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CENTRO REGIONAL DE OCCIDENTE

HISTORIA DEL COMERCIO INTERNACIONAL

TEMA
1.Tercera Cruzada
2. Cuarta Cruzada
GRUPO D
ALUMNAS
Nanci Yohana Vásquez Lopez CUENTA 20162130038
Juleisy Mariany Menjivar Ramos CUENTA 20212000237
Ludy Yorleni Trigueros Guevara CUENTA 20202100053
Edis Yulissa Pinto Hernandez CUENTA 20202130003

DOCENTE: Lic. Edgardo Tabora Tabora

SRC 22/06/2021
ÍNDICE
Introducción………………………………………………………...………..Pág 2

Desarrollo de la investigación:
Tercera Cruzada…………………………………………………………….Pág 3-5
Cuarta Cruzada……………………………………………………………..Pág 6-9

Conclusión…………………………………………………………………..Pág 10

Bibliografía…………………………………………………………………..Pág 11

1
INTRODUCCIÓN

¿QUÉ FUERON LAS CRUZADAS?


Las cruzadas fueron expediciones militares promovidas por la iglesia católica
en la Edad Media, entre los siglos XI y XIII, con el objetivo de recuperar la
Tierra Santa que estaba en manos de los musulmanes.
En cuanto a los cruzados que participaban debemos decir que en la Edad
Media sólo los primogénitos heredan, por ello muchos segundones
combatieron en las cruzadas buscando riquezas y reconocimiento. También los
más humildes participaron con el fin de mejorar su bienestar.
Tierra Santa era uno de los lugares de peregrinación de, como Jerusalén y
Palestina.
Estas expediciones se realizaron a petición del papa.
El comienzo de las cruzadas data del año 1095 Y Termina a finales del siglo
trece
La palabra cruzadas viene de la cruz, que los combatientes llevaban en su
pecho, símbolo de la religión cristiana.

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TERCERA CRUZADA
Tercera Cruzada (1189-1192), también conocida
como la Cruzada de los Reyes, por la presencia
de tres reyes, a saber, Felipe II de Francia,
Ricardo I de Inglaterra "Corazón de León" y
Federico I Barbarroja. Esta cruzada fue un intento
de los líderes europeos para reconquistar la Tierra Santa (Jerusalén) de manos
del sultán musulman Saladino que había conquistado el Reino de Jerusalén

Tras el fracaso de la Segunda Cruzada, La dinastía turca Zengid controlaba


una unificada Siria y participó en un conflicto con la Fatimíes, gobernantes de
Egipto, que condujeron finalmente a la unificación de las fuerzas egipcias y
sirias, bajo el mando de Saladino, quien los empleó para reducir los estados
cristianos y de esa forma recuperar Jerusalén en 1187. Estimulado por el celo
religioso, Enrique II de Inglaterra y Felipe II de Francia pusieron fin a su
conflicto para mutuamente liderar una nueva cruzada (aunque la muerte de
Enrique en 1189 puso el contingente Inglés bajo el mando de Ricardo I en su
lugar). El anciano emperador del Sacro Imperio Romano Federico I Barbarroja
respondió a la llamada a las armas, y condujo un enorme ejército a través de
Anatolia, pero se ahogó antes de llegar a Tierra Santa. Muchos de sus tropas
en absoluto se desalentaron y volvieron a casa.

Después de algunos éxitos militares, los poderes cristianos se disputaban el


botín de guerra; Federico Leopoldo V de Austria y Felipe II de Francia salen de
la Tierra Santa, en agosto de 1191. El 2 de septiembre de 1192, Ricardo y
Saladino finalizó un tratado por el cual Jerusalén permanecería bajo control
musulmán, pero permitirian a los peregrinos cristianos desarmados visitar la
ciudad de Jerusalen. Ricardo salió de Tierra Santa el 9 de octubre. El fracaso
de la Tercera Cruzada para recuperar Jerusalén daría lugar a la convocatoria
de una Cuarta Cruzada seis años después.

Antecedentes :La captura de Jerusalén por Saladino en 1187

Saladino fue uno de los grandes gobernantes del mundo islámico, siendo
Sultán de Egipto y Siria e incluyendo sus dominios Palestina, Mesopotamia,
Yemen, Hiyaz y Libia. Saladino unió a los musulmanes de Siria bajo su dominio
y luego avanzó contra el Reino de Jerusalén. Los cristianos lo conocieron en
una gran batalla cerca del lago de Galilea. Terminó en la derrota de su ejército
y de la captura de su rey. Incluso la Santa Cruz, que había llevado en medio de
la lucha, se convirtió en el botín del conquistador. Saladino rápidamente
cosechó los frutos de la victoria. Las ciudades cristianas de Siria abrieron sus
puertas a él, y en Jerusalén después de un breve sitio obtuvo la rendición del
Reino cristiano. Poco quedaba de las posesiones que los cruzados habían
ganado en el Oriente.

Preparativos para la Tercera Cruzada

El nuevo papa, Gregorio VIII proclamó que la captura de Jerusalén era un

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castigo por los pecados de los cristianos de toda Europa. La noticia de la toma
de Jerusalén propago consternación en toda la cristiandad occidental. El grito
de otra cruzada surgieron por todos lados. Una vez más, miles de hombres
cosieron la cruz en oro, o seda, o paño sobre sus ropas y se dirigieron a Tierra
Santa. Cuando los tres más grandes gobernantes de Europa - El rey Felipe
Augusto de Francia, el rey Ricardo I de Inglaterra, y el emperador alemán,
Federico I Barbarroja asumieron la responsabilidad de la cruz, y crearon un
impuesto llamado "Diezmo Saladino"a sus ciudadanos para financiar la Tercera
Cruzada. En Gran Bretaña, Balduino de Exeter, arzobispo de Canterbury, hizo
una gira por el País de Gales, convenciendo a 3.000 hombres de armas a
tomar la cruz, grabada en el Itinerario de Giraldus Cambrensis y salir a
reconquistar Tierra santa "Jerusalén", parecía que nada podría impedir la
restauración de la supremacía cristiana en Siria.

Líderes de la Tercer Cruzada

Ricardo I Corazon de Leon, Nació en 8 de septiembre 1157 y fue entronizado


en 1172. Ricardo desempeñado un papel vital en el éxito de la tercera cruzada,
al conquistar Acre. y también asentar un tratado de paz tan necesaria que
ayudó a la Tercera Cruzada a no ser un fracaso

Federico I Barbarroja de Alemania nació en 1122 y fue coronado en 1155.


Federico era conocido por sus puntos de vista contrarios al Papado. Federico
desempeñó un papel menor en la tercera cruzada. Tomó su ejército y marchó
sobre el paso de montaña, mientras que los otros hicieron a la mar. Su
campaña fue interrumpida cuando se ahogó en un río con mucha corriente, lo
que obligó a su ejército a dar la vuelta y regresar a Alemania.

El rey Felipe II Augusto de Francia, nacido en agosto, 21 de 1165 y murió el


14 de julio de 1223. Felipe fue reconocido por su ejército extraordinariamente
grande y exitoso en muchas campañas. En la 3 ª Cruzada, él y Ricardo
Corazon de Leon navegaron a través del mar Mediterráneo desde la costa
francesa. Después de navegar a través del mar del sitio Acre junto con Ricardo
Corazon de Leon. Pasaron 23 meses luchando en Acre hasta que él y Ricardo
fueron finalmente capaces de conquistarlo. Cuando terminaron con Acre
marcharon hacia Jerusalén. En el camino Ricardo I de Inglaterra y Felipe II de
Francia tuvieron disputas, que desembocaron en la retirada de Felipe II de
Francia de la Cruzada.

Inicio de la Tercera Cruzada 

La Cruzada de Federico I Barbarroja


Incluso ahora el viejo emperador Federico I Barbarroja decidió responder de
inmediato a la llamada del Papa. Él recibió la cruz en la catedral Maguncia el
27 de marzo 1188 y fue el primero en viajar hacia la Tierra Santa en mayo del
año 1189. Federico I Barbarroja había logrado reunir un ejército tan numeroso
que no era posible transportarlo por vía marítima, lo que lo obligó a cruzar el
Asia Menor.

El emperador bizantino Isaac II Ángelo entró en una alianza secreta con

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Saladino, por el que debía impedir el avance del ejército de Barbarroja, a
cambio de seguridad a su imperio.

El 18 de mayo de 1190 el ejército alemán derrotó a los turcos en Konya. Sin


embargo, el 10 de junio del año 1190 Federico I Barbarroja se ahogó en el río
Saleph, al caerse su caballo. Su hijo Federico VI llevó al ejército al Principado
de Antioquía, donde el cuerpo de Barbarroja fue sepultado en San Pedro. Fue
en Antioquía que gran parte de lo que quedaba del ejército alemán murió
debido a una plaga.

Fin de la Tercera Cruzada: Consecuencias y hechos posteriores

En julio de 1192, Saladino lanzó un sorpresivo ataque contra Jaffa y recuperó


la ciudad, pero luego de unos días después volvió a ser conquistada por
Ricardo I. El 5 de agosto se libró una batalla entre Ricardo y Saladino, en la
que el rey inglés, a pesar de su marcada inferioridad numérica, resultó
vencedor. El 2 de septiembre de 1192, Ricardo y Saladino finalizó un Tratado
de Paz por el cual Jerusalen permanecería bajo control musulmán, pero
permitiria el peregrinaje cristiano desarmado para visitar la ciudad de Jerusalen
(Tierra Santa). Ricardo I salió de Tierra Santa el 9 de octubre.

El fracaso relativo de la Tercera Cruzada daría lugar a la convocatoria de una


Cuarta Cruzada seis años después de la tercera terminó en 1192. En 1193,
Saladino murió de fiebre amarilla

Ricardo I Corazon de Leon fue capturado por el duque Leopoldo de Austria,


cuyo orgullo fue herido cuando Ricardo I había arrancado su bandera de las
murallas de Acre. Fue trasladado al emperador Enrique VI y puesto en libertad
después de 15 meses, después de un rescate de 150.000 marcos. El rey Inglés
llegó a su país en el año 1194 donde su hermano Juan "Sin tierra" le juró
lealtad. Cinco años más tarde, en 1199, fue a Francia para defender sus
territorios de Aquitania del Rey Felipe II Augusto y durante el asedio del castillo
de Chalus murió alcanzado por una flecha envenenada.

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La Cuarta Cruzada
Organización de la cruzada
La Cuarta Cruzada (1202-1204), fue también
conocida como la Cruzada Mercantil o Comercial,
por haber sido desviada de su propósito original por
el duque de Venecia, Enrico Dandolo quien llevo a
los cristianos a saquear la ciudad de Zara (actual Zadar, Croacia) y luego
Constantinopla, donde fundaron el Imperio Latino de Constantinopla. Estos
acontecimientos causaron una brecha o distanciamiento definitivo entre la
Iglesia Católica romana y la Iglesia Ortodoxa.

En 1.198, el nuevo papa Inocencio III comenzó a predicar una nueva cruzada.
Su llamamiento, sin embargo, tuvo poco éxito entre los monarcas europeos.
Los alemanes estaban enfrentados al poder papal, en tanto que Francia e
Inglaterra se encontraban combatiendo la una contra la otra. Sin embargo,
gracias a las encendidas prédicas de Fulco de Neuilly, esta convocatoria tuvo
mucha receptividad entre la nobleza europea, se organizó finalmente un
ejército cruzado en un torneo organizado en Ecry por el conde Teobaldo de
Champaña en noviembre de 1.199. Teobaldo fue nombrado jefe de este
ejército, del que también formaban parte Balduino VI de Henao, conde de
Flandes; y su hermano Enrique; Luis, conde de Blois, Godofredo III de La
Perche; Simón IV de Montfort; Enguerrando de Boves; Reinaldo de Dampierre
y Godofredo de Villehardouin, entre otros muchos señores del norte de Francia
y de los Países Bajos. Más tarde se añadieron a la empresa algunos caballeros
alemanes y varios nobles del norte de Italia, como Bonifacio II, marqués de
Monferrato.

La expedición se encontró con el problema de transporte, pues carecía de una


flota para trasladarse a Oriente, y la ruta terrestre era poco menos que
imposible a causa de la decadencia del Imperio Bizantino. Se decidió que se
haría un desembarco en Egipto, desde donde se avanzaría por tierra hasta
Jerusalén. En 1.201 murió Teobaldo de Champaña, y los cruzados eligieron
como nuevo jefe de la expedición a Bonifacio de Monferrato. Éste, firme
partidario de los Hohenstaufen, conoció en la corte de Felipe de Suabia a Alejo,
hijo del depuesto emperador Isaac II Ángelo, quien deseaba contar con la
ayuda de los cruzados para recuperar el trono imperial que le correspondía por
herencia.

Entretanto, los cruzados enviaron mensajeros a Venecia, Génova y otras


ciudades marítimas para contratar el transporte de la expedición. Finalmente se
llegó a un acuerdo con Venecia en abril de 1.201, por el cual la República se
encargaba del transporte hasta Egipto de un ejército de 33.500 cruzados (junto
con 4.500 caballos), a cambio de 85.000 marcos de plata. Cuando llegó el
momento de embarcar, en junio de 1.202, los cruzados, cuyo ejército era
sensiblemente menos numeroso de lo que habían previsto, no pudieron reunir
la cantidad acordada. Venecia se negó a transportar al ejército a menos que se
pagase íntegra la cantidad acordada. Los cruzados pasaron el verano
acampados en la isla de San Nicolás de Lido, sin poder zarpar, hasta que
finalmente Bonifacio de Monferrato pudo llegar a un acuerdo con Venecia

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Conquista de Zara o Zadar (1.202)

Las tropas cruzadas acamparon en isla de Lido, en


Venecia en espera de una solución al pago de la travesía,
los cruzados recibieron una propuesta del duque
veneciano Enrico Dandolo, quien les propuso aplazar el
pago de su deuda a cambio de ayudas a los venecianos a
reconquistar la ciudad de Zara (actual Zadar, Croacia) que
había sido ocupada por el a rey Emerico de Hungría, y por
lo tanto atacar a un reino cruzado en tiempos de cruzada
llevaba consigo la excomunión.

A pesar del desagrado del Papa, que desautoriza esta


expedición, los venecianos proporcionaron 50 transportes
anfibios para tropas, 100 porta caballos y 60 barcos de
guerra diseñados y construidos para ellos por los
venecianos. Sus transportes tenían aproximadamente 30 m de largo, 9 m de
ancho y 12 m de alto, con una tripulación de 100 hombres. Cada uno podía
transportar hasta 600 infantes. Los transportes de caballos tenían eslingas
especialmente diseñadas para llevar la carga de caballos, y contaban con una
rampa plegable que se podía abrir para permitir que los jinetes montados
pudieran cargar directamente contra la orilla. Los buques de guerra venecianos
estaban accionados por 100 remeros cada uno y tenían un espolón con punta
metálica apenas sobre la línea de flotación como su arma principal. También
llevaron más de 300 máquinas de asedio.

La flota veneciana encabezada por el dogo Enrico Dandolo abandonó el puerto


el 1 de octubre hacia Istria e impuso la supremacía veneciana sobre Trieste,
Muggia y Pula. La mayor parte de las fuerzas cruzadas partieron de Venecia el
8 de octubre. Los dos ejércitos se encontraron cerca de Pula y navegaron
juntos hacia Zara (Zadar). El dogo Dandolo no tenía prisa y planeó permanecer
en Zara durante el invierno.

Llegaron a Zara el 11 de noviembre. El ataque contra Zara tomó la forma de un


desembarco anfibio seguido de un breve asedio. Los defensores habían
colocado cadenas y barreras en la boca del puerto para impedir el paso, pero
los cruzados irrumpieron a través de ellos en sus barcos venecianos y
desembarcaron sus tropas y equipos cerca de la ciudad, donde levantaron un
campamento. Los ciudadanos de Zara colgaban estandartes con cruces en las
murallas, para recordarles que estaban atacando a cristianos. Algunos de los
dirigentes de los cruzados, entre ellos Simón de Montfort, Robert de Boves y
Guy de Vaux-de-Cernay, se negaron a participar en el asedio y pidieron que se
salvara la ciudad. En nombre del Papa, Guy de Vaux-de-Cernay prohibió la
conquista de la ciudad “porque es una ciudad de cristianos, y ustedes son
peregrinos”. Sin embargo, la mayoría de los cruzados se alinearon con Enrico
Dandolo, mientras que Simón de Montfort y otros cruzados que se negaron a
participar en el asedio acamparon más lejos de la ciudad.

Cuarta Cruzada. Asalto a Zara por los cruzados. Autor Andrea Vicentino

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Los cruzados saquearon la ciudad llevándose todo lo de valor incluyendo las
iglesias y monasterios.

Mientras tanto, la posición de los cruzados no había mejorado mucho. La mitad


del botín que habían conseguido con el saqueo de Zara aún no era suficiente
para pagar la deuda pendiente de 34.000 marcos a los venecianos. De hecho,
la mayor parte del botín se destinó a la compra de alimentos para sí mismos
durante su estancia de invierno en la ciudad conquistada.

El Papa optó por excomulgar a todos los expedicionarios, aunque más adelante
rectificó y perdonó a los cruzados, manteniendo la excomunión sólo para los
venecianos.

Primer asedio cruzado de Constantinopla


Mientras el ejército cruzado estaba invernando en Zara, llegó un mensajero de
Felipe de Suabia casado con Irene Angelina, hija del emperador Isaac II,
portando una oferta de Alejo IV pretendiente al trono bizantino y huido a la
corte de Suabia, era hijo de Isaac II que había sido destronado por su hermano
Alejo III. Si el ejército cruzado se desviaba a Constantinopla y le ayudaba a
reconquistar su trono, Alejo IV no sólo estaba dispuesto a garantizar el pago de
la deuda que los cruzados habían contraído con Venecia, sino que además se
comprometía a aportar a la cruzada un contingente de 10.000 soldados, así
como fondos y provisiones para emprender la conquista de Egipto.

Tanto Monferrato como el dogo veneciano Dándolo aceptaron el cambio de


planes. Los venecianos habían negociado en la primavera de 1.202, a espaldas
de los cruzados, un acuerdo comercial con al-Adil, el sultán de Egipto. Por este
acuerdo los venecianos obtuvieron enormes privilegios de comercio con los
egipcios y con consecuencia acceso a la ruta del Mar Rojo a la India.

Algunos cruzados se opusieron, arguyendo que si habían emprendido la


cruzada era para luchar contra los musulmanes; abandonaron el ejército y se
embarcaron hacia Siria. La mayoría, sin embargo, optó por continuar.

En abril llegó Alejo a Zara y el 4 de mayo 1.202 la flota partió de Zara. Fue un
viaje largo con muchas paradas y las distracciones para saquear ciudades o
islas en Grecia.

El 24 de junio de 1.203, el ejército cruzado llegó a Constantinopla, su flota


consistía en 450 buques y otros barcos menores. La flota bizantina que en el
pasado había sido la más poderosa, ahora no podía presentar batalla debido a
su pésimo estado. Los cruzados no pudieron entrar en el Cuerno de Oro
porque una cadena impedía el paso, así es que desembarcaron en la costa
oriental, atacaron y saquearon las ciudades de Calcedonia y Crisópolis, en
cuyo puerto se instaló la flota.

Los habitantes de Constantinopla no salían de su asombro, dado que nadie les


había declarado la guerra. Decidieron enviar una tropa de 500 jinetes

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mandados por Strychnos, para conocer las intenciones de ese ejército, cuando
se acercaban una fuerza cruzada de unos 100 jinetes le salieron al paso y les
pusieron en fuga. A continuación enviaron a un embajador lombardo llamado
Nicolás Roux al campamento cruzado, al que le explicaron que no estaban de
paso como en las cruzadas anteriores, sino para restituir a Alejo IV en el trono.

Al día siguiente Alejo IV se presentó ante la ciudad desde un barco, no solo fue
atacado por las catapultas de la ciudad, sino también por los ciudadanos que
se subieron a las murallas para abuchearle.

Cuarta Cuzada. Plano del asedio cruzado a Constantinopla en el 1.203. Autor


Igor Dzis
El 05 de julio de 1.203 la flota llevó a los cruzados a través del Bósforo a
Gálata, un tramo de tierra situado al norte del Cuerno de Oro. Aquí la costa
estaba mucho menos fortificada y allí estaba asentado el barrio judío de la
ciudad, su objetivo era tomar la Torre de Gálata, donde estaba uno de los
extremos de la cadena que cerraba la entrada del Cuerno de Oro. Rodearon la
torre y al día siguiente 6 de julio enviaron refuerzos a la torre, pero fueron
insuficientes para hacer frente a los 20.000 cruzados, en el combate, no
pudieron cerrar las puertas a tiempo y los cruzados se hicieron con la torre, lo
que les permitió bajar la cadena y acceder al Cuerno de Oro.

Los cruzados acamparon cerca de las murallas de Constantinopla, asentaron


una fila de catapultas en el extremo norte de las murallas. Los venecianos
construyeron puentes levadizos gigantes, que permitían a los barcos que se
acercaban lo suficiente a las murallas dar paso a tres hombres a la vez desde
cubierta.

El 17 de julio de 1203 el primer asalto de Constantinopla


se llevó a cabo. La lucha fue feroz y los venecianos
tomaron algunas partes de las murallas pero fueron
finalmente expulsados. Mientras tanto los cruzados
recibieron el ataque de la famosa Guardia Varega del
emperador cuando intentaban asaltar las murallas, siendo
expulsados.

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CONCLUSIÓN
-Las Órdenes Militares también participaron en las cruzadas y dada su
hegemonía, reforzaron el potencial militar de los cruzados. Los Templarios,
Hospitalarios, la Orden Teutónica y la Orden de Malta colaboraron muy
activamente adquiriendo así mucho más prestigio.

-Una de las más destacadas fue la tercera cruzada, en la que participaron,


como muestra de unidad religiosa en Europa, el emperador alemán, el rey
francés y el conocido rey de Inglaterra Ricardo Corazón de León.

-Aparentemente las cruzadas fueron motivadas por los intereses


expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán
del papado sobre las monarquías y las Iglesias de Oriente, aunque se declaran
con principios y objeto de recuperar la Tierra Santa para los peregrinos de los
cuales los turcos seleucidas una vez conquistada Jerusalén, abusaban sin
piedad.

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BIBLIOGRAFÍA

https://arrecaballo.es/edad-media/las-cruzadas/cuarta-cruzada/

https://www.historialuniversal.com/2010/04/tercera-cruzada-de-los-reyes-
jerusalen.html?m=1

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