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“En mi familia hay una maldición.

Porque mi tío se murió por tener el mismo nombre que su tío.


Que también se murió.
A la misma edad.
Pero también hay lo contrario a una maldición.
Una coincidencia.”

La semana pasada terminé de leer Tarantela, de Abril Castillo, he tratado de digerirlo, no porque sea un
libro difícil, sino porque como que tengo un bloqueo mental para contarles de que va sin dar spoilers
¿No odian los spoilers? ¿O esas reseñas donde te cuentan todo? … yo sí y trato de evitarlas.

En fin, que tenía este libro en mi wishlist porque empecé a escuchar mucho el nombre de Abril Castillo,
yo no la conocía, ni la tenía en el radar hasta hace poco y pues sí, Abril es una chica super talentosa y
multidisciplinaria, no solo es escritora, también es editora, ilustradora, tallerista, y entre otras tantas
cosas, feminista. Leer Tarantela fue mi primer acercamiento a su trabajo y me lleve una grata sorpresa y
sí quisiera seguir explorándolo.

“De la muerte no se habla a menos que ocurra mientras duermes y tengas más de ochenta años de
edad. De la muerte no se habla a menos de que sea algo que te ocurre sin querer. No algo que provocas”

Otra razón por la que leí este libro es porque no tenia la menor idea que era una tarantela y pues en mi
mente dije “si lo leo, en algún momento lo va a revelar” y sí, pero no… Tarantela es un baile al sur de
Italia que se usaba para “eliminar” el veneno de la picadura de una tarántula. Y pues esto es una
metáfora de lo que nos cuenta Abril en esta obra.

Tarantela es un libro de auto ficción, porque parte de un suceso real, pero como lector, en realidad no
sabes quien te lo esta narrando, si es la autora o alguien más, lo que sí es que es un monólogo de una
mujer que hace una genealogía de su familia, tratando de analizar sus relaciones con sus parientes
cercanos: como su abuela, su tío Jano, su abuelo, su mamá , su papá, su hermano y la relación que
tienen con este hecho y como marco su vida diaria.

“Todos somos todos. Versiones de lo que otros necesitan de uno. Versiones de lo que necesitamos de los
demás. Fragmentos. Unos ojos de uno, la boca de otro. Es como no conocer a alguien del todo y ver en
su cara la cara del mundo.”

Debido a que este libro reconstruye una historia familiar y los vínculos a partir de sus memorias y los
diarios de su abuelo, es nostálgico, y hay ciertos silencios y pausas drámaticas mientras lo lees … “… Hay
dolores que no puedes enunciar de corrido, se muestran como una respiración entrecortada…” dice Abril.
También hay dolores y alianzas que se reconocen y por supuesto hay duelo, no solo por la pérdida de
algunos de los personajes, sino por aquello que a veces ocurre y que no se nombra.

Al final, pienso que tarantela fue el baile que Abril tuvo que hacer para resignificar a su propia familia y
eliminar el veneno que de alguna u otra manera, los consumía.
Si no queda un cuerpo que lo sostenga, ¿en dónde habita este dolor?

Ése nos lo quedamos los vivos.

Lo edita antílope (@edicionesantilope) y no tengo que decirles que sigan de cerca, con lupa de ser
necesario, a Abril Castillo Cabrera (@abrilcastilloc) , sin duda, su trabajo es imperdible.

Nosotros nos leemos pronto en la próxima #recomendaciónperra

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