El uso del acero como mecanismo de refuerzo en el uso del
concreto es sumamente importante ya que la combinación de estos dos materiales de construcción constituye al concreto armado. El concreto, por sus características, es el material idóneo para elementos que estén sometidos únicamente a esfuerzos de compresión. Pero eventos externos como sismos pueden generar esfuerzos multidireccionales que someten elementos tanto a compresión como a tención, pero siendo la capacidad a resistir tensión del concreto cercana al 10% de su capacidad a compresión, es necesario suplirle un soporte o elemento que pueda compensar esta carencia, y ese soporte es normalmente el acero estructural ya que posee una resistencia a tensión de más de 100 veces la del concreto. Al reforzar el concreto con acero en forma de varillas o mallas, se forma este concreto armado o reforzado; el cual se utiliza para dar nombre a sistemas estructurales como: vigas o trabes, losas, cimientos, columnas, muros de retención, ménsulas, etc. La elaboración de elementos de concreto presforzado, que a su vez pueden ser pretensados y postensados. Al interactuar concreto y acero, ahora aparte de resistir fuerzas de compresión (absorbidas por el concreto), también es capaz de soportar grandes esfuerzos de tensión que serán tomados por el acero de refuerzo (acero longitudinal). Al colocar el acero transversalmente a manera de estribos o de forma helicoidal, los elementos (ejemplo: vigas, columnas) podrán aumentar su capacidad de resistencia a fuerzas cortantes y/o torsionales a los que estén sujetos. Requiere de un minino mantenimiento. La combinación de estos dos materiales es muy buena ya que reduce costos, tiene una buena resistencia a la compresión y a la tensión y una mayor tenacidad y ductibilidad del acero esta combinación permite todas las posibilidades de hacer construcciones de concreto reforzado como edificios, puentes, presas, tanques, depósitos etc.