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¿Por qué el juego es tan importante

para los niños?


El juego infantil enriquece la imaginación y la creatividad, además de estimular la observación, la
atención, la concentración y la memoria, entre otros beneficios

Cuando los niños juegan, no solo se entretienen y pasan el tiempo: el juego cumple un papel
fundamental en su desarrollo. Capacidades como la afectividad, la motricidad, la inteligencia, la
creatividad y la sociabilidad se activan y estimulan en el momento en que el pequeño juega. A
continuación se explica por qué el juego es, en cierto modo, la razón de ser de la infancia, los
beneficios del juego infantil, cómo cambia el juego con la edad y datos según los cuales los
menores en España juegan menos tiempo de lo aconsejable.

El juego, la razón de ser de la infancia

El juego es una actividad de vital importancia para los niños. Lejos de tratarse de meras
actividades para entretenerse o pasar el tiempo, jugar tiene una gran utilidad para el desarrollo
del menor y es fundamental en su crecimiento. Por eso, su derecho al juego y el
esparcimiento forma parte de la Convención sobre los Derechos del Niño, establecida por las
Naciones Unidas.

Como indica la 'Guía práctica para padres' de la Asociación Española de Pediatría (AEP), "en la
primera infancia los juegos implican aprendizaje, estimulación y experimentación para los
pequeños". Tanto el juego como los juguetes "les ayudan a conocerse y a desarrollar su
personalidad en áreas como la afectividad, la motricidad, la inteligencia, la creatividad y la
sociabilidad".

El documento de la AEP añade que, en las edades más tempranas, el juego "tiene un gran
componente educativo que ayuda al menor a progresar en su desarrollo motor y a avanzar en la
esfera intelectual y sociabilizadora a través de la comunicación e interrelación con los que le
rodean".

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO),


por su parte, especifica que "todos los niños del mundo juegan, y esta actividad es tan
preponderante en su existencia que se diría que es la razón de ser de la infancia". Este
organismo subraya que el juego es vital, puesto que "condiciona un desarrollo armonioso del
cuerpo, de la inteligencia y de la afectividad". El que no juega, afirma la UNESCO, "es un niño
enfermo, de cuerpo y de espíritu".

Beneficios del juego infantil

El juego infantil es una actividad que se realiza por placer, se elige con libertad y requiere de una
participación activa del pequeño. Así lo asegura el pediatra y puericultor Juan Fernando Gómez
Ramírez, quien además explica que jugar favorece el desarrollo social y la actividad y está en la
base misma de la cultura.

Gómez Ramírez resume los beneficios del juego en los siguientes ítems:

 Es indispensable para la estructuración del yo.


 Permite al niño conocer el mundo que le rodea y adaptarse a él, ya que durante el
mismo juego el menor crea mecanismos para adecuarse a cada situación y comportarse en
ellas con mayor facilidad.

 Enriquece la imaginación y promueve los procesos creativos.

 Desarrolla y ejercita la observación, la atención, la concentración y la memoria.

 Favorece la sociabilidad temprana y las habilidades de comunicación social.

 Enseña a respetar las reglas.

 Permite experimentar temores y frustraciones, así como triunfos y derrotas.

Sigmund Freud explicó que los niños no juegan solo para repetir situaciones placenteras, sino
también para elaborar las que les resultaron dolorosas o traumáticas. Por todos estos motivos, los
juegos son un asunto serio para los más pequeños. Y eso se hace visible cuando uno
comprueba la seriedad con que ellos afrontan sus juegos.

Cómo cambia el juego con la edad del niño

Los juegos cambian a medida que el niño crece. El pedagogo Jean Piaget estableció una serie de
tres estadios evolutivos en la infancia según la forma de juego dominante. Son los siguientes:

 Estadio sensoriomotor. Transcurre desde el nacimiento hasta los dos años de edad.


Los juegos que predominan en esta etapa son los de ejercicio o funcionales: repetir una y otra
vez una acción por el puro placer del resultado inmediato que obtienen. Estos juegos pueden
efectuarse con objetos, con el propio cuerpo o con otras personas. Incluso sus primeros
balbuceos son sonidos repetitivos que al bebé le resultan graciosos y, por lo tanto, le gusta
repetirlos.

 Estadio preoperacional. Tiene lugar entre los dos y los seis años de edad. El juego
propio de este tiempo es el de tipo simbólico, es decir, el consistente en simular acciones,
objetos y personajes que no están presentes en el momento del juego. Por eso también se
llama juego de ficción. Es el más típico y característico de la infancia.

 Estadio de las operaciones concretas. Es la última etapa de la infancia, de los seis a


los doce años de edad. Se impone el juego de reglas. Si bien las reglas ya aparecen en los
juegos simbólicos, en este caso tienen un carácter más firme y ajeno a los niños: en el escondite
o el "corre que te pillo", las normas se presentan como verdades absolutas, ajenas al acuerdo
entre los jugadores. Cada menor cree que la forma que él conoce del juego es la única que
existe.

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