Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESUMEN
A través de una serie de autores se propone una de-construcción del concepto de ciudadanía
para posibilitar un esquema de abordaje “des-pensado” que nos permita interrogar -e
interrogarnos- sobre la comunicación existente, y posible, en la relación del individuo y la
política.
Iniciamos haciendo referencia a un ensayo de María Cristina Mata1, que será el articulador de
la presente reflexión. Allí la autora reseña un texto del francés Balibar acerca de la presencia
de los grupos de extranjeros, que de forma no-legal ingresan al territorio europeo, y que
parece decir eran “invisibles” a sus ojos. Retomo algunos de esos párrafos: “Les debemos
nuestro reconocimiento por haber forzado las barreras de la comunicación, por haberse hecho
ver y oír como lo que son: no fantasmas de delincuencia y de invasión, sino trabajadores,
familias a la vez de aquí y de otras partes, con sus particularismos y la universalidad de su
condición de proletarios modernos.”2 En otro párrafo expresa que “Siempre es necesario que
los interesados conquisten el derecho a la palabra, la visibilidad, la credibilidad, corriendo el
riesgo de represión”... y que esos migrantes invisibles, además, le permitieron repensar
algunos de sus conceptos troncales, como el de ciudadanía …“ el haber recreado entre
nosotros la ciudadanía, en cuanto que ella no es una institución o un estatus, sino una práctica
colectiva”.
El texto del francés inscribe en toda su trayectoria, donde las ideas de ciudadanía, derecho,
representación y democracia son centrales. Un pensamiento que se clasifica en el estante de
“política”, aún cuando en ocasiones refiera a procesos comunicacionales no los hace sino
como subyacentes a los mencionados, y por ello, superditados a ellos. También sujetos a sus
variaciones analíticas y observaciones prácticas. Ese mundo que le irrumpe a los ojos, que le
hace recrear “la ciudadanía”, es una producción mediatizada, es una aparición televisiva. No
son prácticas analíticas de sus teorías quienes le dan existencia a “esos”, sino que es la
irrupción disruptiva del “reclamo migrante” en el discurso mediatizado de lo que existe en la
pantalla televisiva francesa de 1998 lo que al estar allí -¡ahora!- le hace reclamar al intelectual
la revisión de sus análisis y propuestas conceptuales. Que no las hace en la calle, donde se
reclama “ciudadanía”, sino en el responsable espacio del intelectual de la Academia. Tzvetan
Todorov3, al hablar de los intelectuales franceses, decía que todos ellos, sin excepción, se
debían pensar “sus” colonias antes que intentar formular definiciones para los colonizados o
migrantes políticos. El activista y músico Scott Heron declaraba ya en los años ’70 que el
sistema tenía coptado los medios, y que esta visión coorporativa iba en contra del intento de
libre determinación de las personas oprimidas, y que “la revolución no va a ser televisada”.
No sirve quedarse sentado esperando en tu casa, “…porque la revolución no va a ser
televisada, brother.” Hoy podríamos agregar, además, que los medios no se la merecen.
Y es que la forma de pensar la realidad propia del pensamiento hegemónico europeo no deja
de proponer estructuras y clasificaciones en donde, a partir de una separación de lo que
considera no ser (lo otro), se re-piensa como centro o cúspide. En esos mismos años, la
intelectualidad europea toda pensaba lo distinto, que la TV ya había dado nacimiento: los
migrantes. Thomas Hammar había propuesto una tipología simple para hablar de ciudadanos,
que consistía en nacionales, extranjeros y denizens. Es en esta última definición donde hay
que ver la mayor cuota de colonialidad y no, como aparenta, en la claramente objetiva de
“extranjero”. Denizens, palabra de origen alemán, designa lo que aún no es, sin decir si puedo
o cuando logra serlo. Los que no son ciudadanos, pero tampoco los vemos como extranjeros,
parece aclarar el autor. Esta clasificación, realizada apenas pocos años después de que la no-
existencia del muro del haya hecho conocerles la existencia de los que detrás de él vivían,
moderna que todo lo intenta resumir en una disputa dual.
7 La película del director Sylvain George fue ganadora del Festival BAFICI de 2011, y el texto extraído está
incluido en la carta que él hizo llegar ante la imposibilidad de estar presente, que fue leída en el momento de la
premiación y que (traducida) fue publicada en el anuario del mismo Festival.
8 Balibar, Ettiene. Ciudadanía (2013). Editorial Adriana Hidalgo, Buenos Aires, Argentina.
televisados, igual que el caso de Balibar, es para clasificar a todos esos habitantes de europa
que al momento de decirlo vivían en algunos casos por 3 generaciones allí, pero que no se los
consideraba propiamente “nacionales”. Son las multitudes aún denominadas extranjeras por
su origen cultural, antes que por su temporalidad: turcos en Alemania, marroquíes en Francia,
senegaleses en Inglaterra, africanos en Italia, sudacas en España. Podríamos decir, que tienen
más derechos que los extranjeros que no tienen ninguno, pero que nunca serán considerados
con-ciudadanos de los que tienen (se arrogan) el derecho de “nacionales”9. Lo que Hammar
proponía era una inocencia comparado con la propuesta del 2008 de la Fundación Schumann;
y para que sean mejor apreciados, los encolumnaremos:
Nacionales
Ciudadanos residentes de la Unión Europea (UE)
Ciudadanos de la UE no residentes
No UE residentes (famosa directiva 2003 en revisión y no cumplida de hecho)
No UE temporales10
Demandantes de asilo
Sin papeles no expulsables
Sin papeles expulsables
Ahora son demasiados para tratar de explicarlos. No viene al caso, además. “Los antropólogos
(que) han sido cómplice de la racionalización de la economía moderna al contribuir a la
naturalización de los constructos de la economía, la política, la religión, el parentesco y
similares, como los bloques primarios en la construcción de toda sociedad”... como dice
Edgardo Lander11, deberían también ayudar a ver estos mismos conceptos como
construcciones propias de una cultura, en un tiempo, en un lugar. Nos la debe.
Quedamos encerrados en el primero de los términos del dilema que plantea María Mata: no se
logra el derecho de ciudadanía si no hace oír ese reclamo. Solo existe (o no) lo que se
reclama. Hacerse oír, tomar la palabra, como lo dijimos, fecundos campos de los estudios de
comunicación.
* Un hecho infortuito hizo que el texto original se perdiera, tan solo quedando el título y el resumen del mismo.
Este fue re-escrito, tratando de rememorar aquél otro. Acto imposible, como tratar de ser fiel a la obra original en
una traducción.
Lander, Edgardo. (2000). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
Latinoamericanas. (compilador). CLACSO, Buenos Aires, Argentina.
Rosanvallo, Pierre. (2017). “La democracia del siglo XXI”, en revista Nueva Sociedad N° 269, mayo-junio
2017.
Todorov, Tzvetan. (2008) El hombre desplazado, capítulos “Debates sobre el racismo” y “La política de los
intelectuales”. Taurus, Buenos Aires, Argentina.
Winocur, Rosalía (2012). “Sufrimiento y performance en las redes sociales” en Espacios Urbanos y TIC-
Transformaciones recíprocas. Dossier, García Canclini compilador, TELOS, Cuadernos de Comunicación e
Innovación. Telefónica, Fundación Telefónica. Madrid, España.