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LUNES:
Nos escribe el Papa: N°1. «Fratelli Tutti», escribía san Francisco de Asís para dirigirse
a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a
Evangelio. De esos consejos quiero destacar uno donde invita a un amor que va más
allá de las barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a quien ame al otro
«tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él». Con estas
pocas y sencillas palabras expresó lo esencial de una fraternidad abierta, que permite
reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del
lugar del universo donde haya nacido o donde habite.
Reflexión: Llamamos a un extraño prójimo, alguien que precisa de ayuda. Más si ese
extraño es otro bautizado y compartimos la fe, la celebración de la Palabra, acciones
solidarias, entonces lo llamamos hermano, hermana. Con ellos somos parte de esa
gran familia cristiana que es la Iglesia, nuestra familia en la fe. Juntos vamos
profundizando quién es Jesús, María la Madre de Jesús, y lo que Dios espera de
nosotros. San Francisco además llamaba al sol y la luna sus hermanos, todo los
creado, porque compartimos el mismo origen en Dios.
MARTES: Nuestra realidad.
Ayer vimos que hay realidades y actitudes que nos alejan de los demás y
otras que nos acercan. Hoy les proponemos a todos a vivir un pequeño
compromiso: saludar a alguien de la Escuela que no conozcamos mucho.
Tratar como hermano/a a alguien comienza por este gesto amable de
saludar. Puedo decirle: ¡Hola! ¡Espero que tengas un lindo día! Quizá se
sorprenda y no tenga muchos deseos de hablar. Más el saludo y la sonrisa
que yo le pueda regalar le dejará una pequeña luz en su corazón. ¿Se
animan?
Rezamos por ellos: Señor Jesús, tú que sanabas los enfermos te pedimos
por quienes hoy están sufriendo y buscando recuperarse. Ilumina a quienes
los cuidan para encuentren el mejor remedio, dales la fortaleza a los
enfermos, y a nosotros ayúdanos a cuidarnos para no caer en algún mal.
Amén.