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El Universo Religioso de Dostoyevski Romano Guardini
El Universo Religioso de Dostoyevski Romano Guardini
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. GRANDES ENSAYISTAS
ROMANO .GUARDINI
UNIVERSO RELIGIOSO DE' DOSTOYEV.SKI
•
. ROMANO GUARDINI.
EL UNIVERSO
RELIGIOSO DE
DOSTOYEVSKI
1i~
3'1 \\ ~¿f
. \
78435
Tráducción de
ALBÉRTO LUIS BIXIO
Primera edición
OCTUBRE DE .I954
Segunda edición
MARZO'DE 1958.
Edición digital
Marzo del 2014
por @elteologo
ADVERTENCIA PRELIMINAR
Los siete capítulos qtte componen este libro tratan del ele·
. mento religioso y de Sii pt'oblemática en la obra de Dostoyevski
considerados a tt'avés de sus cinco .grandes Ct'eaciones, es{o es,
las novelas Crimen y castigo, El idiota, Demonios, Un adoles·
cente y Los hermanos Karamázóvi. Mas impónese aquí una
breve observa.ci6n previa, .
Quien estudie el elemento religioso en la obra de Dostoyevski
inmediatamente advertirá que tratar de. él supone nada menos
que tomar como objeto de consideración la totalidad de la cos-
movisión del autor. En efecto, no hay ninguna figura deseo·
llante de su obra, no se da ning¡í.n accmtecimiento de impor-
tan:ia en la estmctura general de sus ,,creaciones que no esté
informado, directa o indirectamente, por una clat'a y plena
significación religiosa. En tí/tima 'instancia todos los persona·
jes de Dostoyevski están determinados por fuerzas y elementos
de orden 1·eligioso de que dependen las decisiones que. les son
propias. Es más aún, el mundo de Dostoyevski como universo,
el conjunto conexo de realidades y valores, la atmósfera misma
en que se mueven sus criatm·as, todo es, en el fondo, de na"
turaleza religiosa. ·
Comprendí lo que significaba abarcar ese.mundo cuando en
el verano de 1930, en tma serie .de conferencias que tomaron
por junto veinticinco horas, me empeñé en vano tratando de
1 Para la grafía de todos los nombres propios de origen ruso se ha
seguido el criterio, basado en principios fonéticos, de Rafael Cansinos
Assens. ·
Los textos de Dostoyevski .que se incluyen en este ensayo han sido
tomados ele la traduq:ión.directa del ruso realizada por Cansinos Assens
para la Editorial Aguilar de Madrid, con cuya gentil autorización se
transcriben aquí.
I2 EL . UNIVERSO RELIGIOSO DE DOSTOYEVSKI
EL PUEBLO
"-Tú, que has venido de lejos -le dijo a una mujer aún
no enteramente vieja, pero muy flaca, de cara no ya curtida
del sol sino como toda negra. Estaba arrodillada y con finos
ojos contemplaba al starets. En su mirada había algo de ex-
travío.
· " 7 De lejos, padrecito, de lejos. De trescientas verstas de
aquí. De lejos~ padre, de lejos -dijo la mujer canturreando
y moviendo lentamente a un lado y a otro la cabeza y apo-
yando la mejilla en la mano.
· "Hablaba como salmodiando. Hay en el pueblo bajo un-
dolor taciturno y muy sufrido. Métese dentro y calla. Pero hay
también un dolor que. revienta, rompe a llorar y en tal instan-
te sale afuera en forma de salmodia. Sucede así especialmente
.a las mujeres, pero no es más leve que el dolor taciturno. La
lamentación cqnsuela únicamente porque penetra más hondo
en el corazón. Tal dolor ·ni siquiera quiere consuelo: del sen-
timiento de su ,insaciabilidad se sustenta. La· lamentación es
sólo una necesidad de irritar continuamente la llaga.
"Sérás de la clase media -contin uó mirándola curioso el
starets.
. "Campesina, padre, campesina; labrad6res, pero de la du-
. dad. Vivíamos en la ciudad~ Por verte a ti, padre, vine. Nos
hablaron de ti, padredto, nos hablaron. He enterrado a mi
hijito, a mi pequeñito; vine a rezarle a Dios. En tres monas-
. terios estuve cuando me dijeron: 'Ve, Nastasiuschka, también
allí', es decir a ti, padrecito, a verte. Vine, estuve anoche en
Ia iglesia y hoy me he llegado hasta .ti. · ·
"-¿:Por qué lloras?
"-,Es por mi hijito, padre, tres añitos tenía me.nos tres
meses; sólo eso le faltaba para cumplirlos. Por mi hijito lloro,
padre, por mi hijito. Era el último que ine quedaba de cuatro
que he tenido con Nikituschka y no tenemos ya más, no los
- .tenemos aunque los ~eseamos,. 110 los tenemos. A los tres
primeros los ,enterré sin sentirlos mucho, pero a este último le
he dado sepultu~a y no puedo olvidarlo. Parece como si lo tuvie·
ra siempre del~nte, que no me deja. Tengo deshecha el alma.
EL PUEBLO Y SU CAMINO HACIA LA SANTIDAD 27
los más duros. destin9s, a aceptar sin gestos her.oicos .la ardua
.realidad. Quien sepa lo que significa la palabra santidad, esto
es, una existencia vivida en la fe incondicional, comprenderá
que el pueblo concebido por Dostoyevski va camino de la san-
tidad.
Sin embargo, observemos que la naturalidad con que los más
sublimes elementos y puntos de vista religiosos informan la
estrecha y chata realidad cotidiana, .la precisión con que esas
'riaturas comprenden su sino al.echar a andar resueltamente por
l~s sendas que he .dicho, sólo so~ posibles, en vi~tud de la posi-
ción del ptteblo; que ya he senalado mas amba, respecto al
todo. La vida del pueblo está entrelazada de un modo directo
con la de la tierra; perc> esta inmediatez no ha de entenderse con
un sentido naturalista o pagano; tampoco hemos de enten-
derla en el sentido del idealismo, esto es, que ·el pueblo cons-
tituya un grado primero y elemental de la existencia plenamente
humana, una conciencia_ elemental que sólo a través de la re-
flexión podría convertirse en espiritm1lidad auténtica. 1'.lsta sería
una concepción occidental. Mas Dostoyevski siempre se opuso .
precisamente a qµe tal esquema se aplicara a su pueblo; En él
tráta:se m~s bien de una nueva brecha abierta que, superando
toda noción de naturalismo y de devoción pagana, en virtud
del concepto de la unión con Jesucris tos de la concepción del
ser como voluntad de Dios, conduce a la más profunda relación
espiritual con Dios. . _.
PAGAN ISMO
''-Levántate.·
;,Lo cogió por los hombros; Raskólnikov se levantó y la miró
asombrado.'
. "-Ve, ve ahora mismo; ponte en una encrucijada de caminos,
póstrate y besa primero la tierra que has manchado, luego pós-
. trate ante todo el mundo y en las cuatro direcciones di en voz
alta; 'He matado.' Dios te concederá después una nueva vida."
(Crimen y castigo)
En el caso de María Lebiádkina se trata de algo muy distinto .
.Abrese aquí el abismo inconmensurablemente triste de una natu-
raleza sin redención.
LA MANSEDUMBRE Y LA
PROFUNDA CONFORMIDAD
PUEBLO E INDIVIDUO
SONIA ANDR.eXEVNA
46
Dios existe, pues sabe que Dios es; nunca se pregunta si Dios
es santo y si odia infinitamente el pecado, porque sabe que
así es. Nunca se pregunta si Dios es el amor, el amor que todo
lo abraza, porque sabe que lo .es. Nunca se pregunta si
todo cuanto acaece de :m proviene y si está ~l detrás de todas
las cosas, porque. sabe que es así. Y todo ello es incompren·
si ble.
Sonia soporta en su vida toda esa incomprensibilidad y aun
algo mucho . más profundo que resulta imposible expresar;
parecen faltar categorías para pensarlo. Nuestro pensamiento
ético de Occidente, por lo visto se resiste a elaborar .Jln con-
cepto positivo del caso por temor -¡y bien funesto sería para
nosotros si ese tem<;>r no nos advirtiera del peligro!- a destruir
con ello lo absoluto de nuestro concepto del mal. Tampoco
nuestro pensamiento religioso de Occidente parece estar en
condiciones de formar sin dificultades un concepto de valo-
ración positiva de este caso; Pero abramos sin reservas nuestro
corazón a los acentos que de él surgen y percibiremos clara-
mente que hay allí algo ético, grande y cristiano.
Volvería a responder:
-No.
-¿No sería mejor que lo aban~fonaras?
-No. ,
-¿Qué significa pues toda tu ac,titud?
-Dios lo sabe.
-Y, ¿qué harás ahora?
-~e quedo. ·
SONIA SEMlONOVNA
JnáS extremo desamparo, pero sin embargo protegida por .el in·
finito anioi de. Dios. ·
madrastra
los demás. Encuentra perfectamente natural que su
con sus reproc hes, la culpa de todas las·
le atribuya a ella,
que pasa la famili a. Y cuand o una vez Raskó lnikov
peQurias
Kater ina Iváno vna, So-
se expresa con. severidad respecto de
nia la defiende: · ·
"-¿Q ue ella me·· pega? ¿Cómo se le ocu~re a
usted tal
si en efecto , me hubie-
cosa? ¡Oh Dios mío! ¿pegarme ella? Y
de malo? Usted no comp rende
ra pegado, ¿qué tendría ello
nada. " . ·
nada, nada de
o como
Este rehusar a defenderse no es debilidad. Tan pront
acha que. es casi
llega el momento de demostrarlo, esta much
de inflex ible energ ía. Con la
una niña se manifiesta llena
no ·equiv ocarse , se opone decidi damen te
clara conciencia de -
intent a justifi
al hombre que sin embargo ama cuando éste
. Le exige verda d in-
carse con la filosofía del superhombre
n. Y. luego
terior y que asuma la responsabilidad de su crime
a para comp artir allí sus 'trabajos.
lo va a acompañar a Siberi
a, por su gener osidad y sacrifi cio, vive en una at-
En Siberi
la mayor natura lidad,
mósfera propiamente suya; allí, con
se preoc upa por el estado de salud
como si fuera cosa obvia, de
iarios a quiene s asimis mo ayuda y atiend e,
de los presid
a conve rtirse para ellos
suerte que la "madrecita Sonia" llega
manera en
en un personaje de la mayor importancia ... La
a los parien tes de Rask6 lnikov ¡¡obre la. vida pre-
que escribe
ente de su altruís ta ca~
sidiaria de éste atestigua cumplidam ·
rácter: ·
San Pe-
"Sonia escribía escrupulosamente todos los meses a
la contesta-
tersburgo Q.e donde puntualmente recibía también
éronle en un princi pio a Dunia
ción. Las cartas de Sonia pareci
[la herma na de Rodio n Rask6 lnikov y su ma-
y a Razúmijin
pero .a lo último
rido), un tanto secas y poco satisfactorias;
era imposi bl~ escrib ir mejqr,
ambos encontraron que hasta
as cartas venía n a sacar una cump lida y exacta ·
porque de aquell
Las cartas de Sonia
imagen de la suerte de su infeliz hermano.
ad, la más sencil la y clara:
respiraban la más. práctica realid
el cuadr o de la vida presid iaria de Raskó l-
descripción de todo
ales espera nzas
nikov. Apenas si exponía en ellas sus person
LA MANSEDUMBRE Y LA PROFUNDA CONFORMIDAD 53
MAKAR, EL PEREGRINO
ente a un lado
se aviene a sobrellevarlo. Se haée inmediatam
sin. aprob ar, empero,
para dejar a Sonia en libertad completa,
Versí lov refier e al adolescente,
sin más ni má~, lo ocurrido.
Sonia , lo acont ecido con Maka r, del modo
hijo suyo y de
siguiente:
que él ca-
."Le ofrecí aquella vez tres mil rublos y recuerdo
quien habla ba todo el tiemp o. . . le di mi pala-
llaba siendo yo
s, o sea los tres mil
bra de que si no aceptaba mis condicione
y para su mujer , natur almen te) .. .
rublos y la libertad (para él r .. .
da la libert ad y le devol vería a su muje
le daría en segui a
Maka r cómp rendí
y ya no se irían lejos de mí. . . Pues que pero
hacer lo ·así, como lo decía;
muy bien que yo había de
volvía yo a la
siguió callado, y sólo cuando por tercera vez
la mano y se fué hasta
carga, se retiró, hizo un gesto con
, que hubo de sorpr ender me. Me
con cierta desconsideración
ces _al pasar , en el espejo , y no puedo olvidar el
miró enton
general, ellos
aspecto que .yo tenía ..en ese instante. Por lo
... , es · peor, y aquél era .un éarácter
cuando no dicen n.¡da
confianza en él
sombrío, y confieso que yo no sólo no-teriía
que hasta sentía un miedo
al llamarlo a mi gabinete; sino
hay caract eres, y abund an la mar, los
horrible; en ese medio
perso nifica ción
que encierran en sí mi?,mos, · por así decirlo, la,
qu(} a los golpe s ... ·
de la extravagancia y a eso le temes más
tivam ente los tres mil, pero
He ahí por que le ofrecí instin
vich era algo
por suerte me equivocaba. Aquel Makar Iváno
distin to. . . Al otro día acced ió a abandonar la
totalmente
sin olvida rse de nin-
posesión sin andar con palabras de más y
gima de las condiciones que le había propu esto.
"-¿Y aceptó el dinero?
entonces en
"-¡Y cómo!. . . Tres mil rublos no tenía yo
jlinta r unos setecientos
el ~olsillo naturalmente, pero pude
¿qué hizo él? Pues los dos mil tres-
y se los entregué. Y, con la
tes me los exigió en forma de una letra
cientos restan me
al cabo de dos años,
garantía de un comerciante. Luego, entes
la vía judici al, con sus cones pondi
reclamó esa letra por
más cuanto que
intereses, lo que volvió a maravillarme, tanto
fondo s para la cons-
.literalmente andaba entonces recaudando
LOS RELIGIOSOS EN LA OBRA DE DOSTOYEVSKI 69
con ellos. Todos los años les escribe una carta serena y re!.lpe-
tuosa. ·
"Sí, amigo mío, y confieso que a lo primero me infundían
un gran 'temor esas visitas, Pero en todo ese tiempo, en esos
si
veinte años sólo apareció seis o siete veces, y al principio,
yo estaba en casa, me escondía. Ni siquier a me explica ba al prín-
cipio qué significaba aquello y a qué venían esas visitas. Luego,
me pareció, sin embargo, que Makar no procedhurone ía tan estúpi-
damente; Una: vez, casualmente se· me ocurrió ar. y salí
. a verlo y te .aseguro. que me hizo una impres ión origina lísima.
Era aquélla ya la tercera o cuarta de sus visitas, precisa mente
por la época en que me hicieron juez de paz, y cuando , na-
todo mi empeñp en conoce r a fondo a
turalmente,· ponía
Le oí decir· cosas sumam ente nuevas . Ademá s, encont ré
Rusia.
a:·
en él lo que precisamcr:te menos me esperaba: derta hombrí
de bien, igualda d de ca~ácte r y, lo que más me asombr ó, poco
menos que alegría. Ni la mínima alusión a aqt1ello (tu com-
pre11ds ?) . y un gran talento para decir las cosas y hablar
si
muy bien ... Por lo demás, ·hablaba muy poco de religión,
es que uno mismo no sacaba la convers ación, y contaba relatos
y
hasta muy amenos, a su modo, acerca de los monasterios
la vida monástica, si es que uno mostra ba curiosi dad por ello.
Pero sobre todo ... , respetuosidad, esa modesta respetuosidad
que es indispensable para una igualdad superior, más aún, sin
la cual a mi juicio no puede alcanzarse un estado superior.
de
Ahí, precisamente, en virtud de la ausencia de toda pizca
, se obtiene el suprem o decoro y aparece el hombre ·
orgullo
en su posició n,.
. que se respeta a sí mismo, indudablemente,
sea la que fuere y cualquiera que fuere su destino.'" (Un ado-
lescente, parte I)
Los hechos mismos permanecen con toda su ofensa y dolor
;en el corazón de Makar. Sin embargo, paulatinamente vá acep·
tando a Sonia, a Versílov y a los hijos de éstos con una actitud
verdaderamente paternal, y termina por convertirlos en sus
en
':hijos" y por amarlos con un amor absolutamente libre
su fe religios a, con un amor, casi podría afirmar se,
virtud de
como el amor del Padre en el cielo, según la expresión del
. . .. ' .. . . . ' .
ía
apoHba en d lecho. Por lo pemás, hasta tal punto se manten
erguido que parecía no necesitar apoyo alguno , aunque sal-
se
taba a la vista que estaba enfermo . . . De estatura, según
adivinaba, era alto, ancho de hombro s, de aspecto muy ro-
busto, pese a la enfermedad, aunque un tanto pálido y seco,
con la cara alargada, copiosísimo pelo, aunque. no muy largo,
al
y de setenta años, al parecer. A su lado, en un velador,
alcance de h mano había tres o euatro libros ·y unas gafas
de plata. . . Inmediatamente adiviné quién era, sólo que no
podía imaginar córrio lleyaría allí todos aquellos días, casi
junto ,a mí, tan ·calladito, que yo hasta entonces nada oyera.
"1il no se movió al verme así de pronto, pero atenta y si-
lenciosamente me miró, lo mismo que yo a él, con la dife-
a
rencia de que yo lo miraba con desmesurado asombro y él
mí sin ninguno. Por el contrar io, cual si me hubiera exami,
nado hasta el. úl.timo rasgo en aquellós cinco o diez segundos
de silencio, · de. pronto sonrióse imperceptiblemente y aunque
la risa se lé pasó de pronto, sus claras y joviales huellas con-
tinuaron eh su semblante y, sobre todo, en sus ojos, muy
azules, luminosos, grandes, pero de párpados hinchados
y
abultados por la vejez y circuídos ·de innurµe rables arrugui llas.
Aquella risa suya fué lo que más me impresionó." (Un ado-
lescente, parte. III) . ·
Y la misma serenidad y alegría haBía en su espíritu:
"Ante todo seducía .en él, según yá hice notar, su extraor-
dinaria pureza de corazón 'Y toda ausencia de vanidad, por
pequeña que fuere; se· presentía un corazón casi impecable.
Tenía un corazón alegre y por tahto fin11ra interior. La palabra
alegria era muy de su agrado y con frecuencia la empleaba;
. A decir verdad, solía encontrársele cierto morboso entusiasmo,
a
derta 'morbosa ternur a... debido en parte, a mi juicio,
que la fiebre, exactamente hablando, no lo abando nó en todo
ése tiempo; pero para su delicadeza no era eso óbice.1 Había
a
también contraste: junto. a una asombrosa ingenuidad, que
sino
1Esa ternura, por supuesto, que en modo alguno es morbosa, el
o. Pero tengamos en cuenta que es un adolescente
todo lo contrari
~ue nos está info,rrnando. ·
LOS RELIGIOSOS' EN LA OBRA DE DOSTOYEVSKI 73
Liza
"-No puedo; palomita -respo ndió como lastimero a
y mirándola todo dócil.
y,
"-Pue de ustt;d contar cosas como para llenar un libro
. . Tome ustec:l las. muleta s, que
¿no puede usted moverse?.
za.
a su lado las tiene; c,0n las muletas se levantará -insis tió-Li
en seguid a y en el
_ "-Pue s es verdad -dijo el anciano
acto logró apoderarse de las muleta s. . . ·
" ... pero no habían tenido tiempo de ace~carse cuando
Ma·
sus fuerzas en las mule-
kar lYánovich, apoyándpse con todas
a,
tas, levantóse de pronto y, con alborozado aire de victori
qucdóse planta do, girand o la vista en torno suyo.
-.
"-Me levanté _:.dijo casi con orgullo, riendo jovial mente
ita, que me lo has hecho ver, cuando yo
Gracias a ti, palom
·
ya creía que mis piernecitas no valían para nada.
"Pero no llevaba mucho rato en pie, ni había lograd o acabar
a,
su frase, cuando de pronto, las muletas en que se apoyab
todo el peso del cuerpo , resbala ron. un poco en la alfom-
con
cuan
bra, y como sus pies casi no le sostenían, se desplomó
Pué casi horrib le de ver, lo recuerd o.
largo era en el suelo.
lanzar on un grito y acudie ron a levant arlo, pero, gracias
Todos
lo sen-
a Dios, no se había hecho daño. . . lo levantaron y
Estaba muy pálido , no del susto sino de la
, taron en el lecho.
s de las
conmoción. (El doctor le había encontrado ademá
Mamá estaba · fuera de si
otras cosas una afección cardíaca.)
Makar lvánov ich, pálido todaví a, con
de susto. Y de pronto,
,
el cuerpo sacudido y cual si no estuviera en su conocimiento
volvióse a Liza y con voz suave y casi tierna, fo dijo:
"-No , rica, efectivamente, no me sostienen las piernecitas.
caso
"No puedo expresar mi impresión de entonces. Es el
palapr as del pobre viejo no vibrab a la menor queja
que en las
a-
ni reproche; por el contrario, saltaba a la vi¡¡ta que decidid
ido nada malo en las palabr as ~e Liza,
mente no había advert
"
habiendo tomado .su interpelación como algo debido ...
de Makar ·no signifi ca en
El carácter altruista y amplio
ad, no se trata de que en él vtamo s tras-
modo alguno debilid
n ar-
formada en virtud una miseria porque posee un corazó
diente y ama la vida.
LOS RELIGIOSOS EN LA OBRA DE DOSTOYEVSKI 75
Makar vive enteramente inmerso el) 1'i0s. Por eso ora mu-
cho; "Jesucristo, Dios y Señor nuestro, apiádate de nosotros."
Son las primeras palabras que le oye pronunciar el adolescente
en el "profundo silencio" de su cuarto de enfermo. En la
oración se ·realiza y rumple su vida. Pero esa oración .es en
él profunda y genuina. Una vez habla del suicidio y luego
agrega:
"-El suicidio es el pecado más grande del hombre -res-
pondió suspirando-, pero el juez aquí es sólo Dios porque
sólo .El sabe todo, todo límite y toda medida. A. nosotros sólo
nos toca orar por esos pecadores. Cada vez que t.enemos no-
ticias de un pecado semejante, al ,acostarnos roguemos con
fervor por esos pecadores; y aunque s6lo suspiremos por ellos
a Dios, aunque no los hayamos nunca conocido tanto más
acepta será nuestra oración por ellos.
"-Pero, ¿les aprovecharán nuestras ,oraciones si ya fueron
condenados?
"-¿Qué sabes tú de eso? Ivfuc~os, ¡ay!, ?1uchos no creen
y asordan a los que no saben. Tu no los oigas porque ellos
mismos no saben adónde van. . . ¿Qué ha de ser de aquel que
no tiene nadie que le rece? Por eso cuando te pongas a rezar,
al acostarte, al final añade: dignaos, Señor Jesucristo, perdo-
nar a todos aquellos por los cuales nadie reza." (Un adoles-
cente, parte III)
. Makar relataba antiguas leyendas de los primeros paladines
de la fe, sobre- las vidas de los Santos Padres. Dice el ado-
lescente: "De esta vida [se refiere a la vida de María Egipcíaca]
de ninguna semejante no tenía. yo hasta entonces ninguna ide.a.
76 EL UNIVERSO RELIGIOSO DE DOSTOYEVSKl
Pero sobre todo nos conmueve el modo con. que .toma las
cosas todas de la vida.
En la conversación con el adolescente dice a éste:
"El viejo viene obligado a estar contento en todo tiempo
y morir debe en la plena lucidez de su alma, beatífica y fi-
nalmente, harto de días, respirando su última hora y alegrán-
dose al partir cual espiga en la gavilla y después de haber
cumplido su misterio.
"-Ust ed habla siempre de misterios; ¿qué quiere decir eso
de 'después de haber cun¡.plido su misterio'? -pregu µté yo.
"-¿Qu é misterio? Todo es misterio, amigo; en todo hay
un misterio de Dios. En cada árbol, en cada brizna de hierba
está ese mismo misterio cifrado. Ya cante el pajarillo, ya
sean las estrellas con toda su mole las que refuljan en el fir-
mamento durante la noche. Todo es un misterio y el mismo."
El adolescente alega que la cienciá hace tiempo ha descu-
bierto ya todos esos misterios. Makar reconoce el valor de la
ciencia, mas rocaminándola" desde su punto de vista religioso
demuestra todas las limitaciones· de ésta. El saber. se convierte
siempre en duda si no está fundamentado en última instancia
por la fe. La fe y la oración son las que sostienen a toda la
humanidad. La ciencia debe ocupar un lugar dentro de todo
ese conjunto y su poder alcanzar a una esfera limitada, puesto
que la naturaleza no es algo de existencia independiente sino
que depende de Dios. ·
Trascribamos ahora ese pasaje de indesáiptible belleza en
que Makar al referirnos la vida del peregrino nos ilustra cla-
ramente sobre la significación .última de tal existencia:
"-Pasa mos la noche, hermanito, al raso, y yo roe desperté
por la mafíana tempranito, cuanqo aún todos dormían y aún
no apuntaba el sol por detrás de la selva. Alcé la frente,
Rá~GIOSOS EN LA OBRA DE DOSTOYEVSKI 77
KEL
EL STARETS ZóSIMA Y SU HERMANO .MAR
al s/at'cts
Lo mismo que a Makar, el peregrino, conocemos
los últim os días de su vida, a la luz ·
Zósima ya anciano, en
lo de una
de esos "rayos oblicuos del sol crepuscular", símbo
tanta frecue ncia se
última aproximación metafísica que con
Dosto yevsk i. . . <;ons idcrado
repite a lo largo de la obra de el
de la fe es el ancia no ho sólo
desde el punto de vista qut'
en su mans edum bre se ha hecho sabio, sino
hombre que
11<\Cer a
interiormente es además. el hombre que se siente
eforn idad ante él. Esta su vil!.t
una nueva vida al percibir la
ser penetrada por lo eterno . L•t muerte;
transitoria viene a
ra existe ncia
empero, significará el paso por el cual su madu la s;t-
. De tal suerte
se anegará libremente en Ja. vida eterna
la exper iencia terren al y el S<lber
biduría del anciano no es sólo
dad
decantado, sino un saber· que le viene de la eterni
del stt.trcts.
·Misteriosa luz crepuscular iluminá toda la figura
Su vida entera se conce ntra y se\ hace presente en
los pocos
juventud revive
días que preceden a su muerte. ·Su lejana
en sus evocaciones. Todo cuanto' aconteció en el curso de los
años que siguieron a ella tiene su explkación en aquellos pri·
meros de la mocedad del starets. . . Surge así vivida la imagen
de Markel, el joven hermano muerto en la flor de la juventud,
a quien Zósima en. aqu~l tiempo no hubo de comprender aun~
que llegara a vislumbrar confusamente el sentido de su vida.
Pero Zósima ha recogido el ejemplo de su hermano cual si-
miente viva y la ha hecho fructff icar en sí mismo. Se nos
presenta pues ese• joven Markel allá lejos, en la lejanía del
pasado que queda sumergido en la eternidad. Desde allí, desde
el cielo, cual bienaventurado psicagogo, podría decirse, nos
trasmite un mensaje de amor celestial. Pero también en el
momento en que el anciano muere, en el momento en que
su santa existencia terrenal está penetrada por lo eterno ha}'"otro ·
joven pronto a recoger. aquella simiente: el discípulo favorito,
Alíoscha, a quien el starets envía al inundo ·e<:>n la misión de
hacer fructificar su herencia de la que lo hace depositario.
Frente a esto piensa uno en el Fed6n y cómo en la muerte
de Sócrates estalla toda la plenitud dionisíaca de la vida: la
vida en ·su culminación en el instante de la muerte, elevada
por la fuerza del gran amor que une el pasado y el futuro en
un presente penetrado por la eternidad. ·
duales, pero
algo que está más allá de las distinciones indivi
que en modo alguno anula tales distincione s.
cuando no
"Pero s~ recuerdo que un día entré en su cuarto
. Era la hora vespe rtina, clara. El sol se ponía
había. en él nadie os. .
sus rayos oblicu
y toda la habitación aparecía iluminada por mano s'
me a él y me puso sus dos
Llamóme al verme: llegué so;
ro; miró.m e a la cara entern ecido , amoro
sobre el homb
nto.
nada dijo, limitándose a mirarme así un mome
"-Va mos -dic e-, vete ya, juega , vive por mí.
y me fuí a jugar. Pero en mi vida, much as veces
"Salí yo
él. me mand ó vivir. en
recordé después, con lágrimas, cómo
Karam ázovi, parte II)
lugar suyo." (Los hermanQs
eación espi-
Se ha cumplido así un misterioso acto. de procr
la vida del que ya estaba
ritual. El niño ha tomado algo de
hecho fructi ficar y desar rollar dentro
a punto de irse y lo ha de
a la vejez , ese fruto ha adqui rido un grado
de sí. Al llegar .
que' debía morir
desarrollo que no podía tener en aquel joven
los .umbr ales de la etern idad
Y he aquí que el Jtarets en
podemos per- ·
trasfiere otra vez a Alíoscha su. legado.' Bien
ulo en las pa-
cibir lo íntimo de su amor por su joven discíp
_su lecho de mori-
labras con que saluda la llegada de éste a
bundo:
cha _que al
"Cuando el starets advirtió la presencia de Alíos
con alegría.
entrar se había quedado junto .a la puerta, sonrió
y extendió hacia él la mano. ·
o. ¡Ah,
''-'-Buenas .tardes, queriqo m~o; buenas tardes, querid
ya estás aquí! Yo sabía que había s de venir . .
"A~íoscha se aproximó a él y se inclin
ó. haciendo una re-
· , '
verencia hast~ el suelo." que continúe
. El starets ha de 'envia rlo luego al mund o para
efecto , acont ece.
cumpliéndose en él su propio destino. Y así, en
habla en su
Al recordar la figur a de sn hermano, el starets _
a vida.
lecho de muerte de los recuerdos.__de su propi en ·
ño noble de provincias;
Era el starets hijo de un peque
n de su madre y .de las personas de la casa
su relato, la image
prodújose en.
resplandecen con amable .luz. A los ocho años
LOS RELIQIOSOS EN LA OBRA DE DOSTOYEVSKI 85
zan ... Me cubrí con las palmas de las manos la cara; .me
tendí en el lecho, y comencé a sollozar. Y entonces me acordé
de mi hermano Markcl y de sus palabras a los criados antes
de morir: 'Queridos míos, ¿por qué me servís? ¿Tanto me
· amáis? Pero, ¿qué he hecho yo para merecer que me sirváis?'
Sí, ¿qué he hecho yo?, cruzó de pronto por mi mente. En
efecto: ¿qué valgo yo para que otro hombre como yo, exacta-
mente igual, imagen y semejanza de Dios, me sirva? Asi se
me formuló en mi espíritu por pfimera vez en mi vida ese
problema." (Los hemM11<(S Kc11"11názovi, parte II)
. Y el recuerdo de su hermano muerto continúa hablando
en él:
'"-'Madrecita, sangrecita mía; ¿es verdad que todos ante
todos, por todos, somos culpables? No saben las criaturas
eso ... , que si lo supieran ... , desde ahora empezaría el pa· ·
raíso.'
"Señor, pero es que, ¿no es verdad?, lloro yo y pienso.
Verdaderamente yo, por todos, pueda que sea más que todos
culpable y peor que todas las criaturas ·del mundo. Y se me
representó de pronto toda la verdad en tbda su luz.'' (Lor
hermanos Ka1·amázovi, parte II) · ·
Es que el hermano del starets vive en él; esa trasferencia
· espiritual ha dado en su vida su fruto. Cesa la ceguera del
joven que ve entonces las cosas tales como ellas son. Se contem·
pla a sí mismo y a Dios y da este paso fundamental de su
existencia en un punto que quizá para el Oriente tenga una
profunda significación humana y cristiana: la relación entre
el amo y el criado, entre el que manda y el que obedece con
a
las ella anejas tensiones de soberbia y abnegación, de sumi·
sión y rebeldía. Esta revolución interior que anula todo egoís·
mo se cumple en el' punto más difícil, en la relación de
persona a persona en una sociedad rígidamente organizada.
Pero el joven Zósima contempla a sus semejantes y se con·,
templa a sí mismo en una esfera que está más allá de todo
embozo social, contempla la realidad misma, pero no la desnu-
·da naturaleza humana¡ no es tampoco 1~ . suya una actituq
88 EL UNIVERSO RELIGIOSO DE DOSTOYEVSKI
...
delicado bochorno. Creedme, así terminará:' a eso vamos
en el mundo , pero haz de forma
Sin criados no es posible vivir
/'
que tu criado sea más libre en espíritu que .si no fuera criado
(Los herma nos Ka1·a11 1ázovi1 ·parte. II)
ente
Mas tal estado no puede álcanzarse por los medios puram
imient o o el sentim iento natura l
humanos, por el mero entend
·de justicia, sino que sólo es posible por obra de la fe:
yen
. "Piensan edificar bien; pero al prescindir de Cristo, conclu
. la sangre llama a la
anegando el mundo en sangre, porque
a hierro muere . Y si no media ra
sangre y e1 q!le a hierro mata
cuando
la promesa de Cristo, se destruirían unos a otros, hasta
en dos hombr es en la tierra. Porqu e esos do~ hom~
sólo quedas
ótro,
bres últimos no sabrían en su orgullo ayudarse el uno al
muerte al penúlt imo y luego se
de suerte que #l último daría
suicidaría." ,(Los herma nos Karam ázovi, parte II)
ne
. La verdadera fuerza es el amor vivo y humilde que provie
·
de Dios.
jo, sobre todo
"Ante ciertos pensami~ntos te quedas perple
cogerás
al .V:er los pecados de .lo~ hombres, y te preguntas: ¿los
siempr e por el
por la fuerza o por el amor hwnilde? Decide
vez.pa ra siempr e y vencer ás ¡
amor humilde. Dedde lo así de una
humil dad amoro sa. . . es una fuerza tre- \
a todo el mq.Ó.do. La
men~a. . . la más fuerte de todas, semejante a
la cual ninguna
hay. Ca<la día y cada hora; a cada minuto. Examínate y
mírate
He aquí que pasaste por
bien, para que tu imagen sea decente.
airado , con feas palabr as, con alma
delante de un niño; pasaste
te vió
iracunda; no te fijaste quiZá en el pequeño,' pero éste sí
grabad a en su
y tu imagen, acaso odiosa y repelente, quedósele
a entera rte, pero con aquell o
inocente corazoncito. Tú no llegaste
mala semilla , la cual pc;>drá me-
puede que arrojases en él µM.
en pre•
drar luego, y todo por no haberte comportado tú bien
amor
senda de los niños, por no haber llevado en tu alma un
es un maestr o; pero es
atento, diligente. Hermanos, el amor
pues es difícil descub rirlo; véndes e
predso saber encontrarlo
de largo trabajo y largo tiempo , porque no se
· caro, al precio
toria-
ha de amar casualmente un instante sino siempre. Transi
LOS )lELIGIOSOS EN LA OBRA DE. DOSTOYEVSKI 91
EL QUERUBIN
ALIOSCHA KARAMAZOV
puesto en la
con este joven se percibe inmediatamente que su
es como el de los demá s. Se siente que proviéne
existencia no ciertó
tambi én, y en
de _otra esfera, que es un extraño; pero a
de sí como un ser cohfi ado que
modo, lo siente uno cerca
su vez 'despierta nuest ra confi anza.
se presenta-
"Todos qu~rían a aquel mozo, dondequiera que
"y eso desde su más tierna infan cia. De
se", se nos dice de él;
don de granj earse un espec ial amor era, pot decirlo
suerte que el tambi én
mism o sué:ed íale
así, innato, espontáneo y gracioso. Lo de
rgo, podfa parec er que era uno
en la escuela y, sin emba los, a
que inspir an desco nfianz a a sus condi scípu
esos chicos Kara-
" (Los herma nos
ve.ées burla y, en ocasiones; hast:i- odio.
mázovi, parte 1) a a quien
Es Alioscha el discípulo favorito del starets Zósim
pront o, cuand o, cual sintién-
· se ha entregado enterameQ.te y de estud ios,
voz desco nocid a, interr umpi ó sus
. dose llamado por una cha
ios. Alíos
volvió a su casa y se metió en el convento de novic ente-
dispu esto a. coloc arse·
lo ha aceptado como maestro y está
reservas a fin
ramente en manos del anciano y sometérsele sin
cia y plenitud
de participar, mediante tal noviciado, de la sapien tu a la
da cabid a en su espíri
religiosa de Zósima. El joven ero asi-
tro de suerte que se encue ntra hered
figura· de su maes que ·
·adole scente
mismo del misterioso legado de Markel, ese ente
o, pero que espiri tualm
se pierde en la lejanía del pasad
está presente. '
Alíoscha, empero, no es sólo el discípulo ~el
starets aun.
signif icació n más vigorosa;
cuando demos a esta palabra su
ad que su maes tro ho posee : gran-
tiene este joven una cualid ra-
ndo, puro, sabio, espiri tualm ente
deza. El ·starets es profu
raras
que posee las
diante, cordial. Bien podemós afirmar de él
trata,. en él de
virtudes que forman la perfección. Mas no se
dada con el destin o de uno, como
esa perfección que ya viene
una Nasta sia Filípp ovna, sino esa perfec ción que
en el caso de eleva
dizaje y que
se consigue por. fin después de un largo apren ior.
la alcan za a un plano super
toda la existencia de quien a
ción es. algo más que el últim o grado
En efecto, )a perfec o. En
perfec ciona mient
que· se puede llegar· en un proceso de
ÉI: QUÉRuBÍN 99
virtud de la perfección, el hombre no sólo alcanza el gradó
supremo de un proceso semejante;. posee además algo detini~
tivo desde el principio, de modo que su d~ferencia con el
estadio ú1timo del proceso de perfeccionamiento es de <;:arác•
ter cualitativo ... La perfección del starets es algo verdadera-·
mente maravilloso, mas tan pronto como AHoscha se sitúiL
1
junto a él perdbimos claramente que al maestro le falta algo
que el discípulo posee desde siempre: grandeza. Y por cierto
que una determinada grandeza, como hemos de ver inás ade-
lante. Con ello en modo alguno queda dicho que Alíoscha;
por su parte, alcanza la perfección. El que la grandeza se dé
en la perfección es algo excepcional en alto grado, pero quien
i:iene grandeza tiene siempre algo a su favor, porque aun el
más pequeño fragmento de grandeza lleva el sello de la per·
fección. - ·
Ya en las primeras páginas del libr<? la personalidad de Alíos·
cha queda caracterizada de un modo fino y penetrante. No es
el joven lo que pudiera llamarse un hombre de grandes dotes.
No posee una inteligencia brillante, pero sí un corazón cá-
lido y anhelante, capaz de un gran amor. Con todo, resulta
singular el que ese amor no se relacione con ningún ser hu-
mano; en el fondo ni siquiera con su gran maestro al que,
sin embargó, se ha entregado por entero. . . Es de un natural
tranquilo, silencioso, que gusta de aislarse en los rincones y
· meditar consigo mismo. Pocas veces se muestra comunicativo
y menos aún divertido; y sin embargo, todos cuantos. lo ven
inmediatamente comprenden que no es de un carácter sombrío
o lúgubre sino alegre y bondadoso.
Hay en. él una alegría callada que se irradia de toda su
persona. Y de su amor se nos dice que no pqdía. permanecer
oculto en la inacción, ardiendo y complaciéndose en sí mismo,
sino que estaba siempre pronto a volcarse en la claridad del
obrar..
Alíos-
el peligro de una profunda caída porque, en efecto, que
patent e por ciertas ma-
cha estuviera expuesto a ello hácese
Interio rmente está honda mente li-
nifestaciones patológicas.
a la vida de su madre ya desapa recida, que ha sucum-
. gado
do en
bido a la vileza de su marido. Ella es la que ha suscita
a impres ión religio sa, pero
s:i hijo la prim~ra y quizá decisiv
tiempo le ha trasmi tido tambié n su propen sión a
al propio
conmoverse.
Cuando en una ocasión Fíodor Pávlovich, su padre, refiere
hasta
de un modo repugnante cómo solía tratar a su mujer
de delirio , tambié n Alíosc ha,
que ésta daba en ciertos accesos
su madre , cae en un análog o estado de neuros is.
de pronto, como
Veamos ahora un último rasgo de su naturaleza:
no
"Rasgo suyo característico y mucho, era también el de
de cómo vivía ... , pero este extrañ o rasgo
preocuparse jamás
con
en el carácter de Aléksieyi no se podía, al parecer, juzgar
en cuanto lo conocí an, al inte-
mucha severidad ya que todos,
de
rrogarle a .ese respecto, en el acto quedaban convencidos
esos jóvene s por
qúe Alíoscha era irremisiblemente uno de
todo un
el. estilo de los pobres de espíritu, que si les tocase
ían en darlo al primer o que sé los pidiese
capital no vacilar
una buena acción y hasta es posibl e que a cualqu ier hábil .
para
. Ademá s, hablan do en
pilfastre, siempre que se lo pidiese
a ignora r en absolu to el valor del
términos generales, parecí
o le
dinero, claro que no hablando en sentido literal. ~uand
nunca pedía,
daban algún dinerillo para sus gastos, que. él
lo ad-
estábase semanas enteras sin saber qué hacer con él, o
mal, de suerte que en seguid a se le
ministraba terriblemente
las manos . Piotr Aleksá ndrovi ch Miúso v, hombr e
iba de entre
ez burgue sa,
tnuy quisquilloso tocante al dinero y la honrad
a Alék-
en cierta ocasión, más adelante, después de examinar
ndose a él, el siguien te aforism o: 'Ahí
sieyi, formuló, refirié
, es posibl e sea el único hombr e de este mundo al que lo
tienen
plaza
dejarían de pronto solo y sin dinero en mi;dio de una
millón de habita ntes para él descon ocidos ,
qe una ciudad de un
hundir ía ni morirí a de hambr e, porque en un santiam én
y-ni se
alber-
lo alimentarían, en un santiamén le proporcionarían
EL QUERUBÍN
LA VERDAD Y EL ÁNGEL ·
y la se~
El viejo Fíodor Karamázov lo· llama "mi ángel"
ocasió n que Alíosc ha "se ha
ñora Jojlákova dice en cierta n
un ángel" . Claro está que éstas bien puede
conducido como es
ias. Pero el caso
ser maneras de expresión o extravaganc
así.
que también el hermano de Alíoscha, Dmitrii, lo llama
ha despu és de la muert e de ~u maest ro da en
Cuando Alíosc
en que vacila su fe y
un profundo estado de crisis espiritual
iesta su "natur aleza karam 'l-zove sca"
al propio tiempo se manif
dentro de sí una violen ta rebeld ía, Raqui tin advierte
al sentir
ón que
inmediatamente el hecho y comprende la trasformaci
Es que el ser bajo siemp re está intere-
ha sufrido Alíoscha. lo
que caiga· algo que está alto y siemp re hace todo
sado en
pues, dice de pronto :
posible por avivar el fuego. Así,
nada de
"-Mi ra, ·has cambiado de semblante, no tienes ya
enojad o cori
esa antigua y famosa simplicidad· tuya. ¿Estás
algiiien? ¿Te han ofendido?
mirarlo
"-Dé jame ~ijo Alíoscha lo mismo que antes, sin
y haciendo un gesto de cansan cio con la mano.
morta-
-,-Oh , ·así estamos, ni inás ni menos que los demás
!' Bueno , Alíosc ha, me has asomb ra-
les gritamos: '¡Un ángel ·
lo sepas, sincer ament e· te lo digo." (Los herma nos
do, p¡ira que
.
Karamázovi, parte III)
sión an~
En estas palabras de Raquitin se manifiesta la impre
ha produ ce en todos. Y quizá aquí deber ían
gélica que Alíosc ha
palabr as de Alíosc
int~rcalarse en la novela las reveladoras
que tan bien demuestran. su natura leza:
a decir
"-Yo , a decir verdad, no sé cómo me atrevo ahora
diga la verda d pues
todo_ esto, mas es menester que alguien
aquí nadie quiere decirla." .
pción
Estas palabrás constituyen el centro mismo de la conce
al que siemp re
que .de Alíoscha tiene Dostoyevski, centro
manif estaci ones partic ulares del
están referidas todas las otras
personaje,
,es el
Dmitrii empero1 e Iván ha de r.epétir su expresión,
con . mayor propie dad al tlama rlo
que designa a Alíoscha
"quer ubín" . '
ir en
Poseía Dostoyevski la extraordinaria. facultad de traduc
EL QUERUBÍN 107
. Le dice a su hermano
aquél le revela todos sus sentímientos
Dios, pero que no admite
menor que, efectivamente, cree en
que ha compuesto un poe·
el mundo porque es injusto. lván,
isido r ha traza do en él la figura de
ma titulado El Gr,111 lnt¡u
el .mundo a su juicio mal
un hombre que, a fin de corregir
cho de disponer sobre el
edificado, se ha arrogado el dere
ha earg ado sobr e sí con toda, la culpa
bien y sobre el mal;
precipitarse la crisis de su
a fin de aliviar a los dem•is.l Al
r apariciones del demonio,
vida, lván comienza luego a tene
nes. En las conversaciones que man-
extrañas, enfermizas visio
tea la cuestión sobre el
tiene con el espíritu maligno se plan
se resuelve allí en una
sentido del mal en el mtindo y todo
verd ad y enga ño, de conciencia y delirio,
infernal confusión de
os estos hechos se confun-
de seriedad y de sarcasmos-... Tod
una sola cosa de modo que su
den en el espíritu de lván en
situación íntima es li siguiente:
muerte desea. En la si-
Odia· y desprecia a su padre cuya
igur ando se siente una atmós-
tuación exterior que se va conf
e lván, presa de encontra-
fera de crimen que lo domina todo
ción; es más, la anhela.
das sensaciones, espera. su consuma
o por la idea del asesinato se re-
Este estado de cosas penetrad
ado"; el complejo· de infe-
lacíona en lván con algo "más elev
su conciencia exige de él
rioridad que atormenta y corroe
que ha de consistir en que Iván
una existencia de excepción,
- se sitúe en un plano
-lo mismo que el Gran Inq uisi dor
mal y que se atribuya el
que esté por encima del bien y del
el mal, esto es, permitirlo. Smerdiá-
derecho de poder realizar
alimenta un odio profun-
kov adivina todo esto. También él
ndrado en circunstancias
do contra el hombre que le ha enge
ose en igua ldad de derechos con res-
tan espantosas. Sintiénd
e lo ha convertido en su
pecto a sus otros hermanos, el padr
mofa de él; Smerdiákov
cocinero y lo trata como criado y se
acue rd9 con lván .. Cree que éste le
: siéntese pues en tácito
. de modo que con justa
encárga la realización del asesinato
part ida de lván en aquella
razón interpreta en ese sentido la
noche crítica.
libro.
l Véase el siguiente capítulo de este
EL Q,UpRUBÍN III
desde' ese.
que me inspiró para que así te hablara, aunque
mome nto concib ieras un odio eterno contra mí."
y amar
¿Odio? ¿Por qué? ¿Por que no más bien agradecer n-
respue sta de lván demu estra cuán ·profu
a ese enviado? La
damente Alíoscha había dado en el blanco:
tratando
"-Alé ksiey i Fiodórovich -dijo con fría sonrisa y
de usted a.su herin ancr- : yo a los profet as, y
por primera vez
todo a los envia-
a los epilépticos no los puedo sufrir; sobre
momento
dos de Dios; de sobra lo sabe usted. Desde este
y para siemp re." .
hemos terminado
efectiva-
La palabra de este mensajero, de este querubín,
salvadora,
mente es la verdad que proviene de Dios, la cual es
ión de que se opere en Iván una trasfo rma-
pero con la condic
interio r, de que verda deram ente depon ga su actitud ·ín-
ción
ia. ¿A
tima de rebeldía contra Dios, de que cometa su soberb
A su loca preten sión.: de superh om-
' qué ha de renunciar Iván?
salvar se si se sitúa en el plario . verda deram ente
bre. Sólo podrá
el bien y
humano. Si abandona su presunta .soberanía sobre
tad de Dios. Pero tan pronto
el mal y si, dócil, acata la volun
ante él las palabr as de salvac ión siénte se
como se pronuncian
de su concie ncia y se rebela contra todo. Se
irritada la llaga
en su
abren ante él dos posibilidades: ó se entrega o se afirma
se resuel ve nada a este respec to,
posición. En la novela no
dad de la enferm edad de Iván podrí a in-
pero por la grave
alternativas.
ferirse que se inclina a. la primera de estas dos
*
De lo ya· dicho surge clara y fuertemente la image
n del
n del enviad o de la verda d, encarn ada en
querubín, la image
Alíoscha.
illosa
Análogamente se nos manifiesta Alíos~ha en la marav
visión que. tiene después de la muert e del starets .
junto
Dominado por profundo dolor, se queda adormecido
entonces que éste vuelve y le habla.
al féretro de Zósima. Sueña
las eternas
Se siente' llevado a las regiones de promisión de
de Caná de Galilea,
"bodas", imagen relacionada· con las Bodas
11L QÚERUB ÍN
únicamente que
"-Yo contra; mi Dios no me rebelo, sino
crisp ada sonrisa~
'no acepto su mundo' ~-dijo Alíoscha con itin después
do? -inq uirió Raqu
"-¿Q ue no aceptas su mun pero,·· ¿qué
un poco solire su resp uest a-;
de haber meditado
·
absurdo es ése ?
"Alíoscha no le contestó.
o,. ¿comiste hoy?
"-Bu eno, basta de futesas; ahora al gran
"-N o recuerdo. Creo· que sí. .
cara. Inspiras com-
. "-Ne cesi tas fortalecerte, a juzgar por tu
mira . Potq ue anoc he tamp oco dormiste; lo oí
pasión a quien te y alboroto ...
ese revue lo
decir. Tuviste allí sesión. Y. luego todo de pan de
dito
P~obablemente no habrás prob ado .sino el boca
ichón que hace
en el b~lsi llo traig o un salch
la comunión. Aquí sólo. que tú
al venir acá;
poco cogí en la ciudad por si acaso, ·
no querrás salchichón.
"-,-Dámelo.
res decir que estás
"-A h, ¿con que ésas tenemos? ... Quie
las barri cad~s . Buen o, hermano, este .
en plena rebelión, en
igo. Tomaría ahora
asunto no hay que descuidarlo. Ven conm
alme nte cansado. Aguar-
un traguito de aguardiente. Estoy mort
diente. Tú acaso no lo quier as. . . ¿O· sí?
"-D ame también aguardiente.
tó. impetuoso Rá-
"-Br avo. ¡Milagro, hermanito!. .. -gri
Buen o, sea como fuere;:, con aguar-
quitin mirándolo curioso:-.
magnífico y no ·se le
diente o salchichón es algo encantador,
debe desdéñar, vamos.
a Raquiti11." (Los
"Alíoscha en silencio levantóse y siguió
,, hermanos Karamázovi, parte III)
e de un abismo ...
He aquí el ángel verdaderamente ~l bord
la escena en casa de
Mas logra apartarse a tiempo. Sigue luego
e a recob rar su centro de
Grúschenka en donde Alíoscha vuelv
rgo, preci sam, fnte en ese momento,
verdad y amor. Y sin emba de su maes-
Alíos cha olvid a las indic acion es
en cierto modo cae: ano Dmitrii
a su herm
tro quien le había mandado estar junto conv ersación
pelig ro· supre mo. La
para asistirlo en. la hora de '
núa del sigui ente mod o:
con Raquitin conti
se asombraría.
"-S i esto viera tu hermano Vánichka, cómo
EL QUERUBÍN 119
CAPÍTULO V
REBELDfA
Advertencia preliminar
'La. leyenda
1
tiende las
mueven sus corazones con amorosas réplicas. Él les
los bendic e, y, al contac to con Él, aunqu e sólo fuete
manos;
con ?US vestiduras, emana un poder curati vo."
realiza un
La fe crece en el pueblo y he ahí que Jesucristo
ro. Pero, precis ament e en el mome nto en que lo
gran milag
de la catedr al, por la plaza,
está realizando "pasa por delante
idor mayor . Es un ancian o de cerca
el propio cardenal, inquis
ta.año s, alto y tieso, de cara chupa da, de ojos hundidos,
de noven
el brillo ...
pero en los que todavía chispea como una ascuita
cejas blanca s y su mirad a brilla con maligno
Frunce sus espesas
q'ue lo prenda.
fuego. Alarga el dedo y ordena a la guardia
y ha.sta tal punto está hecha
Y he aquí que tal es su fuerza
ando, la gente, que en el \lCto dispér sase la
a obedecerle, tembl
un morta l silen-
multitud ante la guardia, la cual, en medio de
y se lo
cio, sobrevenido de pronto, pone sobre Él sus manos ·
lleva". ·
zo. Llega la noche .
Cristo pues, queda encerrado eii un calabo
el Gran Inquis idor y le habla :
Entonces se presenta ante Él
"-¿Er es tú? ¿tú?
:
"Pero no obteniendo respuesta, apresúrase a añadir
ás, ¿qué podría s decir? De sobra
"-No contestes, call:t. Adem
Y tampo co tienes derech o a añadir nada a lo
sé lo que dirías.
arnos? Porqu e has
que ya dijiste. ¿Por qué has venido a cs.torb
harto que lo sabes. Pero, ¿sa~es
venido a servirnos de estorbo y
juzgo y te
lo que va a pasar mañana?. . . Mañana mismo te
morir en la hogue ra como el pe9r de los herejes;
condeno a
mañan a, a una
y ese mismo pueblo que hoy besaba tus pies,
el fuego de tu hogue ra, ¿sabes ?
señal mía, se lanzará a atizar
-añad ió con penetr ante cavilo sidad y
Sí, puede que lo sepas
r un instan te sus ojos de los del preso. " (Los her-
sin aparta
manos Karamázovi, parte 11)
de con-
Cristo no di:ce nada. Sólo está allí presente; no cesa
templar al cardenal que habla ·y habla sin términ o.
al es,
El contenido del largo y afiebrado discurso del carden
resumido en pocas . palabr as, el siguie nte:
la libertad·
Cristo ha bajado a la tierra para dar a los hombres
REBELDÍA 125
En el terreno de la interpretadón
en
jante figura de Cristo? El ·hecho de que. se encuentre
una falsa relació n respec to del mundo .
e
Se siente atormentado por un sentimiento profundo, aunqu
la miseri a de los hombr es, coro·
destructivo, de compasión por
r de
pasión, empero, enteramente instintiva, sin ningún carácte
r ningun a duda acerca
purificació~ ética. No podemos abriga
ha•
de la naturaleza de este sentimiento de Iván después de
oído hablar con su herma no Alíosc ha acerca del dolor
berle
de los niños. Refiérele el ca~o de un niño que es desped
a-.
de perros ante los ojos de su propia roa·
zado por un jauría
n-
dre; el de una muchachita a la que sus sádicos padres atorme
esta minuc iosidad , pero es
tan oprobiosamente. Perdóneseme
doras de la leyend a llegan hasta ese plano
que las raíces genera
tur-
de profundidad ... También narra Iván que, entre los
de los brazos de su madre a un ·
cos, la soldadesca arrancó
niño y comenzó por acarici arlo hasta conseg uir que éste sonrie-
la ca-
ra, pero sólo para destrozarle en ese mismo momento
aquí que luego agrega Iván: "Por
beza de un balazo. Y he
diéen que a- los turcos les gustan las cosas dulces ."
lo demás,
la vida puram ente
Las rakes de la compasión de lván están en
ne su.
vegetativa que, en su caso, es enferma. De allí provie
conmo ción por los dolore s del mundo , tormen to
estremecida
e vuelve a su-
al que no puede sustraerse y en el que siempr
mergirse cada vez más profundamente.
lue-
En ese mismo diálogo que mantiene con AHoscha sigue
.su declara ción de· que no acepta el mundo . Recon oce la
go
acepta
existencia de Dios y que éste lo ha creado, pero no
no convie ne a las medid as de la razón,
la obra de Dios porque
a y del s~ntim iento. Para él en el mundo reina el
de la ju:.'tici
entonc es de ra-
contrasentido, lo "no euclidiano". ¿Se trata
social
cionalismo tlue aspira al establecimiento de un orden
Nada de eso, como ya verem os. Iván
acorde con la razón?
tampoco qriiere ªf>elar a la eternid ad y al mist~r io de la supre-
no
ma sabiduría de Dü..'s y de su amor para justificar el trasto~
justicia aquí mismo , sobre la
del mundo. Quiere que haya
que eleva su protes ta contra el amor infinit o
tierra, de modo
resudta rá.p. en ~l
·\ que abrazará a los ejércitos de hombres que ' '
.f
IVAN KARAMAZOV
una vez· que hubo relatado ·el contenido del poema . del Gran
Inquisidor a su hermano, habla nuevamente de esa fuerza ka-
ramazovesca. Habiendo él expresado todo su desengaño y c;:scep-
ticismo interior, le pregunta Alíoscha: ·
"-Con semejante· infierno en el pecho, ¿cómo es posible
seguir viviendo?
"-Hay una energía tal que todo lo resiste -dijo Iván con
frío sarcasmo. ·
"-¿Qué energía?
"-La kar_amazovesca . .. , la energía de la vileza: karama-
zovesca." (Los hermanos Karamázovi; parte II)
Pero, ¿de dónde le viene a esa energía su vileza? Que la
fuerza de la tierra, una vez desarraigada se convierta en algo
destructivo y adquiera el carácter del mal es comprensible,.
pero, ¿por qué es vil ?, ¿por qué toma ese carácter de vileza?
A este respecto podría señalarse que el hqmbre es ante todo
persona y que la vitalidad se convierte en .algo indigno tan
pronto como el corazón no la vincule al espíritu. La espiritua,
lidad desarraigada junto a la sensualidad sin más es efectiva-
.IJlente algo vil. Satanás es espíritu. rebelado, pero precisamente
por esa su rebelión, espíritu impuro. Pero en el caso de Iván
hay algo más aún y ello nos lleva a considerar la segunda pro-
. piedad negativa de su sed de vida: hay e11 él algo como el
veneno. Ya nos hemos referido a la morbosa relación de lván
respecto al· dolor. Apasionadamente quiere superar el trastorno
y la confusión del mundo, pero él mismo es ·terriblemente vo-
luptuoso. Se siente atormentado por el dolor de los demás;
sin embargo, busca lo que es capaz de atormentarlo y goza con
ello. S'u compasión proviene de las raíces enfermas de su .vida
y de ellas, asimismo, la "vileza" propia de Iván. ·
Esta su condición es la que lo vincula al mal en sí, a la
esfera de lo satánico, donde lo morboso se asocia al mal, donde
se fo goza· refinadamente como tal y donde, en una actitud de
rebeldía, se lo exalta. En este plano están las relaciones de lván
con Liza Jojlákova. · · ·
REBELDÍA
Ahora bien:
Iván no es capaz de unir y conciliar todos esos impulsos
146
_______
EL UNIVERSO _RELIGIOSO DE DOSTOYEVSKÍ
~---~----------_.__
1
~ ' W~~f{~f 11
....,...·····'.~
'·-~
~1<i~:d:'
. REBELDfA
Iván y Smet:diákotJ
anhela poder creer. Tan pronto como parece, luego, que cree
firmemente en algo, inserta una observación accesoria tan llena
de cinismo que ya todo vuelve a ser cuestionable ...
Se conduce cual si. r.eaimente fuera aq11él, pero de modo tan
ambiguo que al propio tiempo se pregunta uno si aquél existe.
Parece dolerse precisamente ~e ese su ser problemático y an-
helar compenetrarse profundamente en la espesa realidad de
la e:i¡:istencia terrena. ·
"-Soy pobre. . . no diré que muy hortrado, pero .. ., por lo
general, en la buena sociedad corre como un axiomalo de que
soy un ángel caído. ¡Por Dios!,· ¡que no puedo imaginarme
cómo haya podido yo ser nunca un ángel! Si alguna vez lo
fuí realmente sería hace mucho tiempo, así que no es censu-
rable que lo haya olvidado. Ahora sólo estimo la reputación
de persona decente y vivo como puedo, procurando hacerme
simpatico. Por los hombres siento un afecto sincero. ¡Oh, me
han calumniado m.ucho ! Aquí, de cuando . en cuando vengo
a estar con vosotros porque mi vida adquiere así cierta apa-
riencia de . realidad y eso es lo ·que más me halaga porque
yo,_ lo mismo que tú, padezco de lo fantástico y por' eso amo a ·
vuestra realidad terrestre. Aquí, entre vosotros, todo está orga-
nizado, todo se reduce a fórmulas, a geometría, mientras que
entre nosotros ... , siempre una vaga igualdad. Aquí vengo y
sueño, me gusta soñar. Además,· que en la tierra me vuelvo
supersticioso. . . Sí, no te rías; a mí precisamente me. agrada
eso de volverme supersticioso. Aquí acepto todas vuestras cos-
tumbres. Me perezco por frecuentar vuestros baños públicos ·
y, figúrate, me seduce eso de vaporizarme con vuestros mer-
caderes y vuestros popes. Mi única ilusión se cifra en encar-
narme ... , pero definitivamente, de un modo irrevocable, en
alguna gruesa tendera de siete pudes de peso y creer todo
lo que ella cr_ee. Mi ideaL .. sería entrar en la iglesia y ofren-·
dar allí un cirio coq todo el corazón. Por Dios que así es.
Entonces tendrían fin mis sufrimientos." (Los hermanos Ka-
rat_názovi, parte IV) ·
· Muy profunda es esta descripción del estado en que se en·
cuentra el ángel caído que habiéndose separado de Dios y
REBELDÍA
IMPIEDAD
ADVERTENCIA PRELIMINAR
KIRILLOV
~jf~~·~~!w~r~~~~~
·~abrá. .más tiempo, ·porqué no será. n~cesát:io.<Es un pensa-
tl)iento. ~~y ·just<>:·:>. -··· ····:-: ::<:-:.: . \'.· .'...... .
"...;..¿Dónde lo esconderán entonces? .
".....:.En: ninguna parte lo esconderán; Eltiempo no es un
objeto, sino una idea. Se extinguirá en lª- mente." (Demonios,
pai:te II) .· . . ..·.· · · .• . . .
· Exprésase así claramente ese particular carácter numinoso de
la finitud· trasformada; no se trata de: " .. .la otra vida eterna,
sino de esta de aquí, éterna;" El mismo tiempo será· eterno.
Ofro carácter queda formulado en la relación en que se .en-
cuentra el bien y el mal: .
"~Usted, según parece, es muy feliz, Kirillov.
· "~Sí, muy feliz --respondió éste." Stavroguin 9bserva que
sin embargo no hada mucho se l}.abfa atormentado e irritado.
Entonces responde Kirillov: . · ·
"-Yo entonces aún no sabía que era feliz."
La felicidad le viene, luego, de una experiencia directa de
la existencia; recordemos sus palabras referentes a un peque~
ño fragmento vivo del ser: a esa hoja llevada por el viehti):
"-¿Qué es eso? ¿Alguna alegoría? -preguntó Stavroguii1.
"-N ... o. ¿Por qué? Yo no expongo ninguna alegoría; no
me réfiero más que a fa hqja, a u~a hoja. La hoja es bella,
la hoja es buena, todo es bueno."
Y como Stavroguin duda:
"Ft-,,/'..·, ~
~-,/:, :::>-.~ -,- IMPIEDAD 193.
'''-':¿Todo?"
Replica Kirillov:
~·~Todo. El hombre es desdichado porque no sabe que es .
dichoso. Eso es todo, todo. El que se da cuenta, inmediata·
mente es feliz en ese mismo instante,"
Y un poco más adelante:
";__No son buenos porque no sanen que son buenos. Es
menester hacerles saber que son buenos y todos inmediata-
mente serán buenos desde el primero al ú1timo .. ·. He ahí
todo el pensamiento, todo y fuera de él no existe ninguno."
(Demonios, parte II)
Este hecho de que todo sea bueno ha de presentarse con
claridad sólo a la nueva conciencia, la cual aparecerá con la
nueva finitud. Desde la posición .del ser actual de la existen;
da no es posible comprender ni justificar su contenido, sino
que ello podrá hacerse sólo desde la nueva existencia, la cual
será autoconciencia, autoconciencia sin más, de suerte que, lo
finito, trasformado en nueva· finitud, se comprenderá. a sí mis-
mo en virtud de aquélla! se contemplará más allá de las tensio-
nes entre bien y mal que antes lo habían atormentado~
Kirillov expresa el contenido de ese estado de éxtasis -que
su interlocutor compara y relaciona con los minutos que pre·
ceden a los ataques epilépticos- del modo siguiente:
''-Aguarde usted, aguarde usted, Schátov, ¿no se imagina
que pueda uno tener minutos en que perciba la eterna armo-
nía?. . . Hay segundos, sólo se dan cinco o seis seguidos, .en
que· de pronto siente usted la presencfa de la plena armonía.
completamente lograda. No es cosa terrenal, no quiero decir.
que sea celestial, sino que el hombre en su forma terrenal
no puede soportarla. Necesita trasformarse físicamente o morir.
Es un sentimiento claro e indiséutible. Parece como si de
pronto sintiera usted toda la naturaleza y saliera diciendo: 'Sí~
es verdad', Dios al crear este mundo, al fin de cada día de
creación dijo: 'Sí, es verdad; está bien,' Esto .. ., esto no es ter-
nura, sino simplemente alegría. No perdona. tisted a nadie
·porque nada hay ya que perdonar. No es que usted ame. ¡Oh!,
eso está muy por encima del amor. Lo más terrible de todo es
194 ; ·ilt UNIVERSO RELIGIÓSO DE DOS'fóYEVSKl
que sea una cosa tán inmensamente clara y se sienta tal 'alegría.
Si durase más de cinco segundos, el alma no lo aguantaría
y tendría qué desaparecer. En esos dnco segundos he vivido
yo úna vida, y por ellos daría- mi vida, toda, porque lo va-
len. Para resistir diez segundos habría que trasformarse física-
mente." (Demonios, parte III) .
Palabras de enorme vigor·que nQs Hablan claramente de un
proceso de trasformación óntica, de ún nuevo ser del mundo ..1.
La acción que Kirillov siente que debe cumplir tiene un ca-
' nkter réligioso; de ella ha de seguirse la salvación, una nueva
vida, inas resulta incierto si ella se refiere a los demás hom-
bres y también a Kirillov; en todo caso es claro que sí se
refiere a los hombres en general.
"-Yo empiezo y termino y abro la puerta. Y salvaré. Esto
es lo único que puede salvar a todas las criaturas y en la '
siguiente generación obrar una trasformación física."
Sólo después ha de ser pósible el reconocimiento de Ja sal-
vación sin matarse.
"-Si reconoce~. . . que eres zar, lo serás y ya n:o te ma·
tarás sino que vivirás en el colmo de la gloria. Pero uno, aquél,
el primero, tiene que matarse irremisiblemente, pues de otro
modo, ¿quién va a empezar y a demostrar? De ahí que yo me
suicide sin falta para empezar y demostrar. Yo vengo a estar
obligado a ser dios y soy desgraciado porque me veo en la
presión de manifes,tar mi libre v9luntad."
Es. asimismo incierto si, para salvarse, todos deban darse
muerte o la acción redentora de uno sea la que eleve a to·
· dos a un nuevo estado de conciencia, por encima del bien y dt!l
mal; si tiene que cesar toda vida 2 o comenzar una nueva
1 Compárese todo esto con el sentido de Zaratustra considerado, como
Nietzs<:he lo hace, misterio y doctrlila del devenir.
.2 Con esto tendría relación la extraña observación que hace Kirillov
cuando Schátov Je cuenta que su mujer está a punto de dar a luz.
"-Siento mucho no saber yo dar a luz. . . Es decir no saber dar a
luz no, sino no saber lo que hay que hacer para ayudar a dar a luz ... '
o ... o .. ., no, no acierto a decirlo,"
Esto no puede sino significar: yo quisiera persuadir, a los hombres
de· que no tiene ningún sentido el continuar procreando y que, por lo
!
IMPIEDAD I95
. 1
LO FINITO Y LA NADA
STAVROGUIN
' 1 .
4ue los. demás no puedan dejar de .tomarlo seriamente y
J:se ·influidos por él, no puedan dejar de sentir sus· des-
ligados al de él. Pero Stavroguin permanece desvinculado
odo, alejado. De allí nace pues el engaño a cada momento.
. roguin es por esencia un actor, pero, ¿acaso no .podría él
5.mo objetar, por qu~ ha de estarle prohibido vivir tal como
· es? ¿No podría acaso pl:eguntar qué culpa tiene él si 'los
demás hombres lo toman por algo distinto de lo que verda-
deramente es? Y aun más, ¿por qué no admitir que en los otros
una oculta voluntad de engañarse, un anhelo intedot de
autodestrucción puesto que dan en el engaño?
CAPÍTULO VII
UN SIMBÓLO DE JESUCRISTO
PLANTEAMIENTO DE LA CUESTIÓN
LA PERSONAUDAD DE MISCHKIN
En· varias ocasiones .se nos hace saber que Mischkin era
una
persona de maneras educadas y de exquisita cortesanía.
Sih
embargo, en sociedad se aturulla a menudo y hasta se nos
mues·
tra desmañado e inhábil. Con todo eso, nunca se lo
siente
aplastado por la situación sino . que la enfrenta con una
ac:·
titud, por decirlo así, independiente, y eilo no como.
fruto
de .esfuerzos especiales, sino como una condición innata
de
su naturaleza. ·
Al principio del relato lo encontramos muy sencillament
e
vestido, éasi pobremente, mas luego hábiendo recibido .por
he-
rencia una gran fortuna se nos aparece muy elegante; aunqu
e
Dostoyevski haga por lo demás notar que "hasta quizá un
poco
demasiado elegante", cosa que· le acontece a tan~os horr,ibr
es
que, . sin pretender serlo, confían su vestimenta a un
sastre
quizá demasiado diligente. En el fondo su vestimenta
no es
ni insuficiente por una parte ni tampoco, por otra, verdad
e-
ramente elegante:. . En realidad no parecen preocuparle
en
modo alguno los ·bienes de fortuna. Al principio es. un
hom•
'>re pobre, mas no parece sentirlo sino que por el contrario
ríe
de buena gana y alegremente ante fas groseras burlas que
sus
tompafíeros de viaje, Rogochin y Lebédev hacen a cuenta
de su
mísero paquetil~o. Admite lisa y llanamente su falta de medio
s
de ¡ida; se muestra contento cuando Rogochin le declara
que
sé propone ayudarlo; más tarde acepta unos.
pocos rublos · en
~:alidad de préstamo, sin que s~ le ocurra pensar
que ello entra·
260 EL UNIVERSO RELIGIOSO DE DOSTOYEVSKI
"-M on té en el tren y me
gente adulta; es muy pos dije: 'Ahora voy a vivir
entre la
ible que yo no sepa riad
pero ha dado comienzo a de ella;
una nueva vida.' Resolví
cometido honrada y valero cumplir mi
samente. Quizá se me hac
y pesado vivir. entre la gen e. tedioso
te.
sito de ser con todo el mu En primer lugar, tomé el pro pó·
ndo muy amable y sincer
Notemos que en esta afir o."
tables. En primer lugar: mación ya hay algunas
cosas no·
"A hor a voy a vivir ent
adulta", luego, una líne re la gente
as más adelante: "Quiz
tedioso y pesado vivir ent á se me haga
i:e la gente." ¿Acaso no
Mischkin como alguien se expresa
que viniera de un lugar
allá del que ocupan los que está más
hombres? ¿De un lugar
tado po r lo que los niñ
os significan? ¿De un má represen-
adulta existencia terrena s a!Já de Ja
l, esto es, de un más
¿Y no se dirige hacia la allá celestial?
gente, hacia los hombre
que es histórico? ¿Y no s, hacia lo
siente la misión de ser
decir la verdad? ¿No está sincero, de
pronto a cumplir su com
rada y valerosamente, y no etido, hon-
sabe que está solo y que
diffoultades entre la gen ha de tener
te? Po r lo demás, to<lo
de considerarlo un· niño, el mundo ha
esto es, a nuestros efecto
res, ¡han de considerarlo s particula-
alguien que está constit
la lógica del ciefo y que uído según
en la tierra no puede
estado \de adulto, la ma alcanzar el
yoría de edad !
Clato está que todo ello
puede considerarse tambié
un símbolo· de la epilep n como
sia, del ~ntento de huir
cia del adulto, de la res de la existen-
ponsabilidad .histórica, par
en lo antepersonal, así com a sumergirse
o, por lo demás, su comuni
vida de los niños podría ón con la
considerarse sospechosa de
. A este respecto cabría ten puerilidad .
er en cuenta que el pro pio
al tener conciencia de que Mischkin
se lo pueda con.siderar un
su propio estado como niño ve
un paso de transición
idiotez, po rqu e efectivam al estado de
ente Mischkin, debido a
dad, fué una vez una cria su enferme-
tura insensata e incapaz:
"- Es posible que aquí
me tomen por un chico
bueno! también no sé por ... : ¡pues
qué me tienen todos po
efectivamente, a veces me r idiota y
pongo tan enfermo, que
idiota; pero, ¿cómo he de parezco
ser idiota ahora que ya
comprendo
liN SÍMBOLO DE JESUCRISTO .·
()s ven, los cojos andan, los leprosos son hechos limpios,
. sordos oyen, los muertos son ·resucita~os y la buena nueva
·predicada a los pobres, y bienaventurado aquel _que no ha-
are en m~ ocasión de escándalo.' " Responde pues a la pre-
unta con las palabras proféticas referentes al Mesías qué
. 'áhora én hechos y señales quedan cumplidas. Pero en seguida
'agrega Jesús: "Bienaventurado aquel que no hallare en mí
ocasión de escándalo.'' Bienaventurado y también grande y
digno de loa porque el. peligro de encontrar motivo de escán-
dalo en Jesucristo no puede anularse ya que esencialmente esta
en la existencia de Cristo y es muy difícil no .sucumbir a él.
El peligro de·. escándalo está en el propfo Jesucristo porque
siendo hombre levántanse objeciones. . . a que sea el hijo de
Dios. Precisamente el acto de amor de Dios, esto es el que
haya aceptado la figura de, siervo de Dios desmiente en cierto
sentido el que el amor de Dios esté esencialmente en la per-
sona de. Jesucristo: "¿No es éste el hijo del carpintero?"
De suerte que en estas condiciones su vida es, en efecto, una
fuente permanente que desencadena el escándalo. Escándalo
siempre renovado hasta que,. con todo el aparato. de la .justi- .
cia y del orden, se lo castiga para que deje de pretender .ser
lo que es. Tantos .motivos hay contra él que sólo se revela él
a los pequeños y a los humildes que nada saben de motivos
y "a los publicat}OS y a las prostitutas", los cuales, en virtud
del veredicto pronunciado por los sabios y los hombres de
bien, por los políticos y las gentes honorables que han asu-
mido la responsabilidad de. ello, quedan a su vez dispensados
de pronunciar sentencia.
d6n era algo que s6lo podía afectar a la más elevadi existen~':
dá, algo que estaba en el abismo mismo y sobre lo. cuál· lasC,
palabras del ángel de la guarda intentan correr un velo; . . ·
. Y la imagen de esta misma tentación vuelve a repetirse
trañamente embozada cuando Mischkin, con lá serlSadóri de
ceder a un oscuro poder, primero de un modo inconsciente,
pero luego cada vez cobrando conciencia más clara de lo que
hace, busca el cuchillo. . • Cuando luego busca a Nastasia
aunque ha prometido no ir a verla ... Y en el fondo no es a
Nastasia misma a quien busca sino la consecuencia de haber
ido él a verla, esto es, el cuchillo de Rogochin. . . Mas la ten-
tadón de Mischkin queda encubierta por el sentimiento de
compasión que Nastasia despierta en él.
Mischkin sucumbe pues a la tentación, cae en falta y por
ello Rogdchin, con quien el príncipe "ha cambiado su cruz",
levanta sobre. él su puñal. Trátase aquí dé una culpa muy
encubierta, sólo de una falta de firmeza y de vigilancia, pero
esa falta se da precisamente en la medula misma de lo que
constituye la misión de su vida ... ¿El que Mischkin peque,.
el que Mischkin sucumba allí donde Jesucristo sin embargo
permaneció ábsolutatnente alerta e inaccesible_ a 1a tentación
es simplemente una ocurrencia ocasional de Dostoyevski o bien
trátase de un elemento intencionado en el que yo no puedo
dejar de ver un signo de la piedafi de Dostoyevski? ¿No es
acaso lícito ver en eUo un testimonio de que Dostoyevski sabe
hasta dónde se puede llegar y de su veneración religiosa al rela-
tar simbólicamente ese trozo de historia sagrada en un personaje
suyo? ¿Y no se manifiesta claramente ella en el hecho de que
Dostoyevski haga sucumgir a Mischkin en lugar de hacerle ven-
cer la tentación, dejando sólo para Dios la gloria inmaculada?
Perú aun con todo esto las cosas quedan en suspenso; come»
antes, porque, en todo. caso, el simbolismo nunca tiene una '
significación directa. Por ejemplo, la epilepsia y el mundo de
los niños, considerados en sí mismos, significan en verdad algo
muy distinto de lo que San Juan llama "reino de Arriba'', esto
es, del cielo. Pero si los consideramos en su conexión con lá
totalidad de la obra y especialmente en relación con la esenda
de Mischkin, de algún modo nos hacen pensar en esa 1 esfera .
inaccesible de la proximidad de Dios y de la ·cual viene el
Redentor, y esto no expresado de. un modo lírico, idéalista o
fantástico, sino traducido concretamente en la existencia de
este hombre determinado.
APllNDICE
• 1
) 31 3 (
INDICE
ADVERTENCIA PRELIMINAR
Lo religioso en el mundo de Dostoyevski . . . . . . . . . . . u
CAPITULO PRIMERO
EL PUEBLO y ~su CAMINO HACIA LA SANTIDAD
.El. pueblo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Las mujeres piadosas .... '. ..... .'. . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Páganismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
CAPITULO SEGUNDO
LA MANSEDU.M'.BRE Y LA PROFUNDA CONFORMIDAD
Pueblo e Individuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Sonia Andréyevna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Sonia Semíonovna ........ ,. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
CAPITULO TERCERO
LOS RELIGIOSOS EN LA OBRA DE DOSTOYEVSKI
APÉNDIC E
' ••• 1 •• 1 ••••••••• 1 ••••••••• '·' •••••••••
\~~ J)o~lNCo FAustµ.¡~ S.wíÍxg~ro: P~osa 4e ver y pensal'.
! WLADiMm. .. WBlll~l !\ns•y~ $0~r~ el des.tino actual de las: letras
y las attti,' ..... •< . .
GILBER'l'O .· F'tttvJU!: Casa;órande. y Senzala. Formación dii la
familia brasilefla'· bajo ~r riglmen de econom(a pátriarcal.
(:i tOrtl0$.) .·. , , ... ·.· .· . ·· .
VAN Wh:.& Bitootu: :té~ oplµiones de Ollver Allstop.
a1u.~1t1(».Euoo:·· Las cr~~das. .. · . ..
~oAa ALLM{ P®! Euteklh. Ma~ginalla. La filoM>ffa dé la cotn·
, posfolón. · ~ ·· ·
T. s. Euor: Los .poeta$ hÍétaflsioos y otros ensayos sobre teatro
.y religión. · · ·
FEooa nosTomvsx.v: ,Páginas críticas· del Diario d.e un esctitor.
ANDRÉ GmE: Reportajes imaginarios.
CHARLES Pfouv: Nuestra juventud •.
LEWis .MUMFoao: La cultura de las cludades. (J · tomos, con
ilu$tr4cione$._en huecograbado.)
l'JILAIIU!: BELLoc: Cómo aconteció la Reforma;
LEWis MUMFORD: Técnica y civilización. (:a tomos, co11 ilustra·
cion'es en huecograbado.) ·
FRANCESco DE SANetrlS: Las grandes figuras poéticas de La
Djvina Comedia.
D .. H. LAWdNCE: Estudios sobre litera.tura clásica norteamerican a.
CHARLES PtGuv: Nota ·conjunta sobre Descártes y la filosofía
cartesiana. ·
CHARLES Du Dos: Extractos de un Diario. ·
J..EÓN CHESTov: La filosofía de la tragedia.
T. S. ELIOT: Notas para la defin~ción de la cultura.
ARNOLD J. ToYNBEE: La civilización puesta a prueba.
G. K. CHESTERTON: Chesterton , maestro de ceremonias .
WLADIMIR WEIDL.É: Rusia ausente y presente.
GoNZAGUE DE REYNOLD: El mundo ruso.
GIOVANNI PAPINI: Descubrim ientos espirituale s.
ALAIN: Veinte lecciones sobre las bellas artes.
G. K. CHESfERTON: El perfil de la cordura.
M. ELIADE: El mito del eterno retorno.
ARNOLii J. ToYNBEE: Guerra y civilización.
FRAN901s MAURIAc: De Pascal a Graham. Greene.
THIERRY MAULNIER: Comunism o y miedo.
JAMES BURNHAM: Los maquiavel istas
JVLIÁN MARÍAS: Migtiel de Unamuno.
JuLIAN MARÍAS: Biografía de b filosofía.
BENEDETTO CROCE: La Poesía. (Introducc ión a la crítica de la
p,oesía y de la. literatura.)
ROMANO GUARDINI: El univcrsu religioso de Dostoyevski.
EMECÉ EDITORES, S. A.
LUZURIA<;A 38 --- BUENOS AIRFS
Este libro se terminó de .imprimir en los
TALLERES GRÁFICOS. DE FOUQUET HNOS., .
Medrano 739, el 10 de marzo de 1958.