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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Bolívar
Sala Dos de la Corte de Apelaciones
Puerto Ordaz, 16 de agosto del año 2018
208º y 159º

ASUNTO : FP12-P-2012-000475
ASUNTO PRINCIPAL: FK12-X-2018-000005

JUEZ PONENTE: ABOG. HERMES ENRIQUE MORENO

Recibidas las actuaciones precedentes contentivas de la recusación


propuesta por el ciudadano Abogado Ángel Rolando Hurtado Romero,
procediendo en su carácter de defensor privado, del ciudadano Luis José
López Jiménez; incidencia ejercida en contra del Juez Segundo de
Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del
Estado Bolívar, Extensión Puerto Ordaz, Abogado Ricardo Javier García
Ferretti; frente a tal situación y de acuerdo con la ley pasa a esta Corte a
pronunciarse sobre la misma en los términos siguientes:

DEL ESCRITO RECUSATORIO

Del folio uno (01) al ocho (08) de las actuaciones


recibidas por ante esta Instancia Superior, se evidencia que en
el escrito de recusación presentado por el ciudadano Abogado
Ángel Rolando Hurtado Romero, procediendo en su carácter de
defensor privado, del ciudadano Luis José López Jiménez;, expresa lo
siguiente:
APUNTACIÓN PREVIA

En primer lugar, y en atención a lo previsto en el


artículo 89.4) del Código Orgánico Procesal Penal
denuncio como causal de Recusación (sic) que
usted ha incurrido en un hecho grave que lo hace
subsumir su conducta en enemistad manifiesta
para con la parte Acusada (sic), representada por
la persona de mi patrocinado, como con quienes
ejercemos su defensa en este caso, lo cual se
evidenció en el texto de su Informe (sic) de
Recusación (sic) que riela a los autos del Asunto
(sic) Nº (sic) FP01-X-2018-000003, DONDE
EMITE EXPRESIONES OFENSIVAS Y
AMENAZANTES contra esta parte del proceso,
tales señalamientos de que realizamos una : “…
infame recusación…”, que el escrito que la
contiene es “…mal intencionado escrito de
recusación…”, nos endilga haber emitido contra
su persona “…vituperios, insultos y agravios…
cuando se tropiezan con jueces imparciales,
objetivos, rectos, probos y honestos…”; y, por
último, nos acusa de “…vulnerar el ejercicio de
la profesión al actuar de mala fe, de afectar la
majestad de la magistratura, que ese tribunal
ha velado por la tutela judicial efectiva de mi
patrocinado”. (citas textuales del informe de
recusación contenido en el antes señalado
cuaderno de incidencias.)

Esas expresiones señor Juez, debería usted


haberlas dejado para aquellos litigantes “gallitos”
que ejercitan el derecho mediante el agravio, el
atropello, la amenaza, etc., y no ser parte de los
mecanismos de respuesta institucional ante el uso
por las Partes (sic) del proceso de los mecanismos
de cuestionamiento de la objetividad del juez en el
asunto que le es sometido a su conocimiento.

…(omissis)…

Es evidente que usted no ha sido imparcial ni


objetivo en el tratamiento a este caso, lo cual lo
descalifica para que como juez de mérito dilucide,
como árbitro justo e imparcial, las pretensiones de
los accionantes y se mantenga incólume la
presunción de inocencia de mi defendido; y, como
prueba de ello PROMUEVO como documental
copia certificada de su Informe (sic) al cual he
hecho referencia y pido se me expida copia
certificada a nuestro costo y se agregue a este
escrito de Recusación (sic) para ser considerado
por la Corte de Apelaciones al momento de
resolver esta incidencia. Las señaladas
expresiones amenazantes pretenden crear en esta
Parte (sic) del Asunto (sic) miedo y temor de
acciones por parte de su persona para que no
cuestionemos su actuar, cosa que de plano
rechazamos.
Asimismo, esta defensa le acusa de haberse
reunido con la Parte (sic) Querellante (sic) del
proceso, sin la presencia obligante de las otras
partes; lo cual constituye motivo de Recusación
(sic) de conformidad con lo previsto en el Artículo
(sic) 89.6 del Código Orgánico Procesal Penal; pues
como infra lo señalaré, tuve que hacerme parte de
la conversación que sobre este asunto mantenía
usted con los querellantes CENTENO, MEDRANO
y VILLAFAÑE a la salida de (sic) área de oficinas
de los Jueces de Juicio, el día 01 de diciembre de
2017, a las 11:00 horas de la mañana, sin que a la
misma tampoco se hubiese avisado al Ministerio
Público; como evidencia de esto promuevo para
ser oído en la Corte de Apelaciones mi
testimonio bajo juramento de que esa
circunstancia es cierta y la presencié; ya que el
hecho de haberme acercado a esa reunión no
convalida el agravio al debido proceso en el cual
usted estaba incurriendo al tratar el asunto
sometido a su consideración con la Parte (sic)
querellante.-

Como última denuncia, esta defensa le imputa un


hecho grave, el cual es pretender conocer este
asunto a sabiendas de que de conformidad con lo
previsto en el Artículo (sic) 97 del Código Orgánico
Procesal Penal que señala: Artículo (sic) 97. La
recusación o la inhibición no detendrán el curso
del proceso, cuyo conocimiento pasará
inmediatamente, mientras se decide la incidencia,
a quien deba sustituir conforme a la ley. Si la
recusación o la inhibición fuere declarada con
lugar, el sustituto continuará conociendo el
proceso, y en caso contrario, pasará los asuntos
al inhibido o inhibida, o recusado o recusada.”

…(omissis)…

Se observa, y aquí el grave hecho, de que usted fijó


la celebración del juicio oral y público para
mañana 23 de Mayo (sic) de 2018, obviando lo que
prescribe el transcrito artículo 97 y a sabiendas
de que no era usted el llamado por ley a seguir
conociendo de este Asunto (sic) Penal (sic), pues
el mismo le corresponde al Juzgado Primero de
Juicio POR ASI ORDENARLO LA NORMA
PROCESAL.

Lo esgrimido por su persona es una falacia, de que


esa causa inicialmente al ingresar a la jurisdicción
del Estado (sic) Bolívar fue conocida por el
Tribunal Segundo de Juicio; pues ello constituye
una verdad a medias, lo cual tampoco lo faculta
para conocer de ella, ya que la Corte de
Apelaciones en sentencia de fecha 07 de junio de
212, señalo:

“Por todo lo anteriormente expuesto, esta Corte de


Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
(sic) Bolívar, administrando justicia en nombre de
la República Bolivariana de Venezuela y por
autoridad de la ley, declara: PRIMERO: procedente
ANULAR DE OFICIO, de conformidad con los
artículos 191 y 195 del Código Orgánico Procesal
Penal el fallo dictado el 01 de Junio del 2011 por
el Tribunal 6º de Primera Instancia en Función
(sic) de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado (sic) Monagas, sede Maturín (sic), en
ocasión al acto de Audiencia (sic) de Audiencia
(sic) Preliminar (sic) del ciudadano LUIS (sic) JOSE
(sic) LOPEZ (sic) JIMENEZ (sic); fallo mediante el
cual se declara….”

…(omissis)…
No se requiere mucha inteligencia para analizar
este fallo, el cual da al traste con todos sus
alegatos sobre legitimación que usted alega de que
este tribunal previno el conocimiento del asunto,
toda vez que la transcrita DISPOSITIVA de la Corte
de Apelaciones ANULÓ todo lo actuado y retrotrajo
el proceso al acto de imputación fiscal y ordenó la
redistribución del Asunto (sic), todo lo cual riela en
el asunto Nº (sic) FP01-R-212-000059, a la cual
hago referencia y que por notoriedad judicial está
al alcance de ese Tribunal (sic) y de los Jueces que
integran la Corte de Apelaciones mediante el
Sistema Juris 2000.

…(omissis)…

Señor Juez, permitir que usted conozca de un


Asunto (sic) que no le ha sido asignado legalmente
es inaceptable para esta defensa; y, no es esto una
acción dilatoria, no, es defender los derechos de mi
patrocinado ante una violación flagrante a la
garantía contenida en el Artículo (sic) 26
Constitucional, derecho ese que se manifiesta en
una injusticia imparcial y transparente; y, este
proceso de pretender por su parte de asir el
conocimiento de este proceso, a trocha y mocha,
no es precisamente imparcial ni transparente.

Usted debió hacer señor Juez, y no hizo, rechazar


esa asignación directa del Asunto (sic) a su
tribunal, pues al asumirlo, considerando que ellos
constituyó una omisión involuntaria, sin revisar el
histórico del caso, donde se apreciaba que
cualquier distribución previa había dejado sin
efecto al anularse los fallos de la fase de control; y,
debió, por igual, haberse instruido de que al
emitirse el pase a juicio la causa en esta fase se le
asignó al Juzgado Primero de Juicio, cuya titular
fue recusada inmotivadamente por los temerarios
querellantes, y la Corte de Apelaciones la resolvió
como INADMISIBLE.

Pido, por último, que la presente RECUSACION


(sic) sea admitida, tramitada y declarada CON
LUGAR, conforme a los procedimientos
establecidos en el Código Orgánico Procesal Penal.
Como prueba de mis alegatos, promuevo y
solicito se me expidan a mi costo para ser
acompañadas en el Cuaderno (sic) de
Incidencias (sic) la documental que anteriormente
se indicó (Página (sic) 3, encabezamiento); y el
testimonio de mi persona como testigo directo de
su reunión con los Abogados (sic) querellantes…”

DEL INFORME DE RECUSACION

Del folio nueve (09) al trece (13) de las actuaciones

comprendidas en el cuaderno separado remesado a este

despacho, el juez recusado presenta su escrito de informe con

motivo a la recusación ejercida en su contra, mediante el cual

arguye entre otras cosas lo siguiente:

“Quien suscribe, Abogado (sic), RICARDO JAVIER


GARCIA (sic) FERRETTI, en mi carácter de Juez
Provisorio (sic) a cargo del Tribunal de Primera
Instancia en lo Penal en Funciones (sic) de Juicio
No. (sic) 02 del Circuito Judicial Penal del Estado
(sic) Bolívar, Extensión (sic) Territorial Puerto
Ordaz, procediendo de conformidad con lo
establecido en el artículo 96 segundo aparte del
Código Orgánico Procesal Penal, comparece a los
efectos de rendir informe con motivo de la nueva
recusación interpuesta por el Abogado (sic),
ANGEL (sic) ROLANDO HURTADO ROMERO,
titular de la C.I Nº V-2.906.945, actuando en su
condición de defensa de confianza del acusado,
ciudadano, LUIS (sic) JOSE (sic) LOPEZ (sic)
JIMENEZ (sic), titular de la C.I Nº V- 4.028.303,
según consta en las actas procesales que
componen el expediente signado con el No. (sic)
FP12-P-2012-000475, de la nomenclatura llevada
por este Tribunal (sic), relacionado con la presunta
comisión de un hecho punible precalificado por la
Fiscalía competente del Ministerio Público, como
los delitos de: FALSA ATESTACION (sic) DE
FUNCIONARIO PUBLICO (sic), USO DE
DOCUMENTOS FALSOS, ABUSO GENERICO (sic)
DE FUNCIONES Y OCULTACION (sic)
INUTILIZACION (sic), RETENCION (sic),
ALTERACION (sic) O DESTRUCCION (sic) DE
LIBROS U OTROS DOCUMENTOS, previstos y
sancionados en los artículos 317 en relación
con el 316, 322 en concordancia con el artículo
319 todos del Código Penal, artículo 67 y 68 de
la Ley Contra la Corrupción, en consecuencia
ocurro, y expongo:

UNICO

Rechazo por ser inoficiosas, temerarias y


dilatorias, las pretensiones plasmadas por los
recusantes en su nuevo escrito de recusación,
pues tales afirmaciones adolecen una vez mas,
de sustento jurídico, y del conocimiento de
procedimientos previstos tanto en leyes
especiales como en la Ley Adjetiva Penal, y
constituyen a todas luces un planteamiento
mas que dilatorio, desplegado por el recusante,
a tal efecto, hago las consideraciones
siguientes en lo que a la materia respecta.

El artículo 4 del Código Orgánico Procesal


Penal, establece la Autonomía (sic) e
independencia de los jueces y este precepto
reproduce y desarrolla el principio de
independencia de los jueces en el ejercicio de
sus funciones, contenido en el artículo 254 de
la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y en el artículo 3 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial, habida cuenta, en su único
aparte, incorpora, una posibilidad de denuncia
de las perturbaciones que pudieren sufrir en el
ejercicio de sus funciones.

Cabe destacar, que según las reglas de la carga


de la prueba, corresponderían al recusante
demostrar las circunstancias que a su juicio
hizo valer para esgrimir nuevamente, en total
abuso de las facultades que le brinda la Ley
Procesal Penal, la inconsistente recusación que
hoy plantea.
En este mismo orden de ideas, el quejoso
manifiesta que al contenido esencial de su mal
intencionado escrito de recusación, que según
su particular criterio, mi persona ha incurrido
en un hecho grave que según su óptica
subsume mi conducta en enemistad manifiesta
para con la parte acusada, representada por la
persona de su patrocinado, así como con
respecto a la defensa, y acto seguido obrando
con una mala fe mas que evidente, proceder a
sustentar vagamente su aseveración mediante
citas textuales, aparentemente esgrimidas por
mi persona en el informe de la primera
recusación intentada por el recusante, que por
cierto fuere declarada sin lugar por el tribunal
de lazada, citas las cuales por supuesto trae a
colación fuera de contexto.

A continuación, el recusante haciendo un uso


desproporcionado de los mecanismo procesales
que la Ley le brinda, pretende de manera
infructuosa, poner en tela de juicio la
imparcialidad y objetividad de mi persona,
como juzgador que conoce de la controversia
jurídica sometida a mi consideración, y para
ello se fundamente vagamente en las referidas
citas textuales las cuales someramente indica
fuera de contexto, por supuesto, en su
escuálido escrito recusatorio; intenta así la
parte recusante de forma ineficaz, esbozar una
inexistente enemistad manifiesta, que según su
desesperada apreciación particular existe entre
su patrocinado, la defensa de este, donde el se
incluye, y mi persona, argumento que además
de falso e inequívoco, es aportado al presente
proceso con evidentes intenciones dilatorias,
cuyo animo es rettrasar (sic) el proceso, siendo
nada mas ajeno a la realidad tan descabellada
falacia que argumente, toda vez que ni conozco
de vista trato ni mucho menos comunicación
ni al acusado, ni a ninguno de sus abogados
defensores, y por lo tanto, jamás y nunca, he
interactuado en ninguna situación procesal o
extraproceso de donde pudiese emerger tan
infundado alegato de enemistad.
Así las cosas, la parte recusante, únicamente se
limita a realizar vagas citas textuales
descontextualizadas, las cuales extrae de manera
quirúrgica del anterior informe rendido en ocasión
de recusación primera, para tratar de construir y
cimentar de forma fallida su inoportuno alegato de
enemistad supuesta. A seguidas trata en vano de
argumentar el recusante, que no soy objetivo ni
imparcial en el caso bajo mi consideración, y
entonces procede a estimar que a su mezquino, e
irrespetuoso criterio, cree el (sic) que no estoy
calificado para dilucidar como arbitro (sic) justo
las pretensiones de los accionantes, y por
supuesto no promueve ninguna prueba
contundente para sustentar su pretensión
temeraria, llegando incluso el recusante a endilgar
a mi persona, que mis supuestas expresiones son
amenazas intimidatorios (sic), para con esa parte,
por lo tanto es mas que evidente que el único fin
que persigue el quejoso es intentar mediante su
comportamiento procesal temerario, y dilatorio, y a
través de su actuar de mala fe, que este juzgador
no conozca bajo ningun (sic) concepto, sobre la
presente causa, quien sabe por que razón
particular, todo lo cual es erróneamente infundado
ya que mi imparcialidad y objetividad jamás se ha
visto afectada en este caso, donde no conozco a
ninguna de las partes, ni menos aun el fondo del
asunto a juzgar, por lo que mi decisión, como
siempre, estara (sic) ajustada a derecho, y a la
justicia, como máxima premisa.

Nuestra cultura procesal ha sostenido que


conforme al debido proceso, la prueba es el eje
en torno al cual se desarrolla todo proceso, sea
este judicial o administrativo y su producción,
evacuación y valorización debe ser la razón del
mismo. En materia penal, como en materia
administrativa la prueba además de ser el eje
donde descansa la pretensión, esta dirigida
esencialmente a corroborar la participación en
los hechos a quien se le señalé como sujeto
activo de la contravención legal. Por
consiguiente, todo lo atinente al debido
proceso esta estrictamente relacionado con la
actividad probatoria y los Jueces deben acatar
todas las pruebas pertinentes y eficaces para
lograr tal fin.

En nuestra opinión, no puede separarse del


conocimiento de un asunto a determinado Juez
(sic), sobre la base de expresiones dubitativas,
sin soporte, y donde se endilguen vituperios,
insultos y agravios sin sustentación de ningún
tipo, lo que en definitiva puede poner al
escarnio la honorabilidad de un operador de
justicia. Así las cosas me permito expresar, mi
preocupación, al observar como la mayoría de
los profesionales que ejercen el derecho, y en
especial al temerario recusante en este caso en
concreto, mantienen una reiterada posición de
quejo, de inventar fabulas, de crear situaciones
neurológicas internas, cuando se tropiezan con
jueces imparciales, objetivos, rectos, probos y
honestos.

Tal conducta al humilde criterio del suscrito,


vulnera los principios de litigio de Buena (sic)
Fe (sic) de las partes, lealtad, ética, no solo
hacia el juez, las partes y los justiciables, sino,
hacia la majestad del imperio de la justicia, en
evidente agravio a lo expresado en el artículo
105, y el artículo 106, ambos del Codigo (sic)
Organico (sic) Procesal Penal, notándose como
el irrespeto hacia los jueces va prosperando, y
es allí donde necesitamos todo el soporte de
nuestros Magistrados para aplicar los
correctivos a aquellos litigantes, que pública o
privadamente ofenden o irrespeten a los
integrantes del Poder Judicial, a fines de
garantizar el respeto y la protección a la
majestad judicial, y fortalecer nuestra sagrada
labor de imparciales administradores de
justicia, garantes de la paz social de la
República.

Ahora bien, es de hacer notar, que en el asunto


que nos ocupa, el cual se ubica en la presente
fase de juicio, este Tribunal (sic) ha velado
siempre, por el principio de la tutela judicial
efectiva, se ha salvaguardado el derecho
fundamental a la defensa y a la asistencia
técnica, por cuanto como lo establece nuestra
Carta (sic) fundamental, tal derecho es
inviolable en todo estado de la investigación y
del proceso, y por ende como Tribunal (sic) de
Juicio (sic) estamos obligados a garantizarle a
toda persona el conocimiento previo de los
cargos por lo que se le investiga y las pruebas
que obran en su contra, así como disponer del
tiempo adecuado para reparar los medios con
los cuales se defiende, tal como lo establece el
artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en armonía con el
artículo 26 Ejusdem (sic).

De esta manera, quien aquí informa, con todo


respeto manifiesta, que si en cualquier caso
pudiere advertir mi persona durante el
presente proceso, la existencia de una
posibilidad mínima siquiera que pudiese
comprometer mi imparcialidad; que no quepa
la menor duda de que procedería yo de
inmediato, de forma responsable y sensata,
acorde a mis Principio (sic) Éticos (sic) y
Morales (sic) dentro del marco de las (sic)
limites permisivos de mis obligaciones
laborales, ha inhibirme de manera voluntaria
del conocimiento de la presente causa penal
todo lo cual no ha ocurrido, hasta la fecha
actual aun inclusive, en vista de la no
existencia ni ninguna de las causales de Ley, ya
que mi imparcialidad no se ha visto afectada de
alguna manera.

En atención a los anteriores argumentos, a mi


humilde criterio ha quedado desvirtuada la
temeraria, dilatorio, inoficiosa y mal
intencionada pretensión inverosímil del
quejoso, razones por las cuales, en nuestra
opinión, se debe a todo evento declarar
inadmisible la recusación propuesta, por el
Abogado (sic) ANGEL (sic) ROLANDO HURTADO
ROMERO, titular de la C.I Nº (sic) V-2.906.945,
actuando en su condición de defensa de
confianza del acusado, ciudadano, LUIS (sic)
JOSE (sic) LOPEZ (sic) JIMENEZ (sic), titular de
la C.I Nº (sic) V- 4.028.303, que con el debido
respeto solicito que así sea declarada, y se
estudie la posibilidad de aplicar al recusante lo
previsto en el artículo 106 de la Ley Procesal
Penal, en virtud a nuestro criterio, de su
evidente mala fe litigiosa…”

DE LA PONENCIA

La presente causa fue remitida a esta Sala Dos de la Corte de

Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Bolívar, a

cargo de los Abogados Hermes Enrique Moreno, Andrés Maza

Colmenares y Yanett Hernández Hernández, como jueza

accidental, siendo el primero de los mencionados el juez

ponente que resolverá la cuestión planteada.

DE LA MOTIVACION PARA DECIDIR

Luego de revisadas las actuaciones que conforman

la presente incidencia de Recusación, este Órgano Colegiado,

observa lo siguiente:

La inhibición o la recusación deben estar fundadas en

causa legal, no basta con la “simple invocación de antipatía” ya

que, en el caso de la recusación, el recusante está obligado a

expresar los motivos en que se funda la misma, precisando

hechos específicos que revelen la existencia de un “profundo

resentimiento o de un enconado rencor por parte del funcionario


recusado”, como lo asienta el Dr. Armiño Borjas en su

Exposición del Código de Enjuiciamiento Criminal (Tomo I.

Página 137).

Ahora bien, establece el artículo 89 del Vigente Código Orgánico


Procesal Penal, las causales de recusación y se evidencia que en
el presente caso el recusante ha invocado la causal prevista en
el ordinal 4º, que se refiere a “ Por tener cualquiera de las partes
amistad o enemistad manifiesta” ; sin embargo es menester
acotar que para declarar con lugar la recusación es necesaria
la comprobación del sustrato fáctico de la causal. En este
punto es menester acotar lo siguiente: como se ha dejado sentado en
múltiples y reiteradas ocasiones, en toda incidencia de recusación, la
carga de la prueba corresponde al recusante, deberá éste demostrar
plenamente que el hecho descrito puede ser subsumido en cualquiera de
las causales establecidas en el artículo 89 del Código Orgánico Procesal
Penal y, que, además, de las pruebas aportadas, debe necesariamente
consignarlas junto con el escrito de recusación, y que de éstas emerjan
plena convicción de que dicha causal se encuentra perfectamente
acreditada en actas, para que proceda la separación del funcionario del
conocimiento de la causa respectiva.
en este contexto se pudo verificar del escrito recusatorio textualmente lo
siguiente: “Como prueba de mis alegatos, promuevo y solicito se me
expidan a mi costo para ser acompañadas en el Cuaderno (sic) de
Incidencias (sic) la documental que anteriormente se indicó (Página
(sic) 3, encabezamiento); y el testimonio de mi persona como testigo
directo de su reunión con los Abogados (sic) querellantes…”
Quedando evidenciado con ello que el recusante no aporto prueba alguna
que sustente su pretensión al consignar su escrito de recusación, requisito
este indispensable para demostrar lo alegado.
Dicho esto, el lapso a que se refiere el artículo 99 del Código
Orgánico Procesal Penal, debe entenderse como de admisión y evacuación
de las pruebas que debieron ser acompañadas conjuntamente con el
escrito recusatorio, con el fin de que el recusado al contestarla, pudiese
presentar las de descargo, puesto que de entenderse como de promoción y
evacuación, colocarían a los jueces recusados en desventaja, si éstas son
presentadas en el último día de dicho lapso, ya que no tendría oportunidad
procesal alguna para impugnar su admisión.

En este sentido se ha pronunciado la Sala Constitucional del


Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 1.659, de fecha 17 de julio
de 2002, al establecer:

“…Es claro y preciso el artículo in comento, cuando establece el lapso de


tres días, correspondientes tanto a la admisión de la recusación como a la
admisión y evacuación de las pruebas promovidas por las partes, toda vez
que en el escrito que la contiene además de su fundamentación tácita se
deben promover los elementos de prueba que se consideren pertinentes.
Asimismo, fija un término al juez llamado a conocer, cuando señala el
cuarto (4) día para dictar sentencia. De allí que no puede interpretarse
dicho lapso para la promoción de las pruebas objeto de la incidencia, pues
éstas deben promoverse en el escrito contentivo de la recusación, y de no
hacerlo el recusante en dicha oportunidad, las pruebas deben declararse
inadmisibles por ser opuestas fuera de su oportunidad legal…”.

Así las cosas, se observa, que el recusante solo se limita a exponer


porqué procede a recusar, sólo realizando mención de pruebas que avalan
sus dichos, y sin que indefectiblemente se materializara la consignación
formal de algún elemento probatorio, olvidando el que plantea la presente
incidencia, que el mismo tiene la carga de la prueba en el presente caso,
por ello, consideran quienes aquí deciden que era deber del mismo hacer
acompañar las respectivas pruebas junto con el escrito de recusación.

A su turno, el artículo 95 del Código Orgánico Procesal Penal,


establece que será inadmisible la recusación que se intente sin expresar
los motivos en que se funde, debiendo entenderse que también resultará
inadmisible la que se proponga sin brindar o promover los medios
probatorios con los cuales se pretende acreditar dicha causal, ya que
resultaría inoficioso admitir una incidencia de recusación ante la
inexistencia de pruebas.

Asentado lo anterior, es de acotarse además, criterio emitido en Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, bajo la ponencia de la
Magistrada Dra. Luisa Estella Morales Lamuño, como Presidenta de ese
digno Despacho en fecha 24-10-2007, Exp. N° AA50-T-2006-1492, y el
cual es del tenor que sigue:

“(…) Visto que la sola recusación no implica per se una


incompetencia subjetiva del funcionario para conocer de la causa, a tal
punto de obligarlo a separarse de la misma, pues requiere de pruebas
contundentes (…) En consecuencia, se declara sin lugar la recusación
presentada el ciudadano José Luis León Quiroga, titular de la cédula de
identidad N° 3.257.447, actuando en su propio nombre y asistido por el
abogado Ulisis Saúl Landaeta Odreman, inscrito en el Instituto de
Previsión Social del Abogado bajo el N° 36.411, contra el Magistrado Pedro
Rafael Rondón Haaz (…)” (Subrayado de la Corte de Apelaciones).

Siendo esto así, las argumentaciones del recusante, se considera


como una circunstancia subjetiva de naturaleza enunciativa, que no sólo
deben “enunciarse” sino que éstas deben ser demostradas por el mismo;
pues no bastaría entonces la postulación de la causal, sino, que debe
determinarse mediante pruebas traídas a la escena de la incidencia de
recusación, y no sólo con narrativa de lo acaecido, la existencia de dicha
causal, así entonces, frente a tal argumento se hace necesario glosar, que
al momento de analizar el hecho del que no se trajo a colación la prueba
de la situación aducida en mención, este tribunal colegiado pudo constatar
que de esta forma, no encuentra que se desprenda ningún elemento de
convicción que sustente la recusación pretendida.

Así entonces, pretende el recusante asentar la violación del juzgador


a su investidura, intentando dejar en entredicho la objetividad e
imparcialidad, que éste debe observar en el desempeño de su labor
jurisdiccional; todo ello lo esgrime el representante legal de las del acusado
antes mencionado, a considerar de esta sala, de forma temeraria y
precipitada, pues escoge el sendero de la recusación, sin basamento que
dé crédito de su convicción.

Por lo tanto, la Sala, considera que lo procedente y ajustado a


derecho es declarar sin lugar la recusación interpuesta, por el ciudadano
Abogado Ángel Rolando Hurtado Romero, procediendo en su carácter de
defensor privado, del ciudadano Luis José López Jiménez, en contra del
ciudadano Juez Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del
Circuito Judicial Penal del Estado Bolívar, Extensión Puerto Ordaz,
Abogado Ricardo Javier García Ferretti, de conformidad con lo
establecido en los artículos 95 del Código Orgánico Procesal Penal, toda
vez que los fundamentos señalados por el accionante no se ajustan a la
causal prevista en el artículo 89 numeral 4° ejusdem.

Finalmente, esta Sala Colegiada en voz de su ponente, debe dejar


asentado, que la pretensión recusatoria no puede ser profesada en contra
del propósito constitucional de una justicia expedita, sin dilaciones
indebidas consagrada en el artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y menos aún instituirse en el instrumento
legítimo para lograr la dilación del proceso penal o en ardid para separar
del proceso al juez que viene conociendo del asunto. Fiel a lo expresado, la
presente recusación deviene inexorablemente en una declaratoria sin
lugar, de conformidad con el artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Y así se declara.-
.
DISPOSITIVA
Con fundamento en lo antes expuesto, esta Sala Dos de Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Bolívar, administrando
justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por
autoridad de la ley, declara: SIN LUGAR la incidencia de recusación
planteada por el ciudadano Abogado Ángel Rolando Hurtado Romero,
procediendo en su carácter de defensor privado, del ciudadano Luis José
López Jiménez, en contra del Juez Segundo de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Bolívar,
Extensión Puerto Ordaz, Abogado Ricardo Javier García Ferretti. Todo lo
anterior se resuelve de conformidad a lo establecido en el artículo 95 del
Código Orgánico Procesal Penal, y en seguimiento a los criterios de la
alzada constitucional de los que se hicieran cita.

Regístrese esta decisión y remítanse las actuaciones al Juzgado de


origen a los fines indicados en el artículo 48 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial. Désele salida.

Dada, firmada y sellada en la Sede de la Corte de Apelaciones del


Estado Bolívar, Sede Puerto Ordaz a los dieciséis (16) días del mes de
agosto del año Dos Mil Diecisiocho (2018).

Años 208° de la Independencia y 159° de la Federación.-


EL JUEZ PRESIDENTE DE LA CORTE DE APELACIONES,
ABG. HERMES ENRIQUE MORENO
Juez Superior (Ponente)

Los Jueces Superiores Miembros de la Sala,

ABG. ANDRES ELOY MAZA COLMENAREZ


Juez Superior

ABG. YANETT HERNANDEZ HERNANDEZ


Juez Superior (Accidental)

EL SECRETARIO DE SALA,
ABG. ANABEL CHAPARRO

HEM/AEMC/YHH/ACH
FP12-P-2012-000475/FK12-X-2018-000005

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