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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria

Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño

Ingeniería Electrónica (44)

Electiva VI Comunicaciones Satelitales

Órbitas satelitales
geosíncronas

Alumno:

Jorfel A. Omaña M

C.I: 24.478.860

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Índice bibliográfico

1. Introducción…………………………….. Página 3.
2. Desarrollo………………………………… Página 4.
3. Satélites geosíncronos………………. Página 4.
4. Historia……………………………………. Página 6.
5. Cálculos geosíncronos……………….. Página 7.
6. Ejemplos……………………………………Página 10.
7. Ventajas y desventajas………………. Página 11.
8. Conclusión………………………………….Página 12.
9. Bibliografía………………………………….Página 13.

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Introducción

Los estudios del genio científico Isaac Newton acerca de la dinámica de los
cuerpos en movimiento y su formulación sobre la ley de gravitación universal nos
permitieron comprender e implementar el conocimiento de la física clásica para
elevar objetos diseñados con manos humanas, hasta los confines del espacio
sideral.

Cuando la velocidad de una nave espacial llega a los 28.000 km/h o también
podríamos decir los 11 km/s, la gravedad de la Tierra ya no puede “atraerlo” hacia
el suelo. En cambio, la gravedad más la velocidad lineal de la nave, hace que siga
un curso curvado alrededor del planeta. Esta trayectoria interminable de una nave
(para los satélites artificiales) o de lunas en el caso de los satélites naturales, se le
llama órbita y tiene forma circular o elíptica.

La velocidad de una nave en órbita depende mucho de su distancia al planeta.


Cuanto más cerca esté del mismo, más rápido debe moverse en torno a él para no
caer y equilibrar la fuerza de gravedad con la velocidad que lleva la nave
cumpliendo así con la segunda ley de Kepler.

Los satélites y otras naves terrestres pueden orbitar la Tierra, alrededor del
ecuador, de polo a polo o en cualquier ángulo entre ellos. Algunos satélites están
en un tipo de órbita conocida como “geoestacionaria” y esto es muy importante
para los satélites de telecomunicaciones, ya que se encuentran sobre una órbita
fija sobre el ecuador.

Un satélite en esas condiciones rodea nuestro planeta en una órbita que coincide
exactamente con el período angular de la Tierra entorno a su eje, por lo que se
dice entonces que el satélite es geoestacionario.

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Desarrollo

• Satélites geosíncronos:

Los satélites geosíncronos o también llamados geoestacionarios, son aquellos que


describen una órbita entorno al ecuador de la Tierra, permaneciendo
aparentemente fijos en un punto particular del cielo. Para lograr esto los satélites
suelen orbitar con la misma velocidad angular que nuestro planeta y así abarcar
una huella espectral hacia una determinada región de la superficie de la Tierra.

Los satélites que orbitan más cerca de nuestro planeta, y que llevan una velocidad
angular mucho mayor de la necesaria para permanecer en órbita geoestacionaria
por lo general requieren un complejo sistema de rastreo, situación que no sucede
con los satélites geosíncronos cuyas antenas de recepción están apuntando de
manera constante en su dirección desde la superficie terrestre.

Los satélites permanecen en órbita como resultado del equilibrio entre las fuerzas
de gravedad debido a la atracción del planeta hacia su centro, y la fuerza
centrífuga del satélite que se aleja del centro de giro. Si estos vectores no se
equilibran el satélite caerá inevitablemente hacia la superficie terrestre, o escapará
lejos del alcance gravitacional del planeta hacia el espacio sideral.

Siguiendo la segunda y la tercera ley de Kepler, mientras más cerca de la Tierra se


encuentra un satélite, mayor será su velocidad orbital para mantener en equilibrio
estas dos fuerzas. En el caso de las órbitas geosíncronas, estas son órbitas
circulares, pero existen casos de otros tipos de orbitas, como por ejemplo las
órbitas polares, cuya trayectoria en realidad es una elipse.

Como la trayectoria de los satélites geosíncronos son circulares, estos poseen una
velocidad orbital constante cuyo período es exactamente igual al período rotacional
del planeta Tierra (aunque también aplica para satélites geoestacionarios alrededor
de otros planetas), aunque matemáticamente hablando solo existe una órbita

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geoestacionaria alrededor de un planeta, pero en el caso de nuestro planeta esta
es ocupada por una gran cantidad de satélites, ya que es el tipo orbital que
mayores ventajas presenta a la hora de comunicarse constantemente con las
bases terrestres.

También consideramos que en casos ideales, los satélites geosíncronos


permanecen de manera imperturbable en torno a las trayectorias que describen
sobre el ecuador de la Tierra, pero conociendo un poco más de los efectos
gravitacionales de las mareas causadas por la atracción del Sol, la Luna y los
demás objetos planetarios del sistema solar, hacen que los satélites
geoestacionarios se aparten de manera gradual de punto idóneo.

También tomamos en cuenta el viento solar, que posee un momento angular que
se transmite de manera lineal a los objetos en el espacio sideral, este fenómeno de
la física se le conoce con el nombre de presión de radiación y ocurre cuando los
fotones u otras partículas cargadas transfieren momentum a otros cuerpos que se
encuentren en sus trayectorias.

Los controladores terrestres deben estar al tanto de estos factores que apartan al
satélite de su punto ideal y con los cálculos precisos y requeridos para eso deben
ajustar de manera periódica las posiciones de los equipos para compensar estos
fenómenos, de caso contrario se acumularían desviaciones respecto al plano
ecuatorial con rapidez de hasta 0.9º al año, esto lo conocemos con el nombre de
mantenimiento de estación.

Otra manera de colocar un satélite en órbita geosíncrona, es con un procedimiento


llamado “orbita de transferencia geoestacionaria” y consiste en llevar un satélite de
órbita baja terrestre a una órbita superior utilizando mecanismos de propulsión
como retrocohetes que llevan instalado estos satélites en particular.

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• Historia:

La primera idea de un objeto diseñado de manera artificial por manos humanas


que permaneciera fijo en el cielo y en constante comunicación con la superficie de
la Tierra la se publicó en 1928 por primera vez por el ingeniero esloveno
especialista en cohetes, Herman Potocnik en su famoso libro: Das Problem der
Befahrung de Weltraum (“El problema de los vuelos espaciales” ) en la
que diseñó de manera teórica una estación geosíncronica con forma de anillo.

La idea de una estación geosíncrona con forma de anillo fue bastante interesante y
adelantada a su época, no solo porqué ideó una forma de constante comunicación
con la superficie de la Tierra, sino por el hecho de haber ideado la manera más
eficaz para tener gravedad artificial fuera de nuestro planeta, recordemos que un
anillo o una rueda que gira en el espacio a 5 revoluciones por minuto (rpm) tendrá
una fuerza tangencial centrífuga equivalente a la aceleración de la gravedad en la
superficie terrestre, de 9.8 m/s^2.

Esto inspiró en 1945 al famoso escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke a


imaginar a 12 años de la era espacial lo que ahora llamamos el cinturón de Clarke
en los satélites de comunicaciones. Ya que implementó el trabajo de Herman
Potocnik para colocar no estaciones geosíncronas en órbita alta, la idea de Clarke
eran las telecomunicaciones.

La órbita de Clarke cumple con el conjunto de especificaciones de órbitas de


satélites geosíncronos los cuales son:

1. Estar sobre el ecuador.


2. Viajar a la misma dirección que la rotación terrestre.
3. Poseer una revolución angular de 24 horas.
4. Tener 35.780 km aproximadamente de altura.

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El primer satélite geoestacionario fue el Syncom 3, lanzado desde el Campo
Kennedy en 1964, 7 años luego del éxito de la URSS conocido como el Sputnik-1.
Este lanzamiento permitió probar las comunicaciones, inspirados en el cinturón de
Clarke formulado en 1945, y pudo cubrir los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 para
la televisión en vivo.

El EUTELSAT 113 WEST A, fue lanzado en 2006 y sus bandas de frecuencias se


ubican a los 113º Oeste lo que provee cobertura en las Américas por medio de sus
haces esféricos y regionales.

El EUTELSAT 115 WEST B, es otro satélite importante para América Latina ubicado
en la longitud 115º Oeste, colaborando con los servicios de vídeos, datos y
movilidad para los gobiernos.

• Cálculos geosíncronos:

El requisito primordial para que un satélite permanezca en órbita geosíncrona es


que deba permanecer en el ecuador, o dicho en otras palabras, debe tener un
ángulo de inclinación de 0º. A su vez también debe avanzar de oeste a este, que
es la dirección de rotación de nuestro planeta a su misma velocidad angular.

Para calcular la altura de una órbita geoestacionaria, se utiliza la Segunda Ley de


Newton y la Ley de Gravitación Universal de la siguiente manera:

𝑀𝑠∗𝑀𝑡
F=G(𝑟+𝑅𝑡)^2

An=ὠ^2(r+Rt)

An es la aceleración normal paralela a la fuerza gravitatoria, mientras que la


primera ecuación es la fuerza que la Tierra ejerce sobre los satélites hacia su
centro, Mt es la masa de la Tierra, Rt el radio de la misma con G como constante
de gravitación universal.

Utilizando la segunda Ley de Newton:

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F= ms* An

𝑚𝑠∗𝑀𝑡
G(𝑟+𝑅𝑡)^2 = 𝑚𝑠 ∗ ὠ^2(𝑟 + 𝑅𝑡)

Vemos que podemos cancelar ms en cada lado de la igualdad y despejar el radio


para obtener la altura de los satélites geoestacionarios.

3 𝐺∗𝑀𝑡
r= √ ὠ^2 − 𝑅𝑡

Dándole valores a nuestras incógnitas, la mayoría de ellas constantes, tenemos:

G=6,67*10^-11 N m^2/Kg^-2.

Mt= Sabemos que la masa de la Tierra es 5.97 x10^24 Kg.

Rt= Para el ecuador es 6,378*10^6m.

Y finalmente debemos calcular la velocidad angular de nuestro planeta, para ello


redondeamos el período orbital sobre su propio eje a 24 horas por revolución:

T=24h * (3.600 segundos) =86.400 segundos.

Calculamos su frecuencia angular:


1 1
F=𝑇 = 86.400 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜𝑠

F= 1.15*10^-5 Hz.

Ahora podemos definir la velocidad angular:

ὠ=2πf.

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ὠ=7.27 x10^-5 rad/s.

Ahora podemos usar nuestra fórmula:

3 𝐺∗𝑀𝑡
R= √ ὠ^2 − 𝑅𝑡

𝑚2
3 (6.67∗10−11 𝑁∗ )∗(5.97𝑥1024 𝐾𝑔)
𝐾𝑔−2
R= √ 10−5 𝑟𝑎𝑑
– (6.378*10^6m)
(7.27∗ )^2
𝑠

R=35780165.35 m.

Convirtiéndolo a Km tenemos finalmente 35.780 Km de altura sobre el ecuador


para los satélites geoestacionarios terrestres.

Estos cálculos también pueden ser realizados utilizando la 3era Ley de Kepler
donde el semieje mayor de una órbita terrestre geosíncrona es la distancia de la
Tierra a un satélite en órbita, es decir el radio medio del centro de nuestro planeta
al vehículo satelital.

Donde α=A*P^2/3

Donde A= 4224.0979 y P (0.9972)

P se define como el cociente entre el día sidéreo y período orbital terrestre medido
en horas.
𝑃𝑒𝑟í𝑜𝑑𝑜 𝑠𝑖𝑑𝑒𝑟𝑎𝑙 1436 𝑚𝑖𝑛𝑢𝑡𝑜𝑠
P=𝑃𝑒𝑟𝑖𝑜𝑑𝑜 𝑟𝑜𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎𝑙 𝑡𝑒𝑟𝑟𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒=1440 𝑚𝑖𝑛𝑢𝑡𝑜𝑠=0.9972

Recordemos que el período sideral es el tiempo que tarda el Sol en pasar dos
veces seguidas por el meridiano local y es 4 minutos menor al período rotacional
terrestre.

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Sustituyendo en la ecuación tenemos que el semieje mayor mide 42.164 Km a la
cual si multiplicamos por 2π tenemos 264.790 Km para la circunferencia
geosíncrona.

Volviendo aplicar la dinámica de las leyes de Newton para calcular la velocidad del
satélite a lo largo del ecuador, tenemos:

𝐶𝑖𝑟𝑐𝑢𝑛𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 264.790 𝑘𝑚
V= = = 11.033 km/h
𝑃𝑒𝑟í𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑛 ℎ𝑜𝑟𝑎𝑠 24 ℎ𝑜𝑟𝑎𝑠

Finalmente para conocer el tiempo en que tarda una onda electromagnética en


viajar desde la radiobase terrestre hasta el vehículo en órbita y luego regresar a la
radiobase, simplemente dividimos el doble de la distancia entre la constante de la
velocidad de la luz.

T= 2d/v

T=2* (35.780)/ 3*10^8m

T=2.38 *10 ^-7 segundos.

• Ejemplos:

1. Satélites Westar: Fue una flota de siete satélites operando en la banda C


lanzados por Western Union en 1974 en órbita geosíncrona a 99º W.
2. Satélite Comstar 1: Satélite de comunicaciones geoestacionario ubicado a
128º oeste, construido por la empresa de defensa aeroespacial Hughes.
3. Satélites Satcom: Familia de satélites desarrollados por la RCA, pioneros en
las comunicaciones geosíncronas, Facilitron las telecomunicaciones de área
amplia y amplificaban y transmitían de una manera eficiente.

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4. Satélites Anik: Una serie de satélites geoestacionarios canadienses
enviados al espacio por Telesat para emitir señales de televisión.

• Ventajas y desventajas:

Dentro de las ventajas, los satélites geosíncronos están mayormente estacionarios


con respecto al punto de la radiobase terrestre, por lo que no se necesitan equipos
complejos de rastreo para localizarlos.

También abarcan una sombra que abarca todas las estaciones terrestres cercanas
a sus longitudes y están disponibles para aquellos con trayectoria visuales que
apunten hacia ellos.

Otra ventaja que podemos enumerar son sus despreciables desplazamientos


Doopler debido a su permanecía en un punto fijo de la órbita.

Entre las desventajas tenemos que deben llevar pesados mecanismos de


propulsores, además de costosos, debido a las razones anteriormente
mencionadas que pueden sacar a un satélite geosíncrono de su órbita, como lo son
las fuerzas de mareas del Sol y la Luna y también el viento solar, por lo que la
propulsión es necesaria para mantenerlos en su punto ideal.

También requieren equipos más caros de transmisión de potencia, debido a la gran


altura a la que se encuentran, y se requieren equipos altamente sensibles de
recepción para atenuar las pérdidas de potencia de transmisión debido a las
grandes distancias con la radiobase.

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Conclusión

Las ecuaciones deducidas a partir de las leyes de Newton para los satélites
geoestacionarios son universales y aplican para cualquier cuerpo en el universo
con suficiente masa y gravedad para poder tener cuerpos de menor masa que
puedan orbitarlo.

El desarrollo de la ciencia y la ingeniería detrás de los satélites artificiales nos ha


permitido que las comunicaciones sean cada vez más eficientes y globalicen
nuestra sociedad al permitir el intercambio cultural de una manera única en la
historia de la humanidad. Los satélites geosíncronos no se aplican únicamente
para una mejor comunicación entre el vehículo espacial y nuestro planeta. Esta
técnica también ha sido utilizada en múltiples cuerpos planetarios del sistema solar
con la finalidad de estudiarlos más a fondo y de esta manera ampliar nuestros
conocimientos del universo gracias a la ciencia y la ingeniería

A pesar del inmenso salto evolutivo que hemos dado desde los primeros
lanzamientos de la carrera espacial, los satélites geosíncronos como los más
utilizados en las telecomunicaciones, no se salvan de las desventajas producto de
nuestras limitaciones tecnológicas y los factores de la naturaleza como la
atenuación y la pérdida de potencia por la distancia.

A eso también sumarle que la cobertura geográfica es incompleta, ya que las


estaciones terrestres a latitudes cercanas a las zonas templadas (60ºN y 60ºS)
tienen problemas para recibir señales confiables que las latitudes más cercanas al
ecuador.

Muchas empresas a nivel mundial públicas y privadas del sector aeroespacial


seguirán implementando las órbitas geosíncronas como una solución a muchos
problemas para las comunicaciones a largas distancia, así como también invertirán
en nuevas soluciones para que las coberturas geográficas sean cada vez mayores.

Lo cual será necesario crear nuevas normas y convenios internacionales para


controlar los espacios dentro del cinturón de Clarke en el futuro.

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Bibliografía

• Wayne Tomasi,(2003), libro Sistemas de comunicaciones Electrónicas,


Phoenix,Arizona.

• http://www2.montes.upm.es/dptos/digfa/cfisica/dinam1p/sabiasgrav.html

• Prof. Fabrizio Mazzucconi, libro Atlante del Cielo, observatorio Astrofísico de


Arcetri, Florencia.

• https://axessnet.com/los-satelites-
geoestacionarios/#:~:text=Los%20sat%C3%A9lites%20geoestacionarios%
20son%20aquellos,que%20lo%20hace%20la%20Tierra.&text=Gracias%20
a%20las%20antenas%20satelitales,diferentes%20lugares%20de%20la%20
tierra.

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