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SEGUNDA CLASE

INTRODUCCIÓ N A LA BIBLIA
¿CÓMO SE USA LA BIBLIA?

Primero que todo hay que ubicar en donde se encuentra cada libro y si
se nos dificulta encontrarlo, nos es necesario ir al índice para ubicarlo,
ya que cada Biblia tiene los libros abreviados en el índice. Luego
debemos saber que cada uno de los libros está dividido en capítulos y
que los capítulos está n divididos en versículos, los capítulos son
nú meros grandes y los versículos son pequeñ os. Las abreviaturas son
de la siguiente manera: Gén= Génesis; É x = É xodo; Jn = San Juan; Hch=
Hechos de los Apó stoles; Hebreos =Heb. 1 Jn = primera carta de Juan.
Ademá s de las abreviaturas está n los signos ortográ ficos, que se
utilizan para señ alar correctamente las separaciones entre libros,
capítulos y versículos.
Para citar correctamente un texto de la Palabra de Dios, nos es
necesario primero mencionar el libro, en seguida el capítulo y
finalmente el versículo. Se puede hacer de la siguiente manera: Jn 10,
10, que es = a Evangelio de San Juan capítulo diez versículo diez, que
nos dice: “Yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn
10, 10). Otro ejemplo: Jn 3, 16 que es = a Evangelio de San Juan capítulo
tres versículo dieciséis, que dice: “Tanto amó Dios al mundo que dio a
su hijo ú nico para que todo el que crea no se pierda sino que tenga vida
eterna” (Jn 3, 16).
Cita en la que, se señ ala separaciones entre versículos, Mt 11, 28- 29 =
San Mateo capítulo once, versículo del veintiocho al veintinueve. “Que
dice: Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo
los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí que soy paciente y
humilde de corazó n, y sus almas encontrará n descanso” (Mt 11, 28-
30).
Cita en la que se señ ala separaciones entre versículos y también
capítulos: Gá l 5, 25- 6, 1 = Gá latas capítulo cinco versículo veinticinco
hasta el capítulo seis, versículo uno.
Para señ alar que se trata de dos versículos separados uno del otro
ejemplo: Mt 7, 16. 20 significa que vamos a leer Evangelio de San
Mateo capítulo siete, versículo dieciséis y versículo veinte.
Para poder separar dos textos se usa el signo siguiente: Jn 8, 32; 15,1;
Mc 3,28 que nos quiere decir: leer Evangelio de San Juan capítulo ocho,
versículo treinta y dos, pero también hay que leer capítulo quince,
versículo uno del mismo Evangelio y después el Evangelio de San
Marcos capítulo tres, versículo veintiocho.
Lo que significa siguiente se señ ala con una “S” ejemplo: Mc 1, 14s, esto
significa que vamos a leer del Evangelio de San Marcos el capítulo uno,
versículo catorce y el siguiente versículo. Y cuando hay dos “SS”
significa que se va a leer el texto citado y siguientes versículos o lo que
siga después de lo señ alado.
Otros signos que podemos encontrar al citar es “A, B, C”, esto se utiliza
para separar los versículos que son largos, en dos o tres partes,
ejemplo Mt 16, 15a Significa que voy leer solo la primera parte del
versículo y si apareciera Mt 16, 15b, significa que voy a leer la segunda
parte.
2. División general

La Biblia se divide, ante todo, en dos grandes partes: Antiguo


Testamento y Nuevo Testamento, ambos relacionados entre sí. La
palabra latina Testamentum -de donde viene la palabra españ ola
testamento- fue empleada al principio de la era cristiana, para traducir
la voz griega: Diatheké, que literalmente significaba disposició n o
contrato.
A su vez, los traductores griegos, llamados los Setenta, la usaron para
traducir la expresió n hebrea berit = pacto de soberanía, por medio de
la cual designaban los hebreos la Alianza del Sinaí. Lo importante es
que el término Testamento ha quedado para designar, hasta nuestros
días, la divisió n de las Escrituras.
3. División numérica de la Biblia
Dos grandes religiones se rigen por las enseñ anzas de la Biblia: la judía
y la cristiana, la cual está integrada por cató licos, ortodoxos y
diferentes denominaciones.
Los judíos só lo aceptan, como es claro, lo que nosotros llamamos
Antiguo Testamento y lo dividen en tres grandes partes: "La Ley, los
Profetas y otros escritos sagrados". Está compuesta por 39 libros.
Para los cató licos, la Biblia –Antiguo y Nuevo Testamento– está
formada por 73 libros: 46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo
Testamento. Los protestantes de las principales denominaciones só lo
aceptan una lista bíblica de 66 libros: 39 del Antiguo Testamento y 27
del Nuevo.

Como se ve, la diferencia entre cató licos y protestantes no se encuentra


en el canon o lista de los libros del Nuevo Testamento, sino del
Antiguo.

Antes se manejaba la hipó tesis de que en el judaísmo había dos


cá nones, el largo (o alejandrino) y el corto (o palestinense). De acuerdo
a esto, la Iglesia había seguido el canon largo o alejandrino, mientras
que los judíos a partir del siglo I ó II después de Cristo, se habrían
quedado con el canon corto o palestinense.

Hoy en día esta hipó tesis es rechazada por las siguientes razones:

a) Por un lado, la traducció n de la Biblia hebrea al griego no fue una


obra unitaria en su finalidad o proyecto, ni fue traducida
simultá neamente.
b) Por otro lado, conocemos la mayor parte de la Biblia de los Setenta a
través de có dices cristianos del siglo IV y V después de Cristo. Por lo
tanto, ellos reflejarían, en todo caso, el uso cristiano de este tiempo. Y
aú n allí mismo, podemos comprobar la variabilidad que existía en
algunos puntos.

c) Ademá s, entre los judíos de Palestina no había una uniformidad en


lo que respecta al canon; por esto, tampoco podremos hablar de un
canon palestinense.
Por todos estos motivos, no podemos conocer las fronteras exactas de
los libros reconocidos por los judíos de Alejandría.
Seguramente, ademá s de los libros que habían surgido en Palestina,
tenían libros propios compuestos en Alejandría, en lengua griega, como
por ejemplo el de la Sabiduría.
La Iglesia cató lica, lo mismo que la ortodoxa, a partir del Concilio de
Hipona en el añ o 383 después de Cristo, admitió como inspirados no
só lo los protocanó nicos (o aceptados primero, por eso se llaman de la
primera ley) sino los deuterocanó nicos (o de la segunda ley), lista que
fue confirmada solemnemente por el Concilio de Trento, en 1546.

Hemos de mencionar, como argumento irrefutable para afirmar que la


Biblia consta de 73 libros y no de 66, lo siguiente:
 La primera comunidad cristiana (Comunidad de los Apó stoles y
discípulos del Señ or) usó esta traducció n de la Biblia griega de los
Setenta, es decir el Antiguo Testamento con 46 libros.
 Jesucristo, al señ alarle a san Pedro: "Te daré las llaves del Reino de
Dios; así, lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que
desates en la tierra quedará desatado en el cielo" (Mt 16, 19), nos
obliga a hacer y a aceptar lo que los primeros cristianos creían, hacían
o usaban (sea de palabra o de viva voz).
Los argumentos que los judíos usaron para no aceptar los libros
deuterocanó nicos como parte del canon del Antiguo Testamento
aceptado por ellos, no gozan de la autoridad divina, en virtud, de que
en ese momento (añ o 100 después de Cristo), la Comunidad cristiana
ya existía y gozaba de plena autoridad en la materia.

Como vemos, la Iglesia tiene la razó n al afirmar que la Biblia consta de


73 libros y no de 66 como dicen las sectas.

No hay que olvidar que la Biblia es la Palabra de Dios puesta por


escrito en un momento privilegiado de la Tradició n, por lo tanto nada
puede añ adirse, ni nada puede quitarse "La economía cristiana, por ser
la alianza nueva y definitiva, nunca pasará ; ni hay que esperar otra
revelació n pú blica antes de la gloriosa manifestació n de Jesucristo
nuestro Señ or" (La Divina Revelació n, # 4). Lanzo una advertencia a
todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: Si alguno
añ ade algo sobre esto, Dios le enviará las plagas que se describen en
este libro. Y sí alguno quita algo a las palabras de este libro profético,
Dios le quitará su parte en el á rbol de la vida y en la ciudad santa, que
se describen en este libro (Ap 22, 18).
Segunda pregunta
7. ¿A la biblia se le puede añ adir o quitar algo?
No a la Biblia no le podemos añ adir ni quitar nada (Ap 22, 18) y (Dei
Verbum 4).

Ademá s, la ú nica institució n, que ha transmitió por 20 siglos la


Palabra de Dios al mundo entero, ha sido la Iglesia Cató lica: en sus
monasterios, los monjes copiaban fielmente a mano el texto sagrado, la
Iglesia en su Liturgia, en las celebraciones la veneraba de manera muy
especial y la vida de la Iglesia gira en torno a Cristo, pues, está
contenido en la Biblia.

¿Có mo aceptar la Biblia y despreciar a la Iglesia, si ha sido fiel y ha


custodiado como madre para que nadie se pierda?

¿Con qué autoridad puede alguien quitar o añ adir algo a la Palabra de


Dios, si la Iglesia Cató lica fundada por Jesucristo, haciendo uso de su
autoridad divina ha declarado que nada puede añ adirse ni nada puede
quitarse:

“Ten presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse


por cuenta propia; porque ninguna profecía ha venido por voluntad
humana, sino que los hombres de Dios, movidos por el Espíritu Santo,
han hablado de parte de Dios” (2 pe 1, 20, 21).

Los libros que no aceptan las sectas y los Nuevos Movimientos pseudo-
religiosos son los siguientes: Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiá stico,
Baruc y 1 – 2 de Macabeos.
Usando una fó rmula fá cil de aprender, podemos citar estos libros de la
siguiente manera: "ToJuSaEBa Mabis".

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