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Tarea Clase 03
Tarea Clase 03
CHISMES Y SECRETOS
Los rumores son simplemente turbulencias en el mar que con el tiempo se desvanecen, si tú te
empeñas en difundirlos tal vez se conviertan en una tormenta que pueda dañar a muchos más,
déjalos en paz y solamente comenta aquello de lo que estás totalmente cierto y recuerda siempre
que lo debes hacer para buscar el bien. Los rumores te hacen muchas veces ver cosas que no
existen pero a través de ellos, lo que es incierto los demás lo pueden ver verdadero y esto
equivale a que un ciego guíe a otro ciego con lo cual inevitablemente ambos caerán.
El líder auténtico se enfrenta al rumor mas no a los rumorólogos, se da a la tarea de desechar
cualquier duda acerca de su persona a través de ser siempre veraz, y definitivamente no busca ni
mucho menos castigar a los que le dieron origen, sabe que es una tarea desgastante y con este
tipo de actitudes puede convertir en ciertos lo que antes era simplemente un supuesto. Sus
comentarios siempre son positivos y ante los hechos evidentes que pueden desprestigiar a una
persona busca siempre asimilarlos para aprender de ellos, crea un entorno pedagógico con sus
seguidores, capitaliza estas experiencias para que su gente y él mismo sean mejores.
Reflexiona:
1. Analiza e interpreta el texto
2. ¿Te gustan los chismes, por qué?
3. ¿Sabes guardar un secreto? ¿Por qué?
4. ¿Estás consciente que los chismes buscan la destrucción de los demás?
5. ¿Qué piensas hacer para no participar en estos juegos mortales?
VOA/Psic.
Palabra
GRACIAS POR DECIR QUE ME AMAS
Lo ví salir apresuradamente con
una alta manifestación de urgencia, con
una rápida señal. Sin decir palabra
alguna, se despidió de todo el grupo.
Concluíamos un programa en Alta
Dirección en Liderazgo de Excelencia, y
me extrañó su comportamiento pues
durante toda la semana que duró el
seminario su participación fue muy
activa y en sus cuestionamientos se
manifestaba genuinamente interesado y
polémico a la vez.
Días después me llamó, pues
creía importante aclarar su conducta y sobre todo comunicarme lo que a su juicio había sido la más
intensa vivencia experimentada en su existencia.
Quería pedirte una disculpa –empezó diciendo- por mi inoportuna salida, pues aun cuando
sabía que era la ceremonia de entrega de reconocimientos me entró una desesperación que pocas
veces he experimentado.
-¿Qué fue lo que pasó? –pregunté intrigado.
-Conforme se iba desarrollando el curso empecé a acomodar una serie de piezas para
finalmente armar mi rompecabezas emocional, pude dimensionar los errores que he cometido con la
gente que me rodea y comprendí en forma inmediata su comportamiento que en algunas ocasiones
reprobé por considerarlo inadecuado. De pronto me di cuenta que la causas era yo, lo cual confirma
el principio que nos transmitiste, que el 85% de los problemas que tiene un líder en su organización
las produce él mismo, que el pescado se empieza a pudrir por la cabeza y de inmediato me puse en
acción para corregir mis fallas.
Aún más intrigado y expectante escuché su narración.
Empecé por casa, tenía urgencia en llegar. Pasó lo inusual, en primer lugar llegué temprano,
situación que no sucede a menudo, pues solamente esto ocurre cuando tengo algún malestar.
Encontré a mi esposa en la cocina, me observó curiosa como tratando de descifrar el porqué de mi
presencia a esa hora; sin esperar, le dije “te amo”. Me observó cómo preguntándose si estaba
borracho o había enloquecido. Se lo repetí, la abracé y sentí cómo su cuerpo respondía a mis
caricias. No sé cuánto tiempo había pasado sin habérselo dicho. El segundo motivo por llegar pronto
a casa era mi hijo menor; como te lo comenté durante el curso, es un joven problema. A sus 20 años
ya ha sido expulsado de la mayoría de los colegios de la ciudad, la razón es siempre la misma, su
pésimo comportamiento y desinterés por el estudio, además de haber estropeado mi auto, de ingerir
frecuentemente alcohol, es más, temo que también sea adicto a algún tipo de droga. Antes de entrar
a su habitación recordé varios de tus conceptos, sin sermones, moralejas, consejos, etcétera,
simplemente escuchar y tratar de entender.
Su habitación (confieso que tenía años de no visitarla) me impactó al principio, toda una galería de
mujeres desnudas y de ridículos artistas de pelos verdes y anaranjados. Él se encontraba acostado,
escribiendo, cosa en él bastante extraña; sorprendido se incorporó y sin esperar empecé a mostrar
interés por su singular decorado. Al principio, en balbuceos, empezó a contestar; me acomodé en un
sillón y poco a poco el diálogo comenzó a fluir. Pasaron varias horas, para mi sorpresa, cuando miré
el reloj eran las cuatro de la mañana; creí prudente despedirme. Caminé hacia la puerta y recordé en
ese momento lo más importante, me volví, lo abracé y le susurré al oído “hijo mío perdóname por
todos los errores que he cometido y además quiero que sepas que te amo, si, te amo con toda el
alma” y le di un sentido y cálido beso en la mejilla. Se soltó en llanto, lloró y lloró con tanto
sentimiento
y nostalgia que sus lágrimas me llegaron al corazón. No sé cuánto tiempo transcurrió. Finalmente me
miró y vi en sus labios una tímida sonrisa, le di las buenas noches; cuando cruzaba la puerta, sentí su
mano en mi hombro, me volví y en ese momento metió su mano al bolsillo de su pantalón, sacó un
sobre y me lo entregó. Con curiosidad lo abrí y para mi sorpresa era un puñado de pastillas, le
pregunté:
-¿Acaso es droga?
-No papá, hoy pensaba suicidarme; hace un momento, cuando entraste, escribía mis
razones. Tomó la carta y la desgarró en sus manos, finalmente me dijo.
-¡Gracias papá por decirme que me amas!.
Existen metáforas y refranes incapacitadores, la gente cree en ellos como si fueran verdades
absolutas y llegan a tener tal significado, que logran programar existencialmente a sus creyentes. Así
por ejemplo, “lo que mal empieza, mal termina”, no es una sentencia absoluta; pudimos observar a
varios equipos en el pasado campeonato mundial de fútbol, en Francia, que empezaban mal,
incluyendo a México, y terminaban sus partidos bastante bien. Sentencias como “el que pega primero,
pega dos veces” da al factor sorpresa un triunfo, pero se demuestra lo contrario con la casta de los
líderes más sobresalientes, aun cuando al principio de sus carreras tuvieron mal inicio: Disney,
Lincoln, Gandhi, Honda, Churchill, etcétera, finalmente lograron consolidar sus sueños.
“La vida es injusta” y otros conceptos como “piensa mal y acertarás, solamente nos programan para
esperar lo peor y así podríamos hacer una enorme lista de conceptos equivocados.
Los líderes de Excelencia tienen sumo cuidado de no aferrarse a creencias equivocadas, pues están
conscientes que éstas se pueden convertir en sentencias existenciales en contraprestación. Existen
axiomas que producen efectos totalmente opuestos y que son por supuesto extraordinariamente
positivos. El pensar que el día de hoy:
Lograré triunfar en todo lo que haga.
Irradiaré alegría.
Seré un padre, amigo, colaborador e hijo extraordinario.
Aprovecharé todas las oportunidades que se me presenten
Alentaré a todos los seres que me rodean.
Los líderes conocedores del poder de las metáforas y frases potencializadoras, eligen aquellas que
saben que les pueden impulsar a lograr diariamente lo que desean.
Las palabras producen efectos
bioquímicos, pueden aliviar y también
enfermar, alentar y desanimar, construir y
destruir, curar y herir. La palabra es el
instrumento por excelencia de la
comunicación, de ahí la importancia de
revisar nuestro vocabulario para eliminar
aquellas que nos incapaciten y buscar las
que nos potencializan. En lugar de penar
en problemas transferidos a retos, sustituir
obstáculos por desafíos, en fin. Se hace
necesario cambiar nuestro lenguaje para
cambiar nuestros significados.
La pasión ha sido la fuerza impulsadora de las grandes realizaciones y también de las tragedias de la humanidad, pero
la balanza se inclina, por supuesto, a favor del ser humano; sin ella no habría obras de arte, esculturas, poesía, música.
Así como los movimientos libertadores han sido siempre abanderados por un caudillo apasionado y ni qué decir en el
campo de las ciencias, los grandes descubridores fueron movidos por esa fuerza más allá del conocido mundo de la
inteligencia intelectual. El líder empresarial sabe que la Excelencia requiere, además de capital financiero e intelectual,
de una vasta inversión de capital emocional.
La pasión nos lanza a la acción, la pasión nos permite superar obstáculos y adversidades, la pasión nos impulsa a
intentar lo imposible. El ser humano que no posee ninguna pasión está ya muerto en vida; de hecho, se niega a vivir y
se convierte simplemente en una vegetal.
Tal vez es posible para algunos encubrir sus pasiones, pero cuando la pasión es por un ideal o un sueño no se puede
disimular; arrebata el espíritu, lanza a la acción, enfrenta los desafíos, es más vence al mismo cansancio físico, es la
causa que nos explica la energía y vitalidad que despliegan en sus obras los líderes que parecen ser inagotables y no
es que no sufran agotamiento, pero es tal la fuerza de la pasión que los mantiene inexplicablemente energizados.
A la pasión hay que alimentarlas acrecentando nuestra fé en nuestros sueños, siendo optimistas y confiando que los
lograremos.
Miguel Ángel Cornejo
Reflexión:
1. ¿Cuál es su concepto de pasión?
2. ¿Qué se requiere además de inteligencia para alcanzar nuestros sueños?
3. ¿Cómo podemos alimentar nuestra pasión?
4. ¿A Ud. qué es lo que más le apasiona? ¿Por qué?
5. ¿Cuál es la actitud que toma usted ante lo que le apasiona?
VOA/Psic