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INTRODUCCIÓN
La relevancia del factor demográfico en la dinámica social se encuentra
hoy en día tan asumida que cuesta imaginar la relativa juventud de la
demografía histórica como disciplina independiente. Aspectos como la
complejidad social o la vida económica están tan íntimamente vinculados con la
población que resulta imposible comprender a una sociedad sin haber
estudiado su evolución demográfica. Ello es particularmente cierto en
sociedades, como la colonial hispanoamericana, donde parte importante de la
vida socioeconómica se sustentaba en el tributo indígena, razón poderosa,
entre otras, para emprender trabajos orientados a esclarecer el desarrollo de
este segmento de la población, investigación que, por otra parte, ya ha sido
acometida con éxito en diversos países de Latinoamérica.
Pero como el desarrollo de tales trabajos depende de la calidad de las
fuentes, en ciertos casos los historiadores se han enfrentado a la escasez, o
incluso ausencia, de documentos, aspecto difícil de subsanar a medida que los
estudios retroceden en el tiempo, tal como acontece en el caso de
Centroamérica, donde la documentación temprana prácticamente ha
desaparecido de los archivos del istmo. A pesar de lo expuesto, la relevancia
del problema ha animado al estudio de los materiales disponibles, si bien
algunas veces éstos no han sido revisados en profundidad, lo que ha dado
lugar a juicios erróneos que se han perpetuado en la historiografía regional.
Por los motivos expuestos, esta ponencia, basándose en los resultados
obtenidos a través de una revisión sistemática de la documentación del Archivo
General de Indias de Sevilla, intenta esbozar el potencial auténtico de las
Cuentas de la Contaduría Real de la gobernación de Honduras (AGI,
Contaduría, legajos 987 al 993), unas fuentes que han sido parcialmente
descalificadas para el estudio de la demografía histórica hondureña. Como
ejemplo se ha elegido el caso del cacicazgo de Çoçumba, una poderosa unidad
política de la región central de Centroamérica a la llegada de los españoles.
1
VI Congreso Centroamericano de Historia, Panamá, 2002.
2
A efectos de este estudio interesa resaltar las tasas sobre las encomiendas de
la monarquía hispana resguardadas en la Contaduría Real, pues son las únicas
fuentes seriadas anuales disponibles para Honduras, que aunque sólo atañen a
un 10% aproximado de sus pueblos encomendados, por otro lado
corresponden a las poblaciones nativas más complejas de la gobernación.
4
L. Newson; El costo de la conquista, 1992, p. 30.
4
5
L. Newson; Op. Cit., 1992, pp. 265, 266.
6
L. Newson; Op. cit., 1992, pp. 429, 430.
7
G. Hasemann, G. Lara y F. Cruz; Los indios de Centroamérica, 1996, p.
262.
5
que Lara no haya podido establecer una relación directa entre el monto del
tributo y el número de tributarios de Çoçumba, indica que su revisión de la
contaduría real también tuvo un carácter restringido.
OBJETIVOS Y METODOLOGÍA:
La consulta de las cuentas de contaduría, parte de cuyo resultado aquí
se expone, se efectuó atendiendo a la sugerencia de la Doctora Carmen Mena,
catedrática del Departamento de Historia de América de la Universidad de
Sevilla, y directora de tesis del autor de esta ponencia. Uno de los objetivos de
dicha revisión fue el de explorar la utilidad de tales documentos para estudiar la
evolución de la población indígena hondureña durante la segunda mitad del
siglo XVI, pues las tasaciones de los pueblos de indios contenidos en las
cuentas de la gobernación de Honduras del Archivo General de Indias cubren
sobre todo el período comprendido entre 1548 y 1617.
Para alcanzar el objetivo expuesto, se procedió a la revisión sistemática
de los legajos referidos, elaborándose una ficha por cada asiento, en la cual se
recogieron los datos consignados por los funcionarios reales (entre otros: tasa
del tributo, cantidad del producto tributado, y si lo había, censo de tributarios
del poblado). Debido a la enorme masa de información contenida en los libros
de contaduría, durante la recopilación solamente se pudieron procesar los
asientos comprendidos entre 1548 y 1594. En una etapa posterior los datos
fueron divididos en categorías, para ser después introducidos en una base de
datos relacional. Como último paso, los resultados obtenidos fueron
confrontados con otros documentos, ante todo con los repartimientos y
tasaciones generales, con el fin de sopesar su fiabilidad.
Debido al carácter de los textos consultados, antes de analizar los datos
recolectados fue necesario reconstruir la estructura interna de cada
encomienda, pues se constató que algunas estaban compuestas por más de
un asentamiento, sin que los funcionarios reales se refiriesen a cada una de
ellas de una forma sistemática, pues en ciertas ocasiones su tasa y tributo se
refería al conjunto de poblaciones que conformaban a la encomienda
únicamente bajo el nombre de su pueblo principal, mientras en otras asignaban
un asiento por separado a cada una de las poblaciones.
6
FILIACIÓN ÉTNICA
En la actualidad, debido a la escasa documentación sobre los nativos de
la región, y a la ya larga aculturación de los mismos, resulta difícil establecer la
filiación étnica de los habitantes del Valle de Sula al momento de la llegada de
los conquistadores. Tradicionalmente se ha asumido que los pueblos
establecidos al oeste del Ulúa pertenecían a la etnia maya. 9 Es más, muchos
investigadores han coincidido en señalar al Río Ulúa como frontera entre
Mesoamérica y el Área Intermedia.10
Sin embargo, las investigaciones arqueológicas orientadas a validar la
anterior suposición no han constatado en el campo las diferencias culturales
8
IGN, Guía para investigadores de Honduras, 1996, pp. 80, 81, 87-89.
9
Scholes y Roys, citado por Piedad Peniche Rivero, Sacerdotes y
comerciantes, el poder de los mayas e itzaes de Yucatán en los siglos
VII a XVI, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, p. 97.
10
Roberto Reyes Mazzoni, “La frontera de Mesoamérica en Honduras”, en
Las Fronteras de Mesoamérica, México, Sociedad Mexicana de
Antropología, 1975, pp.113 y ss. Paul Kirchhoff, “Mesoamérica: sus
límites geográficos, composición étnica y caracteres culturales”,
suplemento de Tlatoani, México, 1960, pp.1-3. Claude Baudez, Central
America (París, Ed. Nagel, 1970) pp.19-22; Doris Stone, Arqueología de
la América Central (Guatemala, Biblioteca Centroamericana de las
Ciencias Sociales, 1976) pp. 13-19; Doris Stone, “Demarcación de las
Culturas Precolombinas del norte y centro de Honduras”, en REVISTA DEL
ARCHIVO Y BIBLIOTECA NACIONALES, Tomo XIX, Nº2, pp. 65-67; Nº3, pp.
129-131; Nº4, pp.193-194; Nº5, pp.257-260, 1940, pp.130-131.
8
hasta ahora admitidas.11 Por otro lado, los estudios lingüísticos recientes
demuestran la presencia de hablantes de Tol, ligados al Área Intermedia, en
terrenos ubicados al oeste del Río Ulúa.12 Por las anteriores causas, en la
presente ponencia se considera como no completamente probada la
adscripción de los habitantes de Çoçumba a la etnia maya.
COMERCIO DE CACAO
En lo que sí coinciden las fuentes tempranas es en resaltar el intenso
movimiento comercial centrado en torno a Çoçumba:
“Demás del Río Ulúa, que es del cacique Coçumba...que también es
muy poblado, y de mucho trato por el mucho cacao que en él se coge,
que es el Guadalcana de los indios...”16
Çoçumba, en efecto, era uno de los eslabones más relevantes de la ruta
marítima controlada por los maya putunes, cuyo circuito mercantil comenzaba
en la opulenta provincia de Acalan (Tabasco, México) y se extendía hasta
algún punto de la costa atlántica oriental de Honduras. Como ya se indicó
antes, las características del Valle de Sula hacían del mismo un sitio ideal para
el cultivo del cacao, un aspecto que aprovecharon los nativos desde una época
aun por determinar. También incierta es la autoría de la introducción de su
cultivo en el valle, así como el de su posterior comercialización, todos ellos
aspectos difíciles de demostrar a partir de los restos arqueológicos debido a la
humedad de la zona y al carácter perecedero del producto.
Pero fuere como fuere, de lo que no cabe la menor duda son las causas
de su amplia demanda internacional durante la época precolombina. Dejando
de lado su sabor agradable y sus cualidades nutritivas, el cacao era un
producto vinculado a la vida ritual de los pueblos indígenas centroamericanos.
Entre ciertos grupos de Mesoamérica se le relacionaba metafóricamente con
los sacrificios humanos, y se atribuía su introducción en el centro de México al
Dios Quetzalcoatl, la serpiente emplumada. Los maya putunes, por su parte, lo
asociaban con Ek-Chuah, el narigudo Dios de los comerciantes, vinculación por
lo demás pertinente, debido a que desde el año mil de nuestra era el cacao
desempeñaba en México y el norte del istmo la función de moneda. 17
Como producto y unidad de cuenta, los granos de cacao se
contabilizaban siguiendo el sistema vigesimal mesoamericano, utilizándose
como medidas más comunes el zontle (400 granos), el xiquipil (8.000 granos),
y la carga (24.000 granos), todas ellas medidas llamadas a perdurar durante la
colonización hispana, tal como se podrá verificar más adelante. 18
LA CONQUISTA
Los conquistadores hispanos codiciaron desde el principio a la región del
Río Ulúa por diversos motivos. En primer lugar, por el llamado Puerto de
Caballos, al que Hernán Cortés consideró como el mejor que había desde la
costa de México hasta Panamá, y que se encontraba en el entorno del valle de
Sula, junto a la desembocadura del Río Chamelecón. En segundo lugar, por la
presencia de yacimientos de oro aluvial descubiertos cerca del puerto. Y en
último lugar, por la abundante población nativa. 19
Tal conjunción de factores propició disputas entre los conquistadores
afincados en Honduras, Yucatán y Guatemala por controlar la zona. En el caso
de los españoles asentados en Trujillo (Honduras), por la falta de indígenas en
los alrededores de su colonia, y en lo que respecta a Yucatán, ante la noticia
de los lavaderos de oro. Distinto fue el caso de los vecinos de Guatemala,
quiénes deseaban disponer de su propio puerto para comunicarse con España.
En cualquier caso, las pretensiones expresadas chocaron, entre 1526 y
1536, con la furia de los nativos de Çoçumba, quiénes se opusieron por todos
los medios a la invasión castellana. En principio, no existe constancia de
enfrentamientos entre los indígenas y las primeras tropas ibéricas, llegadas
desde Santo Domingo y México en 1524. Tal situación persistió hasta 1525,
17
Piedad Peniche Rivero, Sacerdotes y comerciantes, el poder de los
mayas e itzáes de Yucatán de los siglos VII al XVI, México, Fondo de
Cultura Económica, 1993; Sophie D. Coe y Michael Coe, La verdadera
historia del chocolate, México, Fondo de Cultura Económica, 2000.
18
Piedad Peniche Rivero, Ibid, p..
19
Todavía en 1534 el contador Cereceda informaba al rey“...los vecinos
que ha de haber en Puerto Cavallos, que serán hasta 30, ay dispusición
de thener medianos repartimientos en la costa y Río de Ulúa, y Río de
Balahama (Chamelecón) y su comarca, y tan buenos ríos de oro a dos y
tres leguas del puerto...” AGI, Guatemala, 39, R.2, Nº4; Carta del
gobernador de Honduras a Su Majestad, Villa de la Buena Esperanza, 31
de agosto de 1535.
11
22
AGI, Guatemala, 39, R. 2, N. 6; Carta de Andrés de Cereceda al Rey,
Puerto Caballos, 14 de agosto de 1536. Todos los datos relativos a la
primera campaña de Alvarado en Honduras han sido tomados de esta fuente,
incluyendo la toma de la albarrada y la muerte de Gonzalo Guerrero.
23
Hernán Cortés, Cartas de Relación, Madrid, Historia 16, 1985, p.393.
13
de los nativos de sus encomiendas. Que la epidemia se propagó más allá del
territorio entonces controlado por los colonos se sabe por una visita de los
pueblos del occidente de Yoro, donde los nativos certificaron la desaparición de
un pueblo en 1532 debido a una pestilencia.
En cualquier caso, tomando en cuenta a las consideraciones anteriores,
es evidente que cuando el polvo de las batallas se disipó, lo que quedaba de
Çoçumba era sólo una sombra de lo que había sido.
32
En los cercanos poblados tolupanes, una visita efectuada en 1541
demostró una media de casi tres tributarios por casa. Ver la ponencia
de Pastor Gómez, Los indígenas del occidente de Yoro al momento de la
conquista, V Congreso de Historia Centroamericana, San Salvador, 2000,
p.12.
16
36
Obispo Pedraza, Carta del obispo Pedraza a Su Magestad, en Héctor
Leyva, Documentos Coloniales de Honduras, Tegucigalpa, Centro de
Publicaciones del Obispado de Choluteca, 1991.
19
LA VARIABLE CLIMÁTICA
Pese a las restricciones argumentadas, las tasaciones ofrecen en
compensación datos invaluables de los efectos de las variaciones climáticas
sobre la población, aunque en el caso de Çoçumba el uso de una tasa fija de
un xiquipil por tributario limita el alcance de ese análisis. Por el motivo
expuesto, puede suponerse que el impago del tributo por razones climáticas
sucedió sólo cuando concurrieron circunstancias climáticas extremas.
Los registros revelan la existencia de una grave sequía de dos años
(1567-1568), durante la cual la cosecha de cacao cayó de forma estrepitosa,
provocando el impago del tributo. Los indígenas aprovecharon la crisis de
mortalidad para obtener una rebaja de su tasa de 45 a 25 xiquipiles, aunque
dos años más tarde, ante el evidente fraude, los oficiales reales la reajustaron a
40. Fuere como fuere, la jugarreta climática barrió con el 11% de los tributarios
de Çoçumba y, previsiblemente, con un porcentaje mayor de niños y ancianos.
EPIDEMIAS
Igualmente esclarecedoras son las observaciones relativas al papel de
las epidemias en el decrecimiento demográfico. Es conocido que entre 1576 y
1578 una pandemia de matlazahuatl, probablemente una mezcla de viruela y
tabardillo, diezmó a la población nativa centroamericana. 37 Sobre 1578 los
funcionarios de Honduras ajustaron la tasa de Çoçumba reduciéndola de 40 a
36 xiquipiles, y en 1580 la bajaron de nuevo a 31, lo que representa una
pérdida acumulada del 22.5% de los tributarios. Apenas un año más tarde, la
tasa se bajó a 26 xiquipiles, y en 1583 a 18. En sólo cinco años Çoçumba
perdió el 55% de sus tributarios, aunque si consideramos a la población global,
el porcentaje de muertos debió de ser mayor.
CONCLUSIONES
A la vista del análisis expuesto, queda claro que las tasaciones de las
encomiendas reales asentadas en los libros de contaduría de la gobernación
de Honduras contienen importantes ejemplos sobre la demografía de algunos
pueblos del país, tanto en lo que se refiere a la evolución de su población
37
George Lowell, Conquista y cambio cultural la sierra de los
Cuchumatanes de Guatemala, Antigua Guatemala, CIRMA, 1990, p.157.
20