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DEONTOLOGÍA PROFESIONAL

Flor Marina Ruiz Puerta1

Contenido
Introducción................................................................................................................................ 3

Antecedentes Investigativos Origen del Concepto.................................................................5

Marco Teórico............................................................................................................................. 6
Deontología Profesional........................................................................................................... 6
Definición................................................................................................................................. 6

Código Deontológico................................................................................................................. 7

Código Deontológico para los Psicólogos en Colombia........................................................8

Límites y Posibilidades de los Códigos Deontológicos.........................................................8

Sentido y función de los Códigos Deontológicos.................................................................10

Límites o márgenes de aplicabilidad de los Códigos Deontológicos..................................11

Las Orientaciones de los Códigos Deontológicos y las Interpretaciones Individuales.....12

Ética Profesional y Reconocimiento Social del "ETHOS" Profesional................................13

La Formación Actualizada para los Psicólogos en Contextos Universitarios....................16

Formación del Psicólogo en Deontología Profesional..........................................................17

Formación para optimizar el desarrollo de la madurez afectiva y emocional del Psicólogo.


..................................................................................................................................................... 18

Formación del Psicólogo en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)


en la Educación Superior........................................................................................................ 20

Los Blogs en el nuevo modelo educativo universitario........................................................20

Hacia un Código Deontológico de la Intervención Psicológica a través de internet.........21

Conclusiones............................................................................................................................ 23
Referencias............................................................................................................................ 25

ANEXO No. 1............................................................................................................................. 28

1
Psicóloga Universidad Católica de Oriente – Correo electrónico: fmarinaruiz@icloud.com

Trabajo ganador en el concurso de investigación en Deontología Profesional - Colpsic- Ascofapsi - 2014 -


Premio compartido en la Categoría Profesional - Elaborado por: Flor Marina Ruiz Puerta Página 1 de 37
PSICOLOGÍA Y DEONTOLOGÍA ESTUDIO EMPÍRICO BASADO EN DILEMAS ÉTICOS.....28

ANEXO No. 2............................................................................................................................. 30

HACIA UN CÓDIGO DEONTOLÓGICO DE LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA A TRAVÉS


DE INTERNET........................................................................................................................... 30

Propuesta de Estándares Éticos para la Psicoterapia en Línea..........................................30

ANEXO 3.................................................................................................................................... 33

ESTRUCTURA O PROPUESTA DE PLAN DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN


FORMACIÓN PARA LA TECNOLOGÍA E INFORMACIÓN (TIC)............................................33

ANEXO 4.................................................................................................................................... 37

ANÁLISIS DE DATOS DE INVESTIGACIÓN SOBRE DILEMAS ÉTICOS DE PSICÓLOGOS


EDUCATIVOS EN EL VALLE DE ABURRÁ (ANTIOQUIA)......................................................37
Introducción

Al abordar el tema de Deontología Profesional en Psicología, entran a


considerarse conceptos como Ética y Moral los que conviene revisar, para
vislumbrar con mayor claridad el compromiso ético en el desempeño profesional.
Poder ejercitar el complejo campo de las prácticas psicológicas, con el importante
recurso deontológico articulado con la praxis Psicológica, amerita ampliar su
contenido que con la Ley del Ejercicio Profesional del Psicólogo, sustentan el
posicionamiento de la práctica y la profesión. En consecuencia este trabajo reúne
algunos de sus límites y posibilidades, así como el sentido y la función de los
mismos, los márgenes de aplicabilidad; mencionando además, las orientaciones e
interpretaciones individuales de los Códigos Deontológicos, así como la ética
profesional y el reconocimiento social del “ethos” profesional del psicólogo.

De esta manera, se reconoce a la deontología de sumo interés para el mundo


profesional, por la elevada responsabilidad social, que propende por un equilibrio
entre un determinado estilo de vida moral (êthos) y un alto nivel de profesionalidad
técnico- científica. Por tal razón, este trabajo pretende ofrecer una panorámica
sobre la ética y deontología de la Psicología, denota como entre muchos, los
distintos países miembros de la Federación Europea de Asociaciones de Psicología
(EFPA) cuentan con su propio código de ética, el marco del Metacódigo, con los
nuevos lineamientos señalados en la actualización de su código, del cual se toman
en este trabajo, algunas recomendaciones sobre lo prioritario en la formación del
psicólogo. Como bien expresa Pierre Nederlant (2006) “Sea cual sea nuestra
orientación, nuestra nacionalidad o nuestro ámbito de actividad, la deontología es
lo que nos une”.

De igual modo, en la agrupación de esta investigación, se seleccionan


resultados, estudios empíricos basados en dilemas éticos, propuestas,
construcciones, profundizaciones, acordes con el cumplimiento del objetivo último
de la formación de profesionales desde la reflexión deontológica que se interesa
por la mejora de las condiciones de vida de la comunidad, sobre todo en unos
tiempos en los que cada vez hay más colectivos necesitados de representación y
acompañamiento, haciéndose notable la urgencia de la confiabilidad, tanto del
mundo académico como del campo profesional para que profesiones como la
psicología, entre otras, adquieran la relevancia social que merecen. Para tal fin, se
resalta la existencia de la figura de los colegios profesionales para mantener,
promover y defender la deontología, vigilando el cumplimiento de determinados
niveles de exigencia, de competencia y de calidad en el desempeño del trabajo de
sus colegiados; quienes se encargan además de funciones públicas y se les dota de
la potestad de imponer una determinada disciplina a todos los profesionales
pertenecientes de cada grupo o asociación.

Por consiguiente, se concede suma importancia a lo señalado por Omar


Franca Tarragó (2001), en la definición que sobre Deontología conceptúa: “La

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deontología se ocupa de los deberes profesionales; implica que la perspectiva que
se adopta para la reflexión es la que surge de un polo de la relación: el profesional”.
Definición que destaca la relevancia puesta en la persona del profesional y el modo
como se le responsabiliza y se confía en su proceder. En consecuencia, la profesión
y las instituciones formadoras ganarán en prestigio y en consideración social
siempre que los profesionales que forman respondan de manera eficaz y justa a las
necesidades de la comunidad.

Por tanto, y acogiendo el interés del Colegio Colombiano de Psicólogos


(Colpsic) y de la Asociación Colombiana de Facultades de Psicología (Ascofapsi) en
este tipo de investigación, se lleva a cabo este trabajo, presentando ciertas formas
de utilización de la deontología por algunos psicólogos, donde se aprecia que los
fundamentos para apoyarse requieren de un respaldo con un criterio deontológico
mucho más incorporado, que supla las irregularidades y desafortunadas
consecuencias de la escasa docencia de la Deontología tanto en la formación
universitaria o en la posterior vida profesional. Al recoger dichas experiencias y
aprendizajes de antecedentes, estudios y proyectos realizados en España y
Colombia, etc., se evidencian vacíos, falencias, equívocos, así como cambios
importantes en el análisis y la aplicación de la Deontología Profesional en Psicología;
adicionalmente, posibles soluciones e iniciativas para abordar el tema de la
intervención en internet, la implementación y el conocimiento de nuevos elementos
en la actual formación de la nueva generación de psicólogos, haciendo énfasis en
ampliar el programa de psicología en áreas como la educación y desarrollo en
Deontología en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y
se propone como parte de la educación permanente del psicólogo el avance en la
formación hacia un conocimiento integral que desarrolle y capacite al estudiante
para asumir las diversas opciones y escenarios donde puede participar de modo
presencial o virtual en un quehacer profesional óptimo, confiable y actualizado.

Por ello, en este estudio, se hace un recorrido teórico hacia algunos avances
al respecto, igualmente se señalan algunas formas de optimización e innovación en
dicha formación futura y la debida actualización en altos estudios psicológicos, ya
que se observa cómo la aparición de las Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) y su aplicación en múltiples disciplinas han generado debates
frente a la inserción pertinente en el currículo de los programas de formación
profesional de la Universidad Colombiana, surgiendo reflexiones sobre los
fundamentos epistemológicos, pedagógicos y metodológicos. Este trabajo
comparte marcos de referencia y elementos sobre la concepción de la informática
en los procesos académicos, la flexibilidad curricular expresada en propuestas de
ampliación del plan de estudios para los currículos de programas de pregrado
universitario, orientada a un mayor dominio de las tecnologías y comunicaciones
con la disciplina y las formas de pensamiento que ellas proveen.

Así mismo, dentro de esta revisión teórica, se evidencia que en la acción de la


Psicología Educativa, hay escasa información teórica y práctica frente al tema de los
dilemas éticos y la ética del psicólogo dentro de las instituciones educativas. El rol
del psicólogo educativo dentro de las instituciones puede verse afectado por los
lineamientos institucionales conocidos por los profesionales del área, así como la
demanda de información confidencial de las asesorías psicológicas.

Finalmente se presentan varios anexos de investigación sobre Deontología


Profesional y otros derivados del tema, que por su significado, análisis y
representatividad sobre algunos dilemas éticos en el desempeño profesional
merecen consignarse, como es el estudio sobre Psicología y Deontología: estudio
empírico basado en dilemas éticos, del autor Javier Urra (2009), Presidente de la
Comisión Deontológica del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Se espera
contribuir con este enfoque, que se centró en descubrir el sentido y puesta en
marcha de los Códigos Deontológicos, así como sus avances al poner en común los
resultados y análisis de la información seleccionada con el fin de que sea de utilidad
a los profesionales de la psicología, y que se pueda intervenir con mayor
consolidación, fortaleciendo el quehacer del psicólogo (a) con una oportuna
profundización del tema que nos ocupa. Agradezco iniciativas como las del Colegio
Colombiano de Psicólogos y la Asociación Colombiana de Facultades de Psicología
que despiertan e incentivan el interés investigativo con este tipo de convocatorias,
razón por la cual se elaboró este trabajo. Cabe anotar, que un tema tan exhaustivo
no se agota, toda vez que los requerimientos del propio lo acortan, quedando
espacio para futuros aportes.

Antecedentes Investigativos Origen del Concepto

El concepto de deontología fue acuñado por Jeremías Bentham (1832) en su


obra Deontología o ciencia de la moral, donde ofrece una visión novedosa de esta
disciplina. El término lo aplica fundamentalmente al ámbito de la moral, es decir, a
aquellas conductas del hombre que no forman parte de las hipótesis normativas del
derecho vigente, a acciones que no están sometidas al control de la legislación
pública. El autor quería dotar a su obra de un enfoque algo más liberal al concepto
ética y convertir en un concepto laico el término, hasta entonces religioso, moral;
pretendía esquivar la carga de subjetividad de la moral y la ética, buscando el
racionalismo con el que valorar los comportamientos por su utilidad. Sin embargo,
su intento por cambiar el contenido de la moralidad por un concepto menos
valorativo, no logró que aun hoy, se mezcle y confundan al término deontología, y
se siga relacionando con la ética y/o la moral. Sobre la tarea del deontólogo, precisó:
“es enseñar al hombre la manera de dirigir sus emociones de modo que queden
subordinadas, en cuanto es posible, a su propio bienestar”.

Emmanuel Derieux (1983) sostuvo que, gracias a la deontología, la ética


profesional adquiere un reconocimiento público, y es que la moral individual se hace
trascendente en el campo de la profesión. La deontología surge como una disciplina
que se ocupa de concretar normas en el ámbito profesional para alcanzar unos
fines.

En el momento actual existen dos fuertes corrientes de aplicación de los


principios éticos. La primera de ellas, ampliamente extendida es la posición
utilitarista, que esencialmente se distingue por destacar la importancia de las
consecuencias de los actos, el equilibrio entre las consecuencias buenas, deseables
y las que no los son, entre daños y beneficios. La otra posición corresponde a la
Deontología, de fuerte y evidente inspiración kantiana. Su idea central establece
que ciertos actos son intrínsecamente incorrectos y que nunca pueden
transformarse en correctos; por otro lado, los juicios morales son aplicables de
forma universal.

Marco Teórico
Deontología Profesional

El término significa, de manera general, el estudio o la ciencia de lo debido. El


objeto de estudio de la Deontología son los fundamentos del deber y las normas
morales. Etimológicamente el término Deontología equivale a un "Tratado del
Deber", ya que está constituida por dos palabras griegas: "deontológico", genitivo
de deon, 'logos' que significa deber de, y discurso o tratado; se aplica a los deberes
de una Profesión. Es la Ética aplicada a una disciplina.

Definición

La deontología profesional es el conjunto de normas vinculantes para un


grupo profesional. El término hace referencia a principios, obligaciones y reglas
éticas que regulan y guían la actividad en una profesión; establece pautas de
comportamiento que se deben seguir o leyes que regulan a los profesionales,
teniendo un mayor grado de institucionalización que la moral general, con una
normativa inferior a la del derecho pero superior a la de la moral; su instancia última
es colectiva, común a todo el grupo colegiado.

Podemos definir la deontología como la ciencia del deber o la ciencia que


estudia la moralidad de la acción profesional (Banks, 1997). La teoría deontológica
se ocupa de regular preceptos, normas morales y reglas de conducta, proponiendo
una serie de deberes consensuados y pactados por un grupo determinado.

Para Battaglia (1966) la Deontología es:

“Aquella parte de la Filosofía que trata del origen, la naturaleza y el fin del deber, en
contraposición a la ontología, que trata de la naturaleza el origen y el fin del ser”.

Una definición de este concepto la da Omar Franca Tarragó (2001):


“La deontología se ocupa de los deberes profesionales; implica que la perspectiva
que se adopta para la reflexión es la que surge de un polo de la relación: el
profesional”.
Código Deontológico

El Código Deontológico del Psicólogo está destinado a servir como regla de


conducta profesional en el ejercicio de la Psicología, en cualquiera de sus
modalidades. Es un documento que recoge un conjunto amplio de criterios,
apoyados en la deontología con indicaciones y valores que formulan y asumen
quienes llevan a cabo correctamente trabajos profesionales. Aunque sea un
mecanismo de autorregulación en las profesiones, no son el único instrumento:
libros de estilo, estatutos de redacción, convenios, etc., contribuyen a que una
comunidad profesional fije sus propios límites.

Dado que no siempre se cumplen a cabalidad los códigos, y aunque se


respeten, debe quedar muy claro la figura y autoridad de quién se esté encargando
de velar por su cumplimiento y la aplicación de las sanciones para quienes los
vulneren, regulación hecha a través de colegios profesionales, para mantener el
cumplimiento de las especificaciones, siendo necesario que tenga una amplia
acogida en el colectivo de profesionales de manera que éstos lo entiendan como un
instrumento propio y no como un ordenamiento distante que proviene de los
núcleos de reflexión elevada alejado con su realidad. Asimismo, en la redacción de
los mismos, se explican aspectos que el psicólogo como tal puede y no puede
cumplir; por esa posible razón, la elaboración de los códigos de Ética profesional
aplicados a la psicología, se orientan con arreglo a cinco objetivos fundamentales:

1) Formar parte intrínseca de los procesos de autorregulación de la profesión. 2)


Sensibilizar a los psicólogos acerca de la dimensión ética de su trabajo. 3) Servir de
herramienta en la educación profesional. 4) Escuchar y atender a los usuarios que se
puedan sentir perjudicados por una actuación profesional del psicólogo. 5) Proteger
y promocionar el estatus profesional de los psicólogos.

El Colegio de Psicólogos de Madrid (2001) establece al particular un


metacódigo con cuatro Principios Éticos, a incorporarse plenamente en los Códigos
Deontológicos, y que engloban, asimismo, los cinco objetivos mencionados
anteriormente, que se encuentran presentes en la inmensa mayoría de los códigos
profesionales, como son:

1. Respeto a los derechos y a la dignidad de las personas.


2. Competencia.
3. Responsabilidad.
4. Integridad.

Cabe aclarar que no se debe confundir la deontología con los códigos


deontológicos, pues la deontología tiene un carácter más amplio, y puede incluir
normas que no figuren en ningún código particular; son normas que determinan los
deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su trabajo,
reguladoras de la actividad, que al igual que se da el conflicto entre moral y derecho,
asimismo pueden generar confrontación del individuo con la deontología
profesional a la que está sometido. De otro lado, las normas deontológicas son
incomprensibles sin la referencia al contexto o grupo social en el que ejercen sus
funciones, fuera del cual pierden la obligatoriedad.

Código Deontológico para los Psicólogos en Colombia.

Para el ejercicio de la Psicología en Colombia, se consagran los postulados


éticos y normativos que rigen las leyes 1090 de 2006 y 1164 de 2007, los cuales
deben ser acatados por el compromiso moral y el deber que la profesión impone, y
porque su incumplimiento está sancionado con el respaldo coercitivo del Estado
Colombiano. Esta obligación que todo profesional de la psicología tiene, le conduce
a conocer los términos de la normatividad, para que su ejercicio profesional se
adecue a ellos. En obra editada por el Colegio Colombiano de Psicólogos (2009) se
encuentran tanto las normas que regulan el ejercicio de la profesión, como los
textos doctrinales elaborados por el Tribunal Nacional Deontológico y Bioético de
Psicología para ser estudiadas y reflexionadas por todo psicólogo. Este código
normativo desarrolla dos principios fundamentales, y son la razón de su existencia:
El de Legalidad, y el del Debido Proceso. Según el principio de Legalidad, no puede
existir ninguna falta que no esté establecida como tal en la ley. Se trata de la
máxima garantía de los ciudadanos, que no pueden ser sancionados por hechos que
no estén previamente definidos como punibles; en tal sentido, el estatuto ético de
los psicólogos dispone que sea nula cualquier providencia sancionatoria que no
mencione expresamente la norma que determina la falta que da lugar a la sanción.
Para interpretar la norma en derecho se cuenta con los postulados exegético,
sistemático y el sociológico. El Tribunal Nacional ha considerado que el juicio sobre
el comportamiento ético de los profesionales de la psicología se debe realizar
dentro de los postulados de la concepción sociológica del Derecho, asumiendo que
el juicio ético debe emitirse teniendo en cuenta siempre las condiciones de tiempo,
modo y lugar en que el comportamiento se realizó.

Respecto al debido proceso, garantía que protege a las partes, se refiere a


los principios que regulan su comportamiento y del juez dentro de la actuación
procesal. En el caso del proceso disciplinario por faltas a la ética, la ley concedió al
Tribunal Nacional la facultad para definir dichos principios, así: Principio de Igualdad,
facilidad de acceso a la Justicia, y el sentido pedagógico del procedimiento
disciplinario.

Límites y Posibilidades de los Códigos Deontológicos

La reflexión sobre la ética profesional es una preocupación que se sitúa en el


centro del debate sobre la intervención social. Además, su importancia ineludible
radica en que la salud mental del que trabaja como agente social sufre a menudo la
exposición a conflictos y situaciones difíciles que van generando unas vivencias
subjetivas que deterioran el equilibrio mental del profesional, de manera que su
salud psíquica pasa a depender de su salud "ética", es decir, de la capacidad de crear
un sistema de valores en su profesión que atenúe la conflictividad implícita en todas
ellas. Guisán (1986) señala que la salud moral consiste en "liberar al hombre de su
fragilidad y vulnerabilidad, desarrollando capacidades incipientes que le hagan
sentirse seguro de sí mismo y seguro en la vida intersubjetiva". Algunas reflexiones
pueden ser de utilidad tanto para los profesionales de la acción social como para las
personas que están formándose en este ámbito y que, en un futuro próximo, serán
profesionales activos; destacándose como eje central del quehacer social y
educativo los aspectos valorativos, que siempre deben tenerse en cuenta porque
siempre están presentes, así como recordar la importancia de la triple dimensión
que toda intervención social tiene (Sánchez, 1996):

- La dimensión técnica que ayuda a encontrar los materiales teóricos para proponer
soluciones y dar respuesta a los problemas de carácter social.

- La dimensión estratégica posibilita el tránsito de una idea a su plasmación


operativa; es decir, nos asegura la viabilidad de la propuesta, nos marca los pasos
para su realización y nos indica cómo llegar a obtener resultados favorables.

- La dimensión valorativa nos sitúa ante la necesidad de decidir entre diversas


acciones y de identificar los valores políticos e ideológicos que nos inducen a
escoger unos resultados que conseguir y unas formas de actuar frente a otras. Toda
intervención responde inevitablemente a un porqué ideológico, es decir, tiene una
estructura de valor que implica un cierto compromiso con unas ideas y unos valores,
aunque quizás quede disimulado por un lenguaje técnico y estratégico.

Estas tres dimensiones están interrelacionadas, pero su singular naturaleza


impide que unas puedan aportar soluciones a las otras, de manera que a cuestiones
técnicas, respuestas técnicas, a cuestiones estratégicas, soluciones estratégicas e,
inevitablemente, sólo puede responderse a las cuestiones valorativas desde
principios de valor. Aunque se intente anular la dimensión valorativa de las
cuestiones sociales bajo una aparente asepsia científica o bajo un discurso
tecnológico procedimental, hay que reconocer que el aspecto valorativo implica
necesariamente el posicionamiento y el compromiso: las intervenciones educativas
y sociales no son neutras (Trilla, 1992). Siempre manifiestan alguna tendencia hacia
unos valores u otros; y tienen unos efectos, intencionados o no intencionados, de
los que el actor social es responsable siempre que tenga conciencia de ellos o esté
en condiciones de tenerla (Trilla, 1985).

Igualmente, conviene considerar que cuando un profesional debe tomar


decisiones importantes, está en el centro de, como mínimo, seis factores o fuentes
de tensión (Banks, 1997):

- su propia ideología y/o conjunto de creencias que le guían en su actuación, - las


obligaciones hacia el usuario,

- las obligaciones hacia la profesión,

- las obligaciones hacia la entidad que lo contrata,


- las obligaciones hacia la sociedad, por lo que ésta espera de esa profesión, y
finalmente

- las obligaciones hacia el grupo de colegas con los que, directa o indirectamente, se
relaciona.

De donde se desprende que el acto de decidir correctamente puede ser un


factor de extrema tensión por las implicaciones valorativas y las exigencias de cada
aspecto involucrado, así como los efectos de las actuaciones que se llevarán a cabo.
Ante esta creciente preocupación en el ejercicio de la acción social y el debido
acatamiento que consignan los códigos deontológicos, se mencionan algunas
propuestas, y reflexiones sobre las posibilidades y los límites de su existencia y su
aplicación, posibilidades por lo que aportan a la regulación de la conflictividad
implícita en la profesión, pero también límites por la diversidad de aspectos
valorativos que, a pesar de los códigos, siempre continuarán sin resolverse -porque
no tienen una solución genérica, sino que necesitan de un trato particular.

Sentido y función de los Códigos Deontológicos

Los códigos deontológicos tienen como función orientar la excelencia de la


profesión, crear una debida cultura moral y garantizar que se cumple el compromiso
social asignado Declaran los ideales en los que los profesionales deben orientarse.
Sus dos grandes funciones son: 1) Garantizar el reconocimiento profesional porque
contribuyen a construir un estatus y una identidad propios, con el apoyo de un
colegio profesional y 2) Determinar las exigencias de la práctica profesional,
orientando a los profesionales sobre las formas de comportamiento más adecuadas
para proteger a los usuarios del abuso o falta de honestidad en profesiones cuyos
mecanismos de actuación pueden llegar a ser muy agresivos. De hecho, a menudo
se trabaja con sectores de población que no comprenden ni comparten las
intervenciones de las que son objeto ni los circuitos donde éstas se apoyan. En tal
sentido, los códigos deontológicos, además de garantizar un estatus profesional y
laboral, se deben encaminar realmente, a proteger a los menos favorecidos ante las
arbitrariedades y atropellos, como cuestión de justicia social ante el posible
despotismo de los modelos existentes. Por este motivo, para que un código
deontológico sea eficaz como instrumento, cumpla realmente su función y sea
incorporado adecuadamente en el trabajo por todo el colectivo profesional, debería
producirse inicialmente un debate amplio donde se participe activamente en la
discusión, con el fin de clarificar y unificar los elementos y rasgos que definen la
profesión, el papel que desempeña el actor social frente a otros profesionales, las
responsabilidades que debe asumir, el espacio social que ocupa, la visión que se
tiene sobre la idea de dificultad social y las formas de abordar esta problemática.
Límites o márgenes de aplicabilidad de los Códigos
Deontológicos

Al referirse a las posibilidades reales de los códigos deontológicos y a las


limitaciones de su función, conviene analizar las diferencias entre un código
deontológico y un reglamento. El código es un marco de comportamiento moral de
carácter orientativo al que el profesional se acoge de forma voluntaria porque
comparte el compromiso, se orienta hacia la justicia y lleva implícita la vinculación a
determinados principios morales. Un reglamento es de carácter normativo y
obligatorio, que regula una práctica o una situación determinadas Se trata de un
texto que se orienta hacia la legalidad y lleva implícita la necesidad de orden y
normativa; el primero es orientativo, y comporta la voluntad de acogerse a él, una
posible sanción es de carácter moral. Siendo el reglamento normativo, conlleva la
obligatoriedad de cumplirlo, toda sanción es de carácter legal. La cuestión es que,
frecuentemente, donde se pide un código deontológico, en realidad se está
pidiendo una normativa o un reglamento. Legalidad y justicia no siempre caminan
en la misma dirección. Merece entonces, especial importancia anotar que el
comportamiento acorde con unos principios deontológicos exige un plus de
voluntariedad porque se sitúa en lo moral, en un plano que no obtiene censuras
legales. Es decir, un comportamiento moralmente reprobable que no sea posible
juzgar legalmente, no modifica el estado en que queda la persona afectada por una
inadecuada conducta; lo cual denota que un buen profesional ético puede estar
alejado de la idea desde un punto de vista legal y técnico, siendo este tipo de
ambigüedad sólo cubierto con la voluntad de los profesionales. Se infiere que la
deontología no sirve para solucionar problemas inmediatos ni para evitar tomar
decisiones. Respecto de la relación entre deontología y legalidad, frente a la toma
de decisiones difíciles, el código deontológico puede darle argumentos que le
ayuden a decidir, pero no le indicará la decisión que debe tomar en los
determinados momentos en que el profesional deba asumir una posición. Para
avanzar entre el código y el reglamento se han reunido algunas recomendaciones
inspiradas en principios de excelencia profesional, para que el psicólogo ante un
problema ético y cuestiones morales en general, la aparición de los conflictos, etc.
adopte diversas estrategias que coinciden, en líneas generales, con los grandes
paradigmas éticos (Guisán, 1986) como son:

- Los modelos de valores absolutos, donde el profesional evita la necesidad de


decidir acogiéndose a mandatos preestablecidos por una entidad superior que
representan una única verdad. Es ésta una forma de negar la esencia del problema
moral, esto es, la necesidad de escoger entre diversas opciones entre las que
ninguna es lo suficientemente buena como para solucionar el conflicto.

- Como oposición a la opción anterior, se encuentran los modelos relativistas, donde


el profesional decide en conciencia, sin tener que dar explicaciones a nadie, sobre su
decisión porque los conflictos morales son personales -que es una forma de
absolutismo moral llevado al extremo, porque en realidad cada opción personal o
de pequeño grupo, una institución frente a otras que tratan la misma problemática,
actúa como un absolutismo moral frente a otras opciones relativistas ante los
mismos conflictos éticos.
- Finalmente, como síntesis de las posturas anteriores, aparecen los modelos
basados en la construcción de mínimos acordados por la colectividad -en este caso,
la colectividad profesional, que niegan la existencia de "verdades" absolutas y fijas
pero que tampoco confían en las posiciones relativistas. Esta opción garantiza un
cierto acuerdo de partida de todos los profesionales sobre los grandes aspectos
valorativos respecto del encargo social de la profesión pero no evita la discusión
sobre situaciones concretas debido a las diversas posibilidades de interpretación de
sus enunciados. Los códigos deontológicos inspirados en la tercera opción,
elaboran en sintonía con la reflexión basada en los planteamientos dialogísticos y
comunicativos, la construcción de mínimos consensuados. Sin embargo, esta
posición dialogística de mínimos no garantiza la fluidez en el uso de este tipo de
documentos.

Las Orientaciones de los Códigos Deontológicos y las


Interpretaciones Individuales

Comúnmente se encuentran profesiones que están en contacto pero parten


de orientaciones teóricas distintas en la elaboración de sus códigos deontológicos.
En estos casos, los códigos de mínimos pueden estar inspirados en diferentes
orientaciones teóricas o combinaciones (positivistas, kantianas, utilitaristas, críticas,
entre otras). Aunque se tratase del mismo tipo de conflictos, desde cada
orientación se interpreta de manera diferente la función social del profesional, el
encargo que recibe de la sociedad y la propia definición del problema en el
momento de decidir cómo tratar la cuestión. Estas cuestiones, las formas de
entender una situación de conflicto ético y los mecanismos para resolverlos
también pueden ser interpretados de forma distinta dentro de un mismo equipo, en
función de las sensibilidades y las formaciones e ideologías de sus diferentes
miembros, ya sea desde la relación interprofesional entre áreas de trabajo que
actúan sobre un mismo problema, como desde la relación interpersonal dentro de
un equipo, las posibilidades de interpretación son múltiples y diversas, lo que no
garantiza una actuación claramente compartida. Relacionado con lo anterior, se
mencionan y resumen algunos de los enfoques para la elaboración de códigos
deontológicos de estudios de Banks (1997) y de Barriga (1996):

- Códigos que hacen hincapié en la excelencia de la profesión y que intentan superar


sus dificultades de aplicación amparándose en una pretendida neutralidad del
método científico y técnico en el que se basa la profesión. Es frecuente encontrarlos
en profesiones que están dando un salto hacia la profesionalización y la
tecnificación de las respuestas al encargo social, tecnología que garantiza un rigor y,
un mayor estatus.

- Códigos burocratizados que hacen hincapié en el rigor por el cumplimiento del


encargo recibido desde el organismo que contrata al profesional. En estos casos, el
profesional no tiene opinión propia y adopta el criterio fijado, por ejemplo, por una
administración. Se supone que el organismo que regula la práctica profesional actúa
en aras del interés general o del bienestar público.
- Códigos de carácter crítico que subrayan la voluntad de cubrir la necesidad del
usuario, dado que entienden que su situación desfavorable es el resultado de una
desigualdad social o de la presión estructural que debe superarse no con ayudas de
carácter paternalista sino con cambios estructurales. Llevadas al extremo, cada una
de estas opciones tiene sus riesgos:

En el primer caso, ante una situación valorativa se hace prevalecer la rigidez


del método o del procedimiento frente a otras posibilidades de actuación menos
exactas desde el punto de vista técnico pero más aconsejable desde el punto de
vista humano, con lo que se cae en una especie de "despotismo técnico". En el
segundo caso, puede llegarse a definir la finalidad de la intervención sin tener en
cuenta el contexto real donde se produce la problemática social, de manera que se
fijan objetivos que responden no tanto a lo que realmente puede ser. Se cae
entonces en lo que se conoce como "moralismo fundamentalista". En el tercer
caso, el riesgo de esta opción se concreta en el hecho de considerar que todos los
usuarios están en condiciones de valorar su situación con objetividad y de decidir
claramente qué problemáticas deben solucionarse y de qué forma debe hacerse.
Participar activamente en un proceso y dejarlo todo en manos del paciente, limitaría
notablemente el progreso hacia formas de vida más favorables personal y
socialmente (Vilar, 2000). Se desprende de lo anterior, que cada uno de los
enfoques tiene ventajas e inconvenientes, por lo que deben superarse las
limitaciones que inevitablemente conllevan los modelos teóricos en estado puro.

Ética Profesional y Reconocimiento Social del "ETHOS"


Profesional

Orientado hacia lo idóneo del profesional en la aplicación de su profesión, no


sólo se debe ser un buen o mal profesional sino también un ser ético, de tal modo
que para que sea considerado éticamente aceptable debe serlo en todos los
ámbitos al actuar y cumplir con sus compromisos, incluyendo los propios del
ejercicio de sus responsabilidades profesionales. La ética general de las profesiones
se plantea en términos de principios: el principio de beneficencia, el principio de
autonomía, el principio de justicia y el principio de no maleficencia.

Desde la perspectiva de la ética profesional, un criterio para juzgar las


actuaciones profesionales será si se logra y cómo se realiza proporcionar el bien y
los servicios. Dado que toda actuación profesional tiene como destinatario a otras
personas, tratarlas como tales, respetando su dignidad, autonomía y derechos
requiere hacerlo con empatía, comprensión y criterio; reflexionando y
argumentando, sobre cuáles son las acciones humanas correctas u obligatorias en la
convivencia humana, para cualquier individuo de la especie. De esta manera, la ética
encuentra aquellos criterios universales, que protejan de la arbitrariedad de las
relaciones humanas y hacen que el ser humano cada vez, sea más consciente y viva
más plenamente, superando las sensibilidades morales subjetivas que se dan en las
sociedades. Dentro de la nueva realidad del mundo actual, se enfrentan niveles
morales de características diversas, que generan valores e intereses contradictorios
entre sí, capaces de definir patrones diferentes. Hostos (1969) señala, a fines del
siglo XIX, cómo los ámbitos fundamentales de la realidad ayudan a definir a su vez
tres clases de moral: la moral natural, la moral individual y la moral social.

La moral natural tradicional observa el orden natural de los fenómenos y


rechaza todo intento por el hombre de violentarlo, en aspectos como el suicidio, el
homicidio, el aborto, así como acceder a medios artificiales o desviaciones de la
conducta hacia fines que no sean acordes con la supervivencia individual y de la
especie. Las expresiones más actuales de la moral natural son: La conciencia
ecológica, la defensa del medio ambiente físico, la biodiversidad y los recursos
naturales, y educar a los demás sobre el particular. La Bioética, que se ocupa de la
conducta moral, la vida humana, la experimentación científica, los ensayos clínicos,
la relación médico-paciente, la calidad de la atención médica, los pacientes con
alteraciones mentales, la prevención y manejo de las enfermedades genéticas y
prenatales, el aborto provocado o demandado, así como los trasplantes, las
técnicas de la reproducción humana, la definición del inicio de la vida y de la muerte,
así como el estado vegetativo permanente por "muerte encefálica", etc.;
problemáticas muy amplias y complejas en las que la moral, medicina y derecho se
vinculan muy estrechamente.

La moral individual, establece las normas de conducta del sujeto como ser
humano. Se refiere a las actitudes del sujeto hacia sí mismo y al manejo de su
voluntad, sus sentimientos emociones, necesidades, deseos, y actividad intelectual,
a la par de su auto-realización, la confianza en sí mismo, la dignidad personal y la
autoestima, así como los cuidados y deberes hacia su desarrollo físico y el
mantenimiento de su salud. De otro lado, está la religión, que de acuerdo con los
conocimientos y creencias de cada cual, forma parte de la moral individual, aun
cuando la misma influye también en los ámbitos natural y social de la conducta de
los individuos.

La moral social, consiste en la identificación del bien como instrumento del


equilibrio de la sociedad en su conjunto y de los deberes que se reciben de éste en
los diferentes ámbitos de la vida organizada: la familia, el municipio, la región. Se
destacan determinados valores como la justicia, la libertad, la democracia, la
igualdad, la equidad, la solidaridad, la honestidad y el trabajo socialmente útil. Como
puede deducirse, la reflexión ética en la profesión hace imprescindible situar "lo
ético" en el centro del estudio, al afectar el núcleo y sentido de la tarea social, en
momentos en el que las desigualdades y los desequilibrios, son una clara constante
y reclaman un actuar lo más ético posible del profesional de la psicología,
determinando las profesiones sociales en el siglo XXI.

En tal sentido, cultivar, el "ethos" de una profesión como la del psicólogo,


con aquellas actitudes, normas de conducta específicas y los criterios que la
caracterizan como grupo sociológico, fomenta tanto la adhesión de sus miembros a
determinado actuar ético, como la conformación progresiva a una tradición
valorativa de las conductas profesionalmente correctas. Dicho "ethos" es,
simultáneamente en toda acción y tradición propia de interpretación sobre cuál es
la forma correcta de comportarse con las personas, una especie de estímulo mutuo
entre los colegas, para que cada uno se mantenga fiel a su responsabilidad
profesional, evitando toda posible desviación de los patrones usuales.

De esta manera, la ética que refiere a la disciplina académica que se ocupa de


fundamentar las acciones correctas permitiendo preguntar sobre las condiciones
éticamente mínimas que deberían exigirse para que un alumno de psicología pueda
ser considerado en un determinado momento, apto para pasar a ser un profesional
de la salud mental, es decir "idóneo" para ejercer como tal, en la sociedad. Se trata
de una pregunta de gran complejidad y con enormes implicaciones a todos los
niveles, puesto que ser psicólogo requiere además de poseer un determinado tipo
de información, técnicas y conocimientos, "Ser" una persona psicoafectivamente
capaz de interactuar sanamente con las personas. A todo ese conjunto de
características cognoscitivas, afectivas y sociales, así como a sus consiguientes
maneras de proceder desde un punto de vista técnico y ético, se le denomina el
"ethos" del psicólogo. Otra consideración respecto a su reconocimiento es resolver
¿cómo y en base a qué puede ser reconocido un psicólogo como tal en la sociedad y
de qué manera un ciudadano puede confiarle su situación o condición sin temor o
duda alguna? Ante un tema tan extraordinariamente complejo, se pueden señalar
algunos medios que podrían ser de utilidad en ese sentido:

Se debe poseer los mínimos contenidos de capacitación para habilitar el


ejercicio. Sería importante para el caso de la psicología, mantener la distinción entre
lo que es "Título académico" de psicólogo y la "habilitación para ejercer", que el
Ministerio de Salud o Sanidad Pública debería expedir, o en su defecto delegar esta
función a las Organizaciones Colegiales para que esto pueda llevarse a cabo se
necesita, previamente, de un muy amplio debate entre todas las fuerzas implicadas,
a fin de establecer criterios públicos y conocidos para que este ejercicio sea justo y
no arbitrario.

Valdría suponer que obtener el título de cualquier programa de psicología


admitido en un país determinado, sería el “mínimo requerimiento admitido” para
ejercer como psicólogo. Esto no agota el requerimiento que en algunos países se
solicita: El doctorado, la especialización, la licenciatura en psicoterapia y en otros se
exige la maestría. Con respecto a la atención clínica y la psicoterapia, el psicólogo se
ve en la necesidad de profundizar y especializarse en un determinado tipo de
técnica terapéutica (psicoanálisis, conductismo, gestalt, etc.), obteniendo una
licencia habilitante para ejercer de modo cualificado como terapeuta especializado.

Singular importancia cobra, el estado de madurez afectiva mínimo, que


debe tener un profesional de la ayuda psicológica como para ejercer como tal en la
sociedad. Es muy posible que un individuo pueda llegar a recibir el título de
Licenciado o de Doctor en Psicología, sin poseer suficiente madurez afectiva; un
trato prolongado y la perspectiva de un grupo de docentes pueden juzgar si un
individuo reúne las condiciones mínimas como para ayudar a otros en los conflictos
emocionales o en las relaciones humanas. De ahí que las Escuelas de Psicología
tienen el deber de juzgar si aceptan el ingreso y permite la continuación en la
formación, o niega el título académico, a aquellos casos de evidente desbalance
emocional. Otro aspecto muy importante es llevar a cabo la terapia individual como
parte de la formación, para recibir un título que lo habilitará como psicoterapeuta y
tener certificado de haber tenido un tiempo mínimo de terapia personal con un
terapeuta experimentado.

De otro lado, la presente indagación refleja que parte importante de las


dificultades que enfrenta profesionalmente un psicólogo provienen de la naturaleza
del objeto de nuestra profesión en la que debemos describir hechos psicológicos
del ser humano; y para explicar su psicología hay que hacer referencia a veces a las
personas con las que el usuario de nuestros servicios está en relación o con las
representaciones mentales de tales personas, e igualmente es necesario inclusive
mencionar hechos externos de dichas personas, ocasionando errores que pueden
alcanzar el grado de vulneraciones deontológicas, si no se cuidan ampliamente los
límites en los que un profesional debe mantenerse y la manera como trata la
información que maneja para actuar con la debida ética. Merece igualmente
subrayarse el rol del psicólogo, pues siendo su labor muy distinta a otras disciplinas,
ello debe evidenciarse en las tareas que realiza o en el tratamiento que da a la
información que maneja. Un psicólogo no sentencia con su informe de modo que a
continuación le corresponda a un juez nada más que imponer la condena, eso sería
una usurpación de funciones, por lo que debe dar a conocer exclusivamente
contenidos psicológicos, su juicio, opinión o conclusión como psicólogo; no es su
función dar a conocer la autoría de delitos aunque con sus tareas pueda contribuir a
su identificación.

Un psicólogo debe ejercer la profesión manteniéndose en sus límites, operando


con instrumentos psicológicos que le son propios y conociendo igualmente los
límites de esos mismos instrumentos. Finalmente, se recomienda dar importancia a
la formación ética como parte del currículo del estudiante de Psicología, para una
toma de conciencia responsable del futuro profesional, mediante la enseñanza de
una Psicoética o Ética Psicológica desarrollada en cada componente de la formación
académica a lo largo de todo el proceso de capacitación, donde los valores éticos
deben estar presentes. La asignatura de Ética profesional será, simplemente, un
ámbito para sistematizar y especificar mejor la dimensión de los valores en el
"ethos" del psicólogo.

La Formación Actualizada para los Psicólogos en Contextos Universitarios.

El sentido de respeto y de dignidad del Ser humano, así como el compromiso


y la actuación transparente del psicólogo frente a la sociedad, no debe ser percibido
como un ideal ético a ponderar y anhelar, sino un estilo de vida plenamente
incorporado a los enfoques profesionales que éste desempeñe en todos los
ámbitos, de tal modo que quede manifiestamente a la vista en toda su participación.
Para lograrlo, se han planteado serias investigaciones sobre las competencias de sus
egresados, las tendencias profesionales internacionales, los contextos emergentes
del ejercicio profesional y los problemas y dilemas éticos; para asegurar que la
ocupación de sus graduados mejore la participación del profesional de psicología,
avanzando en el proyecto de país de esta generación.
Por tanto, en este trabajo se retoman algunas ideas del modelo universitario
de la Universidad La Gran Colombia, que se adaptan a las nuevas necesidades
sociales, por la educación flexible y de aprendizaje permanente, en correspondencia
con la nueva prospectiva en los Estudios Superiores, que busca una formación
integral, coherente con los principios de flexibilidad, integración e integralidad.
Díaz, V. Mario (2002) apunta a formar personas, ciudadanos y profesionales. El
modelo pedagógico dirigido al desarrollo del pensamiento crítico de los
participantes, se orienta a la prestación de servicios a las clases populares; con el
objetivo de construir una pedagogía histórico – crítica, rescatando los aportes de la
educación popular.

Para efectos de tener una aproximación pedagógica-curricular que permita


comprender los contenidos esenciales de algunas estrategias de formación, además
de los cursos como unidad pedagógica curricular en los ciclos y áreas conformadas
por semestre, se pueden involucrar diversas estrategias de formación como:
cátedra, taller, seminario, tutoría, prácticas de campo, laboratorio, clínica,
proyectos, prácticas y otras (Se anexan partes del modelo).

Formación del Psicólogo en Deontología Profesional

Es urgente educar, abiertos a trayectorias cada vez más plurales e inciertas,


tanto desde una perspectiva local y próxima como desde una visión global y
planetaria. De ahí que el deber ser que induce la reflexión ética no pueda limitarse a
proponer un código universal de derechos y deberes fundamentales libertad,
justicia, igualdad, tolerancia, solidaridad, etc.), sobre los que se ha alcanzado un
consenso aceptable en su definición y en la necesidad de ser enseñados; más que
esto, es preciso situar el quehacer ético en la cotidianidad de las actitudes, de las
conductas y los comportamientos como se ha citado; transversal a cada realidad
vivida, inscrito en palabras y hechos que permitan imaginar el futuro de la
Humanidad en el escenario de una sociedad con formación ética que incluye al
alumno, al profesor, a la escuela y a los padres, como agentes fundamentales. Para
comprender mejor lo que significa en nuestros días enseñar ética y ciudadanía,
Cullen (1997) nos dice, que la enseñanza debe estar dirigida a “construir una moral
pública y también un juicio autónomo sobre las valoraciones que concurren o
colisionan en la sociedad contemporánea, y construir una inteligencia solidaria
atenta a las necesidades de los otros y al cuidado de la vida”

Una educación ética debe estar lejos de imponer una moral determinada. Por
el contrario, debe enseñar a resolver los conflictos valóricos mediante el diálogo
argumentativo. Es un desafío pendiente en el campo de la educación, por ello es
necesario indicar caminos y poner énfasis en la importancia de una continua
formación profesional. Porque aunque la ética es en sí misma primariamente
personal, esta primacía no conlleva una indiferencia hacia una ética social. Para
alcanzarlo, se considera prioritario que las Comisiones Deontológicas promuevan la
formación y actualización en ética profesional en todos los ámbitos de la Psicología
con la ayuda de los colegiados que puedan contribuir a ello. El documento de la
EFPA (2005) sobre la docencia de la Ética profesional es muy ilustrativo acerca de las
tareas que hay que promover en la educación y ejercicio éticos. 1) Es preciso que las
asociaciones nacionales estén en contacto con las universidades, las escuelas
superiores y todas las instancias educativas para llamar su atención sobre la
importancia de la formación en deontología en el currículo de los estudios en
Psicología. 2) El contenido de esta información debe apoyarse en la Carta ética, el
Meta-código y el Código nacional, así como abordar los nuevos problemas que van
surgiendo en la actualidad (ejemplo: la utilización de nuevas tecnologías, problemas
de la psicología de los desplazados, víctimas del conflicto armado, etc.). 3) Los
métodos utilizados pueden ser muy variados: presentación comentada de textos,
seminarios, discusiones y presentaciones de casos.

Por medio del conocimiento en este campo, el cual debe ser aplicado,
práctico, visualizado e ilustrado en el ejercicio profesional, se evitará que sea un
aprendizaje abstracto de los principios o alejado de la realidad, lo que supone
impulsar el debate e intercambio profesional sobre el tema. Para ello se presentan
los siguientes tópicos que desarrolla la Universidad Gran Colombia en su formación
Universitaria, pertinentes al concepto de pedagogía sociocrítica, descrito por
diversos autores (Luzuriaga, 1960; Nohl, 1949; Fermoso, 1994) cuyo enfoque como
ciencia abarca las siguientes características:

• Es la ciencia de las repercusiones que la educación tiene en la sociedad.


• Es la ciencia de la acción educativa fuera de la familia y de la escuela.
• Es la ciencia pedagógica que pretende satisfacer necesidades individuales y
comunitarias muy frecuentes en las sociedades industrializadas.
• Es la ciencia pedagógica del trabajo social.
• Es la ciencia que se propone prevenir, ayudar y curar las desviaciones
conductuales de la infancia y juventud.
• Es la ciencia que fundamenta la acción compensatoria dirigida a quienes no
pudieron por cauces normales, desarrollarse satisfactoriamente.
• Es la ciencia pedagógica sobre la socialización.

De otro lado, para innovar en el aprendizaje de la Deontología respecto al


manejo de la información, se proponen estudios sobre cuestiones específicas de
ética y deontología de la información, tales como: Libertad intelectual y acceso a la
información. Privacidad y confidencialidad. Propiedad intelectual. Ética y mundo
digital. Ética computacional. Ética comercial.

Formación para optimizar el desarrollo de la madurez afectiva y


emocional del Psicólogo.

La personalidad madura se consigue por un adecuado desarrollo de la


inteligencia y la voluntad, la afectividad, entre otros y en un proceso que dura toda
la vida. Siempre habrá que vencer los estados de ánimo, cultivar las virtudes y evitar
los vicios. Para lograr una personalidad equilibrada y libre, es conveniente educar en
virtudes como la fortaleza y la templanza. Con ellas cada uno podrá ser más dueño
de sí mismo; y por lo tanto más libre y más feliz, generando menos inseguridad y
angustia. Para sostener una construcción moral con que el ser humano pueda llevar
adelante el quehacer ético: es conveniente desarrollar:

1- La libertad: Saber acondicionar la propia vida, es la tarea moral.

2- El talante: En una persona es un sentimiento fundamental de la existencia, el tono


vital con el que se enfrenta por naturaleza a la realidad. Esto nos viene dado por
naturaleza, aunque podemos modificarlo a lo largo de nuestra vida haciendo uso de
nuestra libertad.

3- El carácter: Al ser libres, podemos ir forjándonos un carácter (ethos) adquiriendo


nuevos hábitos, virtudes y actitudes que lo consoliden.

4- Los hábitos: Repetir actos en un mismo sentido nos predisponen a obrar, siendo
los hábitos que nos conducen a obrar bien las llamadas virtudes, mientras que los
que nos llevan a alejarnos del bien se les ha llamado vicios.

5- Las actitudes: Aquellas predisposiciones, aprendidas y relativamente fijas que


orientan la conducta que previsiblemente se manifestará ante una situación u
objeto determinado. Las actitudes como las virtudes son expresión del ser más
profundo de las personas: Sentimientos, inteligencia y razón, contienen
componentes: cognitivos (convicciones y creencias), afectivos (sentimientos
favorables o desfavorable en relación con la situación o el objeto) y conductuales:
Tendencia a responder en un determinado sentido a un aspecto de la realidad.
(Prof. Lic. Meza Angélica & Lic. Leguiza Sandra, 2012).

Para profundizar en estos conceptos y entrar en un estudio sistemático del


mundo afectivo humano, que se alimenta de las ciencias afectivas y de otras
epistemologías, se sugiere ahondar en las siguientes áreas: Fundamentos de la
Psicología Afectiva: Psicología Positiva, La Teoría de la Mente y Psicología de la
Felicidad, así como en su objeto de estudio: La afectividad humana, en sus ramas:
Intrapersonal, interpersonal y Sociogrupal, ampliando temas como: Biología,
Psicología, Socioantropología y Sociobiología del afecto. El afecto en las Mitologías,
en las Religiones, en los sistemas Espirituales, en la Economía, en la Política, en la
Pedagogía, en el Arte, en la Historia y el afecto en la Tecnología. De igual modo
ahondar en las competencias afectivas: Autovaloración, autoconocimiento y
autoadministración; valoración del otro, conocimiento del otro y destrezas
interpersonales. El optimismo, la resiliencia, los estados de fluidez, el bienestar, la
creatividad, el humor positivo, las fortalezas personales y la felicidad (Andrés Paz &
Miguel de Zubiría, 2012).
Formación del Psicólogo en las Tecnologías de la Información
y la Comunicación (TIC) en la Educación Superior.

Actualmente, la Universidad Colombiana está abordando el tema de


virtualización como estrategia para la formación universitaria, sin embargo, estos
desarrollos implican modificar sus procesos de manera integral con el objetivo de
lograr un trabajo interdisciplinario para su implementación.

El desarrollo de ambientes de aprendizaje con TIC es un proceso


interdisciplinario con enfoques pedagógicos expresados en didácticas específicas,
que insertan elementos comunicacionales en interfaces, desarrollos tecnológicos
generados desde la Ingeniería del Software. La articulación de estos componentes
interrelacionados en la construcción de programas de carácter formativo soporta
las TIC, cuyo propósito es social, crea comunidades virtuales de aprendizaje y
conformación de redes sociales. Los modelos de educación mediada por las TIC
integran aspectos pedagógicos, tecnológicos y organizativos, que aplicados, son la
base de procesos investigativos, estrategias pedagógicas y espacios de integración
curricular, destinados a afianzar las competencias de tipo educativo, comunicativo,
cognitivo e informático, de los actores educativos, metas reconocibles dentro del
proyecto de investigación sobre cátedra virtual.

Los Blogs en el nuevo modelo educativo universitario.

Los blogs se han convertido en un fenómeno masivo en la red, generando un


espacio propio con interconexiones entre blogs y con portales, buscadores o
directorios específicos. La secuencia cronológica de los blogs permite efectuar un
seguimiento adecuado del grado de cumplimiento contemplado en la programación
didáctica de la materia. Los blogs, evidentemente, ofrecen inculcar en los
educandos los principios de la deontología investigadora y profesional, mediante
una reflexión desde la experiencia de los blogs sobre la noción de autoría de
contenidos, la calidad de contenidos, la privacidad o cooperación informativas, la
excelencia del trabajo constante y en proyectos de equipo.

En la Blogosfera, su principal activo de valor es la plena primacía del usuario,


uno de los caracteres más sobresalientes en la sociedad de la información. Dicha
primacía, tiene como efecto lógico su carácter heterogéneo en contenidos, en su
selección y presentación, con etiquetación semántica de los blogs. El carácter
generalista de los sistemas de categorías para los blogs: arte y cultura; personales;
internet y tecnología; temáticos y noticias, opinión; música, miscelánea; enlaces,
etc. demuestran la versatilidad de contenidos y su asignación temática, muchos de
ellos declaran su vocación educativa, los cuales actúan como foro sobre actividades
y acciones de profesiones y debates académicos.

Desde el blog del equipo de trabajo se puede recoger información de sedes


web externas, de correos electrónicos, de documentos Office e incluirlos en un
único repositorio de conocimiento. La información se puede categorizar, enlazar
contenidos entre sí, establecer relaciones, de modo que luego puede ser filtrada por
proyectos, categorías, fechas, importancia. Además, se puede implementar
mediante blogs, un diseño instructivo, así como la precisión, pues los posts exigen
una escritura concisa para asegurar una lectura rápida comprensiva y la
estructuración del discurso, el blog permite una ordenación diacrónica de los
textos; la interactividad, el blog puede actuar como una sencilla plataforma digital
entre condiscípulos sobre temas determinados; su semiótica multimedia, facultando
para la lectura y escritura icónicas y virtuales; la inmediatez en la comunicación,
permitiendo así un modo de desarrollar el aula extendida; la adaptación curricular,
por cuanto el blog supera las limitaciones espaciales y temporales del aula,
sustentando un ritmo de aprendizaje individualizado.

Un reformado Plan de Estudios para la Formación de Psicólogos, en las


Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), hace posible su evolución y
adaptación por su incidencia en la formación de los sujetos. En este escenario el uso
de las nuevas tecnologías se ha convertido en un problema educativo de cómo
aprovecharlas para el logro de aprendizajes significativos, contextualizados y
transformadores. Para dar una aplicación y orientación educativa con estas
herramientas, se debe enseñar con una perspectiva vista desde las estructuras
mentales y los componentes interdisciplinares orientados a un desarrollo de
competencias específicas en el área de saber propia del estudiante. Se requiere de
una lectura juiciosa del proyecto educativo de cada Universidad, los propósitos de
formación del programa y las competencias que se pretende desarrollar a la luz del
potencial que brindan estos elementos, articulando una estructura con la dinámica
del programa y los propósitos de formación particulares expresados en el Proyecto
Educativo Universitario y el documento del programa particular presentado en
competencias básicas, profesionales y específicas a desarrollar, mediadas por las
tecnologías de la información (Se anexa propuesta de plan de estudios encontrada
en esta monografía documental).

Hacia un Código Deontológico de la Intervención Psicológica a


través de internet.

Dentro de esta investigación teórica, sobre Deontología Profesional surge la


intención de conocer sobre el modo del quehacer del psicólogo en internet,
encontrando algunas ideas y adelantos en la participación e intervención
psicológica.

En el contexto actual, la irrupción de las nuevas tecnologías está cambiando


usos y costumbres de nuestras vidas en todos los aspectos, mezclando curiosidad,
interés, oportunidades, con el temor y la incertidumbre ante un futuro próximo. Es
así como la práctica de la psicología para atender en línea, es una realidad cuya
forma y estructura está en construcción, donde la atención de psicoterapia y/o
intervención psicológica; requiere para su realización, de escritos que analicen los
problemas conceptuales, técnicos, etc., que esta forma de psicoterapia acarrea,
porque aún no se dispone de reflexiones teóricas respecto a la viabilidad de las
técnicas terapéuticas presenciales traspasadas en línea, la discusión respecto de la
necesidad de generar nuevos modelos terapéuticos adaptados a este modo o la
suficiencia del manejo de aspectos terapéuticos tradicionales. Ej: Cómo afecta a la
transferencia la interrelación básicamente escrita y no presencial, etc. y de otro
lado, respecto a cuántos terapeutas ofrecen sus servicios en la red, qué tipos de
servicios ofertan y demandan, entre otros tópicos.

En un estudio encargado por la Comisión de Deontología del Colegio de


Psicólogos de Cataluña en el año 2000, se conoce que en España casi 70 sitios
ofrecen la prestación de servicios psicológicos clínicos a través de Internet, algunos
con oferta ambigua, como un sitio que ofrece psicomagia. La mayoría ofrecen
información o diagnóstico (a través de cuestionarios ofertados en la red), siendo
una minoría los que tienen una vocación claramente terapéutica. El grado de
elaboración de estos servicios es variable y se realiza por correo electrónico,
estableciendo un primer contacto (e-mail) gratuito con las condiciones de la
relación y donde se solicita al posible paciente algunos datos personales y una
aproximación a su problema.

Aunque los honorarios varían de rango por consulta, se aprecia que muchos
sitios dan amplia información sobre el psicólogo que atenderá la consulta, pero
pocos informan las medidas de seguridad para guardar la confidencialidad de los
datos y de las normas éticas a las que están sujetos, como por ejemplo del tipo de
problemas que no se pueden tratar por correo electrónico. La valoración general de
los consultores es que la oferta psicológica se encuentra en una fase experimental,
lo cual despierta cuestionamientos relacionadas con la ética y la deontología
profesional, por los nuevos problemas éticos que surgen y la preocupación de las
sociedades, por las repercusiones, el control de los mismos, de forma que términos
como bioética, confidencialidad, etc. parecen haberse incorporado al lenguaje
diario. La disciplina psicológica no es ajena a ello, como lo demuestra la
incorporación de estas materias a los planes de estudio, y las nuevas realidades
referidas; percibiéndose gran incertidumbre en el hecho de que la práctica de la
psicología clínica ocupe la mayoría de consultas y conflictos éticos y deontológicos,
razón por la cual dentro de la práctica de la psicoterapia en línea se tenga como uno
de los principales puntos de desarrollo lo relativo a las inquietudes, variaciones y
nuevos problemas éticos que pueda propiciar. Desde luego, en este aspecto, la
psicoterapia en línea parte de la existencia de varias propuestas de códigos éticos
asociados a la intervención en salud a través de Internet que sirven de punto de
referencia para la psicoterapia, teniendo en cuenta que la medicina ha sido pionera
en este tipo de intervención, siendo de conocimiento que algunos de los códigos
éticos sobre práctica clínica en línea nacen con una vocación claramente vinculada al
mismo hecho, como el de la Health On the Net Foundation (1997) que quiere
constituir un referente para el usuario, de forma que el aviso, por parte de un clínico
o institución en su página web, de que se consideran sujetos a las normas éticas de
dicho código constituye una garantía para el usuario en una serie de temas. Ello,
naturalmente, en el caso de que el usuario conozca dicho código. En España varios
centros psicológicos en línea avisan de su adhesión a este código.

En el contexto concreto de la psicología clínica y de la salud, existen pocos


intentos de aproximación al tema. La APA (American Psychological Association,
1999) en su web, recomienda la adhesión a los principios éticos genéricos para la
práctica de la profesión, haciendo especial hincapié en alguno de ellos, como los
relativos a evaluación, terapia, consentimiento informado, etc. El National Board for
Certificated Counsellors (2000), plantea unas normas éticas básicas para la práctica
del counseling online, que frente a la psicoterapia, son los más próximos a la
práctica psicológica. Y en esta misma línea, la American Counseling Association
dispone desde 1999 de unos estándares éticos con el mismo fin. En este sentido,
Childress (2000) ha publicado en el Journal for Medical Internet Research una
propuesta de código ético específicamente para intervenciones psicoterapéuticas
en Internet, que no constituye propiamente un código sino una revisión de los
tópicos alrededor de los cuales debería girar dicho código.

Frente a este panorama, la Comisión de Deontología del Colegio de


Psicólogos de Cataluña, ha formado un grupo de trabajo sobre esta temática con el
objetivo de elaborar unas recomendaciones deontológicas básicas para la aplicación
a la psicología clínica y psicoterapia a través de Internet (Se anexa propuesta de
estándares éticos para la psicoterapia en línea, realizada por dicha Comisión).

Conclusiones

Partiendo de lo expuesto en esta recopilación de información, se concluye:

El deber de optimizar la formación de los profesionales de las ciencias


sociales, desde un compromiso con la realidad, hace fundamental adquirir
conocimientos científicos y técnicos que muestren que son campos rigurosos, no
infalibles, con ética y una voluntariedad orientada hacia actuaciones de calidad, en
las que los futuros profesionales desarrollen una imagen rigurosa y exigente de sí
mismos, se acerquen cada vez más a una madurez afectiva que los habilite para un
equilibrio emocional y seguridad personal frente a la delicada tarea de toma de
decisiones ajustadas, capaces de interiorizar y vivir los principios deontológicos con
profesionalismo, confianza y espíritu investigativo para ejercer la profesión con
credibilidad, libertad, autonomía, con la autoridad moral y ética que su rol y ethos le
exigen.

Un alto nivel de profesionalidad técnico-científica, ha de tratarse con mesura


y compromiso para dignificar en mayor medida el deber ser de la profesión, siendo
imprescindible que el conjunto de personas que deben acogerse a un código hayan
participado activamente en las reflexiones y los elementos sobre los que se basa su
función social, de manera que el código deontológico entendido como documento
orientativo, sostenga un nivel elevado de consenso, tanto en su formulación, su
aplicación y en los posibles reglamentos que de él se deriven; debiendo la reflexión
deontológica global de todos los agentes sociales situarse en el usuario y su
problemática, asimismo en la profesión y sus profesionales, para dar respuestas
eficaces de carácter interdisciplinar a los problemas. Por eso, construir códigos
deontológicos para el futuro, con una ética de acción social que abarque a todos los
equipos interdisciplinares, es un reto que podrá alcanzarse mediante la
consolidación de las diversas profesiones y cuando ocurra que sea más prioritario a
quién se le ofrece un saber que quién lo ofrece.

S. Barriga (1997) lo indica así: La paradoja máxima que experimenta el


interventor psicosocial radica en que el objetivo último de su acción es poder
prescindir de sus servicios profesionales. Su labor exitosa concluye con su
desaparición profesional. Es decir, que su tarea no debe ser considerada
indispensable y permanente para la auto- capacitación del ciudadano, sino orientada
a que tome las riendas de su destino eligiendo estilos de comportamiento
saludables y solidarios.

Fomentar la alta especialización es fundamental para poder analizar la


cantidad de detalles que configuran una problemática con el estudio profundo
desde las diferentes disciplinas y la integración máxima de todos esos
conocimientos para explicar el conflicto y encontrar la mejor solución, en un mundo
cada vez más complejo, la decidida influencia de los medios de comunicación ha
cambiado el papel de la percepción del individuo, la adquisición de valores y los
procesos de socialización, así como los significados culturales que están siendo
atravesados por los mismos; desapareciendo poco a poco la resolución de los
problemas generando de esta forma un nuevo orden a las distintas actividades
sociales, en la medida que los valores se están aprendiendo por medios extraños a
los que tradicionalmente estábamos acostumbrados (relación entre pares,
interacción familiar etc.) por lo tanto adaptarse y conocer las exigencias del “nuevo
mundo”, es una realidad palpable en los nuevos espacios y lenguajes que generan
prototipos y buscan novedad con la actualidad cambiante, los nuevos paradigmas y
la forma como se afecta y se ejerce presión y estrés sobre las diversas áreas,
ámbitos y dimensiones del ser humano.

Los conflictos morales al ser inevitables, se convierten en elementos


constitutivos de la intervención social, ésta permanente dificultad en el terreno de
los valores no puede ser eludida, aunque se disponga de mecanismos de regulación
como son los códigos deontológicos, con el objetivo de crear espacios y
mecanismos donde la cotidianidad de las cuestiones valorativas no sean un
obstáculo, sino un elemento más que considerar en el momento de diseñar una
acción. Es preciso aceptar que las actuaciones responsables inspiradas en una ética
profesional comportan un plus de dedicación que parte del autocontrol personal, ya
que se trata de cuestiones que quedan en un espacio que supera lo legal, por lo que
no pueden ser reguladas.

El surgimiento y emergencia de una nueva manera de comunicarse, los


dinámicos grupos de las redes sociales, la globalización, las ofertas de mercado y
sus propias leyes, entre otros tópicos, van tornando confusa e insegura a la
Sociedad, requiriendo con urgencia de un actuar y enfoque profesional ético y
crítico direccionado hacia el lugar que ocupa la equidad, el compromiso social, las
conductas morales, convicciones y principios en el quehacer como psicólogo (a) que
se propone impactar, prevenir, promocionar, y generar bienestar y calidad de vida a
una población vulnerable que espera vincularse; necesitando de acciones claras,
modelos que representen opciones válidas de transparencia y confianza que
propendan por el desarrollo y bien común: Avanzando para tomar conciencia de las
desigualdades sociales, y entrar en el terreno de la justicia social.

Por último, hay que concluir que el conocimiento y aplicación de las nuevas
tecnologías y comunicaciones, conservando permanente interés por la
actualización; cubriendo la necesidad de promover un conocimiento aplicado que se
construye en un nuevo sistema de valores sobre el cual podrán apoyarse las
personas para como lo afirma Boltanski (2002) emitir juicios, discriminar los
comportamientos adecuados y aquellos que conducen a la exclusión, legitimar
nuevas posiciones de poder y seleccionar aquellos que se beneficiaran de ellas),
propiciando experiencias en el ser humano por las diversas opciones surgidas desde
que los medios de comunicación se involucraron activamente en la vida familiar,
posibilitando amplias expectativas, influyendo, educando, preparando y en
ocasiones creando nuevas formas de vivir en contravía con los estilos tradicionales,
de concebir el mundo.

Referencias

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http://www.efpa.be
ANEXO No. 1

PSICOLOGÍA Y DEONTOLOGÍA ESTUDIO EMPÍRICO BASADO


EN DILEMAS ÉTICOS
Javier Urra

Presidente de la Comisión Deontológica del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

Este trabajo se anexa por su amplitud y relevancia para el colectivo profesional de la


Psicología. Su intención es académica, de profundización y revisión científica. Para
ello, se presenta en su totalidad el documento tomado de
www.cop.es/infocop/pdf/1575.pdf se envía en archivo magnético. Para incluirlo se
ha tomado en cuenta que en apariencia no posee restricciones para su divulgación,
permitiendo seleccionar. grabar y por no especificarlo en su publicación;
obedeciendo asimismo con su recomendación:

Aquellas personas que deseen consultar el estudio en todo su detalle, pueden


hacerlo en www.javierurra.com

El Dr. Javier Urra publica en este documento la siguiente Bibliografía para ampliar el
aspecto teórico en el campo de la Psicología y la Deontología.

Del Río, C., Borda, M. y Torres, I. (2003). Valoración ética de algunas prácticas de los
terapeutas por estudiantes de Psicología. En Psicología Conductual, 11, 2, pp. 261-
281.Universidad de Sevilla.

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Beauchamp, T.L. y Childress, J.F. (2002). Principios de ética biomédica. Barcelona:


Masson.

Bermejo i Frígola, V. (2007). Un nuevo Código Deontológico para los psicólogos. En


Infocop, número 33, 23-24. Bermejo i Frígola, V., Alcalde, Ma J. y Del Río, C. (2001).

Metacódigo de Ética de la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos


(EFPA).Infocop. Suplemento Informativo de Papeles del Psicólogo. (80:13): 34-39.

Bersoff, D.N. (2003). Ethical conflics in psychology. (3a ed.) Washington DC:
American Psychological Association. Borda, M.; Del Río, C.; Pérez, M.A. y Martín, A.
(2002).

¿Conocen los estudiantes de Psicología los principios éticos básicos para actuar
como terapeutas? Revista de Enseñanza Universitaria, 19, 15-43.
Chamarro, A. (Coord.). (2007). La ética del psicólogo. Barcelona: UOC.Colegio Oficial
de Psicólogos (1987). Código Deontológico del Psicólogo. Madrid: COP.

Del Río (2002). Monográfico sobre Ética Profesional y Psicología. Revista de


Psicología Universitas Tarraconensis, 24, 1-2. Publicado en Infocop. Suplemento
Informativo de Papeles del Psicólogo. 86. Diciembre, 2003.

Del Río, C. (2005). Guía de ética profesional en psicología clínica. Madrid: Pirámide.

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gy. Washington DC: American Psychological Association, pp. 110-117.

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and cases (2a ed). New York: Oxford University Press.

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Urra, J. (1994). La ética del psicólogo en la Administración de Justicia. Anuario de


Psicología Jurídica, 4, (43-51). Madrid: Colegio Oficial de Psicólogos.
ANEXO No. 2

HACIA UN CÓDIGO DEONTOLÓGICO DE LA INTERVENCIÓN


PSICOLÓGICA A TRAVÉS DE INTERNET

Propuesta de Estándares Éticos para la Psicoterapia en Línea


La Comisión de Deontología del Colegio de Psicólogos de Cataluña ha formado un
grupo de trabajo sobre esta temática con el objetivo de elaborar unas
recomendaciones deontológicas básicas para la aplicación a la psicología clínica y
psicoterapia a través de Internet.

Existen, por lo menos, dos formas de organizar para su análisis los tópicos éticos
encerrados en los códigos anteriores en el sentido de hallar aquellos aspectos
comunes que comparten todos los códigos y que nos permitan llegar a unos
estándares deontológicos con relación a la práctica de la psicología clínica y la
psicoterapia en línea; de acuerdo a las temáticas y según el proceso.

TÓPICOS ÉTICOS SEGÚN LAS TEMÁTICAS

Confidencialidad, privacidad y consentimiento informado. Los tópicos que se


mueven alrededor de este grupo forman parte del conjunto de normas
deontológicas tradicionales, trascendencia y raigambre en la práctica de las ciencias
de la salud, la psicología clínica y la psicoterapia. En este sentido, la psicoterapia en
linea no parece que aporte una problemática nueva excepto la derivada de los
problemas de aplicación de los tres principios básicos mencionados en un nuevo
medio y/o modo de operar. La pregunta sería cómo se garantizan en la terapia en
línea los tres principios mencionados? Una aproximación a una respuesta puede ser
la de que la psicoterapia en línea ha de garantizar por lo menos el mismo nivel de
confidencialidad, privacidad y consentimiento informado que la presencial.

Seguridad. El problema de la seguridad en la transmisión y almacenamiento de los


datos es común a cualquier actividad en línea y se halla relacionado con el de la
confidencialidad y la privacidad. Parece que esta cuestión si es nueva en el modo de
psicoterapia en línea, en el sentido de plantear problemas específicos en cuanto
complejidad, con relación a la seguridad de los datos en la terapia presencial. Como
todo lo relacionado con este modo, su resolución depende no solo de la voluntad
del terapeuta y el paciente, sino también de cuestiones técnicas como la posibilidad
y viabilidad de encriptar (clave) de usuario y de los mensajes y del desarrollo futuro
de nueva tecnología en el campo de seguridad de transmisión de los datos en la red,
puesta en entredicho, como se sabe, por la posible existencia de redes con vocación
de vigilancia global. Es difícil prever cómo pueden afectar estos aspectos a la
seguridad de los datos clínicos en la red.

Problemática asociada al cobro de servicios. Se plantea como una serie de


cuestiones técnicas muy concretas que van desde la recomendación de unas tarifas
por parte de organizaciones profesionales que orienten al terapeuta y al cliente,
hasta establecer los procedimientos que garanticen a los terapeutas el cobro de sus
minutas y al paciente la seguridad y el uso inadecuado de sus tarjetas, etc.

Competencia profesional. Abarca un conjunto muy amplio de cuestiones de capital


importancia para el control de la calidad de la terapia e intervención psicológica en
línea, desde el conocimiento de la identidad del terapeuta, por parte del paciente,
su titulación y capacitación profesional y la posibilidad de contrastarlos, hasta los
mecanismos necesarios para asegurar la calidad de los servicios prestados.

Límites y riesgos. Constituye uno de los capítulos más importantes, de futuros


códigos deontológicos ya que parece existir unanimidad en considerar que aun
admitiendo las ventajas del modo de terapia en linea, este presenta algunos riesgos
e importantes limitaciones respecto a la intervención presencial; limitaciones
derivadas de la ausencia de una interacción personal cara a cara y de la ausencia de
una comunicación verbal.

Algunas de ellas, serian que el paciente no puede interpretar la significación


contextual de las palabras (escritas) del terapeuta, por lo que puede
malinterpretarlas, la forma de abordar las emergencias e intervención en crisis,
importantes limitaciones asociadas a la exploración y evaluación del estado mental,
como evaluar el afecto inapropiado, características del lenguaje o funcionamiento
clínico de la memoria, etc., la presencia de contraindicaciones, como cuando se
potencia el aislamiento del paciente, y la existencia de trastornos que parecen estar
automáticamente excluidos de la psicoterapia en línea como ideación suicida, abuso
sexual (como agresores), relaciones violentas (amenaza de matar a otros, etc.),
trastornos de alimentación y trastornos que implican distorsión de la realidad.

Derecho a la información e información apropiada. Gran parte de los estándares


éticos de la práctica de la psicología clínica y la psicoterapia en línea residen en un
derecho del paciente a recibir la información en cantidad y calidad adecuada como
para que pueda optar libremente por este tipo de intervención con total
conocimiento y salvaguardando sus intereses y los estándares éticos ya aplicados en
la práctica de las disciplinas clínicas. Un futuro código ético debe no solo tener en
cuenta estos riesgos y limitaciones, sino que debe recomendar la promoción de
mecanismos alternativos para abordarlos con éxito como la posibilidad de derivar a
un terapeuta presencial en la localidad del paciente o el contacto con servicios
sociales y sanitarios de urgencias que actúen si es preciso.

TÓPICOS ÉTICOS SEGÚN EL PROCESO

La segunda manera de abordar los estándares éticos propuestos, es siguiendo


aquellas dificultades que se pueden plantear a lo largo de un proceso de
intervención psicológica en línea. La organización International Society for Mental
Health Online (ISMHO), estructura unos principios éticos alrededor de tres grandes
tópicos que parecen seguir las fases teóricas de un proceso terapéutico en línea.

1. Fase de toma de contacto con el paciente e inicio de la relación terapéutica.


Principal tópico implicado: el consentimiento informado. Básicamente acoge la
información de que el paciente ha de disponer antes de aceptar libremente el inicio
de la relación terapéutica .

2. Fase de intervención. Principal tópico implicado. Estándares de procedimiento


operativo. Se sugiere seguir los principios éticos implicados en la intervención
terapéutica en cualquiera de sus modalidades y momentos (evaluación, generación
de historias clínicas informatizadas, terapia e intervención, seguimiento), adaptados
a la modalidad en línea.

3. Emergencias. Incluye los procedimientos alternativos para situaciones de


emergencia, entendidas como una situación excepcional.

La persona que hace uso de este servicio, puede estar o no de acuerdo con este
modo de intervención terapéutica, ser un ferviente partidario que no consigue ver
más que ventajas en ella o un impasible detractor con los ojos puestos en los
problemas, dificultades y posible pérdida de calidad en la relación terapéutica, pero
lo cierto es que es difícil vivir de espaldas al mundo y la historia. Y en esta se
participa, y se modifica, cuando se le mira de frente. La intervención psicológica en
línea parece una realidad posible y próxima, si no ya presente, cuya única posibilidad
de controlarla es conociéndola y confrontarla.

El acto de la investigación presupone interpelar, comprender e identificar fisuras de


la realidad. La Realidad Virtual nos permite diseñar, de acuerdo con las necesidades
de investigación, evaluación, formación o intervención; espacios con diferentes
niveles de realismo que permiten el estudio de los procesos mentales básicos y de
las respuestas emocionales y conductuales, complementando el proceso
diagnóstico y terapéutico y aportando espacios interactivos de formación.

BIBLIOGRAFÍA

Anuario de Psicología (2001), vol. 32, no 2, 117-126 O 2001, Facultat de Psicologia


Universitat de Barcelona

Adolfo Jarne Comisión Deontológica del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña,


Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña.

http://www.raco.cat/index.php/anuariopsicologia/article/viewFile/61673/88440
ANEXO 3.

ESTRUCTURA O PROPUESTA DE PLAN DE ESTUDIOS


UNIVERSITARIOS EN FORMACIÓN PARA LA TECNOLOGÍA E
INFORMACIÓN (TIC)
El proceso de creación de ambientes de aprendizaje, involucra acciones de carácter
educativo, comunicativo, cognitivo e informático que generan un proceso de
desarrollo complejo, de allí la importancia de identificar los elementos participantes
en el.

Entre otros se requiere, un primer componente educativo que inicialmente se


plantea desde el enfoque construccionista (Papert) en donde se relacionan
componentes desde una organización pedagógica (propósitos de formación,
contenidos y secuencia) y desde acciones educativas y didácticas (metodología,
recursos y evaluación) (Julián de Zubiría), orientados hacia el aprendizaje
significativo (planteado por Ausubel) en el diseño y construcción de ambientes de
aprendizaje (Andrade Londoño).

Un segundo componente que fundamenta este enfoque es el comunicacional, el


cual se basa en modelos comunicativos de interlocución (Calvelo) hasta el punto en
el que se plantea una propuesta de modelo de comunicación, que explique las
relaciones que se producen entre los actores del proceso educativo presente en el
uso de las TIC y representacionales simbólicas (propiedades virtuales de las
interfaces, simulación de objetos, estética digital y conectividad)

Un tercer componente se fundamenta en las ciencias cognitivas como sistemas


deaprendizaje, estilos cognitivos, desarrollo de competencias, estructuras de
conocimiento (estructuras conceptuales) y procesos de pensamiento
(reconocimiento conceptual, interpretación, transferencia y creatividad), para
actividades cognitivas de solución de problemas y toma de decisiones. La propuesta
se construye para favorecer habilidades intelectuales en diferentes áreas y
disciplinas que quieran promover el desarrollo del pensamiento.

El cuarto componente que fundamenta el enfoque es el informático, la


organización se realiza con propiedades informáticas (estructuras de información,
procesos computacionales, hardware, software, redes (virtualidad y conectividad)
que dependiendo del sentido educativo y las modalidades de uso formativo pueden
convertirse en una mediación para el aprendizaje definido a partir de la Ingeniería
del Software Educativo orientado a Objetos (Panqueva) en Lenguajes de modelado
UML (Bosch) a la luz de propuestas como OOHDM, ISE, OOSE destinados a la
generación de Ambientes Educativos Interactivos (AEI) en el desarrollo de objetos
virtuales de aprendizaje (OVA) con metodologías (LMS, SCORM, MISA) para la
constitución final de Ambientes Virtuales de Aprendizaje (AVA).

Tomando en cuenta lo expuesto anteriormente y para atender al sentido de


formación con las TIC, la organización y distribución temporal de los contenidos, se
desarrolla por ciclos de formativos que acogen un espectro de posibilidades y de
perfiles asociados a los niveles de formación y competencias desarrolladas por el
estudiante, acordes con los propósitos previamente definidos en la propuesta, que
incluye los siguientes 3 ciclos:

1. Ciclo de Fundamentación: Es el ciclo básico, tiene como propósito que los


estudiantes reconozcan, comprendan, elaboren, analicen, interpreten, apliquen
dominios generales con TIC acordes con sus preferencias y competencias no
necesariamente específicos para su campo profesional.

2. Ciclo de Profesionalización: Tiene como propósito que los estudiantes


argumenten, contextualicen y refieran los conceptos, habilidades y destrezas
fundamentales para explicar y comprender un objeto de estudio, y actúen en
contexto con su competencia en el campo profesional. En qué forma lo exploran,
construyen, relacionan con su núcleo de la formación.

3. Ciclo de Profundización: Tiene como propósito que los estudiantes investiguen,


recreen y planteen a partir de problemas que les permitan al estudiante ampliar y
especializar su formación con informática educativa basados en ahondar y
redeconstruir intereses particulares en relación con la línea de énfasis profesional.

2.3.2.1. CICLO DE FUNDAMENTACIÓN (CICLO BÁSICO)

Informática Educativa: Refiere a las generalidades informáticas relacionadas con un


conocimiento global en informática sin especificidad disciplinar, que permiten la
interacción de estudiantes de varias profesiones en torno a la información y su
automatización por medio de sistemas computacionales.

Implica conocimientos, conceptos y operaciones fundamentales que reflejan


competencias básicas en tecnología, equipos y programas para posibilitar la
aplicación del saber general y profesional mediado por tecnologías de la
información y la comunicación.

La naturaleza de la informática educativa compromete acciones de carácter global


en los estudiantes, que corresponden a la naturaleza de los créditos optativos,
comprende.

Educación y TIC

• Pedagogía, Didáctica, Currículo, Evaluación

• Teorías del Aprendizaje

• Introducción a la Informática.

• Modelos Comunicacionales

• Conceptos sobre TIC, Hardware y Software, Internet, (Servicios, Navegación). •

 Software educativo
 Modelos Pedagógicos.

2.3.2.2 CICLO DE PROFESIONALIZACIÓN (CICLO ESPECIALIZADO)

Informática Profesional: Tiene como objeto la aplicación de la informática en el


saber disciplinar específico, permite un grado determinado de interdisciplinariedad
destinado a materializar el objeto de estudio de su disciplina mediado por la
informática.

Al formar parte del objeto de estudio comprometen la naturaleza de los créditos


obligatorios. Se caracterizan por el manejo de programas especializados en las áreas
disciplinarias de los estudiantes y se dirigen al desarrollo de saberes y competencias
en la naturaleza de su profesión. Comprende:

• Bases de Datos

• Ambientes de aprendizaje

• Multimedia e Hipermedia

• Sistemas de Información Específicos

• Diseño instruccional

• Comunicación

• Análisis, diseño e implementación de MEIs

• Evaluación y gestión de proyectos en Informática Educativa

• Aplicaciones (apoyan los tres niveles de formación con informática).

2.3.2.3. CICLO DE PROFUNDIZACIÓN

Énfasis Educativo con Informática: Desde un enfoque y visión informática, busca


vislumbrar las perspectivas profesionales de su saber mediadas por tecnologías de
la información y la comunicación.

Representan una profundización en las relaciones informática-profesión-sociedad y


se caracterizan por apuntalar la formación de estructuras mentales y modelos de
representación del conocimiento con tecnologías de la información, se enmarcan
dentro de los créditos electivos. Comprenden:

• Lógica, creatividad y programación.

• Algoritmia, relaciones y objetos.

• Ontología de la web. Mapas conceptuales, redes semanticas

• Árboles, grafos, redes y comunicaciones.


• Deontología informática (teleología, legislación y auditoría).

• Administración profesional con informática.

• Tendencias informáticas en la disciplina.

• Capacitación específica en investigación (formación de investigadores).

• Conceptos sobre redes neuronales, inteligencia artificial, lógica difusa, teoría del
caos.

• Sistemas cerrados, abiertos, sociales y complejos. • Investigación, desarrollo e


innovación.

• Comunidades virtuales y redes asociativas

BIBLIOGRAFÍA

Freddy Wilson Londoño (2008). Hacia un modelo de formación con tecnologías de


la información y la comunicación en el currículo universitario colombiano

* Artículo de investigación científica y desarrollo tecnológico Vol.4 No. 1, 2008


(Enero -

Junio) dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3992919.pdf
ANEXO 4

ANÁLISIS DE DATOS DE INVESTIGACIÓN SOBRE DILEMAS


ÉTICOS DE PSICÓLOGOS EDUCATIVOS EN EL VALLE DE
ABURRÁ (ANTIOQUIA)

De acuerdo con las entrevistas realizadas y comparándolas con la teoría investigada,


a continuación se expone cada una de los dilemas analizados en esta investigación.

“MANTENER LA RESERVA Y SI NO ENTONCES EL DEPARTAMENTO DE

PSICOLOGÍA SIMPLEMENTE DESAPARECE Y EL PSICÓLOGO NO PUEDE

ESTAR EN LA INSTITUCIÓN”

S.1.: REPRESENTACIONES SOCIALES.

…UN CHOQUE ENTRE LO QUE YO NOMBRO COMO VIDA Y LIBERTAD,

Y MORAL Y DEBER SER...”:

“UNO SIEMPRE SE VINCULA, SE VINCULA CON EL OTRO Y ENTIENDE

DEL DOLOR DEL OTRO, PERO SIN VIVIRLO, PERO SI SENTIRLO…

S.5.”: EXPERIENCIA SUBJETIVA

“UNO DEBE SER RÁPIDO Y PRÁCTICO, PORQUE EN ESTOS CASOS EL

TIEMPO NO ESTÁ A FAVOR DE UNO…”

S.6.: ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO.

Este estudio ofrece la oportunidad de conocer mejor las situaciones, dilemas y


circunstancias que deben asumir los Psicólogos Educativos, así como la toma de
decisiones, confusiones, expectativas y aspectos muy amplios que son generadores
de angustia, estrés e inseguridad.

Por la amplitud de la investigación, su pertinencia e importancia se menciona, para


su profundización puede ser consultada en:

http://repository.lasallista.edu.co/dspace/bitstream/10567/448/1/Dilemas_eticos_psi
cologo_educativo.pdf

También podría gustarte