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La cita “por un nuevo medioevo”, como dicen sus opositores, ha determinado una gran
movilización de protesta. La principal es la de las feministas que marcharán hoy por la ciudad
véneta para proclamar a Verona “Ciudad Transfeminista”. También habrá una marcha de protesta
de las organizaciones sindicales y otros mitines progresistas.
En favor de los tradicionalistas habrá una gran manifestación organizada por el grupo neofascista
Fuerza Nueva. La marcha oficial del Congreso se realizará el domingo, clausurando las
deliberaciones.
Los ultramontanos habían logrado el auspicio del mismo gobierno italiano, que ha retirado su
apoyo. La Iglesia afirma que tampoco sostiene el Congreso, aunque el obispo de la ciudad,
monseñor Zenda, abierto simpatizante de la Liga de Salvini, saludará a la asamblea y llevará un
mensaje del Papa sobre la familia. También el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani,
que anticipó su adhesión, prefirió retirarla ante la oleada de protestas. Tajani es el número dos del
partido del conservador ex premier Silvio Berlusconi.
El socio del gobierno populista de Salvini, el Movimiento 5 Estrellas, aseguró su ausencia a través
del vicepremier Luigi Di Maio. “Ni uno de nosotros va a ir a esa reunión”, dijo.
Los personajes rusos principales son Alexey Komov y el oligarca Konstantin Malofeev,
promotores de Rusia Unida, a la que está vinculada la Liga de Salvini. Malofeev concede
generosas financiaciones a los soberanistas europeos y a las asociaciones tradicionalistas católicas.
En la primera línea hay que incluir al arcipreste ortodoxo Dimitri Smirnov, presente en Verona,
que propina mensajes ultras contra el “homosexualismo”. En una entrevista aclaró que hombres y
mujeres no son iguales. Los varones “tienen una inteligencia superior”. El aborto es “una
masacre” y que quienes los practican “son caníbales que deben ser cancelados de la Tierra”. Los
fundamentalistas creen además que el aborto debe ser combatido porque es el culpable de la
“catástrofe demográfica” que envejece a Europa y en general a todo Occidente. Italia es el segundo
país con más viejos después de Japón.
En Rusia fue aprobada una ley, naturalmente apoyada por Putin, contra la “propaganda
homosexual”, condenada por la Corte Europea de Derechos Humanos como “discriminatoria de la
libertad de expresión”.
Una de las mentes principales de la operación para soldar la política de ultraderecha y la religión
tradicionalista es el católico y supremacista norteamericano Steve Bannon, fundador de “El
Movimiento” que busca impulsar al poder a los soberanistas. Bannon es un ideólogo y financiador
que considera a Salvini hombre clave de la victoria anti liberal. Fue asesor de seguridad de Donald
Trump y sigue la línea de su ex jefe, similar a la de Putin, de buscar descalabrar a la Unión
Europea.
Salvini está acompañado en Verona por el ministro de la Familia, Lorenzo Fontana, veronés,
ultracatólico preconciliar. También por el ministro de Educación Marco Bussetti.
En cambio el presidente de la región Véneto, Luca Zaia, cuyo apoyo fue considerado esencial por
los organizadores, vio a tiempo el precipicio y retiró su cobertura. “Si como dicen será una
manifestación antigay, diré que la patología es la homofobia, no la homosexualidad”. Zaia afirmó
que el debate en el Congreso es “exagerado”.