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EDI III. Algunos textos para el parcial.

Texto: “Barsky, Andrés”: El periurbano productivo. Un espacio en constante


transformación. Introducción al estado de debate, con referencias al caso de Buenos Aires.

Estudia las características sociales, ambientales y territoriales de los espacios de producció n intensiva
que rodean y abastecen de materias primas alimenticias a las grandes ciudades.
El estudio del periurbano supone el abordaje de un complejo territorial que expresa una situación de
interfase entre dos tipos geográficos bien diferenciados: el campo y la ciudad. En cuanto a objeto de
investigació n es un territorio “resbaladizo”, se encuentra en situació n transicional y en permanente
transformació n. Con el paso del tiempo, el periurbano, se puede extender, relocalizar, correrse de
lugar; es entonces un “territorio en consolidación, inestable y con una gran heterogeneidad en el
uso del suelo”.
Thü nen, Johann sostiene que hay delimitaciones en círculos concéntricos con tierra fértil en torno a
un centro de consumo urbano que es el mercado, estableció que cada tipo de actividad econó mica se
localizaba a la distancia optima que le permitiera al productor maximizar sus ganancias segú n el
precio del producto, contando con los gastos del alquiler de la tierra y el transporte. Determinó
cordones:
 En un primer cordó n, alrededor de la ciudad, se localizaban la horticultura y la producció n
lechera (alquileres elevados, precios de productos altos, uso intensivo de agroquímicos y
utilización de medios de transporte acondicionados).
 En un segundo cordó n, la producció n forestal, muy rentable y con altos costos de transporte.
 En un tercer cordó n, el cultivo de cereales.
 En un cuarto cordó n, un tipo de agricultura menos intensivo, rotando con pasturas (forrajes,
barbecho).
 En un quinto cordó n, cultivos má s extensivos con rotació n trienal.
 En un sexto cordó n, hay una cría extensiva de ganado y producció n de manteca.
Thü nen estableció una secuencia de intensividades decrecientes en el uso del suelo, partiendo
desde el borde de la ciudad.

Capel, Horacio explica que la localizació n de quintas y villas alrededor de los centros urbanos se
daba desde la antigü edad. Fue en el transcurso del siglo XIX cuando las transformaciones de la
periferia urbana se tornaron notables y dieron origen a la preocupació n por el periurbano como
objeto de investigació n: accesibilidad generada por el ferrocarril y el automó vil, establecimiento del
teléfono y el telégrafo, industrias conectadas. Durante la primera mitad del siglo XX este proceso se
consolidó debido a una descentralizació n de las actividades productivas de la ciudad, la construcció n
de autopistas y el acceso a créditos hipotecarios por parte de diversas clases sociales, generando así
una gran suburbanizació n a gran velocidad, creando la “ciudad difusa” (conjunto de áreas separadas
especializadas para las viviendas, comercio o industria, siempre con un centro que aglomera el sector
comercial y una periferia) alrededor de los ´50 y ´60, a partir de ahí hubo un notable desembarco de
diversos servicios urbanos y tecnologías fuera de la ciudad: redes de autopistas, revalorizació n social
del medio natural por sectores acomodados econó micamente.
A medida que la urbanizació n avanza sobre el á mbito rural, se van creando nuevos conceptos de có mo
se van re-organizando y ocupando los espacios.
En los países latinoamericanos la ocupació n del suelo en las á reas periféricas se realiza de una manera
no planificada, constituyendo un espacio de gran heterogeneidad y crecimiento acelerado, un mercado
del suelo, como el caso de Buenos Aires.
El periurbano constituye un territorio de borde sometido a procesos económicos relacionados
con la valorización capitalista del espacio. Sobre ese borde periurbano se despliega un frente
productivo que transforma el espacio rural en suelo urbano, es un proceso de transición que
incorpora el valor al territorio.

-La importancia del estudio del periurbano para la ecología urbana.


Desde un punto de vista ecoló gico, el periurbano se ve como una zona de transició n entre el campo y
la ciudad con sus relaciones ecosistémicas: la zona del borde es un á rea de contacto entre ecosistemas
(De Pace), -Sistema urbano con la exportació n de residuos só lidos y líquidos, presencia de
subterrá neos, basurales a cielo abierto; a su vez es impactado por el -Sistema rural que recibe la
influencia de los agroquímicos y residuos só lidos, los contenedores de los productos agroquímicos.
Entonces, el periurbano es también un sistema en mosaico que contiene ecosistemas residuales donde
coexisten los sistemas productivos que explotan el suelo.
Capel, Horacio sostiene que la fragilidad ecoló gica que presentan los espacios periurbanos se debe a
las actividades intensivas que allí se desarrollan, hay pocos espacios donde el medio natural esté
sometido a tan intensas presiones, siendo zonas en situaciones críticas.
En el caso de Buenos Aires, se usa también un concepto de “huella ecoló gica” que es un “hasta donde
llega” el suelo agrícola.
Entonces desde un punto de vista ecoló gico se trabaja a la ciudad como un complejo relacionado con
su periferia, porque depende de ella para proveerse de distintos tipos de energías, procesos urbanos y
rurales se atenú an recíprocamente.

A fines del siglo XIX se genera la dispersió n de los centros urbanos y el proceso de urbanizació n como
restructurador de los espacios rurales teniendo mayor relevancia en los países desarrollados, lo que
define a la sociedad urbana es una lenta degradació n y desaparició n del campo.

-El caso del “cinturó n verde” de la Regió n Metropolitana de Bs. As.


En Argentina, se conoce a “cinturó n verde” al espacio periurbano conformado por una trama de
quintas o huertas familiares que rodean a las grandes ciudades, cuya producció n se destina a verduras
de hoja y hortalizas de estació n. La ló gica de localizació n de estas actividades intensivas en el uso de
los factores de la producció n –tierra, trabajo y capital- responde a su cercanía geográ fica con respecto
a los grandes centros urbanos aprovechando las zonas para establecerse.
A fines del siglo XIX fueron los cinturones hortícolas alrededor de las ciudades fueron las primeras
manifestaciones de la horticultura en Argentina. Y con el avance del capitalismo, siglo XX, se fueron
dando una serie de relocalizaciones de los cultivos hortícolas a nivel nacional, clasificando en:
 Cinturones verdes: quintas o huertas familiares que rodean a los grandes centros urbanos,
produciendo verduras y hortalizas de estació n.
 Hortícolas especializadas: pocos cultivos con mano de obra asalariada.
 Á reas de horticultura extensiva: cultivos mecanizados donde siembran superficies, rotando con
cultivos no hortícolas y el destino de producció n puede ser industrial.
La configuració n de la organizació n espacial de la metró polis del Gran Buenos Aires a lo largo del siglo
XX comienza, en un principio, con una consolidació n geográ fica en un punto central (ciudad capital) y
en sus alrededores se fueron sucediendo suburbanizaciones sucesivas desarrollá ndose de acuerdo a
los procesos socioeconó micos. Por ejemplo, con un modelo agroexportador se desarrollaba un cordó n
industrial que respondía a la demanda de un mercado en crecimiento; con la crisis capitalista de 1930
se conforma un modelo semi-cerrado de sustitució n de importaciones por la vía de la
industrializació n, se comienza a desarrollar un segundo cordó n, cuyo crecimiento se aceleró cuando el
modelo pasó a su fase madura en los añ os ´60.
En los añ os ´90 se consolida un modelo aperturista con una importante presencia de capital
internacional, emprendimientos, auge de la tecnología, servicios urbanos, má s autopistas,
complejizando así el periurbano.
El periurbano agrícola de la Región Metropolitana de Bs. As. Se fue complejizando como cinturón verde a
lo largo del siglo XX: vacunos, maíz, leche, porcinos, batatas, lino, frutales, actualmente hay una gran
heterogeneidad: acelga, apio, berenjena, brócoli, chaucha, choclo, coliflor, espinaca, frutilla, lechuga,
perejil., tomate, remolacha, entre otros. Estas zonas fueron evolucionando de acuerdo a los fenómenos
socioeconómicos: los procesos de suburbanización en la metrópolis, aparición de nuevas zonas
hortícolas, evolución del mercado.
Texto: “Autores varios: Grosso, Bellini, Qüesta, Guibert, Lauxmann y Rotondi”.
Impactos de los Pools de Siembra en la estructura social agraria. Una aproximación a las
transformaciones en los espacios centrales de la Provincia de Santa Fe.

El sector agropecuario argentino vive profundas transformaciones visibles en el crecimiento de la


superficie destinada a la agricultura, en la producció n, productividad y en los saldos exportables, hubo
una especializació n y profesionalizació n logradas gracias a la incorporació n de modernas tecnologías.
La otra cara de estos cambios se manifiesta en impactos negativos en los territorios locales, con sus
tejidos sociopolítico, econó mico y en el futuro de una gran parte de la població n porque se observa la
desaparició n de un nú mero importante de unidades de producció n, llevando un desencaje entre la
actividad agrícola, la vida de los pueblos y ciudades del interior del país. Estos cambios también se
produjeron por la implementació n de un modelo político-econó mico de características neoliberales a
principios de la década de 1990; mientras las grandes empresas internacionales y nacionales má s
só lidas, proveedoras de insumos y responsables de la comercializació n de granos NO encontraban
obstá culos para expandirse y desarrollar sus negocios.
LA ESTRUCTURA SOCIAL AGRARIA DEL CENTRO SANTAFECINO: transformaciones y
continuidades.
Los espacios centrales de la provincia de Santa Fe fueron los pioneros en el proceso de colonizació n
agrícola de la segunda mitad del siglo XIX, esto permitió que una gran parte de los inmigrantes
tuvieran acceso a la propiedad de la tierra-tipo oficial-a diferencia de lo que ocurría en las zonas del
sur donde primaron las colonias de tipo privadas y particulares.
En un primer momento existió una agricultura extensiva de trigo, maíz, lino. Con la crisis de 1930
llevó a la regió n a una reconversió n hacia una producció n lechera, con otras actividades agrícolas y
ganaderas. Otro de los factores que llevaron a un sistema agropecuario diversificado fue la poca
extensió n de las parcelas y variedad climá tica.
Para 1990, los productores intensificaron sus actividades, los má s profesionales comenzaron a
expandirse sobre la base de capital propio; comienza a existir un proceso de diferenciació n de actores
con ló gicas productivas distintas, acompañ ado del uso de la tierra. Va a existir una nueva estructura
social agraria donde la que va a predominar son actores que se movilizan por la noció n de negocio
agrícola y que va a tomar diversas características de acuerdo a su funció n en su trayecto
socioeconó mico, de su relació n con la actividad agrícola y el territorio local.
LOS GRANDES PROPIETARIOS DE AYER Y HOY: TERRATENIENTES: son los grandes herederos de
los estancieros de fines del siglo XIX, los cuales habían accedido a la propiedad de la tierra antes de la
llegada de las grandes olas inmigratorias. A lo largo del siglo XX, muchas de estas fueron divididas o
vendidas, algunas fueron adquiridas por las familias y las otras de mayor tamañ o fueron compradas
por industriales y comerciantes.
Los aires neoliberales de los ´90 y la disponibilidad de tecnologías que simplifican el trabajo manual,
hicieron que estos actores tomases un rol má s activo, incrementando la actividad agrícola dentro de
sus explotaciones: ganaderos rentistas y otros de manejo empresarial.

Los agricultores familiares capitalizados: hacia una diversidad creciente. La mayoría de estos
agricultores son los herederos de los inmigrantes europeos a finales del siglo XIX que fueron
favorecidos por las políticas desarrollistas de la década de 1950. Perduraron en el sector gracias al
trabajo familiar, representan una especie de clase media del campo argentino que desarrollaba
estrategias de producció n mixta-agricultura y ganadería- y con diferentes grados de mecanizació n.
Nuevos protagonistas:
 Rentistas: pequeñ os y medianos agricultores sin capital que dejaron la actividad
transformá ndose en rentistas, alquilando sus tierras a los otros agricultores má s capitalizados.
 Productores familiares diversificados: tomaron el camino de la inversió n en maquinarias
gracias a los créditos bancarios. Poseen conocimientos técnicos, maquinas modernas, eficientes
y de gran capacidad.
 Productores familiares de expansió n: son má s capitalizados, alquilaron las tierras de los
agricultores convertidos en rentistas y aumentaron sus territorios de explotació n.
 Productores familiares en retracció n: representan un gran nú mero de las unidades de
producció n en algunos espacios productivos. No lograron insertarse exitosamente en la nueva
agricultura, principalmente por los límites en la gestió n econó mica y financiera.
La gran mayoría de estos actores abandonó la residencia rural por la urbana.

Los contratistas: saber hacer y capital-tecnología. Cobra importancia gracias a la difusió n de la


tecnología de la siembra directa, el contratista agrícola actual es la versió n moderna y capitalizada de
la vieja figura del arrendatario rural, este nuevo actor no vive en el campo que arrienda, pone
maquinarias y su conocimiento técnico, a diferencia del arrendatario “antiguo”.

Los empresarios agrícolas. Constituyen una categoría diferenciable entre los productores familiares
en expansió n y los gestores. La mayoría tiene origen rural, un capital fijo que es la tierra y una
gerencia asumida por profesionales en la agronomía y economía. A partir de los añ os ´90, integraron
una gestió n empresarial con presencia de un capital fijo y mó vil, inversores, propietarios de tierra,
proveedores de insumos y servicios.

LOS NUEVOS ACTORES. Junto con los contratistas son los responsables del surgimiento y éxito de los
“pools de siembra”. Se diferencian dos:
 Los gestores del negocio agrícola: son actores colectivos, donde al menos uno de los
integrantes es ingeniero agró nomo, no son propietarios de tierra y no disponen de mucho
capital propio, sino que tienden a aprovechar los distintos mecanismos disponibles de
captació n de recursos financieros. Su fortaleza reside en los conocimientos tecnoló gicos, en la
capacidad de organizar la actividad agrícola en una diversidad de escalas y en la informació n
del mercado (quién dispone de tierras, de qué calidad, donde almacenar, quién puede financiar,
etc.).
 Los inversores: cuando las actividades agrícolas comienzan a aparecer como un negocio
econó micamente atrayente, se hicieron un lugar entre las alternativas de inversió n de las
sociedades financieras, estas atrajeron a los inversores para integrarlos a fondos de inversió n
agrícola. Los comerciantes, propietarios, abogados, arquitectos, médicos, comenzaron a
invertir en la agricultura.
Los actores agrícolas se fueron diversificando y ha cambiado en los últimos años, mientras
disminuyen los productores familiares crece la presencia de nuevos actores extraterritoriales
con lógicas económicas-financieras.

HACIA NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DE LA AGRICULTURA: LOS “POOLS DE SIEMBRA”.


Esta noció n de “pools de siembra” aparece en la segunda mitad de los añ os ´90, hace referencia a una
nueva forma de organizar la actividad agrícola en la Argentina. Se habla de pools para denominar a
una reunió n de bienes y servicios que pertenecen a varios actores del sector de escalas, con el objetivo
de hacer una actividad agrícola durante un período determinado para obtener el mayor beneficio
econó mico. La mayoría de los pools presentan: una nula existencia de capital fijo, fuerte presencia de
capital extranjero, gestió n financiera, econó mica, comercial y agronó mica muy profesional.
El éxito de esta nueva organizació n se basa en cuatro factores principales:
 Una actividad agrícola econó micamente atrayente para que compita con otras.
 Existencia de recursos disponibles y a buen precio.
 Presencia de instrumentos jurídicos.
 Disponibilidad de conocimientos técnicos-agrícolas y comerciales.
Alrededor de los ’90, en Argentina se establecen tres casos de pools de siembra reconocidos:
-El pool informal local o “vaquita”: emprendimientos que surgen de la reunió n de recursos entre
conocidos, donde cada parte aporta segú n sus posibilidades, se encaran actividades productivas
donde se benefician los miembros de acuerdo a su participació n. Estas se generan alrededor de
ingenieros agró nomos locales, que saben dó nde y en qué condiciones hay tierra para alquilar. Otro
protagonista importante es el contador local, quien conoce a las personas o firmas con disponibilidad
patrimonial y financiera de la comunidad.
Es un ciclo productivo, pueden renovarse.
-El pool de siembra propiamente dicho: son de tamañ os muy diferentes y suelen explotar superficies
de miles de hectá reas. Está n constituidos bajo una forma legal y surgen de una asociació n entre un
estudio agronó mico y financiero. Tiene varios ciclos productivos, fideicomiso.
-Las grandes empresas que utilizan estrategias asociadas a los pools de siembra: éste productor
innovador ha valorizado de manera exitosa los conocimientos de una agricultura de gestió n en redes,
extendiendo su compañ ía a otros países limítrofes, por ejemplo, Grobo Agropecuaria S.A. o El Tejar
S.A.

EL AVANCE DE LOS POOLS DE SIEMBRA EN EL ESPACIO SANTAFECINO. Se encuentran


fideicomisos o “pools informales” gestionados por actores locales y con fondos pertenecientes al
territorio. Logran insertarse gracias a una gestió n productivo-econó mica má s profesional que la
mayoría de los productores familiares locales, pero también porque cuentan con algú n tipo de recurso
que les brindan el acceso y la financiació n de los insumos. La mayoría de los productores comparten
con sus empleados las tareas sin diferenciar quién hace cada cosa, reconocen que la tecnología los
lleva a pasar menos tiempo en el campo, pero no se sabe en que usan su tiempo libre.
Finalizando, en el caso santafecino se resaltan transformaciones agrarias vinculadas a la actuació n de
los propietarios rentistas, que es la figura clave del nuevo agrarismo pampeano local.

TEXTO: Manzanal-Arzeno. Conflictos territoriales en ámbitos rurales de la Argentina actual.

El conflicto del campo. La importancia de este enfrentamiento radicó que a partir de una demanda
sectorial ligada al agro y autoproclamada federalista porque eran intereses de varias provincias e
incluía a mú ltiples sectores sociales, se puso en juego el poder político y econó mico entre diferentes
propuestas dominantes: por un lado, la expansió n del monopolio exportador de los agronegocios; y
por otro, otros sectores monopó licos como los industriales, petroleros, mineros.
Esta pelea constituyó :
 Una puja entre sectores monopó licos por la apropiació n de la renta resultante de la
combinació n entre precios en alza en el mercado internacional y alta productividad de la tierra
en las zonas agropecuarias de Argentina.
 Una contundente y extendida manifestació n de protesta contra las retenciones mó viles que
habían sido instrumentadas por el gobierno, con cortes de rutas y piquetes por tres meses.
 Una coalició n de fuerzas, apoyo y participació n de una variedad de actores que tomaron parte
en las manifestaciones, ya que muchos de ellos veían peligrar sus ingresos si se afectaba la
renta de la producció n sojera.
 La utilizació n de un discurso opositor para sacar provecho y colocarse políticamente.
Esta disputa llevó un enfrentamiento extremo, dejando grandes secuelas en el funcionamiento del
Estado, la gobernalidad y sus consecuencias persisten añ o tras añ o.

Las consecuencias territoriales de las transformaciones estructurales neoliberales.


Para poder comprender las problemá ticas del sector agropecuario hay que reconocer las profundas
transformaciones socioeconó micas operadas en todo el á mbito nacional, como consecuencias de las
políticas de liberació n, desregulació n y privatizaciones iniciadas en los añ os ´90; claramente esto
conllevó a cambios en el orden territorial, institucional, econó mica y social del país. Los añ os ´90
consolidó las transformaciones tecnoló gicas que implicaron mayor flexibilidad y generalidad para la
localizació n de las actividades productivas en general.
La diversidad del campo argentino: hay combinaciones mú ltiples de etnias, cultura, historia,
recursos naturales, medio ambiente, sistemas productivos, tecnologías, distancias, calendario agrícola,
se dan y suceden por todo el territorio nacional, conformando una amplísima variedad de economías
regionales y formas productivas agropecuarias muy diferenciadas entre sí.
En la década de los ´90 se consolidad nuevas prá cticas y formas productivas que conforman una
realidad muy diferente a la de períodos anteriores.
En el presente se entiende el “boom” agrícola si se analiza la concentració n de la producció n, porque la
mayor parte de la producció n granaria proviene de empresas, pools, fondos de inversió n, fideicomisos
financieros, que producen a través del arrendamiento de grandes extensiones de tierra bajo la forma
de contrato por cosecha. Aparecen nuevos actores que prefieren arrendar buscando acceder a la
mayor cantidad de campos disponibles en diferentes provincias para luego dedicarse al monocultivo
de soja; son los ex productores que prefieren arrendar sus tierras que producirlas porque obtiene
mayores ingresos alquilando. Pero, este modelo productivo basado en la producció n por contrato o
por cosecha, hace un uso muy intensivo de la tierra y ello conlleva al desgaste de la misma, generando
pérdidas para el propietario.
Los otros conflictos por los recursos territoriales. Son disputas pú blicas entre distintos actores
por recursos o condiciones de producció n y seguridad ambiental, enfrentando siempre a sectores
subalternos: pequeñ os productores, comunidades indígenas, con los vinculados al poder hegemó nico
en disputas, por la tierra, el agua, la minería, la biodiversidad. Pero la mayoría de los conflictos
territoriales no han tenido la repercusió n ni tampoco el poder de convocatoria de sectores medios
urbanos como sí los ha tenido el campo. Este tipo de conflictos se suele ver en la zona norte del país,
predominan pequeñ as familias y muchas comunidades aborígenes.
El territorio aparece como un producto del accionar conjunto de los actores que lo habitan o ejercen
influencia sobre él, puede representar un proceso de apropiació n, má s simbó lico o un proceso de
dominació n política-econó mica, estas situaciones son las que entran en conflicto, imponiéndose
siempre la dominació n política-econó mica.
Conflictos territoriales en Salta. La mayor parte de los conflictos en esta provincia aparecen
asociados al medio ambiente, se trata de reclamos cuyo motivo principal es la modificación del
ambiente en un territorio, sea por la realizació n de una gran obra de infraestructura o por el desarrollo
de alguna actividad productiva. Está n vinculados los reclamos con los desmontes que se está n
produciendo en el nordeste de la provincia como consecuencia de la expansió n de la producció n de
soja. En otros casos está n asociados con la minería y el uso del agua. Por ejemplo, en los valles de
Calchaquí se trata de un conflicto histó rico que enfrenta a los grandes productores situados aguas
arriba del rio, con los pequeñ os productores ubicados aguas abajo, se origina la disputa porque los
grandes productores, para aumentar su producció n, intentan tomar la mayor cantidad de agua
posible, sin respetar el sistema de turnos establecidos para que el agua llegue a los pequeñ os
productores, quienes se ven altamente perjudicados.
Conflictos territoriales en la provincia de Misiones. Surgen variados conflictos a partir de la
década de 1990, son los conflictos ambientales predominantes, el rechazo a la construcció n de
represas para la generació n de energía eléctrica, pero se evidencian mayores conflictos con la tierra,
involucrando a pequeñ os productores y comunidades aborígenes. Uno de los má s histó ricos, tiene
lugar en el nordeste de la provincia, ocupantes de tierras privadas que se enfrentan con las empresas
madereras dueñ as de la tierra y el estado provincial. La forestació n también cobró importancia en las
disputas, el problema d de los desalojos de las tierras, y la movilizació n y demá s protestas llevó a la
sanció n de una Ley Provincial 4093 denominada “Plan de Arraigo y Colonizació n” que contempla la
expropiació n por parte del Estado provincial de parte de las tierras en conflicto, pero ¿se mejoró la
situació n a partir de la Ley? Una serie de evidencias indican que:
 Lentitud en la realizació n de cada uno de los pasos correspondientes a la implementació n de la
ley.
 Falta de acuerdo entre el Estado y los propietarios por el precio de las tasaciones y falta de
decisió n política para concretar la expropiació n. Los propietarios exigen el valor de sus tierras
con el precio del mercado actual.
 Incorporació n de nuevos ocupantes. La Ley no consiguió detener el proceso de ocupació n, en la
medida que la demanda de tierras continua muy alta.
 No se logra el problema de qué hacer con la tierra, no se construyen otras alternativas a la de la
industria tabacalera para los pequeñ os productores.
Muy poco se conoce acerca de estas diná micas, son voces que no llegan, ni repercuten en Buenos
Aires, ya que se considera como una zona rural marginada, caso contrario con los “conflictos del
campo”.

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