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Como Hacer Un Patron de Zapato
Como Hacer Un Patron de Zapato
La lista con las herramientas necesarias que necesitarás para hacer un zapato.
1. Una horma para zapatos. Si no tienes una horma de zapato puedes utilizar cinta sobre un zapato
o una horma impresa en 3D.
4. Bolígrafos y lápices.
6. Papel Bristol (cualquier papel rígido servirá, como una subcarpeta o una carpeta manila). Aquí hay
otra lista con más herramientas que podrás necesitar para la fabricación de calzado.
Esta es una lista de otras herramientas para la fabricación de calzado que podrás necesitar,
Asegúrate que la cinta está enrollada alrededor del borde inferior de la horma. Este borde será
necesario, ya que se convertirá en el borde inferior de tu patrón. Si el diseño de tu zapato es
simétrico, la mitad de la horma estará bien. Si en cambio, es asimétrico, deberás cubrir por completo
la horma con la cinta. El proceso es el mismo para ambos lados.
Una vez que la horma esté cubierta con cinta adhesiva, será momento de comenzar a marcar el
patrón del zapato. Con una regla de acero, marca la línea central de la horma desde el empeine
hasta la puntera, y también desde el borde hasta la parte final del talón. Para un listado con
vocabulario técnico de una horma, puedes echarle un vistazo a esta publicación sobre Hormas de
zapato y Cómo se fabrican las hormas.
Con las líneas de centro marcadas, es el momento de comenzar a dibujar el patrón sobre la horma
Aquí, el patrón despegado de la horma. Te darás cuenta de que no se aplana totalmente, pero no te
preocupes.
Una multiherramienta Leatherman es un equipo muy útil con sus cuchillas para cortar costuras
abiertas y sus alicates para quitar piezas. La hoja dentada y la hoja de sierra son muy útiles
para cortar secciones de los zapatos de muestra.
Hacer pinzas duraderas también es una herramienta muy
útil para tener alrededor. En la fábrica de zapatos, se utilizan para tirar de los bordes del material
hacia abajo en el último y luego presionarlo con una parte de martillo. Como desarrollador, a menudo
usarás esta herramienta para separar un zapato y ver qué hay dentro.
Una escala de gramo es una herramienta muy útil en la creación de calzado de rendimiento de alta
tecnología. Muy a menudo tendremos problemas con los subcomponentes y mediremos cada pieza,
parte por parte, para asegurarnos de que estamos haciendo la pieza de calzado más liviana que
podamos hacer.
Siempre tenemos a mano una cinta métrica flexible para medir alrededor de la durabilidad de los
zapatos y para medir diferentes componentes de zapatos. Una cinta métrica flexible es muy útil para
medir pies y tobillos.
Un conjunto de divisores ajustables es muy útil para diseñar y desarrollar calzado. Utilizamos los
divisores para verificar las mediciones críticas de los últimos y los diferentes componentes que
pueden ser difíciles de alcanzar. Un par de divisores es una herramienta muy útil cuando se
comparan dimensiones de una muestra a otra. Para trabajar en botas de gran tamaño necesita un
juego.
Los
pasos para pegar la suela de un zapato
OKDIARIO
28/09/201817:09
¿Se te ha roto el calzado por la suela? Seguramente habrás pensado en tirar los zapatos y comprarte unos nuevos pero lo cierto es que pegar la suela de un
zapato es algo realmente fácil y te permitirá poder seguir disfrutando de ellos durante mucho tiempo.
Tan solo debes seguir la guía de pasos que te ofrecemos a continuación para saber cómo pegar la suela de un zapato de manera correcta, es decir, para que
este te sirva de nuevo y no acabe despegándose de nuevo sin importar el tipo de zapato, y de paso no tener que llevar el zapato al zapatero.
Materiales:
Pegamento de contacto
Martillo
Papel de lija
1. La clave para pegar la suela del zapato de manera correcta es elegir bien el pegamento ya que suele ocurrir que después de unos días, la suela se
desprenda de nuevo, así que necesitas utilizar el pegamento adecuado, es decir uno que sea de contacto.
2. Además, es importante que el pegamento que usemos tenga una cierta elasticidad y a poder ser que sea de caucho sintético, de modo que pueda
resistir bien los movimientos que inevitablemente se llevan a cabo al caminar. Sin embargo, debes tener cuidado porque suele ocurrir que el
pegamento para zapatos que os estamos explicando, pierde sus cualidades si entra en contacto con la humedad o si está sometido a una presión
demasiado fuerte, así que procura que esté bien seco antes de usarlo.
3. Una vez tenemos el pegamento, lo primero que debemos hacer limpiar cuidadosamente la superficie de la suela y la del zapato. Para ello, usa
un poco de papel de lija de grano muy fino para que puedas eliminar los restos del pegamento anterior, luego elimina los granos y el polvo
restante con un cepillo.
4. Cuando hayas limpiado perfectamente la suela y el zapato, puedes extender el pegamento sobre la suela con la ayuda de una espátula.Deja la
suela separada del zapato durante unos minutos, de modo que el pegamento pierda parte de su fuerte olor, luego la acercas y ten cuidado de
acercarla al zapato con extrema precisión, ya que el efecto del pegamento es inmediato y, por lo tanto, no tendrás la oportunidad de arreglarlo.
5. Para obtener una adhesión perfecta, es necesario ejercer presión, así que presiona bien las dos partes encoladas y golpea la suela con un
martillo en diferentes puntos.
6. El pegamento debe tener tiempo para secarse, por lo que debes dejar los zapatos al aire durante al menos 24 horas, y pasado este tiempo ya
estarán listos para usar, pero siempre recuerda evitar los charcos, si deseas que el pegamento de aguante durante mucho tiempo.
Existen evidencias que nos enseñan que la historia del zapato comienza a partir del año
10.000 a.C., o sea, al final del periodo paleolítico (pinturas de esta época en cuevas de España
y sur de Francia, hacen referencia al calzado) . Entre los utensilios de piedra de los hombres
de las cuevas, existen diversas de estas que servían para raspar las pieles, lo que indica que el
arte de curtir el cuero es muy antiguo. En los hipogeos (cámaras subterráneas utilizadas para
entierros múltiples) egipcios, que tiene la edad entre 6 y 7 mil años, fueron descubiertas
pinturas que representaban los diversos estados de la preparación del cuero y de los calzados.
En los países fríos, el mocasín es el protector de los pies y en los países más calientes, la
sandalia aún es la más utilizada. Las sandalias de los egipcios eran hechas de paja, papiro o
entonces de fibra de palmera.
Se sabe que apenas los nobles de la época poseían las sandalias. Incluso un faraón como
Tutancamon, usaba calzados como sandalias y zapatos de cuero más sencillo (a pesar de los
adornos de oro).
En Mesopotamia eran comunes los zapatos de cuero crudo, amarrados a los pies por tiras
del mismo material. Los coturnos eran símbolos de alta posición social.
Los Griegos llegaron a lanzar moda como la de modelos diferentes para el pie izquierdo y
derecho.
En Roma el calzado indicaba la clase social y, los cónsules por ejemplo usaban zapatos
blancos, los senadores zapatos marrones prendidos por cuatro cintas negras de cuero atadas
con dos nudos, y el calzado tradicional de las legiones eran los botines que descubrían los
dedos.
En la edad media, tanto los hombres como las mujeres usaban zapatos de cuero abiertos
que tenían una forma semejante a las zapatillas. Los hombres también usaban botas altas y
bajas amarradas delante y al lado. El material más corriente era la piel de vaca, pero las
botas de calidad superior eran hechas de piel de cabra.
En la página Museos del zapato, puede encontrarse fotos raras y otros aspectos de la
historia.
Para obtener más información sobre patrones de calzado, corte de patrones, y para poder descargar
un patrón real de fábrica, consulta el capítulo 3 del libro Cómo se hacen los zapatos.
EL MONTADO DEL ZAPATO
El material necesario para la confección de la suela y la piel necesaria para la parte inferior del zapato llega a la
mesa de trabajo del zapatero junto con las hormas a medida y la pala cosida. A partir de ese momento,
empieza a montarse el zapato. La expresión montar es muy adecuada, puesto que el zapatero combina las
piezas y las edifica. Partiendo de un solo nivel, la pala obtiene una forma tridimensional.
El zapatero empieza cortando las piezas necesarias para la parte inferior del zapato con un cuchillo: la palmilla,
la suela, la vira, el contrafuerte del talón, el tope duro y los estratos para el tacón. Se termina la preparación de
la pala y se aplican las piezas de refuerzo, como por ejemplo el tope duro, el contrafuerte interior del talón y los
forros de refuerzo.
La primera fase consiste en clavar la palmilla a la horma. A continuación, el zapatero procede al tensado para
fijar los bordes de la pala a la palmilla.
La vira se cose a la palmilla y a la pala con hilo y aguja, siempre con puntos regulares. El primer revirón, es
decir, la pieza necesaria como base para la suela, se fija con tacos a la zona del talón. En el espacio vacío que
queda entre la vira y la suela, el zapatero coloca el cambrillón para estabilizar el zapato y lo cubre con un trozo
de piel. A continuación, llena el resto del hueco con conglomerado de corcho. En el caso de los zapatos de suela
simple, el próximo paso consiste en cose la suela exterior a la vira. Si el zapato es de doble suela, se coloca
una entresuela entre la vira y la suela exterior. El zapatero fija con tacos otro revirón a la parte posterior de la
suela, sobre el cual coloca el tacón. La horma ya ha cumplido su función y puede retirarse.
Los últimos retoques conferirán un matiz estético a la forma funcional. Tras embellecer y limpiar el interior y el
exterior del zapato, la piel se pule hasta conseguir que brille. Con ello, las ornamentaciones y las costuras
regulares quedan destacadas y la suela adquiere un brillo similar al de la seda.
La pala, las hormas a medida, la hoja de datos y la piel del forro han llegado al taller.
A partir de ese momento es tarea del zapateo confeccionar un zapato perfecto.
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