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Modelos mentales

Un modelo mental es la abstracción o concepción interna de lo percibido por individuos o grupos acerca
de un tema o problema determinado. Los modelos mentales permiten visualizar, mediante el uso de
esquemas o dibujos, las interacciones entre los componentes asociados a un asunto de interés, y sus
efectos o repercusiones. A estos esquemas se les conoce también como mapas cognitivos, porque
intentan mostrar visualmente la percepción de la realidad de las personas.

Los modelos mentales se construyen con el conocimiento, las experiencias, las suposiciones y los valores
de individuos o grupos (Figura 1). En general, cumplen cuatro funciones: (1) ayudan al investigador a
construir, entender y adquirir más información sobre un sistema socio-ecológico (Figura 2); (2) integran
o dividen sectores o grupos de interés común a partir de modelos mentales individuales con
características semejantes (Ver Figura 3); (3) inducen el aprendizaje mutuo entre actores, al mostrar las
diferencias entre los modelos y sus implicaciones; y (4) asisten en la resolución de conflictos. Estas
funciones son importantes en la planeación colaborativa y transdisciplinaria, debido a que involucran
directamente a los individuos y grupos interesados en la comprensión de un problema en particular. Del
mismo modo, esta herramienta facilita el entendimiento entre sectores cuando existen conflictos ya que
muestran las diferencias en percepciones y valores, así como las consecuencias de sus decisiones.
Metodológicamente, los modelos mentales se construyen con los actores sociales en talleres grupales o
bien, mediante la extracción de información secundaria proveniente de entrevistas o reportes técnicos.
Paradigmas
Los paradigmas son mecanismos mentales que utilizan un patrón, modelo, ejemplo o arquetipo.
Alude a aquellos aspectos relevantes de una situación que se asumen como un ejemplo a seguir.
Desde ese punto de vista, pueden suponer ideas preconcebidas que, sin llegar a tener sentido, las
mantenemos en la mente a pesar de que existan evidencias de su improcedencia.
Ejemplos claros cotidianos pueden ser el pensamiento recurrente de que vivir o estudiar en otro país
siempre será mejor, o como dice el refranero, la hierba siempre es más verde al otro lado de la valla.
Conclusión, aunque la evidencia esté presente, nuestra mente se niega a aceptarla y mantiene vigente la
creencia equivocada.

Hay que abrir la mente para poder descubrir y destruir aquellos paradigmas mentales obsoletos
limitantes.
Es necesario mantener una actitud de escucha crítica ante evidencias y pruebas que puedan ir en contra
de los paradigmas que sustentan la esencia de nuestro ser y después estar dispuesto a tomar una
decisión de renovación.
Todos conocemos personas consideradas tercas, que resultan particularmente fastidiosas, pues a pesar
de que se les presenten pruebas, jamás aceptan una nueva idea, son personas con paradigmas
arraigados y suelen ser en la mayor parte de los casos inflexibles y poco tolerantes.

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