NOMBRE DE LA ESTUDIANTE:
VILELA ALVARADO LEYLIE
MARIA
TEMA:
HISTORIA Y NATURALEZA
DE LA PSICOLOGÍA DEL
DESARROLLO
CURSO:
PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO
DOCENTE:
JORGE FRANCISCO MARCHENA
JAUREGUI
CICLO:
2021 - III
2021
HISTORIA Y NATURALEZA
DE LA PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO
1. Precedentes históricos
Los precedentes históricos particulares de la psicología del desarrollo son tan viejos
como la ciencia de la psicología generalmente; Delval (1988) recomienda 6 gigantes
períodos sobre la historia del análisis del infante y del muchacho, que conforman un
marco histórico coherente, a saber: a) “el lapso de las visualizaciones esporádicas”; b)
“la aparición de las primeras visualizaciones sistemáticas”; c) “la constitución de la
psicología del infante como una disciplina independiente”; d) “la consolidación de la
disciplina y los primeros atisbos de una psicología evolutiva”; e) “el desarrollo
sistemático; la pelea entre acumulación de datos y teorías”; y f) “la convergencia entre
la psicología evolutiva y la psicología experimental”.
Las ideas de la evolución del siglo XIX, sintetizadas en la obra de Charles Darwin (1809-
1882), Los principios de las especies, van a marcar en la concepción del hombre
generalmente, y en especial del infante y de su desarrollo, un nuevo hito teórico y
epistemológico donde el planeta evoluciona, al igual que la gente como una de sus
especies, rompiendo la perspectiva estática heredada de los griegos; en esta visión el
infante, además de ser diferente del maduro, es un organismo que se acomoda y
evoluciona.
c) La evolución del niño, el joven y el adulto, objetos de estudio distintos
A fines del siglo XIX y inicios del XX la psicología del desarrollo consigue un estatuto
libre una vez que se estudia de forma intencional y sistemática la evolución del infante,
y un poco después del muchacho y el maduro; Delval (1988) llama a este lapso como el
de “La constitución de la psicología del infante como una disciplina independiente” y
Piaget (1982) como la “Fase de los estudios clínicos”.
En esta visión histórica, Delval sitúa a Alfred Binet (1857-1911) como el creador que,
por medio de la observación y el análisis de sus 2 hijas y bastante más de 300 estudios
exhaustivos, colocó una de las bases más sólidas que sir- vieron después a los teóricos
contemporáneos, para la formulación de la presente psicología del desarrollo del infante,
del joven y del maduro generalmente; por igual cita a otros autores del siglo XIX y inicios
del siglo XX que han influenciado el surgimiento de la psicología del desarrollo:
Thorndike y sus teorías del aprendizaje por sociedad; Simon (1905), continuador del
trabajo de Binet; Claparede (1912), seguidor de Rousseau, quien lleva a cabo sus ideas
pedagógicas doscientos años más tarde; Buhler (1934) y su teoría del desarrollo del
lenguaje, y Gesell (1948), representante de una escuela, que si bien es maduracioncita
y biológica en términos del desarrollo como despliegue de potencialidades internas,
auxilia de manera significativa al entendimiento detallado del mismo, con pruebas
empíricas y visualizaciones controladas.
En esta visión, la psicología del desarrollo de inicios del siglo XX crea una totalmente
nueva disolución que se basa en cambiar el razonamiento del sentido común en
entendimiento científico, sin olvidar la realidad de representaciones sociales previas que
sirven como andamiaje para desarrollar una concepción científica legítima del infante,
del muchacho y del maduro, como objetos de análisis independientes, dentro del marco
de la evolución.
Hasta la década de los ochenta, la nueva psicología del desarrollo constituye un campo
de entendimiento y análisis sin dependencia con en relación a sus objetos particulares
de análisis, subjetivamente autónomos y subsidiarios de las teorías dominantes de la
psicología de la primera mitad del siglo XX (Delval, 1988), sin disponer de una
formulación teórica realmente unitaria. En esta visión, Delval y Piaget (1982) señalan
que este lapso corresponde a “el desarrollo sistemático; batalla entre acumulación de
datos y teorías”; “la convergencia entre la psicología evolutiva y la psicología
experimental” y la “fase de indagaciones sobre la obra de construcciones del
comportamiento”, respectivamente.
Pensar el desarrollo como una parecido equivale a proponer unas ciertas “coordenadas”
de la evolución, empero no los pasos específicos en esa geografía; los estados de
desarrollo del infante poseen ciertas semejanzas y, simultáneamente, diferencias frente
al modelo del maduro culminado, quien entre otras cosas jamás acaba su evolución; las
funcionalidades y los procesos tienen la posibilidad de concordar referente a su realidad,
ejemplificando la percepción del infante y la percepción del maduro ante las constancias
perceptivas, la tercera magnitud, etcétera., en donde las acciones, los métodos, las
normas y las significaciones psicológicas son diversas.
El desarrollo, a partir de esta visión biológica, involucra sin lugar a dudas mecanismos
de habituación y organización que regulan y orientan las relaciones entre el organismo
y el medio en el sentido de una indemnización de las perturbaciones, con la intención
de volver a reunirse con la orientación inicial de sus procesos formadores.
En otra visión, la “maduración biológica” como metáfora del desarrollo es señalada por
Piaget como un estar a punto, o sea, como una condición eficiente para permitir un
manejo; la maduración involucra una coordinación entre construcciones y al interior de
las mismas, y se expone precisamente en esos desempeños humanos donde participa
el sistema nervioso central, el sistema hormonal, el sistema reproductivo, y el sistema
óseo y muscular.
El desarrollo localizado en lo social alude antes que nada a uno de los enormes titanes
de la psicología del siglo XX, como lo ha sido Vygotski, quien explicita 2 temáticas
centrales: el desarrollo se da en el seno de las colaboraciones sociales reguladas por el
lenguaje, y comentado desarrollo involucra la interiorización progresiva de los signos y
significados.
Si bien el debate acerca del desarrollo humano no se agota, anteriormente por otro lado
se consolida y paralelamente abre novedosas perspectivas, este punto muestra una
matriz de estudio vasta, donde por un lado se hallan varias escuelas, conjuntos de
trabajo y autores.
Se estima que el grado epistemológico de la psicología del desarrollo del infante, como
capítulo especial de la ciencia psicológica, es el de ofrecer no sólo descripciones, sino
explicaciones y comprensiones sobre los mecanismos constitutivos de los procesos
aludidos; o sea, debería contestar a las cuestiones de cómo evoluciona integralmente
el individuo en entornos interactivos, donde los entornos de relación involucran
mecanismos de interacción, apoyo y creación de significaciones entre el individuo y los
demás, en estrecha conexión con lo social y cultural, en su sentido más extenso (Rivière
y Coll, 1992; Bruner, 1986).
En este marco de ideas, en seguida se muestran de forma mínima tan solo 2 debates,
que, si bien no agotan los existentes, todos bastante relevantes, reflejan el gran
dinamismo y el carácter evolutivo y polémico de la psicología del desarrollo: “La
presencia de competencias perceptivas, cognitivas e intersubjetivas en el recién nacido”
y “El carácter procedimental del comportamiento cognitiva ante las condiciones de su
producción y funcionamiento”.
Puche Navarro refiere a Bower con sus trabajos fechados desde 1966 como uno de los
pioneros acerca del hallazgo de competencias perceptivas en los recién nacidos desde
sus planteamientos sobre percepción de distancia, solidez, hondura y constancias de
tamaño y forma; la unidad de estudio por el momento no es la averiguación motora del
objeto, sino la conducta visual, el índice por excelencia que posibilita aprender el objeto
persistente, además de la viable vida de un sistema inter-modal de procedimiento de la
información por parte del bebé, que lo conducen a ser sensible a “propiedades formales
y abstractas de la estimulación”.
Bresson y De Schönen (1979), citados por Puche Navarro (1984) postulan la vida de
programas o sistemas de métodos que el infante de 17 semanas usa para obtener un
objeto definido, los cuales conforman un problema de coordinaciones manuales, donde
tener un brazo es mejor que tener 2, dadas las influencias de las cambiantes distancia,
forma, línea media, etcétera.
Montagner et al. (1984), citados por Puche Navarro, son señalados por igual como unos
de los pioneros sobre competencias perceptivas, en esta situación olfativas
extraordinarias del recién nacido; a partir del tercer día de nacido el recién nacido es
capaz de detectar los olores de su mamá de cara a otros olores de damas.
Debemos distinguir, por una sección, los mecanismos de compra de entendimiento que
un individuo tiene a su disposición y, por la otra, la manera en que es presentado el
objeto que será asimilado a tal individuo. La importancia asignada a un objeto en un rato
dado, dentro del entorno de sus colaboraciones con otros objetos, puede depender, en
gran medida, de cómo la sociedad instituye o modifica la interacción entre el individuo y
el objeto. Empero la manera en la cual tal importancia es adquirida deende de los
mecanismos cognoscitivos del individuo y no de elemento alguno que sea provisto por
la sociedad. Esto es, cómo un individuo asimila un objeto es dependiente del individuo
mismo; qué es lo cual él asimila es dependiente paralelamente de su propia capacidad
y de la sociedad que le provee el elemento contextual de la importancia del objeto.