El juego como aparato del goce sirve de herramienta al clínico y le permite disponer de un
diagnóstico diferencial a la hora de trabajo. Se debe comprender que el lenguaje también es
un aparato de goce y que tiene abordaje con la realidad, pero a su vez el juego también puede ser considerado puesto a que la realidad es abordada por todo aquello que sirve para gozar. De este modo existiría una relación entre ambas partes: del lenguaje y el juego. Ambos poseen un lado relacionado con lo simbólico, el cual capta lo real. Por otra parte, ambos sirven para la producción del goce. Es así que precisar dentro del juego el lugar donde se haya la satisfacción nos permite localizar la posición de goce con respecto al sujeto.