Está en la página 1de 5

Documento de la Clase 1 .MI proyecto en la Universidad. Vida Universitaria. C.P.U.

UNAHUR

¿Qué tiene que ver esta carrera con mi proyecto de vida?

A diferencia de otras instancias educativas, como la educación primaria y la secundaria, estudiar en la

universidad no es obligatorio. La elección de ir a la universidad históricamente apareció asociada a una

decisión individual, que se relacionaba con el libre albedrío de las personas que elegían que hacer, en

este caso, en relación a su futuro. Una mirada un poco más profunda, nos permite preguntarnos si esto
es tan así ¿cuán libres somos cuando elegimos? ¿Cuánto está presente en nuestras decisiones lo que

otros/otras opinan, quieren, se imaginan? Todos y todas vivimos en sociedad, formamos parte de grupos

con los que compartimos afinidades, gustos, ideologías, opiniones. Estar con otros/otras es lo que nos

hace crecer, ya que las personas no podemos desarrollarnos sin ese intercambio, sin vínculos.

¿Será tan sencillo a la hora de planificar nuestro futuro dejar de lado, o no considerar lo que las personas

significativas para nosotros opinan y quieren? ¿Cómo nos afectan en nuestras decisiones los climas de

época, las modas? Los medios de comunicación, las redes sociales, ¿tendrán algo que ver en cómo me

imagino en el futuro? Las distintas experiencias que vamos teniendo en nuestras vidas, como trabajar, hacer

nuevas amistades, practicar un hobby, participar en una organización social; entre otras, también contribuyen

a que vayamos descubriendo nuevos intereses, gustos, aspiraciones, que a veces pueden ser distintos o

hasta entrar en contradicción con lo que se esperaba para nosotros/as, por ejemplo en nuestra familia o en la

escuela, o con la propia representación de nosotros/as mismos/as que tenemos

• “Quiero estudiar pero en mi casa esperan que me quede cuidando a mis hermanos más chicos”

• “Como siempre me lleve muchas materias en el secundario, me dicen que elija algo fácil
pero yo quiero estudiar ingeniería”

• “Siempre estuve entre los mejores promedios, dicen que es un desperdicio que siga educación física”
• “¿Ahora se te ocurre empezar a estudiar? ¿Quién va a cuidar a tus hijos?”

¿Cómo elegí esta carrera?

Una dimensión que muchas veces aparece invisibilizada a la hora de reconocer los factores de armado de

nuestros proyectos, tiene que ver con el género. Desde la infancia vamos construyendo modos, formas de

relacionarnos, estereotipos de lo que significa ser mujer, ser hombre, que sólo se puede ser mujer u hombre.

Si bien hay una larga tradición teórica en reflexionar y producir conocimiento en relación a entender el género

como una construcción social, y nuestro país ha tenido una política de ampliación de derechos en esta temática a

través de la sanción de la Ley del Matrimonio Igualitario (2010) y la Ley de Identidad de Género (2012) entre otras;

podríamos plantear que en los últimos años, este debate se metió en la vida cotidiana y es posible avanzar con

preguntas e interrogantes que nos interpelan a todos y todas en mayor o menor medida.

Hay otros elementos, como el mercado laboral y la oferta educativa que también están presentes a la

hora de definir qué proyectos queremos construir. En este sentido, las políticas laborales y educativas

que se despliegan delimitan fuertemente condiciones de posibilidad y márgenes de elección, en tanto se

favorezcan o no determinadas áreas de desarrollo del país que requieren de carreras específicas, y

generan mayores puestos de trabajo. Los períodos de nuestra historia que han privilegiado la ampliación

de derechos son los que han contribuido más fuertemente a la expansión de la matrícula universitaria, al

desarrollo científico y tecnológico y a la tendencia al pleno empleo. Como contrapartida, los períodos

donde los gobiernos avanzaron en la restricción de derechos son los mismos que hicieron fuertes

recortes presupuestarios en las áreas de desarrollo nacional.

Los/las estudiantes de la UNAHUR vienen de recorridos educativos y de experiencias de vida diversas. Hay,

por ejemplo, jóvenes que terminaron recientemente el secundario, hay madres trabajadoras, hay padres e

hijos que vienen juntos a estudiar, hay algunos que hace muchos años que dejaron de estudiar, otras que

vienen porque encuentran una oportunidad de mejorar sus vidas al tener una universidad cerca de sus casas,

de sus trabajos, de sus posibilidades. En esta heterogeneidad, que para los/las que formamos parte de la

UNAHUR es una riqueza ya que permite intercambiar y discutir distintos puntos de vista, seguramente los

motivos por lo que se empieza la universidad son muy disímiles.

Sin ánimo de agotar las opciones, a continuación señalamos una serie de dichos de
estudiantes de la UNAHUR sobre por qué empezaron la universidad:
• Para poder hacer algo que me gusta

• Para conseguir un mejor trabajo

• Para ganar plata

• Para ser útil a la sociedad

• Se lo debo a mi familia

• Quiero que mis hijos/hijas sepan que se puede

• Estudiar te abre la cabeza

• Si vas a la universidad te podés defender mejor

• Ahora tengo la oportunidad

Estos dichos no son excluyentes, al contrario se juntan y a veces no de manera fácil. Una carrera no se elige

por una única razón; si fuera así, sería mucho más sencillo y no despertaría las emociones ambivalentes que

suelen aparecer. Sin embargo, es importante poder revisar qué es lo que estamos esperando cuando

comenzamos una carrera ya que conocer nuestras propias expectativas y motivaciones, qué proyecto

estamos armando, ayuda a tener más seguridad sobre lo que estamos haciendo.

Todos y todas empezamos la universidad con nuestra historia a cuesta, y desde nuestras propias situaciones

personales. No es lo mismo continuar estudiando apenas se terminó el secundario, que tomar la decisión de

volver a estudiar luego de varios años de estar lejos del sistema educativo; tampoco es igual animarse a retomar

después de haber tenido experiencias que no fueron satisfactorias en otras instituciones educativas.

Actualmente, en la UNAHUR, hay una gran cantidad de estudiantes que han comenzado sus estudios de

“grande”, con experiencias de vida muy ligadas a lo laboral y/o lo familiar, por lo que entrar a la universidad

representa un gran desafío. Podemos plantear que el desafío es por partida doble: de parte de los/las

estudiantes que se animan y de parte de la universidad de poder acompañar estos recorridos singulares.
Empezar la universidad

Comenzar una carrera universitaria supone una serie de cambios y reacomodamientos importantes a nivel

personal, que si bien pueden ser comparados a otras situaciones de cambio en la vida (conseguir un trabajo,

cambiar de escuela, mudarse), tiene ciertas particularidades que es importante tener en cuenta. Un cambio

que impacta fuertemente en la cotidianeidad de los/las ingresantes es la necesidad de armar nuevas rutinas

que incluyan los tiempos de estudio en la vida diaria. A diferencia de otros países, donde está instalada la

figura de un estudiante universitario que sólo se dedica a su carrera (es la imagen que uno puede ver por

ejemplo en películas o series); en Argentina los/las estudiantes en general trabajan a la par que estudian, y

en muchos casos son también jefes/jefas de familia. Cumplir esta pluralidad de roles demanda armar

organizaciones y rutinas que permitan que puedan llevarse a cabo todas esas tareas, sin “morir” en el intento

y tratando de disfrutar lo que se está realizando. ¿Será posible?

Compatibilizar intereses y necesidades diversas puede no ser una tarea sencilla, y a veces podemos sentirnos

tironeados. ¿Cuánto tiempo le dedico a mi trabajo y cuanto a la universidad? ¿Cómo hago para continuar

entrenando con los horarios de cursada? ¿Mis hijos/hijas me van a reclamar que no les dedique tanto tiempo?

Estos acomodamientos progresivos que vamos armando, generan una suma de emociones
variadas, que a veces provocan desconcierto, ya que generalmente se asocia que estar haciendo
algo que a uno le gusta, que uno decidió, que sólo tendría que provocar sensaciones placenteras.
Sin embargo, comenzar algo nuevo, con altas expectativas puede generar temor e incertidumbre.

El inicio de la carrera supone variadas adaptaciones y acomodamientos por parte de los/las ingresantes:

• Organizar de forma autónoma y responsable el tiempo de estudio incluyendo el horario de


clases y fuera de clases.

• Articular los tiempos de estudio con otras actividades significativas.

• Aprender contenidos nuevos.

• Ponerse en contacto con libros, materiales, películas, actividades que abren


horizontes culturales y simbólicos.

• Encontrarse con las primeras materias, que por la propia organización de las carreras
universitarias, suelen no responder a la imagen ideal que se tiene previamente de la formación.
• Conocer y aprender a manejarse con la lógica y normativa propia de la universidad.

Podríamos decir que el trabajo más significativo (aparte de estudiar por supuesto) que realizamos al iniciar

nuestros estudios universitarios es descubrir a la universidad y aprender a movernos en ella. Los primeros

tiempos conviene tener una postura de exploración, de descubrimiento. Podemos sentirnos como viajeros/as en

un país desconocido, jugadores/as que vamos pasando de niveles, participantes de “Elegí tu propia aventura”.

¿Por qué elegimos estos ejemplos? Porque hay algo de la disposición a la sorpresa, de la actitud activa, de la

curiosidad que es necesario desplegar para comenzar a adueñarnos/as del espacio universitario.

Para cerrar esta clase podemos plantear ¿Cómo hacer para afrontar todas estas situaciones que suponen el inicio

de una carrera? Aparte del esfuerzo y dedicación personal, que son necesarios para llevar a cabo cualquier

proyecto; es importante reconocer que llevar a cabo un estudio universitario no es algo que se realiza en soledad,

sino que es imprescindible contar con otros/otras que acompañan y sostienen ese recorrido.

Ahí podemos considerar no sólo a amigos/amigas; familiares; sino también las nuevas relaciones que se

establecen en la universidad. La vida universitaria tiene muchas aristas. Estudiar en la universidad, conlleva

mucho más que estudiar el contenido de las materias. La universidad favorece y estimula experiencias

enriquecedoras, como el estar en contacto con docentes y compañeros/compañeras, acceder a otros bienes

culturales, participar en actividades políticas, discutir, reflexionar, formar pensamiento crítico. Intervenir en los

distintos espacios que propone la universidad facilita el sostenimiento de la cursada y también nos forma

como profesionales más comprometidos con la comunidad.

Ya mencionamos en este capítulo que muchos/as estudiantes han realizado experiencias valiosas por fuera

del sistema educativo formal. Poner en valor las distintas experiencias de aprendizaje que se suceden a lo

largo de nuestra vida, no necesariamente ligadas al campo educativo formal, permite que podamos ir

adquiriendo más seguridad en los estudios. Los trabajos, la práctica de deportes, realizar una actividad

artística, participar en alguna organización social, son algunas prácticas en las cuales aprendemos a

relacionarnos, ejercemos responsabilidades, trabajamos colectivamente, desarrollamos capacidades y

habilidades. En la universidad estos recursos pueden ser valiosos, y reconocerlos nos permite darnos cuenta

de que, si bien estamos en un lugar nuevo, ya hemos pasado por otras situaciones similares.

Por su parte, la UNAHUR, sostiene la responsabilidad político institucional de garantizar el efectivo


ejercicio del derecho a la educación, y cuenta con una serie de dispositivos, como tutorías, clases
de apoyo, talleres, consultas de orientación, becas; que son recursos disponibles para poder
acompañarlos/las en la trayectoria universitaria que están comenzando.

También podría gustarte