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La liebre y la tortuga.

Una mañana temprano, se encontraron en el camino la liebre y la tortuga. Conversaron un rato y mientras hablaban, la liebre pensaba
cuántas dificultades atravesaría la tortuga con su andar tan lento y no podía evitar compararse con ella. En un momento dijo:
― Pobre de vos, qué difícil debe de ser sobrellevar esta vida.
― ¿Por qué? ― preguntó la tortuga.
― Bueno, basta observarte un rato: al paso que llevas, debes tardar años en llegar a cualquier parte.

La tortuga, molesta por la insolencia de la liebre, le propuso un desafío: jugarían a una carrera para demostrar cuál de las dos llegaba
más rápido a la meta. La liebre casi se muere de la risa, pero aceptó diciendo:

― ¡Qué tontería, amiga, exponerse así al ridículo, cualquiera puede darse cuenta de que llegaré primero! Pero si así lo quieres…
Confiada en su gran velocidad, la liebre no se apuró a partir, y se recostó en el borde del camino a disfrutar de la brisa de la mañana,
que mecía los árboles arrullándola dulcemente. Y así, poco a poco, fue quedándose dormida. Pero la tortuga, que sabía que era muy lenta,
un pasito tras otro y tras otro, no dejó de moverse un instante desde que empezó la competencia. De esta forma, ganó gran ventaja sobre
la liebre dormida, ¡y llegó primero a la meta!
Moraleja: A menudo el trabajo y la perseverancia son más valiosos que los dones naturales si a estos no los cuidamos y
desarrollamos.

La liebre y la tortuga.

Una mañana temprano, se encontraron en el camino la liebre y la tortuga. Conversaron un rato y mientras hablaban, la liebre pensaba
cuántas dificultades atravesaría la tortuga con su andar tan lento y no podía evitar compararse con ella. En un momento dijo:
― Pobre de vos, qué difícil debe de ser sobrellevar esta vida.
― ¿Por qué? ― preguntó la tortuga.
― Bueno, basta observarte un rato: al paso que llevas, debes tardar años en llegar a cualquier parte.

La tortuga, molesta por la insolencia de la liebre, le propuso un desafío: jugarían a una carrera para demostrar cuál de las dos llegaba
más rápido a la meta. La liebre casi se muere de la risa, pero aceptó diciendo:

― ¡Qué tontería, amiga, exponerse así al ridículo, cualquiera puede darse cuenta de que llegaré primero! Pero si así lo quieres…
Confiada en su gran velocidad, la liebre no se apuró a partir, y se recostó en el borde del camino a disfrutar de la brisa de la mañana,
que mecía los árboles arrullándola dulcemente. Y así, poco a poco, fue quedándose dormida. Pero la tortuga, que sabía que era muy lenta,
un pasito tras otro y tras otro, no dejó de moverse un instante desde que empezó la competencia. De esta forma, ganó gran ventaja sobre
la liebre dormida, ¡y llegó primero a la meta!
Moraleja: A menudo el trabajo y la perseverancia son más valiosos que los dones naturales si a estos no los cuidamos y
desarrollamos.

La liebre y la tortuga.

Una mañana temprano, se encontraron en el camino la liebre y la tortuga. Conversaron un rato y mientras hablaban, la liebre pensaba
cuántas dificultades atravesaría la tortuga con su andar tan lento y no podía evitar compararse con ella. En un momento dijo:
― Pobre de vos, qué difícil debe de ser sobrellevar esta vida.
― ¿Por qué? ― preguntó la tortuga.
― Bueno, basta observarte un rato: al paso que llevas, debes tardar años en llegar a cualquier parte.

La tortuga, molesta por la insolencia de la liebre, le propuso un desafío: jugarían a una carrera para demostrar cuál de las dos llegaba
más rápido a la meta. La liebre casi se muere de la risa, pero aceptó diciendo:

― ¡Qué tontería, amiga, exponerse así al ridículo, cualquiera puede darse cuenta de que llegaré primero! Pero si así lo quieres…
Confiada en su gran velocidad, la liebre no se apuró a partir, y se recostó en el borde del camino a disfrutar de la brisa de la mañana,
que mecía los árboles arrullándola dulcemente. Y así, poco a poco, fue quedándose dormida. Pero la tortuga, que sabía que era muy lenta,
un pasito tras otro y tras otro, no dejó de moverse un instante desde que empezó la competencia. De esta forma, ganó gran ventaja sobre
la liebre dormida, ¡y llegó primero a la meta!
Moraleja: A menudo el trabajo y la perseverancia son más valiosos que los dones naturales si a estos no los cuidamos y
desarrollamos.

La fábula

El texto que acabas de leer es una fábula. Las fábulas son narraciones breves protagonizadas por animales que actúan como
seres humanos y que presentan sus mismas virtudes y defectos. En las fábulas se pretende ofrecer enseñanzas válidas para todas las
épocas y lugares, las cuales se denominan moralejas. La mayoría de las veces está explícita, es decir, se expresa en una oración al final
del texto. En otros casos se presenta de forma implícita, es decir, que el lector debe construirla a partir de la historia narrada.

La fábula

El texto que acabas de leer es una fábula. Las fábulas son narraciones breves protagonizadas por animales que actúan como
seres humanos y que presentan sus mismas virtudes y defectos. En las fábulas se pretende ofrecer enseñanzas válidas para todas las
épocas y lugares, las cuales se denominan moralejas. La mayoría de las veces está explícita, es decir, se expresa en una oración al final
del texto. En otros casos se presenta de forma implícita, es decir, que el lector debe construirla a partir de la historia narrada.

La fábula

El texto que acabas de leer es una fábula. Las fábulas son narraciones breves protagonizadas por animales que actúan como
seres humanos y que presentan sus mismas virtudes y defectos. En las fábulas se pretende ofrecer enseñanzas válidas para todas las
épocas y lugares, las cuales se denominan moralejas. La mayoría de las veces está explícita, es decir, se expresa en una oración al final
del texto. En otros casos se presenta de forma implícita, es decir, que el lector debe construirla a partir de la historia narrada.

La fábula

El texto que acabas de leer es una fábula. Las fábulas son narraciones breves protagonizadas por animales que actúan como
seres humanos y que presentan sus mismas virtudes y defectos. En las fábulas se pretende ofrecer enseñanzas válidas para todas las
épocas y lugares, las cuales se denominan moralejas. La mayoría de las veces está explícita, es decir, se expresa en una oración al final
del texto. En otros casos se presenta de forma implícita, es decir, que el lector debe construirla a partir de la historia narrada.

La fábula

El texto que acabas de leer es una fábula. Las fábulas son narraciones breves protagonizadas por animales que actúan como
seres humanos y que presentan sus mismas virtudes y defectos. En las fábulas se pretende ofrecer enseñanzas válidas para todas las
épocas y lugares, las cuales se denominan moralejas. La mayoría de las veces está explícita, es decir, se expresa en una oración al final
del texto. En otros casos se presenta de forma implícita, es decir, que el lector debe construirla a partir de la historia narrada.

La fábula

El texto que acabas de leer es una fábula. Las fábulas son narraciones breves protagonizadas por animales que actúan como
seres humanos y que presentan sus mismas virtudes y defectos. En las fábulas se pretende ofrecer enseñanzas válidas para todas las
épocas y lugares, las cuales se denominan moralejas. La mayoría de las veces está explícita, es decir, se expresa en una oración al final
del texto. En otros casos se presenta de forma implícita, es decir, que el lector debe construirla a partir de la historia narrada.

La fábula

El texto que acabas de leer es una fábula. Las fábulas son narraciones breves protagonizadas por animales que actúan como
seres humanos y que presentan sus mismas virtudes y defectos. En las fábulas se pretende ofrecer enseñanzas válidas para todas las
épocas y lugares, las cuales se denominan moralejas. La mayoría de las veces está explícita, es decir, se expresa en una oración al final
del texto. En otros casos se presenta de forma implícita, es decir, que el lector debe construirla a partir de la historia narrada.

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