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Sección: Vespertina
Alumna: Luis Enrique Vera Bricio
Fecha: viernes 21-02-2020
Docente: Lcda. Lidia Ochoa
LAS NUEVE CRUZADAS DE LA EDAD MEDIA
En total, fueron 9 las cruzadas realizadas por la iglesia cristiana. A continuación se
detallan sus fechas y resultados:
También conocida como la Cruzada de los Reyes, fue un intento de los líderes
europeos para reconquistar la Tierra Santa de manos de Salah ad-Din Yusuf ibn
Ayyub, conocido en español como Saladino. Fue un éxito parcial, pero no llegó a
su objetivo último: la conquista de Jerusalén.
Tras el fracaso de la segunda cruzada, la dinastía Zengida controló una Siria unida
y comprometida en un conflicto con los gobernantes fatimíes de Egipto, que
finalmente dio lugar a la unificación de las fuerzas egipcias y sirias bajo el mando
de Saladino, que los empleó para reducir la presencia cristiana en Tierra Santa y
recuperar Jerusalén en 1187. Estimulado por el celo religioso, Enrique II de
Inglaterra y Felipe II de Francia pusieron fin a su conflicto para llevar una nueva
cruzada, aunque la muerte de Enrique en 1189 dejó a los ingleses bajo el gobierno
de Ricardo Corazón de León en su lugar. El emperador del Sacro Imperio Romano
Germánico Federico Barbarroja respondió a la llamada a las armas y dirigió un
ejército poderoso a través de Anatolia, pero se ahogó antes de llegar a la Tierra
Santa. Muchos de sus soldados desanimados volvieron a sus casas.
Después de expulsar a los musulmanes de Acre, el sucesor de Federico, Leopoldo
V "el Virtuoso", y Felipe salieron de Tierra Santa en agosto de 1191. Saladino no
pudo derrotar a Ricardo en ningún enfrentamiento militar, que aseguró varias
ciudades costeras más importantes. Sin embargo, el 2 de septiembre de 1192,
Ricardo firmó un tratado con Saladino por el cual Jerusalén permanecería bajo
control musulmán, pero también se permitiría a los peregrinos cristianos visitar la
ciudad. Ricardo salió de Tierra Santa el 9 de octubre. Los éxitos de la tercera
cruzada permitirían a los cruzados mantener un reino considerable con su sede
en Chipre y la costa de Siria. Sin embargo, su incapacidad para recuperar
Jerusalén daría lugar a la petición de una cuarta cruzada seis años más tarde.
LA CUARTA CRUZADA 1201 – 1204
Los gritos eran omnipresentes. Las calles estaban teñidas de sangre y una mezcla
de olor a quemado y sonidos quedos se repartían por la ciudad imperial. Los
“bárbaros”, como los definirá el historiador bizantino Nicetas Choniates, campaban
a sus anchas; la ciudad era suya. Aquel fatídico día del 13 de abril
de 1204 Nicetas se vio obligado a correr a casa de un amigo veneciano, razón por
la que se salvó del saqueo. Más tarde no dudó en verter ríos de tinta sobre el
acontecimiento; Constantinopla había sido tomada, finaliza la Cuarta Cruzada.
Pero lo adelantado no es sino el punto anterior al final del artículo, que tratará la
Cruzada, entre 1202 y 1204, fruto de deudas, tramas, líderes ambiciosos,
advenedizos y ansias de poder. Dirigida contra los griegos en la guerra santa, sin
duda, menos cristiana de todas las habidas, siendo ello una marca muy difícil de
superar. Pero, comenzando por el principio, hemos de conocer un poco más en
profundidad de dónde era capital esa gran ciudad antaño llamada “Constantinopla”
LA QUINTA CRUZADA 1218 – 1221
Fue la fallida campaña militar que el rey francés Luis IX llevó a cabo en Túnez en
1270. El objetivo, que no se alcanzó, era la conversión al cristianismo del emir de
la ciudad y la extensión de esta religión por el territorio limítrofe. La expedición
militar fracasó, en ella falleció el monarca francés y constituyó el penúltimo
esfuerzo de la Europa cristiana por salvar el reino de Jerusalén.
Entre los años 1265 y 1268, los mamelucos egipcios acaudillados por el
sultán Baibars (o Bibares) había capturado Nazaret, Haifa, Torón y Arsuf en el
litoral Palestino. Aprovechó la oportunidad después de la guerra que enfrentaba a
la ciudades de Venecia y Génova uno contra el otro entre 1256 y1260, dejando en
abandono los puertos sirios que ambas controlaban.
Baibars resultó el mayor azote de los cruzados desde los tiempos de Saladino y
selló la eliminación del Levante, que vivía una época de anarquía entre las
órdenes religiosas que debían defenderlo, así como entre comerciantes
genoveses y venecianos.
El rey de Francia Luis IX, perturbado por los acontecimientos en Siria, convocó a
una nueva cruzada en 1267, aunque hubo poco apoyo en esta ocasión.
Los preparativos duraron tres años, y juntamente con su hermano Carlos de
Anjou, Luis IX decidió atacar Túnez primero, cuyo califa, el emir Muhammad I al-
Mustansir (o Muley-Mostansah), estaba dispuesto a abandonar el islam y
convertirse al cristianismo, lo que le permitiría ganar un aliado y contar con una
sólida base para atacar luego a Egipto.
Esa táctica era el mismo enfoque que la cruzada anterior de Luis IX y la Quinta
Cruzada habían puesto en práctica, y las condujo a la derrota.
La inmensa expedición partió de Aguas Muertas el 1 de julio de 1270.
Acompañaban al rey sus tres hijos, su yerno Teobaldo II de Navarra, su sobrino
Roberto de Artois y varios condes. La escuadra arribó frente la costa tunecina el
17 de julio de 1270, tomaron la fortaleza de Cartago el 18 de julio, y se dispusieron
a esperar los refuerzos al mando de Carlos de Anjou, tras enterarse de la falsedad
de la promesa del emir al- Mustansir, quien no se convirtió al cristianismo, sino
que se aprestó para defenderse de la invasión, con el apoyo del sultán Baibars, a
quien se había aliado.
LA NOVENA CRUZADA 1271-1272