Está en la página 1de 2

Homofóbicos, racistas y anti género: una rara

cumbre política en Italia


Verona. La auspician el populista Salvini y el ex asesor de Trump Steve Bannon.

Clarín, 30 de marzo de 2019

Roma. Corresponal Julio Algañaraz

En Verona, la ciudad del noreste italiano


dominada como en ninguna otra parte de Italia
por la ultraderecha desde hace años, se inició
ayer el 13° Congreso Mundial de las Familias
con el auspicio del hombre fuerte del régimen
populista italiano, Matteo Salvini. El encuentro
tiene importancia crucial: apunta a soldar el
movimiento político de grupos y países
soberanistas con las organizaciones del
fundamentalismo cristiano, dando vida a una red
internacional de las derechas y conservadurismos
extremos que amenaza los modelos liberal
democráticos, las leyes que aplican el divorcio y Polémicos. El vicepremier Matteo Salvini (c) y el ex
asesor de Donald Trump, Steve Bannon (izq) en Roma.
el aborto, el matrimonio igualitario, las uniones
civiles, los avances logrados en los derechos de
los homosexuales y las conquistas feministas.

La cita “por un nuevo medioevo”, como dicen sus opositores, ha determinado una gran
movilización de protesta. La principal es la de las feministas que marcharán hoy por la ciudad
véneta para proclamar a Verona “Ciudad Transfeminista”. También habrá una marcha de protesta
de las organizaciones sindicales y otros mitines progresistas.

En favor de los tradicionalistas habrá una gran manifestación organizada por el grupo neofascista
Fuerza Nueva. La marcha oficial del Congreso se realizará el domingo, clausurando las
deliberaciones.

Los ultramontanos habían logrado el auspicio del mismo gobierno italiano, que ha retirado su
apoyo. La Iglesia afirma que tampoco sostiene el Congreso, aunque el obispo de la ciudad,
monseñor Zenda, abierto simpatizante de la Liga de Salvini, saludará a la asamblea y llevará un
mensaje del Papa sobre la familia. También el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani,
que anticipó su adhesión, prefirió retirarla ante la oleada de protestas. Tajani es el número dos del
partido del conservador ex premier Silvio Berlusconi.

El socio del gobierno populista de Salvini, el Movimiento 5 Estrellas, aseguró su ausencia a través
del vicepremier Luigi Di Maio. “Ni uno de nosotros va a ir a esa reunión”, dijo.

El alcalde de Verona, Federico Sboarina, un ultra, ha puesto a disposición de los congresistas el


palacio Gran Guardia para las deliberaciones. Pero la atención se concentra en los personajes que
hablarán o se mantendrán entre las bambalinas, dirigiendo los hilos de una estrategia que llevó a
adelantar el mitín a solo seis meses del anterior Congreso, celebrado en Moldavia, porque desde
Verona parte una ofensiva en favor de los partidos soberanistas, con la Liga de Salvini a la cabeza,
en las elecciones del Parlamento Europeo el 26 de mayo.

Política y religión son instrumentos de un radicalismo ultraconservador y nacionalista que nació en


los ‘90 con la colaboración de asociaciones fundamentalistas norteamericanas contra el aborto, con
multimillonarios rusos cercanos al presidente Vladimir Putin, financiador en Europa de la extrema
derecha y vinculado a la Iglesia Ortodoxa y sus campañas contra aborto y homosexuales.

Los personajes rusos principales son Alexey Komov y el oligarca Konstantin Malofeev,
promotores de Rusia Unida, a la que está vinculada la Liga de Salvini. Malofeev concede
generosas financiaciones a los soberanistas europeos y a las asociaciones tradicionalistas católicas.

En la primera línea hay que incluir al arcipreste ortodoxo Dimitri Smirnov, presente en Verona,
que propina mensajes ultras contra el “homosexualismo”. En una entrevista aclaró que hombres y
mujeres no son iguales. Los varones “tienen una inteligencia superior”. El aborto es “una
masacre” y que quienes los practican “son caníbales que deben ser cancelados de la Tierra”. Los
fundamentalistas creen además que el aborto debe ser combatido porque es el culpable de la
“catástrofe demográfica” que envejece a Europa y en general a todo Occidente. Italia es el segundo
país con más viejos después de Japón.

El norteamericano Brian Brown es el presidente de la Organización Internacional de la Familia y


opina que “la homosexualidad degrada a la naturaleza humana. Ser gay destruye el mismo sentido
del ser humano”.

En Rusia fue aprobada una ley, naturalmente apoyada por Putin, contra la “propaganda
homosexual”, condenada por la Corte Europea de Derechos Humanos como “discriminatoria de la
libertad de expresión”.

Una de las mentes principales de la operación para soldar la política de ultraderecha y la religión
tradicionalista es el católico y supremacista norteamericano Steve Bannon, fundador de “El
Movimiento” que busca impulsar al poder a los soberanistas. Bannon es un ideólogo y financiador
que considera a Salvini hombre clave de la victoria anti liberal. Fue asesor de seguridad de Donald
Trump y sigue la línea de su ex jefe, similar a la de Putin, de buscar descalabrar a la Unión
Europea.

Salvini está acompañado en Verona por el ministro de la Familia, Lorenzo Fontana, veronés,
ultracatólico preconciliar. También por el ministro de Educación Marco Bussetti.

En cambio el presidente de la región Véneto, Luca Zaia, cuyo apoyo fue considerado esencial por
los organizadores, vio a tiempo el precipicio y retiró su cobertura. “Si como dicen será una
manifestación antigay, diré que la patología es la homofobia, no la homosexualidad”. Zaia afirmó
que el debate en el Congreso es “exagerado”.

Advirtió que hablará en el encuentro pero “si emergen posiciones ultraconservadoras y


medievales” seré el primero en oponerme”. También aclaró que la ley del aborto “no debe ser
tocada”. ■

También podría gustarte