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MODULO I
OBSERVACION METEOROLOGICA (OM)
Julio C. Goffredi
Departamento Meteorología
CURSO BASICO DE METEOROLOGIA
AERONAUTICA
Presentación
Indice
Objetivos
Introducción
Unidad I
La Estación Meteorológica
Unidad II
La Observación Meteorológica.
2.1 - Introducción.
Objetivos
Introducción
Allá por el año 1871 Domingo Faustino Sarmiento (en ese entonces presidente de
la Nación) decreta la fundación del Observatorio Astronómico Nacional en
Córdoba y contrata al mejor científico de su tiempo para ponerlo al frente: el
doctor Benjamín Apthorpt Gould (1824-1896), quién fuera el primer astrónomo de
los Estados Unidos en recibir el título de doctor en su ciencia.
Gould entendía que para poder llevar a cabo sus estudios astronómicos requería
de una observación sistemática del clima, así como de la atmósfera y sus
fenómenos, por tal motivo le propuso a Sarmiento y a su ministro Avellaneda la
creación de una Oficina Meteorológica Nacional, la cual él dirigiría en forma ad
honorem.
Esos datos obtenidos permitieron el estudio del clima y así poder conocer el
estado del tiempo y su evolución, posibilitando prevenir sus consecuencias en
cualquiera de las actividades humanas.
Contar con esa información demostró su utilidad para poder navegar en forma
segura y con la aparición de la aviación se volvería imprescindible.
“El 17 de diciembre de 1903, los hermanos Wilbur y Orville Wright realizaron con
éxito el primer vuelo de un aparato tripulado, propulsado por motor y más pesado
que el aire. Con anterioridad a ese momento histórico, Wilbur había escrito al
Servicio Meteorológico de Estados Unidos de América para saber cuáles eran las
zonas del país más expuestas al viento. Entre los lugares propuestos, los hermanos
Wright eligieron una zona arenosa en el litoral de Carolina del Norte llamada Kitty
Hawk. Entonces, escribieron al observador meteorológico del pueblo de Kitty Hawk,
que les confirmó el 16 de agosto de 1900 que “… la playa mide cerca de 1,6
kilómetros de ancho, no tiene ningún árbol ni colina alta y se extiende unos 90
kilómetros. El viento sopla casi siempre del norte, y del nordeste en septiembre y
octubre...”.
Esas oficinas tan diferentes unas de otras, con una ubicación tan heterogénea,
implican también distintas condiciones de trabajo para el personal de
Observadores, no es lo mismo una oficina ubicada en planta baja que una en el
primer piso o incluso un segundo piso. Tampoco es igual una oficina con acceso
directo al área operativa que una donde el personal deba atravesar medio
aeropuerto para tener contacto con el instrumental o para poder visualizar la
pista. Del mismo modo una oficina con ventanales amplios y orientados hacia la
plataforma será mucho mejor que una con ventanas pequeñas o con vista al
estacionamiento del aeropuerto.
Los casos que se mencionan no son imaginarios ni exagerados, son más bien la
realidad de muchas de las EMAs ubicadas en los aeropuertos y aeródromos de
nuestro país.
Del mismo modo, los sensores e instrumentos deben ubicarse en lugares que sean
representativos del sector operativo, una torre anemométrica mal ubicada o
rodeada de árboles o edificios dará cualquier cosa, menos el viento representativo
de la cabecera en uso. Algo similar ocurrirá con los termómetros si están ubicados
muy próximos a la plataforma, un grupo electrógeno o zona de maniobras,
expuestos a fuentes de calor artificiales que modifiquen sus lecturas.
Demás está aclarar que contar con una información errónea es quizás más
peligroso que no tener información alguna.
La oficina debe estar ubicada de tal manera que el observador tenga una visión
despejada de las condiciones meteorológicas sobre el aeródromo y sus
inmediaciones, desde su sitio de trabajo, que debe también estar libre de las
interferencias ocasionadas por las luces del aeropuerto durante las observaciones
en los períodos de oscuridad. El observador debe igualmente tener una buena
visión de las condiciones meteorológicas imperantes en las direcciones desde las
que las aeronaves se aproximan habitualmente al aeródromo, ya sea desde su
puesto o desde uno o varios puntos situados en un radio máximo de 30 metros
(100 pies). También se debe considerar su instalación en un lugar separado si no
pueden garantizarse esos principios situando en el mismo emplazamiento la
oficina de observación y de pronóstico.
Una referencia importante para determinar la ubicación del puesto de trabajo del
observador es cumplir los requisitos aeronáuticos de precisión de las
observaciones durante el día y la noche; por ejemplo, los estipulados en el
Apéndice C del Documento 8896 de la OACI -- Manual de prácticas
meteorológicas aeronáuticas. El puesto de trabajo de los observadores deberá
encontrarse normalmente en la oficina meteorológica del aeródromo, con acceso
En los grandes aeropuertos es cada vez más difícil encontrar una adecuada
ubicación para el observador. Por ejemplo, si se encuentra a nivel del suelo, los
edificios pueden obstruir su visión. Si se halla en un edifico alto, las observaciones
de visibilidad, en ciertas condiciones, no serán representativas del nivel del suelo.
La instalación de instrumentos apropiados para determinar la visibilidad puede
ayudar a resolver este problema. Finalmente, la elección del lugar tendrá que ser
un compromiso y permitir la visión más libre de obstáculos posible de todo el
complejo de pistas y del mayor número de objetos distantes para lograr
observaciones representativas de las zonas de interés. Se debe tener acceso a una
zona exterior, ya sea sobre una terraza o a nivel del suelo, para ver claramente el
cielo y los objetos que determinan la visibilidad. Si el lugar se encuentra a nivel
del suelo, y para realizar las lecturas es necesario trasladarse a un recinto
meteorológico, éste debe estar muy cerca y ser de fácil acceso.
Cabe considerar también que, con el correr de los años, los aeródromos y
aeropuertos sufren modificaciones en su infraestructura, mejoran su
equipamiento, expanden sus áreas operativas y se modernizan, provocando
que, lo que en algún momento era adecuado haya dejado de serlo. Por
ejemplo, la ubicación de la EMA, que se proyectó en una etapa inicial, muchos
años atrás y previa a todas las reformas, quizás ya no sea la mejor, o su
equipamiento haya quedado anticuado, o su instrumental que sigue ubicado en
su antiguo emplazamiento ya no sea representativo de las zonas de interés.
Al mismo tiempo, los datos que allí se obtienen y registran son utilizados con
fines climatológicos y para estadísticas, lo que también las transforma en
Estaciones Climáticas.
Existe una directa relación entre la situación meteorológica con la carga laboral
del observador aeronáutico. Vale decir, a peores condiciones meteorológicas,
mayor número de tareas y menor lapso de tiempo para realizarlas, exigiendo
mayor dedicación y concentración del Observador de turno.
Un caso particular lo ofrecen las EMAs que además son Estaciones Sinópticas
de Observación en Altitud. Estas Estaciones realizan Radiosondeos con globos
aerológicos e instrumental de vuelo y de superficie muy costoso.
Hay una serie de tareas en las distintas etapas de cada radiosondeo que el
observador debe desarrollar.
cosas en las que pensar y realizar, por lo que el Observador de turno, sin lugar a
dudas, verá más exigida su función.
Como verán hay muchas cuestiones propias de cada servicio que los demás
servicios desconocen. Una de las ideas de este curso es interiorizarlos en
algunos detalles que quizás desconozcan, pero lo más importante sería lograr
que intercambien opiniones y planteen posibles soluciones a cada problemática
que pueda surgir.
2.1 – Introducción
Para no extendernos demasiado se expondrán extractos de los párrafos más
significativos que figuran en los capítulos I y II del Manual Nª 49 de la OMM.
1.4 Otros aspectos que habrá que tener en cuenta son la dotación
(presente y futura) de personal y su disponibilidad durante cualquier
período de 24 horas. En particular, los turnos laborales deberán coincidir
con los horarios de llegada de las aeronaves y/o con los períodos de alta
densidad de tráfico aéreo. Es también importante que los turnos
asignados permitan utilizar datos de observación esenciales para preparar
predicciones aeronáuticas, como los pronósticos de aeródromo (TAF).
Ante estas subjetividades, vale recordar entonces que los comentarios que se
puedan intercambiar entre controladores y observadores siempre deberán
tender a enriquecer la información y no a poner en duda lo observado. Por
ejemplo, en estaciones con poco o nulo equipamiento suele ser muy útil la
confirmación del techo nuboso con alguna aeronave entrando o saliendo ya
que la estimación visual tiene cierto margen de error dependiendo de la
experiencia del observador.
Una cordial conversación o un dato extra que se pueda aportar nunca deberían
descartarse y seguramente sea muy agradecido, siendo fundamental el
permanente intercambio de información entre ambos servicios.
Cabe también agregar que en aquellos lugares donde la EMA está separada del
edificio operativo, eventualmente los observadores pueden llegar a desconocer
detalles como los horarios de operación del aeródromo, si hubo una extensión
de servicio, si el Ad es alternativa de algún vuelo, si se espera el arribo de algún
vuelo sanitario, si se produjo alguna novedad de equipamiento y la categoría de
operación haya cambiado, etc, etc. Tales situaciones se producen no por la
ausencia de coordinaciones previas entre los demás servicios, si no cuando en
las mismas no se incluyó al servicio de meteorología.
Material de referencia: