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Una de las cosas innegables del gobierno electrónico es que es visible. Las estrategias de
gobierno electrónico no tienen realmente su éxito en identificarlas, enlistarlas y conocerlas,
sino, más bien, en ponerlas en práctica; porque el gobierno electrónico es así, es práctico, es
de impacto de cortísimo plazo, es inclusivo y tiene una validez exponencial como un
proceso constante, sistemático y bien pensado hacia dentro y fuera del gobierno.
Esto es lo que se analiza en el Índice de Desarrollo del Gobierno Electrónico, medido por la
UNPAN/ONU desde el 2001 y, que desde el 2003, registra los avance en materia de la
madurez del gobierno electrónico en El Salvador , considerando principalmente 3
dimensiones: capital humano, infraestructura y servicios en línea (más una dimensión
paralela de e-participación). Hace unas semanas, la nueva edición del Reporte de Gobierno
Electrónico de las Naciones Unidas develó cuatro realidades que acentúan más lo que
hemos venido diciendo: necesitamos acción de impacto en el gobierno electrónico:
1. La pandemia de la covid-19, los retos del desarrollo sostenible y los datos están poniendo
la vara más alta para repensar las prioridades del gobierno electrónico.
2. El gobierno electrónico y el gobierno digital conviven y hacen más importante la
utilización inteligente y acertada de tecnología en la gestión pública.
3. La visión, mentalidad, capacidad y fortaleza del entorno del gobierno electrónico no se
puede dejar al azar, requiere más allá de buenas intenciones: conocimiento, planeación y
marcos legales robustos.
4. La transformación digital gubernamental no es lineal, es coherente.
No es casualidad que Dinamarca, Corea del Sur, Estonia, Finlandia y Australia estén
posicionados en los primeros cinco lugares de la medición de gobierno electrónico 2020; en
particular, que Corea del Sur sea el líder global en la provisión de servicios en línea, así
como tampoco es casualidad que Uruguay lidere el ranking en América Latina y que por
primera vez Costa Rica esté posicionado dentro del grupo de países con los más altos
niveles de desarrollo de gobierno electrónico. Esto se llama visión; y no es que todo lo que
estos países hagan sea perfecto o siempre certero, al contrario, es que estos países pasan del
discurso a la acción.