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FILIAL CUSCO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS, CONTABLES Y SOCIALES
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
CAPITULO IX
VIOLACIÓN DE LA LIBERTAD SEXUAL
ART. 170 al 175
INTEGRANTES :
CARTAGENA YUPANQUI, Vimar Davis
MORIANO CAMPOS, Enriqueta
ZÚÑIGA QUISPE, Julio Cesar
MAMANI MIRANDA, Washington
CUSCO – PERÚ
2020
INTRODUCCION
Los delitos contra la libertad sexual tienen un aspecto social relevante debido a
que atentan contra el aspecto intangible de las personas que está relacionado
con el ámbito psicológico y moral. En tal sentido, estas conductas son
sancionadas de forma severa por nuestro ordenamiento jurídico peruano
dependiendo del grado de comisión en su participación dentro del ilícito penal.
En este trabajo haremos un desarrollo más amplio del teman basándonos en la
doctrina de los delitos contra la libertad sexual en el derecho peruano, por esta
razón hemos considerado incluir un estudio detallado en este aspecto, lo cual ha
coadyuvado a un entendimiento pleno sobre los delitos de violación sexual.
1. TIPO PENAL.
Bajo el nomem iuns de "Delitos contra la Libertad Sexual", en el artículo 170 del
Código Penal se regula el hecho punible conocido comúnmente como "violación
sexual", pero que desde ahora debe denominarse "acceso carnal sexual", el
mismo que de acuerdo a la modificatorias efectuadas por la Ley Nº 28704 del 05
de abril de 2006 Y luego por la Ley Nº 28963 del 24 de enero de 2007, tiene el
siguiente contenido:
El que, con violencia o grave amenaza, obliga a una persona a tener acceso
carnal por vía vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos introduciendo
objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de ocho años. La pena
será no menor de doce ni mayor de dieciocho años e inhabilitación
conforme corresponda:
1. Si la violación se realiza a mano armada o por dos o más sujetos.
2. Si para la ejecución del delito se haya prevalido de cualquier posición o cargo
que le dé particular autoridad sobre la víctima, o de una relación de parentesco
por ser ascendiente, cónyuge de este, descendiente o hermano, por naturaleza
o adopción o afines de la víctima, de una relación proveniente de un contrato de
locación de servicios, de una relación laboral o si la víctima le presta servicios
como trabajador del hogar.
3. Si fuere cometido por personal perteneciente a las Fuerzas Armadas, Policía
Nacional del Perú, Serenazgo, Policía Municipal o vigilancia privada, en ejercicio
de su función pública.
4. Si el autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de
transmisión sexual grave.
5. Si el autor es docente o auxiliar de educación del centro educativo donde
estudia la víctima.
2. TIPICIDAD SUBJETIVA.
el delito de acceso carnal sexual se configura cuando el agente o sujeto activo
haciendo uso de la violencia o amenaza grave, logra realizar el acceso carnal
(vaginal, anal o bucal) o análogo (introducción de objetos o partes del cuerpo Vía
vaginal o anal) con la Víctima sin contar con su consentimiento o voluntad. El
acceso carnal (acto sexual, cópula, ayuntamiento, coito, yacimiento, introducción
de objetos o partes del cuerpo, etc.) se realiza sin el consentimiento o en contra
de la voluntad del sujeto pasivo. El verbo "obligar" utilizado en la redacción del
tipo penal indica que previo al acceso carnal, se vence o anula la resistencia u
oposición de la Víctima. De ahí que el acceso sexual prohibido sea punible no
por la actividad sexual en sí misma, sino porque tal actividad se realiza sobre la
base del abuso de la libertad sexual del otro. Asimismo, del tipo penal se
desprende que los medios ilícitos previsto por el legislador, para vencer o anular
la resistencia del sujeto pasivo, lo constituye la violencia y la amenaza grave.
La fórmula "obliga a una persona" que exige el tipo penal puede comprender
tanto un comportamiento pasivo de la víctima como la realización de actos
positivos de penetración vaginal o análoga, a favor del autor o de un tercero.
Esto permite criminalizar comportamientos graves como el de la mujer que obliga
por la violencia o amenaza grave a un varón a que le practique el acto sexual o
la coacción a una mujer para que tolere la práctica sexual de un tercero. En esa
línea, el delito de acceso carnal sexual se perfecciona con acciones sexuales.
Es decir, mediante acciones por las cuales el agente involucra a otra persona en
un contexto sexual determinado, entendiendo por contexto sexual toda situación
por cuya valoración el autor de la conducta, cuando menos, acude a juicios de
valor referentes al instinto humano que suscita atracción entre los sexos. Esto
es importante tenerlo en cuenta, pues si el agente con su actuar no persigue
satisfacer cualquiera de sus apetencias sexuales, y, por el contrario, solo
persigue lesionar la vagina de la mujer, por ejemplo, se descartará la comisión
del delito de acceso carnal sexual así se haya introducido en la cavidad vaginal
objetos (palos, fierros, etc.) o partes del cuerpo (mano, dedos). Igual se descarta
la comisión del delito en el caso de obligar a alguna persona a transportar droga
empaquetada en forma de pene en su vagina o en su recto. En suma, en los
supuestos delictivos es necesario que el agente tenga como objetivo satisfacer
alguna apetencia de carácter sexual, caso contrario, el delito, al menos sexual,
no se configura. De ahí que en doctrina se sostenga que en los delitos sexuales
siempre se exige la participación de un "elemento adicional al dolo". La conducta
típica de acceso carnal sexual prohibido se perfecciona cuando el sujeto activo
obliga a realizar el acceso carnal sexual al sujeto pasivo haciendo uso de la
fuerza física, intimidación o de ambos factores. El acto sexual o acceso carnal
puede ser tanto por la vía vaginal, anal, bucal o mediante la realización de otros
actos análogos como la introducción de objetos o partes del cuerpo por la
cavidad vaginal o anal del sujeto pasivo. Se amplía de ese modo los instrumentos
de acceso sexual prohibido, ya no limitándose al miembro viril sino también se
prevé como elementos de acceso a otros objetos o partes del cuerpo, pues éstos
"son igual de idóneos para producir la afectación, mediante invasión, de la
libertad sexual"
a. Qué se entiende por objetos y partes del cuerpo.
En tanto que por "partes del cuerpo" se entiende a todas aquellas partes del
cuerpo humano que fácilmente pueden ser utilizados por el agente como
elementos sustitutivos del miembro viril para acceder a la víctima: los dedos, la
mano completa, la lengua, etc. En otros términos, partes del cuerpo para efectos
del delito en hermenéutica, son todos aquellos miembros u órganos que tienen
apariencia de pene o miembro viril a los cuales recurre el agente para satisfacer
una apetencia o expectativa de tipo sexual en determinado momento, lugar y
víctima.
b. La Jellatio in ore como modalidad del acceso sexual.
Bramont-Arias Torres/Carda Cantizano, reproduciendo los argumentos
expuestos por el español Francisco Muñoz Conde, sostenían que según la
redacción del Código Penal resulta discutible si se incluye el coito oral o bucal -
jellatio in ore- dentro del acto análogo. A este respecto y, por una parte, resulta
problemático equiparar en trascendencia y gravedad el acto sexual y el coito anal
con el coito oral, pues los primeros suponen un cierto daño físico, manifestado
especialmente en el coito vaginal, por medio del cual puede producirse la
desfloración, sobre todo en el caso de menores, circunstancia que no se da en
el coito oral. Por otro lado -continúan los autores citados- el coito oral plantea
problemas respecto a la consumación, dado que si se sigue el mismo criterio
para la consumación en todos los comportamientos típicos -penetración total o
parcial del pene- será muy difícil probar este hecho en el coito oral, por lo que,
tal vez, habría que exigir la eyaculación en la cavidad bucal -inmissio seminis-.
Peña Cabrera, Chocano Rodríguez y Vásquez Shimajuko, en sentido parecido
sostenían que la boca carece per se dé una función sexual desde un punto de
vista naturalísimo.
En cambio, nosotros siempre consideramos decididamente que el término
análogo abarcaba al acto sexual anal u oral. Pues, el bien jurídico que al Estado
le interesa proteger desde 1991 fue, como ahora, la libertad sexual. Al ser
sometida la Víctima a un contexto sexual no deseado ni querido (realizar sexo
oral), por la violencia o amenaza grave, es evidente que se limita y lesiona su
libertad sexual y con ello, se afecta su dignidad personal en su expresión sexual
que merece un juicio de desaprobación por parte del derecho penal.
c. El uso de objetos como modalidad del acceso sexual prohibido.
También se materializa el delito de acceso carnal sexual cuando el agente en
lugar de usar su órgano sexual natural (pene), introduce por la vía vaginal o anal,
objetos o partes del cuerpo. La ampliación de los instrumentos penetrantes en el
campo sexual, tiene su explicación en el hecho que actualmente no tiene mayor
sentido limitar el instrumento de invasión al miembro viril, pues si este es el único
que puede afectar a la reproducción, otros objetos, como ya expresamos con
Manuel Cancio Meliá, son igual de idóneos para producir la afectación, mediante
invasión, de la libertad sexual.
Este supuesto se presenta cuando el agente hace uso, por ejemplo, de prótesis
sexuales como ocurrió en el caso "Max Álvarez" que los medios de comunicación
se encargaron de hacerlo público. Aquel caso puso en el tapete la discordancia
entre el hecho real de afectación o lesión a la libertad sexual de la víctima y el
derecho positivo penal. Por defecto de la ley, el cirujano Max Álvarez que luego
de adormecer a sus pacientes con fármacos, le introducía una prótesis sexual
tipo pene, solo fue imputado el delito de actos contra el pudor y no por violación
sexual, con el consecuente efecto que la pena impuesta fue mucho menor a la
que se le hubiese correspondido de haber sido procesado por el delito de acceso
carnal sexual. Ahora, aquel caso se constituye en un típico ejemplo de acceso
carnal sexual por el uso e introducción de objetos en la vagina o ano del sujeto
pasivo.
d. El uso de partes del cuerpo como modalidad del delito de acceso sexual.
El segundo supuesto se materializa cuando el agente del acceso carnal prohibido
en lugar de hacer uso de su órgano sexual natural u objetos tipo prótesis sexual,
introduce en su víctima vía vaginal o anal partes del cuerpo. Se entiende que, en
esta hipótesis delictiva, el agente sustituye al pene u objetos con apariencia de
pene, con partes del cuerpo que puedan cumplir la misma finalidad cual es
acceder sexualmente a la víctima. "Partes del cuerpo" comprende cualquier
órgano o miembro corporal que indudablemente tenga apariencia de pene. El
supuesto se presenta cuando, por ejemplo, el agente introduce por la vagina o
el ano del sujeto pasivo, los dedos, la lengua, la mano completa, etc. Aquí las
"partes del cuerpo", a que hace referencia el tipo penal, pueden ser tanto del
agente como de la misma víctima, pues aquel, muy bien, haciendo uso de la
fuerza puede coger la mano de su víctima-mujer, por ejemplo, e introducirlo en
su vagina.
La Resolución Superior del 29 de abril de 1999 de la Corte Superior de Ayacucho
presenta un caso real en el cual los agentes del delito introdujeron primero los
dedos y luego la mano completa en el conducto anal de la víctima. En efecto, allí
se argumenta: "Que no contentos de haberla violado vaginalmente y contra
natura a la agraviada, los acusados antes referidos introdujeron en el ano de la
agraviada dos dedos, luego tres dedos, y finalmente toda la mano, produciéndole
graves lesiones en el ano, tal como se describe en el certificado médico de fojas
dieciocho donde consta que dicha agraviada presenta el examen médico,
desfloración antigua, himen con solución de continuidad a las III- V- VI- VII Y IX,
Y lesión producida en el ano, como pliegues anales con excoriaciones, equimosis
y desgarro anal de más o menos cuatro centímetros reciente; requiriendo un
tratamiento especializado. Lo que acredita el comportamiento sádico de los
acusados Alex Rodríguez Espinoza y Luis Raúl Quispe Peña, en la comisión del
delito submateria ".
3. Medios típicos del acceso sexual prohibido
Del mismo contenido del modificado tipo penal del artículo 170 se advierte que
el delito de acceso carnal sexual se materializa o perfecciona cuando el agente
con la finalidad de someter a su víctima a un contexto sexual determinado hace
uso de la violencia o amenaza grave. De ese modo, "la violencia" o "amenaza
grave" se constituyen en los dos únicos medios que configuran el delito en
hermenéutica jurídica. Ellos lo caracterizan hasta el punto que si en la
consumación de un acceso o coito sexual, no concurre alguno de aquellos
medios, el delito en análisis no se configura.
a. Violencia
Es la violencia material que exige el tipo penal. Consiste en una energía física
que desarrolla o ejerce el autor sobre la víctima. El autor recurre al despliegue
de una energía física para vencer con ella, por su poder material, la resistencia
u oposición de la víctima. La violencia se traduce en actos materiales sobre la
víctima (golpes, cogerla violentamente de las manos, etc.) tendientes a
someterlo a un contexto sexual deseado por el agente, pero a la vez, no querido
ni deseado por el sujeto pasivo. Aquí pareciera que se pretende incorporar a la
resistencia como un elemento más del tipo penal, no obstante, la verificación de
la resistencia solo sirve como un medio de prueba del acto sexual indeseado.
a. La vis grata puelles
Es importante no confundir la violencia tipificada como medio para lograr. El
acceso camal sexual, con la razonable fuerza física que emplea el varón para
vencer la natural resistencia que el recato impone a la mujer. Esa dulce violencia,
seductora pero no coercitiva (vis grata puelles), no es la violencia física necesaria
que exige la ley para considerar punible el acto sexual (806). En ese mismo
sentido, también queda excluida el acceso carnal prohibido cuando la violencia
ha sido realizada tanto por la víctima como por el victimario como parte de la
mise en scene del acceso carnal sexual, o sadismo. Esto último es una cuestión
fundamental que debe tener en cuenta la autoridad fiscal y jurisdiccional para
determinar falsas denuncias que constantemente se realizan en estos tiempos.
O en su caso, identificar si se pretende enmascarar, a efectos de prueba, una
fuerza ingrata que se pretende hacer pasar por grata. En un caso concreto y real
la violencia realizada en el acto o acceso sexual consentido no tipifica el delito
de violación sexual (808). La vis grata puelles puede originar un supuesto de
error de tipo. Ello ocurrirá por ejemplo cuando el agente en la creencia firme que
la víctima estaba jugando sexualmente le impone el acto, cuando en realidad
aquella se estaba oponiendo al acto sexual (809).
b. Amenaza grave
En principio, nadie está legalmente autorizado para imponer o condicionar a otra
persona a mantener una relación sexual. Imponer o condicionar el acceso carnal
evidencia lesión a la libertad sexual.
La amenaza grave consiste en el anuncio de un malo perjuicio inminente para la
víctima, cuya finalidad es intimidado y se someta a un contexto sexual
determinado. No es necesario que la amenaza sea invencible sino meramente
idónea o eficaz. La amenaza es una violencia psicológica que naturalmente
Origina intimidación en aquel que la sufre. Su instrumento no es el despliegue
de una energía física sobre el sujeto pasivo, sino el anuncio de un mal. La
amenaza o promesa directa de un mal futuro, puede hacerse por escrito, en
forma oral o cualquier acto que lo signifique.
En este ámbito la amenaza es condicional. La condición es de carácter sexual:
para evitar el mal anunciado, el sujeto pasivo amenazado tiene que someterse
al acceso carnal que le impone el agente. De ese modo, se distorsiona o
perjudica el proceso de formación de la voluntad del sujeto pasivo destinatario
de la amenaza.
El mal a sufrirse, mediata o inmediatamente, puede constituirse en el daño de
algún interés de la víctima que le importa resguardar, como su propia persona,
su honor, sus bienes, secretos o personas ligadas por afecto, etc. La amenaza
grave, aparte de lesionar el proceso de formación de la voluntad de la persona,
pone en peligro los bienes sobre el que recae el mal anunciado.
c. Finalidad de la violencia y la amenaza grave
Al desarrollar el significado de los epígrafes anteriores hemos esbozado la
finalidad que persigue el agente al hacer uso de la violencia o amenaza grave;
el objeto de este apartado es precisarlo.
Violencia y amenaza se equiparán en tanto que ambas resultan ser medios
idóneos de coacción tendiente a restringir o a negar la libertad de la víctima y
obligarle a tener un acceso carnal no deseado. El acceso sexual o análogo
prohibido presupone que el sujeto pasivo se niega a complacer los deseos del
agente, negativa que es vencida mediante el recurso a uno de aquellos medios
de comisión. Pero, mientras la violencia origina siempre un perjuicio presente e
implica siempre el empleo de una energía física sobre el cuerpo de la víctima, la
amenaza se constituye en un anuncio de originar un mal futuro inmediato.
La violencia y amenaza grave se desarrollan o desenvuelven con la finalidad de
vencer la oposición o anular la voluntad negativa del sujeto pasivo y de ese
modo, someterlo a practicar el acto o acceso carnal sexual o en su caso, para
impedir que haya resistencia. Desprendiéndose que, sin la concurrencia de uno
o ambos factores, no se configura el delito de acceso carnal sexual. Entre la
violencia o amenaza debe haber una relación de oposición respecto del objetivo
sexual que tiene el agente.
La oposición, resistencia o voluntad negativa de la víctima concomitante al
acceso sexual o análogo debe ser opuesta a la intención del sujeto activo de
mantener la relación sexual, caso contrario, la violación debe descartarse. Lo
mismo sucede en el caso que la violencia del autor no encuentre voluntad
contraria al acceso sexual por parte del agraviado. Del mismo modo, la violencia
realizada durante el desarrollo del acto carnal consentido queda fuera del tipo
legal.
En suma, la finalidad que tiene la violencia o amenaza grave es vencer la
resistencia, oposición O voluntad contraria de la víctima a practicar el acto o
acceso carnal sexual, ya sea Vía vaginal, anal o bucal, el mismo que puede
materializarse haciendo uso del órgano sexual natural o con la introducción de
objetos o partes del cuerpo. Su finalidad es lograr el propósito final del agente
cual es someter al acceso carnal sexual a su víctima y, de esa forma, satisfacer
sus apetencias sexuales; por ello, asignarle otra finalidad es distorsionar el delito
de acceso carnal sexual.
4. Bien jurídico protegido
El bien jurídico protegido en el sistema peruano es el mismo interés fundamental
denominado "de libre autodeterminación sexual" en el sistema alemán; interés
que es la misma libertad de conducirse con autonomía, sin coacciones ni fraudes
en la satisfacción de las apetencias sexuales. En la jurisprudencia peruana
podemos sostener que se ha internalizado bien estos conceptos, prueba de ello
es la Ejecutoria Suprema del 17 de junio de 2003, en cuyo considerando segundo
se esgrime que el objeto de protección del delito de violación sexual es la libertad
sexual, "entendida esta libertad como la facultad que tiene toda persona para
disponer de su cuerpo en materia sexual eligiendo la forma, el modo, el tiempo
y la persona con la que va a realizar dicha conducta sexual y, que el bien jurídico
se lesiona cuando se realiza actos que violentan la libertad de decisión de que
goza toda persona en el ámbito de su vida sexual, siempre que esté en
condiciones de usarla (. .. )".
Por su parte Roy Freyre, comentando el Código Penal de 1924, la define como
la facultad de cada persona de disponer espontáneamente de su vida sexual, sin
desmedro de la conveniencia y del interés colectivo. Igual que todas las
particularidades de la libertad, -continúa el profesor sanmarquinola referente al
sexo es una conquista permanente y una elevación del ser sobre las
preocupaciones represoras. No se podría hablar de libertad sexual si el hombre
en el curso de la civilización, no hubiese logrado dominar la fuerza ciega del
instinto sexual dotándose de un sentido volitivo, tanto para satisfacer como para
abstenerse de hacerlo. El tipo penal del delito sub iúdice trata de tutelar una de
las manifestaciones más relevantes de la libertad, aquella cuyos ataques
trasciende los ámbitos físicos y fisiológicos para finalmente repercutir en la esfera
psicológica de la persona, alcanzando el núcleo más íntimo de su personalidad.
Por ello, algunos tratadistas como Orts Berenguer y Roing Torres prefieren
definir a la libertad sexual como "una esfera de la libertad personal integrada por
la facultad de autodeterminación voluntaria en el ámbito específico de la
sexualidad". No es posible comprender la libertad personal y la dignidad del ser
humano sin una vigencia lo suficientemente amplia de la libertad sexual
entendida como el poder configurador de uno de los aspectos nucleares de la
personalidad en cuanto a la toma de decisiones y del obrar externo sin
interferencias de los demás.
5. Sujetos del delito de acceso carnal sexual
En el delito en hermenéutica jurídica, la relación entre el sujeto activo y la víctima
o sujeto pasivo es directa, caso contrario, aquel ilícito no se configura. Pareciera
que no hubiera mayores problemas para la identificación de los sujetos; no
obstante, la discusión es ardua y poco pacífica. En la actualidad existe cierto
acuerdo en algunos aspectos, más en otros existe viva controversia. Por nuestra
parte trataremos de plantear nuestra posición teniendo como base siempre el
tipo legal recogido en nuestro vigente Código Penal, pues nuestra finalidad no
es otra que hacer dogmática penal.
a. Sujeto activo
La expresión "el que" del tipo penal del artículo 170 indica, sin lugar a dudas, que
agente del delito de acceso carnal sexual puede ser cualquier persona sea varón
o mujer. No obstante, en la doctrina aún no es común esta posición. Por el
contrario, se presenta discutible, pues cierto sector de la doctrina, aunque menor,
aún sostiene que solo el varón titular del instrumento natural penetrante puede
ser sujeto activo del delito.
a. a. La mujer, sujeto activo
Se considera agente del delito de acceso camal sexual a toda persona que
realiza la acción o acciones tendientes a someter a un contexto sexual
determinado al sujeto pasivo. Pudiendo ser tanto el varón como la mujer. No
necesariamente esas acciones tienen que sets materiales, como argumentan
algunos tratadistas, al decir que la mujer no puede ser sujeto activo porque
materialmente no tiene el instrumento para realizar el acceso carnal. En los
tiempos actuales, esta posición no tiene la menor consistencia hasta por dos
argumentos: primero, la mujer como el varón tiene iniciativa y participación activa
en una relación sexual y, segundo, al haberse ampliado el tipo penal para
considerarse otros instrumentos penetrantes como es "partes del cuerpo u
objetos con apariencia de pene", es perfectamente posible que la mujer haga
uso de tales instrumentos y somete sexualmente en forma violenta a un varón.
b. Sujeto pasivo.
La doctrina es unánime en considerar que pueden ser sujetos pasivos o víctimas
del delito de acceso carnal sexual, tanto el varón como la mujer mayor de
dieciocho años sin otra limitación que el de estar vivos y "sin importar su
orientación sexual o si realizan actividades socialmente desfavorables como la
prostitución o la sodomía". De esa forma, el tipo penal responde a la realidad
delictiva. La identificación de ambos sexos viene de suyo. No obstante, el
impacto de este reconocimiento fue largamente discutido. En el Código de 1924,
por ejemplo, solo se consideraba al delito de violación sexual como un acto en
contra de la mujer "honesta" o "virginal". De ahí que las personas que ejercían la
prostitución o llevaban una vida social desordenada, por ejemplo, no podían
constituirse en sujetos pasivos o Víctimas de este delito.
6. TIPICIDAD SUBJETIVA
El aspecto subjetivo del delito de acceso carnal sexual se constituye
inexorablemente de dos elementos, el primero, denominado "elemento subjetivo
adicional al dolo" y el segundo, es el dolo. Si alguno de estos elementos falta en
una conducta de apariencia sexual, el delito no se configura.
a. Elemento subjetivo adicional al dolo
La misma naturaleza estructural del delito en comentario exige la concurrencia
de un elemento subjetivo adicional al dolo que se constituye en el leit motiv del
objetivo o finalidad última que persigue el agente con su conducta. La finalidad
u objetivo que busca el autor al desarrollar su conducta no es otro que la
satisfacción de su apetencia o expectativa sexual. Para lograr tal motivada o
guiada finalidad, el agente obra la mayor de las veces por medio de un plan
previamente ideado. Si aquel elemento subjetivo adicional, que la doctrina lo
etiqueta como animus lubricus o ánimo lascivo, no se verifica en la realidad y,
por ejemplo, el agente solo actúa motivado por la finalidad de lesionar a su
víctima introduciéndole, ya sea por la cavidad vaginal o anal, objetos o partes del
cuerpo, se descartará la comisión del delito de acceso carnal sexual violento.
b. Dolo
El otro elemento subjetivo en el comportamiento delictivo de acceso carnal
sexual lo constituye el dolo, esto es, el agente actúa con conocimiento y voluntad
en la comisión del evento ilícito. En otros términos, "el dolo consiste en la
conciencia y voluntad de tener acceso carnal contra; voluntad de la Víctima".
Esto es, se requiere que el sujeto activo tenga conocimiento que con la
realización de las acciones voluntarias que pone en movimiento la violencia o
que origina la amenaza grave, someterá a la Víctima al acceso carnal sexual,
poniéndole en un comportamiento pasivo con la finalidad que soporte el acceso
carnal sexual no requerido por ella.
Se exige normalmente un dolo directo. Cuando se utiliza la violencia, el dolo
abarca la esperada o presentada resistencia u oposición del sujeto pasivo.
Necesariamente se exige la presencia del conocimiento y voluntad del agente
para la configuración del injusto penal de acceso carnal sexual. Circunstancia
que imposibilita la comisión culposa.
Si junto al dolo, al agente no le orienta o guía alguna satisfacción sexual, su
conducta queda al margen del derecho penal. Por ejemplo, no configuran delito
de acceso carnal sexual aquellas conductas aparentemente sexuales desde una
visión objetiva, pero realizadas con fines propiamente terapéuticas o científicas.
También no es punible por ausencia de dolo, los casos en que el autor de la
violencia ponga a la víctima en una situación tal que sin evidenciar intimidación
acceda voluntariamente a practicar el acceso carnal sexual.
c. El error de tipo.
Ahora bien, en el injusto penal de acceso carnal sexual nada impide que pueda
presentarse supuestos de error sobre un elemento del tipo. Por ejemplo,
estaremos ante un clásico error de tipo cuando el sujeto activo actúa o desarrolla
su conducta creyendo erróneamente que cuenta con el consentimiento de la
víctima para la realización con él de actos sadomasoquistas, cuando lo cierto es
que la actitud de esta era realmente de oposición, de resistencia y, por lo tanto,
de ausencia de consentimiento. Asimismo, la concurrencia del error en el sujeto
activo hace desaparecer la comisión del delito o alguna circunstancia agravante
prescrita en el tipo penal. Por ejemplo, si el agente accede violentamente a su
víctima creyéndola mayor de 18 años, se excluirá el dolo de la agravante prevista
en el inciso 4 del artículo 170, subsistiendo el supuesto del tipo básico por el cual
será sancionado finalmente.
7. ANTIJURIDICIDAD
Después que se verifica en la conducta analizada la concurrencia de los
elementos objetivos y subjetivos de la tipicidad, el operador jurídico pasará a
verificar si concurre alguna causa de justificación de las previstas en el artículo
20 del Código Penal. Por la naturaleza del delito, considero que es difícil verificar
en la realidad concreta algún caso de acceso carnal sexual prohibido donde se
verifique de modo positivo una causa de justificación.
8. CULPABILIDAD
Acto seguido, de verificarse que en la conducta típica de acceso carnal sexual
no concurre alguna causa de justificación, el operador jurídico continuará con el
análisis para determinar si la conducta típica y antijurídica puede ser atribuida a
su autor. En esta etapa tendrá que verificarse si al momento de actuar el agente
era imputable, es decir, mayor de 18 años de edad y no sufría de alguna
anomalía psíquica que le haga inimputable.
También se verificará si el agente al momento de exteriorizar su conducta de
carácter sexual, conocía la antijuridicidad de su conducta, es decir, se verificará
si el agente sabía o conocía que su conducta estaba prohibida por ser contraria
al derecho. Luego, determinará si el agente pudo actuar o determinarse de
manera diferente a la de realizar el hecho punible de acceso carnal sexual.
9. TENTATIVA
Se define a la tentativa como la ejecución incompleta de la conducta tipificada
en la ley penal. En otros términos, existe conducta típica cuando el agente de
manera dolos a da comienzo la ejecución del tipo penal, mediante actos idóneos
e inequívocamente dirigidos a su consumación y esta no se produce por
circunstancias ajenas a su voluntad.
Es punible la tentativa por cuanto el agente, siguiendo un plan determinado,
realiza conductas socialmente relevantes cuyo objetivo es el menoscabo de los
bienes jurídicos protegidos. De tal forma que la tentativa, no es punible por ser
una mera manifestación de la voluntad, sino por la lesión y el menoscabo sufrido
por los bienes jurídicos, producto del comienzo de la ejecución de un
comportamiento dañoso.
En nuestro sistema jurídico penal, esta forma especial de configuración del tipo
penal aparece regulado en el artículo 16 del Código Penal. De ese modo, por la
misma naturaleza de realización del delito de acceso carnal sexual que
inexorablemente necesita de actos previos para su consumación, es posible la
tentativa.
10. CONSUMACIÓN
La consumación del delito es la verificación real de todos los elementos del tipo
legal. O, mejor dicho, es la plena realización del tipo con todos sus elementos.
En el delito de acceso carnal sexual, la consumación se verifica en el momento
mismo que se inicia el acceso carnal sexual propiamente dicho, es decir, la
introducción o penetración del miembro viril en la cavidad vaginal, bucal o anal
o, en su caso, la introducción de partes del cuerpo u objetos con apariencia de
pene en la cavidad anal o vaginal de la víctima, sin importar que se produzca
necesariamente ulteriores resultados, como eyaculaciones, ruptura del himen,
lesiones o embarazo.
En este sentido, no interesa si la penetración o introducción es completa o
parcial, basta que ella haya existido real y efectivamente para encontrarnos
frente al delito consumado. En parecida línea conceptual, el vocal supremo
Javier Villa Stein, antes que se produjera la modificatoria de los delitos sexuales,
enseñaba que se consuma la violación sexual con la penetración parcial o total
del pene en la cavidad vaginal, anal o bucal, de la víctima obligada. No se
requiere eyaculación -seminatio intra vas- ni rotura de himen.
Los términos "introducción" o "penetración" deben entenderse bajo dos
aspectos: primero, cuando el miembro viril del varón agresor se introduce en la
cavidad vaginal, anal o bucal de la víctima o, en su caso, cuando alguna parte
del cuerpo u objeto es introducido en la cavidad vaginal o anal de aquella. Y
segundo, cuando alguna de aquellas cavidades viene a acoplarse en el pene del
varón agredido sexualmente, así como en el objeto o parte del cuerpo que se
utiliza para lograr alguna satisfacción sexual.
El acceso carnal por vía vaginal implica que el órgano genital del varón, objeto o
partes del cuerpo se introduzca o penetre en la vagina de la mujer, o esta se
acople a aquellos instrumentos, exigiéndose para la consumación que el pene,
objeto o parte del cuerpo hayan superado el umbral de los labios mayores. En el
acceso carnal por vía anal se exige que el órgano genital del varón, objetos o
partes del cuerpo se introduzcan o penetren en el recto de la víctima o, en su
caso, el ano se acople a los citados instrumentos penetrantes, no siendo
suficiente el mero roce o contacto. Finalmente, en el acceso carnal por vía bucal,
se requiere que el pene se introduzca en la boca del o la víctima.
11. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DEL DELITO DE ACCESO
CARNAL SEXUAL.
a. Asalto sexual con el concurso de dos o más sujetos
En efecto, ahora se agrava el acceso carnal sexual prohibido cuando el sujeto
activo, para conseguir su objetivo de lesionar la libertad sexual de su víctima,
actúa con el concurso de otro o más sujetos.
El concurso de dos o más sujetos que exige el tipo penal, debe ser en el hecho
delictivo mismo en que se produce el acceso carnal sexual. No antes ni después,
y ello solo puede suceder cuando estamos ante la coautoría. Los instigadores o
cómplices no sirven para cumplir las exigencias de las agravantes. Los
instigadores no cometen el delito, lo determinan. Los cómplices tampoco
cometen el delito, solo colaboran o auxilian a los que realmente realizan el hecho
punible. Los instigadores y cómplices no tienen el dominio del hecho. En suma,
la agravante se configura cuando dos o más personas participan en calidad de
coautores del delito sexual. De tal modo, Castillo Alva enseña que no es
suficiente una complicidad simple o una cooperación necesaria o una instigación
para estimar la agravante, sino que debe tratarse de un caso de coautoría en
donde el dominio del hecho se encuentre en manos de varios sujetos en el
sentido de una contribución de funciones y de roles, en virtud de la cual cada
uno determina con su aporte la mayor gravedad del injusto.
b. El acceso carnal sexual se realiza a mano armada
Esta agravante se configura cuando el agente con la finalidad de satisfacer su
apetito sexual, somete a su víctima al acto sexual violento utilizando un arma. El
arma puede ser un revólver, metralleta, arcos, ballestas, puñales, hachas,
verduguillos, cuchillo, picos, martillos, vidrios, etc. El uso del arma tiene por
finalidad vencer la resistencia u oposición contraria de la víctima. El arma puede
ser propia o impropia. Lo que interesa es el aumento del poder agresivo en el
autor y, a su vez, la mayor intimidación que ejerce sobre la víctima.
La agravante se fundamenta en el hecho concreto que el uso de un arma no solo
mejora la posición del agente, sino que también, disminuye ostensiblemente los
mecanismos de defensa del sujeto pasivo. Según la redacción de la agravante,
no se exige el real uso del arma en la ejecución del acceso camal sexual no
deseado por la Víctima. Es suficiente el simple enseñar, mostrar o blandir en
gesto intimidante determinada arma. No debemos soslayar que el uso del arma
puede ser tanto para ejercer violencia sobre la Víctima como para amenazada,
pues ambos mecanismos configuran el delito de asalto sexual El uso de un arma
en cualquiera de estos mecanismos configura la agravante. No cabe duda que
el uso de arma para violentar o amenazar tiene mayor poder de convicción para
vencer y reducir a la Víctima que la simple violencia o amenaza.
c. El agente se haya prevalido de cualquier posición, cargo o parentesco
Se configura esta agravante cuando el agente somete al acto camal sexual a su
víctima, aprovechando la posición de ventaja o superioridad que tiene sobre ella.
Así también, se configura la agravante cuando el agente aprovechando el cargo
que le da particular autoridad sobre la víctima, la somete al acceso carnal (puede
darse en el caso de tutores; curadores, trabajadores del hogar, empleados,
obreros etc.)
d. El acoso u hostigamiento sexual
En este ámbito resulta importante poner de relieve que si el hostigamiento sexual
logra su objetivo final, cual es acceder sexualmente a la persona objeto del acoso
u hostigamiento, se configurará el delito de asalto sexual agravado, en cambio,
si pese al hostigamiento reiterado no se produce el acceso camal sexual, el delito
agravado no se configura. En este supuesto solo se aplicará la Ley Nº 27942 y,
por tanto, la víctima podrá recurrir a la autoridad competente y solicitar el cese
del hostigamiento, y, de ser el caso, reclamar la correspondiente indemnización.
Posición contraria sostiene Celia Suay Hemández quien, interpretando la
legislación española, afirma que, si el acto sexual perseguido por el acosador no
se consuma o realiza, el hecho quedará en grado de tentativa.
La agravante es de aplicación para aquellos jefes que, por ejemplo, luego de
acosar u hostigar sexualmente a sus subordinados (empleados, obreros,
peones, trabajadores del hogar), los someten al acto sexual, haciendo uso de
grave amenaza a ser despedidos del trabajo o para aquellos profesores que
luego de intimidar a sus alumnos que bien pueden ser varones o mujeres, con
jalarlos en el curso, los someten al acceso camal sexual, casi siempre después
de un acoso sexual sistemático, etc.
e. El parentesco como agravante
De igual forma se perfecciona la agravante cuando el sujeto activo somete al
acto o acceso carnal a su Víctima aprovechando una relación de parentesco por
ser ascendiente, cónyuge de este, descendiente o hermano, consanguíneo o por
adopción o afines de aquella. Esta agravante subsume aquellos hechos por los
cuales algunos padres con el cuento que brindan protección y alimento a sus
hijas, haciendo uso de la violencia o amenaza grave, las someten al acto o
acceso carnal sexual; o para aquellos hermanos mayores que por la violencia o
intimidación obligan a sus hermanas menores a practicar el acto sexual o
también, por ejemplo, para aquellos abuelos que por medio de la fuerza física
someten al acceso carnal sexual a sus nietas o nietos, aprovechando muchas
veces que se quedan solos con ellos en sus viviendas.
En suma, la agravante es de aplicación a los autores del acceso carnal sexual
cuando la víctima es su madre o padre, hijo o hija consanguínea o adoptiva, nieto
a nieta, hermano o hermana, nuera, yerno, suegra o suegro. Es indispensable
que el agente conozca el vínculo que le une con la Víctima. El error sobre esta
circunstancia excluye el dolo del tipo agravado, subsistiendo el supuesto del tipo
básico.
El fundamento de la agravante reside en la vulneración o lesión del bien jurídico
"libertad sexual", así como del Vínculo de parentesco natural que exige al autor
el resguardo o protección sexual de la Víctima.
f. Agravante por calidad o cualidad especial del agente
El inciso tercero de la segunda parte del artículo 170 prevé que se agrava el
delito de acceso carnal sexual cuando en su condición de miembro de las
Fuerzas Armadas, Policía Nacional, serenazgo, policía municipal o vigilancia
privada, el agente en pleno ejercicio de su función pública de brindar seguridad
a los ciudadanos, somete al acto o acceso carnal sexual violento a la víctima.
La agravante se configura siempre y cuando el acceso carnal sexual violento se
haya producido cuando el agente ejercía la función pública de brindar seguridad.
En tal sentido, con el argentino Jorge Buompadre, razonablemente podemos
sostener y enseñar que no es suficiente que el agente reúna la condición
personal que exige el tipo penal al momento de los hechos, sino es necesario
que el acceso carnal se haya producido en el tiempo que el sujeto activo estaba
ejecutando o realizando sus labores o actividades diarias en el marco de su
competencia funcional y territorial. Caso contrario si, por ejemplo, un miembro
de la Policía Nacional realiza el acto sexual bajo violencia en su "día de franco",
solo será denunciado y sentenciado, de ser el caso, por acceso carnal sexual
simple. La agravante no se configura.
El fundamento de esta agravante se explica en el hecho que aquellos grupos de
personas ejercen función pública consistente en brindar seguridad y protección
a los ciudadanos. De modo que si en lugar de ejercer su función encomendada
y confiada normalmente, haciendo uso de la violencia o amenaza grave, someten
al acto sexual a su víctima, aparte de lesionar el bien jurídico "libertad sexual"
afectan gravemente la confianza brindada, ya sea por parte del Estado o de un
tercero que los contrató, en el caso de vigilancia privada.
Asimismo, sirve de fundamento la posición de poder o de dominio que
representan los efectivos de las fuerzas armadas o Policía Nacional, por ejemplo,
ante terceros, quienes fácilmente ven debilitadas sus defensas frente al ataque
sexual.
g. Víctima con edad entre 14 y 18 años
Se configura la agravante cuando el agente por medio de la violencia o amenaza
grave, somete al acceso camal sexual a una persona que tiene una edad
cronológica entre 14 y 18 años de edad. Es decir, la agravante aparece cuando
la Víctima tiene una edad mayor a los 14 años cumplidos y menor a los 18 años.
Un ejemplo que puede servir para configurar la agravante, con fines
pedagógicos, es el caso que un medio televisivo puso al descubierto y lo propaló
hasta el extremo de llevado a los tribunales de justicia, en el cual un congresista
de la República, abusó o intentó abusar sexualmente de una menor de 16 años
de edad (Caso: Torres Caya).
Si se verifica que la Víctima, al momento de producido el hecho, tenía una edad
cronológica menor a los 14 años, el agente será autor del delito de acceso carnal
sexual de menor debidamente sancionado en el artículo 173 del Código Penal.
En cambio, si se verifica que la víctima, al momento de los hechos, tenía una
edad superior a los 18 años, se excluirá la agravante subsumiéndose los hechos
al tipo básico de acceso camal sexual prohibido.
h. Agente portador de enfermedad de transmisión sexual
Esta circunstancia agravante se configura cuando el agente sabiendo que es
portador de una enfermedad de transmisión sexual (ETS), haciendo uso de la
violencia o amenaza grave somete al acto o acceso carnal sexual a su víctima.
Se trata de una figura de peligro, pues no se exige necesariamente que el
contagio se haya producido, sino solo el peligro que el contagio se produzca. En
forma pedagógica con Fontán Balestra, podemos enseñar que la agravante
requiere la concurrencia de tres aspectos: a) que el autor sea portador de una
enfermedad de transmisión sexual. Para determinar si estamos ante una
enfermedad de la clase que exige el tipo penal, será indispensable el
pronunciamiento de los expertos en medicina legal. Solo ellos tienen la
posibilidad de saber científicamente si el agente es portador de alguna
enfermedad de transmisión sexual; b) que con motivo del acto sexual realizado
haya existido peligro de contagio. El solo peligro de contagio satisface la
exigencia legal de la agravante. De esa forma, es irrelevante penalmente verificar
si en la realidad se produjo el contagio. Esta circunstancia solo servirá al juzgador
para graduar la pena al momento de imponerla al responsable; y c) que el autor
al consumar el acceso sexual haya tenido conocimiento de ser portador de la
enfermedad. El agente antes de consumar el asalto sexual debe conocer que es
portador de una enfermedad grave de transmisión sexual y no obstante, tal
conocimiento, realiza el acto sexual violento. A contrario sensu, si por ejemplo
se verifica que al momento que se produjeron los hechos, el agente no conocía
o desconocía que era portador de la enfermedad de transmisión sexual se
excluirá la agravante.
El fundamento de la agravante radica en el hecho que aparte de lesionar la
libertad sexual, el agente pone en peligro la salud de la víctima, toda vez que al
someterlo a la cópula sexual existe la firme posibilidad de contagiarlo o trasmitirle
una enfermedad de transmisión sexual grave en perjuicio evidente de su salud.
El que tiene acceso carnal con una persona por vía vaginal, anal o bucal, o
realiza otros introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las
dos primeras vías, después de haberla puesto en estado de inconsciencia
o en la imposibilidad de resistir, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de diez ni mayor de quince años. Cuando el autor comete
este delito abusando de su profesión, ciencia u oficio, la pena será privativa
de la libertad no menor de doce ni mayor a dieciocho años
1.5. La coautoría
La coautoría es posible en los supuestos previstos en el artículo 17I.En efecto,
de forma expresa se señala que solo será autor aquel que ha tenido acceso
carnal con la víctima después de haberla puesto con tal finalidad, en estado de
inconsciencia o en la imposibilidad de resistir. De modo que si dos o más
personas actúan en concierto de voluntades y primero colocan en estado de
inconsciencia o en la imposibilidad de resistir a su víctima y luego todos le
acceden sexualmente, se configurará Ia coautoría. Situación que se descarta si
solo uno procede a realizar el acceso sexual y el otro u otros no lo hacen por
circunstancias ajenas a su voluntad. En estos supuestos, estaremos ante la
participación en la comisión del delito de acceso carnal sexual alevoso o
presunto. También, quien pone a la víctima en estado de inconsciencia o en la
imposibilidad de resistir con la finalidad que otro le acceda sexualmente, solo
responderá penalmente como cómplice primario.
2. TIPICIDAD SUBJETIVA
De la redacción del tipo penal se desprende que se trata de un delito netamente
doloso, no siendo posible la comisión imprudente. Asimismo, solo es posible su
comisión por dolo directo y dolo indirecto. No es admisible que se configure por
dolo eventual, pues no basta que el agente considere como altamente probable
o posible la ejecución del delito, sino que es indispensable que sepa sin duda y
fisuras que su acción, y particularmente los medios que emplea van a facilitar la
comisión del acceso carnal sexual.
. 3. ANTIJURIDICIDAD
4. CULPABILIDAD
Acto seguido, de verificarse que en la conducta típica de acceso carnal sexual
presunto no concurre alguna causa de justificación, el operador jurídico entrará
a analizar si la conducta típica y antijurídica puede ser atribuida a su autor. En
esta etapa, tendrá que verificarse si al momento de actuar, el agente era
imputable decir, mayor de 18 años y no-sufría de alguna anomalía psíquica que
le haga inimputable. Luego se verificará si el agente al momento de exteriorizar
su conducta etiquetada como acceso sexual presunto, conocía la antijuridicidad
de su conducta, es decir, se verificará si el agente sabía o conocía que su
conducta estaba prohibida por ser contraria al derecho. Después, determinará si
el agente pudo actuar o determinarse de modo diferente a la de cometer el delito.
Subcapítulo.
El que tiene acceso carnal con una persona por vía vaginal, anal o bucal o
realiza otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por
alguna de las dos primeras vías, conociendo que sufre anomalía psíquica,
grave alteración de la conciencia, retardo mental o que se encuentra en
incapacidad de resistir, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de veinte ni mayor de veinticinco años. Cuando el autor comete el
delito abusando de su profesión, ciencia u oficio, la pena será privativa de
libertad no menor de veinticinco ni mayor de treinta años.
El delito de acceso sexual abusivo que de acuerdo con el inciso 2 del artículo
181 de su código Penal, los españoles le denominan "delito de abuso sexual",
se configura objetivamente cuando el agente teniendo pleno conocimiento del
estado psicológico o físico disminuido o anulado del sujeto pasivo, le practica
alguna de las modalidades del acceso sexual. En otros términos, el delito de
acceso sexual abusivo se perfecciona cuando el sujeto activo con pleno
conocimiento de que su víctima sufre de un estado permanente o parcial de
anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia, retardo metal o se
encuentra en incapacidad de resistir, se aprovecha de tal situación y le practica
el acceso carnal sexual vía vaginal, anal o bucal o le introduce vaginal o
analmente objetos o partes del cuerpo, todo ello con la finalidad concreta de
satisfacer alguna apetencia de carácter sexual.
Anomalía psíquica
Este estado comprende tod.as las enfermedades mentales, desórdenes,
trastornos, permanentes o transitorios, cuya gravedad afecta de tal modo el
sistema, nervioso y el comportamiento del que las padece que dificulta su sentido
de la realidad, su capacidad de ajuste adaptivo racional al medio ambiente y en
consecuencia el dominio sobre la o las conductas de que es protagonista (todo
tipo de psicosis). Aquí, el sujeto pasivo no administra adecuadamente los
estímulos externos, por lo tanto) no valora adecuadamente lo que sucede en la
realidad.
Retardo mental
Una persona sufre de retardo metal cuando adolece de un déficit intelectual serio
que le impide entender a cabalidad lo que ocurre en su medio ambiente, un
ejemplo característico de este estado lo constituye la idiotez, la misma que se
manifiesta en una ineptitud parcial o absoluta del sujeto para poder concebir
conceptos, inclusive de los objetos familiares más corrientes.
Incapacidad de resistir
Es un estado de inferioridad física en que se encuentra el sujeto pasivo, por el
cual le es. Imposible obrar en. Forma positiva. Para negarse a concentrar u
oponer resistencia al actuar del agente de realizar el acceso carnal sexual u otro
análogo como puede ser la introducción de objetos o partes del cuerpo.
Como mujer, el tipo penal no exige alguna cualidad o calidad especial. Basta que
sea imputable penalmente para responder penal y civilmente por el delito de
acceso carnal sexual de persona incapaz. Es posible la autoría directa, autoría
mediata y coautoría. Esta última presentará cuando varios agentes en concierto
de voluntades y con pleno dominio del hecho se _distribuyen roles o funciones y
luego, someten a la. Práctica de alguna modalidad de acceso carnal sexual a
una persona que sabe perfectamente que sufre de incapacidad física o psíquica.
La coautoría no significa que todos los agentes que participan en la consumación
del evento delictivo realicen el acceso carnal sobre la víctima, pues es posible
que uno o varios de ellos, según su rol establecido previamente.
De la redacción del tipo penal se desprende con claridad meridiana que se trata
de supuestos delictivos de comisión dolosa. Solo son posibles las clases de dolo
directo e indirecto, más no el dolo eventual. No cabe la comisión por imprudencia
o negligencia. De allí que no baste el conocimiento de que es posible que con la
persona que se va a mantener o se mantiene un acceso sexual sufra anomalía
psíquica, grave alteración de la conciencia, retardo mental o que se encuentre
en incapacidad de resistir sino que se necesita obligatoriamente el conocimiento
cabal, exacto y completo de que el sujeto pasivo se encuentra afectado por una
incapacidad física o psíquica. En consecuencia, el tipo penal exige la
concurrencia de un elemento subjetivo especial que comprende: el conocimiento
que debe tener el agente sobre el estado particular de su víctima, esto es, debe
saber que sufre de anomalía psíquica, alteración grave de la conciencia, retardo
metal o incapacidad para resistir v con tal conocimiento aprovecharse de este
particular estado con la seguridad de no encontrar algún tipo de resistencia.
3. CULPABILIDAD
VIOLENCIA SEXUAL
Empecemos definiendo qué es violencia sexual o, mejor dicho, qué abarca este
concepto. Según el Observatorio Nacional de la Violencia Contra las
Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar del Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables (MIMP), la violencia sexual comprende todas las
acciones con naturaleza sexual que se cometen contra una persona sin su
consentimiento o bajo coacción. Esto incluye actos que no involucran
penetración o contacto físico así como todo acto que vulnera el derecho de las
personas a decidir voluntariamente sobre su vida sexual o reproductiva, a través
de amenazas, coerción o intimidación.
ANTECEDENTES
Estas actuaciones consideradas delictivas han estado presentes a lo largo de la
historia de la humanidad, siendo calificadas que se desarrolla en contrariedad
del orden social; así como, reconocido el impacto negativo para la vida y
desarrollo de estas víctimas que son los menores de edad, daños reconocidos
porque son sujetos derecho y que la inclusión de normas jurídicas
implementadas en cada país son sancionatorias.
Las consecuencias del abuso sexual pueden ser psicológicas y físicas; en ambos
casos son consecuencias negativas por los cuales se necesita de mucho valor
para seguir adelante. De esta forma son personas que viven con el temor de que
les pueda suceder lo mismo, han perdido la confianza de las personas de su
alrededor; también que nunca volverán a ser las mimas personas que eran antes.
Por otro lado, aquellas que fruto de esa violación tienen un resultado el cual no
esperaban, un nuevo ser crece dentro de su vientre; y en casos son de niñas
que aún no tienen el cuerpo desarrollado como el de una mujer.
Esta problemática se presenta en cada ámbito de la vida cotidiana, lo cual no
conoce de culturas, sociedades, nivel económico y grupos religiosos. Por lo que
se busca una solución para la disminución de estos actos delictivos y reprimibles
en la sociedad.
Perú, se encuentra en el puesto tres mundialmente sobre casos de violación
sexual de menores de edad, indicando que nuestra jurisprudencia no está
garantizando adecuadamente las denuncias de víctimas de este delito, siendo
preocupante las altas tasas de estos hechos delictivos.
Violación sexual: Acto sexual sin consentimiento que se puede dar vía
oral, vaginal o anal en la que hay amenaza y fuerza física.
Violación sexual infantil: Acto sexual impuesto a un niño o niña que carece
de desarrollo cognitivo, autoridad y poder lo que capacita al agresor,
implícita o directamente, para coaccionarlo en una complicación sexual.
Sexo / Departamento 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Amazonas 31 49 55 48 61 47 54 63
Hom bre - 3 3 3 3 - 5 -
M ujer 31 46 52 45 58 47 49 63
Áncash 86 109 93 83 110 106 119 137
Hom bre 11 26 15 10 17 10 15 5
M ujer 75 83 78 73 93 96 104 132
Apurímac 64 131 121 72 54 57 68 87
Hom bre 2 6 6 16 4 5 5 3
M ujer 62 125 115 56 50 52 63 84
Arequipa 168 210 239 212 117 54 197 353
Hom bre 12 15 21 11 6 - 7 26
M ujer 156 195 218 201 111 54 190 327
Ayacucho 239 293 242 218 196 140 160 111
Hom bre 1 2 15 9 7 2 13 8
M ujer 238 291 227 209 189 138 147 103
Cajamarca 123 164 141 112 119 83 138 193
Hom bre - 10 4 5 8 10 15 16
M ujer 123 154 137 107 111 73 123 177
Prov. Const. del Callao 231 265 244 299 260 248 314 237
Hom bre 26 27 30 66 64 76 57 17
M ujer 205 238 214 233 196 172 257 220
Cusco 156 203 220 147 156 257 285 331
Hom bre 13 13 22 9 5 6 25 19
M ujer 143 190 198 138 151 251 260 312
Huancavelica 32 42 49 26 55 53 41 31
Hom bre 1 4 1 - 2 1 - -
M ujer 31 38 48 26 53 52 41 31
Huánuco 38 46 60 71 58 49 67 73
Hom bre - 12 2 11 3 - - 1
M ujer 38 34 58 60 55 49 67 72
Ica 157 185 121 117 110 110 147 160
Hom bre 16 15 15 18 22 13 15 21
M ujer 141 170 106 99 88 97 132 139
Junín 263 344 306 293 165 228 330 300
Hom bre 7 14 9 23 9 4 37 17
M ujer 256 330 297 270 156 224 293 283
La Libertad 166 208 199 231 243 272 292 252
Hom bre 18 18 13 19 27 25 28 26
M ujer 148 190 186 212 216 247 264 226
Lambayeque 138 200 225 144 154 180 248 218
Hom bre 12 14 12 7 15 10 15 13
M ujer 126 186 213 137 139 170 233 205
Lima 1 374 1 299 1 207 1 115 1 187 1 131 1 120 1 577
Hom bre 64 75 72 74 56 87 67 173
M ujer 1 310 1 224 1 135 1 041 1 131 1 044 1 053 1 404
Loreto 155 153 85 107 201 188 246 181
Hom bre 4 15 10 6 13 8 18 11
M ujer 151 138 75 101 188 180 228 170
M adre de Dios 38 68 90 92 100 89 104 60
Hom bre - 2 1 13 6 5 10 5
M ujer 38 66 89 79 94 84 94 55
M oquegua 18 10 24 25 32 27 14 30
Hom bre 2 - - - - 3 - -
M ujer 16 10 24 25 32 24 14 30
Pasco 5 11 6 5 22 19 50 56
Hom bre - - - - - - 3 6
M ujer 5 11 6 5 22 19 47 50
Piura 104 149 174 186 176 118 143 158
Hom bre 5 5 13 15 24 18 12 9
M ujer 99 144 161 171 152 100 131 149
Puno 55 40 17 43 91 59 94 46
Hom bre 2 1 2 2 4 4 1 3
M ujer 53 39 15 41 87 55 93 43
San M artín 143 69 97 132 191 374 463 214
Hom bre 6 4 1 13 15 18 23 17
M ujer 137 65 96 119 176 356 440 197
Tacna 82 77 78 100 66 60 65 82
Hom bre 1 3 3 2 4 5 2 5
M ujer 81 74 75 98 62 55 63 77
Tumbes 36 59 31 43 46 42 44 37
Hom bre - 7 4 4 4 6 4 9
M ujer 36 52 27 39 42 36 40 28
Ucayali 143 183 171 122 118 99 69 68
Hom bre 14 14 14 17 17 6 9 4
M ujer 129 169 157 105 101 93 60 64
TIPO PENAL
TIPICIDAD OBJETIVA
El hecho punible denominado acceso carnal sexual de persona bajo autoridad o
vigilancia o, tradicionalmente violación sexual por prevalimiento se verifica
cuando el sujeto activo aprovechando la situación de superioridad, autoridad o
vigilancia que ejerce sobre su víctima, le realiza el acceso carnal sexual ya sea
por vía vaginal, anal o bucal o, en su caso, le introduce objetos o partes del
cuerpo en su cavidad vaginal o anal. El agente abusa o aprovecha de la relación
de superioridad que tiene sobre su víctima, toda vez que esa dependencia
condición y limita la libertad; por ende, la libertad en el ámbito sexual de le
víctima.
Otro elemento objetivo importante del delito de acceso carnal sexual por
prevalimiento lo constituye, sin duda, el lugar o espacio donde se encuentra la
víctima o sujeto pasivo. El tipo penal expresamente indica que puede ser un
hospital, asilo u otro establecimiento parecido y, también, el lugar donde se
encuentran detenidas, recluidas o internas las personas sospechosas o
sentenciadas por la comisión de algún delito. En un hospital no puede
encontrarse sino una persona con enfermedad física o mental. Los asilos,
hospicios o albergues constituyen aquellos lugares donde se presta atención
asistencial a las personas de avanzada edad o niños y adolescente que no tienen
familia ni recursos económicos para subsistir. Por extensión pueden
comprenderse a los colegios o universidades, pues en estos lugares hay una
relación de dependencia de profesor a alumno que, muy bien, puede ser
aprovechado por aquel para satisfacer su apetito sexual.
El bien jurídico que se pretende tutelar con el delito de acceso carnal de persona
dependiente lo constituye la libertad sexual entendida, como la facultad
personalísima de realizar- o practicar una conducta sexual sin coacciones ni
mayor limitación que la libertad ajena.
SUJETO ACTIVO
Sujeto activo del delito de acceso carnal sexual por prevalimiento puede ser tanto
varón como mujer, el mismo que debe tener una posición de superioridad,
autoridad o vigilancia sobre su víctima. Se trata de un delito especial propio, pues
se requiere necesariamente que el agente tenga la calidad o esté investido de
autoridad o le esté encargada la vigilancia de la víctima. Aquel que no tiene las
cualidades descritas en el tipo penal sobre la víctima, no puede constituirse en
sujeto activo del delito en hermenéutica jurídica.
LA COAUTORÍA
SUJETO PASIVO
TIPO PENAL
Articulo 175.- Violación sexual mediante engaño
El que, mediante engaño tiene acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal o
realiza cualquier otro acto análogo con la introducción de un objeto o partes del
cuerpo por alguna de las dos primeras vías, a una persona de catorce años y
menos de dieciocho años será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de seis ni mayor de nueve años.
En este delito, a diferencia de los demás delitos contra la libertad sexual que
encontramos en nuestro ordenamiento jurídico, el agente no emplea violencia ni
grave amenaza contra la víctima menor de edad, o la pone en estado de
inconsciencia o en imposibilidad de resistir. Tampoco se aprovecha de que la
víctima sea menor de catorce años o que sufra de anomalía psíquica y mucho
menos se aprovecha de la situación de dependencia, autoridad o vigilancia que
tiene con ella. En este delito, el sujeto activo utiliza como medio para lograr el
acceso carnal con la víctima el engaño.
Otro concepto nos dice que por engaño hay que entender la antítesis de la
verdad; engañar es hacer creer a alguien mediante palabras o de cualquier otra
manera algo que no es verdad, de tal modo que preste su consentimiento para
el acto sexual. Todo lo dicho, sin embargo, sólo nos puede servir de un punto de
partida o de referencia, ya que cualquier engaño no puede considerarse
relevante para fundar la intervención del Derecho penal, en el cumplimiento del
principio de intervención mínima. Sobre esto último debemos precisar que el
engaño a utilizar por el sujeto activo para lograr el acceso carnal con una persona
adolescente, deberá producir un error esencial en el sujeto pasivo, provocando
con ello una percepción equivocada de la realidad y una manifestación de la
voluntad viciada, producto del cual consienta el acceso carnal. En consecuencia,
para que un engaño sea de considerable intensidad o gravedad, debe tratarse
de un engaño lo suficientemente racional y adecuado a las circunstancias y
características de la persona como para que el sujeto activo pueda lograr sus
fines propuestos.
Por otro lado, para verificar qué tan relevante ha sido el engaño utilizado por el
sujeto activo se debe tener en consideración dos puntos. En primer lugar, la
relación entre el engaño provocado y la vulneración a la libertad sexual siempre
tiene que ser la de causa–efecto y, en segundo lugar, es necesario que se realice
una imputación objetiva del resultado, para lo cual debe comprobarse que tal
engaño provocó un riesgo jurídico-penal relevante para la producción de un
resultado lesivo contra la libertad sexual de una persona adolescente.
Por todo esto, es que no compartimos el presente fallo de la Sala Penal Suprema
que sometemos a análisis, ya que estimamos que uno de los supuestos de
engaño en el delito de seducción es el que, aprovechándose de su parecido
físico con la pareja sentimental o sexual de la víctima, la sustituye haciéndose
pasar por ella (inducción a un error sobre la identidad o in personam). Empero
no podemos limitarlo única y exclusivamente a este caso, ya que, tal y como ya
lo hemos explicamos, existen otros engaños que también pueden ser relevantes
y, por consiguiente, ser encuadrados dentro tipo penal de la seducción sexual
(art. 175º CP). Distinto sería si nuestro ordenamiento jurídico nos haga alusión
directa de “engaño por sustitución de pareja”, pues, este no es el caso, ya que
se tiene que tener en cuenta que el espíritu de la norma en el delito de seducción
es evitar que un sujeto tenga relaciones sexuales con una persona engañándole,
pero no sólo de esa forma sino también aprovechando los errores es decir
usando cualquier medio fraudulento, sea activo (promesa) o sea pasivo
(aprovechamiento del error), pues, ambos tienen semejante valor jurídico-penal.
Esto entendido desde la perspectiva de que el alcance de los términos en
Derecho penal se determina teleológicamente, en atención al fin de protección
de la norma. Evidentemente ésta no ha sido la voluntad de legislador y no puede
sustituirse arbitrariamente por el juzgador.
Por otro lado, si puede considerarse engaño típico el usar el parecido físico de
la pareja de una persona, como lo hace la Sala Suprema, para acceder
carnalmente a ella, ¿por qué limitarla a los menores entre catorce a dieciocho
años? Consideramos que esta limitación hecha por la referida Sala, este debería
ser un delito que se pueda cometer en general por cualquier persona y no tan
sólo que proteja a los menores entre catorce y dieciocho años, pues, en el delito
de seducción es un elemento determinante en la interpretación del tipo, está
referido a un engaño que afecta de forma especial a estos menores. Si bien es
cierto, a esa edad ya existe una cierta libertad sexual, empero, no se ejerce aún
con suficiente responsabilidad. En ese sentido, es lógico que el engaño típico se
refiera única y exclusivamente al que se hace para convencer a un menor entre
las edades referidas.
Uno de los casos que con mayor frecuencia se da en nuestra sociedad es el que
mediante la falsa promesa de que la agraviada recibirá un préstamo, donación o
algún beneficio económico a cambio de acceder a realizar el acto sexual con
este sujeto. Sobre este ejemplo, también quisiéramos precisar que del engaño
que sufre la víctima, debe ser lo suficientemente objetivo para que sea relevante,
ya que no podemos aceptar que puede considerarse engaño a una promesa de
algún beneficio económico que viene de una persona que es de una condición
extremadamente pobre y que ésta situación es conocida con anterioridad por la
víctima; agregar además, que acompañado, en este caso en concreto, del
engaño, a este ejemplo se le debe sumar el estado de necesidad que atraviesa
la persona, el sujeto se aprovecha de éste y obtiene con mayor facilidad sus
propósitos, si el caso en concreto se realiza con una objetividad como la
expresamos en el presente párrafo podríamos concluir que si se configura el
lícito penal de seducción.
Por consiguiente, como podemos apreciar en cada uno de los casos expuestos,
el engaño en el delito de seducción no consiste en un engaño sobre el parecido
físico de la pareja sexual. Debemos tener en cuenta en todo momento la
objetividad y racionalidad del engaño vertido sobre la agraviada y las
circunstancias objetivas y personales de ésta para así poder determinar si el
engaño es o no relevante, así también tener siempre presente que la edad se
convierte en un elemento fundamental del tipo y que es con base en ésta que el
engaño debe ser dirigido por el sujeto agente.
Por parte del Dr. Miguel Ángel González Ortiz, enfatiza que estos supuestos no
deben ser juzgados apriorísticamente, puesto que, en ocasiones, una mujer o un
hombre casado, viudo o divorciado, entre catorce y dieciocho años de edad,
pueden verse inducidos a error. Pensemos en la posibilidad de aquel hombre
que, con la finalidad de tener relaciones sexuales, promete a una viuda que va a
mantener económicamente a ella y a sus hijos, incumpliendo a sabiendas su
promesa. De igual manera, deben resolverse los casos en que medie una
retribución económica, como, por ejemplo, la prostituta que al ser engañada por
el cliente con la promesa de pago realiza el acto sexual. En este caso, la
conducta del cliente estaría encajando perfectamente en el delito de seducción,
por cuanto el tipo no exige ninguna condición a la víctima. Asimismo, el bien
jurídico no hace ninguna distinción sobre qué personas van a beneficiarse con
su protección. Una posición de tal naturaleza debe estar no sólo despojada de
todo prejuicio, sino sustentada en la propia descripción típica y en el bien jurídico
que se protege. Es así, como podemos apreciar que para cada caso en concreto
es necesaria una valoración muy objetiva del engaño vertido sobre la víctima,
así como analizar las circunstancias particulares que puede poseer ésta.