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Evaluación médica del conductor

anciano
Por Peggy P. Barco , OTD, OTR/L, BSW, SCDCM, CDRS, FAOTA, Washington University Medical School;
David B. Carr , MD, Washington University School of Medicine
Última modificación del contenido abr. 2018

La evaluación médica del conductor anciano incluye una revisión de las enfermedades y los fármacos que
pueden afectar la capacidad de conducir. Tales enfermedades pueden ser enfermedades crónicas que
deterioran importantes capacidades funcionales necesarias para los conductores (p. ej., degeneración
macular que disminuye la visión), o los eventos agudos que alteran la conciencia (p. ej., convulsiones,
síncope).

(Véase también Generalidades sobre el conductor anciano.)


Los siguientes son algunas de las enfermedades o síndromes más comunes que se asocian con un mayor riesgo de
conducción (p. ej., accidentes de tránsito, bajo rendimiento en las pruebas de carretera).

Caídas
Las caídas y los accidentes automovilísticos comparten factores causales (p. ej., compromiso de la visión, fuerza muscular,
función cognitiva). El antecedente de una caída hace 1 o 2 años aumenta el riesgo de sufrir un accidente automovilístico y
requiere una evaluación adicional de factores intrínsecos que pueden afectar la movilidad (p. ej., destrezas visuales,
cognitivas y motoras).

Cardiopatías
Las cardiopatías pueden aumentar el riesgo al conducir. Las guías generales incluyen no conducir
Al menos 1 mes después de un infarto de miocardio, una cirugía de revascularización miocárdica con circulación
extracorpórea o la estabilización de síntomas de angina inestable

3 meses después de una arritmia con síncope

6 meses después de la colocación de un cardiodesfibrilador interno o de reanimación debido a taquicardia


ventricular sostenida o a fibrilación ventricular

Sin embargo, los pacientes deben discutir estas recomendaciones específicas con su cardiólogo o médico de atención
primaria. Los médicos deben consultar las directrices nacionales y los recursos para obtener asesoramiento adicional.
Los pacientes con insuficiencia cardíaca grave (p. ej., insuficiencia cardíaca de clase IV, disnea en reposo o durante la
conducción) no deben conducir hasta que puedan evaluarse mediante una prueba práctica mientras manejan.

Trastornos neurológicos
Las enfermedades neurológicas también aumentan el riesgo durante la conducción. Estas incluyen:
Accidente cerebrovascular o ataque isquémico transitorio (AIT): los conductores que sufrieron un solo ataque
isquémico transitorio deben esperar 1 mes para volver a conducir, mientras que los que experimentaron varios de
estos ataques o un accidente cerebrovascular deben esperar al menos 3 a 6 meses para volver a conducir y recibir la
autorización de su neurólogo o de un médico de atención primaria. Debe realizarse un examen físico para
determinar el grado de discapacidad residual tras el accidente cerebrovascular, que puede afectar la capacidad de
conducir. Considere derivar a las personas con deficiencias visuales, motoras o cognitivas persistentes a una clínica
para la evaluación de la conducción a cargo de un terapeuta ocupacional.
Convulsiones: las regulaciones para los conductores con convulsiones son específicas para cada estado, pero la
mayoría de los estados requieren un intervalo libre de convulsiones (en general de 6 meses) para recuperar el
derecho de conducir. Los anticonvulsivos pueden controlar las convulsiones en forma adecuada en alrededor del
70% de los pacientes, aunque pueden producirse recidivas si se suspenden estos fármacos. La información estatal
específica con respecto a la elegibilidad para la licencia de conducir en personas con convulsiones se puede buscar a
través de Epilepsy Foundation State Driving Laws Database.

Enfermedad de Alzheimer o trastornos demenciales progresivos pueden eventualmente afectar todas las capacidades
funcionales, incluyendo las requeridas para la conducción. Puede ser útil monitorizar a los pacientes en busca de nuevos
errores de conducción que podrían atribuirse a cambios cognitivos o identificar alteraciones significativas en pruebas
psicométricas. En estos casos se puede derivar a una evaluación en carretera o posiblemente cese de conducción.
Muchas enfermedades neurológicas (p. ej., enfermedad de Parkinson) causan discapacidad y deben controlarse mediante
evaluaciones funcionales y, si es posible, con una evaluación práctica en carretara.

Diabetes mellitus
La diabetes mellitus expone a un riesgo elevado debido a que el paciente puede experimentar hipoglucemia mientras
maneja. Los pacientes que presentaron un episodio de hipoglucemia reciente que afectó su nivel de conciencia no deben
conducir durante 3 meses o hasta revisar y corregir los factores que contribuyeron al episodio (p. ej., dieta, actividad,
horarios y dosis de insulina o de hipoglucemiantes). Los cambios sensitivos en las extremidades secundarios a neuropatía,
retinopatía, o ambos asociados con diabetes también pueden afectar la capacidad de conducción.

Trastornos del sueño


Los trastornos del sueño, sobre todo el síndrome de apnea obstructiva durante el sueño, pueden causar somnolencia, que
a su vez puede ocasionar accidentes, por lo cual los pacientes no deben conducir hasta la administración de un
tratamiento adecuado. Se ha demostrado que el uso de dispositivos de presión positiva continua en la vía aérea (CPAP)
mejora el rendimiento en un simulador de conducción y reduce los accidentes automovilísticos.

Fármacos
Cuando un paciente recibe un fármaco nuevo que puede afectar la función visual, física o cognitiva, no debe conducir
durante algunos días (según el tiempo requerido para alcanzar el estado estable)para asegurar que no experimenta
efectos adversos.
Un gran número de fármacos puede afectar la conducción, por lo general los que tienen efectos adversos sobre el sistema
nervioso central (p. ej., confusión, sedación). Muchos de estos fármacos han demostrado afectar la conducción real en las
pruebas de carretera o simuladores de conducción y aumentar el riesgo de accidentes de tránsito. Estos medicamentos
también pueden aumentar el riesgo de caídas. A pesar de estos riesgos, muchos de estos fármacos no deben suspenderse
en forma abrupta, sino que deben ser disminuidos en forma gradual.
Los fármacos que aumentan el riesgo de conducir son los siguientes
Antihistamínicos, benzodiazepinas, opiáceos, anticolinérgicos, hipnóticos, antihipertensivos, o antidepresivos
tricíclicos: estos fármacos aumentan el riesgo durante la conducción porque pueden causar somnolencia; algunos
también pueden provocar hipotensión arterial o arritmias.

Agonistas dopaminérgicos antiparkinsonianos (p. ej., pergolida, pramipexol, ropinirol): en ocasiones, estos fármacos
causan ataques agudos de sueño, que exponen a un riesgo muy elevado de accidentes de tránsito.

Antieméticos (p. ej., proclorperazina) y relajantes musculares (p. ej., ciclobenzaprina): estos fármacos pueden afectar
la percepción sensorial.

Los pacientes deben llevar a la consulta los envases de todos los medicamentos que consumen para ayudar a identificar
los fármacos que incrementan el riesgo.
Los adultos mayores participan en menos accidentes automovilísticos letales relacionados con el alcohol que los
conductores más jóvenes (véase tabla Porcentaje de conductores involucrados en accidentes letales que tuvieron una
alcoholemia de 0,08 o más, por edad). Un menor porcentaje de ancianos consume alcohol, pero la limitación de su
consumo en ancianos es aún más importante porque la alcoholemia por gramo de alcohol consumido es mayor en esta
población. Asimismo, el consumo concurrente de alcohol y otros fármacos, en particular de múltiples medicamentos en
forma simultánea, compromete más las funciones cognitivas y de esta manera incrementa el riesgo de sufrir accidentes.
Porcentaje de conductores involucrados en accidentes letales que tuvieron
una alcoholemia de 0,08 o más, por edad
16-20 21-24 25-34 35-44 45-54 55–64 65-74 75+ Total
2016 15% 26% 27% 22% 19% 14% 9% 5% 19%
2015 16% 28% 27% 23% 19% 14% 9% 6% 20%
2014 17% 30% 29% 24% 20% 16% 10% 5% 21%
U.S Department of Transportation: National Highway Traffic Safety Administration Quick Facts DOT HS 812 452,
October 2017 (Updated February 2018).

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