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LA EVOLUCIÓN DE LA FAMILIA HUMANA

“(…) cuántas agonías sobreviviéndonos en cada decisivo alumbramiento, renaciendo siempre con la
probabilidad adversa, siempre en busca de una nueva perfección, de una mayor tersura, de un cerebro
superior a medida que nos íbamos irguiendo…”
C. Framb. Un día en el paraíso.

Existe un lamentable vacío fósil entre los 7 hasta los


2,2 millones de años antes de hoy. La verdad es que
apenas disponemos de dos ejemplares pertenecientes
a la época inmediatamente posterior a la separación de
la rama prehomínida de la del chimpancé. Por tal
motivo, son oscuros los primeros pasos de nuestra
especie después de descender de los árboles y
convertirse en bípedos. Pero está claro que ese ramo
evolutivo ocurrió por completo en África; en otras
palabras, que descendemos de primates africanos como lo había pronosticado Darwin.

La evolución de la familia humana u hominización aún no es precisa, existen numerosas


clasificaciones, muchas veces contradictorias, pues aún hay varias incógnitas en el estudio del
hombre. De acuerdo a las diversas investigaciones, se ha afirmado que tuvo inicio aproximadamente
hace 7 millones de años en el continente africano, presentándose una serie de etapas que ha
pasado la familia de primates desde sus más antiguos ancestros (prehomínidos) hasta la actualidad
(Homo Sapiens); abarca todo el proceso evolutivo desde sus inicios, hasta lo que evolucionamos hoy
en nuestros días con el surgimiento del ancestro común entre el ser humano (las especies del
linaje homínido) y los chimpancés (Pan troglodytes). De un modo general, se puede decir que existe
un tronco común entre los grandes monos o primates antropoides
(póngidos) y los primates humanos (homínidos). En algún momento,
esas dos familias formarían y evolucionarían en direcciones
diferentes: los póngidos darían origen a
los gorilas, chimpancés, orangutanes, etc. Mientras que los
homínidos, sufrieron un proceso gradual e histórico de cambio
biológico de los ancestros más primitivos (Australopitecus sp.) hasta
la aparición de nuestra especie tal y como hoy la conocemos (Homo
sapiens). Son varios los eslabones encontrados de 7 a 2,5 millones de
años antes de hoy, pero a su vez también son muchos los vacíos
fósiles que la ciencia tiene durante esa misma época, pues la
evolución no es una sola línea de especies de la familia primate; aún
falta mucho por conocer, y muy posiblemente, no lograremos
encontrar registro de todos.

Este proceso de hominización tuvo su punto inicial cuando una población de primates del noroeste de
África se dividió en dos linajes que evolucionaron de modo independiente: uno de ellos permaneció en
los árboles, en el ambiente de la selva tropical y originó los chimpancés. Mientras el otro migró a la
llanura, se adaptó a los entornos más abiertos, tales como las sabanas africanas donde debido a
presiones ambientales, las generaciones siguientes aprendieron a erguirse sobre sus patas anteriores,
liberando así las posteriores que vendrían a ser luego manos, capaces de sostener herramientas,
dando lugar al Homo Sapiens.

El estudio de este proceso se dio gracias a la arqueología, paleontología, antropología, biología,


geología y otras ciencias semejantes, pero sobre todo gracias al surgimiento de los estudios de Charles
Darwin y la Teoría del origen de las especies, que vino a remplazar al creacionismo o a la generación
espontánea como la mayor explicación humana respecto a sus orígenes. La teoría evolucionista parte
del principio de que el hombre es el resultado de un lento proceso de cambios, los seres vivos (plantas
y animales, incluyendo los humanos) se originaron de las criaturas más simples que se han modificado
con el tiempo. Las características propias de la especie humana se construyeron a lo largo de miles
de años, con la evolución de los primates. Darwin fue el primero en proponer la relación de parentesco
de la especie humana con los grandes monos, los antropoides. Actualmente, los científicos creen que
estos antropoides y la especie humana tuvieron un ancestro común, alrededor de 8 a 5 millones de
años atrás. La evidencia de este hecho es la gran similitud entre los humanos y los monos antropoides,
como el chimpancé. Así mismo, durante ese proceso la evolución humana comprende el surgimiento
de diversas especies, unas más importantes que otras en el árbol evolutivo, sin embargo, la gran
mayoría se desarrollan en el continente africano, por lo que es llamado como la cuna de la
humanidad.

Dentro del proceso de hominización, han sido halladas diferentes


especies prehomínidas, entre las cuales, se puede mencionar registros
fósiles distintos como: un ejemplar entre 6 y 7 millones de antigüedad,
llamado Toumai, en la República de Chad (África); también el Orrorin
Tunogenensis, en Kenia (África), de 6 millones de antigüedad; en
Etiopía (África), también fue encontrados fragmentos fósiles de un
grupo de prehomínidos a los cuales llamaron Ardipithecus Ramidus,
con 4,4 millones de antigüedad; igualmente en Etiopía fueron
descubiertos restos fósiles de 5,2 a 5,8 millones de años, esta especie
fue bautizada como Ardipithecus Ramidus Kadabba; en Kenia fueron
hallados unos fósiles con antigüedad de 4,4 millones de años, especie
a la cual denominaron Australopithecus Anamensis; los Australopithecus africanus, quien
probablemente, habitó la tierra hace 2,8 a 2,3 millones de años atrás, andaba erguido y usaba las
manos para recoger frutos y arrojar piedras para abatir a los animales; también otro como el
Paranthropus Boisei, datado con cerca de 2 millones de años, éste fue uno de los primeras especies
que vivieron de Europa. En ese camino de la hominización fue encontrado también en Etiopía, el
descubrimiento del primer ejemplar llamado Australopithecus Afarensis (del cual se detallará más
adelante).

El género de Austrolopithecus (del latín australis= meridional, sur, del


griego pithecos=mono "mono del sur") que presentaba características
físicas aún distantes del hombre actual. Se diferenciaban de los demás
primates por cuenta de su postura erguida, locomoción bípeda y una
arcada más cercana a la actual especie humana. No se sabe si el
hombre actual habría evolucionado del Austrolipithecus o tal vez sea
independientes concertados por un ancestro común. Lo que sí se sabe
es que los primeros homínidos habrían vivido en el territorio de África
Sur-Oriental; por ello, es importante detallar esta especie, pues se considera que, aunque existen
eslabones perdidos, entre ellos y los homínidos que dieron origen al humano, se encuentran similitudes
que hacen presumir algún tipo de linaje que pueda emparentarlos, siendo probable que el
Australopithecus haya dado origen al género Homo.

Las tres especies más conocidas son: Austrolipithecus Afarensis, el más antiguo, el
Austrolipithecus Africanus y el Austrolipithecus Robustus, este último, existió hace 1 de millón
de años atrás, Estas tres especies son claramente diferenciadas de los póngidos (chimpancé) porque,
a pesar de su pequeña capacidad craneana (450 cm3 en promedio), tenían una postura bípeda y no
poseían grandes dientes caninos existentes en los antropoides. Así mismo, fueron las primeras
especies en dominar el fuego, lo que permitió su expansión hacia otros territorios. Además de la
reducción de la musculatura de la cara, pues podían cocinar los alimentos, ablandándolos. Y eso les
permitió que los Australopithecus fueran evolucionando a través de los años.
No obstante, existió una especie, que es tal vez de la cual se han podido
desarrollar más estudios, y es, el Australopithecus Afarensis, con 3,4
millones de años, especie encontrada en Etiopía, Camerún y Tanzania. Tal
vez el mayor hallazgo haya sido la famosa Lucy, esqueleto encontrado 1974
en Etiopía. La reconstitución de este esqueleto permitió apuntar las
principales características de la especie: dientes más humanos que las
criaturas anteriores; la mandíbula comenzó a tener la forma parabólica
humana; estableció plenamente la bipedalidad; el cerebro estaba en el camino
de lo que somos hoy. De igual forma, se enfrentaron a un cambio climático
intenso en la sabana de su época, viéndose obligados a abandonar la dieta
vegetariana y empezar a cazar.

GÉNERO HOMO
Hace 2,5 millones de años ocurrieron en la Tierra cambios
climáticos importantes, las capas de hielo polares se extendieron
más allá de sus límites habituales, al tiempo que la temperatura
el nivel de mar descendieron y las precipitaciones pluviales en
África declinaron considerablemente. A la par con estos cambios
ambientales, la evolución humana realizó dos saltos discontinuos
importantes, tal vez relacionados entre sí, se descubrieron el uso
la fabricación de herramientas, los cráneos mostraron un
incremento brusco de casi doscientos mililitros en la capacidad
encefálica. Las manos libres hábiles pueden conducir de forma
natural a utilizar palos, astas, huesos piedras en tareas varias,
escarbar en busca de algunos tubérculos y triturarlos, y también para atacar un animal pequeño, o
defenderse de uno grande. Estos avances culturales y un volumen cerebral entre 450 y 550 mililitros
permiten suponer que los australopithecus y parantropos también pudieron alcanzar cierto grado de
dominio en la utilización de herramientas.

Antes de nosotros (y algunas durante nuestra prehistoria) existieron numerosas especies que hoy se
encuentran extintas, pero que presentaban profusas similitudes físicas, biológicas y
comportamentales. La extinción de la mayoría de los Australopithecus posibilitó el surgimiento de un
nuevo linaje. El género Homo representa el desarrollo del sistema nervioso y la inteligencia, además,
mostraba adaptaciones evolutivas, como la postura erguida y la locomoción bípeda. Sin embargo,
estrictamente hablando, cuando se habla de seres humanos nos referimos exclusivamente a los Homo
sapiens, aunque no seamos los únicos integrantes de este género. Los Homínidos, del orden de los
Primates, de la familia Hominoidae, y género Homo, son una subtribu que evolucionó rápidamente en
varios linajes, conocidos en la actualidad, a saber: Homo Rudolfensis, Homo Habilis, Homo
Ergaster, Homo Georgicus, Homo Erectus, Homo Cepranensis, Homo Naledi, Homo
Rhodesiensis, Homo Neardenthaliensis, Homo Sapiens.

 HOMO RUDOLFENSIS (2,2 – 1,8 MILLONES DE AÑOS)


Es el más antiguo fósil de homínido encontrado en asocio de herramientas de piedra, y por tanto
el primer eslabón que une la fase prehomínida con la homínida. Fue hallado en la orilla del lago
Turkana, en el norte de Kenia (África), un cráneo aplastado y despedazado, el cual poseía cerca
de los 750 milímetros, posterior a 172, fecha en que fue encontrado este ejemplar, fueron
descubiertos otros, corroboraron esta nueva especie, con una arcada dental y forma de dientes
modernas. Con la aparición de ellos, se afirma que el hombre se instala sobre la tierra, y se da un
inicio de la evolución nuestra.
 HOMO HABILIS (2,2 – 1,6 MILLONES DE AÑOS)
Fue encontrado en Tanzania (África) con variadas herramientas, lo
que hace afirmar que fabrica instrumentos simples de piedra, construía
cabañas y, probablemente desarrolló, un lenguaje rudimentario.
Desde la perspectiva alimenticia por el desgaste dental se deduce que
la dieta es muy variada, se encuentra entre la frontera de la basada en
vegetales y la omnívora.
Según los estudios de los restos encontrados, se establece que los
brazos eran largos y las piernas cortas, y gracias a su cerebro y
habilidades, él logró sobrevivir y adaptarse a los grandes cambios
climáticos que el planeta venía pasando, dando continuidad a nuestro
desarrollo. Su capacidad craneal no superaba los 800 cm3 y habría
compartido época con el Homo rudolfensis, con el cual algunos los ha considerado de una misma
especie. En 2007, nuevos hallazgos sugieren que coexistieron con el Homo Erectus, pueden ser
de linajes separados de un ancestro común, y no que el Homo erectus sea descendiente de Homo
habilis, como lo presumieron en un inicio.

 HOMO ERGASTER (1,8 – 1,2 MILLONES DE AÑOS)


El primer ejemplar encontrado de esta especie se clasificó como erectus (Turkana, Kenia), y por
lo que sería clasificado como una sub-especie H. erectus que habría emigrado a Europa y partes
de Asia; pero debido al hecho de poseer características menos especializadas que ellos, los
paleontólogos los catalogaron como un linaje distinto.
Tenía el domo del cráneo más alto que el de rudolfensis, paredes óseas más delgadas, arcos
superciliares débiles y cara ligera, carecían de mentón. Se sugiere que más que hábil cazador fue
carroñero, que dotado de palos, huesos y piedras, fuese capaz de arrebatarle las presas a los
predadores, recién cazadas.
Esta especie homínida fue la primera en salir de África hace 1,8 millones de años y colonizar otros
territorios, gracias a lo cual sirvió a su vez de eslabón entre otras dos especies venideras.

 HOMO ERECTUS (1,3 – 0,2 MILLONES DE AÑOS)


Salió de África, alcanzando Europa, Asia y Oceanía. Fabrica
instrumentos de piedra más complejos y cubría el cuerpo con
pieles de animales. Vivía en grupos de veinte a treinta miembros
y muy posiblemente utilizaba un lenguaje más sofisticado. Fue el
descubridor del fuego, por lo que, pudo cocer sus alimentos, esto
imprimiría cambios profundos en su musculatura y su sistema
digestivo, así como formas más complejas de socialización que
habrían requerido entonces un lenguaje articulado, y fue a partir
de la convivencia social, acabaron juntando en grupos para
sobrevivir.
Habitaban en cuevas, medía entre 1,30 y 1,70 m de altura
aproximadamente, y su volumen craneal era de 750 mililitros; la
cara era saliente y simiesca, pronunciados arcos superciliares, la
frente huidiza, falta de mentón y gran espesor en sus huesos. Tuvo
una dieta con altos porcentajes de proteína, y de tubérculos, lo que iría en aumento a través del
tiempo, llevando una vida de cazador y recolector.
El primer resto de fósil fue encontrado en Java, en 1891; se dedicaron a excavar por muchos años
en esa región tratando de hallar el “eslabón perdido”, lo que no se logró; ya durante las primeras
tres décadas del siglo XX fueron encontrados otros vestigios y posterior a ello, en una cueva
cercana a Beijing, fue descubierto algunos fósiles con un volumen craneal de los 1100 mililitros, al
cual apodaron “Hombre de Pekín”.
 HOMO ANTECESSOR (0,9 – 0,3 MILLONES DE AÑOS)
En una sierra del norte de España, se encontró un rico depósito de fósiles, probable antepasado
del H. Neardental, pariente cercano del hombre; de mayor altura y cerebro todavía pequeño en
comparación con el Homo sapiens, fueron el primer eslabón humano europeo, que sirvió de
peldaño entre el Homo Ergaster y el Homo Heidelbergensis, y tal vez sea el único ancestro común
entre los humanos modernos y el Homo Neardenthalensis. Presentaron características
morfológicas que así lo hicieron suponer, como la proyección nasal hacia delante, la forma
redondeada del hueso occipital y la anatomía del hueso púbico.

 HOMO HEIDELBERGENSIS (0,9 – 0,2 MILLONES DE AÑOS)


El primer fósil de esta especie fue encontrado en Alemania (cerca de la ciudad alemana de
Heidelberg), se trata de un robusto maxilar inferior; por lo que se puede afirmar que poseían
grandes cráneos de 1200 cm3 (muy cercano al nuestro) y mandíbulas salientes, mayor apertura
nasal y, posiblemente, un primer lenguaje simbólico.
Fueron hallados también restos fósiles en el sur de África, quienes desarrollaron herramientas de
piedra; actualmente la mayoría de los paleontólogos consideran con son antepasados directos del
hombre moderno. No obstante, no se tiene la certeza para la creación del árbol filogenético, pues
constantemente se hacen nuevos descubrimientos que hacen mover la ubicación de las especies
en él.
 HOMO NEARDENTHALIENSIS - HOMO DE NEANDERTHAL- (500 – 32 Mil AÑOS)
El famoso “hombre de Neanderthal” habitó Europa, Oriente próximo
y Asia central durante el Paleolítico Medio y Paleolítico inferior, del
Pleistoceno, y su extinción fue abrupta y obedece a causas
desconocidas. Hay hipótesis que habrían sido exterminados o tal
vez sucumbido por el cambio climático o por la presencia del más
evolucionado, Homo Sapiens, pensándose que la selección
natural y la competencia habría favorecido a este último. Aun así,
recientemente se ha descubierto que al parecer existen índices
genéticos de H. Neardenthaliensis, en el hombre actual, lo que
supone que pudo haber cruce entre las dos especies.
Los primeros restos de esta especie fueron descubiertos en 1856 en una cueva en el Valle de
Neander, Alemania. Muchos ejemplares fósiles semejantes serian después hallados en Francia,
Yugoslavia, Palestina y África del Norte. Tuvo una mayor robustez física, teniendo los brazos y
las manos particularmente fuertes y su cerebro fue, en promedio, ligeramente más abultado que
el homo sapiens (10%), estimada en 1.600 cm³.
El cuerpo se había adaptado a los climas fríos, fueron más eficientes para conservar
el calor corporal, lo que les permitió soportar dichos climas donde vivían durante las eras glaciales;
no tenían barbilla, la frente era baja, (algunos rasgos característicos del erectus), dentadura similar
a la del hombre moderno, la nariz corta, pero ancha y voluminosa, el canal del parto era muy
amplio, los brazos gruesos y cortos, los huesos inferiores eran grandes y fuertes, teniendo así un
cuerpo muy fuerte y compacto. En promedio, eran aproximadamente 1,65 m de altura y eran muy
musculosos, y el dimorfismo sexual era menor que el de las anteriores especies homo.
Descendiente probable de Homo Erectus, habilidoso, creó muchas herramientas y fabricaba armas
y abrigos con huesos de animales. Enterraba a los muertos en las cuevas, con flores y objetos.
Los neandertales presentaban comunicación verbal muy rudimentaria, o carecían de ella, se ha
encontrado diversas herramientas e instrumentos musicales, lo que sustenta una industria lítica,
las cuales eran pesadas y toscas, así mismo hubiesen trabajado el cuero, se conjetura que no
conocieron el comercio, ni intercambio de bienes, pues todos los objetos encontrados en asocio
con sus restos, son originarios de esa misma región, por lo que se supone que si bien tuvieron una
organización social, esta fue incipiente.
 HOMO SAPIENS (HOMBRE ACTUAL”HOMBRE SABIO”)
Nadie sabe con seguridad cuándo entró en escena el Homo Sapiens, el nombre científico del
hombre moderno; pertenece a una especie de Primates los hominoideos. Evolutivamente se
diferenció en África y de ese ancestro surgió la familia de la que forman parte los homínidos; los
restos más antiguos conocidos hasta el momento tienen unos 160000 años, encontrados en Herta,
poblado cercano a la capital de Etiopía (África), sin embargo existen razones para creer que el
origen es anterior (unos 40000 años). El ser humano como lo conocemos surgió en África, habría
sido de tez oscura y lentamente conquistado el mundo entero, extinguiendo activa o
accidentalmente al resto de las especies del género Homo y deviniendo en la humanidad que
conocemos hoy, dejando variados instrumentos de piedra, hueso y marfil, y gran legado de la
pintura y la escultura, el cual, gracias a la utilización de pulgar oponible,
puede crear manifestaciones artísticas. Presenta un conjunto de cambios
muy notables en su morfología, con relación a las especies más cercanas
(Erectus, Heidelbergensis, Neanderthalensis), entre ellas, se puede
mencionar que posee un cerebro altamente desarrollado (1400 mililitros),
extremidades más livianas y menos musculosas, estatura mayor, el
prognatismo disminuye, arcos superciliares reducidos, bóveda craneana se
eleva un poco, la frente amplia y casi vertical, y la quijada se destaca, es
redondeada.
Se han encontrado diferentes restos fósiles, que por su lugar encontrado o
la cronología de los mismos, se les ha denominado de forma particular:
Homo Sapien Idaltu (el más viejo), hombre de Cro-Magnon es la
denominación local de una cueva francesa en la que se hallaron los fósiles
a partir de los que se tipificó el grupo, siendo este el antecedente directo del hombre actual.
El Homo sapiens se extendió por Asia, Oceanía, Europa y América. Era un cazador especializado
y se adaptó con eficiencia al medio ambiente. Hace unos 12.000 años, es la única especie viva
del género Homo. Hasta hace poco, la biología utilizaba un nombre trinomial (Homo sapiens
sapiens) para esta especie, pero más recientemente se ha descartado el nexo Filogenético entre
el Neanderthal y la actual humanidad, por lo que se usa exclusivamente el nombre binomial (Homo
sapiens).

LA EXPANSIÓN, COLONIZACIÓN Y POBLACIÓN DEL HOMOSAPIENS EN LA TIERRA

Desde África los sapiens caracterizados por una desarrollada cultura,


que con el correr del tiempo se hizo cada vez más compleja, invadió
todos los continentes y organizó su vida en variadas estructuras
sociales, económicas y políticas. Habrían avanzado hacia el Cercano
Oriente (Palestina), alrededor de 100.000 años, luego al resto de Asia
hace unos 60.000 años; estos hombres modernos habrían entrado
a Australia y Oceanía, entre los 60.000 y 40.000 años; a Europa, hace
40.000 años; y a América, un poco más tarde (aproximadamente hace unos 15.000 años) por
diferentes rutas, de las cuales no se tienen pruebas fehacientes y exactas.
La teoría de Dispersión, apodada “Arca de Noé”, afirma que un pequeño número de Sapiens, iniciaron
un éxodo aproximadamente hace 200.000 o 100.000 años, que los llevaría a ocupar todos los rincones
del planeta; allí, sustituyeron a las otras especies homínidas, sin mezclarse con ellas, o de manera
poco significativa; con el pasar del tiempo se adaptaron a las condiciones de cada localidad y dieron
lugar a los diferentes grupos humanos que hoy conocemos, apareciendo poco a poco, los rasgos
físicos característicos en cada región, continente y país (como la procreación se produjo dentro de un
entorno restrictivo, se acentuaron determinados rasgos físicos, diferenciando a un grupo humano de
otro). El Homo Sapiens sustituiría al hombre de Neanderthal y, alrededor del año 25 mil antes de
nuestra era, poblaría toda la Tierra, siendo éste el responsable de la perfección de las técnicas de
obtención de alimentos, ampliación de las formas de organización social, de la religión y de las
manifestaciones culturales.
Actualmente, muchos estudiosos, académicos y científicos han dejado en desuso el término raza para
designar un grupo humano con determinado fenotipo (características biológicas visibles, como el color
de la piel); en su lugar, prefieren usar la palabra etnia o grupos humanos. El motivo principal es debido
a que se ha concluido que existe la raza humana, pero que por diversas adaptaciones al ambiente y
el clima, generó los cambios en el fenotipo; así mismo, tiene todo un contexto ideológico, debido a la
connotación negativa de la palabra "raza" (actitud anticientífica basada en la supuesta superioridad de
ciertas “razas” sobre las demás).
Estas características estrictamente físicas de los grupos humanos son estudiadas por la antropología
física (color de la piel y de los ojos, estatura, forma del cráneo y del rostro, tipos de nariz y cabello,
etc.); y todas las características culturales, los estudios etnográficos y etnológicos, así como el estudio
de los aprendizajes cronológicos, la transmisión de los saberes de una generación a otra, y
adaptaciones educativas, son realizados por la antropología cultural.

ORIGEN DEL HOMBRE EN AMÉRICA


A lo largo del tiempo se han formulado muchas teorías sobre el origen del hombre americano, estas
hipótesis o teorías empezaron cuando el “Nuevo Mundo“, América, fue invadida y colonizada por
Europa; dichos usurpadores españoles quisieron dar una explicación sobre el origen de esos hombres
que habitaban esta gran región de la Tierra, desconocida hasta ese momento para ellos. Durante
el siglo XX se formularon las principales teorías científicas acerca del origen del hombre americano y
las posibles rutas de llegada del hombre moderno a América.
Existen diversas teorías sobre las posibles rutas migratorias del hombre a América, dentro de dichas
teorías inmigracionistas, las más plausibles, se pueden mencionar, la Teoría Monogenista-
Inmigracionista Asiática, por Alex Hrdlicka un antropólogo (checo-norteamericano), quien en varios
libros sustentó su tesis de que el ser humano había ingresado a América por Alaska (valle de Yucon)
proveniente de Siberia (Asia) hace aproximadamente 10.000 años atrás, cruzando el Estrecho de
Bering para después dispersarse por toda América. Pudiendo utilizar unas rutas menores, como lo
fueron: Islas Aleutianas, corriente Kuro Shiwo y Río Negro. Se basó en diferentes fundamentos, como
los geográficos, por la proximidad entre Asia-América, por el estrecho (istmo) behering 90 km. Los
fundamentos antropológico-Somático, ya que se encontraron similitudes fenotípicas entre los grupos
humanos que habitan las dos regiones, pelo laceo y oscuro (lisotropico), dientes en forma de pala,
pómulo ancho y saliente, ojos con pliegue mongólico, ausencia de barba, color cobrizo,
lengua polisintética aglutinantes, mancha mongólica (una pigmentación verdosa congénita que tienen
los asiáticos y los nativos norteamericanos al nacer y que desaparece con el paso de los años. Así
mismo, intentó probar por medio de fundamentos etnológicos, que todos los americanos, hacen parte
de una sola etnia, la mongoloide (asiática); según él, todos los pueblos ancestrales de América (Mayas,
Quechuas o Patagones, etc.) hay un conjunto de caracteres comunes que sugieren un origen único;
se basó también en fundamentos científicos, gracias a los restos arqueológicos encontrados (niño de
taber - Canadá 60 mil años a. n. e., y el cráneo de los ángeles - California 40 mil años a. n. e.).
Esta teoría fue discutida por Paul Rivet y Mendes Correa que consideraron que, aparte de los
mongoloides, también llegaron otros grupos migratorios paleolíticos, como melanésicos y australianos;
es decir sostienen una tesis poliracial. LaTeoría Inmigracionista Polirracial Oceánica (Polinesia y
Melanesia), por Paul Rivet, etnólogo francés, que afirma en esta teoría, que el ser humano
sudamericano procedería, además de Asia, de Australia y de Melanesia y Polinesia. Esto fue planteado
a través de su tesis de la semejanza de pueblos melanésicos y polinésicos con otros de América del
Sur y reveló que estos primeros, siendo excelentes navegantes, desde Australia y Oceanía en
dirección este, habrían atravesado el Océano Pacífico para arribar a las costas sudamericanas (Altura
de Nazca, Perú). La población indígena americana es el resultado de cierto número de migraciones,
unas por el Estrecho de Bering y otras a través del Océano Pacífico; este científico se basa en las
características étnicas y las costumbres, para ello expone diversos fundamentos, unos antropológicos,
sustentados por la semejanza del grupo sanguíneo, la estatura (pequeña) y color de piel (negroide)
entre Lagoa-Santa, antiguos habitantes nómades del Brasil unos 6000 a.n.e y los polinesios; además
ambos poseen cara corta y ancha. Sus fundamentos etnográficos, los basa en las costumbres y
rituales comunes entre tribus melanésicas y amazónicas, como el culto a las cabezas trofeo y la
mutilación de falanges en señal de duelo; los fundamentos culturales, los expone, en el uso de
hamacas, mosquiteros, porras estrelladas, tambores de madera, puentes colgantes, etc; y los
fundamentos lingüísticos, por la semejanza entre vocablos melanésicos con la de los indios Hoka
de Norteamérica; además de estas semejanzas lingüísticas existen en el uso de objetos culturales
como la flauta de pan, la piragua, la vivienda y el vestido. Otra ruta marítima, que él defiende, fue la
Melanesia, por la corriente Nor-Ecuatorial del Pacífico, Panamá-México (camote-algodón); y la
Polinesia, con semejanzas lingüísticas maoríspolinesia - Quechua. Y semejanzas culturales: la
pachamanca, la taqlla o palo cavador, cultivos, dioses y leyendas llegaron gracias a la Corriente sur-
ecuatorial del Pacífico, por la Isla de la Pascua.
Durante las últimas tres décadas, se han encontrado nuevos yacimientos con restos fósiles y
arqueológicos, lo que nos permite reescribir nuestro pasado, repensar nuevas rutas migratorias, y
reconocer nuevos grupos humanos habitantes del continente americano; ese es el caso de Luzia en
el Estado de Minas Gerais (Brasil), con una datación de 11.400 años; del esqueleto de un hombre
joven de 13.000 años de antigüedad, en la cueva Chan Hol (México), y de los artefactos hallados en
Monte Verde (Chile), con una datación de 18.500 años.

CONSTRUCCIÓN Y TRANSMISIÓN DE APRENDIZAJES DEL HOMBRE MODERNO

El hombre ha perdido el ‘paraíso’, el ‘edén’, esto es, la llanura o la alegre zona de caza, y empieza a
trabajar para ganar el pan con el sudor de su frente.”
John D. Bernal. Historia social de la ciencia, Barcelona, Península, 1979.

Desde la aparición del hombre, con sus procesos adaptativos al medio,


adquiere las condiciones de cazador y recolector; heredadas de sus
especies anteriores. Con el paso de los años, fue dominando diferentes
actividades económicas, entre ellas, la agricultura y domesticación de
animales, y junto con el descubrimiento y la conquista del fuego, se fue
presentando grandes adelantos hacia la industrialización y el desarrollo
tecnológico.
En la denominada era prehistórica, se presentaron dos grandes edades, la de Piedra y la de los
Metales; en ellas, el hombre usó los recursos que a su paso fue encontrando, y fue aprendiendo a
transformarlos y utilizarlos para su supervivencia. Fabricaron herramientas de piedra, siendo la
tecnología más avanzada en ese entonces. La madera, los huesos y otros materiales también fueron
manipulados (cuernos, cestos, cuerdas, etc), primero con la piedra, y luego con los metales, como el
cobre y el hierro, y también el bronce (cobre + estaño), pudieron con ellos
fabricar herramientas y armas, de corte o percusión. Así mismo, (dominaron
el fuego, crearon instrumentos, vivienda, ropa, etc); la evolución social, los
cambios climáticos, la revolución económica desde un sistema cazador-
recolector, hasta un sistema parcialmente productor, determinaron la
diáspora del ser humano por todo el mundo habitable, desde la "Cuna de la
humanidad" (África), hasta América.
De igual forma, muchos adelantos culturales, comenzaron a desarrollarse, el periodo de la evolución
tecnológica (desarrollo de la metalurgia); comienza V milenio a. n. e. y acabaría en cada lugar con la
entrada en la Historia, para buena parte de Europa en el I milenio a. n. e., esos seres humanos, crearon
grandes obras artísticas, pinturas rupestres, esculturas, cerámicas, grabados, tejidos, adornos
orfebres; también se destacaron en las construcciones, monumentos megalíticos, y posteriores
pirámides; igualmente en la construcción de canoas, y otros tipos de embarcaciones, que permitieron
el auge del comercio; lo que generó contacto con otros pueblos, y que a la postre permitió la difusión
de su conocimiento y el desarrollo cultural entre los pueblos que comerciaban.
En América, último destino del Homo Sapiens, se presentaron grandes
avances culturales, gracias a sus innumerables recursos; es así como dichos
pueblos, se fueron organizando en sociedades muy desarrolladas, tales como
los Mayas, Aztecas e Incas, quienes se destacaron por la construcción de
enormes edificios precolombinos; los más antiguos construidos en madera,
juncos trenzados, esteras de fibra o paja, y otros materiales perecederos; las
estructuras permanentes o monumentales edificadas en piedra o adobe (ladrillos de barro secado al
sol) se desarrollaron principalmente en Mesoamérica y en la zona central andina;
también sobresalió la construcción de edificios como las pirámides, palacios,
tumbas y templos sobre basamentos escalonados. Así mismo, se han encontrado
figurillas de barro o arcilla y efigies con forma de vasija; esculturas de piedra,
principalmente en Mesoamérica; en las áreas intermedias y centroandinas, por
ser regiones en las que la metalurgia se desarrolló antes, tan solo en Colombia
se encuentran representaciones importantes en San Agustín y Tierradentro; y en
el Perú, con la cultura Tiahuanaco. Las pinturas murales, fueron muy
representativas, tanto las paredes interiores como las exteriores de los edificios se cubrían con una
capa gruesa de estuco en la que se pintaban diseños decorativos o escenas narrativas y hechos
históricos, especialmente en Teotihuacán, Bonampak y Chichén Itzá, México. Se han descubierto en
el área intermedia diseños geométricos en tumbas subterráneas en
Tierradentro, Colombia, y murales con representaciones mitológicas en
Panamarca, Perú. También se encuentran muestras de la pintura precolombina
en la decoración de vasijas. Y en la zona donde actualmente quedan los países
de Perú y Bolivia, especialmente, se encontraron importantes vestigios del
dominio de la arquitectura, la ingeniería, la geometría y la astronomía, las
Líneas de Nazca y Machu Pichu, son ejemplo de ello.

FUTURO EVOLUTIVO DE LA HUMANIDAD


En el mundo actual, es una preocupación si la evolución se ha estancado, o si continúa; a diario nos
percatamos, que es una condición que no para, todo lo contrario, sin embargo, desconocemos hacia
dónde se encamina. Es importante establecer que los procesos evolutivos se presentan, gracias al
éxito continuado. Pudiéramos pretender buscar condiciones biológicas y culturales que generen
eficacia reproductivas prolongadas, sin embargo, no podemos asegurar la constancia de dichas
características durante un número elevado de generaciones, para que no sea un instante fugaz en
términos evolutivos; pues estaríamos hablando de mucho más que 1000 años, ya que no podríamos
afirmar ahora que tuviera validez entonces, lo que lo convierte en dificultades insalvables.
No obstante, se podría reflexionar en torno a un problema enfocado desde las condiciones actuales,
¿cómo afecta a la evolución humana el nicho artificial creado por la ciencia y la tecnología? Para
reflexionar en ello, pensemos en un ejemplo en el campo de la medicina; los adelantos han generado
combatir y neutralizar los efectos de algunos genes nocivos que se manifiestan a primera edad, antes
eliminados por selección natural, pero que con los actuales adelantos tecnológicos, sus portadores
logran alcanzar la edad reproductiva, pudiendo legar sus defectos congénitos a las generaciones
futuras. Así pues, el efecto catártico de la selección natural se está perdiendo, y tal vez se perderá por
completo, merced a los avances de la medicina y la biología. En consecuencia, con el paso de los
años el acervo genético humano estará cada vez más plagado de malas semillas. No obstante, el
mismo desarrollo científico que lo impulsa, controla a la vez sus efectos negativos, propicia el mal, y
al mismo tiempo, proporciona el remedio. Este es un tema que puede llegar a asustar a la humanidad,
pues no nos encontramos preparados; pero estémoslo o no, el hombre no se detendrá, muy pronto
tendrá en sus manos los elementos para programar las tendencias evolutivas. De esta manera, se
podría afirmar, que ¿vamos a pasar de la selección natural a la selección artificial?; sin embargo, una
vez se caiga en las manos de los caprichos del hombre, las predicciones sobre nuestro destino
evolutivo serán mucho más inciertas.
El éxito de los cambios, definido por una mayor adaptabilidad al medio ambiente y, por tanto, mayor
supervivencia de sus portadores, está determinado por las condiciones de ese mismo medio ambiente.
Es así que, en un medio ambiente concreto ciertos cambios son exitosos; en otros, estos mismos
cambios son un absoluto fracaso y sus portadores sucumben y su linaje se extingue; ¿por qué se
puede afirmar esa diferencia de resultados?
La evolución se basa en la adaptación a las condiciones de vida, y eso debería llevar inherentemente
al progreso; cada invento, nos debe llevar a un avance; el avance de la ciencia y la técnica deberán
significar siempre un aporte al desarrollo de la humanidad, y por ende, a la sociedad; no obstante, no
siempre es así, no alcanzamos siempre a dimensionar todas las consecuencias. De acuerdo a
Marcuse, el hombre puede convertirse en un “autómata social”, que “produce para consumir más, y a
su vez consume para producir más”, convirtiéndose en el círculo que caracteriza a la actual “sociedad
de consumo”. Einstein afirmaba que “no basta con enseñar a un hombre una especialidad”, “Temo
el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad el mundo solo tendrá una generación de
idiotas”. Estas grandes reflexiones exponen, la gran preocupación que él tenía sobre la evolución, la
educación y el desarrollo al ver la tendencia desaforada de los seres humanos.
En el desarrollo de la humanidad, las actividades económicas se han transformado, las primeras
técnicas, creación de herramientas, ayudaron a mejorar las condiciones alimenticias, se comía de lo
que les daba la tierra y siempre de temporada; así mismo, de acuerdo a los climas, se elaboraban
atuendos y viviendas; los restos orgánicos volvían a la tierra como abono; se reutilizaba todos los
elementos que pudieran, es decir, se vivía en armonía y en constante contacto con la naturaleza.
Pasaron los años, y la globalización, el crecimiento económico, la publicidad, etc., provocó que el
consumo se disparara. Nuestra vida si bien, se hizo más cómoda, pues aparecieron innumerables
utensilios, máquinas, etc., que se suponía harían que tuviésemos tiempo para dedicarnos a disfrutar
la vida, se estableció la era del consumismo, la costumbre de usar y tirar, y se fue perdiendo el control,
haciendo desaparecer, poco a poco, actividades de unión familiar, los valores humanos, el descanso;
cosas importantes en nuestra sociedad. Al parecer las cosas van perdiendo cada día su valor; inclusive
estamos invadiendo y deteriorando el espacio de la naturaleza, de los animales; tenemos más y más,
pero no sabemos por qué o para qué. Y al parecer nadie puede parar, la sobreexplotación de los
recursos y de las personas va en aumento, ¿será que ya hemos perdido la capacidad de
discernimiento entre saber lo que necesitamos realmente y lo que no? ¿Todavía hay esperanza?
¿En toda lucha por el progreso, se han gestado en realidad cosas importantes? El ser humano ha
soñado con la belleza física, con la salud perfecta, con la genialidad, con la inmortalidad, ¿cuáles de
esos sueños, podrán convertirse en realidad? Algunos de ellos, ya parecen estar al alcance, pero ¿sí
serán en verdad deseables? ¿No encerrarán alguna trampa? Alargar la vida cien años más ¿no
producirá una fatiga de vivir? ¿Sí seremos felices después de lograr esas conquistas?
Son muchísimas las preguntas que sobre el futuro de la evolución humana se pueden formular. Por el
momento seguiremos avanzando, sin saber en realidad hacia dónde nos dirigimos. ¿Estaremos
evolucionando o involucionando?
Compilado y adaptado por Esp. Lorena Mancera Parra
Fuentes bibliográficas:
Bolzan, J. (1974). La Educación y el fin del hombre. Buenos Aires (Argentina).
BOYD Y SILK (2013). Como evolucionaron los humanos. Ariel.
VÉLEZ, A. (2010) Del Big Bang al Homo Sapiens. Villegas Editores.
Raffino, María Estela "Evolución del Hombre" (12 de febrero de 2020). Concepto.de. Disponible en:
https://concepto.de/evolucion-del-hombre/.
Profe en Historia - Portal de Historia de la Humanidad (2020). "Evolución del Hombre". Recuperado
de: https://profeenhistoria.com/prehistoria/evolucion-del-hombre/
EcuRed. Recuperado de: https://www.ecured.cu/Evoluci%C3%B3n_humana
Historia. Historia de los Pueblos. Recuperado de: https://www.historiacultural.com/2010/10/origen-evolucion-del-
hombre.html
La involución del ser humano. Yurena (Ecoblog Nonoa) | Mar 14, 2017. Recuperado de:
https://www.ecoblognonoa.com/evolucion-o-involucion-del-ser-humano/
Profesor en línea. Recuperado de: https://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/hombrehhistoria.htm
Historia Universal. Recuperado de: https://www.historiauniversal.com

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