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OBJETIVOS DE LA APLICACIÓN DE LOS PRIMEROS AXILIOS PSICOLÓGICOS

Deben promover la seguridad física y emocional de los afectados, proporcionar calma y


tranquilidad tratar de conectarlo con su red social de apoyo incentivar la eficacia del grupo
afectado
Proporcionar ayuda activa y proactiva
Primero se debe apartar al afectado del sitio del bullicio hacia un lugar tranquilo darle agua
o comida o algún medicamento.
Informar de todo lo que ocurre
No prometer nada que no podamos cumplir e incluso cumplir
Hablar de forma tranquila y no alzar la voz
No dar más información de la necesaria
Debemos escuchar sin juzgar y dar la importancia que se tiene.
En los momentos posteriores se debe dar información exacta y sencilla de lo que pasa
Si es un niño debe estar siempre acompañado.
Respetar las diferencias socioculturales, inclinación social.
Promover el empoderamiento identificar e identificar sus necesidades y buscar soluciones a
los mismos.
Esto permite ir retomando poco a poco su vida y retomar la vida cotidiana posterior el
incidente crítico.
Concientizar a las personas de sus propios recursos personales.
Dar pautas Sico educativas de higiene.

Cuando y donde se aplican los PAP


En este vídeo vamos a comentar dos aspectos muy concretos pero iguales de importantes
para la aplicación de los primeros auxilios psicológicos. Vamos a hablar de cuándo hay que
aplicarlos y dónde es mejor aplicarlos. Sobre la primera cuestión, sobre el cuándo existe un
amplio debate. 
Los aspectos en crisis y emergencias estamos totalmente de acuerdo que los primeros
auxilios psicológicos son la técnica de elección en las primeras 72 horas tras el momento
del impacto. 
Son un procedimiento que ayuda a las personas a transitar por la fase de shock y de
adaptación que les suministra información y les conecta con su red social. Y por lo tanto
nadie discutirá qué es lo primero que hay que hacer cuando se interviene con afectados. La
pregunta aparece cuando esto no es posible. Es decir, hay situaciones como grandes
catástrofes o crisis comunitarias en países pobres donde no hay disponible ayuda en el
primer momento en los que no se pueden aplicar los primeros auxilios psicológicos dentro
de esta franja de las primeras 72 horas iniciales. Imagine por ejemplo un país devastado por
un terremoto. Si lo importante es poder ayudar a las personas a sobrevivir, rescatar a las
personas debajo de los escombros, tratar de asegurar los suministros, no podemos aplicar
primeros auxilios psicológicos, hay que hacer cosas previas. Pasan entonces tres, cuatro,
cinco, seis días, alguna semana y entonces, ¿qué debemos hacer? 
Cuando por fin podemos trabajar las personas en el apoyo más psicológico, más
psicosocial, 
¿Vamos a empezar por los primeros auxilios psicológicos o debemos hacer otra cosa? 
Existen dos respuestas a esta pregunta. 
La primera la respuesta europea considera que tras las iniciales 72 horas si no se han podido
aplicar los primeros auxilios psicológicos hay que utilizar otro tipo de
procedimientos, sobre todo los procedimientos de potenciar la recuperación, de psi
coeducación, de tratar de ayudar a las personas a conocer qué pueden hacer y cómo pueden
implicarse en cuidarse. 
Sin embargo, la otra respuesta, la que procede de la ons, considera que como los primeros
auxilios psicológicos son el primer eslabón, el primer paso de una secuencia de ayuda hay
que aplicarlos también si no se han podido hacer en estas 72 horas, y que por lo tanto son el
procedimiento de elección semanas incluso dos o tres meses tras la aparición del incidente
crítico o de la emergencia masiva. 
Esta segunda opinión propone que si no se ha podido hacer antes, los primeros auxilios
psicológicos son buenos para la población porque ayudan a afrontar lo ocurrido. 
Se preguntará usted, cómo es posible que con la experiencia que  hay en emergencias no
tengamos una respuesta concreta, directa a estas dudas. Habitualmente cuando los expertos,
los profesionales nos formulamos preguntas, se hacen unas investigaciones y con los
resultados de estas investigaciones hallamos las evidencias para responder pero en las
emergencias, en la psicología de crisis, en la aplicación de los primeros auxilios
psicológicos tenemos también un problema con estas evidencias. Al día de hoy no existen
evidencias científicas claras que nos expliquen o nos demuestren si es bueno aplicar los
primeros auxilios psicológicos y si lo es incluso cuando han pasado semanas tras un
incidente crítico. 
El problema de las evidencias científicas para que lo sean es que requieren de unas
condiciones de aplicación muy estrictas. Para que podamos decir con evidencias basadas en
una metodología científica que un tratamiento es eficaz, debemos poder comparar un grupo
de personas al que le aplicamos una técnica, en este caso los primeros auxilios psicológicos
con otro grupo de personas de igual condición a la que no le aplicaríamos nada. 
Y ahí está el problema, este planteamiento un grupo control de afectados por una
emergencia al que no le aplicaríamos los primeros auxilios psicológicos éticamente no es
posible, no se puede en experimentación con humanos dejar a un grupo sin atender
simplemente para obtener una evidencia. Pero además, las emergencias, las crisis sobre
todo las masivas son lo suficientemente caóticas y difíciles como para que no puedan
garantizar el rigor de la recogida de muestras. Por lo tanto, no es que no tengamos
evidencias científicas de que los primeros auxilios psicológicos funcionan, es que todavía
no hemos encontrado la manera de medir esas evidencias de forma que sean
irrefutables, personalmente, la mayoría de expertos sabemos que aplicar primeros auxilios
psicológicos ayuda y mucho a las personas afectadas. 
¿Cuál es nuestra postura, la del centro de crisis de la UAB ante la pregunta que formule
al principio sobre qué vamos a hacer si no podemos aplicar los primeros auxilios
psicológicos dentro del intervalo recomendable de las primeras 72 horas? 
Nuestra postura propone que cuando es posible aplicar los primeros auxilios psicológicos
en las 72 horas son la mejor de las técnicas y en este momento hay que focalizar sobre todo
en tres objetivos básicos de los primeros auxilios psicológicos, mantener el nivel de
activación lo más bajo posible, informar a las personas afectadas, informarlas de nuevo y
volverlas a informar porque la información tranquiliza y conectarlas con su red social. 
Cuando por los motivos que sea no ha sido posible aplicar los primeros auxilios
psicológicos dentro de esta ventana de las primeras 72 horas, pueden seguir siendo una
buena técnica muy útil si la usamos durante las primeras cuatro a seis semanas que es la
fase en la que las personas están acomodándose a su nueva realidad. Pero, cuando lo
hacemos en ese momento en una fase posterior al impacto, en esa fase como de transición
mientras van aceptando la realidad, vamos a cambiar un poquito la prioridad de los
primeros auxilios psicológicos no se trata tanto de mantener bajos los niveles de
activación, sino de suplir sobre todo la información de lo que ha ocurrido, que se tiene por
información psicoeducativa sobre reacciones esperables, sobre cómo pueden los propios
afectados implicarse en su proceso de curación y sobre cuáles son los factores protectores
para su recuperación y cuáles podrían ser factores de riesgo. 
Así seguimos aplicando primeros auxilios psicológicos pero hemos variado un poco el
centro, y el objetivo. Y si la ayuda disponible para la ayuda afectada llega más allá de estas
cuatro semanas, sí que sería importante utilizar otro tipo de técnicas que no sean los
primeros auxilios psicológicos. Existen bastantes modelos y programas de recuperación,
de potenciación de la Resiliencia que serían la técnica de elección en estos casos. 
¿Dónde hay que aplicar los primeros auxilios psicológicos? 
Las emergencias sobre todo si son masivas, suelen ser situaciones complicadas de
gestionar, por lo tanto le voy a ofrecer dos situaciones. La situación óptima, la situación en
la que la aplicación de los primeros auxilios psicológicos se daría en un lugar que estuviera
casi diseñado justo para eso, para aplicación de primeros auxilios psicológicos. Y luego
consciente de que lo óptimo existe pocas veces le ofreceré unos criterios mínimos que
debiera cumplir el lugar donde vamos a aplicar primeros auxilios psicológicos. 
Empecemos por lo óptimo, debe ser un lugar seguro y confortable con una buena
temperatura, ni demasiado frío ni demasiado calor alejado del sitio del impacto es
decir, sobre todo protegido de la visión y de los ruidos del sitio del impacto, pero no muy
alejado, porque los familiares, los afectados, pero sobre todo los familiares suelen querer
estar muy cerca de sus seres queridos, y, esa necesidad de estar cerca que es mucho más
psicológica que físicamente real, por tanto buscamos un lugar amplio, que esté a unos 200,
300 metros de donde ha ocurrido el accidente y donde podamos atender a bastante
personas. 
Normalmente, si estamos hablando de una emergencia masiva, acudirán muchas personas a
informarse, muchas personas a acompañar a los familiares directos y, por lo tanto,
necesitamos un lugar amplio. También necesitamos que en ese lugar haya posibilidad de un
catering, de servir comida y bebida, porque normalmente se pasan muchas horas, y la gente
se cansa y necesita poder beber y poder comer alguna cosa, y necesita también
disponibilidad de tener alguna zona de juegos y de cambio de pañales cuando hay niños
pequeños, y habitualmente, siempre hay niños pequeños en la mayoría de incidentes
masivos. 
Este lugar debe estar protegido del acceso de los medios de comunicación, del acceso y de
la visión, porque los afectados tienen derecho a una absoluta privacidad. 
Si ellos quieren hacer declaraciones a la prensa son muy libres de hacerlos, pero nosotros
debemos garantizar que no sean ni vistos, ni filmados, ni molestados por los medios de
comunicación. Por lo tanto, tiene que tener buenas barreras en este sentido. Y, por último,
el lugar óptimo dispondrá de algún espacio grande, por si tenemos que dar una
comunicación a muchas personas, pero también de muchos espacios pequeños, de
cubículos o salas de reunión pequeñas, de forma que, en el caso ideal cada familia de
afectados tenga un espacio cerrado para sí mismo. Claro, habitualmente, el lugar que
utilizamos como centro de información y de recepción de afectados no cumple todas esas
características, porque se utilizan centros cívicos, escuelas, a veces aeropuertos, cualquier
tipo de lugar, que medianamente sea público y accesible fácilmente. 
Por tanto, ¿cuáles son los criterios mínimos? 
Como mínimo tiene que ser un lugar seguro los afectados, heridos, familiares,
sobrevivientes, tienen que sentirse seguros en el lugar donde les vamos a informar y donde
vamos a aplicar los primeros auxilios psicológicos debe ser un lugar grande, lo más grande
posible y si no está apartado del lugar del impacto, como suele ocurrir a veces con los
aeropuertos, al menos tiene que haber posibilidad de tapar la vista directa sobre lo que ha
ocurrido. Es decir, no es bueno que los afectados estén constantemente expuestos a
la visión no por ejemplo de un avión, sino de los cuerpos de intervinientes, de las
ambulancias, de los bomberos, de las sirenas tendríamos que lograr, dentro del lugar que
nos han asignado, un sitio lo más protegido posible de la visión y del sonido de lo que está
ocurriendo absolutamente imprescindible es que garanticemos la prohibición de acceso de
los medios de comunicación. Si el lugar, por su infraestructura no lo permite, deberemos
pedirle al personal de seguridad que valle y que proteja a los afectados del acceso directo de
los medios de comunicación y, si no hay espacios privados, porque es una gran sala y
no tenemos otra cosa deberemos organizar unos biombos que, como mínimo, permitan que
las familias no se estén viendo y tengan una cierta intimidad cuando reciben malas noticias,
cuando formulan preguntas, cuando lloran y cuando se desesperan.

Donde y como se aplican los PAP


Los primeros auxilios psicológicos se pueden aplicar en diferentes contextos, en diferentes
ámbitos, tanto y dependiendo sobre todo, si estamos hablando de emergencias masivas o de
emergencias cotidianas. En emergencias masivas nos encontraremos que las personas
afectadas pueden estar tanto en centros de primer socorro como en centros de
reagrupación, en polideportivos, puede ser que sean directamente en el sitio donde ha
pasado la emergencia. En cambio, en las emergencias cotidianas, los entornos serán
nuestros entornos cotidianos, valga la redundancia. Será en nuestra casa, será quizá en un
hospital, será en un tanatorio. Depende de dónde acontezca la emergencia, tendremos que
aplicar los primeros auxilios en ese momento. 
Sea como fuere, siempre es importante intentar encontrar un entorno tranquilo, un entorno
lo más cómodo posible y un entorno en el que, dentro de nuestras posibilidades, estemos
tranquilos, que no nos vaya a interrumpir nadie, que sea un entorno confortable para
la persona a la que estamos aplicando estos primeros auxilios. 
¿Qué debemos hacer? ¿Cuáles son las tareas antes de aplicar los primeros auxilios
psicológicos? Primero de todo, tenemos que hacer una recogida de información y
coordinarnos con las personas que tengamos alrededor. En emergencias masivas,
recogeremos información de quién está trabajando en el lugar, dónde están los servicios de
atención primaria, dónde están los avituallamientos, dónde se localizan los diferentes
recursos, y también intentaremos saber cuál es el "planning" de trabajo de los intervinientes
que están en el lugar. De la misma forma, recogeremos información de quién está al mando
para podernos coordinar. El hecho de presentarnos al agente interviniente al mando, es para
poder coordinar nuestra acción con la del resto de intervinientes. Si son emergencias
cotidianas, seguramente la información ya la tendremos, pero es importante que podamos
recabar más información acerca de qué recursos o qué van a pasar en el devenir de las horas
respecto a la emergencia y coordinarnos con otros familiares, con médicos, con
personas que van a jugar un papel importante como agentes dentro de esa emergencia
cotidiana. 
Lo siguiente que tenemos que hacer para prepararnos es pensar en cómo va a ser esta
intervención. Muchas veces, a nivel de emergencias masivas, se da el hecho de que se
generan grupos de personas. Si bien los primeros auxilios psicológicos estamos diciendo
que se aplican de forma personal, de uno a uno, podemos aprovechar estas situaciones
para aplicar primeros auxilios psicológicos en situación de grupo. 
Por ejemplo, una familia, normalmente delante de una emergencia, las familias se suelen
agrupar. 
Aprovechemos esta situación y adaptemos unos poquitos esos primeros auxilios
psicológicos al contexto grupal o quizás, hay veces que se generan grupos de forma
espontánea en los polideportivos o en los centros de agrupación, se junta gente, conocidos o
que viajaban en el mismo vagón. Con estos grupos también se podría hacer una
intervención grupal, adaptándola un poquito. 
A nivel de emergencias cotidianas, se puede dar que tengamos que hacer una aplicación
de primeros auxilios psicológicos con nuestro entorno familiar inmediato, y que tengamos
que aplicarlo a nuestros padres y nuestro cónyuge, por ejemplo. 
En este caso, también adaptaríamos un poquito al contexto grupal. 
Otra cosa que tenemos que tener en cuenta es que tenemos que tener una gran
concentración. 
Pensa que nuestro estado, nuestras reacciones, pueden afectar e influir a la persona que
tenemos delante. 
En función de cómo nosotros reaccionemos, la persona lo tomará como un
termómetro, como una medida de cómo es la situación de grave. 
Si nosotros en todo momento mantenemos la calma, la mente despejada y tenemos muy
claro nuestros objetivos y cómo tenemos que actuar, le dará a la persona una tranquilidad y,
de alguna forma, la persona tendrá la tranquilidad de que está en buenas manos y de que
sabemos lo que hacemos y que, al menos, dentro del caos haya algo estable. 
También tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de adaptarnos a diferentes entornos y
diferentes culturas. En las emergencias cotidianas, quizá tengamos que dar explicaciones
del porqué, según qué personas llevan a cabo según qué acciones. Y en emergencias
masivas, sobre todo adaptarnos a la cultura, la religión de las personas a las que les estamos
aplicando los primeros auxilios psicológicos. No dar nada por sentado y ser muy, muy
cuidadosos con las creencias y la forma de funcionar ajena de las demás personas. 
Y también tener muy en cuenta si hay alguna persona con cualquier tipo de
discapacidad, tanto física como sensorial, como intelectual. 
Es importante que en estos casos actuemos adaptándonos a sus capacidades. 
¿Qué debemos hacer para aplicar correctamente los primeros auxilios psicológicos? 
Hay una serie de fases que vamos a ir explicando en detalle. 
Primero de todo, tenemos que presentarnos, establecer un primer contacto, acercarnos a las
personas afectadas. Tiene que ser un acercamiento que no sea intrusivo. 
También tenemos que darnos cuenta si una persona está receptiva. Por lo general, en estos
momentos sí que la ayuda es bien recibida, pero podría ser el caso de alguien que no
quisiese estar con un desconocido y lo tenemos que respetar. En emergencias cotidianas
esto varía un poco, en el sentido de que no vamos a ser desconocidos con nuestros
familiares, pero sí que tendríamos que respetar el hecho de que un allegado quiera estar
solo, que en esos primeros momentos no quiera estar con nadie. 
De todas maneras, pongamos que sí, que vemos que la persona es receptiva y que
está presta a que nos sentemos o nos acerquemos a ella o a él. Lo primero que tenemos que
hacer es presentarnos, decirle nuestro nombre, qué hacemos allí y por qué nos hemos
acercado. Y, ¿por qué nos hemos acercado? No le vamos a decir te voy a aplicar primeros
auxilios psicológicos, pero sí que le podemos decir que lo que vamos a intentar
es garantizar que esos primeros momentos se gestionen correctamente, que le vamos a
intentar ayudar a gestionar esos primeros momentos que siempre son complicados. Una vez
ya nos hayamos presentado y hayamos hecho el primer contacto, preguntaremos el
nombre, cómo han llegado hasta ahí, un poquito el "setting" de los primeros auxilios
psicológicos. Acto seguido, garantizaremos a esa persona una seguridad y un alivio en tanto
que le podamos indicar dónde están los puntos de socorro, podamos garantizar su seguridad
física inmediata, que se sienta tranquilo, que esté abrigado, que tenga las primeras
necesidades básicas cubiertas, que puedas, por ejemplo, si son niños, reagruparlos con su
familia. Si es una emergencia cotidiana, intentaremos estar en un sitio tranquilo, que la
persona no tenga frío ni tenga calor. Quizás, si es un familiar, necesite un poco de contacto
físico, un abrazo, una mano encima de la pierna. 
Después pasaremos a la estabilización. Esta fase no siempre se debe de aplicar porque no
siempre hay un despliegue emocional que necesite ser estabilizado. Por lo tanto, esta fase
simplemente es si aplica. Para ello, intentaremos hablar con la persona de tal forma que le
podamos dar un vaso de agua, a veces, simplemente el hecho de darles un vaso de
agua, una taza de caldo, aconsejarles que caminen un poco, son tareas fáciles que hacen que
las emociones, los sentimientos se reajusten un poco y podamos seguir hablando con esta
persona de forma más pausada. Y lo siguiente que haremos será recopilar
información, recopilar información sobre qué necesita esa persona y cuáles son sus
preocupaciones inmediatas, qué necesita a nivel de, quizá, donde dormirá esa noche, cuáles
son sus preocupaciones, cuándo volverá a ver a esta persona, o qué va a pasar con tus
pertenencias en el caso de, por ejemplo, que haya fallecido en un accidente. 
Por ejemplo, si estamos con niños, muchas veces los niños, les comunicamos un
fallecimiento y nos preguntan, "¿y tendrá frío allí donde esté?" Y esa es su preocupación. 
En esta fase, lo que tenemos que hacer es recopilar estas necesidades y estas
preocupaciones a nivel de información, y después dar asistencia práctica. 
Práctica significa solucionar las cosas inmediatas y hacer una planificación de cuáles va a
ser los siguientes pasos. A nivel de emergencias masivas, sería solucionar filiación,
solucionar comunicación a familiares, solucionar dónde van a pasar la noche. 
A nivel de emergencias cotidianas, cosas tan fáciles como, ¿dónde vamos a
cenar?, ¿mañana van a ir al cole los niños? Son esas cosas que es el momento de ayudar. Es
decir, vamos a solucionar las cosas que se pueden solucionar ahora, que son prácticas y que
podemos ir gestionando. Cuando ya estamos en la fase de cierre de los primeros auxilios
psicológicos, es muy importante hacer tres cosas, dejar conectados con los apoyos sociales
que puedan tener a nivel de familia, amigos, conocidos. 
Si es en caso de emergencia cotidiana, hacer la comunicación a la familia extensa, que
nuestra red social esté enterada y que en un momento determinado podamos acudir a ellos. 
Después, dar información sobre cómo afrontar una situación crítica. 
Tenemos que dar algunas herramientas sobre cómo gestionar los primeros días. 
Podemos dar pautas sobre higiene del sueño, pautas de alimentación, pautas de cómo van a
evolucionar los síntomas previsiblemente en los próximos horas, días, semanas. 
Y, finalmente, dejar conectados con los servicios colaborativos, con los servicios de
atención médica. 
En el supuesto de que las cosas no vayan a mejor, que las cosas no se solucionen, debemos
dejar conectados, dar un teléfono de asistencia primaria, dar un teléfono de los agentes de
intervención policiales, a nivel de, por ejemplo, un accidente de coche, dónde van a poder
recoger los efectos personales de su ser querido, cuál es el procedimiento, por ejemplo,
según qué tipo de accidentes, cómo funciona toda la burocracia forense, legal, médico-
legal, cuándo vamos a poder ir a ver a nuestra persona querida, cuándo vamos a poder
recogerlo. Todas esas informaciones, dejarlos conectados y dejarlos conectados con la red
de salud pública si la hubiese, y sino dar la conexión con el análogo, con Cruz Roja, con
sanidad pública o, en cada país, los recursos que se tengan.

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