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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


CIENCIA Y TECNOLOGIA
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DE LOS ALTOS
MIRANDINOS CECILIO ACOSTA
PNF ENFERMERÍA INTEGRAL COMUNITARIA

Elementos de la Relación de Cuidado


entre la Persona Cuidada y el Profesional
Cuidador

Docente: Autor(a):

Carmen Salazar Isley Pereira CI: 24.150.496


Eleanny Salmerón CI:22.351.561

Trayecto 4
Sección “1”
Abril, 2021
Entre los elementos están los siguientes:

Tanto la persona como el personal de enfermería tienen una historia personal y


un papel en la sociedad. Por lo que ambos deben de ser considerados de
manera holística. Y esto es necesario tomarlo en cuenta en el caso de la persona
cuidada principalmente, porque esta tiene un nombre y, por lo tanto, hay que
llamarla como tal y no como un número de cama y por su patología.

Por otro lado, con respecto al papel social. La persona cuidada puede tratarse de
un padre de familia, una ama de casa, un estudiante, entre otras cosas y
dependiendo a este papel se esperará su reacción ante la hospitalización como en
el caso de una persona que es sustento del hogar que se sentirá demasiado
intranquila con respecto a su enfermedad ya que su familia depende de ella. Por
eso no hay que esperar que las personas tengan la misma conducta al momento
de la hospitalización, y sobre todo es necesario que el personal de enfermería
pueda comprender el porqué de esos sentimientos y actitudes dependiendo del
papel social de las personas.

Otro punto son las reacciones emocionales de las personas ante la enfermedad
y cada persona lo maneja de diferentes maneras. Algunas pueden desarrollar
ideas incluso absurdas acerca de su enfermedad, por lo que podría estar en
desacuerdo con las instrucciones del personal de salud, lo cual podría generar
conflictos y problemas en la comunicación. En este caso existe una confrontación
entre las necesidades sentidas y normativas. Es decir, entre lo que la persona
percibe y lo que está establecido por el profesional que debe ser.

De igual forma también se deben tomar en cuenta los distintos mecanismos de


defensa que pueden esperarse de la persona cuidada como la negación, la
regresión, la proyección, la transferencia, entre otras, y por ende la enfermera
debe ser capaz de reconocerlos, y así saber cómo poder actuar ante cada uno de
estos mecanismos.
La persona también podrá mostrar variadas reacciones en su comportamiento de
acuerdo con los mecanismos de defensa anteriormente mencionados. Es
necesario al igual que los mecanismos de defensa, reconocer estos patrones para
realizar una valoración de la persona en su totalidad. Entre estas reacciones
están: la depresión, donde la persona puede desarrollar sentimientos depresivos,
de impotencia, desesperanza e incluso pensamientos suicidas al crear que la
enfermedad es un castigo o por sentir miedo a la muerte.

Otra reacción es la irritabilidad, en este caso la enfermedad puede manejarse con


hostilidad, y la persona puede adoptar actitudes de exigencia y también pueden
presentarse maltratos verbales. El profesional de enfermería no puede tomarse
como algo personal estas actitudes, ya que son una reacción de la persona ante la
enfermedad y la hospitalización. Y, por lo tanto, no se puede responder de la
misma manera.

Entre los elementos más básicos en la relación enfermera-persona cuidada, se


deben destacar los dos siguientes:

La empatía: Esa capacidad de ponerse en el lugar del otro, que no solo implica
eso. Sino también el ofrecer una escucha activa y el ser un apoyo emocional para
la otra persona. El profesional de enfermería al lidiar con todo tipo de emociones,
debe también saber manejar sus propias emociones y así mantener la relación
terapéutica y una actitud objetiva ante la situación. Por eso, es que no es solo
ponerse en el lugar de la otra persona, porque realmente jamás vamos a entender
exactamente lo que siente el otro, ya que todos reaccionamos y manejamos las
cosas de distinta manera. Es ser capaz de comprenderla desde nuestra posición
y significar una fuente de apoyo para ella.

La contratransferencia: al igual que la persona cuidada, ésta puede ser positiva


o negativa. Lo que no quiere decir necesariamente antipatía o empatía, sino que
también tiene que ver con los primeros conflictos infantiles y sus modos de
resolución. Así, el enfermero puede sentirse halagado y bien con una persona
sumisa y obediente que sigue al pie de la letra todas sus indicaciones,
satisfaciendo así todas las necesidades inconscientes de omnipotencia.

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