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A diario nos encontraremos en nuestra vida con la utilización del

interés simple, en lo personal o lo profesional. Esté se ve reflejando en


nuestros ahorros, en nuestras inversiones, mediante préstamos que nos
otorguen u otorguemos a otros, por medio de un descuento, mediante el
cálculo de un alquiler, cuando realizamos una compra de un artículo y
queremos  venderlo nuevamente aplicamos el interés simple para saber su
valor real.

Haciendo un recorrido por la historia nos encontramos que el interés ha


venido teniendo una serie de cambios que lo nombramos de la siguiente
manera: El interés en la antigua Roma

Considerado como uno de los grandes imperios de la historia, Roma no


sólo se fundó basando su poderío en un gran ejército, sino también en una
serie de leyes que iban en consonancia con un gran aparato burocrático. En
esta época, aunque ya se conocía el concepto de tipo de interés, su uso no
estaba regulado, dejando al libre albedrío de los contratantes tanto la tasa,
como muchos otros aspectos.

En aquellos tiempos, si una familia no podía pagar sus deudas, corría el


peligro de ser castigada con la esclavitud o incluso la muerte. Un famoso
prestamista fue Bruto, conocido por formar parte del complot que acabó con
la vida de Julio César y que, según las crónicas, realizaba préstamos al
“módico” interés del cuarenta y ocho por ciento.

La religión cristiana no veía con buenos ojos los préstamos con interés,


de hecho, los consideraba casi un pecado, el pecado de usura, algo poco
digno de un cristiano. Su punto de vista era justificado con el hecho de que la
creación de algo desde la nada, es decir, el dinero obtenido por el interés,
era algo poco cristiano. Debido a esta rigidez eclesiástica, los judíos eran
casi los únicos que podían dedicarse al negocio del préstamo, no sin cierto
desdén de la iglesia. Poco a poco, las juderías se fueron convirtiendo
en núcleos de negocio bancario y dando a luz a las primeras casas de
préstamo y banca.

Conforme fueron avanzando los años, la iglesia católica


fue flexibilizando su visión. Con la llegara de Martín Lutero y el luteranismo,
el cobro de interés se aceptó como algo corriente en los países protestantes,
en esta época, toda actividad que se realizase de forma digna, fuese
comerciar o prestar dinero, tenía la aprobación tanto de Dios como de la
sociedad.

Conforme se iba perfilando el sistema económico que hoy impera, el


capitalismo, los tipos de interés fueron acaparando la atención de los
economistas y mandatarios debidos, sobre todo, a su fuerte impacto en un
comercio que empezaba a perfilarse como uno de los principales motores del
desarrollo económico de las naciones.

Adam Smith, en su libro La riqueza de las naciones, nos expresaba


el interés de los monarcas por controlar este instrumento:

Por decreto de Enrique VIII, fue prohibida en Inglaterra y declarada


ilegal toda usura o interés que pasase del diez por ciento…La reina Isabel
renovó el Estatuto de Enrique VIII, en el Cap. 8 del 13, y prosiguió siendo el
diez por ciento el precio legal de la usura hasta la Constitución 21 de Jacobo
I, que la restringió al ocho por ciento. Fue reducida a seis poco después de la
restitución de Carlos al trono, y por la Constitución 5 de la Reina Ana se
limitó al cinco. Todas estas diversas regulaciones, al parecer, fueron hechas
con mucha justicia y oportunidad»

Ahora bien, hablemos de la palabra interés citando a Enríquez Núñez


Montenegro, Consultor financiero desde 1983,”es un término o índice utilizado en
finanzas. Cuando lo utilizas te puedes estar refiriendo a dos conceptos.

 La rentabilidad que producen los ahorros o las inversiones.


 El costo de préstamo o deuda”.

Cuando ahorramos se nos emiten ciertos intereses que nos gana


nuestro dinero, o simplemente cuando hacemos negocio con nuestro bien,
esté nos genera intereses que luego a mitad de negociación o finalizada,
podemos hacer el retiro pertinente de nuestra negociación.

Se puede decir que el interés, es un índice utilizado en economía y


finanzas para registrar la rentabilidad  de un ahorro o el costo de un crédito.

Ahora bien, también debemos mencionar la cantidad de dinero que se


tiene que pagar o que se recibe al finalizar el plazo pactado, dándole a esté
el nombre de monto y se puede calcular sumando el capital más el interés.

También se le denomina valor actual o presente del dinero, inversión


inicial, hacienda.

Debemos mencionar que El capital es el total de recursos físicos y


financieros que posee una entidad económica, obtenidos mediante
aportaciones de los socios o accionistas, para generar beneficios o
ganancias. Ésta cantidad siempre es distinguida de los intereses cobrados.
Básicamente, se define como la cantidad de dinero que se presta o impone.
Podemos clasificarlos como capital financiero, de riesgo, variable y fijo. La
tasa de interés simple es proporcional al tiempo. Es decir que, si se sabe que
la tasa de interés es de 12% anual, la tasa de interés simple para un mes,
equivalente a la anual, es 12% / 12 meses, es decir 1% mensual. Si la tasa
fuera del 15% semestral, la tasa equivalente anual sería del 30% (15% x 2
semestres, que tiene un año).

Teniendo en cuenta que, las tasas de interés representan el valor que


tiene el dinero en el mercado financiero. Esto significa que cuanto más dinero
hay, la tasa baja y cuando éste escasea, sube. Cuando sube, los
demandantes solicitan menos préstamos a los intermediarios financieros y
los oferentes buscan crear nuevos recursos para aumentar sus ahorros. Por
el contrario, cuando la tasa baja, se solicitan más créditos y los oferentes
retiran sus fondos de ahorro.

Cabe mencionar también que existen dos tipos de tasas de interés, los
cuáles se conocen como: tasa pasiva o de captación (la que pagan los
intermediarios financieros a los que confían en ellos sus recursos
monetarios) y tasa activa o de colocación (la que reciben los bancos o
intermediarios por los préstamos que otorgan). Aquí se determina el tiempo,
durante el cual el dinero se encuentra prestado o depositado y genera
intereses.

Ahora debemos mencionar al Interés Simple Exacto a aquél que se


calcula considerando la cantidad de días de un año según el calendario. Es
decir 365 días o 366 días si el año fuese bisiesto. El interés aproximado o
compuesto es aquel que se suma al capital inicial al término de la inversión o
crédito.

Cuando se tenga la intención de ser un empresario o emprendedor,


este último término muy utilizado en la actualidad, debemos asegurarnos en
que todo documento se especifique claramente si la tasa de interés es anual
o mensual. También, si la tasa de interés es anticipada o vencida. Anticipada
es cuando se paga o cobra al inicio del periodo. Vencida es cuando se paga
al final del período. Esto es tan importante que muchas veces puede hacer la
diferencia es más o menos rentable que la alternativa. Cuidando con esta
nuestros intereses y aumentando nuestro capital. Teniendo en cuenta, que el
interés simple es el que utiliza en todas las transacciones financieras.
Absolutamente en todo.

https://definicion.de/interes/)

https://konfio.mx/tips/diccionario-financiero/que-es-el-capital/

https://www.bbva.com/es/la-historia-del-interes-del-dinero-interes-la-historia/
https://www.definicionabc.com/economia/interes.php

https://www.solocontabilidad.com/matematica-financiera/calculo-aproximado-y-exacto-
del-tiempo

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