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Iluminación en estudio

Iluminar es generar y organizar la luz con la cual se hará la fotografía; y no


sólo para llenar de luz la escena, sino también para generar las sombras
necesarias en la fotografía.

Aunque mucho hemos hablado de lo importante de exponer de forma


correcta, y de cómo evitar zonas muy iluminadas o muy oscuras, es necesario
señalar que las sombras son parte integral de una imagen. El juego entre la luz y
la sombra es lo que le da a una fotografía su carácter.

Con la iluminación el fotógrafo busca, entonces, darle el carácter a la


fotografía. De acuerdo a cómo la organice y a qué intensidad le establezca a la
iluminación, el fotógrafo creará atmósferas, climas y sensaciones en el
espectador.

Por ello, más allá de la exposición, la iluminación tiene como búsqueda


principal aportar estéticamente a la imagen fotográfica. Será uno de los recursos
más importantes del fotógrafo para expresar todo aquello que quiera expresar.

Tipos de iluminación

Hay dos tipos de iluminación que se diferencian entre sí por la forma en la


que inciden sobre el objeto o sujeto de la fotografía. Éstas son:

Luz Dura

Se considera luz dura aquella que genera una transición mucho más fuerte
y dramática entre la luz y la sombra. Es decir, cuando el paso entre la zona más
iluminada y la zona más oscura es más drástico.

La luz dura genera un ambiente o clima mucho más dramático en la


fotografía. Al ser más definidas y pronunciadas las sombras, la sensación que
genera la fotografía en el espectador es mucho más dramática (grave); y además,
permite que se remarquen más las texturas del objeto o sujeto fotografiado.
Hay dos factores que generan este tipo de luz. En primer lugar, la
iluminación dura se da cuando la luz, emitida por la fuente, incide directamente
sobre el objeto o sujeto fotografiado. Por ejemplo, en el caso de iluminación de
estudio, cuando el flash emite su luz directamente hacia el objeto o sujeto de la
fotografía, sin que nada la difumine. El otro factor que determina la dureza de la
luz es el tamaño relativo entre la fuente de luz y el objeto o sujeto fotografiado.
Mientras más pequeña sea la fuente de luz respecto del objeto o sujeto
fotografiado, más duro será el juego de luces y sombras que genera.

Luz blanda, suave o difusa

Se considera luz blanda aquella que genera una transición muy suave entre
la parte iluminada y la parte sombreada del objeto o sujeto fotografiado. Es decir,
cuando el contraste entre luz y sombra es menos perceptible. La luz blanda
genera un ambiente o clima menos dramático. Más “natural”.

Así como con la luz dura, la luz blanda se ve condicionada por la forma en
que se emite la luz (si es directa o no); y por el tamaño relativo entre la fuente de
luz y el objeto o sujeto fotografiado.

Con respecto a la emisión, la luz se puede difuminar o reflectar. Por


ejemplo, en el caso de la iluminación de estudio, una caja de luz difumina la luz,
mientras que el paraguas reflectante la refleja. Ambas emisiones de luz generan
luz blanda, aunque con ligeros cambios de intensidad.

Por su parte, con respecto al tamaño relativo entre la fuente de la luz y el


objeto o sujeto fotografiado, mientras más grande sea la fuente de luz respecto del
objeto o sujeto, más suave será la transición entre las zonas iluminadas y las
zonas sombreadas.

Es importante resaltar que este tamaño relativo entre fuente y sujeto,


también se ve afectado por la distancia entre ambos. Es decir, más allá del
tamaño físico de cada uno, a medida que se distancia uno del otro, más pequeño
parecerá uno respecto del otro. Por ejemplo, si tenemos un flash con softbox a
una distancia de un metro (1m) del sujeto fotografiado; en la medida que alejemos
el flash del sujeto, su tamaño relativo disminuirá; es decir, cada uno parecerá más
pequeño respecto del otro; por ende, la luz se irá progresivamente endureciendo.
Luz Dura

Luz Suave
Esquema de luz (Puesta de iluminación)

Una escena puede ser fotografiada con una sola o con varias fuentes de
luz; esto, independientemente de si la luz que emite cada una de estas fuentes es
dura o blanda. Entonces, organizar la o las fuentes de luz respecto del objeto o
sujeto fotografiado, es a lo que llamamos Esquema de luces, o Puesta de
iluminación. En una puesta de iluminación encontramos fuentes de luz:

De forma frontal (Luz frontal)

Es cuando la fuente de luz se ubica sobre el mismo eje de visión que la


cámara; es decir, frontal al objeto o sujeto a fotografiar.
Generalmente elimina las sombras, lo que aplana las imágenes, quitándole
textura y volumen; por tanto, no genera imágenes muy estéticas.

De forma diagonal (Luz a 45° grados)


Cuando la fuente de luz se ubica en un ángulo de 45° respecto del eje de
visión frontal de la cámara. Es decir, ilumina diagonalmente al objeto o sujeto
fotografiado.

Es uno de los ángulos más usados, pues genera incipientes sombras


agradables, que aunque no dominan la imagen, resaltan las texturas, el volumen y
la sensación de profundidad.
De forma lateral (Luz de 90° grados)

Cuando la fuente de luz se ubica en un ángulo de 90° respecto del eje de


visión de la cámara; es decir, ilumina de forma lateral al objeto o sujeto
fotografiado.

Esta angulación genera una sombra más grande, no necesariamente más


definida. Las sombras, entonces, dominan gran parte de la imagen.
De forma trasera (Luz de 180° grados o contraluz)
Es cuando la fuente de iluminación se ubica en el lado opuesto del eje de
visión de la cámara; es decir, detrás del objeto o sujeto a fotografiar.
Generalmente se le conoce como luz de contraluz.

Sirve para separar a los objetos o sujetos a fotografiar del fondo, porque
delinean el contorno del motivo de la fotografía. Es decir, realzan la sensación de
profundidad en la fotografía, pues realzan el motivo principal.

Puesta de luces

El esquema de luces puede estar conformado por una o varias fuentes de


luz. Es decir, para realizar una fotografía podemos usar un flash, o podemos usar
varios flashes al mismo tiempo. En base a ello, las fuentes de luz tienen un rol
específico dentro de esas puestas; es así que nos encontramos con:
Luz principal

Sea una puesta de luces con una o varias fuentes de luz, siempre habrá
una luz principal. Ésta es la luz que establece el carácter de la fotografía, y en
base a ella, se organizarán el resto de fuentes de luz de la escena. Es decir,
establece la intensidad de la luz requerida para la escena, así como la cualidad de
la misma (si es dura o blanda).
Luz de relleno

Luz que suaviza y rellena las sombras generadas por la luz principal; no
obstante, su tarea no consiste en igualar la iluminación del lado sombreado con la
iluminación del lado iluminado, sino de disminuir la oscuridad de la sombra,
manteniendo un poco de contraste entre el lado iluminado y el lado sombreado.

Al ser complementaria a la luz principal, su intensidad siempre será menor a


la intensidad de la luz principal. De lo contrario, invertiría su rol de relleno para
hacerse principal. La luz de relleno sólo la encontramos en puestas con dos o más
fuentes de luz.
Luz de contraluz

Fuente de luz que, ubicada en el lado opuesto del eje de visión de la


cámara, resalta el contorno del motivo principal de la fotografía. Sirve para
separar el motivo principal del fondo, y por ende, aumentar la percepción de
profundidad en la imagen.

Su intensidad puede ser mayor o menor que la de la luz principal, pero


como afecta un espacio mucho menor de la imagen (el contorno del motivo), no
llega a dominar la puesta de iluminación.
Puesta de tres luces

La puesta de luces más común, o al menos la que más se usa en trabajo de


estudio, es la puesta de tres luces. En esta puesta, la luz principal se ubica en un
ángulo de 45° respecto del eje de visión de la cámara. La luz de relleno, por su
parte, guiándose por el carácter establecido por la luz principal, ilumina las zonas
sombreadas para hacerlas menos oscuras; esto, sin eliminarlas. El contraluz se
ubica en la parte opuesta del eje de visión de la cámara, e ilumina
concentradamente el motivo principal.

Por ejemplo, supongamos que haremos un retrato con una puesta de tres
luces. Para ese retrato queremos un carácter blando, por ende deberíamos
establecer:
 Una fuente de luz principal suave, es decir, con un softbox o un
paraguas. La intensidad de esta luz principal será, digamos, de
400W/S. Y estará ubicada a 45° del sujeto a retratar.
 Una fuente de luz de relleno que, al estar condicionada y relacionada
con la luz principal, debe poseer un carácter igualmente blando; por
ello usamos un paraguas, panel reflector o un softbox. Cualquiera de
estos accesorios puede suavizar la luz. Esta luz podría ubicarse en
un ángulo de 315° respecto del eje de visión de la cámara. Su
intensidad, como debe ser menor a la principal, podría ubicarse en la
mitad de su potencia: 200W/S.
 La fuente de luz de contraluz podría ubicarse en un ángulo de 180° o
225° respecto del eje de visión de la cámara. Aunque puede ser de
carácter blando, generalmente se usan fuentes de luz dura para el
contraluz; por tanto podríamos usar una lámpara con snoot para
concentrar el halo de luz. Su intensidad puede variar, pero sin ir muy
por arriba o muy por debajo de la intensidad de la luz principal.
Podríamos, entonces, configurarle una intensidad de 600W/S.

En esta puesta de tres luces, al igual que si fuese de menos o más luces, la
exposición debe medirse de acuerdo a la intensidad de la luz principal; ya que es
ella quien nos dará el carácter de la fotografía.

Temperatura de color

Temperatura de color es básicamente la dominante de color que generará


cada fuente de luz; esto, tomando en cuenta el material con el cual está hecha su
lámpara. Este tema está directamente relacionado con la configuración de balance
de blancos que se hace en la cámara digital.

Cada lámpara emite una dominante de color que se cuantifica en la


temperatura de color. Por ejemplo, no es igual la iluminación que genera una
lámpara de tungsteno, que la iluminación generada por una lámpara fluorescente.
Mientras más bajo es el número de la temperatura de color, más rojiza (cálida) es
la luz; mientras más alto es el número de temperatura de color, más azulada (fría)
es la luz.

De esta manera podemos desarrollar una lista con la relación entre


temperaturas de color, la lámpara y las respectivas dominantes de color:
Temperatura de color Fuente de luz
1700 K Cerilla o fósforo
1850 K Luz de vela
2700-3300 K Lámpara incandescente o tungsteno
3000 K Tungsteno con lámpara halógena
4000-4500 K Lámpara de vapor de mercurio
5000 K Luz fluorescente (aproximado)
5500-6000 K Luz de día y flash electrónico (aproximado)
5780 K Luz del sol pura
6200 K Lámpara de xenón
6500 K Luz de día en día nublado
6500-10500 K Pantalla de TV (LCD o CRT)
28000-30000 K Relámpago pececillo

En base a estos valores, es que se debe configurar el balance de blancos


de la cámara fotográfica; es decir, el fotógrafo debe informarle a la cámara con
qué fuente de luz está iluminando, de lo contrario, los colores naturales de la
escena se verán modificados. Mientras más por encima se configure la
temperatura de color de la cámara respecto de la temperatura de color de la
fuente de la iluminación, más cálidos (rojizos) serán los colores de la fotografía.
Al contrario, mientras más por debajo se configure la temperatura de color
de la cámara respecto de la temperatura de color de la fuente de iluminación, más
fríos (azules) serán los colores de la fotografía.

Por ejemplo, supongamos que estamos en una oficina y fotografiamos con


la iluminación de su lámpara fluorescente; es decir, una iluminación de 5000 K. Si
configuramos el balance de blancos de la cámara a una temperatura de color de
3200 K, los colores de la fotografía serán fríos (azulados). En cambio, si con esa
misma fuente de luz configuramos la cámara a una temperatura de color de 7000
K, los colores de la fotografía serán cálidos (rojizos). Por ende, si el fotógrafo
quiere que los colores se vean tal cual como los ve con su ojo, debe configurar el
balance de blancos de la cámara a la temperatura de color de la fuente de luz.

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