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Sirena La Mujer Del Cabello de Fuego
Sirena La Mujer Del Cabello de Fuego
Por
Lightning García
CAP. 1
CAP 2
CAP. 3
CAP. 4
CAP. 5
Roy con cara de satisfacción sale del salón a buscar a Samantha, la agarra
fuertemente por el brazo y entran al templo, luego abre otra puerta y entran en
un salón monumental de forma circular, aunque por fuera no da esa impresión
y justo en medio de este, hay una mesa rectangular donde está el rey. Lemuel
el sacerdote está anunciando que aprovechará que la nación está reunida para
aclarar un asunto que está perturbando a muchos. Todos quedan expectantes y
ven que Roy se acerca a la mesa con la pelirroja, esto forma un gran alboroto y
Chris piensa que es inaudito el caciquismo de Roy, pero mantiene la calma.
Charles no se siente muy cómodo, detesta esto pues su espíritu impulsivo no le
permite controlarse en estas situaciones, se centra en Christopher y confía en
que él hará algo. Marcus se siente desconcertado y mira a Christopher tratando
de hallar una explicación de lo que sucede y de por qué lo mandó llamar, pero
Chris tiene su mirada fija en Roy y su rostro no muestra ningún gesto. Sharlot
en cambio, tiene la misma cara de satisfacción de su padre que no puede
disimular. Samantha mira a Christopher y queda asombrada de verlo vestido
así –botas negras hasta la rodilla, su cabello bien peinado y un conjunto de
tafetán de seda de color rosa palo con cuello de tirilla- parece un ángel, se ve
como lo que es, un príncipe. En ese momento se hace mucho más evidente
para ella lo diferente que son y para completar ahí está Charlot a su lado
luciendo digna de aquel príncipe –luce un vestido con falda y sobrefalda y un
peto triangular que cubre el pecho y el estómago bajo la cobertura frontal del
vestido, de color amarillo, decorado con encajes y motivos florales de colores
e hilos metálicos- Samantha no sabe qué le duele más, si estar en esa situación
o verlo junto a Charlot. El rey se levanta, les pide a todos que guarden silencio
y se acerca al auditorio.
-Hermanos Abadonitas, como bien saben, no le es permitido a los
forasteros estar en este recinto, de hecho, no debería haber ninguno viviendo
en todo Abadón y menos en este valle sagrado, pero… lamentablemente
debido a circunstancias que todos conocemos se ha presentado este caso. Se
preguntarán porque están estas jóvenes aquí, como bien dijo Lemuel queremos
aprovechar para dejar claro ante todos que una situación como esta no debe
volver a presentarse, existen preceptos que todos debemos cumplir y para ello
Dios nos ha otorgado el privilegio de conocerlas, por ello antes de que un
forastero entre a residir entre nosotros es justo para él y para nosotros que
puedan entender y de esa manera elegir si quieren cumplirlas o no. A ellas se
les imputan cargos que según la ley las llevaría a la muerte, pero por ser
forasteras no podemos juzgarlas según nuestra ley, ya que sería algo injusto
pues su pecado es a causa de su ignorancia a las mismas, así que el consejo ha
decidido que sean expulsadas inmediatamente de estas tierras.
En la sala se siente un profundo silencio. Roy aprovecha el momento y con
fuerza arroja a Samantha al suelo, ella prácticamente cae a los pies del Rey. El
rey mira a Roy y se perturba al ver su mala actitud y recuerda lo que le dijo su
hijo, así que toma a Samantha por los brazos y la levanta. -Lamento los malos
procedimientos que se hicieron con ustedes, pero ni Lemuel ni yo estábamos y
Roy no podía hacer nada.
-Todos los cargos que él asegura tener son contra mí, ellas no tienen nada
que ver con esto -señalando a las chicas- por favor permita que ellas puedan
quedarse… –el rey guarda silencio- cuando las naciones vecinas vean que
fuimos expulsadas de aquí, no les permitirán vivir con ellos y si siguen
conmigo morirán. -Roy al ver que el rey se está condoliendo con sus palabras
trata de acomodar nuevamente la balanza a su favor y se coloca frente a él.
-Cómo no, si debe ser muy conocido que eres una hechicera, ramera y
ladrona… claro que las mataran… a menos que hagas con ellos lo que le has
hecho a nuestro futuro rey –Christopher se pone de pie en el acto- porque
ninguno permitiría que una mujer como tú se le acerque -Roy sigue
insultándola cuando es interrumpido por una mano que toca su hombro, este
voltea a ver y ve que es Christopher.
- ¿Qué se supone que me ha hecho? -Roy lo mira a los ojos y guarda
silencio por un momento, Samantha también lo mira, pese a que Roy es
mucho más alto y fornido, la presencia que Christopher despliega es propia de
reyes, ni siquiera para un hombre como él pasa desapercibida su idoneidad.
Roy sonríe, tratando de dejar a un lado la tremenda impresión que Christopher
le ha causado y mira al rey.
-Su majestad, esta es la prueba de que lo que le digo es cierto, el príncipe
está tratando de salvar a estas mujeres por el poder que ejercen sobre él.
-No has respondido mi pregunta Roy.
-Chris regresa a tu lugar, ese asunto lo aclararemos en privado.
-Lo siento padre, pero no puedo aceptar eso, si voy a ser rey, toda mi
nación debe confiar en que he sido elegido por el espíritu de Dios y no por mi
genealogía. -voltea y mira hacia todos los que están sentados en el auditorio-
nación de Abadón, les quiero pedir algo… no crean que es con el fin de tomar
represalias. Solo quiero que la verdad salga a la luz y que ustedes sean testigos
de todos los hechos… quisiera por favor, que todo aquel que piense que estoy
bajo un hechizo se ponga de pie -más de la mitad de Abadón se pone de pie,
de hecho, solo los que habían ido a la guerra con él y Marcus no lo hicieron.
Roy se siente satisfecho al ver que tiene la confianza de los que se habían
quedado con él. - ¿de esa forma es que quieres que llegue al trono?... -el rey
Ricardo agacha la cabeza- …si a estas mujeres se les haya culpables, quiere
decir que mi Dios me ha desaprobado para ser su futuro rey, y si no… quiere
decir que Roy está atentando contra la corona.
-Lo que intento es protegerlo, -objeta- ¿acaso no ve?
- ¿Haciéndome quedar mal frente a los míos para tu propio provecho? pues
no quiero tu protección. Permita por favor la corte que como son mujeres y no
se les permite cuestionar la palabra de un hombre, pedir a un varón que las
represente. -al rey le sorprende la petición de Christopher y le pide a Lemuel
que salgan del recinto para tomar una decisión.
Shirley aprovecha el descuido de los guardias y corre hacia donde Chris,
este la levanta y le da un abrazo, para Charlot no es nada agradable ver esa
escena y se llena de ira.
-Lamento que debas pasar por esto, ahora debes hacerme un favor -Shirley
asienta con la cabeza- debes permanecer donde están los guardias, no te
preocupes porque sin importar lo que suceda juntos saldremos por esa puerta. -
ella sonríe- él la baja y ella regresa donde los guardias.
- ¿Cuál es el plan de tu hermano? –pregunta Marcus.
-No lo sé. –responde Charles.
-Por favor… no se involucre más en esto. – dice Samantha mientras se
acerca a Chris quien está de espalda.
- ¿Acaso es cierto lo que él dice? –le pregunta sin voltear.
-Claro que no. –reflejando angustia.
-No te preocupes entonces, el Dios a quien sirvo mostrará la verdad, ya lo
verás.
-Ya veo porqué le gusta leer su ley todos los días… -Chris saca el trozo de
pergamino que tiene dentro de su camisa y se maravilla al oír de su boca lo
que había escrito allí, (leer la ley) pues relativamente hace poco se conocen-
pero yo en cambio no lo conozco y tal vez por eso no puedo sentirme
tranquila. -ya habrá tiempo para ello… -es interrumpido por Roy quien se para
frente a él con gran prepotencia.
-Chiquillo malcriado, eso es lo que eres. Tu padre no supo corregirte de
pequeño y mira con lo que sales, te crees todo un hombre simplemente porque
estuviste en una guerra, te enseñaré a respetar a tus mayores. -Christopher lo
mira a los ojos.
-Roy sabes que eres como un tío para mí, por eso te pido que te retractes de
todo esto y continúes viviendo entre nosotros, el Dios de mis antepasados
borrará tu error por todos los actos justos que has hecho por esta nación y que
ninguno de nosotros podrá negar.
-Dios está a mí favor –responde de forma pedante- y por eso no permitiré
que te revuelques con esta ramera que no tiene nada que ver con nosotros y
nuestra raza.
-Dios acepta a todas las personas Roy y eso lo sabes perfectamente… solo
pide que lo adoremos de forma exclusiva, cosa que no les permitiste saber a
ellas.
-Ah… ¿ahora yo soy el culpable por sus actos de maldad contra esta
nación?... ¿acaso es conmigo que ha llegado a tener una hija bastarda y que
aprendió las artes mágicas…? aún si le hubiera enseñado nuestras leyes, no
hubiera podido dejar su camino pecaminoso y…, si lo hubiera hecho no se te
permitiría poseerla porque no es pura, no entiendo para qué te tomas tantas
molestias. -Lemuel entra en la sala y todos toman su lugar. Samantha no sabe
qué pensar de todo lo que ha dicho Roy y no sabe qué hará Christopher.
-En vista de que tanto Roy como Christopher son Abadonitas –dice el rey-
y que ambos ocupan un lugar importante en nuestra nación, hemos visto la
necesidad de esclarecer este asunto, y como todo esto gira entorno a estas
forasteras hemos aprobado la petición de Christopher…, que se ponga de pie
el varón que quiera representarlas.
Christopher le pega con el codo en una pierna a Charles y hace un
movimiento disimulado con su cabeza mostrándole a Marcus quien se halla
cabizbajo, charles automáticamente entiende el mensaje y toca a Marcus de tal
manera que involuntariamente se pone de pie, esto toma por sorpresa a todos.
- ¡Marcus…! -dice el rey sorprendido- ¿eres consciente que al
representarlas te enfrentarás a tu padre?
-Marcus guarda silencio y Christopher le da un puntapié, Marcus lo mira y
este con su mano en la barbilla le señala con la cabeza al frente como si le
dijera que era su gran oportunidad, con este gesto infunde en él la confianza
que necesita ante esta situación y pasa adelante, Roy abre los ojos de la
impresión porque creía que todo estaba a su favor.
-¿Qué crees que estás haciendo? vuelve a tu lugar -grita.
-Señor, -refiriéndose al rey- quiero dejar en claro que no es con el fin de
deshonrar a mi padre que estoy haciendo esto, pues sé lo que dice la ley al
respecto, sin embargo, lo primero para mí es la lealtad a mi Dios y a las leyes
que este nos ha dado, por lo que me pongo de pie frente a usted y a esta corte.
- ¡No puede permitir eso su majestad! -dice Roy- eso me haría ver mal
desde cualquier ángulo.
- Roy… ¿se te olvida que es a mi hijo a quién acusaste? -Roy queda
pasmado- entonces tú serás -mira a Marcus- su portavoz ante las acusaciones
que se presenten -dice al auditorio- y que quede claro que ellas sólo podrán
hablar cuando esta corte lo decida; por ahora quisiera saber algo por
curiosidad, ¿porque están aquí tan lejos de su nación? adelante, pueden hablar.
-Porque ninguna otra nación nos acogía, su majestad -dice Samantha.
- ¿Dices que ninguno las aceptó dentro de sus límites?
-Así es señor
- ¿Sucedía lo mismo mientras vivía tu esposo? -Samantha agacha la cabeza
y llena sus pulmones de aire y lo suelta mientras habla.
-Jamás he estado casada, señor. -enseguida se siente una gran conmoción
entre los presentes porque no se toleran hijos de fornicación, Charlot se siente
victoriosa y aprovecha el desorden:
-Esta ramera llegó aquí con la única intención de buscar un padre para su
hija bastarda… por eso no merece vivir entre nosotros…
-Orden por favor… -grita el rey y continua- ¿entonces, me estás diciendo
que no eras casada?; ¿es decir que no tenías un dueño marital, legalmente
constituido ante ninguna nación? -Samantha no responde, todo en ella se
bloquea al traer de vuelta viejos recuerdos. Lena al ver que Samantha no va a
contestar le hace señas a Marcus para que le permitan hablar, este interviene.
- ¿Quede la otra acusada responder?, señor.
-Adelante. –contesta el rey mirando a Lena. Chris se queda mirando a
Samantha y ve que carga con un gran sufrimiento.
-Perdón señor, pero creo que hay una gran equivocación, -Samantha
reacciona y agarra a Lena para que no diga nada pero ella la ignora:
-Señor, si bien es cierto que se ha portado como la madre de Shirley… no
lo es… –para todos es una gran sorpresa pero sobre todo para Christopher,
¡aquello era increíble, jamás lo habría imaginado! había sido el obstáculo más
grande para poder pretenderla y ahora todo dependía de él. Involuntariamente
su pecho se mueve rápido, su ceja izquierda se levanta y en sus labios se
dibuja una sonrisa, Charlot se da cuenta de su reacción y su odio crece hasta el
punto de querer matar a ambos- su padre y ella llegaron cuando estaban a
punto de matarnos, él se enfrentó a ellos y dio su vida para salvarnos, eso pasó
cuando Shirley tenía dos años, mi padre quedó muy mal herido y Samantha lo
cuidó hasta que también falleció, así que ella se hizo cargo de nosotras. -para
Samantha no era nada agradable oír en voz alta estos sucesos, su semblante se
tornó sombrío, ahora parece sentirse amenazada, sus ojos están fijos y agarra
la vaina de su espada.
-Señor queremos saber en qué se basa mi padre para las demás
acusaciones, ya que esto ha quedado claro.
-Sí, Roy puedes proseguir. -Roy llama a Sharlot y a su amiga íntima
Sophia quien es tan arrogante como ella y además es la hija de Lemuel quien
se queda en una sola pieza al ver a su hija. Samantha con su cabeza firme y
mirando al rey pide la palabra.
-Como dije antes, las acusaciones van contra mí, si es así, solo yo…
debería ser desterrada; permítanles a ellas quedarse y yo me marchare de
inmediato.
- ¿Qué significa eso?
-¡Que acepta su culpabilidad! –interrumpe Roy.
- ¡No, mi señor! –grita Lena desesperadamente.
-¡Marcus, calma a la joven!. -Marcus le hace señas a Lena y se dirige a
Samantha.
- ¿En realidad aceptas las cosas por las cuales se te acusan?
-No dije eso, pero… toda mi vida he tenido que vagar de un lugar a otro
por una razón u otra, ¡qué más da! solo que esta vez no quiero arrastrarlas
conmigo.
-De aquí nadie las puede echar si lo que dicen no es cierto. -Lena se tira a
los pies de Samantha y llorando le dice:
-¿Por que…? Samantha, no puedes ser tan injusta contigo misma, siempre
huyes para que no nos lastimen las personas que te discriminan -mirando al
rey Lena sigue diciendo- porque de eso se trata esto, siempre la juzgan por su
raza, la acusan de ser hechicera o le temen pensando que es la diosa Iris… -
Christopher observa a Samantha mientras Lena habla y entiende porqué su
conducta es hostil y desconfiada- cuando llegamos aquí después de tanto, de
cierta manera creímos que era nuestro hogar pese a la indiferencia y el
maltrato de todos… porque al menos nadie había intentado matarnos, ¡pero
esto!
-No se trata de discriminación –dice Lemuel- de hecho, nuestra ley protege
a los forasteros que se sometan a ella, pero hay testigos en su contra.
-Bueno, -agrega Marcus- ya quedo claro que no hay ningún acto inmoral,
pues la niña no es su hija como se pensaba -le pregunta a Lena- ¿hace cuánto
viven aquí?
-A las afueras duramos como seis meses y aquí poco más del año.
- ¿Quién les permitió entrar?
-La señorita Elena. -Marcus le pide al rey que le permita llamar a la
señorita Elena.
-Esto no viene al caso –objeta Roy.
-Por supuesto que viene al caso, ¿o como explicaremos que hay personas
acusadas de hechicería en nuestro reino?
- ¿Qué insinúas? -dice Roy.
-Nada que las pruebas no hayan demostrado, padre. -dice Marcus tratando
de controlar su furia, pero ¿Qué le había pasado a su padre? ¿Por qué se
mostraba ciego ante lo evidente? ¿acaso no se daba cuenta que estaba
condenado a toda su familia? -mira al rey y este le da la aprobación y Elena se
acerca.
- ¿Por qué las dejaste entrar si conoces bien nuestros preceptos? -dice el
rey.
-Porque había llegado el invierno y esas pobres criaturas no merecían estar
allí, no pude dejarlas en esas terribles condiciones por lo menos mientras
pasaba la temporada más fría del año –contesta con su rostro abajo.
-En el tiempo que vivieron a las afueras ¿alguien fue a hablarles? –
pregunta Marcus a Lena.
- ¿A mí?... no.
- ¿Qué dice la ley en estos casos? –dice Marcus señalando a Lemuel.
-Alguien debió ir a ellas.
-Bueno, supongamos que como Lemuel no estaba… no se podía hacer
nada, -volviendo a la señorita Elena- ¿qué sucedió cuando se enteraron de que
estaban con usted?
-Bueno, en realidad nadie dijo nada… así que continuaron conmigo y
luego tras un incidente se les permitió vivir y cultivar en esa vieja casa.
- ¿Incidente?
-En realidad no nos importaba que estuvieran allí con Elena, -interrumpe
Roy- hasta que esta mujer -señalando a Samantha- irrumpió en mi casa en la
madrugada y robo algunas de mis plantas sin saber con qué fin, hay fue que
accedimos a que tuvieran un techo y pudieran plantar para que no molestaran a
nadie más.
-Averigüemos entonces lo que pasó -Marcus mira a Samantha- ¿por qué
fuiste allí? -ella voltea su cara y se topa con Christopher quien la mira
fijamente a los ojos, ella siente la necesidad de huir y vuelve inmediatamente
su rostro.
-No era mi intención perturbarlos y no lo es ahora…
-Lo sé, pero es necesario saber la verdad.
-Todos creen tener una verdad y la suya… ¿en que cambiará las cosas?
-Acaso no ves que es una farsante que está manipulándote como lo ha
hecho con Christopher –Grita Charlot.
-Cállate Charlot, -explota Marcus- aún no ha llegado tu turno. -sus palabras
hacen reaccionar a Samantha, no podía permitir que Charlot se saliera con la
suya, Christopher confiaba en ella y entonces responde:
-Fui a casa del señor Roy esa noche por unas plantas que necesitaba para la
señorita Elena ya que había estado un poco indispuesta y observe que los
síntomas que presentaba eran de alguien que iba a sufrir un ataque al corazón,
así es que corrí y llegue a la puerta del señor Roy, donde toque un buen rato y
nadie respondió, luego empecé a llamar… él se asomó por la ventana del
segundo piso, me insulto sin dejar que le explicara porqué estaba allí, no
espere más y sí, robe sus plantas porque no iba a dejar que ella muriera por el
miedo a lo que me pudiera pasar.
-Eso es mentira -dice Roy – y aquí está Charlot y Sophie para que digan lo
que vieron.
-¡No fuiste a tomar solo esas plantas! te vimos haciendo cosas extrañas…
justo lo que hacen las hechiceras. Con lo que no contabas era que nuestra casa
es protegida por Dios y eso te impidió que nos hicieras daño. -dice Charlot.
-Me pregunto a cuantas hechiceras has visto… -dice Marcus- que sepa
Jamás has salido de este valle.
-Lo único que hice fue sacarla con cuidado pues no quería dañar la raíz que
es muy delicada para que pudiera servirme posteriormente y no tener que
volver allí.
- ¿Acaso te crees médico?… -irónicamente le grita Roy- di la verdad,
querías hechizarme para que estuviera contigo, maldita bruja. Me querías para
ti solita por eso no me entregaste a la otra chica.
-usted la quería esclavizar… ¡jamás lo permitiré!
-Tranquila -le dice Marcus- le preguntaremos a la señorita Elena si es
cierto lo que dices.
-Yo… estuve muy enferma, ella me pregunto que sentía y también
pregunto por unas plantas y le dije que había visto algunas donde Roy y ella se
fue corriendo, lo cierto es que después de que me dio esto, me mejoré.
- ¿Cómo sabes de medicina Samantha? -le pregunta Marcus. Christopher
ata cabos en su mente.
-Mi padre era médico y lo que sé, lo sé por él.
-De seguro un médico brujo. –grita Roy obcecado y Samantha se indigna.
-Le he permitido que me trate como quiera, pero jamás le permitiré que
irrespete la memoria de mi padre quien fue un médico reconocido, su nombre
era William de las regiones del norte. -El rey se levanta en el acto.
- ¿Tu padre era William…? –Samantha asienta con la cabeza.
- ¡Ah! sabía que por algo me eras familiar muchacha. -Chris lo mira con
sorpresa.
-¿Conoció a su padre…? Señor. –pregunta Marcus.
-Claro, excelente persona y muy aplicado, ¡vaya! es una lástima… no sabía
que había muerto, la última vez que lo vi fue cuando lo mande llamar porque
mi esposa enfermó, pero a causa de que estaba viviendo en un lugar aislado y
de la guerra no alcanzo a llegar, pero llegó justo cuando Christopher enfermó
y le salvo la vida, le dije que se quedara pero dijo que se había casado con una
pelirroja que lo esperaba en casa. -se acerca a Samantha y la observa de cerca
y dice- entonces, tú debes ser igualita a tu madre, porque él era de cabello y de
ojos oscuros. -ella inclina la cabeza.
-Si señor –responde. Lemuel viendo que el asunto no marcha bien para
Roy mira a su hija y le dice:
-Sal de aquí, no tienes nada que decir. -la joven humillada sale llorando de
la sala. Roy está muy enfurecido, sus ojos revelan la ira que tiene dentro.
- ¿Tienes algo que agregar? padre –le pregunta Marcus.
-Por supuesto, ella trato de seducirme cuando fui a verla por primera vez.
-Eso no es cierto padre, -le grita Marcus decepcionado- yo estuve allí. -
Roy sorprendido guarda silencio.
-Veo que todo esto es por haber violado partes esenciales de nuestra ley –
dice el rey- esto no se puede volver a repetir… para que todo este asunto
quede claro, quiero pedir a mi hijo Christopher que venga aquí ya que lo han
acusado de estar de alguna manera manipulado, pero deseo destacar que ha
sido más sabio que yo, lo que me hace muy feliz pues será un excelente e
imparcial rey -Christopher se ubica al lado de la señorita Elena, ella lo abraza
y le da un beso en la mejilla.
-Hola, nana. -dice Chris.
- ¿Por qué la llama nana? –le pregunta Lena a Elena y ella sonríe.
-Yo me dice cargo de charles y Christopher cuando su madre murió.
Samantha queda perpleja al oír aquello, tal vez eso explique porque
Christopher no la miraba como los demás. Charlot que esta terriblemente
furiosa se arroja de manera violenta sobre Samantha, Chris se interpone
agarrándola por las muñecas.
-No te atrevas a tocarla.
-Christopher esa mujer te tiene hechizado, ¿no te das cuenta de que es una
bruja?
-Charlot cálmate, si algo ha quedado claro, es que ella tiene más razones
para estar en esta nación que tú. -y la empuja un poco hacia atrás. -Ella
empieza a golpearlo en el pecho.
-Que pasa contigo, tú no eres mi Christopher, que te ha hecho esta mujer.
-Lo dices, porque ya no soy una copia de ti.
-No te perdonaré que me trates así frente a esta, me vengaré ya lo veras.
Algún día vendrás a mí humillado y suplicando mi perdón.
-Preferiría estar muerto. -le dice con desdén.
CAP. 6
CAP. 7
CAP. 8
CAP. 9
Al llegar, nota que los reyes de los diez reinos que están alrededor de
Abadón están allí, saluda y toma asiento junto con ellos. Estos empiezan a
informar que a las afueras está acampando un ejército muy numeroso de
hombres de gran altura provenientes de la isla de Nirvia y han mandado a
todos los reinos cartas diciendo que vienen en paz, que se les permita pasar
porque solo vienen contra Abadón y los que se han opuesto han caído ante
ellos.
- ¿Porqué? –dice el rey Ricardo de Abadón.
-No lo sabemos. ¿Quieren ustedes que nos unamos contra ellos?
-Abadón no hace alianzas de ese tipo –contesta el rey- pero estén
preparados para defender a los suyos si les toca hacerlo, pues Abadón estaba
en el corazón de esta región y tal vez esa es su estrategia ya que si nos
conquistan se le haría muy fácil llegar a los demás.
-Tal vez eso es lo que pretendan. –comentan ellos.
El rey Ricardo habla con su concejero Marcus quien ha ocupado el lugar
de su padre y con sus dos hijos. Luego manda una carta para anunciar el sitio
de encuentro con los Nirvianos.
Los reyes se despiden y el rey manda a tocar las trompetas que anuncian la
guerra.
Acercándose el alba, empiezan a llegar los hombres listos para marchar a
la batalla, entre ellos está Charles y le dicen que se quede pues su esposa está
encinta, según los decretos es una razón válida para que un hombre no
participe en la lucha, pues debe primero conocer a su prole. Charles se niega a
quedarse.
-Si me dejas moriré de la desesperación, te prometo que me quedaré a tu
lado -le dice a su padre.
–Solo con esa condición lo permitiré -Entre la multitud se ve una carreta
acercándose al rey y observan que es Samantha la que viene en ella, preparada
para marcharse con ellos.
Christopher ha ido a despedirse de Samantha y encuentra la casa vacía,
llega donde Lena, esta le dice que le dejó a Shirley y que seguramente está en
el hospital, se despiden haciéndole prometer que protegerá a Charles, como ya
no tiene tiempo de ir hasta el hospital le dice a Lena que le diga que estuvo
buscándola y regresa a las filas. Cuando llega, Charles lo llama y le pregunta:
- ¿Al fin había concretado algo con Samantha?
- No.
-Entonces será poco lo que podrás hacer -él lo mira extrañado.
- ¿De qué hablas? -Charles le señala hacia delante, Chris la ve y no lo
puede creer y va donde su padre.
- ¿Qué hace ella aquí?
-Pensé que lo sabías, ¿no dijiste que le ibas a pedir que fuera tu esposa?
-No alcancé a decírselo.
-Ya veo… no te preocupes, tu madre solía acompañarme a las batallas,
además, ella dijo que venía a ayudar a los heridos, eso la mantendrá lejos del
campo de batalla -Chris asienta con la cabeza y se acerca a ella.
- ¿Acaso estás tan enamorada de mí que no soportas la idea de quedarte? -
ella lo observa y sonríe.
-Quiero asegurarme de que todos estén bien.
-Mientras no vayas al campo de batalla todo estará bien, ¿entendido?
-Creo que estaré muy ocupada para hacerlo, por lo que espero que luches
por los dos -él sonríe.
-Mi propósito es poder detener esto, no quiero ver más personas morir a
causa de estas luchas sin sentido, ¡a propósito!, Lena no sabía que vendrías
con nosotros.
-No quería que se angustiara más de lo que está por Charles.
-en algún momento se dará cuenta. -llama a uno de los jóvenes que se
encuentra despidiendo a su padre y le dice:
-Dile a Lena que Samantha está conmigo -y empiezan a marchar saliendo
de su precioso valle.
Hay varios días de camino hasta donde habían quedado en encontrarse con
aquellos isleños que se atreven a desafiarlos en batalla, atacando a cualquiera
que se interpone en su propósito de ir contra Abadón por lo que estos últimos
son obligados a ir a su encuentro.
En el camino, Chris aprovecha para hacer sus flechas y lo que necesita
para la lucha, mientras que Samantha con los intestinos de animales prepara
hilos, ya que la mayoría de heridas serían para coser, además, una mezcla de
extracto de opio, beleño, mandrágoras y otras plantas que usa como anestesia,
así pasaron los días hasta que llegaron a Baamat donde asentaron su
campamento, cerca de allí se halla el valle donde se encontrarán con los
Nirvianos. Aunque Christopher sentía un poco de temor porque Samantha
está con ellos, también disfruta mucho al tenerla cerca y a la vez piensa que
esta experiencia los uniría más, todas las noches cuando se detenían a
acampar, ella buscaba alguna fuente de agua para bañarse y él siempre la
vigilaba, hasta esa noche que llegan a Baamat.
-No te alejes del campamento, los enemigos están cerca, te traeré agua para
que puedas bañarte -le dijo Chris.
Al día siguiente el rey Ricardo, Charles, Marcus y Christopher van al valle
a encontrarse con los representantes de Nirvia en medio del valle. Al
acercarse, ellos ven que vienen cuatro hombres trigueños de gran altura, uno
de ellos no trae camisa, solo un pequeño chaleco de cuero, aunque es delgado,
su cuerpo parece una armadura, todos sus músculos están bien definidos, sus
hombros son totalmente rectos, su cabello, aunque corto está levantado y es de
color naranja. Se detienen a cierta distancia y un hombre mayor se acerca un
poco más, ellos también se detienen y el rey Ricardo también avanza un poco.
-Soy el rey Ricardo de Abadón y quiero saber porqué quieren pelear.
-Soy el rey de Nirvia y mi nombre es Manuel, no queremos luchar… solo
venimos para que nos entreguen a Iris, la diosa encarnada en la mujer de
cabello de fuego -el rey Ricardo queda desconcertado.
-Creo que están equivocados, los Abadonitas no creemos en sus dioses y
no tenemos a la supuesta Iris.
-Entiendo lo que dice… pero me informaron que tienen a una mujer que es
de cabello de fuego y de ojos verdes, ¿es correcto?
-Lo es.
-Entréguenla y nos iremos.
-No podemos hacerlo, ella es una Abadonita y entregarla a ella es como
entregar a alguno de mis hijos, ella no tiene nada que ver con sus dioses, es
una mujer como las demás.
- ¿Eso les ha hecho creer ella? Sin embargo, ha perturbado la paz de mis
sacerdotes y por ende a toda nuestra nación, ustedes no saben de lo que ella es
capaz así que no la protejan y no mueran por lo que desconocen.
Tienen tres días para pensarlo… si no la entregan, morirán.
-Entonces, los estaremos esperando justo aquí -ellos se van.
El rey no puede creer que exista tal ignorancia, Christopher les pide que no
revelen lo que acaba de decir ese rey pues sabe que Samantha es capaz de
entregarse a ellos para evitar la guerra. Cuando llegan al campamento
Samantha corre hacia Christopher y le pregunta:
- ¿Quiénes son y qué quieren? -él, por la preocupación no recuerda en el
momento lo que ella le había contado tiempo atrás.
-Vienen de Nirvia y quieren que nos rindamos ante su dios -ella queda en
silencio, a su mente llega el recuerdo de Tristán y se va pensativa. Christopher
nota que fue muy extraña su reacción, pero no la presiona porque no quiere
que le haga más preguntas.
Esa noche Christopher va a llevarle agua, pero ella se ha marchado a un río
que está justo entre los bandos, él imagina que ella se ha ido hacia allá así que
se apresura a ir a su encuentro y olvida tomar su arco. Mientras tanto, ella
llega al lugar, se percata que hay alguien allí y se esconde tras una gran roca.
Está muy asustada, pues es consciente de lo que los Nirvianos le harán si la
llegan a atrapar. No quiere ser imprudente pero no pudo aguantar las ganas de
curiosear. Cuando siente que alguien está detrás de ella, inmediatamente gira y
ve un hombre muy alto, este la agarra por el cuello.
-Los muy cobardes han enviado a una mujer a espiarnos… -su voz sonó
dura y áspera. La levanta con un solo brazo contra la roca. Hay luna llena y
todo se ve claramente, ella queda frente a su rostro y agarra un collar que está
en su cuello, este con la otra mano la agarra para que no lo vaya a reventar ya
que para él es muy valioso, fue el obsequio de una niña hace mucho tiempo.
-Suéltame… -alcanza a decir con el poco aire almacenado en sus
pulmones.
- ¡No lo puedo creer…! los dioses me han favorecido entregándome a Iris.
-él la mira a los ojos con algo de temor, luego hace un gesto de sorpresa-
¿Samantha…? -ella también sabe quién es él.
-Sí… Tristán -él la baja con delicadeza y coloca sus dos manos en las
mejillas de ella.
- ¡Te encontré… por fin te encontré! -dice emocionado, ella lo mira a los
ojos y él se acongoja.
-Pero… ¿porqué traes tu cabello de color rojo?, pude haberte matado
pensando que eras esa maldita ramera.
Christopher llega al lugar y ve que el hombre que había visto en la mañana
sostiene a Samantha contra una roca y se lanza hacia él, tiene que usar su
cuerpo porque no lleva ningún arma y le da con su hombro en el costado
izquierdo.
- ¡Quita tus asquerosas manos de ella! -grita. Ella queda estupefacta-
vete… ¡ya! –dice, mientras Tristán también se arroja sobre él, ella no sabe qué
hacer para detenerlos, grita, pero ambos están demasiado furiosos
destrozándose con los puños como para prestarle atención. Tristán tiene la
misma estatura de Charles y le dice:
-Aparte de enano eres un idiota al atreverte a desafiarme -aun así, en
velocidad y fuerza eran muy similares, por eso ninguno de los dos está
dispuesto a ceder, parecían dos leones luchando por su territorio. Los dos
vienen corriendo, uno contra el otro, a gran velocidad cuando en el medio se
atraviesa Samantha con los brazos extendidos, uno a cada lado con las palmas
de las manos abiertas mostrándoles que debían detenerse.
Los dos se detienen frente a la palma de la mano de ella y Christopher
siente gran confusión:
- ¡¿Qué haces?! -ella lo mira.
-Chris… necesito que te calmes y me escuches… él es Tristán
¿recuerdas…? -Christopher lo mira y queda atónito << ¡claro!, cómo no lo
había reconocido si es tal como ella lo describió>>piensa él. -estaba
buscándome y me reconoció como habías dicho -por primera vez él se siente
insignificante, perdido y recuerda la imagen que vio cuando pensó que él la
atacaba, las manos de Tristán en su rostro y sus caras demasiado cerca,
entonces se encoleriza y dice de manera irónica:
- ¡Vaya, vaya…! Felicidades -ella lo observa con extrañeza- Bueno… creo
que acabamos de matar dos pájaros de un solo tiro, ya que tu nación… -
camina hacia Tristán- busca a la diosa iris que supuestamente protegemos y tú
a ella, las dos en una misma presentación y por el mismo precio… ¿qué crees?
–La señala- ¡ahí está! -se detiene frente a él y en tono amenazante sigue
diciendo- les daré hasta mañana al atardecer para que empiecen a retirarse de
estas tierras o si no… será evidente que su propósito es otro -y empieza a
alejarse guardando la esperanza de que ella grite su nombre y le diga que no se
fuera sin ella, pero con cada paso advierte que no sucederá y se enfurece aún
más.
Samantha no ha entendido nada de lo que él ha dicho, Sin embargo, le
duele como sonó y le pide a Tristán que le explique lo que sucede.
-Vinimos hasta aquí porque nuestros sacerdotes nos aseguraron que
Abadón protegía a la diosa Iris y le pedimos a ellos que la entregaran, y nos
marcharíamos sin hacerles daño -ella se enoja.
-Poner tantas vidas en peligro por esa mentira es algo estúpido.
- ¡Son nuestras creencias y mi nación está dispuesta a morir por ellas! Sin
embargo, en mi caso he cedido con la ilusión de encontrarte.
-Lo hubieras hecho solo.
- ¿Acaso no sabes lo que me harían los enemigos de Drustán si me llegasen
a hallar solo?
-Lo mismo que tu nación está por hacerme a mí. -él agacha la cabeza y
todo queda en silencio por unos segundos.
-No crees que soy hijo de Drustán ¿verdad?
-No… así como sé que tu no crees que soy la diosa Iris.
–Siempre me pregunté porqué tu padre te había alejado de mí… ahora
comprendo… tal vez hasta yo te hubiera lastimado en aquel tiempo, lo peor es
que no podré cambiar la mentalidad de mi gente, pero hablaré con mi padre y
veremos…
-Sé que tu padre es un hombre justo pero sus sacerdotes no, mi nación no
atacará a menos de que vea razones para ello… y si algo pasara… ¿qué harás
tú? -él la toma de las manos.
-No lo sé, solo espero encontrar la manera de no perderte otra vez. -y le da
un beso en ellas. Samantha se siente halagada por lo dicho, pues de alguna
manera necesitaba saber que podía producir un sentimiento como este en
alguien, porque, aunque Christopher le decía ciertas frases halagadoras, ya ella
se había acostumbrado que todo fuera parte de su amistad.
Mientras tanto… Charles escucha como si alguien estuviera sacudiendo un
árbol y va a ver, se sorprende al ver que es Christopher quien golpea con sus
puños uno con gran furia.
-Pero… ¿qué ha sucedido? –pregunta Charles, este lo ignora y sigue en lo
que estaba. Charles lo agarra por uno de sus brazos y él agacha la cabeza.
-Suéltame… -Charles lo observa y nota que él ha estado peleando, por eso
vuelve a preguntarle qué pasó, Christopher cae sobre sus rodillas rosto a tierra.
-La perdí Charles… la perdí…
- ¿De qué rayos hablas? -Christopher pasa a contarle todo lo que ha
sucedido, Charles queda admirado y después de pensar un poco dice:
-Tal vez, solo necesitaba hablar con él, igual… hacía mucho tiempo no se
veían y con ese asunto de que lucharemos si no la entregamos, razones le
sobran para tratar de detenerlos, además Samantha no es el tipo de mujer que
se deja impresionar tan fácilmente.
-Yo mismo le dije que si un hombre la buscaba después de tanto tiempo era
merecedor de su amor.
-Pero si su corazón ya está ocupado, él no podrá entrar. Habla con ella y
dile lo que sientes.
-¡Estás loco…! gracias a Dios que no alcancé a decirle nada o sino en estos
momentos me sentiría peor, pues ella hubiera tenido que decirme que lo
nuestro fue un error, algo que no hubiera podido soportar.
-Estamos hablando de Samantha no de una mujer inexperta.
-Yo también pesaba que era diferente hasta que la vi entre los brazos de ese
tipo, sabes… déjame solo un rato, quiero pensar en lo que haré.
-Está bien, pero piensa objetivamente -y regresa al campamento.
Samantha también va llegando y se encuentra con Charles quien le
pregunta por lo que ha sucedido, ella le cuenta y le pregunta por Chris.
-Es mejor que no lo busque por ahora, está furioso.
-No entiendo por qué esta así.
-Chris te aprecia mucho y por eso se preocupa de lo que pueda sucederte,
ponte en su lugar.
-Charles… no soy su mascota, no puede pretender que le obedezca cada
palabra como si fuera mi dueño, no necesito un guardián… soy libre al igual
que él de tomar mis propias decisiones. -y se va a su tienda.
***
Al día siguiente cada uno atiende sus asuntos, a la primera hora de la tarde
se oye el galopar de un caballo a toda prisa que entra en el campamento, es
Roy y viene muy desesperado. El rey Ricardo sale a su encuentro, este le dice
llorando que los Nirvianos llegaron a su casa y se llevaron a Charlot.
Christopher se levanta como si hubiera estado esperando que algo así ocurriera
y toma su arco, pero el rey le dice que no se apresure, que primero miren que
está sucediendo en aquel campamento. Roy les dice que habían dicho que
necesitaban un sacrificio antes de pelear y lo harían al caer la tarde.
-No me quedaré esperando a que la lastimen -le dice Chris a su padre,
termina de alistarse y los hombres empiezan a hacer lo mismo ya que también
están muy indignados. Cuando Christopher está a punto de subir al caballo
Samantha se interpone:
-El rey tiene razón, hay que ser cautelosos -le dice en forma de súplica y él
cree que quiere proteger a Tristán quedando totalmente enceguecido por los
celos.
-Apártate de mi camino. -y con su brazo la empuja, se monta en su caballo
y se marcha a toda prisa. Charles va tras él. Llegan al valle y ven que en medio
hay una enorme fogata, cerca de ella está Charlot amarrada de un tronco.
-Avísale a nuestro padre la situación mientras yo vigilo -Charles se
apresura y empieza a llegar toda la caballería.
-Cuando esté cerca de Charlot, toquen el cuerno anunciando la guerra para
que ellos pongan su atención al hecho y yo pueda liberar a Charlot. –dice
Chris al ejército.
Falta poco para caer la tarde y Christopher se acerca a Charlot muy
sigilosamente. Entretanto llega un joven Nirvio al campamento Abadonita en
busca de Samantha y ella sale a su encuentro.
-Traigo un mensaje de Tristán.
- ¿Qué sucede…?
-Anoche después de que mi señor Tristán habló con usted, inmediatamente
se fue a hablar con su padre y le explicó lo que estaba sucediendo, después de
estar razonando un buen rato con él y decirle que usted era la hija del señor
William, su padre por fin comprendió el asunto y dijo que hablaría con sus
sacerdotes para volver a casa. Mi señor le dijo que lo acompañaría, pero el rey
dijo que eran asuntos que él mismo tenía que resolver, sin embargo, él se
quedó esperando a su padre, cuando vio que había transcurrido mucho tiempo,
fue a la tienda donde estaban los sacerdotes, entró y lo halló muerto, estos se
abalanzaron sobre mi señor colocando algo en su cara que lo hizo perder el
sentido. Cuando despertó, estaba atado. Los sacerdotes lo culparon de la
muerte de su padre pues dijeron que estaba bajo el control de Iris, que tenían
que hallarla y matarla para que mi señor pudiera recobrar el juicio, entonces
dijo que se cuidara mientras él lograba salir de esa situación. Además… dijo
que antes de entrar en la tienda de los sacerdotes, vio salir a dos Abadonitas,
un hombre mayor y una mujer joven.
Samantha siente que se le erizan los vellos, presiente que esos Abadonitas
eran nada menos que Roy y Charlot y eso solo puede significar una cosa, todo
es una trampa. Toma a su yegua y sale rápidamente hacia el valle, oye cuando
tocan el cuerno y pide al Dios de Abadón que le permita llegar a tiempo. Chris
aprovecha que los Nirvianos se concentran en la muchedumbre que viene a lo
lejos y suelta a Charlot, llevándola a un lugar seguro.
- ¿Estás bien, Charlot?
-Sí Christopher, qué hubiera hecho si no hubieras venido. –y lo abraza.
-Ahora quédate aquí hasta que yo vuelva, ¿entendido? -y se gira.
–Eso no es parte del plan. –le dice ella y saca una daga.
- ¿Qué? –dice volviéndose, ella que con ira le clava la daga en el brazo
derecho, mientras él la mira confundido y se agarra el brazo.
- ¡Empezó mi venganza mi querido Christopher! -Christopher dándose
cuenta de que todo ha sido una trampa, le da una bofetada con la mano
izquierda. Ella se estrella contra un árbol y cae inconsciente, él saca la daga y
su adrenalina sube, corre sabiendo que la vida de su padre está en peligro,
pero… es demasiado tarde.
Charles está agachado junto a su padre que está tendido de lado en el suelo,
Chris se acerca y ve que tiene una flecha en el pecho que fue lanzada desde
atrás.
- ¿Qué sucedió? -dice sin aliento.
- ¡Fue Roy…! -contesta Charles aturdido- no me dio tiempo de
reaccionar… ¿qué es lo que pasa Chris…?
- ¡todo ha sido una maldita trampa…! Charles, parte la flecha del lado de la
coca para que nuestro padre pueda acostarse boca arriba -el rey Ricardo está
votando sangre por la boca, Chris agarra la flecha para retirarla totalmente,
cuando escucha la voz de Samantha que dice:
- ¡No! si lo haces morirá en el acto –él se queda inmóvil, ella se agacha a
su lado.
- ¿Puedes… hacer algo? –pregunta Charles. Ella menea la cabeza.
-Está alojada en su corazón -le limpia la sangre de su boca y levanta un
poco su cabeza. El rey toma la mano de Charles y la de Christopher y con
dificultad les empieza a hablar:
-Los amo, hijos.
-Nosotros también padre -dice Charles, él les une las manos y se las agarra
con fuerza.
-Son hermanos… -y suelta una bocanada de sangre.
-Claro que lo somos padre –dice Chris. El rey toca el rostro de Charles.
-Tienes mi sangre… eres mi hijo, perdóname…por… -muere.
Ambos se miran sin entender lo que quiso decir y empiezan a lamentar su
pérdida. Christopher mira a Samantha que también está bastante acongojada.
- ¿Porqué estás aquí? -le dice Chris.
-Tristán mandó un mensajero a decirme que había tratado de acabar con
esto, pero, que los sacerdotes habían matado a su padre y lo habían apresado a
él.
-Ya veo… pagarán por esto -dice Chris poniéndose de pie.
-No deberías seguir luchando, mira cómo tienes el brazo -le dice
mostrándose preocupada.
-No es nada, es solo un rasguño. -ella desgarra un poco la saya que trae
puesta, amarra el pedazo de tela por encima de la herida y la limpia, él chifla
llamando a frisón.
-Debo suturarte esa herida lo más pronto posible… ¿puedes mover los
dedos?
-Un poco… estaré bien, además… -en eso llega frisón- súbete -ella se sube
y él le dice a frisón: -llévala al campamento y no te detengas hasta que lo
hagas -le entrega a ella su arco y las flechas -dame tu espada.
- ¿Además qué? –le pregunta mientras sostiene su mano y él acaricia su
mejilla.
-Además… nadie merece morir este día más que yo -ella lo mira con
desconcierto y él da una palmada a frisón para que se vaya y este sale como el
tiro del arco, ella se queda mirándolo mientras se alejan.
Chris agarra la espada con su brazo izquierdo y empieza a luchar, busca
como objetivo a Roy.
Tristán logra soltarse y busca una espada, va hacia los sacerdotes dándoles
muerte y toca el cuerno anunciando retirada, pero como los sacerdotes habían
dicho que él estaba bajo el hechizo de Iris, nadie les sigue.
Los Abadonitas se encuentran en aprietos, ya que entre los Nirvianos hay
doscientos hombres sumamente poderosos de alturas descomunales. Estos no
eran hombres normales, sus sacerdotes habían experimentado con ellos para
crear súper guerreros haciéndoles perder prácticamente su humanidad, su
principal objetivo era encontrar y darle muerte a Iris, cuando ven a Samantha,
empiezan a luchar con más ímpetu. Christopher se encuentra luchando con
uno de ellos, pero su poder es escaso, sin poder evadir su ataque recibe una
herida en el lado derecho de su rostro, imposibilitando su vista por este lado, el
gigante lo golpea hasta que él cae tendido al suelo y escucha la voz de Roy.
- Detente… -el gigante se retira- déjame el placer de terminar con su vida,
así como lo hice con su padre. -se para por encima de Christopher, empuña la
espada con sus dos manos y alza sus dos brazos.
- Ruégame por tu vida… -Chris que no tiene ya alientos, sonríe y escupe su
cara, cuando siente que Roy hace un sonido de ahogo y cae de rodillas frente a
él agarrando con sus manos una flecha que tiene clavada en su pecho y
escucha el galopar de frisón acercándose, su visión está algo borrosa,
Samantha empuja a Roy quitándole el peso de su cuerpo, se deja caer sobre
sus rodillas y limpia con cuidado su rostro que está bañado en sangre.
- Chris, ¿me oyes?… te sacaré de aquí. -él agarra su mano y con mucha
dificultad le dice:
- ¡Lárgate, de aquí!… -ella está muy angustiada.
- No me iré sin ti. – cuando logra levantarlo, él siente que la arrebatan de
su lado haciendo que caiga de rodillas. En el momento en que el gigante la
levanta, ella alcanza a tomar su espada, pero en esa postura es poco lo que
puede hacer.
CAP. 10
CAP. 11