanía!... Yo... ¿Me permite pensarlo un poco más, señor
embajador?
EMBAJADOR
Si usted no negocia ya, negociaremos con Nicaragua...
MARROQUÍN
¡No, no! ¡Con Nicaragua no! ¡Nosotros tenemos la mejor buena
voluntad! (Al Ministro.) Señor ministro, cablegrafíe a Washington a
nuestro embajador, que comiencen las negociaciones... Entre tanto,
reuniré el Congreso, ¿le parece bien, señor embajador?
EMBAJADOR
Perfectamente.
VICEALMIRANTE
¡Firmen!
El Conservador y el Liberal se miran.
VICEALMIRANTE
¡Firmen!
El Conservador lanza un suspiro y firma.
LIBERAL
La patria por encima de los partidos. (Firma.)
MINEDUCACIÓN
(Como animador,) ¡Quinto y último paso de la procesión! ¡Las
lamentaciones de… Panamá!
Sale a escena Panamá.
PANAMÁ
(Al público.) Soy la virgen de Panamá y al contrario de otras
vírgenes como la de Chiquinquirá, la de Guadalupe, la de Bojacá,
no puedo ayudarlos por mucho que me oren…
MARROQUÍN
¿Una virgen que no cumple sus funciones? ¡¿Qué es esto?!
PANAMÁ
¡Y no puedo hacerlo porque soy la más pobre de las pobres! ¡Y yo
soy quien va a orarles a ustedes para ver si con mis oraciones logro
que ustedes me ayuden!
MARROQUÍN
¡¿El orden subvertido?! ¡Paren la procesión!
PANAMÁ
(Sin mucho tiempo, se apresura.) Debo decirles que nuevamente
los gringos me han invadido. No me gustan. ¡Son pomposos y
vanidosos! ¡Nos desprecian porque no somos del mismo color de
ellos y no fabricamos aviones, ni hacemos armas, ni cine, ni nada!
EMBAJADOR
Señor presidente, ¿si está oyendo? ¡Es necesario que le ordene que
se calle o que la callen!
MARROQUÍN
¡Ordeno que se calle! ¡Ordeno que la callen!
PANAMÁ
Los gobernantes colombianos viven tranquilamente en Bogotá
rodeados de brumas y no conocen a Panamá…
MARROQUÍN
¿No me ha oído?
PANAMÁ
¡No me conocen, pero si van a Panamá, verán que no hay ni un
puente entre sus numerosos ríos, ni una sola calzada, ni una
escuela! ¡Ayúdenme por favor!
MARROQUÍN
¡Le digo que se calle!… ¡Sáquenla!
Entran dos soldados y la cogen por los brazos.
PANAMÁ
(Aun más afanada.) ¡El cuadro es desolador y se explica muy bien
porque los mandatarios colombianos no conocen aquello, ni tienen
con nosotros vínculos de cariño...! ¡Consideran nuestra comarca
como una colonia y nos mandan gobernadores, magistrados, jueces
y aun jefes de policía, como España mandaba oidores a sus
colonias...!
MARROQUÍN
¡Eso es mentira! Le ordeno que se calle. ¡Vicealmirante, dispare,
dispare!
EMBAJADOR
¡No lo haga! ¡Le ordeno que no lo haga! (Baja de la tarima. Se
dirige a Panamá amablemente.) Tranquilícese; usted no está sola…
MARROQUÍN
(Alarmado.) ¿Qué sucede, señor embajador?
EMBAJADOR
(Enérgico.) ¡Señor presidente! ¡Yo soy evangélico, pero le digo una
cosa! ¡No es esa la forma de tratar a una virgen! (Toma a Panamá
por los hombros y le va hablando mientras salen de escena.) Yo la
ayudaré, darling, no se preocupe… Nosotros la protegeremos… le
daremos todo nuestro cariño… Es muy cierto lo que usted dice, con
nosotros le irá mejor... Cállese por ahora...
Panamá lo mira fríamente y sale.