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De La Taxonomía Tradicional A Las Filogenias Moleculares Margarita 2005
De La Taxonomía Tradicional A Las Filogenias Moleculares Margarita 2005
ISSN 0366-3272
RESUMEN
La denominada por algunos “revolución de los ordenadores” ha permitido el procesa-
miento de datos muy numerosos a la práctica comparativa de la Biología Sistemática. De otro
lado, la denominada “revolución molecular” le ha proporcionado una nueva fuente de datos
(susceptibles de ser comparados) que, en ningún caso, debería sustituir a los tradicionales sino
sólo complementarlos.
A través de una breve historia de los progresos en Biología Sistemática, concluiremos que
los mayores avances de esta disciplina no son un producto de las “revoluciones tecnológicas”
sino que se han producido gracias al progreso teórico en su propio terreno, muy especialmente
en el campo de la reconstrucción filogenética.
ABSTRACT
The one denominated “computer’s revolution” has made possible processig a large amount
of data for Systematic Biology. The another one called “molecular revolution” has supplied it
of a new data source (available to comparation) that never would replace the traditional fonts
but complete them.
Throught a short review of the progress of the Systematic we conclude that the most impor-
tant developments at this discipline are not result of any “tech revolutions” but have been released
because the theoretical advances at its own field, most specially at the phylogenetic reconstruction.
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día existencia real a los individuos pe- enciclopédicas de GESNER (1516-1565)
ro no a las clases universales (especies y ALDROVANDO (1522-1605) en las que
o grupos como los peces o los reptiles) se pretendía separar la leyenda (uni-
que sólo serían constructos de la mente cornios, sirenas…) de los hechos certi-
ordenadora del hombre1. El realismo ficados. En esta misma onda Francis
aristotélico condujo al tipologismo o Bacon (1561-1626) cuestionaba la
esencialismo, que aceptaba la existen- ciencia puramente especulativa en
cia real de los grupos (universales) favor de la empírica: las conclusiones
como producto de la Creación: Dios sólo se deberían obtener a partir de los
hizo las estirpes como “tipos” portado- hechos observados.
res de ciertos caracteres “esenciales” La descriptiva biológica incre-
que los diferencian entre sí y cada mentó enormemente su bagaje con los
taxón debe portar la “esencia” del tipo; viajes de descubrimiento y conquista
la búsqueda de tales esencias era la y, a partir del siglo XVII, con la aplica-
tarea del naturalista. ción del microscopio al estudio anató-
La finalidad de la Sistemática de mico de los pluricelulares mientras
aquél tiempo consistía en desentrañar abría los ojos al mundo de los micro-
“El Plan General de la Creación” y la organismos. El siglo de las luces
clasificación serviría, además de ayuda marcó el comienzo de la independen-
a la identificación, para mostrar “la cia de la Zoología y la Botánica con
perfección de la Obra del Señor”. La respecto a la Medicina, conociendo
ciencia se practicaba como una ac- ambas un gran desarrollo derivado de
tividad intelectual consistente en la la necesidad de poner en orden sus
reinterpretación de los textos anti- saberes. En este contexto, las clasifi-
guos, despreciando la observación caciones empiristas nacieron con la
directa, aunque no faltaron personajes voluntad de ser “sistemas naturales”,
excepcionales como Alberto Magno basados en la comparación de los
(1200-1280) cuyo concepto de “expe- “caracteres naturales” poseídos por
rimento” era el de un proceso cuida- los organismos, como alternativa a los
doso de observación, descripción y “sistemas artificiales” al uso (farma-
clasificación. Este modo de practicar copeas, catálogos de seres comesti-
la ciencia constituía una expresión bles, venenosos, etc.) que agrupaban a
precoz del espíritu empírico. aquellos según su utilidad para el
En el siglo XVI aquella tradición de hombre.
catalogar e ilustrar meticulosamente Algunos científicos, en la estela
plantas y animales produjo excelentes nominalista, como Linneo (1707-
frutos, por ejemplo a través de las obras 1778)2 preferían el uso de uno o muy
das y se realizaban mediante una frase (polinomen) quedaron separadas por Linneo (Species
Plantarum, 1753) quien aplicaba el polinomen a la descripción y un binomen a la denominación.
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pocos caracteres para definir los gru- caracteres” (entre los innumerables
pos; otros como Adanson (1727-1806) posibles) frente a los que no contenían
realistas-tipologistas, consideraban información o ésta confundía más que
que los grupos no “se hacen” (eligien- aclaraba. Tampoco era fácil la toma de
do arbitrariamente el “carácter esen- decisión sobre la “cantidad de seme-
cial”) sino que existen objetivamente janza” que los ejemplares o taxones
(aves, carnívoros, gramíneas, crucífe- debían mostrar para ser agrupados
ras...) y “se reconocen” tras el estudio juntos, habida cuenta que las razas de
de numerosos caracteres concurrentes algunas especies pueden ser muy dis-
en sus miembros. tintas mientras existen especies muy
Los empiristas, entre los que cabe similares entre sí. Como resultado, los
destacar a Lamarck (1744-1829) o a sistemas seguían siendo “de autor”,
Cuvier (1769-1832), desarrollaron basados en la experiencia personal de
conceptos fundamentales de la Teoría aquél. Además la clasificación aún
Sistemática, tales como el de homolo- servía básicamente a la identificación.
gía, verdadera piedra angular de la Bio-
logía Comparativa, o su contrapunto:
analogía, así como el de correlación de 3. HACIA LA CLASIFICACIÓN EVOLUTIVA
rasgos. También avanzaron en la praxis
del Método Comparativo proponiendo El trabajo empírico comparativo
el estudio minucioso de los caracteres, llevó a preguntarse por las causas de la
previo al establecimiento de los gru- semejanza y la diferencia, y las teorías
pos, a fin de hallar la “semejanza real” de la evolución fueron una contribu-
entre los taxones, la debida a la pose- ción realizada por los estudiosos de la
sión conjunta de caracteres homólogos, diversidad (como Lamarck o Darwin).
para separarla de la “semejanza apa- Partiendo de que unas estirpes derivan
rente” o debida a la posesión de carac- de otras se podía explicar que la mayor
teres análogos (convergencia, paralelis- o menor semejanza entre éstas depen-
mo). Después, el establecimiento de de fundamentalmente del grado de
los grupos, únicamente debía basarse parentesco evolutivo, más próximo o
en la “semejanza homológica”. Pero más lejano, que las une. Podía enten-
carecieron (salvo Lamarck cuya derse ahora la homología como indica-
influencia fue lamentablemente escasa) dora de comunidad de origen o como
de una teoría unificadora que diera una testimonio de genealogía, aunque su
explicación biológica de la semejanza expresión fuese diferente como resul-
y la diferencia entre unos y otros orga- tado de “ajustes al medio”; así por
nismos o taxones. ejemplo, un examen riguroso sacaría a
Aquellos sistemas presentaban la luz la homología entre las patas de
serias dificultades, tanto para los idea- cualquier mamífero y las “aletas” de la
listas: la determinación de los “carac- ballena, de la misma manera que reve-
teres esenciales” (que eran finalmente laría el diferente origen evolutivo de
elegidos arbitraria y subjetivamente estructuras (análogas) como las alas de
por cada autor) como para los realis- las aves y las de los pterosaurios o los
tas, siendo quizá la principal el reco- murciélagos.
nocimiento de la homología. Derivado La Sistemática ya no pretendía
de ello, resultaba complicada la elec- descubrir el “Plan de la Creación”
ción y ponderación de los “buenos sino las afinidades existentes entre los
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grupos como resultado de la evolu- al modo “pasado de moda” y que no
ción. Interesó a partir de este momen- podían ofrecer modelos matemáticos ni
to, establecer un sistema clasificatorio respuestas tajantes a los problemas de
donde quedasen reflejadas las relacio- la evolución. El interés dominante se
nes de parentesco evolutivo entre los polarizó hacia los mecanismos biológi-
taxones (relaciones filogenéticas) y cos (Biología Funcional, explicaciones
surgieron así los Sistemas Evolutivos físico-químicas de las funciones bioló-
de clasificación3 en los que un grupo gicas) en detrimento de la Biología
natural será, a partir de ahora, un grupo Histórica o Evolutiva que será mirada
con comunidad de origen (grupo casi como un mero servicio de identifi-
monofilético). La reconstrucción de la cación4. La Biología cayó en un meca-
filogenia de las estirpes pasó a ser una nicismo reduccionista pero, paradóji-
de las tareas más importantes de la camente, todo avance que se producía
Biología Sistemática. El modus ope- en aquellas ciencias (que operaban
randi para ello así como para traducir- prácticamente de espaldas a la teoría
lo en la clasificación (establecimiento evolutiva) no hacía más que aportar
de grupos naturales) era el propio del nuevas pruebas de la evolución.
empirismo: análisis comparativo de
los caracteres homólogos, evaluación
de la cantidad de semejanza entre las 4. LA NUEVA SISTEMÁTICA
entidades, vivas o fósiles, y estableci-
miento de los grupos en diferentes A principios del siglo XX la Siste-
niveles jerárquicos según los diferen- mática modificó algunos aspectos de
tes grados de parentesco evolutivo. Y su praxis: en primer lugar, abandonó
con los mismos problemas: el elemen- el tipologismo, definiendo ahora a las
to subjetivo jugaba su papel en la elec- especies no sobre un ejemplar “tipo”
ción de los caracteres, en la valoración sino sobre numerosos espécimenes
de los mismos como indicadores de procedentes de varias poblaciones
parentesco, en la medida de la seme- ubicadas por todo el rango de distribu-
janza y en el establecimiento de las ción de la especie; en segundo lugar,
relaciones, lo que condujo a un cierto explorando la fijeza de los rasgos de
descrédito de la Sistemática. cada especie, anotando sus márgenes
Efectivamente, la segunda mitad de variabilidad, para lo cual incorporó
del siglo XIX fue un periodo de avance las técnicas de estadística descriptiva
de las disciplinas “de laboratorio o de recién desarrolladas. En tercer lugar,
bata” (citologías, fisiologías, bioquí- puso en uso numerosos nuevos datos
micas, genéticas....) que se acercaban aportados por las demás disciplinas de
más al modelo “experimental” vigen- la Biología, tradicionales o de recien-
te, frente a las “de bota” que operaban te creación, para con ellos elaborar
3
Un cambio importante que vino de la mano de los Sistemas Evolutivos fué la separación
de los conceptos de clasificación e identificación: la finalidad de la clasificación ya no sería ser-
vir a la identificación sino reflejar las relaciones de parentesco evolutivo entre los taxones; para
la identificación de especímenes se elaborarían claves específicas y guías de campo.
4 Algunas universidades no aceptaban tesis doctorales de Taxonomía o no les concedían
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el subjetivismo en la construcción del dad sin tomar en cuenta la homología
árbol (no en los otros puntos) median- de los caracteres; así, mientras los
te la aplicación de criterios matemáti- evolucionistas postulan que los miem-
cos explícitos para la medida de la bros de un taxón se parecen por com-
semejanza; otra (Cladística) desarro- partir una herencia común, los feneti-
llada por Hennig ya en los años 50 cistas practican (al modo linneano)
pero sin eco hasta décadas después, que, por parecerse, se les unirá en un
que propone la reconstrucción filoge- taxón. Para algunos, la filogenia y la
nética sin basarse en “la cantidad de evolución no se pueden conocer y el
semejanza” sino en “la calidad” de la investigador sólo tiene acceso a la
misma y aporta un método riguroso semejanza fenética con la que el orde-
para determinar el grado de parentes- nador “hace” los taxones mediante el
co y para detectar los grupos monofi- cálculo de semejanzas promedio (SO-
léticos (naturales). KAL & SNEATH, 1963). Pero la seme-
janza promedio (Fig. 1) es un concepto
no aplicable a los procesos evolutivos
5. VIEJOS NOMINALISMOS CON NUEVAS (¿cuál es la media aritmética entre
TECNOLOGÍAS: ESCUELA DE LA TAXO- tener o no tener mandíbula móvil, o
NOMÍA NUMÉRICA semilla, o placenta?…). La filogenia y
la evolución tratan de sucesos únicos
Algunos científicos postularon (cambios) y no pueden ser descritas
que el proceso de numerosos datos estadísticamente, precisamente la
(cuantos más mejor, lo que era posible estadística es la descriptora de las pau-
gracias a la irrupción de la tecnología tas repetitivas.
informática) liberaba al investigador
de la difícil tarea de “elegir los bue-
nos” y la clasificación saldría automá-
ticamente de los entresijos del ordena-
dor mediante los algoritmos de la
estadística multivariante. Esta escuela
de la Taxonomía Numérica (peyorati-
vamente: Feneticismo Numérico) pre- Fig. 1.–Se atribuye a cada una de las ramas la
tendía traer objetividad a la práctica mitad de la distancia que separa al par de
UTOs (A y B).
sistemática, formalizando sus procedi-
mientos para la medida de la semejan- –The half of the distance separating the
couple of OUT is assigned to each branch.
za. Pero sus bases teóricas eran inco-
rrectas (y se han vertido ríos de tinta
sobre el tema): Desde el punto de vista El procedimiento feneticista re-
filosófico, se alineaba en el nominalis- quiere usar muchos caracteres, inde-
mo (las especies y grupos superiores pendientes, elegidos al azar, no selec-
son categorías arbitrarias inventadas); cionados a priori (SOKAL & ROHLF,
GILMOUR (1940) a quien se considera 1970) cuyos valores codificados se
el padre de la escuela, afirmaba que anotan para cada una de las entidades
clasificar a los seres vivos es esencial- que se van a comparar (unidades taxo-
mente igual que clasificar a los inani- nómicas operativas = UTOs) obte-
mados; su mayor falacia (SIMPSON, niéndose una matriz básica de datos a
1961) es confundir parecido con afini- partir de la cual se elabora una matriz
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logía) precisa que hay, en cada estirpe, El cladismo de Hennig aporta un
dos tipos de homología: la debida a enorme poder analítico y discute tér-
herencia desde ancestros remotos minos usuales de la teoría evolutiva y
(simplesiomórfica) y la que se ha here- sistemática como “primitivo” y
dado del ancestro común inmediato en “avanzado” (conceptos absolutos,
el que ha aparecido como novedad heredados del progresismo aristotéli-
(sianapomórfica). De esta manera, el co) que sustituye por “plesiotípico” y
quiridio para los mamíferos será una “apotípico” (siempre relativos a cada
simplesiomorfía puesto que apareció nodo o ancestro inmediato de un
en un nodo anterior (tetrápodos) al del clado). Un carácter dado, que se
origen de éstos (Fig. 2) mientras que la modifica a lo largo de la dimensión
secreción láctea será una sinapomorfía temporal, tendrá una condición
definidora del grupo. ancestral y diferentes estados (modi-
Fig. 2.–a) Esquema tradicional de las relaciones filogenéticas y del agrupamiento de los verte-
brados. b) Esquemas cladísticos. Abajo: cladograma. Arriba: representación de los grupos
mediante diagramas de Venn donde se aprecia que los vertebrados consisten en dos grupos
hermanos: peces+tetrápodos; los tetrápodos igualmente: anfibios+amniotas; los amniotas
igualmente: mamíferos+reptiles; los reptiles igualmente: tortugas+diápsidos; los diápsidos
igualmente: lepidosaurios+arcosaurios; los arcosaurios igualmente: cocodrilos+aves.
–a) Traditional sketch of phylogenetic relations and grouping of vertebrates. b) Cladis-
tic schemes. Bottom: representation of the groups by Venn’diagram. Vertebrates are divi-
ded in two sister groups: Pisces + Tetrapodes; in its turn Tetrapodes are divided in two sis-
ter groups: Amphibia + Amniota; Amniota equally in Mammalia + Reptilia; Reptilia in
Testudinos + Diapsida; Diapsida in Lepidosauria + Archosauria and Archosauria in Cro-
codylia + Aves.
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blecimiento de la polaridad de los reglas que ayudan en la tarea (HENNIG,
estados de los caracteres. 1950; ESTABROOK, 1972; ESTABROOK et
El cladismo favorece la formación al., 1976; ASHLOCK, 1974; MEACHAM,
de grupos estrictamente monofiléticos 1981, 1984, 1994, etc.). El uso de
y no acepta los que se establecen grandes cantidades de datos hace
sobre la base de “grados o niveles de impracticable el método manual pero
organización” así los cocodrilos deben los paquetes informáticos desarrolla-
agruparse con las aves y con su ances- dos para realizar árboles (como PAUP
tro inmediato arcosaurio (Fig. 2) aun- o PHYLIP) contienen opciones para la
que superficialmente no se parezcan. praxis de la compatibilidad.
La filogenia puede representarse a Otro método cladístico “de lápiz y
modo de árbol (cladograma) y los gru- papel” es el de WAGNER (1961) del que
pos a modo de diagramas de Venn también se han desarrollado algorit-
(Fig. 2). Por otra parte elimina el ele- mos para ordenador. Éstos utilizan el
mento subjetivo en la elección de los criterio de parsimonia y, no sólo están
caracteres (utiliza sólo los sinapomor- disponibles en los paquetes informáti-
ficos) y en la valoración de los mis- cos al uso sino que son los preferidos
mos (no hay sinapomorfias mejores o por la mayoría de los investigadores.
peores) haciendo innecesaria la medi- El criterio de Parsimonia (KLUGE &
da de la cantidad de semejanza. FARRIS, 1969; FARRIS, 1970) se basa en
Hennig practicaba un método la “navaja de Ockham” (non sunt mul-
manual (compatibilidad de caracteres) tiplicanda entia praeter necessitatem,
para el establecimiento de las filoge- en otras palabras, la solución más sen-
nias (Fig. 3): comenzaba estudiando cilla, aquella en la que los hechos res-
cuidadosamente las transformaciones ponden a la ley general, no puede ser
de cada carácter (sus estados) y su dis- la menos probable) lo que, aplicado a
tribución en el grupo objeto de estudio. la reconstrucción de la filogenia,
Postulaba la polaridad de los estados y supone que la mayoria de los cambios
una hipótesis de filogenia (árbol) para compartidos por varios taxones res-
cada carácter. Comprobaba la compa- ponden a la ley general (ancestría),
tibilidad de los caracteres superpo- como en los árboles 3’, 5’, 6’ y 7’ de
niendo los árboles obtenidos; aquellos la figura 3. Los árboles así construidos
caracteres cuyas filogenias “cuentan la minimizan el número de cambios evo-
misma historia” (sus árboles se super- lutivos y el número de cambios homo-
ponen sin conflicto) son compatibles plásicos para los datos disponibles
entre sí y no presentan homoplasia. El (Fig. 4). El criterio de parsimonia no
cladograma final se construye con el implica que la evolución sea parsimo-
mayor conjunto (clique) posible de niosa: es sólo un mecanismo para ele-
caracteres compatibles, eliminando (o gir entre varias hipótesis de relación.
minimizando) los que no lo son Cuando los datos son muy nume-
(homoplasias). La práctica del cladis- rosos (como las posiciones de una
mo hennigiano requiere una determi- secuencia) no es fácil eliminar a prio-
nación clara de homología, de la con- ri los cambios homoplásicos pero se
dición ancestral y la polaridad de los han desarrollado técnicas (basadas en
estados de los caracteres así como la análisis de compatibilidad) para
identificación de las sinapomorfias; detectar los caracteres con alto nivel
nada de esto es fácil pero se dispone de de homoplasia y filtrarlos antes de la
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construcción del árbol (MEACHAM, quienes aseveran que basta una sina-
1994). También, cuando los datos son pomorfia para definir un clado y que
numerosos, puede haber varias sina- no se deben introducir aspectos cuan-
pomorfias en un mismo nodo, utili- titativos (volviendo a la “cantidad de
Fig. 4. Dada una matriz de datos para cuatro taxones (A B C y D) en la que A representa al
ancestro, las topologías posibles de B, C y D respecto de A son los árboles 1, 2 y 3. Colo-
camos sobre cada rama los caracteres modificados, en cursiva las homoplasias. El árbol 1
presenta el menor número de cambios y la menor cantidad de homoplasia: es el más parsi-
monioso y, por tanto, la hipótesis de relaciones preferida.
–Data matrix for four taxa (A, B, C, D) with A as the ancestor. Possible topologies of B,
C and D is regard to A are represented by the trees noted 1, 2 and 3. The modificated cha-
racters as well as the homoplasies (in cursive) are noted upon each branch of the trees. The
tree noted 1 presents a number of changes and a quantity of homoplasy reduced to mini-
mum. It is the most parsimonious tree and, hence, represents the preferred hypothesis.
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esenciales entre la parsimonia de comparación de secuencias de ARNs-
Farris-Wagner y la compatibilidad de ADNs homólogos (genoma codifica-
Hennig, otros renegaban del “cladis- dor o no) sería más útil para resolver
mo de ordenador” (porque no elimina filogenias pero las técnicas de secuen-
a priori las homoplasias, lo que puede ciamiento rápido (PCR) no estuvieron
distorsionar los resultados) y sobre disponibles hasta los últimos años 80
todo de su aspecto “cuantitativo”. En (MULLIS & FALLOONA, 1987). Desde
otro orden de cosas algunos manifies- entonces los bancos de datos de
tan su temor ante una posible inestabi- secuencias no han dejado de crecer.
lidad de la clasificación y la nomen- En el momento presente nos en-
clatura si se aplicasen los criterios contramos en plena “moda molecular”
cladísticos (GAFFNEY 1979; DOMÍN- aunque algunos autores indican que las
GUEZ & WEELER, 1997). filogenias moleculares deben ser
En fin, La cladística no es la tomadas con precaución y discuten su
panacea... pero ahora tenemos un valor como indicadoras de la historia
método explícito que nos permite eva- de los organismos. Encuentran serios
luar las hipótesis de monofilia problemas de orden teórico señalando
(ELDREDGE & NOVACECK, 1985). que un gen es sólo una fracción del
genoma y que ninguno de ellos puede
representar al genoma completo
7. ¿QUÉ HAY DE NUEVO, VIEJO?: ALU- (menos aún al organismo); o que la
VIONES DE MOLÉCULAS Y PROGRA- variación molecular no es constante ni
MAS homogénea, presentando diferentes
tasas evolutivas entre los genes (e
La incorporación de los caracteres incluso entre regiones de un gen) de
moleculares (marcadores, secuen- suerte que cada fragmento de ADN
cias…) ha proporcionado grandes can- tiene su propia historia (no necesaria-
tidades de nuevos datos a los que se mente coincidente con la de los otros)
puede aplicar el método comparativo. por lo que distintos genes proporcio-
Desde los años 50 se venían coleccio- nan distintos árboles. Además sobre la
nando secuencias de proteínas, y algu- base exclusiva de las secuencias géni-
nos investigadores se interesaron por cas seríamos incapaces de explicar la
realizar filogenias con sus datos usan- morfogénesis: proteínas homólogas
do el número de cambios de aminoáci- (actinas, miosinas…) forman el mús-
dos entre secuencias como medida de culo de pájaros o caballos, pero los pri-
la divergencia (distancia genética); meros vuelan y los segundos corren.
pero las proteínas son la traducción De diferente índole serían los pro-
sólo del genoma funcional al que ni blemas derivados de las transferencias
siquiera representan biunívocamente horizontales de genes, aunque se aca-
(redundancia de código). También la ban por detectar y no producen distor-
quimiosistemática desarrolló técnicas sión relevante en los árboles (SYVA-
para detectar el grado de parentesco NEN, 1994). Los paleontólogos aducen
entre taxones, como las de inmunolo- que las técnicas moleculares apenas
gía (la reacción cruzada es proporcio- son aplicables a los fósiles ya que en
nal a la divergencia) o las de hibrida- éstos raramente se conserva el ADN y,
ción de ADN, que resultaban onerosas cuando lo hace, es en especímenes de
y poco fiables. Se tenía claro que la no más de 30-40 M.A. (GOLENBERG et
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al., 1990; LINDAHL, 1993; DE SALLE & los eucariontes son fuente de secuen-
GRIMALDI, 1994). En otro orden de cias moleculares el genoma nuclear, el
cosas, mientras al taxónomo clásico se mitocondrial y, en su caso, el plasti-
le exige el estudio de un efectivo dial. El genoma mitocondrial (ADN-
muestral suficiente, la mayor parte de mit) es muy usado en animales donde
las secuencias se han obtenido de un se presenta compacto y con pocos
solo individuo y en los pocos casos en genes e intrones pero más problemáti-
los que se ha estudiado su diversidad co y variable en las plantas aunque
intraespecífica (p. ej. de genes mito- algunos defienden su utilización por-
condriales y plastidiales) ha resultado que está presente en todos los euca-
ser considerable (HARRIS & INGRAM, riontes (salvo casos de pérdida secun-
1991; FAURON & CASPER, 1994; etc.) daria de mitocondria) y permite
También se señala que las secuencias comparar a la formas fotosintetizado-
pueden tener un número de bases ile- ras con las que no lo son.
gible (a veces muy alto) que se resuel- Otra fuente de datos en el marco
ve utilizando las dos hebras comple- molecular es la que proporcionan los
mentarias del ADN pero la mayoría de mapas físicos de genes: la ubicación
los laboratorios sólo lee una de ellas. de éstos, su orden, secuencias que los
Para el trabajo comparativo de flanquean, redisposiciones, multipli-
secuencias moleculares se suelen usar caciones, inserciones o deleciones,
genes (o regiones) y proteínas univer- etc. , como la pérdida de la secuencia
sales, como los ARNr o los genes IR en el ADN plastidial de las Papilio-
(ADNr) que los codifican. También, noideas (LAVIN et al., 1990) u otras
según el problema que se plantee variaciones en el de las Asteraceas o
(divergencia profunda o reciente) es en sus tribus (JANSEN & PALMER,
conveniente elegir unas u otras molé- 1987, 1988). Se trata de datos cualita-
culas: genes o regiones muy conserva- tivos de alto valor pero aún poco desa-
dos y de gran tamaño (los cortos tienen rrollados pues se conocen muy pocos
pocos caracteres y escasa resolución) genomas completos: algunas docenas
se utilizan para resolver parentescos de genomas bacterianos, mitocondria-
lejanos (entre reinos, filos, clases u les y plastidiales pero casi ninguno
ordenes) como el citocromo c o ciertos eucariótico.
fragmentos de los ARNr (BAVERSTOCK El análisis comparativo del alu-
& JOHNSON, 1990; HILLIS & DIXON, vión de datos procedente de la Biolo-
1991; CHURCHILL et al., 1992). Genes gía molecular ha sido favorecido por
o regiones moderadamente conserva- un paralelo desarrollo de más y más
dos se utilizan para resolver parentes- potentes programas de ordenador:
cos en los niveles medios de la jerar- para el alineamiento de secuencias
quía (orden, familia, género) como el homólogas (permiten detectar las
gen plastidial rbcL (MANHART, 1994). posiciones en las que se han produci-
Las regiones variables, como algunas do cambios), para modelizar la evolu-
de ARNr LSU (RAFF & KAUFMAN, ción molecular, para encontrar el árbol
1983; LENAERS et al., 1989; GIELLY & que mejor describa las relaciones filo-
TABERLET 1994) o regiones no codifi- genéticas de la secuencias (criterios
cadoras (espaciadoras, intrones) son de optimización), para dibujar los
útiles para resolver parentescos cerca- árboles, para comprobar la robustez
nos (géneros, especies, variedades). En (estadística) de la posición de las
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ramas en el árbol (como los procedi- minimiza los cambios homoplásicos
mientos bootstrap), para realizar bús- para los datos considerados (Fig. 4).
quedas heurística de árboles óptimos Los algoritmos cladísticos no necesi-
y subóptimos... tan asumir a priori ningún modelo
Los primeros modelos de evolu- específico de evolución, lo cual es una
ción molecular, poco realistas, asumían ventaja dada la extraordinaria pobreza
una tasa de evolución constante e inde- y simplicidad de los disponibles. Tras
pendiente para cada posición; ahora la construcción de los árboles, se pue-
una colección de algoritmos contem- den “plotear” los cambios de estado de
plan variación en la tasa de mutación, los caracteres sobre las ramas y locali-
sesgos entre transiciones y transversio- zar las homoplasias aunque sea a pos-
nes, in-del, etc. No obstante, siguen teriori (Fig. 4). Esto no es posible con
siendo demasiado simplistas y a menu- algoritmos de distancias o de Máxima
do se simplifican aún más en aras del probabilidad.
tiempo de computación que crece con Tanto los algoritmos de probabili-
la especificación de más y más pará- dad como los de parsimonia pueden
metros (fastidiosos, según algunos). sufrir “inconsistencia estadística
La construcción de árboles requie- (“zona Felsenstein” y ”zona Farris” o
re el examen de todas las topologías atracción de ramas largas, respectiva-
posibles y el número de éstas crece mente) que puede provocar distorsio-
exponencialmente con el número de nes en los árboles cuando los linajes
taxones (3 taxones: 3 árboles posibles; que se comparan muestran divergen-
4 taxones: 9 topologías posibles; 12 cia muy profunda, o tasas evolutivas
taxones: más 600 millones de topolo- muy distintas, o cuando el grupo
gía posibles…). Se hace necesario externo es muy distante.
aplicar algún criterio de optimización Tras la aplicación de alguno de
que restrinja el número de búsquedas y los criterios de optimización raramen-
proporcione los árboles óptimos (o te se obtiene una única solución (árbol
más cercanos al óptimo) en un tiempo único) siendo más común que aparez-
razonable de computación. Con el cri- can varias (a veces centenares) de
terio de mínima evolución (algoritmos igual mínima distancia o máxima pro-
de distancias) se seleccionan los árbo- babilidad o máxima parsimonia pero
les más cortos (de menor distancia) se pueden usar nuevos métodos heu-
para los datos usados y bajo un mode- rísticos de búsqueda (disponibles en
lo de evolución asumido. El criterio de los paquetes informáticos) para obte-
máxima probabilidad (ML) selecciona ner subconjuntos y reducir el número
los árboles que maximizan la función de hipótesis. También hay opciones
de probabilidad para los datos conside- para realizar árboles de consenso: las
rados y bajo un modelo de evolución múltiples soluciones se pueden resu-
asumido. El criterio cladístico de com- mir en un solo árbol de consenso en el
patibilidad proporciona cladogramas que se mantienen las ramas que apare-
que explican la distribución de los cen en todos los árboles y se colapsan
caracteres en los taxones sin recurrir a en politomías (indeterminaciones) las
homoplasia. Con el criterio cladístico que tienen ubicaciones diferentes en
de Parsimonia se seleccionan los árbo- los diferentes árboles.
les construidos con el mínimo número Los programas y paquetes infor-
de cambios evolutivos lo que también máticos crecen y renuevan sus versio-
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(lo que HURST, 1999 denomina anato- microsporidios y las metamónadas los
mía molecular) en absoluto represen- descendientes actuales de aquellos,
tan el genotipo o el genoma. Su venta- pero varios trabajos demostraron que
ja, para algunos, es que son una fuente poseían en el núcleo genes de origen
virtualmente inagotable de datos pero mitocondrial, lo que sugería que habí-
también las viejas aproximaciones an tenido (y perdido) una mitocondria;
(morfología, anatomía, ultraestructu- en las filogenias moleculares (SILBER-
ra, reproducción, etc.) son fuentes ina- MAN et al., 2002) los presuntos Arche-
gotables (e inagotadas) de datos que zoa se incorporan en diferentes ramas
apenas se han explorado. BREMER et de eucariontes mitocondriados, demos-
al. (1998) interpretan correctamente trando que el grupo propuesto por Ca-
que el uso de los datos moleculares valier-Smith no era natural.
para la reconstrucción filogenética no En 1962, Sara GIBBS postuló que
es más que una extensión del método los plastos con más de dos membranas
tradicional de la Biología Sistemática eran eucariontes fotosintetizadores
que siempre incorpora los nuevos reducidos y endosimbiontes en el inte-
datos disponibles para complementar rior de otros eucariontes, varios traba-
(pero no sustituir) a los clásicos. Hay jos de ultraestructura le dieron la
quien supone que la “superioridad razón y las filogenias moleculares lo
molecular” es sólo cuestión de tiempo confirmaron (DOUGLAS et al. 1991)
pues a menudo se asienta sólo en la permitiendo aproximarse al origen de
confusión (tan común en nuestros los diversos plastos secundarios, ter-
días) entre tecnología y ciencia. ciaros y sucesivos (YOON et al., 2002;
No obstante, es indudable que las HIRT & HORNER, 2004).
filogenias moleculares han aportado y El trabajo comparativo molecular
aportan mucho a la Biología Sistemá- ha permitido el reconocimiento de estir-
tica de los organismos: citaremos, por pes nuevas, como el dominio Archaea
poner algunos ejemplos, que propor- de WOESE (1981) u otras de menor rango
cionan una evidencia independiente como el filo Glomeromycota dentro de
contrastable con las hipótesis previas, los hongos (SCHUESSLER et al., 2001).
con el resultado, las más de las veces, Además, mediante secuencias de ARNr,
de haberlas confirmado; en este senti- WOESE (1987) presentó el primer árbol
do se ha comprobado que buena parte general de la vida, el de los tres domi-
del Sistema era maduro y estable, nios: Archaea, Bacteria y Eukarya, tan
necesitando redisposiciones más o discutido que ha dado pié a numerosas
menos drásticas sólo en los grupos mal investigaciones sobre el origen quiméri-
conocidos mientras en el resto bastan co los eucariontes. El árbol general de la
ajustes menores. Un caso notable es el vida continúa creciendo (proyecto Tree
del destello y muerte de la “hipótesis of life: http://tolweb.org/tree/phylo-
Archezoa” de CAVALIER-SMITH (1983, geny.html) a medida que se le incorpo-
1987): el autor postuló que los prime- ran más y más taxones, constituyendo
ros eucariontes carecían de mitocon- de momento la mejor hipótesis de rela-
dria (la endosimbiosis aún no se había ciones evolutivas para todos los grupos
producido) siendo las arquemebas, los vivientes conocidos5.
5
Véase también el vol 300 de la revista Science, 13 junio de 2003, dedicado por completo
al árbol de la vida.
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