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ANDRÉS TORRES QUEIRUGA

LA IMAGEN DE DIOS
EN LA NUEVA SITUACIÓN CULTURAL
En este artículo presenta el autor las condiciones que en nuestra
condición cultural hacen creíble cualquier lenguaje sobre Dios. Se tra-
ta de un buen resumen de las posturas que Torres Queiruga ha venido
defendiendo en los actuales foros teológicos. Resumen que tiene la
ventaja de ser hecho por él mismo y, además, la de no olvidar las
derivaciones pastorales de su pensamiento
A imaxe de Deus na nova situación cultural, Encrucillada 27 (2003)
221-243

“¿Cómo puede usted repetir el filósofo judío Martin Buber “el


‘Dios’ una y otra vez? ¿Cómo pue- eclipse de Dios” en nuestro tiem-
de esperar que sus lectores to- po. Proceso que no hizo más que
marán la palabra en el sentido que afirmarse en los últimos años. De
usted quiere que sea tomada? Lo ahí la importancia, la urgencia de
que usted quiere decir con el revisar nuestros conceptos, nues-
nombre de Dios es algo por enci- tro lenguaje para aludir a ese Mis-
ma de todo alcance y compren- terio siempre presente en sí mis-
sión humanas, pero hablar de él mo, pero siempre cambiante en
le hizo a usted descender al pla- el discurrir de la historia humana,
no de la conceptualización huma- irremediablemente expuesto a
na. ¡Qué otra palabra del habla eclipses, deformaciones, manipu-
humana ha sufrido tantos abusos, laciones, perversiones… Las ideas
ha sido tan corrompida, tan pro- que expongo, para muchos lecto-
fanada! ¡Cuánta sangre inocente res ya de sobras conocidas, quie-
derramada por ella a despecho de ren ser una síntesis mínimamen-
todo su esplendor! ¡Cuánta injus- te purificadora e iluminadora que
ticia cubierta con ella borrando ayude a repensar y a reformular
sus trazos santos! Cuando oigo viejos tópicos, y, sobre todo, a
llamar ‘Dios’ a lo más elevado, me aprovechar un poco más la luz y
parece casi una blasfemia”. el calor que nos llegan incansables
Con estas palabras que res- desde el abismo de amor de esta
ponden a una conversación real presencia.
en 1932, explicaba de algún modo
EL PROBLEMA DE DIOS Y SUS AMBIGÜEDADES

Buber, después de reconocer na ha sido tan envilecida, tan mu-


que, efectivamente, esa palabra “es tilada”, manifiesta: “Precisamente
la más sobrecargada de todas las por esa razón no puedo abando-
palabras humanas” y que “ningu- narla”.Y concluye su impresionan-

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te alegación:“No podemos limpiar recedor. En él deberá entrar la
la palabra Dios y no podemos visión de Dios en las distintas re-
devolverle su integridad; sin em- ligiones y también participar la
bargo, profanada y mutilada como historia y la fenomenología de la
está, podemos levantarla del pol- religión, así como la larga lista de
vo y sacarla de una hora de gran las tradiciones filosóficas que, con
desánimo” los nombres de “Teología Natu-
La tarea no es fácil y la ambi- ral”, “Filosofía Teológica”, “Filoso-
güedad se adhiere a esa palabra fía de la Religión”, se enfrentaron
como una lapa, suscitando inquie- y enfrentan con este formidable
tud y discusión, adhesión y rece- problema.
lo; promoviendo las iniciativas más Es mejor centrarse en la visión
generosas y siendo utilizada para cristiana de Dios, presente en
los crímenes más abyectos. Des- nuestra cultura y configurando
de la entrada de la modernidad, nuestra arte y nuestro paisaje.
las pruebas con que se intenta fun- Frente a esta visión se toman dis-
dar intelectualmente la existencia tintas opciones y se adoptan dife-
de Aquel a quien remiten fueron rentes posturas. Intentar una re-
cuestionadas y los conceptos con visión crítica que, manteniéndose
los que se busca expresar la pro- fiel a la tradición originaria, no
fundidad de su misterio resultan esquive ni las objeciones reales ni
muchas veces obsoletos. Con el las irrenunciables preguntas de
proceso secularizador se llegó a nuestro tiempo, puede constituir
hablar desde el interior de la teo- un buen servicio, tanto para el
logía y de las iglesias de la “muer- creyente como para el no creyen-
te de Dios”, recogiendo así una te. Para el primero, porque puede
expresión a su vez ambigua, de calibrar mejor el sentido y la tras-
origen profundamente cristiano cendencia de su apuesta. Para el
en Lutero, con ambigua profundi- segundo, porque tiene ocasión de
dad conceptual en Hegel y con medirse no con tópicos obsole-
furia anticristiana en Nietzsche. tos de un fantasma (pre)medieval,
En estas circunstancias, de la sino con la visión actual de sus
discusión teórica cabe esperar contemporáneos, que, unidos en
poco, y tal vez sea preciso espe- una idéntica búsqueda de una
rar a que las aguas de la historia mejor interpretación de lo huma-
cultural se vayan reposando, para no, creen hallarla por un camino
empezar a establecer un diálogo distinto.
verdaderamente sereno y escla-

LA NUEVA SITUACIÓN CULTURAL


Un cambio de paradigma las sucesivas imágenes que de su
misterio nos hacemos, cambian
Dios es eterno, pero nosotros con el tiempo, el lugar y la cultu-
estamos en la historia, y lo poco ra, mostrando así su relatividad y
que de Él podemos comprender, la necesidad de ser continuamen-

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te rehechas y actualizadas. De lo po anglicano John Shelby Spong,
contrario, se solidifica la imagen puede ser exagerada pero lanza
de un tiempo determinado que, un aviso que sería suicida ignorar.
convirtiéndose en ídolo y substi-
tuyendo el misterio real de Dios, Lo fundamental del cambio
se impone como una losa mortal
sobre las épocas siguientes. Si el Lo más válido e irreversible de
cambio es grande y persiste la in- la modernidad consiste en el des-
sistencia de la imagen anterior, cubrimiento del carácter autóno-
puede llegarse a la catástrofe: con mo de los distintos estratos que
la reafirmación del ídolo acaba constituyen el mundo. Éste apa-
negándose la verdadera realidad. rece regido por leyes intrínsecas
Sin pretender que esa sea toda y ya no traspasado por continuas
la explicación, resulta difícil negar interferencias extramundanas
que ahí radica una de las causas sean divinas o angélicas (para el
fundamentales del ateismo mo- bien) o demoníacas o infernales
derno. La inmensa revolución cul- (para el mal).
tural que se inició en el renaci- Bultmann, en su programa de
miento y, acentuándose en la ilus- desmitologización, llamó la aten-
tración, llega hasta nuestros días, ción sobre la importancia de este
no conllevó un cambio paralelo, hecho para la lectura de la Biblia.
o por lo menos, un cambio sufi- Y la teología en general necesita
cientemente aceptable en el re- tomar el cambio muy en serio
pensar el misterio divino y remo- para repensar todo lo relaciona-
delar –siempre provisionalmente– do con la actuación de Dios en el
su imagen. El Vaticano II lo reco- mundo.
noce a su modo en un texto muy La razón, por su parte, entró
citado: “en esta génesis del ateís- en una nueva fase: como ya ad-
mo pueden tener parte no peque- vertía Kant en su opúsculo sobre
ña los propios creyentes, en cuan- la ilustración, ante una razón crí-
to que con el descuido de la edu- tica, salida de la “culpable minoría
cación religiosa, o con la exposi- de edad”, la religión no puede re-
ción inadecuada de la doctrina o fugiarse en el prestigio de “su san-
asimismo con defectos de la vida tidad” para seguir inmunizándose
religiosa, moral y social, velaron contra las dificultades y resistirse
más bien que revelaron el genui- a las transformaciones necesarias,
no rostro de Dios y de la religión” que afectan al conjunto y no a los
(GS 19). detalles. Sobre todo obligan a pen-
La cita de la fe con la cultura sar de nuevo la relación de Dios
contemporánea constituye una de con el mundo natural y con la sub-
las tareas más urgentes del pen- jetividad y la historia humanas: el
samiento religioso actual. En mu- mundo físico aparece ahora regi-
chos aspectos, todo indica que se do por leyes propias, que hacen
ha llegado a una encrucijada deci- inconcebible un intervencionismo
siva:“el cristianismo debe cambiar divino; el mundo humano rechaza
o morir”; la afirmación, del obis- como alienante toda imposición

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autoritaria, que de algún modo no de la justicia y de la igualdad y su
dé razón de sí misma y toda legi- llamada auténticamente emanci-
timación religiosa de las relacio- padora. De otro modo se corre
nes sociales injustas. el peligro de esquivar los fuertes
Esto no puede significar entre- y fundamentales desafíos que si-
garse atado de pies y manos al guen pendientes para la humani-
“espíritu de la modernidad” (tan dad: falta de compromiso, injusti-
ambiguo en tantos aspectos, como cia, intolerancia, autoritarismo…
mostró la Escuela de Frankfurt), Sin dejar de reconocer que la si-
sino asumirla críticamente, distin- tuación posmoderna presenta al-
guiendo cuidadosamente lo legí- gunas tareas interesantes y nece-
timo e irreversible de aquello que, sarias, la tarea fundamental con-
como en todo lo humano, es ca- siste en elaborar críticamente la
duco y deformado. El mismo pro- fuerte llamada y las grandes pro-
ceso cultural tiene que hacer una mesas aún pendientes.
dura crítica del optimismo exage- En todo caso, el esfuerzo por
rado y del predominio destructor renovar la imagen de ese Dios
de una “razón instrumental” que humanissimus anunciado por Jesús
amenaza con colonizar todo el de Nazaret debe dirigirse a algu-
“mundo de la vida” (Habermas). nos de esos desafíos. No hacerlo
La misma postmodernidad su- a tiempo y con la suficiente deci-
pone una aguda alerta. Sin embar- sión tuvo consecuencias muy gra-
go, no debe usarse como escudo ves que cabe agrupar en dos fren-
–cómodo, relativista y justificador tes principales: la impresión de un
de los beneficiarios del statu quo– “dios rival”, enemigo de lo huma-
contra aquello que es irrenuncia- no; y el aire anacrónico y todavía
ble de la modernidad, es decir, su incoherente de ciertas interpre-
talante autocrítico, su búsqueda taciones de la fe.
FIDELIDAD A LA TIERRA:
DIOS QUE CREA POR AMOR
El gran malentendido entre el real, puede convertirse en ocasión
cristianismo y la cultura moderna para repensar con más claridad la
consiste en que una iglesia enve- verdadera esencia de la fe. La idea
jecida y poderosa ofrece una re- bíblica de creación desde el amor
sistencia al avance que suponen ofrece el mejor fundamento.
las nuevas conquistas de la cien-
cia (Galileo, Darwin, la crítica his- Un Dios cuya gloria es la per-
tórica de la Biblia y los dogmas) y sona humana en plenitud de
de la política (oposición a la re- vida
volución social y a la democracia
política). De “falta de fidelidad a la Tomar en serio la idea de un
tierra” la acusó Nietzsche. La Igle- Dios que desde la plenitud infini-
sia dio pie a eso. La acusación, al ta de su Ser se decide a crear, sólo
señalar una deficiencia histórica puede verse como una opción por

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el don y el amor. De suerte que contra la “conciencia desgraciada”
su único y exclusivo interés en y la acusación de Feuerbach: en
hacerlo es el bien y la realización esta concepción, “para que Dios
de la criatura. Lo cual, a su vez, sea todo, el hombre tiene que ser
significa que todo aquello que la nada”.
apoye, promueva o mejore cons- Pero esto queda muy lejos de
tituye una afirmación y prolonga- la visión bíblica, que, a pesar de las
ción de la acción creadora. Y, al inevitables deficiencias de un lar-
revés, todo lo que se opone a ella, go camino de descubrimiento re-
se opone, idénticamente, a la crea- velador, nunca dejó de ver a Dios
ción. Las deformaciones históri- como el que libera y no se pre-
cas, una vez reconocidas, no de- ocupa por su culto, sino únicamen-
ben ocultar que no cabe base más te por las necesidades humanas.Y
profunda ni más decisiva para una con Jesús de Nazaret lo descubre
profunda “fidelidad a la tierra” como Abbá que ama sin restric-
(Teilhard de Chardin). ción y perdona sin condiciones, y
La idea de creación es tan ra- que en su “mandamiento nuevo”
dical que rompe de raíz todo dua- no pide otra cosa que amor a los
lismo. De ahí que sea preciso des- hermanos (cf. Mt 25,35). La pri-
enmascarar ideas que en otro mera carta de Juan no hará más
tiempo pudieron tener un senti- que sacar la consecuencia, cuan-
do aceptable, pero que hoy reci- do escriba una definición osada e
ben espontáneamente una lectu- insuperable: “Dios es amor” (1 Jn
ra deformante. Tales como las de 4, 8.16). Es decir: “Dios consiste
que el hombre y la mujer fueron en estar amando”, con un amor
creados para la “gloria” de Dios que no piensa en sí mismo, sino
o para su “servicio”. La visión de sólo en el bien de los demás. “La
la vida que inducen frases de ese gloria de Dios es que la persona
tipo –aparte de sugerir un Dios humana viva” (Ireneo de Lión).
interesado y preocupado por sí
mismo– es de un dualismo hete- Un Dios comprometido pero
rónomo y alienante. no intervencionista
Dualismo, porque el “servicio”,
sancionado con premio o castigo, Desde una perspectiva más
implica que hay dos esferas de in- teórica, pero de enormes conse-
tereses: la del “señor” y la del “sier- cuencias prácticas, una gran fuen-
vo”. De modo que estructural- te de malentendidos radica en la
mente lo que es bueno para uno incorrecta reinterpretación de la
no lo es para el otro, y la vida hu- relación de Dios con un mundo
mana se divide en una parte re- regido por leyes autónomas. El
servada para ella y otra que debe cambio no era fácil, porque toda
ser entregada a Dios, “cumplien- la Biblia y lo fundamental de su
do” con El. Alienante, porque así comprensión teológica se fijaron
fue percibido culturalmente. De dentro de la anterior imagen del
hecho, ésta fue, ya antes de Nie- mundo, que veía a Dios intervi-
tzsche, la preocupación de Hegel niendo empíricamente en todo y

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continuamente. La nueva visión responde la imagen de un “dios”
descolocaba literalmente a la teo- que está en el cielo, a donde nos
logía, puesta entre tres malas so- dirigimos para invocarlo y desde
luciones que hacían muy difícil donde él interviene de vez en
comprender y vivir la presencia cuando (y no para todos, incluso
de Dios en la vida humana. cuando lo necesitamos desespe-
En la visión intervencionista, gra- radamente).
cias a su trasfondo mitológico, la La idea de la creación por
trascendencia divina, falsamente amor, bien pensada, permite una
imaginada como alta y lejana, se mejor salida, gracias a una inver-
compensaba con la total per- sión radical del problema. No es
meabilidad del mundo a los con- preciso romper la legalidad cria-
tinuos influjos sobrenaturales: los tural ni dejarla cerrada en sí mis-
buenos pensamientos podían ve- ma bajo la mirada de un “dios”
nir de ángeles y las enfermedades distante. El creador no tiene que
podían estar causadas por demo- venir al mundo, porque está ya
nios. En la nueva mentalidad esa siempre dentro de él en su raíz
permeabilidad resulta impensable: más profunda y originaria.Tampo-
ni las personas más piadosas pien- co tiene que recurrir a interven-
san –como hacía el mismo Tomás ciones puntuales porque su acción
de Aquino– que la luna está mo- es la de sustentar, dinamizando y
vida por una inteligencia angélica promoviendo todo: está ya “des-
o que la epilepsia equivale –como de siempre trabajando” en su
en los mismos Evangelios– a una creación.
posesión diabólica. Pero la segun- No se niega la validez religio-
da solución, el deísmo, con su “dios sa de la experiencia antigua, que
arquitecto o relojero”, que se des- veía a Dios actuando de verdad
entiende de su creación, tampo- en el mundo, en la historia y en la
co puede satisfacer la experien- vida, ni es preciso renunciar a la
cia cristiana, basada en un Dios cultura actual. Como modernos,
vivo, íntimamente presente en el comprendemos que Dios actúa a
mundo y actuante en la historia. través de la acción de las criatu-
Lo grave fue que entre las dos ras y de sus leyes; por eso, pode-
posturas no era posible realizar mos y debemos aceptar que el
una auténtica mediación. Poco a mundo está entregado a nuestra
poco se fue instalando en la con- responsabilidad, aunque no hubie-
ciencia general una solución de ra Dios (etsi Deus non daretur).
compromiso, consistente en una Pero, como nuestros antecesores
especie de deísmo intervencionista. en la fe, podemos verla como una
Por un lado, se vive –por ósmosis responsabilidad “agraciada”; no de
cultural– la evidencia innegable de titanes ni de esclavos, sino simple
la consistencia y regularidad de las y gloriosamente de hijos.
leyes físicas; pero, por otro, sin la
suficiente clarificación conceptual, Una moral teónoma
se mantiene la creencia en inter-
venciones divinas concretas.A eso Otro de los puntos, acaso el

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de más consecuencias psicológi- po a una oposición generalizada
cas del malentendido cultural del de la pena de muerte e incluso de
Dios cristiano, radica en una vi- la cadena perpetua: ¿seremos los
sión profundamente deformada humanos mejores que Dios?)
de su relación con la moral. Un La visión del pecado marcha
“dios” que nos creó “para su glo- en paralelo.Tomás de Aquino dijo
ria” y a quien hay que “servir”, que el pecado no era malo por-
convierte la moral en algo nece- que le haga daño a Dios, sino por-
sariamente heterónomo, es decir, que nos lo hace a nosotros: “no
en una carga impuesta por él so- ofendemos a Dios más que en la
bre nosotros: una serie de “man- medida en que actuamos en con-
damientos” que nos ordena cum- tra de nuestro bien”. Sin embar-
plir o de “prohibiciones” que nos go, todo el peso del discurso acer-
manda evitar. ca del pecado, ignoró –y sigue ig-
Kant, en el nacimiento mismo norando– que el interés de Dios
del mundo moderno, denunció consiste en que no nos hagamos
esta concepción como indigna e daño a nosotros mismos, no mal-
infantilizante.Y seguramente nun- gastemos la vida propia ni ajena,
ca será posible medir la cantidad no arruinemos la realización hu-
de resentimiento que acumuló en mana.
la conciencia cultural de occiden- La verdad del Dios que crea
te una concepción que invierte y por amor deslegitima esa defor-
pervierte el sentido de la religión mación dualista. La moral no es
en relación con el esfuerzo mo- una carga impuesta por Él desde
ral. En lugar de percibir la palabra fuera, sino una exigencia de nues-
y la presencia de Dios como ayu- tro ser que, superando la insegu-
da y apoyo en la dura lucha que ridad y la limitación del instinto,
inevitablemente implica la auto- busca aquellas pautas de conduc-
rrealización humana como tal –es ta que le permitan alcanzar su
decir para todos, tanto creyentes mejor realización. Realización au-
como no creyentes–, fue interpre- téntica que es justamente el úni-
tada como exigencia, imposición co interés de Dios al crearnos. Por
y amenaza por su parte. eso su presencia en nuestro es-
Encima, esa moral se presen- fuerzo moral sólo tiene sentido
tó como sancionada, en caso de como iluminación y apoyo, como
fallo, con el terrible castigo del ánimo y perdón. Jesús no conde-
infierno. El Dios que crea por amor na nunca y, cuando muestra la ac-
y que sólo piensa en el bien y la titud de Dios ante el pecado hu-
felicidad de sus criaturas, acabó mano, la muestra como la del pa-
siendo descrito como capaz de dre preocupado exclusivamente
castigar, por toda la eternidad y por el bien del hijo, que en el pe-
con tormentos inauditos, faltas, en cado estaba arruinando su vida (cf.
definitiva, siempre pequeñas, fru- Lc 15, 24).
to de una libertad débil y limita- Kant intuyó esa estructura
da. (Piénsese que el avance de la fundamental: “la religión es (con-
sensibilidad lleva en nuestro tiem- siderada subjetivamente) el cono-

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cimiento de todos nuestros de- dos aspectos. La ley de nuestro
beres como mandamientos divi- ser manifiesta la intención crea-
nos”. Intuición que Paul Tillich apli- dora de Dios para bien nuestro:
có a la teología mediante el con- “la razón autónoma unida a su
cepto de teonomía (de nomos ley, propia profundidad”.
y teos, Dios), que sintetiza bien los
REVELACIÓN NO AUTORITARIA:
EL DIOS QUE “DICE LO MISMO QUE EL CORAZÓN”
Revelación como mayéutica ro diálogo. Se crea la impresión
de que entre ellas no puede me-
La nueva vivencia de la auto- diar ningún tipo de razones que
nomía afecta también a la subjeti- se puedan compartir, sino tan sólo
vidad creyente. Su impacto, unido la aceptación o el rechazo de la
al surgir de la crítica bíblica, exige autoridad de la revelación y de sus
un nuevo concepto de revelación, “representantes”. A nivel perso-
que ya no puede ser una imposi- nal, se explica el abandono masi-
ción autoritaria ni un refugio fi- vo de la fe, cuando ésta se mues-
deísta. Fruto de la lectura literal tra incapaz de mantener el paso
de la Biblia y de su sistematiza- de la propia maduración psicoló-
ción en la patrística, la escolástica gica y cultural, y sólo se dispone
y la reacción antimoderna, el con- de “razones de primera comu-
cepto de revelación que nos llegó nión” para responder a las dificul-
es el siguiente: la revelación con- tades de la persona adulta.
siste en una lista de verdades “caí- Una concepción fiel a los da-
das del cielo”, en virtud del mila- tos de la crítica bíblica compren-
gro de la “inspiración”, operado de que la revelación actúa a tra-
en la mente del hagiógrafo. Se tra- vés del psiquismo humano. El pro-
ta de verdades inaccesibles a la feta, con su “genialidad” religiosa,
razón humana, que hay que creer, cae en la cuenta de que Dios,
sin tener la mínima posibilidad de mediante su presencia amorosa,
verificar su verdad. trata de manifestarse a todos. La
Se trata de una revelación im- palabra inspirada es “mayéutica”,
puesta desde fuera, sin conectar es decir, nos ayuda a dar a luz lo
verdaderamente con nuestras que, desde Dios, somos nosotros
necesidades y sin satisfacer nues- mismos. No precisamos aceptar-
tras preguntas. Su aceptación tie- la “porque sí”, sino porque pode-
ne así algo de arbitrario. Esta dis- mos reconocernos en ella (o re-
posición a aceptarlo todo puede chazarla…).
parecer sumisión “humilde y reli- Esa fe, fundada en Dios pero
giosa”. En el fondo, acaba convir- nacida dentro de la humanidad, se
tiéndose en indiferencia. hace estrictamente personal, con
Así se aclara el terrible divor- toda la gloria y la carga de la li-
cio entre la fe y la cultura y la di- bertad. Los creyentes lo son por
ficultad de establecer un verdade- sí mismos y no por rutina.

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Y respecto a la cultura, la fe se limitaba en el tiempo a los cua-
no aparece como un añadido ex- tro mil años que separaban a Cris-
trínseco, sino como un modo de to de la creación de Adán, y se
situarse en su proceso y de parti- reducía en el espacio al ámbito de
cipar en su historia. “La Biblia y el la ecumene, cuyos extremos so-
corazón del hombre dicen lo mis- ñaba con alcanzar ya de algún
mo” (F.Rosenzweig). No tiene por modo el mismo san Pablo al que-
qué imponerse de forma autori- rer llegar a Hispania.
taria sino que se somete a las pre- Hoy esta concepción resulta
guntas y ofrece razones (cf. 1 Pe inhumana y exige una profunda re-
3, 15). Tampoco se ve obligada a visión. Las reacciones fundamen-
aceptar de forma acrítica cual- talistas, síntoma de una situación
quier evolución cultural: también desconcertada, temerosa de per-
la fe tiene derecho a hacer pre- der la identidad ante una nueva
guntas y pedir razones. Por su universalidad que se impone, no
misma esencia, se presenta como deben impedirla. Nada hay más
abierta a un diálogo en el que da opuesto a la universalidad radical
y recibe, enseña y aprende. y a la generosidad del Abba Crea-
Verlo así permite enjuiciar con dor, que cualquier tipo de elitis-
lucidez las difíciles y conflictivas mo egoísta o de particularismo
relaciones entre la fe y la cultura provinciano. Un Dios que crea por
desde la entrada de la moderni- amor vive volcado con generosi-
dad. Dentro de la Iglesia puede dad total sobre todas y cada una
poner las bases para fomentar la de sus criaturas. No se puede pen-
libertad teológica y la responsa- sar en la imagen cruel de un pa-
bilidad creyente y deslegitimar dre egoísta que, creando muchos
todo autoritarismo institucional. hijos, se preocupa únicamente de
Y propicia realizar de un modo sus preferidos y deja a los demás
nuevo el diálogo de las religiones. abandonados en el orfanato. El
Dios que “hace salir el sol sobre
El diálogo de las religiones: malos y buenos y llover sobre jus-
“inreligionación” tos e injustos”, llama a todos y
desde siempre: no hubo desde el
De modo casi inevitable, la vi- comienzo del mundo un solo
sión dualista de lo religioso y el hombre o una sola mujer que no
concepto extrínseco de revela- nacieran amparados, habitados y
ción eran solidarios del particula- promovidos por su revelación y
rismo de la “elección”: Dios es- por su amor incondicional.
cogería un pueblo y sólo a él en- Que las categorías para pen-
tregaría la revelación sobrenatu- sar esto, conciliando universalidad
ral, dejando a todos los demás en y particularidad, definitividad de
el estado de una religión pura- Cristo y valor salvífico de las de-
mente “natural”. Esto era com- más religiones, resulten difíciles e
prensiblemente reforzado por una (incluso) insatisfactorias, no debe
visión del mundo que le confería ocultar esa evidencia fundamen-
cierta verosimilitud: la humanidad tal. En el fondo, la humanidad siem-

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pre lo comprendió así. De hecho, la peligrosa palabra de “elección”
todas las religiones se consideran pues ni el amor discrimina ni en
a sí mismas reveladas. Hay que Dios hay acepción de personas.
partir siempre del principio de que Las diferencias existen realmen-
todas las religiones son a su modo te; son un hecho inevitable, dada
verdaderas y constituyen caminos la diversidad humana. Por eso se
reales de salvación para los que pervierten, cuando lo positivo de
honestamente las practican. ellas se ve como privilegio y no
Eso no significa un relativismo como algo destinado, también, y
que las nivele a todas; ni a todo con igual derecho, a los demás.
dentro de cada una. Por parte de La teología actual hizo progre-
Dios no existe ningún tipo de dis- sos notables en el replanteamien-
criminación; pero la receptividad to de la nueva situación, sobre
humana – que pertenece también, todo en dos frentes: 1) el de la
y de modo esencial, a la constitu- inculturación, por el que toda reli-
ción misma de la revelación– mar- gión comprende que ha de res-
ca diferencias inevitables. El esta- petar la especificidad de aquellas
dio evolutivo, la situación históri- culturas en donde es proclamada,
ca, las circunstancias culturales y buscando expresarse en sus ca-
la maldad del corazón limitan, con- tegorías y encarnarse en sus ins-
dicionan y deforman continua- tituciones; y 2) el del inclusivismo,
mente la manifestación divina. No que, con diversos matices según
existe religión sin verdad, pues los autores, reconoce que toda
todas consisten en el descubri- religión es verdadera y que todos
miento y vivencia de lo divino, ni podemos aprender de todos.
religión absolutamente perfecta, Personalmente, me atrevo a
pues ninguna puede agotar en su aventurar un tercer paso: el de la
traducción humana la riqueza in- inreligionación. Si toda religión es
finita del Misterio. Pablo subraya revelada y en ella acontece la sal-
que la culminación cristiana está vación real de Dios, es obvio que
vertida en pobres “vasijas de ba- la religión que entre en diálogo
rro”. con ella no puede pretender anu-
Ahí, y no en un pretendido “fa- lar esa verdad y esa salvación. En
voritismo” divino, radican las di- todo caso, las vivifica y las com-
ferencias entre las religiones. Dios pleta con su contribución. Ya san
se da “cuanto es posible” en to- Pablo hablaba no de substitución
das ellas, pero la acogida es dife- sino de “injerto” en la relación del
rente en cada una. Debe evitarse cristianismo con el judaísmo.

HACIA UNA IMAGEN (MÁS) COHERENTE DE DIOS


Por definición, el misterio de Deus (si lo comprendes no es
Dios desborda toda capacidad Dios). Pero el misterio no es lla-
humana y jamás podrá ser ence- mada a la desidia ni salvoconduc-
rrado en sus esquemas concep- to para la arbitrariedad. Debemos
tuales. Si comprehendis, non est hacernos responsables de lo poco

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que podemos decir. tad, permite mantener la fe en
Él, sin incurrir en contradicción
Dios como Anti-mal lógica ni refugiarse en el fideís-
mo. Para eso se impone el paso
Nada daña tanto hoy la ima- intermedio de una ponerología
gen de Dios como el modo ordi- (del griego ponerós, “malo”), es
nario de explicar su relación con decir, de un tratado del mal en
el mal.Aunque el problema del mal sí mismo, previo a toda opción
afecta desde siempre a la huma- religiosa o a-religiosa.
nidad, la plausibilidad social y el Porque entonces es posible
ambiente religioso hacían posible mostrar el carácter estrictamen-
asimilar una posible falta de co- te inevitable del mal en un mun-
herencia teórica. Pero nuestro do finito (sea el mundo que sea,
tiempo no puede permitirse esto. pues no se trata del “mejor”, sino
El terrible dilema de Epicuro –si de cualquiera de los posibles). En
Dios puede y no quiere evitar el lo finito “toda determinación es
mal, no es bueno; si quiere y no negación” (Spinoza), una propie-
puede, no es omnipotente– exige dad excluye necesariamente la
una respuesta a las preguntas de contraria, y la carencia genera
una razón críticamente emancipa- conflicto. Un mundo en evolución
da. Ya no es posible esquivar su no puede realizarse sin catástro-
desafío; de lo contrario el mal se fes; una vida limitada no puede
convierte en “roca del ateísmo” escapar al dolor y la muerte, y una
Mientras se mantenga, de libertad finita no puede excluir a
modo acrítico e inconsciente, el priori la situación límite del fallo y
viejo presupuesto de que es po- de la culpa.
sible un mundo sin mal, no sería Creyentes y no creyentes que-
ni humanamente digno ni intelec- dan igualmente situados ante un
tualmente posible creer en un idéntico problema: dar sentido a
Dios que, siendo posible, no im- la vida en un mundo herido por
pide que millones de niños mue- el mal de un modo inevitable y
ran de hambre o que la humani- terrible. Este es el papel de la pis-
dad siga azotada por la guerra o teodicea o justificación de la fe (pis-
el cáncer. Si el mal puede ser evi- tis, fe, en sentido amplio) religio-
tado, ninguna razón puede valer sa, agnóstica o atea: tanta razón
contra la necesidad primaria e in- de su “fe” tiene que dar Sartre,
condicional de evitarlo. De nada cuando juzga absurda la existen-
sirve la proclamación de que Dios cia, como el creyente que le da
sufre con nuestros males, si antes un sentido a partir de Dios.
los pudo evitar, pues entonces su La ponerología permite a la fe
compasión y su dolor llegarían religiosa mantener su coherencia,
demasiado tarde. poniendo al descubierto la tram-
El descubrimiento de la au- pa del dilema de Epicuro: carece
tonomía del mundo, unida a la de sentido pretender que Dios
idea de un Dios no intervencio- pueda crear un mundo sin mal.
nista y respetuoso con la liber- Sería tan absurdo como exigirle

La imagen de Dios en la nueva situación cultural 113


que crease un círculo cuadrado. posibilidad de que el mundo pue-
No es que Él “no pueda”, sino que da existir sin mal, se sigue alimen-
“es imposible”. tando el inconsciente con la
El misterio se desplaza: ¿por creencia contraria. Es necesario
qué Dios creó el mundo, a pesar superar rutinas y romper incohe-
de saber que de modo inevitable rencias, para honra de Dios y para
comportaría tanto mal? La histo- nuestro bien. En ese sentido, re-
ria de la salvación recibe una nue- viste una importancia decisiva el
va luz: Dios creó por amor y lo modo de orar.
muestra en su darse a la humani- En concreto, las fórmulas de
dad (toda historia es historia de la oración de petición mantienen
salvación) con la promesa de res- vivo aquel presupuesto. Ello resul-
catarla definitivamente del mal, ta tanto más eficaz cuanto que
cuando, tras la muerte, lo permi- permanece ignorado y enlaza con
ta la ruptura de la finitud históri- profundas necesidades antropoló-
ca. Algo que se ilumina definitiva- gicas, como el reconocimiento de
mente en el destino de Jesús de nuestra indigencia y de nuestra
Nazaret: en su cruz se mostró necesidad de ayuda. No se trata
como todos mordido por el mal, de negar u ocultar esas necesida-
pero su resurrección desvela que des. Pero sería incorrecto usarlas
el mal no tiene la última palabra. como escudo para resistirse a
El giro es radical y urge sacar revisar la lógica de las expresio-
una consecuencia justa. Un Dios nes usadas. Lo justo es conservar
que crea por amor sólo puede sus valores, pero evitar sus efec-
querer el bien para sus criaturas. tos objetivamente perversos.
El mal, en todas sus formas, exis- Cada vez que le pedimos a
te porque es inevitable, tanto físi- Dios que acabe con el hambre en
ca como moralmente, en las con- África, o que cure la enfermedad
diciones de un mundo y libertad de un familiar, objetivamente su-
finitas. No debe decirse que Dios ponemos que lo puede hacer y
lo manda o lo permite, sino que que, si no lo hace, es porque no
lo co-sufre y com-padece como quiere. Lo cual, en la actual situa-
frustración de la obra de su amor ción cultural, que rompe los silen-
en nosotros. Dios es el Anti-mal: cios y tabúes sagrados que encu-
el Salvador que lucha contra el mal brían las consecuencias lógicas,
y nos convoca a colaborar con Él. pasa a tener unas consecuencias
terribles.
Más allá de la oración de pe- Vista la enormidad de los ma-
tición les que afectan al mundo, un Dios
que pudiendo, no los limita, apa-
Sin embargo, tanto nuestros rece como un ser indiferente y
hábitos de pensamiento como cruel. Porque ¿quién, si pudiese, no
nuestras prácticas de piedad con- eliminaría el hambre, las pestes, los
tinúan cargados del presupuesto genocidios que arrasan el mundo?
contrario. Muchas veces, aun cuan- ¿Seremos nosotros mejores que
do teóricamente se acepta la im- Dios? Como escribió Jürgen Molt-

114 Andrés Torres Queiruga


mann ante el recuerdo de Verdún, El Creador como liberador
Stalingrado, Auschwitz o Hiroshi-
ma: “Un Dios que permite críme- Hegel y Kant conocían el te-
nes tan espantosos, haciéndose rror de la revolución francesa.
cómplice de los hombres, difícil- Pero sabían que suponía un hito
mente puede ser llamado ‘Dios’”. decisivo en el avance de la con-
Hay que orar, pero de otro ciencia humana: la sociedad y su
modo. Con una oración que no reparto de justicia, igualdad, liber-
oculte la indigencia humana ni si- tad y fraternidad forman parte de
lencie el deseo de ayuda y mejo- la autonomía y responsabilidad
ra, pero que trate de expresarse humanas. Las iglesias no siempre
de manera que, respetando el ex- lo comprendieron así, e incluso
quisito amor de Dios, más preocu- después de la Revolución se pro-
pado por el mal que todos noso- dujo un fuerte retroceso: la legiti-
tros, manifieste el esfuerzo por mación religiosa del absolutismo
alimentar la confianza y avivar el político y de la desigualdad social.
agradecimiento por su presen- El precio fue terrible: la distorsión
cia y por su ayuda. de la imagen de Dios, interpreta-
Hoy es preciso reconocer lo do como cómplice de la injusticia
contradictorio –y culturalmente y opio para adormecer las fuer-
dañino– de una invocación como: zas de progreso. La “apostasía de
“para que los niños no mueran de las masas trabajadoras” da testi-
hambre, Señor escucha y ten pie- monio de ello.
dad”. Porque objetivamente apa- Nada más contrario al rostro
recemos nosotros como los bue- auténtico del Dios de Jesús. Lo
nos y atentos mientras que Dios comprendieron las minorías, que
sería ese extraño ser al que hace jamás faltaron en las iglesias, afir-
falta alertar –“escucha”– y mover mando una fe que les situaba al
a compasión –“y ten piedad”–. La lado de los pobres y de las vícti-
realidad es justamente la contra- mas. Las órdenes dedicadas a los
ria: Dios es quien está llamando pobres, diversos movimientos del
incansablemente a las puertas de socialismo utópico y el socialismo
la conciencia humana, para que religioso de la primera mitad del
escuche el grito de los demás y siglo pasado mantuvieron despier-
tenga compasión de su dolor. Es ta la conciencia de esa verdad.
Él quien llama y nos “suplica”. Después del Vaticano II las distin-
Dios no es un “dios” de omni- tas teologías de la esperanza, del
potencia arbitraria y abstracta mundo, de la política, de la libera-
que, pudiendo librar del mal, no ción desenmascararon hasta la
lo hace, o lo hace sólo a veces o a evidencia lo falso y horrible de la
favor de unos cuantos privilegia- deformación.
dos. Sino el Dios solidario con El escándalo, reconocido, se
todos hasta la cruz; el Dios Anti- convirtió en “profecía externa”
mal, “el Gran compañero, el que que renueva hoy en las iglesias la
sufre con nosotros y nos com- “memoria” del rostro más origi-
prende” (Whitehead). nal y auténtico de Dios, que inau-

La imagen de Dios en la nueva situación cultural 115


gura la historia bíblica escuchan- revela ya el libro de Job, y contra
do el clamor de un pueblo opri- lo segundo se dirigen directamen-
mido y haciendo todo lo posible te las palabras de Jesús:“Bienaven-
por liberarlo; que, mediante sus turados los pobres, los enfermos,
profetas, no dejó de insistir a fa- los perseguidos…”. Porque está
vor del huérfano y de la viuda, del herido por el sufrimiento, el en-
esclavo y del extranjero; que, en fermo sabe que Dios se pone prio-
Jesús, se sitúa sin reservas al lado ritariamente a su lado; porque está
de los pobres, convirtiendo la fi- marginado y explotado por los
delidad a esta exigencia en crite- hombres, el oprimido escucha que
rio último de la comunión con Él. Dios le defiende y rescata con la
Tal es el sentido más radical de justicia de su Reino.
las bienaventuranzas. Una de las No es posible confesar un
perversiones que amenazan a toda Dios que crea por amor, consti-
religión es justamente la de agra- tuyéndose en Abbá, Padre/Madre
var con el recurso a Dios el dra- de todos, sin verlo al lado de los
ma del dolor natural y legitimar que sufren, y sin transformar la
con la sanción divina la perversión confesión creyente en esfuerzo
de la injusticia social: convertir al por reconocer y tratar a todo
enfermo en maldito y al pobre en hombre y mujer como hermano
pecador. Contra lo primero se y hermana.

Tradujo y condensó: JOSEP Mª BULLICH

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