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JESUS
JESUS
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«Jesús» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Jesús (desambiguación).
Este artículo trata sobre Jesús de Nazaret como figura histórica. Para más información sobre
Jesús desde el punto de vista cristiano, véase Cristo.
Aunque no existen retratos de Jesús ni indicaciones acerca de su aspecto físico, son muy frecuentes sus representaciones
en el arte. Jesús con la cruz a cuestas, por el Greco.
Mosaico con una representación de Jesús de Nazaret, existente en la antigua Iglesia de Santa Sofía (Estambul), fechada
cerca de 1280.
Una de las más antiguas representaciones de Jesús como el Buen Pastor, realizada hacia el año 300.
Índice
La Sagrada Familia (José, María y Jesús, con Isabel y su hijo Juan el Bautista, parientes de Jesús según el Evangelio de
Lucas. Pintura de Rafael, 1507.
El Evangelio de Mateo no relata ningún viaje previo al nacimiento de Jesús, por lo que se
podría suponer que María y su esposo José vivían en Belén.6 María quedó inesperadamente
embarazada y José resolvió repudiarla, pero un ángel le anunció en sueños que el embarazo
de María era obra del Espíritu Santo y profetizó, con palabras del profeta Isaías,7 que su hijo
será el Mesías que esperan los judíos.8 Unos magos de Oriente en esas fechas llegaron a
Jerusalén preguntando por el «rey de los judíos que acaba de nacer» con la intención de
adorarlo, lo que alerta al rey de Judea, Herodes el Grande, que decide acabar con el posible
rival. Los magos, guiados por una estrella, llegan a Belén y adoran al niño. De nuevo, el ángel
visitó a José (Mt 2,13)9 y le advirtió de la inminente persecución de Herodes, por lo que la
familia huye a Egipto, permaneciendo allí hasta la muerte del monarca (de nuevo notificada a
José por el ángel, que se le presentó así por tercera vez: Mt 2,19-29). 10 Entonces,
José retornó y se instaló con su familia en Nazaret, en Galilea.11
Los evangelios narran las siguientes curaciones milagrosas obradas por Jesús:
Jesús obró también, según los evangelios, dos prodigios de tipo natural, en los que
se pone de manifiesto la obediencia de las fuerzas naturales (el mar y el viento) a
su autoridad.
1. Jesús ordenó a la tempestad que se calme y esta obedece (Mt 8,23-27; Mc 4,35-41;
Lc 8,22-25).
2. Jesús caminó sobre las aguas (Mt 14,22-33; Mc 6,45-52; Jn 6,16-21).
1. Multiplicación de los panes y los peces. Es el único de todos los milagros de Jesús
que es registrado por todos los evangelios (Mc 6,32-44; Mt|14,13-21; Lc 9,10-17; Jn
6,1-13). Ocurre en dos ocasiones según el Evangelio de Marcos (8,1-10) y el
Evangelio de Mateo (15,32-39);
2. la pesca milagrosa (Lc 5,1-11; Jn 21,1-19);
3. la conversión del agua en vino en las bodas de Caná (Jn 2,1-11).
En esos tiempos, los escribas, fariseos y otros, atribuyeron a una confabulación
con Belcebú este poder de expulsar a los demonios. Jesús se defendió
enérgicamente de estas acusaciones.28 Según los relatos evangélicos, Jesús no
solo tenía el poder de expulsar demonios, sino que transmitió ese poder a sus
seguidores.29Incluso se menciona el caso de un hombre que, sin ser seguidor
de Jesús, expulsaba con éxito demonios en su nombre. 30
Transfiguración
En Betania, cerca de Jerusalén, fue ungido con perfumes por una mujer. 36
Según los sinópticos, la noche de Pascua cenó en Jerusalén con los Apóstoles,
en lo que la tradición cristiana designa como la Última Cena. En el transcurso
de esta cena pascual, Jesús predijo que sería traicionado por uno de los
Apóstoles, Judas Iscariote. Tomó pan en las manos, diciendo «Tomad y comed,
este es mi cuerpo» y, a continuación, cogiendo un cáliz de vino, dijo: «Bebed de
él todos, porque esta es la sangre de la Alianza, que será derramada por la
multitud para la remisión de los pecados». 37Profetizó también, según los
sinópticos, que no volvería a beber vino hasta que no lo bebiera de nuevo en el
Reino de Dios.Nota 7
Arresto
Artículo principal: Prendimiento de Jesús
Tras la cena, según los sinópticos, Jesús y sus discípulos fueron a orar
al huerto de Getsemaní. Los apóstoles, en lugar de orar, se quedaron dormidos,
y Jesús sufrió un momento de fuerte angustia con respecto a su destino,
aunque decidió acatar la voluntad de Dios. 38Nota 8
Judas había efectivamente traicionado a Jesús, para entregarlo a los príncipes
de los sacerdotes y los ancianos de Jerusalén a cambio de treinta piezas de
plata.39Acompañado de un grupo armado de espadas y garrotes, enviado por
los príncipes de los sacerdotes y los ancianos, llegó a Getsemaní y reveló la
identidad de Jesús besándole la mejilla. Jesús fue arrestado. Por parte de sus
seguidores hubo un conato de resistencia, pero finalmente todos se dispersaron
y huyeron.40
Juicio
Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote Caifás. Allí
fue juzgado ante el Sanedrín. Se presentaron falsos testigos, pero como sus
testimonios no coincidían no fueron aceptados. Finalmente, Caifás preguntó
directamente a Jesús si era el Mesías, y Jesús dijo: «Tú lo has dicho». El sumo
sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia. Los
miembros del Sanedrín escarnecieron cruelmente a Jesús. 41En el Evangelio de
Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás, suegro de Caifás, y luego ante este
último. Solo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que
aparece en los sinópticos.42Pedro, que había seguido a Jesús en secreto tras
su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote.
Reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, le negó tres veces (dos
según el Evangelio de Juan), como Jesús le había profetizado. 43
A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el procuradorNota 9
romano. Tras interrogarle, Pilato no le halló culpable, y pidió a la muchedumbre
que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado Barrabás.
La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, pidió que se
liberase a Barrabás, y que Jesús fuese crucificado. Pilato se lavó
simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús. 44
Crucifixión
Artículo principal: Crucifixión de Jesús
Cristo crucificado de Diego Velázquez (siglo XVII).
Detalle del semblante de Cristo recién muerto, obra de José Luján Pérez, 1793.
Jesús fue azotado, lo vistieron con un manto rojo, le pusieron en la cabeza una
corona de espinas y una caña en su mano derecha. Los soldados romanos se
burlaban de él diciendo: «Salud, rey de los judíos». 45Fue obligado a cargar la
cruz en la que iba a ser crucificado hasta un lugar llamado Gólgota, que
en arameo significa ‘lugar del cráneo’. Le ayudó a llevar la cruz un hombre
llamado Simón de Cirene.
Dieron de beber a Jesús vino con hiel. Él probó pero no quiso tomarlo. Tras
crucificarlo, los soldados se repartieron sus vestiduras. En la cruz, sobre su
cabeza, pusieron un cartel en arameo, griego y latín con el motivo de su
condena: «Este es Jesús, el rey de los judíos», que a menudo en pinturas se
abrevia INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, literalmente ‘Jesús de Nazaret,
rey de los judíos’). Fue crucificado entre dos ladrones. 46
Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Elí, Elí, lemá sabactani», que, según
el Evangelio de Mateo y el Evangelio de Marcos, en arameo significa: ‘Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’.47Las palabras finales de Jesús
difieren en los otros dos evangelios.48 También hay diferencia entre los
evangelios en cuanto a qué discípulos de Jesús estuvieron presentes en su
crucifixión: en Mateo y Marcos, son varias de las mujeres seguidoras de Jesús;
en el Evangelio de Juan se menciona también a la madre de Jesús y al
«discípulo a quien amaba» (según la tradición cristiana, se trataría del
apóstol Juan, aunque en el texto del evangelio no se menciona su nombre).
Sepultura
Artículos principales: Descendimiento de Jesús y Lamentación sobre Cristo muerto.
Un seguidor de Jesús, llamado José de Arimatea, solicitó a Pilato el cuerpo de
Jesús la misma tarde del viernes en que había muerto, y lo depositó, envuelto
en una sábana, en un sepulcro excavado en la roca. Cubrió el sepulcro con una
gran piedra.49Según el Evangelio de Mateo (no se menciona en los otros
evangelios), al día siguiente, los «príncipes de los sacerdotes y los fariseos»
pidieron a Pilato que colocase frente al sepulcro una guardia armada, para
evitar que los seguidores de Jesús robasen su cuerpo y difundieran el rumor de
que había resucitado. Pilato accedió.50
Resurrección y ascensión
Los cuatro evangelios relatan que Jesús resucitó de entre los muertos al tercer
día después de su muerte y se apareció a sus discípulos en varias ocasiones. 51
En todos ellos, la primera en descubrir la resurrección de Jesús es María
Magdalena. Dos de los evangelios (Marcos y Lucas) relatan también
su ascensión a los cielos. Los relatos sobre Jesús resucitado varían, sin
embargo, según los evangelios:
En el Evangelio de Mateo, María Magdalena y «la otra María» fueron al
sepulcro en la mañana del domingo. Sobrevino un terremoto, y
un ángel vestido de blanco removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre
ella. Los guardias, que presenciaron la escena, temblaron de miedo y «se
quedaron como muertos» (Mt 28, 1-4). El ángel anunció a las mujeres la
resurrección de Jesús, y les encargó que dijeran a los discípulos que fueran
a Galilea, donde podrían verle. Al regresar, el propio Jesús les salió al
encuentro, y les repitió que dijeran a los discípulos que fueran a Galilea (Mt
28, 5-10). Entretanto, los guardias avisaron a los príncipes de los
sacerdotes de lo ocurrido. Estos les sobornaron para que divulgaran la idea
de que los discípulos de Jesús habían robado su cuerpo (Mt 28, 11-15). Los
once apóstoles fueron a Galilea, y Jesús les hizo el encargo de predicar el
evangelio (Mt 28, 16-20).
Si bien los testimonios materiales referentes a la vida de Jesús son muy tardíos,
la investigación filológica ha logrado reconstruir la historia de estos textos con
un alto grado de probabilidad, lo que arroja como conclusión que los primeros
textos sobre Jesús (algunas cartas de Pablo) son posteriores en unos veinte
años a la fecha probable de su muerte, y que las principales fuentes de
información acerca de su vida (los evangelios canónicos) se redactaron en la
segunda mitad del siglo I. Existe un amplio consenso acerca de esta cronología
de las fuentes, al igual que es posible datar algunos (muy escasos) testimonios
acerca de Jesús en fuentes no cristianas entre la última década del siglo I y el
primer cuarto del siglo II.
En el estado actual de conocimientos acerca de Jesús de Nazaret, la opinión
predominante en medios académicos es que se trata de un personaje
histórico,Nota 3 cuya biografía y mensaje experimentaron modificaciones por parte
de los redactores de las fuentes.61 Existe, sin embargo, una minoría de
estudiosos que, desde una crítica radical de las fuentes, consideran probable
que Jesús ni siquiera fuese un personaje histórico real, sino una entidad mítica,
similar a otras figuras objeto de culto en la Antigüedad. Nota 3
Fuentes
Artículo principal: Fuentes de la historicidad de Jesús
Son sobre todo las fuentes cristianas, obviamente parciales, las que
proporcionan información sobre Jesús de Nazaret. Los textos cristianos reflejan
principalmente la fe de las comunidades primitivas, y no pueden considerarse,
sin más, documentos históricos.
Los textos en los que la crítica actual cree posible hallar información acerca del
Jesús histórico son, principalmente, los tres evangelios
sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Secundariamente, proporcionan también
información acerca de Jesús de Nazaret otros escritos del Nuevo Testamento
(el Evangelio de Juan, las epístolas de Pablo de Tarso), algunos evangelios
apócrifos (como el de Tomás y el de Pedro), y otros textos cristianos.
Por otro lado, existen referencias a Jesús en unas pocas obras no cristianas.
En algunos casos se ha puesto en duda su autenticidad (Flavio Josefo), o que
se refieran al mismo personaje cuya vida relatan las fuentes cristianas
(Suetonio). Apenas aportan alguna información, excepto que fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato (Tácito) y que fue considerado un embaucador por los
judíos ortodoxos.
Fuentes cristianas
Son muy numerosos los escritos cristianos de los siglos I y II en los que se
encuentran referencias a Jesús de Nazaret. Sin embargo, solo una pequeña
parte de los mismos contiene información útil acerca de él. Todos ellos reflejan,
en primer lugar, la fe de los cristianos de la época, y solo secundariamente
revelan información biográfica sobre Jesús.
Los principales son:
Algunos autores, como Burton Mack o John Dominic Crossan, 137 piensan
que Jesús fue principalmente un maestro ético, cuyas enseñanzas tienen
grandes afinidades con la filosofía cínica.
Jesús en el cristianismo
Artículo principal: Cristo
Véase también
Notas
1. ↑ en griego antiguo: Χριστός, Christós; en arameo: ܡܫܝܚܐ, Mʕšiha; en hebreo antiguo:
ַמָ שִׁ יח, Māšîaḥ.
2. ↑ En griego antiguo: Ἰησοῦς, Iesous; en arameo: ܝܫܘܥ, Išo; en hebreo antiguo:
ַי ְהֹושֻׁ ע, Yehošuaʕ, o ַי ֵׁשּוע, Yešuaʕ.
3. ↑ Saltar a:a b c La mayoría de historiadores y expertos bíblicos opina que estos datos pueden
darse por ciertos, dada la concordancia de las fuentes, si bien hay estudiosos que ponen en
tela de juicio la historicidad de Jesús de Nazaret, cuestionando los textos no cristianos
existentes. Entre los autores que afirman la historicidad de Jesús se encuentran: Raymond
E. Brown (La muerte del Mesías, ISBN 84-8169-485-1); John Dominic Crossan (Jesús, vida
de un campesino judío, 1994, ISBN 84-7423-655-X; Jesús desenterrado, ISBN 84-8432-
459-1); Bart Ehrman (Jesús, el profeta judío apocalíptico, 2001, ISBN 84-493-1027-X); Gerd
Theissen y Annette Merz (El Jesús histórico, 2004, ISBN 84-301-1349-5); E. P. Sanders (La
figura histórica de Jesús, 2000, ISBN 84-8169-400-2); Geza Vermes (Jesús el judío: los
manuscritos leídos por un historiador, 1994, ISBN 84-7669-213-7; La religión de Jesús el
judío, 1996, ISBN 84-7979-201-9); Paul Winter (El proceso a Jesús, 1983, ISBN 84-85501-
50-0). La negación de la existencia de Jesús es una posición muy tardía, ya que Jesús
comenzó a estudiarse como figura histórica, al margen de la religión, recién en el
siglo XVIII. Los principales defensores de este punto de vista son Timothy Freke y Peter
Gandy (Los misterios de Jesús. El origen oculto de la religión cristiana, 2000, ISBN 84-253-
3450-0); Earl Doherty (El puzzle de Jesús, 2005, ISBN 84-9800-268-0) y, sobre todo,
George Albert Wells (The Historical Evidence for Jesus, 1988, ISBN 0-87975-429-X); The
Jesus Myth, 1998, ISBN 0-8126-9392-2). La inmensa mayoría de las enciclopedias y obras
de referencia aceptan la historicidad de Jesús. Es el caso, por citar un ejemplo prestigioso,
de The New Encyclopaedia Britannica (pp. 360-377, tomo 22, Chicago, 1990. ISBN 0-
85229-511-1). También los defensores de la teoría de la inexistencia de Jesús reconocen
que la opinión generalizada es la contraria. Según George Albert Wells, en un artículo
publicado en 1999:
It is almost universally accepted that Jesus lived in the opening decades of the first
century, taught certain doctrines in Galilee, worked there what were at any rate taken for
miracles, and died in Jerusalem, at the behest of the Roman governor Pontius Pilate.
4. ↑ El judaísmo de Jesús no es cuestionado en la actualidad por ningún estudioso serio del
Jesús histórico. Como escribe William Arnal («The cipher “judaism” in contemporary
historical Jesus scholarship», en John S. KLOPPENBORG (ed.): Apocalypticism, anti-
semitism and the historical Jesus, pág. 24, «no contemporary New Testament scholar
contests that Jesus was a jew». Véase, por ejemplo, el libro de Joseph Klausner: Jesús de
Nazaret. Barcelona: Paidós, 2006, ISBN 84-493-1834-3, quien manifiesta de manera
terminante «Jesús era judío, y siguió siendo judío hasta su último aliento» (pág. 469). Con
igual claridad se expresa Edward Kessler, en «Jesus the jew» (artículo en BBC.co.uk):
«One of the certain facts about Jesus was that he was a Jew. He was a child of Jewish
parents, brought up in a Jewish home and reared among Jewish traditions. Throughout his
life, Jesus lived among Jews and his followers were Jews».
Bart D. Ehrman ha señalado que «una de las ironías del cristianismo primitivo es que Jesús
mismo era un judío que veneraba al dios de los judíos, observaba las costumbres judías,
interpretaba la ley judía y tuvo discípulos judíos, que le consideraban el mesías judío» (Bart
D. EHRMAN: Jesús no dijo eso. Barcelona: Ares y Mares, 2007, ISBN 978-84-8432-852-0;
P. 233).
Un desarrollo amplio del tema, con referencia a las investigaciones de Geza Vermes, puede
encontrarse en la red: «Jesus the jew», artículo de Jonathan Went, en inglés.
Los autores de la llamada tercera búsqueda del Jesús histórico han hecho especial
incidencia en el judaísmo de Jesús. Véase, por ejemplo: John Dominic Crossan (Jesús,
vida de un campesino judío, 1994, ISBN 84-7423-655-X; Jesús desenterrado, ISBN 84-
8432-459-1); Bart Ehrman (Jesús, el profeta judío apocalíptico, 2001, ISBN 84-493-1027-X);
E. P. Sanders (La figura histórica de Jesús, 2000, ISBN 84-8169-400-2); Geza
Vermes (Jesús el judío: los manuscritos leídos por un historiador, 1994, ISBN 84-7669-213-
7; La religión de Jesús el judío, 1996, ISBN 84-7979-201-9); J. P. Meier (Un judío marginal.
Nueva visión del Jesús histórico. I, II 1-2, III. Estella: Verbo Divino, 2001 ss.), entre muchos
otros.
5. ↑ Como puede constatarse, las diferencias entre ambos relatos son bastante significativas:
En el relato de Mateo, María y José vivían en Belén; en el de Lucas, en Nazaret.
En el relato de Mateo, el ángel se aparece (en tres ocasiones) a José; en el de Lucas
solo se aparece (en una ocasión) a María.
Las historias de los magos de Oriente, la degollación de los inocentes, y la huida a
Egipto, solamente son citadas en el Evangelio de Mateo.
Las historias de la adoración de los pastores, la circuncisión de Jesús, la presentación
en el Templo, y el encuentro de Jesús con los doctores del Templo, solamente son
citadas en Lucas.
6. ↑ No está claro si el relatado en el Evangelio de Juan es el mismo milagro, ya que el
beneficiario es en este caso el hijo de un cortesano, aunque los detalles de la narración son
idénticos.
7. ↑ El Evangelio de Juan no hace referencia a la Última Cena, ya que no sitúa la detención de
Jesús en la noche de Pascua, sino la anterior: sí aparece en él, sin embargo, el anuncio de
la traición de Judas (Jn 13, 21-30) y un episodio que no aparece en los sinópticos, el
lavatorio de los pies de los discípulos (Jn 13, 1-20).
8. ↑ Este episodio no aparece tampoco en el Evangelio de Juan.
9. ↑ Se sabe que el cargo de Pilato no era en realidad el de procurador, sino el de prefecto.
Figura erróneamente con ese cargo no solo en los evangelios, sino también en la obra del
historiador Flavio Josefo.
10. ↑ Existe consenso entre la mayoría de los filólogos bíblicos en cuanto a que los últimos
doce versículos del evangelio, a partir de la aparición de Jesús a María Magdalena (Mc 16
1,9) son el resultado de una interpolación posterior. Se desconoce si el Evangelio de
Marcos concluía en Mc 16 1,8 o si el final original se ha perdido. Véase Bart E.
Ehrman, Jesús no dijo eso. Barcelona: Ares y Mares, 2007; págs. 88-92.
11. ↑ Acerca del significado de esta expresión, véase el artículo «Libro de Isaías».
12. ↑ Saltar a:a b En 1972 el jesuita español José O'Callaghan afirmó que EL 7Q5, uno de los
papiros hallados en Qumrán, junto al mar Muerto, era un fragmento del Evangelio de
Marcos (concretamente Mc 6, 52-53). Su hipótesis fue apoyada por algunos biblistas, entre
ellos C. P. Thiede, pero fue en general rechazada por los estudiosos. Véanse Piñero,
Antonio: Guía..., pp. 66-67; y Meier, John P.: Un judío marginal..., pág. 124.
13. ↑ De hecho, en sus cartas cita con frecuencia textos del Antiguo Testamento, pero apenas
si se refiere a dichos de Jesús. Solo en 1 Cor 7, 10 y 1 Cor 11, 23-26 acude directamente a
la predicación de Jesús de Nazaret como fuente de autoridad. En las cartas de Pablo, sin
embargo, no es sencillo diferenciar cuándo hace referencia a la predicación del Jesús
histórico y cuándo a su propia experiencia del Jesús resucitado.
14. ↑ La tradición cristiana atribuye la autoría de estas obras a personajes citados en el Nuevo
Testamento: los apóstoles Juan y Mateo, y a dos colaboradores cercanos de los primeros
seguidores de Jesús, Marcos y Lucas. Esta adscripción es tardía (del siglo II) y no se
sustenta en datos aportados por los propios textos. No obstante, para referirse a los
evangelios está generalizada la denominación tradicional de evangelios de Mateo, Marcos,
Lucas y Juan, sin que esto implique posicionamiento alguno en el tema de su autoría
15. ↑ Sebastos es la traducción aproximada al griego de Augusto.
16. ↑ Según Flavio Josefo (Contra Apión 2, 108), eran unos 20 000.
17. ↑ Solo dos de los cuatro evangelios canónicos ―Mateo y Lucas― proporcionan información
sobre la infancia de Jesús. Marcos, el evangelio mayoritariamente considerado más
antiguo, no incluye ningún relato de la infancia. Solo documenta el nombre de la madre y la
existencia de varios hermanos (Mc 6, 3). Por otro lado, la infancia de Jesús es desarrollada
ampliamente ―con una considerable dosis de imaginación y abundantes anacronismos―
por varios evangelios apócrifos, genéricamente conocidos como «apócrifos de la infancia».
Existe un amplio consenso en no concederles absolutamente ninguna fiabilidad histórica.
En el resto del Nuevo Testamento, solo Pablo hace un par de alusiones indirectas al origen
de Jesús, cuando afirma que fue nacido de mujer (Gal 4, 4) y que procedía de la estirpe
de David, «en cuanto hombre» (Rom 1, 3).
18. ↑ Geza Vermes considera que los relatos de Mateo y Lucas «son adiciones posteriores a la
narración evangélica principal» (El nacimiento de Jesús, pág. 237).
19. ↑ Mateo cita este pasaje del profeta Miqueas, según el cual el Mesías habría de nacer en
Belén:
Pero tú, Belén Efrata, aunque pequeña para figurar entre los clanes de Judá, de ti me saldrá quien ha de ser
dominador en Israel, cuyos orígenes vienen de antaño, desde los días antiguos.
Miq 5, 2
Referencias
1. ↑ Stockman, Robert (1992). «Jesus Christ in the Bahá'í Writings». Bahá'í Studies
Review 2 (1).
2. ↑ Rishi Das, Shaunaka (24 de marzo de 2009). «Jesus in Hinduism». BBC.
3. ↑ Beverley, James A. (11 de junio de 2011). «Hollywood's Idol». Christianity Today.
4. ↑ Canto, Alicia M. «Textos históricos sobre Jesús de Nazareth»(artículo en Celtiberia.net,
del 8 de diciembre de 2005). Versión más reciente (2017) en Academia.edu.
5. ↑ Mt 1:18-2:23, Lc 1:5-2:52.
6. ↑ Según Geza Vermes (El nacimiento de Jesús, pág. 94): «El Evangelio de Mateo no
identifica el lugar donde viven María y José, pero al no hablarse de un cambio de residencia
entre ese momento [el sueño de José] y el nacimiento de Jesús, se puede concluir que, en
opinión de Mateo, la pareja residió siempre en Belén».
7. ↑ Is
8. ↑ Mt 1:19-21
9. ↑ Mt 2:13
10. ↑ Mt 2:19-23
11. ↑ Mt 2:23
12. ↑ Lc 1:26-38.
13. ↑ Mt 1:2-16, Lc 3:23-28.
14. ↑ Mt 3:1-12, Mc 1:4-8, Lc 3:1-18 (Jn 1:19-32
15. ↑ Mt 3:13-15, Mc 1:9,Lc 3:21 Según el Evangelio de Juan, Jesús no recibió el bautismo
personalmente de Juan el Bautista, ya que por entonces este se encontraba encarcelado
por orden de Antipas.
16. ↑ Mt 3:16-17, Mc 1:10-11, Lc 3:21-22. En el Evangelio de Juan se menciona
esta teofanía (Jn 1:32-33), aunque no en ocasión del bautismo de Jesús.
17. ↑ Mt 4:2-11, Mc 1:12-13, Lc 4:1-13.
18. ↑ Mt 4:12-17, Mc 1:14, Lc 4:14.
19. ↑ Mt 4:17, Mc 1:15, Lc 4:14. Según Jn 1:35-51 Jesús reclutó a sus primeros seguidores
(aunque eran galileos) en Judea, antes de partir hacia Galilea para iniciar su ministerio.
20. ↑ Mt 11:20-21, Lc 10:13
21. ↑ Mt 13:53-58, Mc 6:1-6, Lc 4:16-30. Según el relato de Lucas, los habitantes de Nazaret
intentaron matar a Jesús.
22. ↑ Mt 20:29, Mc 10:46, Lc 18:35.
23. ↑ Jn 11:38-44
24. ↑ Mt 10:2-4, Mc 13:16-19, Lc 6:13-16. En los tres sinópticos, los apóstoles son agrupados
por parejas, aunque no siempre coinciden en su distribución.
25. ↑ Mt 4:18-22, Mc 1:16-20. En el Evangelio de Juan, Simón y Andrés son discípulos de Juan
el Bautista que se unieron a Jesús en Judea.
26. ↑ Mt 9:9, Mc 2:14, Lc 5:27-28,
27. ↑ Véase, por ejemplo, Jn 6:67, Jn 6:70, Jn 6:71. En diferentes pasajes cita a los siguientes:
Simón Pedro, Andrés, los hijos de Zebedeo (es decir Santiago y Juan), Felipe, Natanael,
Dídimo Tomás, Judas Iscariote y otro Judas. Natanael es generalmente identificado con el
Bartolomé que mencionan los sinópticos.
28. ↑ Mt 9:32-34, Mt 12:22-30, Mc 3:22-27, Lc 11:14-15, Lc 11:17-23)
29. ↑ Lc 10:17-20
30. ↑ Mc 9:38-40
31. ↑ Mt 17:1-8, Mc 9:2-8, Lc 9:28-36.
32. ↑ Mt 21:1-11, Mc 11:1-11, Lc 19:28-40, Jn 12:12-19.
33. ↑ Mt 21:12-22, Mc 11:15-19, Lc 19:45-48. Marcos intercala entre la entrada de Jerusalén y
la expulsión de los mercaderes el episodio de la maldición de la higuera (Mc 11:12-14, y
Lucas una profecía sobre Jerusalén (Lc 19:41-44
34. ↑ Jn 2:13-22. En este pasaje, Jesús utiliza un azote para expulsar a los vendedores, al que
no se hace referencia en los sinópticos.
35. ↑ Mt 24:1-3, Mc 13:1-4, Lc 21:5-7.
36. ↑ Mt 26:6-13, Mc 14:5-9, Jn 12:1-8. En el relato de Juan, la mujer que unge a Jesús
es María de Betania, hermana de Lázaro; en los otros dos no se menciona su nombre.
37. ↑ Mt 26:26-29, Mc 14:22-25, Lc 22:19-20. Para los cristianos, este gesto de Jesús
representa la institución del sacramento de la Eucaristía.
38. ↑ Mt 26:36-46, Mc 14:32-42, Lc 22:40-46.
39. ↑ Mt 26:14-16, Mc 11:10-11, Lc 22:3-6.
40. ↑ Mt 26:47-56, Mc 14:43-52, Lc 22:47-53, Jn 18:2-12. El relato de Juan ofrece variantes
significativas: no se cita Getsemaní como el lugar de la detención, sino un huerto «al otro
lado del torrente Cedrón»; en la detención de Jesús toma parte una cohorte romana; y
Jesús no es denunciado por Judas, sino que se entrega él mismo a los que iban a
detenerlo.
41. ↑ Mt 26:57-68, Mc 14:53-65, Lc 22:63-71.
42. ↑ Jn 18:19-29
43. ↑ Mt 26:69-75, Mc 14:66-72, Lc 22:55-62, Jn 18:15-27.
44. ↑ Mt 27:11-26, Mc 15:1-15. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús
ante Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén. Según
este relato, Jesús no quiso contestar a las preguntas de Antipas, quien lo envió de nuevo a
Pilato (Lc 23:1-25). En el Evangelio de Juan, por otro lado, se añaden dos diálogos entre
Jesús y Pilato que no aparecen en el resto de los relatos de la Pasión (Jn 18:28-19:16).
45. ↑ Mt 27:26-31, Mc 15:15-20
46. ↑ Mt 27:32-44, Mc 15:21-32, Lc 23:26-43, Jn 19:16-24. Juan no menciona a Simón de
Cirene. Afirma que Jesús fue crucificado entre otras dos personas, pero no dice que fuesen
ladrones.
47. ↑ Mt 27:45-50, Mc 15:33-41
48. ↑ Lc 23:39-46. Jn 19:25-30
49. ↑ Mt 27:57-61, Mc 15:42-47, Lc 23:50-56, Mc 19:38-42
50. ↑ Mt 27:62-66.
51. ↑ Mt 28, Mc 16, Lc 24, Jn 20-21
52. ↑ Is 7:14, Miq 5:2
53. ↑ Is 9:1
54. ↑ Is 9:6-7, Is 11:1-9), Is 16:5
55. ↑ Is 40:3. Esta profecía es citada explícitamente en los cuatro evangelios del Nuevo
Testamento (Mt 3:3, Mc 1:2-3, Lc 3:4-6, Jn 1:23).
56. ↑ Is 42:1-7, Is 49:1-7, Is 50:4-9, Is 52:42-53:12.
57. ↑ Por ejemplo, Zc 12:10.
58. ↑ Morris, John D. (en inglés). «Has archaeological evidence for Jesus been
discovered?» Instituto de Investigación sobre la Creación. Consultado el 22 de mayo de
2009.
Is it reasonable to expect such artifacts or inscriptions? After all, the man Jesus was not a
prominent governmental leader. He was essentially an itinerant preacher, with few
possessions, and eventually suffered the death of a common outlaw. Would the romans
have recorded his life or death with an inscription or statue? Certainly not.
59. ↑ Maier, Paul L. (en inglés). «History, archaeology and Jesus. Hard evidence from the
ancient world dramatically supports the New Testament record on Jesus.» Archivado el 9 de
mayo de 2008 en la Wayback Machine.
60. ↑ Pérez Cortés, Sergio (2004). Palabras de filósofos: oralidad, escritura y memoria en la
filosofía antigua (1ª edición). México: Siglo XXI Editores. p. 16. ISBN 968-23-2482-3. «Un cierto
número de filósofos antiguos no consideró necesario dejar nada por escrito. Este es el
caso, entre muchos otros,
de Pitágoras, Sócrates, Menedemo, Pirrón, Arcesilao, Carnéades, Amonio Saccas, Musonio
Rufo, Epícteto, Estilpón, y Filipo.»
61. ↑ Rivas, Luis H. (2010). Diccionario para el estudio de la Biblia. Buenos Aires: Editorial
Amico. pp. 20-21; 96-98; 170-171. ISBN 978-987-25195-1-3. Las modificaciones se ajustaron a
razones diversas, destacando el propósito del escrito, sus destinatarios, el momento en que
se escribió el mensaje, como así también el género literario usado. Entre otros ejemplos se
cuentan las diferencias existentes en la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret en los
cuatro evangelios canónicos, e incluso en los tres evangelios sinópticoscuyas divergencias
indicarían que se escribieron con cierto grado de independencia uno del otro.
El concordismo o armonización bíblica fue uno de los recursos que primero se utilizaron
para superar el problema, e implicaba ciertos forzamientos de los textos bíblicos que no
estaban totalmente de acuerdo entre sí, para que pareciera que expresaban lo mismo. Un
ejemplo de ello fue el Diatésaron de Taciano en el siglo II. Esos recursos, que llegaron a ser
muy populares, fueron dejados totalmente de lado en la actualidad.
62. ↑ Antonio PIÑERO: Fuentes del cristianismo, pág. 325.
63. ↑ Kugelman, Richard (1972). «Primera carta a los corintios». En Brown, Raymond
E.; Fitzmyer, Joseph A.; Murphy, Roland E., eds. Comentario Bíblico «San Jerónimo» IV.
Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 51. «[…] Última Cena […] Se trata del testimonio más
antiguo que existe […] escrito unos ocho años antes que el Evangelio de Marcos, el relato
que hace Pablo […] es muy parecido al de Lc 22, 19-20».
64. ↑ J. M. Robinson, y otros: El «Documento Q» en griego y en español con paralelos del
Evangelio de Marcos y del Evangelio de Tomás. Salamanca: Sígueme, 2002. ISBN 84-301-
1464-5
65. ↑ Guijarro, pág. 26.
66. ↑ Guijarro, págs. 61-63
67. ↑ Piñero, Antonio: Guía para entender el Nuevo Testamento, págs. 392-393.
68. ↑ Theissen y Merz, El Jesús histórico, págs. 55-56.
69. ↑ Antonio PIÑERO: Guía para entender el Nuevo Testamento, pág. 166.
70. ↑ Muy debatido es también el valor que debe asignarse al llamado Evangelio secreto de
Marcos, sobre cuya autenticidad existen serias dudas.
71. ↑ Theissen y Merz, El Jesús histórico, pág. 76.
72. ↑ Véase una relación comentada de todos los textos, junto con otros judíos, igualmente no
cristianos, en el artículo de Alicia M. Canto (UAM) "Textos históricos sobre Jesús de
Nazareth", Celtiberia.net, 8 de diciembre de 2005 (consultado el 10 de diciembre de 2012),
reproducido también en Terrae Antiqvae, 5 de enero de 2006. Versión más reciente (2017)
en Academia.edu.
73. ↑ «Tacitus», artículo en The New Encyclopaedia Britannica. En la edición de 1995 de la
misma obra se concluye:
The allusions in non-Christian sources (the Jewish historian Josephus, the Roman
historians Tacitus and Suetonius, and Talmudic texts) are almost negligible, except as
refuting the unsubstantiated notion that Jesus might never have existed.
Estos textos, aunque no tienen valor documental, podrían bastar «para refutar la idea
infundamentada de que Jesús podría no haber existido».
74. ↑ Alicia M. Canto, art.cit., nº 7a, pág. 5. El texto de Agapio dice: "Josefo refiere que por
aquel tiempo existió un hombre sabio que se llamaba Jesús. Su conducta era buena y era
famoso por su virtud. Y muchos de entre los hebreos y de otras naciones se hicieron
discípulos suyos. Pilato lo condenó a ser crucificado y a morir. Pero los que se habían
hecho discípulos suyos no abandonaron su discipulado. Ellos contaron que se les había
aparecido tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; quizá, por esto, era el
Mesías, del que los profetas contaron maravillas".
75. ↑ Un análisis detallado de las fuentes talmúdicas sobre Jesús puede encontrarse en
Klausner, Joseph: Jesús de Nazaret (Barcelona: Paidós, 2006; ISBN 84-493-1834-3);
págs. 23-58. Aunque la edición original del libro es de 1907, la mayoría de los autores
actuales están de acuerdo con lo esencial de sus conclusiones: véase por ejemplo
Meier, Un judío marginal, tomo I, págs. 112-118 (ver bibliografía).
76. ↑ Alicia M. Canto, Textos históricos sobre Jesús de Nazareth , pág. 4, núms. 4 y 5.
77. ↑ Theissen, G.; Merz, A. (1999). El Jesús histórico. Salamanca: Ediciones Sígueme.
pp. 106-107. ISBN 84-301-1349-5. «[...] las noticias no cristianas permiten controlar distintas
fechas y datos de la tradición cristiana primitiva. Así, Josefo confirma que Jesús tuvo
un hermano llamado Santiago. La muerte violenta de Jesús es recogida por
Josefo, Tácito y Mará (y los rabinos): Tácito hace responsable a Pilato; Mará (y las fuentes
rabínicas), a los judíos; y Josefo, presumiblemente, a los romanos en cooperación con las
autoridades judías. De los milagros de Jesús hablan Josefo y los rabinos, el primero en
sentido valorativo neutral, los segundos bajo la acusación de brujería. Que Jesús actuó
como maestro lo saben Josefo, que lo califica de «hombre sabio» y «maestro», y Mará, que
menciona las «nuevas leyes» del «rey sabio». Josefo añade a los títulos atribuidos a Jesús
el de «Cristo/Mesías» —los historiadores romanos emplean ya el término «Cristo» como
nombre propio—; y Mará, el de «rey sabio». Esta imagen, obviamente muy esquemática en
consonancia con el escaso interés personal de unos autores no cristianos, se compagina
plenamente con la de las fuentes cristianas. Solo los textos cristianos contienen detalles de
la vida y enseñanza de Jesús.»
78. ↑ PIÑERO, Antonio: Guía para entender el Nuevo Testamento, págs. 169-172.
79. ↑ Antonio PIÑERO: Guía para entender el Nuevo Testamento, pág. 172.
80. ↑ Sanders, pág. 42.
81. ↑ VERMES, Geza: Jesús el judío, pág. 52.
82. ↑ Saltar a:a b Theissen y Merz, El Jesús histórico, pág. 153.
83. ↑ Sanders, págs. 63-64.
84. ↑ En Antigüedades judías, 13, 171-173.297s; 18, 11-25, y en Guerra2, 118-166.
85. ↑ Sanders, pág. 67.
86. ↑ Meier: Un judío marginal. Una nueva visión del Jesús histórico, tomo I, pág. 219.
87. ↑ Jesús PELÁEZ: «Jesús y el Reino de Dios: Las comunidades primitivas en el
judeocristianismo», en Antonio PIÑERO (ed.): Orígenes del cristianismo. Antecedentes y
primeros pasos, pág. 235.
88. ↑ Mc 1:24, Mc 10:47, Mc 14:67, Mc 16:6, Lc 4:34, Lc 24:19.
89. ↑ Mt 2:23, Mt 26:71, Lc 18:37, Jn 18:5-7
90. ↑ Hch 2:22, Hch 3:6, Hch 4:10, Hch 22:8.
91. ↑ Num 6
92. ↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española
(2014). «nazareno». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid:
Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7.
93. ↑ Saltar a:a b Según Gerd Theissen y Annette Merz, El Jesús histórico, pág. 192: «En suma,
Jesús procede de Nazaret. La transposición del lugar de nacimiento a Belén es fruto de la
fantasía y la especulación religiosa: como ―según las Escrituras― el mesías debía nacer
en Belén, Mt 2 y Lc 2 desplazan allí el nacimiento de Jesús». Geza Vermes, en su obra El
nacimiento de Jesús(págs. 242-243) afirma que «el lugar donde nació resulta controvertido:
Belén según la tradición, pero más probablemente Nazaret». Para Antonio Piñero (Guía
para entender el Nuevo Testamento, pág. 174), «lo más probable es que Jesús fuera
oriundo de Nazaret y que luego se plasmara la historia de que nació en Belén para dar
plena justificación a sus pretensiones mesiánicas, de acuerdo con las Escrituras».
94. ↑ En el Evangelio de Marcos es llamado «Jesús el nazareno» (Mc 1:24; Mc 10:47; Mc
14:67; Mc 16:6). En el Evangelio de Juan se indica además que su origen galileo podía ser
perjudicial para ser identificado como el Mesías (Jn 1:45; Jn 7:52).
95. ↑ Piñero, Antonio: Guía para entender el Nuevo Testamento, pág. 173.
96. ↑ Brown, Raymond E. (2002). 101 Preguntas y respuestas sobre la Biblia (3ª edición).
Salamanca: Ediciones Sígueme. p. 88. ISBN 84-301-1304-5. «Siempre recalco que, aparte de
discrepar sobre ciertos puntos, los dos evangelistas (Mateo y Lucas) también coinciden en
lo que podría denominarse los puntos más importantes. [...] ambos coinciden en que el
nacimiento tuvo lugar en la ciudad de Belén. Ambos coinciden en que finalmente la familia
se establece en Nazaret. Estas coincidencias son muy importantes y no creo que pueda
discutirse la historicidad de dichos detalles.»Raymond Brown asume la misma postura en
su obra El nacimiento del Mesías.
97. ↑ Saltar a:a b Brown, Raymond E (1982). El nacimiento del Mesías. Madrid: Ediciones
Cristiandad. p. 209. ISBN 84-7057-302-0. «Aunque las investigaciones arqueológicas han
demostrado que fue ocupada continuamente desde el siglo VII a. C., Nazaret nunca es
mencionada en ningún escrito judío precristiano. [...] De las doce veces que lo encontramos
en el NT, diez aparece como Nazaret [...] y dos como Nazarā (Mateo 4:13; Lucas 4:16).»
98. ↑ Saltar a:a b Meier, John P. (1998). Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico.
Tomo I: Las raíces del problema y la persona. Estella (Navarra): Verbo Divino. pp. 279 y
310.
99. ↑ Testa, E (1968). «L'apporto delle iscripzioni nazaretane». Rev. Bibl. 16: 167-185.
100. ↑ Brown, Raymond E (1982). El nacimiento del Mesías. Madrid: Ediciones Cristiandad.
pp. 179-180. ISBN 84-7057-302-0. «Los adversarios se burlaban de que Jesús fuera de Nazaret
de Galilea, un lugar oscuro que en nada favorecía su origen davídico y divino. [...] En Juan
1:45-46, cuando se describe a Jesús como aquel de quien escribió Moisés en la ley y en los
profetas, Natanael replica: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?" En 7:52, los fariseos
replican a los partidarios de Jesús: "Estudia (las escrituras) y verás que de Galilea no puede
salir un profeta.»
101. ↑ Köstenberger, Andreas J.; Kellum, Leonard Scott; Quarles, Charles Leland (2009). The
Cradle, the Cross, and the Crown: An Introduction to the New Testament. Nashville,
Tennessee: B&H Publishing Group. ISBN 978-0-8054-4365-3. Consultado el 28 de enero de
2014. Andreas J. Köstenberger y colaboradores señalan que la fecha de la muerte
de Herodes I el Grande establecería la datación más tardía posible (terminus ad quem) para
el nacimiento de Jesús de Nazaret (página 136); luego de argumentar sobre la imposibilidad
de que la muerte de Herodes haya ocurrido más tardíamente (página 138), sostienen que
Jesús podría haber nacido en cualquier momento entre finales del año 7 y principios del
año 4 a. C.
102. ↑ Theissen, Gerd; Merz, Annette (1999). El Jesús histórico. Salamanca: Ediciones
Sígueme. ISBN 978-84-301-1349-1. Theissen y Merz escribieron: «No hay referencias seguras
del año exacto. Es cierto que Mateo y Lucas coinciden en afirmar que Jesús nació en vida
de Herodes el Grande, es decir, a tenor de los datos de Josefo (Ant 17, 167.213; Bell 2, 10),
antes de la primavera del año 4 a. C. Este terminus ad quem se considera probable pero no
deja de ser discutido» (página 179); «no es posible precisar el año del nacimiento de Jesús;
hay una cierta probabilidad en favor de los últimos años de reinado de Herodes el Grande»
(página 182).
103. ↑ Saltar a:a b Piñero, Antonio (2011). Guía para entender el Nuevo Testamento (4ª edición).
Madrid: Editorial Trotta. pp. 87, 164 y 174. ISBN 978-84-8164-832-4. Antonio Piñero sugiere que
el nacimiento de Jesús tuvo lugar «en torno al 6-4 a. C.» (página 87), y señala además: «No
hay por qué negar el dato de Mateo y Lucas de que Jesús naciera en época de Herodes el
Grande, poco antes de la muerte de este, ocurrida el año 4 a. C.» (página 174). «La
inmensa mayoría de los investigadores cree que Lucas se refiere «de oídas» al censo de
Quirinio del 6 d. C, por tanto unos diez años después del nacimiento de Jesús» (página
164).
104. ↑ Meier, John P. (1998). Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico. Volumen 1:
Las raíces del problema y la persona. Estella (Navarra): Editorial Verbo Divino.
p. 243. ISBN 84-8169-203-4. Consultado el 28 de enero de 2014. Meier ubica el nacimiento de
Jesús de Nazaret «hacia el final de ese reinado (en referencia al de Herodes el Grande), o
sea, por los años 7-4 a. C.»
105. ↑ Dunn, James D.G. (2003). Jesus Remembered. Grand Rapids, Michigan: Wm. B.
Eerdmans Publishing. ISBN 978-0-8028-3931-2. Consultado el 28 de enero de 2014. «Birth 6-4
BCE».
106. ↑ Kasper, Walter (1985). Jesus the Christ. Mahwah, Nueva Jersey: Paulist Press.
p. 65. ISBN 978-0-8091-2081-9. Consultado el 28 de enero de 2014. «[...] probably from 6-7 BC
[...]».
107. ↑ Saltar a:a b Pesch, Rudolf (2004). «Jesus Christ». En Rahner, Karl, ed. Encyclopedia of
Theology: a Concise Sacramentum Mundi. Nueva York-Mumbai: Continuum-St Pauls.
p. 732. ISBN 978-0-86012-006-3. Consultado el 28 de enero de 2014. «No hay evidencia de que
Quirino haya sido gobernador en vida de Herodes. [...] El año de nacimiento de Jesús es
incierto. [...] En general se acepta que Jesús nació antes del 4 a. C. (muerte de Herodes).
No pueden extraerse detalles más precisos de las narraciones de la infancia de Mateo y
Lucas.»
108. ↑ Saltar a:a b Escuela bíblica de Jerusalén (2009). Biblia de Jerusalén (edición española) (4ª
edición). Bilbao: Desclée de Brouwer. ISBN 978-84-330-2322-3. La Escuela bíblica y
arqueológica francesa de Jerusalén ubica el nacimiento de Jesús «hacia el año 5 o 4 antes
de la era cristiana» (página 1420), «quizá 8-6 a. C.» (página 1494), y en cualquier caso
«antes de la muerte de Herodes el Grande (4 a. C.)». En referencia al censo citado por el
evangelista Lucas, señala: «Este primer censo bajo Cirino resulta enigmático. Puesto que el
historiador judío Flavio Josefo data el único que nos es conocido del año 6 d. C.».
109. ↑ Finegan, Jack (1998). Handbook of Biblical Chronology: Principles of Time Reckoning in
the Ancient World and Problems of Chronology in the Bible. edición revisada. Peabody,
Massachusetts: Hendrickson Publishers. p. 319. ISBN 978-1-56563-143-4. Finegan apoya la
datación del nacimiento hacia el 3 o el 2 a. C. y basa sus argumentos en datos que señala
la Tradición cristiana primitiva sobre el nacimiento, en particular Ireneo de
Lyon(siglo II), Clemente de Alejandría (alrededor del 200 d. C.), y Tertuliano (principios del
siglo III). Tanto Ireneo como Tertuliano ubicaron el nacimiento de Jesús en el «año 41 de
Augusto». Si se supone que el mandato de Augusto comenzó cuando fue elevado al
consulado el 19 de agosto de 43 a. C., el año que señalan sería 2 a. C. Tertuliano confirmó
convenientemente esta conclusión mediante la adición de que el nacimiento de Cristo fue
28 años después de la muerte de Cleopatra y quince años antes de la muerte de Augusto.
Finegan escribe:
Si recordamos que la tradición predominante representada por la mayoría de los eruditos
cristianos tempranos databa la fecha del nacimiento de Jesús de 3/2 antes de Cristo, y si
aceptamos el tiempo de la muerte de Herodes entre el eclipse [lunar] de enero 9-10 y la
Pascua del 8 de abril en el año 1 antes de Cristo, entonces probablemente datemos la
fecha de la natividad de Jesús del 3/2 a. C., tal vez a mediados de enero de 2 a. C.
Finegan
Con todo, en el presente la gran mayoría de los historiadores data la muerte de Herodes I el
Grande del año 4 a. C. y, tal como señala Meier en el volumen 1 de su obra Un judío
marginal. Nueva visión del Jesús histórico, «los intentos dispersos de invalidar el 4 a. C.
como año de la muerte de Herodes se deben considerar un fracaso».
110. ↑ Sanders, Ed Parish (2000). La figura histórica de Jesús. Estella, Navarra: Editorial Verbo
Divino. p. 28. ISBN 84-8169-400-2. Archivado desde el original el 13 de septiembre de 2014.
Consultado el 28 de enero de 2014. Sanders señala el consenso general:
La mayoría de los estudiosos (y yo entre ellos) piensan que el hecho decisivo es que
Mateo data el nacimiento de Jesús aproximadamente hacia el tiempo en que murió
Herodes el Grande. Esa muerte tuvo lugar en el año 4 AEC, de manera que Jesús nació
ese año o poco antes; algunos estudiosos prefieren el 5, el 6 o incluso el 7 AEC.
111. ↑ Saltar a:a b Brown, Raymond E (1982). El nacimiento del Mesías. Comentario a los relatos
de la infancia. Madrid: Ediciones Cristiandad. pp. 413-414. ISBN 84-7057-302-0. Consultado el
28 de enero de 2014.
112. ↑ Entre los estudiosos se acepta generalmente que los relatos de la infancia son añadidos
tardíos con un contenido principalmente teológico. Véase, por ejemplo, Geza Vermes (El
nacimiento de Jesús, pág. 237, para quien «los relatos de la infancia [...] son adiciones
posteriores a la narración evangélica principal». Meier (Un judío marginal, tomo I, págs. 226
y 249) opina que los relatos de la infancia son «productos de la reflexión cristiana primitiva
sobre el significado salvífico de Jesucristo a la luz de las profecías del Antiguo Testamento»
y señala que no tienen absolutamente ninguna validez histórica para autores como Herbert
Braun, Günther Bornkamm y E. P. Sanders. Este último, de hecho, considera estos relatos
como «los casos más claros de invención» en los evangelios (E. P. Sanders: La figura
histórica de Jesús, pág. 108). Escribe Antonio Piñero (Guía para entender el Nuevo
Testamento, pág. 160) que «los estudiosos piensan que estas escenas de Mateo y Lucas
[...] son una reelaboración de otras narraciones del Antiguo Testamento».
113. ↑ Véase, por ejemplo, Lc 4:22, Jn 1:45, Jn 6:42. Las epístolas de Pablo de Tarso no
mencionan tampoco la concepción milagrosa, lo que hace suponer que se trata de un
añadido tardío a la historia de Jesús.
114. ↑ Geza Vermes, Jesús el judío, págs. 227-229.
115. ↑ Sobre la inserción del pensamiento de Jesús en el marco del judaísmo del siglo I, véase
sobre todo E. P. Sanders: Jesús y el judaísmo. Madrid: Trotta, 2004. ISBN 978-84-8164-
685-6.
116. ↑ Lc 4:16-19. Algunos autores, sin embargo, han puesto en duda la historicidad de este
dato. Meier trata ampliamente la cuestión en Un judío marginal, tomo I, págs. 279-290
(ver bibliografía).
117. ↑ Véase, por ejemplo, Marcos 6:3, Mateo 13:55. Geza Vermes (Jesús el judío, pág. 26) lo
pone, sin embargo, en duda, indicando que en estos pasajes «carpintero» puede aparecer
como sinónimo de sabio o erudito, como ocurre en algunos textos talmúdicos, bastante
posteriores a la muerte de Jesús. Sin embargo, este sentido propuesto por Vermes no
parece corresponderse con el contexto.
118. ↑ Véase Jn 2:13, Jn 6:4 y Jn 11:55.
119. ↑ Puig, pág. 197.
120. ↑ Véase Mc 6:44, Mt 14:21, Lc 9:14 y Jn 6:10.
121. ↑ Mt 3:2
122. ↑ Mc 1:7-8, Mt 3:11, Lc 3:16, Jn 1:26-27
123. ↑ Mt 11:11
124. ↑ Jn 3:22-36
125. ↑ Renan, Ernest (2005). «Capítulo 13: Primeras tentativas sobre Jerusalén». Vida de
Jesús (Agustín G. Tirado, trad.) (11ª edición). Madrid: Edaf. p. 218. ISBN 84-7166-377-5.
126. ↑ Sobre este tema, véase Vermes, Jesús el judío, págs. 171-202.
127. ↑ Una de las obras más destacadas sobre esta cuestión es E. P. Sanders: Jesús y el
judaísmo. Madrid: Trotta, 2004. ISBN 978-84-8164-685-6.
128. ↑ Este concepto de «ética interina» o provisional es desarrollado por ejemplo en Gonzalo
PUENTE OJEA: El Evangelio de Marcos. Del Cristo de la fe al Jesús de la
historia (ver bibliografía.
129. ↑ Theissen y Merz, El Jesús histórico, pág. 348.
130. ↑ Rudolf Bultmann, Historia de la tradición sinóptica, Salamanca: Sígueme, 2000;
pág. 306.
131. ↑ Morton Smith: Jesus the Magician. Charlatan or son of God, 1978.
132. ↑ Pagola, José Antonio (2013). Jesús. Aproximación histórica. Sarandí, provincia de
Buenos Aires: PPC Argentina. p. 409. ISBN 978-987-1931-32-3. A favor de esta interpretación se
encuentran autores como Simon Légasse, Raymond Edward Brown, Joseph A.
Fitzmyer, François Bovon y Joachim Gnilka, entre otros.
133. ↑ Kasper, Walter (1978). Jesús, el Cristo (2ª edición). Salamanca: Ediciones Sígueme.
p. 81. ISBN 84-301-0434-8. «El título de la cruz, trasmitido por los cuatro evangelistas, apenas
si puede ponerse en duda en su valor histórico.» Así, Kasper cita a un conjunto de autores y
trabajos: M. Dibelius, Das historische Problem der Leidensgeschichte, en Botschalt und
Geschichte 1. Tübingen 1953, 256, 282 s; N. A. Dahl, Der gekreuzigte Messias, en H.
Ristow - K. Matthiae (ed.), Der historische Jesus, 159 s; F. Hahn, Hoheitstitel, 178; W.
Trilling, Fragen zur Geschichtlichkeit Jesu, 134; H. Kessler, Die tbeologiscbe Bedeutung
des Todes Jesu. Eine traditionsgeschichtliche Untersuchung, Düsseldod 1970, 231.
134. ↑ Brown, Raymond E. (2006). La muerte del Mesías. Desde Getsemaní hasta el sepulcro.
Pamplona (Navarra): Verbo Divino. pp. 1150-1151. ISBN 84-8169-485-1. «No resulta verosímil
que el "rey de los judíos" sea una pura invención, puesto que nunca aparece como una
confesión cristiana. [...] Las objeciones contra la historicidad (de la pasión de Jesús de
Nazaret) han estado basadas a menudo en la dudosa afirmación de que los cristianos no
tuvieron acceso a lo que se dijo en los procesos judío y romano; pero aquí se trata de una
inscripción a la vista de todos. No encuentro razón para negar su historicidad como
expresión del cargo por el que los romanos ejecutaron a Jesús.»
135. ↑ Theissen y Merz: El Jesús histórico, pág. 184.
136. ↑ Theissen y Merz: El Jesús histórico, pág. 185.
137. ↑ Burton Mack: The lost gospel: the Book of Q and christian origins
138. ↑ Doherty, en concreto, atribuye la invención de la figura de Jesús al autor del Evangelio
de Marcos. Según él:
What did Mark do? He crafted a ministry which moved from Galilee to Jerusalem, now the
site of Jesus' death. He virtually re-invented the Apostles out of early, now-legendary
figures in the Christ movement; they served mostly instructional purposes. He brought into
the Jesus orbit all the figures and concepts floating about in the Christian air, like Son of
God, Messiah, Son of David, the apocalyptic Son of Man.
Doherty
Most important of all, he had to craft the story of Jesus' passion. [...] We owe the most
enduring tale Western culture has produced to the literary genius of Mark» (The Jesus
puzzle. Was there no historical Jesus? Parte tres: «The evolution of Jesus of Nazareth»).
Bibliografía
Bibliografía utilizada
El Jesús histórico
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