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1. ¿Se puede identificar dispensa con permiso?

La mayor inquietud que


tengo acerca del tema de la dispensa, va en relación con el concepto de
permiso. No sé si es adecuado, e incluso, apropiado, identificar dispensa
con permiso, puesto que, en el Derecho, no encontré relación alguna.
Hubo un hecho como tal, que me hizo preguntar más sobre esta
relación, y es que, en el Arancel Eclesiástico de la Provincia de
Cartagena, se encuentra la tarifa de la dispensa o permiso. En ese caso,
no sé si realmente se pueda hablar de permiso.

2. ¿Una dispensa puede darse de forma oral? Es cierto que el Derecho


no dice ni de forma escrita ni oral, pero supongo que, por las
circunstancias y la importancia, debe ser un documento firmado por el
ejecutivo. Aun así, el libro que usé para la exposición afirma que se
puede hacer de forma oral: “Finaliza el CIC la regulación de los actos
administrativos singulares (título IV) con el régimen especial de la
dispensa, propia de la potestad ejecutiva. Ésta, al igual que el
privilegio, tiene gran importancia y tradición en el ordenamiento
canónico y su fin es flexibilizar el rigor de la ley, general y abstracta,
para realizar la justicia en el caso concreto. Ambas figuras, privilegio
y dispensa, crean una situación legítima particular fuera de la
regulación general, habitualmente a través de un rescripto
(documento escrito), aunque cabe excepcionalmente la concesión
oral” 1

3. Esta última inquietud va muy relacionada con la primera, con la


definición propia de dispensa, y además, sobre el presbítero o diácono
como autor de la dispensa en casos determinados. El canon 89 es claro
al afirmar que ni el párroco ni presbíteros o diáconos pueden dispensar a
no ser que se les haya concedido esta potestad. Respecto a esto, pienso
en dos ejemplos concretos:

- Cuando hay una pareja de novios que desean casarse pero uno de los
dos no ha recibido la confirmación, el obispo le da potestad al
presbítero de realizar dicho sacramento. No sé si se trate de una
dispensa como tal, aunque en sí mismo, este caso tiene las
características de la misma; hay causa justa y razonable, no atenta
1
Derecho Canónico I, Sapientia Fidei, p. 145
contra las leyes divinas, constitutivas o jurídicas, y tiene un cese, es
decir, cuando la causa que motivó la dispensa desaparece. No sé si
esto sea dispensa o reciba otro nombre (¿permiso?), y de todas
formas, no sé si para estos casos, el obispo da la potestad de forma
oral o escrita (supongo que oral). En esa misma línea, pensaba en
una determinada situación (hipotética), aunque es muy extremista y
sé que no se puede realizar por razones disciplinarias, y en el fondo,
teológicas; el presbítero puede celebrar todos los sacramentos,
exceptuando la Confirmación y el Orden, se sabe que para el
primero hay permiso en caso de necesidad, pero para el segundo,
obviamente no. Supongo que aparte las cuestiones teológicas, no se
puede dar permiso para esto, pero lo que no sé, es si tiene que ver
con que el sacramento del Orden es una ley divina o constitutiva,
más que todo eso.

- Un párroco de aquí de la Diócesis de Montería, me decía que el


obispo les concede permiso a los presbíteros para perdonar los
pecados que como tal le corresponden al obispo (aborto, homicidio).
Cuando me dijo esto, usó la palabra dispensa. No sé si sea correcto.

Estos ejemplos en cierto sentido, no me generan tanta inquietud como los que
expondré más adelante, porque estos los concede el obispo al presbítero, pero
me pregunto si el presbítero concede también dispensas, esta pregunta surge,
debido a la primera duda, ¿permiso es lo mismo que dispensa? Además, estos
son ejemplos que realmente me han ocurrido en alguna ocasión.

Ejemplos:

1. C. 935: A nadie está permitido conservar en su casa la santísima


Eucaristía o llevarla consigo en los viajes, a no ser que lo exija una
necesidad pastoral, y observando las prescripciones dictadas por el
Obispo diocesano.
En ciertas ocasiones me ha correspondido llevar a cabo exequias en
veredas o lugares lejanos de la parroquia, y por lo general, llevo reserva
eucarística, pero a veces la busco muy temprano puesto que más tarde
nadie me podría atender en la sacristía para retirar la reserva, la
consecuencia de esto, es que he tenido reserva en mi casa solo por unas
horas, pero la devuelvo el mismo día; aclaro que el sacerdote me da
permiso para esto. Aun así, no sé si esto valga como dispensa.
Puesto que hay varias razones que indican que sí lo es:
- Hay una relajación en esta norma.
- Hay causa justa y razonable.
- Hay cese de la dispensa.

De todas formas, el canon afirma que en caso de necesidad pastoral se puede


hacer, aun así, me queda la duda, ¿se puede hablar de dispensa en este caso?

2. “La homilía la hará de ordinario el mismo sacerdote celebrante, o éste


se la encomendará a un sacerdote concelebrante, o alguna vez, según
las circunstancias, también a un diácono, pero nunca a un laico. En
casos especiales, y por justa causa, la homilía puede hacerla también
el Obispo o el presbítero que esté presente en la celebración sin que
pueda concelebrar” (IGMR, n° 66)
En una ocasión me correspondió realizar dicho oficio, estando un
sacerdote presente, pero ciertamente había una justa causa, el presbítero
se encontraba disfónico y estaba celebrando un matrimonio, y como tal,
me pidió ese favor. No sé si realmente este ejemplo valga, pero hay
varios elementos que lo pueden identificar con una dispensa.

3. El Evangelio es propio del diácono, si lo hay, o en su lugar de alguno


de los sacerdotes concelebrantes. Tanto el diácono como el
concelebrante recibirán el encargo del presidente, al cual piden su
bendición en voz baja: “Padre, dame tu bendición “respondiéndole el
sacerdote: “El Señor esté en tu corazón”. Al acabar dicen en
secreto: “Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados”. Sólo
si no hay ministros adecuados lo proclamará el presidente. En ningún
caso lo hará un laico. No obstante, lo dicho si está permitido que un
lector laico proclame el Evangelio en la Misa del Domingo de
Ramos, cuando al leer la Pasión de Nuestro Señor se necesitan tres
lectores (Jesús, Sanedrín y Cronista), reservándose siempre el papel de
Jesús al sacerdote. En este caso, los lectores laicos no reciben el
encargo de parte del presidente.
En una misión de semana santa, me encontraba en una parroquia donde
el sacerdote ya era de avanzada edad, y justo para ese tiempo, había
sido operado de la vista, y ese mismo día, debía presidir la Eucaristía, él
en ese caso, me pidió que leyera el Evangelio, y además me pidió que le
dictase la eucología completa. Realmente habían los requisitos para
hablar de dispensa, pero no sé si sea el término correcto.

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