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enjamín Sallen caminaba al interior del club con

los ojos bien abiertos y el corazón lleno de


esperanza. Esto era por lo que había disminuido sus
gastos muchísimo y ahorrado durante meses para
acceder a este lugar. Tendría que lanzar una moneda
para saber qué era lo más fascinante, las parpadeantes
luces, el flujo de bailarines moviéndose por la pista
medio vestidos o los escasamente vestidos camareros
que caminaban alrededor con bandejas llenas de
comida.

Sus mejorados sentidos absorbían los olores que


giraban en el aire, saboreando en la lengua el sabor del
sudor, la lujuria y el sexo. La combinación de calor y
necesidad que inundaba el aire iba directo a su pene
igual que un afrodisiaco. Incluso la falta de una manada
pesaba menos en él mientras sentía el roce de los
compañeros were que pasaban. Ben había dejado su
manada de Alaska hacía seis meses y la vida de un lobo
solitario era dura. Cazar solo, bajo la luna llena, no
tenía el mismo brillo y la presa que podía conseguir era
más una variedad de conejo que un ciervo adulto.

Comprar la membrecía del club era su


oportunidad de obtener una nueva vida. Si lograba
emparejarse con un were local podía optar por su
aceptación dentro de la manada o si la manada no le
daba la bienvenida una manada de dos era mucho
mejor que la de solo uno.
Siendo medio-were, con una madre humana, Ben
era mucho más pequeño que el promedio de los cambia
formas. Por una vez su tamaño era una ventaja porque
era capaz de deslizarse entre la concurrencia fácilmente
y recorrer el camino hacia la larga barra de madera.
Encontró al barman, un delgado hombre que se movía
con la fluidez de un shifter felino.

—¿Que puedo ofrecerte? —El barman movió sus


largas pestañas sobre un par de penetrantes ojos
verdes—. Además de a mí.

Ben se rió. —Un ron con coca por favor.

—Oooh alguien cortés. —El barman movió su


mano tan rápido que el movimiento lo mareó. Le
presentó a Ben su bebida con un floreo1—. ¿Algo más?

Colocó la propina para el lindo felino en el bote de


propinas y le sonrió. —No, ahora estoy bien, pero te
avisaré si eso cambia.

Eso no pasaría. Él estaba buscando a alguien de


su propio tipo. En sus días salvajes los felinos podrían
ser una jodida de primera pero en estos momentos
estaba buscando algo más permanente. En el Gran
Encuentro ninguno de los were habían dado un paso al
frente para reclamarlo. Quizás si Dillon hubiera estado
en casa las cosas hubieran sido diferentes.

La imagen del alto y oscuro were con los ojos


turquesa llegó a su mente, pero Ben la alejó con todos
sus sentimientos de necesidad. Dillon era parte de su
pasado y esta noche era acerca de la seguridad de su
futuro.

(1) Dicho vano y superfluo empleado sin otro fin que el de hacer alarde de
ingenio, o el de halagar o lisonjear al oyente, o solo por mero pasatiempo.
—Hola linda cosa. —Una gruesa voz dijo a su
lado. Ben se giró para ver al enorme hombre con fríos
ojos negros mirarlo como si fuera la última agua en el
desierto.

—Um. Hi. —Un olfateo provino de otro hombre


que también era un were, pero ninguno de ellos podían
ser sus potenciales parejas. Les dio una pequeña
sonrisa e iba a seguir hacia adelante rodeando al otro
hombre.

Ben se impactó cuando el pesado brazo del


hombre lo rodeó como si mostrara propiedad. —¿Qué
dices sobre conocernos mejor? Soy Ned. ¿Cuál es tu
nombre?

—B-Ben. —El pánico creció en su pecho. Genial,


su primera vez en el club y ya estaba en problemas.

—Aquí estás bebé. Ned, gracias por tomarlo para


mí.

—Thomas. —El brazo de Ned cayó de los


hombros de Ben causando que se tambaleara hacia el
elegante y alto hombre frente a él.

—Hola bebé. —Ben estaba impresionado con los


risueños ojos avellana y la enorme y blanca sonrisa
antes de que lo envolvieran en un abrazo y lo besara
casi sacándole la vida.

El extraño se apartó lo suficiente para ver a Ben,


aun manteniendo al pequeño hombre en sus brazos.
Ben resistió los impulsos de su lobo de atacar. El
hombre olía caliente, necesitado y un indefinible aroma
que hacía que Ben quisiera tomar al alto hombre igual
que a un ciervo herido.
—Supongo que es tuyo. —Ned dijo detrás de él—.
Deberías mantener tus ojos siempre en él antes de que
algún cazador de parejas te lo robe y lo aleje. —Con
esas palabras el hombre se alejó.

Ben sintió a Ned alejarse detrás de él, pero no


podía apartar la vista del Señor de tan fabuloso beso
para verificar. Eso era como si, desde el beso, un lazo
se formara entre ellos. Quería más que nada que el
otro dejara que se acurrucara en él para siempre.

Ben sacudió un poco su cabeza antes de salirse


de los brazos del hombre, ignorando la estocada de
dolor causada por la separación.

Thomas vio al pequeño y pelirrojo lobo. Ojos


dorados, nariz aguileña y labios tan llenos que podrían
ser el sueño de un hombre hetero. Él era un bonito
hombre, después de todo, su alfa tenía al más hermoso
hombre del planeta, pero este le hacía competencia.

«Pareja».
La palabra murmuró sus sentidos. Todas las
cosas se sentían en su lugar, el olor, el atractivo, el
asombroso beso. El pequeño lobo junto a él era su
pareja.

—Mi nombre es Benjamín, —el lindo hombre dijo


ofreciéndole la mano.

—Thomas Moon. —Él esperó a que el joven were


dijera su afiliación. En la cultura were el último nombre
era el de la manada a la que perteneces. Cuando el
joven were no ofreció la información decidió obtenerla
sutilmente de su pareja. Le preguntó—. ¿Dónde está tu
manada?
Un frío se formó en los dorados ojos de Ben. El
pequeño were se alejó.

—Dejé mi manada. Tengo el estatus de lobo


solitario.

El miedo tocó el alma de Thomas. Un lobo


solitario era peligroso. La mayoría de las veces los were
que estaban solos era porque algo estaba mal con su
psique y no se les permitían viajar en manada. O
porque la manada encontraba algo mal con el were y lo
desterraban.

—Ven conmigo.

Esa no era una conversación para una concurrida


pista de baile.

Una cautelosa expresión se formó en Ben. Al


menos su pareja no era estúpida. —Solo quiero hablar.
Incluso dejaremos la puerta abierta.

Después de un gran momento su pareja asintió.


—Está bien.

Ben siguió al hermoso were arriba por una


pequeña escalera. Era extraño ver a una manada en un
medio ambiente urbano. Crecer en la salvaje Alaska no
preparó a Ben para los extraños lobos de la ciudad. El
hombre caminó delante de él viéndose cosmopolita y
suave igual a un were James Bond. Hormigueo recorrió
la columna de Ben mientras veía el firme trasero
flexionarse en las escaleras.

—Deja de mirar mi trasero.

—No. —Ben contestó—. Estoy disfrutando


demasiado de la vista. Si no quieres que mire no
deberías ser tan hermoso. —Thomas giró brevemente
la cabeza hacia él y le dio una complacida sonrisa antes
de seguir subiendo las escaleras.

Un hermoso hombre con un collar con joyas


incrustadas pilló a Thomas en lo alto de las escaleras.

—Thomas, debes decirle a Silver que no necesito


que los guardias me vigilen a cada paso. Prácticamente
tropiezo con ellos. Por favor, por favor interviene.

La impactante criatura tomó las manos de


Thomas mientras rogaba.

—No Anthony, necesitas a los guardias. —El


elegante hombre dijo en un inflexible tono.

Ben se sintió mal por el hermoso. En la expresión


de Anthony se veía tanta tristeza que su corazón se
oprimió con compasión. Esa triste mirada se perdió
cuando vio a Ben. —Tommy encontraste a tu pareja. —
Con el vertiginoso cambio de humor el rubio le dio a
Thomas un fuerte abrazo. Un gruñido salió de la
garganta de Ben pero fue rápidamente suprimido
cuando Anthony liberó a Thomas y se lanzó hacia Ben.

Delgados brazos lo envolvieron igual que una


cómoda manta. Un sentimiento de intenso bienestar
inundó su cuerpo como un narcótico. El hombre olía
como a bosque, tierra húmeda, campos verdes y viejos
árboles de roble. Anthony olía a hogar, incluso aunque
su hogar fuera la más fría nieve que cubrían los
árboles, ese sabor era de un cálido bosque. Ben hundió
la cabeza en el cuello del bello hombre e inhaló. El
stress que no sabía que tenía dejó su cuerpo dejándolo
calmado y casi mareado de alivio.

Un bajo gruñido quebró la calma.


—Sugiero que dejes ir a mi pareja antes de que
te arranque los brazos y te golpee con ellos. —La voz
era tan profunda y vibrante que casi podía sentir la
intensa rabia que había detrás de las palabras.

El rubio soltó sus brazos. —Relájate snookums2


.Solo estoy saludando a la pareja de Thomas.

El hombre usaba una camisa sin mangas que


mostraba sus anchos hombros y los bien construidos
músculos de sus brazos. Sus ojos grises eran del color
del invierno en Alaska solo que cálidos. Viendo al dulce
y hermoso hombre caminar hacia el psicótico
musculoso que parecía ser del doble de su tamaño
desencadenó todos los instintos protectores de Ben
hasta que vio que el hombre se giró y le dio al rubio
una mirada de total adoración. Eso era como ver un
iceberg derretirse frente a sus ojos. Un enorme brazo
rodeó a Anthony y lo acercó de una manera
obviamente tierna.

Anthony se rió graciosamente. Parándose de


puntas depositó un suave beso en una de las duras,
como el granito, mejillas.

—Pagarás por el comentario ‘snookums’. —Le dijo


el gigante.

El rubio se veía completamente perturbado.


Despreocupadamente palmeó el gran bíceps mientras
movía sus hermosos ojos ladinamente. —Estaré
esperando por eso.

Ben veía todo el encuentro fascinado. El poder


que emanaba del hombre era como el del fuerte alfa
pero era obvio quién parecía estar a cargo de la
relación.

(2) snookums, término cariñoso, snook es róbalo.


Una gran mano se le ofreció. —Soy Silver Moon el
alfa de la manada. Thomas es mi mano derecha.

—Benjamín.

El alfa frunció el ceño haciéndolo confesar. —Soy


un lobo solitario.

Silver olfateó. —¿Por qué?

—Nosotros íbamos a hablar de eso cuando tu


pareja nos detuvo para rogar menos guardaespaldas y
nos abrazó. —Cuando dijo esas palabras, Thomas tomó
la mano de Ben para dirigirlo hacia el pasillo.

Ben sintió un estremecimiento de que su pareja


hubiera lanzado al lindo rubio literalmente a los lobos.
Él se detuvo y se abrazó para evitar saltar. El alfa podía
matarlo pero se sentía extrañamente protector del lindo
hombre que olía a bosque. En lugar de que Silver le
gruñera lanzó su cabeza hacia atrás y soltó una
carcajada.—Ustedes dos vayan a tener su conversación
mientras yo le explico a mi pareja cabeza dura por qué
necesita tantos guardias. —El alfa le dio un pequeño
gruñido al delgado rubio que apenas le llegaba al
hombro.

—¿Tú-tú no vas a lastimarlo? —Ben no pudo


evitarlo. Él podía decir que el alfa amaba a su pareja,
pero había visto demasiado en su corta vida para creer
que el amor era suficiente para evitar que alguien
dañara a su esposo.

Anthony le dio una gran sonrisa. —Eres muy


dulce. Pero Silver nunca me lastimaría. Bienvenido a la
manada.
Silver gruñó. —A ti no se te permite darle la
bienvenida a la gente a mi manada. Yo soy el alfa, el
que da o no la bienvenida.

Wow, eso parecía una verdadera pelea. La dulce


expresión dejó al rubio y sus ojos dorado tenue
cambiaron a sólidos.

—Mierda. —Thomas murmuró detrás de él.

—Oh, ¿esta es tu manada? Supongo que yo solo


soy un accesorio, una mascota. Tontamente pensé que
éramos iguales en esta relación. —Un delicado pie
golpeó el suelo en una impresionante muestra de su
malestar—. Bien, tú me informas que esa es tu decisión
gran hombre y es mi decisión no darte la bienvenida en
mi cama. —Con un movimiento digno de un rey el bello
se fue.

—Joder. —El alfa miró a Thomas—. Será mejor


que sea tu pareja porque no hay manera de que pueda
decirle a la mía que no lo apruebo. —Dándoles una
helada mirada a ambos el gran alfa fue tras el pequeño
hombre.

—Bien eso fue esclarecedor. —Thomas dijo con


una enorme sonrisa hacia Ben—. Al parecer Anthony
puede sentir a las parejas.

—¿Por qué él huele tan malditamente bien? —Ben


preguntó siguiendo a su pareja por el pasillo. No quería
dar una impresión equivocada, pero maldición—. No
tomes eso a mal. Quiero decir… tu olor es genial pero él
huele a rica tierra y a hogar.

Thomas asintió y le dio una conocedora sonrisa.


—La mamá de Anthony es una hechicera del bosque.
Aun no sé qué es el padre. Solo unas palabras de
advertencia. Huélelo a distancia. Eso es lo que todos
hacemos.

Ben asintió. —Distancia, lo tengo.

Thomas caminó por el pasillo hacia su suite en


silencio. Con la aprobación de Anthony, Thomas sabía
que su pareja sería aceptada por la manada. Incluso
siendo la pareja de Thomas era usual un largo cortejo y
una reunión para determinar si el nuevo lobo podría
encajar en la estructura de la manada. Tenía la
sensación que con Anthony podría acortarse el largo
proceso. Después de todo Silver no quería alejarse de
su bello hombre y Anthony estaba más que un poco
dispuesto.

Sintiéndose mejor acerca de la relación, Thomas


guió al lindo pelirrojo a su puerta.

—Cada uno de nosotros tiene su suite. Cuanta


más alta jerarquía mejores comodidades pero todos los
cuartos son buenos. Algunos prefieren vivir en sus
propios lugares fuera de la casa de la manada pero
nosotros los animamos y aconsejamos hasta donde sea
posible que vivan aquí. Es una gran construcción y es
más fácil proteger a todo el mundo cuando sabemos
dónde están sus guaridas.

Ben asintió. —Imagino que es difícil en una gran


ciudad seguir el rastro de todo el mundo. ¿Hay más de
una manada?

—Hay cuatro manadas en el área pero Silver es el


alfa de toda la manada del Noroeste y se le considera la
más fuerte en los Estados Unidos. Su linda pareja es un
arquitecto que está construyendo un hotel en las
afueras de la ciudad para supernaturales.

—Brillante.
Thomas asintió. —Estamos muy orgullosos de él.
Él es pareja de Silver recientemente porque perdió un
amante hace algunos años pero se recuperó muy bien.
Como puedes ver todavía tienen algunos asuntos que
manejar. Nosotros no tenemos ese tipo de problemas.

Vio a su pareja inflar su pecho igual que un


animal tratando de parecer más grande. —¿Por qué es
eso?

La mirada de desafío en los ojos de su pareja hizo


que el pene de Thomas se levantara al notarlo.

—Porque aunque soy el más grande de nosotros


dos, creo que estamos a la par en poder. El problema
con el alfa y su pareja es que ellos tienen diferentes
tipo de magia y Silver está tratando de manejar el
tener una pareja que es fuerte pero que se ve como si
un fuerte viento fuera capaz de tirarlo de culo, es por
eso que normalmente tiene un séquito de
guardaespaldas a su alrededor. Ni siquiera quiero saber
dónde estaban esta noche. Silver va a tener unas duras
palabras con alguien.

Thomas podía decir por la complacida expresión


en la cara de Ben que ellos iban a estar bien.
Raramente encontraba a alguien con quien combinara
tan bien y tan rápidamente, a primera vista. Ver al
hombre en las garras de Ned casi lo había desquiciado.
Fue afortunado de que el otro were liberara a Ben
rápidamente, un poco extraño, pero afortunado. Hizo
una nota mental para hablar con Silver acerca del
aumento en la agresión de la conducta de Ned. El otro
hombre estaba desesperado por tener una pareja y
últimamente tomaba al primer hombre que podía
encontrar. Eso era triste pero también era una
conducta peligrosa y podía rápidamente convertirse en
una obsesión. Lo había visto en otros were, en la
comunidad se le llamaba enfermedad por pareja. La
necesidad por una pareja era tan fuerte que
literalmente llevaban a los were a la locura.

Ben siguió a Thomas al interior del cuarto dentro


de una nube de sueños y esperanzas. Qué refrescante
era no tener que probar su poder haciendo posturas de
mierda para probar su fuerza. Le agradaba esta
manada. El alfa era poderoso. La pareja del alfa olía
como las mejores cosas de la vida sin mencionar que
Thomas era lo suficientemente caliente para incendiar
su mundo.

Como los mejores sueños, todas las cosas caían


en su lugar.

—Siéntate, bebé.

La expresión en la cara de Thomas no lo


tranquilizaba. Cauteloso se sentó al lado de su pareja
en el gran sofá color vino. Se hundió en el suave sofá,
el sillón acunaba sus formas. —Este es agradable para
tomar una siesta.

Thomas le dio una hambrienta sonrisa. —Siempre


pensé que podía ser agradable también para otras
cosas.

—¿No lo has intentado? —Le dio al otro hombre


su mejor sonrisa, la que siempre le había conseguido
bebida libre en los bares.

—Aun no. —Los ojos de Thomas se oscurecieron


hasta verse casi negros.

—Bueno, —Ben agregó—, en interés de la ciencia


deberíamos probar su durabilidad.
Thomas se rió. —Cualquier cosa por la ciencia,
hermoso, pero primero quiero saber algunas cosas
acerca de ti. ¿Qué edad tienes, por qué dejaste tu
manada, qué haces para vivir?

Ben hizo un guiño de dolor. —¿No se suponía que


nos besaríamos primero y contestaría a las preguntas
después?

Thomas lo miró con un travieso brillo en su


mirada. Se acercó y colocó su mano en la pierna de
Ben. —Te diré qué bonito, con cada pregunta que
contestes te ganarás un beso.

—Muy justo. —Ben aceptó rápidamente. Aunque


solo consiguiera algunos besos antes de ser tirado por
la puerta—. Veinticinco años.

Esperó por su beso.

Thomas se inclinó y le dio un beso en la mejilla.

—Ese no es un beso.

—Una pequeña respuesta se gana un pequeño


beso. Además eres solo un bebé. Yo tengo cien años
más que tú.

Joder, su pareja era viejo. La edad de los were


era diferente a la de los humanos, pero aun así la
diferencia era sorprendente. Ese hombre estaba vivo
cuando él no era ni siquiera un flash de terror en los
ojos de su madre de menos edad.

—¿La diferencia de edad te molesta? —La


expresión de Thomas era de preocupación.

—No. Solo me sorprende. —Realmente. Casi se


convencía.

—Sí, eso es realmente convincente.


Su pareja no era un tonto.

Ben giró los ojos. —Dame un momento para


ajustarme, es todo. No todo el mundo descubre que su
pareja es un siglo mayor.

Thomas se inclinó, una mano se deslizó por el


cabello de Ben y tomó su cabeza con firmeza. —Creo
que te debo otro beso para convencerte de mi valor
como potencial pareja.

—Sí, eso creo.

Esta vez el beso no fue casto, ligero ni breve.


Esta vez Thomas estaba tratando de encontrar el
tamaño y las formas de las amígdalas de Ben. Su cálida
boca tomó la de Ben igual que un drogadicto
consiguiendo su dosis.

Un beso se convirtió en dos hasta que Ben estaba


acostado debajo de Thomas sin su camisa. Una caliente
y húmeda boca fue hacia su pezón derecho mientras los
dedos de su pareja trabajaban en bajar el cierre.

—Que se jodan las preguntas, necesito sentirte


alrededor de mí. —Thomas se congeló—. ¿Eres pasivo,
verdad? No me molesta intercambiar lugares, pero
necesito reclamarte.

La voz de Thomas era más profunda que antes.


Los ojos de su pareja brillaban dentro de la tenue luz y
mostró los colmillos mientras hablaba.

—No siempre seré el pasivo. —Advirtió—. Pero


por esta noche soy todo tuyo.

Ben se apartó y dejó que la boca de Thomas


tomara el control.
Maldición, la experiencia se notaba. El toque de
Thomas era seguro y confiado mientras le quitaba a
Ben su ropa en rápidos movimientos antes de quitarse
la suya. Ben apenas logró ver la suave y bronceada piel
con un sexy vello negro antes de que el cuerpo de
Thomas lo cubriera.

—Hey, no logré verte. —Ben protestó.

—¿Por qué molestarse en ver cuando sentir es


mucho mejor? —Thomas ronroneó deslizándose sobre
Ben. Una sensación de hormigueo recorrió su piel,
enviando un tsunami de deseo a través de su cuerpo.

Thomas era más pesado de lo que parecía pero


Ben disfrutó del peso de su amante sobre él. Había
pasado mucho tiempo desde que había estado en la
cama con otro hombre, o en el so-fá, como sea.

El pene de Thomas se sentía largo y duro contra


su abdomen. Esa sedosa cabeza dejaba humedad en su
piel mientras el largo eje se frotaba contra él igual que
un gato necesitado. A diferencia de su pareja, Ben
estaba relativamente libre de vello en su torso, con solo
un ligero vello salpicando sus piernas y brazos. Parte de
su status de media-raza, eso siempre causó miradas
fijas de los otros lobos de la manada en las noches de
luna llena.

—Te sientes tan bien. —La voz de Thomas alejó a


Ben de sus malos pensamientos sobre su antigua
manada. Ahora era tiempo de un nuevo comienzo. Un
nuevo comienzo con este asombroso hombre que no
solo lo quería por ser su pareja sino que lo quería de
otras formas también.
Ben frotó su pene contra el de Thomas. El otro
were se estremeció. —Sigue así y no habrá ninguna
duda sobre quién está arriba. Ambos nos correremos.

Riéndose, Ben tomó el trasero de Thomas y lo


colocó más cerca mientras cedía a la tentación de besar
esos fabulosos labios. Labios que presionaban su boca
abriéndose para permitir a sus lenguas libre control
sobre el otro. El pene de Ben pulsaba. Thomas lo tomó
fuerte alrededor de la base y se separó de los labios de
Ben.

—Aun no te corras. Quiero estar dentro de ti


cuando lo hagas.

—Entonces mejor apúrate.

Thomas se puso de pie tomándolo de la mano.

—Habitación. Lubricante. —Esas dos palabras


hicieron que Ben saltara y se uniera a su pareja.

—Podemos hacerlo en el sofá en otra ocasión. —


Agregó.

Una baja y sucia risa salió del sofisticado hombre.


—Cuenta con eso.

Aun de la mano llegaron al otro cuarto. Una cama


de madera oscura con cuatro postes con una cabecera
cubierta de piel llamó su atención. Ben le dio una
curiosa mirada antes de subir a la cama, acostado
movió su dedo llamando a su pareja.

—Ven aquí hermoso.

—¿Quién sabría que esa tímida linda cosita sería


un animal en la cama?

—No soy tímido, —Ben dijo con una sonrisa—,


solo no soy un imbécil. Además ambos sabemos que
soy un animal en muchos más lugares que en una
cama. Pero podemos empezar aquí.

Después de darle una caliente mirada vio a


Thomas llegar al cajón al lado de la cama y sacar una
botella de lubricante.

Ben vio la etiqueta. —Lindo. —Dijo aprobándolo.

—Solo lo mejor para mi pareja.

No queriendo arruinar el humor llamó con señas


a su pareja de nuevo. A quien le importaba con quien
había usado el lubricante Thomas, no lo haría con nadie
más desde ahora. Así era como las parejas
funcionaban.

—Entonces muéstrame lo que puedes hacer con


tu elegante lubricante.

Con una traviesa sonrisa Thomas se unió a su


pareja en la cama.

El ver la hermosa pálida piel del hombre contra el


edredón azul marino era casi suficiente para que
Thomas se corriera sobre la cama sin incluso tocar la
joya que estaba en su cama. Aquí sin nada de ropa
estaba mucho más impactante. Sin cubiertas, Thomas
pudo distinguir al depredador por lo bajo. Por primera
vez él se encendió con el poder de otro lobo.

Esperando que Ben no notara el temblor en sus


dedos, Thomas abrió la botella del lubricante y esparció
lubricante libremente entre dos de sus dedos. Sin una
palabra Ben se giró sobre su estómago, dobló sus
rodillas y presentó su hermoso trasero.

Thomas casi se corre. De nuevo.


—Si sigues de esa forma, puede ser la copula
más corta de toda mi vida. —Le advirtió.

Ben se rió. —Apúrate o me correré sin ti.

Él podía ver a su pareja alcanzar su largo y


hermoso pene.

Descartando las precauciones, Thomas saltó.

—Te atrapé.

Su pareja se movió debajo de él. —Ya me tenías.

Thomas palmeó el trasero de Ben. —No arruines


mi diversión.

—Sí, Señor.

Resopló. Thomas no podía recordar la última vez


que se había divertido en la cama. Sudoroso sexo
caliente sí, pero no diversión.

Fácilmente su primer dedo entró en su pareja y


en un momento lo relajó, bombeando dentro y fuera
mientras Ben se ajustaba.

—Otro. —Ben gruñó.

Thomas deslizó otro dedo dentro, moviéndolo en


tijera hasta que el jovencito se relajó. —Listo para mi
pene.

Ben asintió. —Sí, dámelo.

Presionando un beso en su pecoso hombro,


Thomas alineó la punta de su pene contra el agujero de
su pareja y lentamente se empujó hasta las bolas en el
culo de Ben. Simultáneos suspiros salían de su amante
junto con provocadoras y encantadoras risitas.
—Detén eso. —Thomas gruñó—. Vas a hacer que
me corra. —Estar dentro de un hombre que se reía
causaba en él extrañas sensaciones. Sonriendo contra
la espalda de su pareja, Thomas lentamente empujó
sus caderas hasta que Ben gritó.

—Rápido.

Deseando obedecer se empujó más rápidamente


dentro del joven hombre, permitió que la naturaleza y
la dicha de encontrar a su pareja determinaran el ritmo
y la profundidad. A pesar de querer prolongar la
experiencia, Thomas podía sentir que estaba cerca.
Aferrándose a su pareja lo frotaba mientras seguía
moviéndose en su interior.

Casi inmediatamente la humedad cubrió su


mano, la tensión del agujero de Ben empujó a Thomas
a terminar y ambos colapsaron juntos en la cama.

Thomas apenas recordó caer a un lado a tiempo


para evitar aplastar a su pareja. Quedó acostado con la
dicha postcoital cara a cara con el hombre de sus
sueños.

—Wow. —Ben murmuró con una gran sonrisa en


su cara.

—Algunas veces tiene sus ventajas estar con


alguien con experiencia.

—No quiero saber dónde obtuviste toda esa


experiencia. —La voz de Ben era firme pero un poco
triste.

Llevado por el instinto, Thomas atrajo a su pareja


más cerca y lo acunó entre sus brazos. —No te
preocupes por eso mi dulce. Sabes que cuando
encontramos a nuestra pareja nunca tenemos a alguien
más de nuevo.

—Eso es cierto. —Sus dedos recorrían el vello en


su pecho—. Porque si lo haces te aseguro que será la
última cosa que hagas.

—Ouch. —Una parte del vello de su pecho estaba


entre los dedos de Ben y no de manera cariñosa.

—Lobo posesivo. —Dijo cariñosamente rozando


su nariz con la de su pareja—. Déjame ir por algo para
limpiarnos.

Ben asintió.

Unos minutos después estaban limpios y


acurrucados y los dos were se quedaron dormidos por
primera vez como pareja.
en se deslizó sobre una de las altas sillas de la
barra y le sonrió al barman.

—Hey Phil, me das un whiskey.

—Seguro Ben. —El shifter felino lo sirvió y le dio


un guiño al entregárselo. Un típico sábado, incluso
siendo antes de las cuatro de la tarde el bar estaba
animado con los visitantes y huéspedes. Thomas estaba
en su oficina haciendo algo de papeleo y le dijo a Ben
que fuera por un trago y a relajarse hasta que él
terminara. Tres días de pareja con el sexy lobo y sentía
que todo en su mundo estaba bien. Aun no le había
dicho a Thomas lo que hacía para vivir. Solo esperaría
hasta que el hombre saliera del cuarto con los libros
para admitir que era un contable. Del gruñido en la voz
de su amante cuando dejó el cuarto eso no iba a tomar
mucho tiempo.

—Aquí estás. —Una voz familiar gruñó.

Ben se giró en su silla.

—D-Dillon ¿Qué estás haciendo aquí?

Sin poder evitarlo, los ojos de Ben revisaron de


arriba a abajo al lobo que siempre había considerado el
epítome de un were. De más de un metro ochenta,
Dillon era todo músculo y actitud. Su trabajo como
arquitecto de jardines, lo mantenía adecuado y seguro
y su brillante mente era cautivante. Perdido en los ojos
azul cielo le tomó un momento antes de que las
palabras de Dillon le llegaran. —Lo siento, ¿por qué
dices que estás aquí?

—Estoy aquí para reclamar a mi pareja. —El dolor


desgarró a Ben. Sabía, una vez que se emparejó con
Thomas que Dillon era historia pero pensar que el
hermoso hombre lo reclamara era casi más de lo que
podía manejar.

Qué imbécil egoísta era.

Mientras Ben comenzaba a organizar sus


tumultuosos pensamientos, una gran mano lo bajó de
la silla. Antes de que pudiera objetar, unos labios
tomaron su boca en una muestra de completa
dominación. El instinto y los recuerdos hicieron que Ben
se derritiera entre las manos del enorme were.

—Quita tus jodidas manos de mi pareja. —El


hombre dijo con un profundo gruñido que atravesó la
fuerte música del club.

Thomas estaba aquí.

Dillon dejó ir a su pareja y se giró para


encontrarse con el nuevo were. Colocó a Ben detrás de
él para protegerlo de las lesiones.

—Quédate ahí, bebé.

Por alguna razón esas palabras inflamaron al otro


hombre.

—No es tu bebé. Es el mío.

—Jódete, él es mi pareja.

Él seguía los movimientos del chico que estaba a


medio camino de entrar en su mundo, no iba a entregar
a su werelobo al hombre que llegó, sin importar que el
hombre se viera como modelo de una de esas brillantes
revistas. Flexionó sus manos dejando que salieran sus
garras.

Ben gruñó detrás de él. —No lastimes a mi


pareja, Dillon.

—Pareja. —Dillon gritó—. Él no es tu pareja. Lo


soy yo.

Con el dolor y la furia burbujeando en su pecho él


movió la mano cruzando el pecho de su enemigo. La
satisfacción lo llenó mientras destrozaba la camisa del
hombre y buena parte de su piel. El olor de sangre
llenó el aire.

—No en esta vida. —El extraño lobo gruñó. Con


un rugido el otro lobo se abalanzó. Dillon se movió solo
lo suficiente para evitar que su garganta fuera
desgarrada por los colmillos, pero no se escapó de que
su espalda fuera desgarrada. El dolor fluyó a través de
las heridas que sanaron en un segundo. Ese era uno de
los talentos de su línea familiar, curación instantánea.

—Ben es mío. Siempre lo ha sido, siempre lo


será. —Posesiva necesidad surgió a través de Dillon
igual que un relámpago. Empujando su cabeza hacia la
cara del otro were. Satisfecho cuando oyó crujir la nariz
quebrarse y el aullido del otro hombre detrás de Dillon.

La urgencia de hundir sus dientes y arrancarle el


corazón a su enemigo ardía igual que una flama viva
dentro de su alma. ¿Cómo se atrevía el recién llegado a
reclamar lo que era suyo?

Lo eludió justo a tiempo para evitar el ataque de


las garras del otro hombre. Dillon gruñó y con un
imprevisto salto, se abalanzó sobre la cabeza del otro
were, hundiendo sus dientes dentro del cuello de su
oponente.
—No lo lastimes. —Ben gritó. Dillon no estaba
complacido de oír la preocupación en la voz de Ben
incluso con dolor, causando que su cabeza girara y su
mundo se volviera gris.

Dillon parpadeó mientras una profunda voz


gruñía. —¿Qué infiernos estás haciendo?

El were más grande que hubiera incluso visto


apareció frente a su vista. Los ojos del were brillaban
con el tono del metal de una pistola, era seguido por un
delgado y hermoso hombre rubio que tenía una ligera
sonrisa en su cara, como si encontrara todo eso
ligeramente divertido. ¿Él brillaba?

—Lo golpeo con una silla del bar. —El rubio dijo
con una amistosa sonrisa—. Lo vi una vez en una
película y quiero saber si realmente funciona.

—Dillon. —Ben murmuró deslizándose al suelo


mientras Dillon acurrucaba su cabeza en su regazo. Sus
ojos café brillaban con la luz.

—Tienes los más hermosos ojos. —Él dijo


pasando la mano por la cara de su amante. Siempre
había pensado que los ojos de Ben eran su mejor
rasgo. Cálidos y expresivos y dejaban saber a
cualquiera que los viera lo que el joven hombre sentía.

Claro que a él le gustaba todo acerca de Ben.


Podía morir por perderse en reclamarlo. Sus padres
habían arreglado que estuviera fuera de la ciudad
atendiendo asuntos de la manada, a propósito. Si su
padre no tuviera una curación instantánea hubiera
podido morir a causa de las heridas infligidas por Dillon
cuando descubrió que Ben se había ido.

Afortunadamente Ben les informó a algunos


amigos a donde se dirigía y de esa forma Dillon fue
capaz de rastrear a su anterior pareja, solamente para
encontrarse con que había sido reclamado por otro.

—Bueno, esto es interesante. —El rubio dijo con


una divertida voz mientras ayudaba al otro were que
estaba en el suelo y le daba un pañuelo para detener la
sangre en su cuello.

—Thomas, ¿qué infiernos está sucediendo? —El


gigante demandó a su oponente.

—Este hombre está tratando de robarme a mi


pareja. —Thomas señaló a Dillon.

Ben veía toda la escena como si fuera un


espectador de su propia vida. De algún modo eso no
parecía real. Él estaba saliendo de la niebla cuando
Anthony se arrodilló y lo abrazó. —Hey Ben,
encontraste a tu otra pareja. Felicidades.

Inhalando el aroma del bosque, las palabras del


lindo hombre no le llegaron completamente. —¿Otra
pareja?

Anthony se apartó. —Bueno, sí, la mayoría de las


hadas necesitan más de una pareja.

Él dejó caer la bomba indiferente como si eso no


cambiara la visión del mundo de Ben. —¿Qué quieres
decir con hada?, mi madre era humana.

Dillon se puso de pie, quería estar de pie para esa


conversación. Envolvió su brazo alrededor de Ben
dándole al pequeño were su apoyo moral.

Anthony se rió. El sonido era como el de


campanas que llenaron el cuarto igual a las luces
parpadeantes. —Si ella te dijo eso, te mintió. Tú eres al
menos mitad Hada. Siempre puedo reconocer a un
hada.
—¿Quieres decir que no es totalmente lobo? —
Thomas veía a Ben como si tratara de ver algún defecto
de su genética. No había ninguno. Dillon había visto al
chico los años suficientes para conocer cada lunar y
peca que tenía y cómo su cabello cambiaba con las
estaciones, pero ahí no había ningún defecto.

—¿Puedes cambiar verdad? —Thomas le preguntó


después de una gran pausa durante la cual Ben se
ponía más y más pálido.

Ben asintió pero no se alejó de Dillon.

Dillon podía casi sentir el alivio viniendo del otro


hombre.

—Bueno, sé que soy la pareja de Ben y si tú


crees que eres la pareja de Ben tenemos un problema.
No voy a cederlo. —Dillon sabía que era un tonto
desafiando a un fuerte were en su propio territorio pero
no tenía nada que perder. O tenía a Ben o moría.

Ben se giró para ver la fanática luz en la mirada


de Dillon y sabía que habría problemas a menos que se
establecieran normas básicas.

—Olvida eso Dillon. —Le advirtió—. Conozco esa


mirada. Si algo le sucede a Thomas yo te haría
responsable.

—Todo el mundo que se calme. Vamos a la


oficina. —Silver los guió a través del mar de
interesados observadores hacia la puerta trasera del
club. Entraron a una espaciosa oficina con un gran
escritorio, un par de sofás de piel y tres sillas de piel,
todo en ricos tonos café. Silver se sentó en un sofá
subiendo a su pequeña pareja a su regazo.
Dillon tomó una de las grandes sillas de piel y
Thomas tomó otra. Ambos viendo expectantes a Ben. Él
se unió al par de alfas en el sofá poniendo los pies de
Anthony a su regazo.

Ben necesitaba el confort de otros pero ninguna


de sus potenciales parejas parecía estar de humor para
acurrucarlo. Se concentró en los pies de Anthony.
Maldición, incluso los pies del hombre eran hermosos.
Él automáticamente masajeó los dorados pies
necesitando la tranquilidad del toque.

—Yo te daría seiscientos años para que no


dejaras eso. —Anthony dijo, cerrando los ojos con un
suspiro.

—No vayas a dormirte dulzura. Necesitamos que


nos digas lo que sabes de Ben.

Anthony inclinó su cabeza contra el pecho del


alfa. —Hmm. Mi padre es medio hada. Soy apenas un
cuarto de hada. Pero siempre hay algo que queda de
ellos. Con Ben son sus ojos ellos se ven café hasta que
se excita entonces brillan como oro puro. Ese color solo
se ve en la corte de las hadas.

—¿Cuándo estuviste en la corte de las hadas? —


Silver preguntó con un tono suavemente despectivo.
Ben pudo ver que el alfa entrecerró los ojos como si
estuviera listo para un interrogatorio.

Saltó instintivamente para proteger a Anthony. —


No nos salgamos del camino ¿Qué voy a hacer? No creo
que ellos dos puedan compartirme. —Vio las duras
caras de sus parejas. Sus expresiones combinaban en
la ira que mostraban—. ¿Ves?
Anthony se encogió de hombros. —Difícil. O ellos
te comparten o se quedan solos. Nunca he oído que un
hada pueda vivir con una sola pareja.

Una mirada de horror cruzó la cara del alfa. Ben


lo vio y tragó saliva. —¿Eso quiere decir que tú
necesitas una segunda pareja? —Silver preguntó su voz
no escondía completamente su pánico.

Riéndose, Anthony giró la cabeza y le dio a Silver


un beso. —Soy solo un cuarto, dulce corazón. Tengo
toda la pareja que puedo manejar.

—Bien. —Silver abrazó a su pareja más fuerte—.


Muy bien.

Thomas se puso de pie y confrontó al alfa. —Así


que piensas que está bien para mi compartir pero no
para ti. Ahora tú matarías a cualquiera que incluso
pensara en tocar a Anthony.

Con un suave beso Silver levantó a su pareja y se


puso de pie. —No puedo matar a todo el mundo que
piense en tocar a Anthony o ya no habría nadie en
nuestra manada. —Poderosos ojos grises miraron al trío
y Ben casi podía sentir la compulsión de obedecer al
gran were. Maldición, era fuerte.

—Como mi pareja dice. Puedes aislarte o puedes


unirte a la manada en una tri-pareja. Eso ha sucedido
antes pero fue hace mucho, no ha ocurrido en los
últimos cien años más o menos. Pero ustedes deben de
decidirlo. Yo no quiero desacuerdos en la manada.
¿Entienden?

El vello en los brazos de Ben se erizó. Quería


lograr hablar a solas con Anthony, preguntarle más
acerca de las hadas pero podía decir por las miradas
que intercambiaban sus parejas que ahora no era el
momento. Eso podía explicar la loca necesidad de
proteger al otro hombre. Sangre llama a la sangre.

Thomas bajó la cabeza hacia su alfa. —


Necesitamos discutir eso. Gracias por tu consejo Silver.
—Inclinó la cabeza hacia Anthony con una sonrisa—. Y
por la intervención de tu pareja alfa.

Anthony le lanzó un beso.

Ben vio a Anthony por un momento curioso de


por qué no abrazaba a Dillon y le daba la bienvenida a
la familia como a él.

Dillon también inclinó la cabeza y expuso


ligeramente su garganta a la pareja. —Yo también
agradezco tu consejo y la opción de unirme a tu
manada. Realmente no pienso ceder a Ben. Nosotros
tenemos mucho qué discutir. —Dillon avanzó y tomó la
mano de Anthony besándole el dorso—. Claro que
nunca he estado en una manada que tenga la más linda
pareja de alfa.

Silver retiró la mano de Dillon y la frotó para


quitar el aroma del lobo. Los ojos de Anthony brillaban
mientras se giraba hacia Ben. —Mantén los ojos fuera
de esto cariño, él es demasiado suave.

Ellos dejaron al par de alfas pero no antes de que


Silver le diera a Dillon una mirada de advertencia.

Thomas no podía creer que las cosas fueran tan


mal tan rápido. Justo una hora antes estaba soñando
con reunirse con su pareja en el bar para beber algo
antes de ir a la cama, ahora no solo eso se había
arruinado sino que él podía haber ganado un lobo
extra. No es que Dillon no fuera atractivo, pero no era
la pareja de Thomas y le iba a tomar todo el poder que
tenía no quebrarle el jodido cuello tan pronto como Ben
le diera la espalda. Tan solo en pensar que el alto y
musculoso hombre tocara a Ben lo hacía emocionarse y
excitarse al mismo tiempo.

—¿Qué vamos a hacer? —Ben preguntó, cuando


el trio entró en la suite y Dillon se sentaba al final del
sofá mientras Ben y Thomas se sentaban en otro. Ellos
se quedaron en silencio revisándose con la mirada unos
a otros por un tiempo.

Dillon habló primero.

—Necesitamos encontrar la manera de unirnos.


No voy a ceder a Ben. Él es mío e insiste en que
también eres suyo entonces veo que pediremos la tri-
pareja. Ben aún necesita solicitar ser parte de la
manada. Será mejor que lo hagamos aquí porque
nuestra manada en Alaska no reconoce las tri-parejas.

Dillon vio a los ojos a Thomas y por primera vez


él fue golpeado por los ojos turquesa del were. El azul-
verde era casi hechizante.

Aun así Thomas no dejó su cínica sonrisa. —Ben


no necesita hacer la petición. Ya fue aceptado.

Dillon miró a Ben. —¿Cómo es eso posible si no


hay luna llena hasta el próximo mes?

Ben sonrió. —Anthony decidió que sería un buen


miembro de la manada y me dio la bienvenida.

—P-pero él no es un lobo.

Thomas sin caridad disfrutaba del malestar del


otro hombre. —Anthony podrá ser un arquitecto y un
no-were pero todo mundo puede ver quién es el lobo
de arriba en esa relación.
Dillon bufó. —Yo no tenía esa impresión. ¿Cuál es
su apellido?

—Carrow.

—Wow. Pensé que me era familiar. ¿Han visto el


trabajo de Carrow?

Thomas sacudió la cabeza. —No. Pero he oído


que es asombroso. ¿Eres arquitecto?

Dillon sacudió la cabeza. —Diseñador de jardines.

—Si tú te quedas quizás Tony pueda encontrarte


trabajo. —Dijo Ben.

—O Silver. —Thomas dijo con una pícara


sonrisa—. El siempre busca más gente para cuidar a
Anthony.

—¿Él tiene problemas? —Thomas admiró lo


rápido que el hombre saltó para ayudar a la manada.
Cada línea suya mostraba que voluntariamente lo
cuidaría si el alfa lo quería.

—No, pero tiene un nuevo proyecto en el que


está trabajando con vampiros y otros supernaturales.
Silver tiene miedo de que uno de ellos trate de llevarse
su tesoro.

—Es un miedo válido. —Dijo Ben—. Él es tan


dulce y hermoso que todo el mundo estaría ansioso si
él fuera su pareja.

Thomas y Dillon gruñeron juntos.

—Oh, por favor parece que no lo hubieran


notado. —Ben dijo girando los ojos.

—Regresemos al camino. ¿Cómo vamos a


compartir a nuestra pareja? —Thomas miró a Dillon a
los ojos. Él no quería compartir a Ben pero si la otra
opción era tener a su pareja desgarrada por perder a su
otra mitad, entonces haría lo que fuera necesario por
mantener a Ben feliz.

—Puedo quedarme en algún lugar que esté cerca


de aquí, hasta que me acepten como miembro.
Podemos tomar turnos para enlazarnos con Ben y
cimentar nuestro reclamo. Yo puedo llevármelo
conmigo dado que estoy seguro que ya lo reclamaste
como pareja.

—No te lo llevarás a ningún lado. —Thomas dijo


manteniendo el tono pero sus ojos mostraban el brillo
del desafío.

—Crecí con él, él es mío. —Dillon replicó.

Jode eso.

—Entonces debiste reclamarlo cuando tuviste la


oportunidad en lugar de dejarlo ir miles de kilómetros
de distancia para encontrar otra pareja.

Thomas vio el golpe venir y se movió lo suficiente


para que el golpe diera en el hombro.

—Eso es suficiente. —Ben gritó.

Thomas y Dillon se congelaron.

—Dejen de pelear por mí. Si ambos son mi pareja


necesitan aprender a compartir. Thomas, creo que
puede ser buena idea si yo regreso con Dillon a su hotel
y hablamos.

—No. No hay manera, no voy a dejar que un


extraño se lleve a mi pareja. —Thomas levantó la mano
para acallar las protestas—. No te ofendas Dillon pero
no te conozco y no voy a darte la mano sobre mi
pareja. Puedes dormir en el sofá pero quiero estar aquí
cuando hables con Ben. No sé qué sucede entre
ustedes y si todos vamos a tener algún tipo de relación,
yo quiero los detalles.

Ben se mordió el labio, el pobre llevaba su mirada


de uno a otro, era como un perro tratando de decidir
quién era su amo.

Dillon lo miró fijamente por un momento, antes


de soltar el aire de los pulmones. —Odio admitir eso
pero tampoco puedo dejar que salgas caminando con
Ben. Está bien, iré por mi maleta al coche y entonces
todos podemos tener nuestra pequeña conversación.

Cuando Dillon se fue, Ben se lanzó hacia los


brazos de Thomas. —Lo siento tanto Thomas. Nunca
pensé que vendría detrás de mí. Cuando no apareció
para reclamarme, pensé que nunca lo haría.

Thomas tragó el nudo en su garganta. —¿Tú lo


amas?

Ben asintió evitando la mirada de Thomas.

—Mírame, bebé.

Había lágrimas en los ojos del pelirrojo. —No


puedes evitar a quien amas.

Ben apoyó su cabeza en el hombre de Thomas


sosteniéndolo fuerte. —Pero también te amo a ti.

Él acarició la espalda de su bebé para calmar el


estremecimiento que podía sentir a través de la
delgada tela de la camisa. —Nosotros solucionares esto,
bebé. Te amo y no te dejaré ir. —Lo estrechó un poco
más fuerte—. Entiendes.

Ben asintió dándole una húmeda risa.


Antes de que pudiera decir algo más, la puerta se
abrió. Dillon miraba fijamente a los dos hombres
abrazados.

—Acostúmbrate a esto. —Thomas dijo—. Si


vamos a estar juntos tú me verás hacer mucho más
que solo sostenerlo.

Dillon asintió. —Cierto, pero eso no quiere decir


que tenga que gustarme.

Ben se apartó del abrazo de Thomas pero suavizó


el humor al darle un suave beso en los labios.

Un gruñido salió de Dillon. Cuando el par se giró


hacia él, se encogió de hombros, sus mejillas rosas. —
Lo siento, instinto.

Thomas lo dejó pasar, al menos parecía que


Dillon estaba tratando.

Dillon veía al par y trataba de no arrancar a Ben


del otro were. Dios sabía que Thomas estaba siendo
totalmente decente acerca de todo esto. El otro were
podía probablemente lanzarlo fuera de la ciudad con el
apoyo que tenía de su alfa.

Cuidadosamente examinó a Ben y estaba


complacido y molesto de que el joven were se viera tan
bien.

—¿Qué sucedió, Ben? Sabías que planeaba estar


ahí para la ceremonia pero mis padres me enviaron
fuera de la ciudad.

—Nunca les agradé. —Ben dijo con una tranquila


voz. Se sentó en el sofá y subió las rodillas a su pecho.

Jodido. Thomas se sentó en el sofá y acercó a


Ben a su regazo para confortar al joven were. Dillon
anhelaba ser quien acariciara el cabello rojo-dorado,
pero sabía que no era el momento.

—No entiendo lo de la ceremonia. —Thomas dijo


aun mimando a su pareja.

—¿No tienen ceremonias de reclamación aquí?

Thomas sacudió la cabeza. —Cuando sabes con el


primer olor quién es tu pareja, ¿para que necesitas una
ceremonia?

Dillon se encogió de hombros. —Solo que así es


la manera como siempre ha sido. Cuando un were llega
a los veinticinco años es elegible en la ceremonia. Si
nadie lo reclama puede irse como lobo solitario o
quedarse alrededor y esperar que alguien llegue a la
manada con el que pueda combinar. Ben, ¿por qué no
me esperaste?

Esa era la pregunta que lo había estado


acechando en sueños.

Ben se enderezó palmeando la pierna de Thomas


en un afectuoso gesto. Eso no evitó que Dillon viera
todos los cariñosos toques extras que acumulaba
Thomas y él ni siquiera había tenido un beso.

—Me fui porque imaginé que era tu manera de


decirme que te dejara fácilmente. Tu padre me dijo que
tú elegiste irte a ese viaje, así que pensé que quizás
era una manera de decirme que no me querías y
estabas tratando de decírmelo cortésmente.

Dillon miró a su pareja por un gran momento


antes de arrodillarse. —Desde el primer día que te vi,
no quería respirar si no era tu olor, ni oír una voz que
no fuera la tuya. Todo lo que soy es por ti, querido
niño. Cuando tú mueras yo moriré porque una vida sin
ti no vale la pena vivirla.

Tomó la mano de Ben y trató de esconder el


pánico que pulsaba en su pecho mientras lo veía como
todo su mundo. —Si todo lo que puedo tener es una
parte de ti, puedo tomar las migajas que quieras
darme. Pero, por favor, sé mi pareja.

Lágrimas brillaban en los ojos de Ben. Con una


suave presión sacó su mano de las de Dillon. —
Lamento no poder ser tu única pareja Dillon pero si
estás dispuesto a compartirme, amaría que fueras
parte de mi familia.

Una carcajada salió de la garganta de Dillon


mientras envolvía sus brazos alrededor de su amor y
daba una profunda respiración inhalando el dulce
aroma de su pareja. El aroma de limón en su cabello
mezclado con lujuria y amor fue directo a su pene.

—Yo te quiero. —Los hermosos ojos de Ben lo


miraron y él vio todo el amor y el anhelo reflejados en
los ojos del joven were. Solo empañaba ligeramente su
sueño el saber que su pareja veía a Thomas de la
misma manera.

Sintió al otro aproximarse pero no apartó los ojos


de Ben.

—Vas a tener que tratar conmigo en algún


momento. —La seca voz de Thomas quebró el
momento.

Dillon suspiró y giró la cabeza para ver al otro


were quebrando la intensa mirada con su amor. Por
primera vez realmente vio a Thomas. Viéndolo más allá
del duro exterior y ver al interior de esos ojos color
avellana, vio las mismas preocupaciones reflejando lo
que él mismo sentía.

—¿Estás dispuesto a compartir?

Thomas asintió. —No lo deseo pero lo haré.


Vamos a la habitación y veremos si podemos compartir.
Si nuestros lobos no pueden compartir entonces uno de
nosotros tendrá que irse.

No necesitó decir quién tendría que irse, después


de todo esa era la manada de Thomas. Dillon solo
asintió y por primera vez en su vida se encontró en una
débil posición. Era un lobo fuerte en su manada en
Alaska, era difícil para él someterse a otro pero por Ben
estaba dispuesto a intentarlo.

—Si cambias de parecer bebé, aun puedes


regresar conmigo. —Le dijo a su amor.

Realmente no pudo evitarlo.

Ben le dio una triste sonrisa. —Ya estoy enlazado


con Thomas.

—Mierda.

Ahora no había manera de retroceder. Una vez


enlazados, los lobos no podían separarse del otro por
más de algunos días. Esa era una de las razones por las
que los lobos siempre viajaban en pares.

—Lindo intento. —Thomas le dijo cínicamente.

—Como si no lo hubieras hecho.

—Eso es por lo que no te golpeo.

Dillon sonrió. Él sintió que Thomas podía


entenderlo mejor que Ben. Con lo mucho que amaba a
Ben una de las razones por lo que su familia lo
desaprobaba era porque el joven were era demasiado
gentil. Un fuerte lobo, pero un sensible humano no era
una combinación deseada en la manada de Alaska.
Dillon siempre pensó que eso era por lo que su amor
era solo medio were. No creía que eso fuera un
problema en la nueva manada que Ben había
encontrado. Después de todo, la pareja del alfa era una
cosa delicada y no encontró sangre were en su olor. Si
al líder alfa no le molestaba un sensible humano por
pareja, él no se molestaría por un sensible medio were.

Mientras pensaba, él siguió al par dentro de la


habitación, sin registrar alrededor.

—Maldición. Esa es la cama más grande que he


visto.

Thomas le dio una larga mirada como si no la


hubiera visto antes. —Cuando compré la nueva cama el
año pasado, compré la más grande que tenían, ahora
me pregunto si era porque vislumbré que seríamos
tres. La vi pensando en mi familia. Hasta ahora pensé
que sería adecuada, ahora no estoy tan seguro.

—Quizás no. —Dillon agregó. Después de todo el


hombre era grande, pero promedio para ser un were y
Ben era un poco pequeño comparado con ellos dos, él
no necesitaría mucho espacio incluso si corriera un
maratón en sus sueños. El nudo en su estómago se
aflojó. Si Thomas había vislumbrado que necesitaban
más espacio entonces todas las cosas podrían
funcionar.

Thomas se quedó en su ropa interior pero ambos,


Ben y Dillon seguían totalmente vestidos. Dillon se
tomó un momento para admirar las delgadas formas de
Thomas antes de caminar hacia Ben y quitarle su
camisa en un suave movimiento. Sintió un movimiento
abajo y bajó la vista para ver a Thomas de rodillas
quitándole los zapatos a Ben.

La posición del casi desnudo hombre arrodillado a


sus pies hizo que su pene se levantara y tomara
atención. Los lindos ojos avellana de Thomas brillaban
cuando levantó la vista. —Solo porque tú y yo no
seamos pareja no significa que no podamos
explorarnos. Después de todo nosotros estaremos
juntos por mucho tiempo.

—Ohhh, podrían besarse. Eso sería taaaan


caliente. —Ben gritó.

Thomas se puso de pie y dejó a Ben entre ellos.


Una cuidadosa mirada a los ojos de Dillon y admitió sus
sentimientos.

—¿Estás seguro, bebé? —Dillon preguntó—. ¿No


sería extraño para ti?

Ben se encogió de hombros. —Como Thomas


dice, vamos a estar juntos por mucho tiempo. No
puedo imaginar que todos compartamos la cama
durante cientos de años y ustedes dos no se toquen,
eso no es natural.

Dillon sintió los dedos de Ben entre su cabello. —


Bésame primero, quizás sea más fácil con mi sabor en
tus labios.

—Ahora eso es algo que puedo aceptar. —Dillon


envolvió sus brazos alrededor de Ben abrazándolo duro,
el cuerpo del joven se tensó contra el suyo. Sin darle
una oportunidad de cambiar de opinión, Dillon tomó la
boca de Ben con toda la desesperación del anhelo y la
necesidad que se había formado desde que empezó a
ser su pareja. Trató de trasmitir en esas caricias lo
mucho que quería que eso funcionara. No había nada
que no hiciera por su pareja.

El primer beso se convirtió en un segundo cuando


Ben respondió con más entusiasmo del esperado. Dillon
se puso tan duro tan rápido que se mareó ligeramente.
Fue tomado por sorpresa cuando un par de manos
bajaban el cierre de sus pantalones. Las manos de Ben
rodeaban su cintura.

—Solo ayudo. —Thomas dijo con una sonrisa.

Dillon regresó a devorar a Ben. Esta podría ser la


última vez que sostendría a su pareja. Un amargo adiós
al hombre que sostenía su corazón en ese par de
gentiles manos que podrían aplastarlo. Si Ben y
Thomas lo rechazaban, pondría fin a su vida. Sin su
pareja no era nada.

—No. —Ben gritó apartando las manos de Dillon


que lo sostenían cerca—. No puedes hacer eso.

—Cálmate bebé. —Dillon acarició la piel desnuda


de Ben con suaves toques—. ¿Qué sucede?

—Pude oír tus pensamientos.

Thomas jadeó colocándose detrás de Ben. —


Joder, ustedes son pareja.

Solamente los alfas y sus parejas pueden leer los


pensamientos de otro lobo.

No había manera de que Ben fuera un alfa.

Sintió las manos de Thomas rozarlo como si


también tratara de calmar la hiperventilación del lobo.

—¿Qué está pensando? —Thomas le preguntó con


los ojos llenos de preocupación ante la palidez de Ben.
—Si esto no funciona él se matará. —Ben dijo
entre jadeos. El joven were estaba entrando en un
ataque de pánico.

Thomas asintió. —Tiene sentido.

Ben se giró hacia él. —Eso no tiene sentido. —Le


gritó.

Thomas vio con una sensación de fatalidad cómo


Ben estaba completamente desquiciado. Parecía como
si estuviera apegado al otro hombre. Thomas no
culpaba a Dillon por querer la muerte sin Ben. Él podría
hacer la misma cosa. Él había visto a lobos perder a su
pareja y aun así continuar. Ellos vivían una oscura
media vida y pasaban los años dentro de una perpetua
nube de desesperación. Mejor terminar que seguir
existiendo como un fantasma.

Él se decidió a salvarlos a todos.

—Quédate con nosotros Dillon. No quiero perder


a mi pareja y tengo la sensación de que si tú te
mueres, Ben no podría sobrevivir al siguiente
amanecer, y aun no estoy listo para dejarlo ir.

—No necesito tu caridad.

Thomas le lanzó un golpe sobre el hombro de Ben


directo a la nariz, satisfecho cuando la oyó crujir.

—Thomas. —Ben gritó.

—Estoy tratando de meterle algo de sentido


común. —Dijo inocentemente.

Dillon lo regresó con un gruñido. Ben se detuvo


en medio del camino. Usando sus reflejos
sobrenaturales se apartó del golpe a tiempo. —Cuidado
bebé, casi te golpea.
—Prefiero que me golpee a que muera. —Thomas
podía oír la exasperación en la voz de Ben.

—Regresemos al camino. Dillon desnúdate. —Era


divertido ver cómo el otro were lo miraba antes de que
se quitara el resto de su ropa. La nariz ya había sanado
y regresado a su forma original antes de que el were se
desnudara. Dillon se limpió la sangre con su camisa
antes de quitarse los bóxers con la mirada desafiante.
Le tomó solo una rápida mirada a Thomas para sentirse
inadecuado.

El hombre era jodidamente enorme.

Thomas no tenía nada de qué avergonzarse, pero


un hombre de ese tamaño debería venir con una
etiqueta de advertencia. —Espero que planees usar
mucho lubricante.

Dillon se rió cínicamente.

—Nunca he tenido quejas.

—Lo apuesto. —Ben se oía deslumbrado.

—¿Nunca lo habías visto desnudo cuando


cambiaba?

No era como si para los lobos fuera un tabú estar


sin ropa. Infiernos, en las noches de luna llena era
sorprendente ver a alguien con algo de ropa.

—No quería avergonzarlo mirándolo fijamente.


Me aseguraba de cambiarme en un área diferente.

Dillon se rió. —Yo no te di la misma cortesía


cariño. Yo te veía cada vez que tenía oportunidad.
Quítate los bóxers quiero ver ese hermoso cuerpo.

Thomas no sabía si Dillon estaba ignorándolo a


propósito o era solo que estaba enfocado en Ben pero
él se hizo a un lado para que el otro hombre pudiera
tocar a su pareja.

Esperaba que su lobo gruñera al ver que otro


tocaba lo que era suyo.

Y esperó.

Nada.

Huh.

Dillon miró hacia él. —¿Vas a atacar?

Thomas sacudió la cabeza. —Hasta ahora todo


bien.

Vio que los hombros del otro hombre se relajaron


un poco mientras guiaba a Ben a la cama. Dillon lo vio
sobre el hombro. —Vamos hermoso, esta es una cama
al menos para tres hombres.

Su lobo gruñó ante eso. —Habrá un máximo de


tres hombres y no olvides eso. —El pensar en otro
hombre tocando a Dillon lo hizo ver rojo—. Tres
específicos hombres. —No sabía qué tan fuertes serían
los lazos con una segunda pareja, pero el pensar que
tocaran a Dillon alguien más que no fuera Ben lo hacía
enfermar.

Mierda, quizás el lazo a través de Ben era más


fuerte de lo que creía.

Dillon no dijo nada, solo le dio una interrogadora


mirada tratando de aparentar que no lo había notado.

Ellos se quitaron el resto de sus ropas y los tres


subieron a la cama. Dillon y Thomas a cada lado de Ben
con Ben de frente a Dillon. Thomas sabía que
realmente Ben se tenía que enlazar con Dillon, pero su
lobo se rehusaba a quedarse fuera en ese momento.
Por alguna razón su bestia pensaba que si él no estaba
aquí se perdería una parte importante de su vida.

La experiencia le había enseñado a Thomas a no


ignorar nunca a su lobo.

Dillon besó a Ben y esperó sentir el


resentimiento. Esperó a que su lobo se molestara y
gruñera, pero todo lo que él vio fue a dos hermosos
hombres haciendo el amor. Y eso era lo que era. Había
caliente pasión entre ellos que fluía de labios rozando
labios con mucha acción de la lengua pero lo que
despertó la lujuria de Thomas era la gentil manera en
que Dillon sostenía a su pareja. El otro were tomaba a
Ben con firmeza pero delicadamente marcando apenas
la delicada piel del pequeño hombre.

La impresión de Thomas sobre Dillon era que él


era un fuerte y rudo were que podía luchar con dientes
y uñas por lo que quería. Este hombre había dejado
que Ben decidiera sobre una parte importante de su
vida, mostrando lo mucho que amaba y respetaba a
Ben.

Era una situación extraña, pero el ver a los dos


hombres interactuar hacía que Thomas pensara que las
cosas podrían funcionar, que todo estaría bien. Se
inclinó y lamió una línea en la espalda de Ben.

Ben quería gritar. La estimulación era demasiada.


Él quería esperar a que Dillon lo penetrara antes de
correrse, pero entre la caliente y necesitada boca de
Dillon y las expertas caricias de Thomas y las lamidas
como si él fuera un cono de su nieve favorita, hacían
que Ben estuviera casi por explotar.

Él murmuró dentro de la boca de Dillon


avisándole de lo cerca que estaba de explotar.
Dillon se separó de la boca de Ben. —Espera por
mí, bebé ¿De espaldas o de rodillas?

—De espalda. Quiero verte a los ojos.

—Sí. No quiero ser confundido. —El flash de dolor


en los brillantes ojos azules de Dillon le dijo a Ben lo
mucho que le costaba compartir a su amante. Parpadeó
la humedad que llenaba sus ojos, no queriendo que
Dillon la viera y tuviera una equivocada impresión.

Fuertes dedos agarraron su mentón girando


suavemente su cabeza. —¿Qué sucede amor?

—Siento que no puedas tener solo una pareja. —


Ben se mordió un sollozo. Él no podía renunciar a
Thomas pero su corazón se quebraba al saber que
siempre estaría lastimando a Dillon.

—Lo sé, bebé. —Los ojos de Dillon brillaron


cuando tomó el lubricante de las manos de Thomas sin
mirar al otro were—. Pero he aprendido que en la vida
algunas veces no podemos tener todo lo que queremos
y si yo puedo tener incluso un poco de ti, sobreviviré.

Ben sabía que lo no dicho era que si ellos no


pudieran enlazarse o si el lobo de Thomas rechazara
que estuvieran juntos, entonces su hermoso hombre de
cabello negro y ojos azules se quitaría la vida.

—Esto funcionará.

Dillon no le daría a su amante ninguno de los


usuales temas. Ambos sabían que el resultado de esta
cópula afectaría la vida de todos para siempre. Solo el
sentir a Ben debajo de él valía la pena cualquier
cantidad de dificultades.

Sintió una mano acariciando su espalda, haciendo


que girara la cabeza.
—Tranquilo. —Thomas dijo en su rica voz que
hacía que la enciclopedia se oyera como un sucio
cuento para dormir—. Mi lobo quiere sentirte.

Trató de relajarse. Realmente él lo hizo pero no


conocía a Thomas y su lobo era un alma cautelosa. No
era tímido, pero había aprendido de primera mano a no
confiar.

Ben suspiró debajo de él. —Bésalo ya. Haces que


me ponga nervioso y mi lobo quiere que ambos estén
bien.

Dillon vio a Thomas como un potencial amante. El


hombre no era su tipo usual. Su perfecto tipo estaba
acostado debajo de él, esperando a que besara a otro
hombre. Pero si se lo hubiera encontrado en la calle
definitivamente le hubiera dado una segunda mirada o
quizás una tercera si lo oía hablar.

Él estaba divertido de ver a Thomas de la misma


manera. —Nosotros somos un par con buena
apariencia. —Dillon dijo cínicamente.

—Si lo somos. —Thomas aceptó.

Antes de que pudiera decir cualquier otro tonto


comentario que revoloteara en su lengua, Thomas tomó
su cabeza con dos de sus largos dedos y lo besó.

Flamas subieron por su espalda recorriéndolo


como el fuego. Gimiendo soltó a Ben y envolvió sus
brazos alrededor de Thomas profundizando el beso y
absorbiendo los sonidos del otro hombre.

Impresiones y vagos pensamientos de calor y


necesidad inundaron la cabeza de los otros were dentro
de la cabeza de Dillon. Un pensamiento se elevaba
sobre todos ellos alertando a Dillon del hecho de que no
eran sus pensamientos. Una imagen del pene de Dillon
fluyó en sus pensamientos.

«Necesito saborear eso».


Dillon se estremeció. —Oí eso en mi mente.

Thomas abrió más los ojos. —¿Qué oíste?

Dillon se ruborizó.

—Bueno, bueno, —Thomas provocó—. ¿Tú me


oíste?

—¿Qué estaba pensando? —Ben preguntó

Thomas señaló con la cabeza que Dillon era el


que debería contestar.

Aun ruborizándose Dillon dijo, —Él quiere


saborear mi pene.

Ben se rió. —Tiene que ponerse en cola. Ven aquí


y dame la primera probada.

Sonriendo, Dillon subió al cuerpo de Ben hasta


que su entrepierna estaba en la boca. —Prueba, bebé.
No puedo decirte cuántas noches soñé con este
momento.

—No desperdicies el tiempo soñando cuando


puedes hacerlo. —Ben dijo justo antes de chupar la
punta del pene de Dillon dentro de su boca.

Dillon gimió. Era tan sensible, y era su Ben, el


hombre de sus sueños. Solo con ver esos labios cereza
envolver su pene fue suficiente para que sus bolas se
tensaran y quisiera disparar. Cuando Ben lo chupó más
profundamente, Dillon no podía tomar más y se apartó.

—Mío. —Ben gruñó, sus ojos cambiaron por la


pasión y sus colmillos salieron.
—Tus colmillos salieron, definitivamente mi pene
no es para ti. Levanta tus piernas, voy a lubricarte.
Puedes chuparme después. No hay manera de que te
deje acercarte con los dientes fuera.

Ben se rió. —Bastante justo. —Giró la cabeza


para ver a su otra pareja—. Thomas, ¿puedes
lubricarme?

Thomas asintió. —¿No te molesta? —Le preguntó


a Dillon— Me sentiría mejor si sé que él está preparado
para recibirte.

Asintiendo, Dillon se deslizó a un lado y dejó que


el otro hombre entrara. Con la mano de Thomas cerca
de su cuerpo él podía sentir el calor del otro were. El
olor de su caliente y masculina necesidad hizo que viera
hacia el largo pene que goteaba pre semen entre las
piernas de Thomas.

Llevado por el instinto se deslizó hacia abajo y


con su lengua capturó la esencia del otro hombre.

El sabor explotó en sus papilas gustativas.

—Mmmm. Más. —La necesidad sacó sus garras y


colmillos de su forma de lobo. Sin nada más en su
cabeza, Dillon se abalanzó. Thomas golpeó el suelo con
Dillon tomando profundamente su pene.

Thomas estaba perdiendo la cabeza. Sabía que


debería empujar al otro hombre pero su deseo y el de
su lobo no les preocupaba que ellos debieran estar
concentrados en Ben. Dillon hacía algo con su lengua
que hacía que sus ojos giraran.

—Joder. —Thomas se estremeció empujando sus


caderas, con cada movimiento permitía que el fuerte
lobo lo tomara más profundamente. Con nada más que
hacer más que someterse, Thomas se corrió en la
garganta de Dillon con una fuerza que drenó toda su
esencia y energía.

Un sonido llegó a él y levantó la vista. Ben estaba


viéndolos y haciendo sonidos de hambre.

—Creo que nuestro bebé está esperando. —Le


murmuró a Dillon que lamía su camino hacia arriba por
el abdomen de Thomas. Eso fue lo último que dijo. El
otro were tomó su boca en un fuerte beso y recorrió
toda su boca sacando los pensamientos de su cabeza.
Este hombre no era su pareja, pero podía sentir los
fuertes lazos formarse entre ellos. Su lobo quería
exponer su abdomen y dejar que el fuerte hombre lo
mordiera.

Cuando Dillon finalmente se levantó de su


cuerpo. Thomas casi grita ante la pérdida. Él oyó a su
corazón retumbar cuando subió a la cama y a él le llegó
un suave sonido mientras entraba en Ben. No debería
revisar. Thomas estaba cien por ciento seguro que
Dillon podría cortarse un brazo antes de dañar uno solo
de los cabellos de Ben.

Pronto el sonido aumentó y él se recuperó lo


suficiente para sentarse y revisar la acción.

Oh.

El gran cuerpo de Dillon cubría a su pareja, su


escultural trasero se movió mientras entraba en Ben.
Incluso cuando estaba jodiendo a Ben con una feroz
intensidad, sus besos eran suaves y dulces y Thomas
podía ver la alegría en los ojos de su pareja mientras
veía al otro were.

Thomas parpadeó para alejar la repentina


humedad en sus ojos.
Era tan jodidamente hermoso. Incapaz de
permanecer alejado Thomas subió a la cama y se
acostó al lado del par. Sus manos se acercaron al dúo,
anhelando ser parte de ellos.

Él vio con ardiente anticipación los colmillos de


Dillon emerger y encajarse en el hombro de Ben. No
había terminado, cuando Dillon dejó de morder la curva
entre el cuello y el hombro de Ben, se empujó más
fuerte lleno de las endorfinas de la copula.

Acostado al lado de ellos también le llegaba el


suero de la copula de Ben, Thomas sintió un ‘clic’
mientras los dos conectaban su copula al siguiente
nivel. Alivio recorrió su cuerpo permitiéndose reír con
alegría. El fuerte lazo con Ben llegaba a su corazón.

Dillon ahora estaba a salvo.

Ben gritó ante su liberación antes de que Dillon y


Thomas sintieran como si fuera la propia.

Si, este era un buen lazo.


res días después

Ben estaba en el bar.

—¿Qué puedo hacer por ti lindo hombre? Me


ofrecería pero oí que tienes las manos llenas ahora.

Él le dio al barman una inclinación de cabeza y


una sonrisa. —Un whiskey, por favor.

—Viene. —Su whiskey fue servido con otra


sonrisa. Después de que la mayoría de los sentimientos
de angustia por sus dos parejas se fueron. El par
despertó discutiendo por todo. Como reorganizar la
suite de Thomas para tener mayor espacio, cuando
sería el mejor momento de que el par se aproximara al
alfa para solicitar trabajo. Dillon estaba siendo útil con
Thomas argumentando que deberían esperar hasta que
fuera formalmente reclamado. Ben pensó que ellos
deberían solo preguntarle al alfa, pero cuando ambos lo
vieron como si fuera un desinformado escolar él tuvo
suficiente.

—Pueden buscarme en el bar. —Esa fue su corta


despedida. Infiernos, aun no le había dicho a Thomas
que podía llevar la contabilidad.

Su periodo de ajuste era más difícil de lo que


pensaba. Desafortunadamente sus dos hombres
cabezas duras tenían más cosas en común entre ellos
que con él. Si no pudiera sentir lo mucho que ellos lo
amaban podría perder la esperanza.
Se dirigió al cuarto de baño después de su tercer
trago, sintiendo la urgencia. No fue hasta que estaba
terminando que descubrió que lo habían seguido.

Un cuchillo se presionó contra su garganta. —


Hola lindo. Veo que ya perdiste a tu hombre.
Vergüenza. Está bien, tú me tienes a mí. —La voz de
Ned era tranquila y calmada sin ni siquiera mencionar
el cuchillo—. ¿No quieres ser mi bebé?

Decir no, probablemente no era su mejor


decisión. —No creo que mis parejas aprobaran eso. —
Esperó haber sido lo suficientemente neutral. La
presión del cuchillo profundamente contra su garganta
le dijo que ese no era el caso.

—Muy malo para ellos. Ellos no te van a querer


cuando yo termine de divertirme.

—Mierda.

Ben esperaba que el tentativo lazo que había


entre ellos fuera suficiente para que les llegara el
mensaje. Mientras Ned lo arrastraba entre la
concurrencia, Ben envío una llamada mental de auxilio
a sus parejas.

«Peligro. Ned. Ayuda».


Él imaginó a Thomas claramente en su cabeza y
después a Dillon.

El cuerpo de Ned lo bloqueaba de la mayoría de


la gente, no iba a haber testigos de que Ben estaba
dejando el bar.

Antes de que Ben tuviera oportunidad de hacer


algo, él estaba afuera en la noche. El estacionamiento
estaba oscuro. Si sobrevivía a esto, iba a hablar con
Silver acerca de instalar más luces. El cuchillo dejó su
garganta mientras fue arrojado al cofre de una oxidada
camioneta.

—Ahora es mi oportunidad de tener ese dulce


culo. Después de todo he oído que lo compartes con
otros dos lobos así que debe gustarte repartirte.

Sin el cuchillo en su garganta Ben se giró para


confrontar a Ned. —No te dejaré que hagas eso.

Ned se rió, su cara era una fea máscara de


necesidad. —¿Cómo vas a detenerme lindo niño?

—¿Hay algún problema?

Joder. Mientras ellos discutían, Ben no había oído


el ruido del coche deportivo llegar. Anthony salió de
entre las sombras.

Ned se iluminó como un árbol de navidad. —


Incluso mejor. ¿Dónde están tus guardias, pareja del
alfa? Creí que tu propietario no te dejaba salir sin ellos.
—Él resopló—. No importa. Yo te jodo primero y
entonces me llevo al lindo conmigo.

—No lo creo. —La voz de Anthony era calmada,


como si estuvieran hablando del clima—. Creo que vas
a subir a esa horrible camioneta tuya y te irás de la
ciudad o te mataré. No puedo permitir que toques a un
miembro de la manada. Silver se molestaría mucho.

Ned dejó salir una fuerte carcajada. Aun riéndose


maniáticamente se abalanzó con el cuchillo. Ben
instintivamente saltó pero sus pies no podían moverse.
Estaba inmovilizado.

Segundos antes de que Ned alcanzara a Anthony


un rayo bajó del cielo y frió al bastardo en donde
estaba parado. El were seguía con su congelada
expresión como si alguien que ellos conocían no
hubiera matado.

Con una uña con manicura, Anthony empujó el


cuerpo que cayó al suelo con un fuerte ruido.
Recuperándose, Ben se apresuró hacia Anthony.

—Siempre le he dicho a Silver que puedo cuidar


de mí mismo. —El delgado hombre dijo calmadamente.

Ben asintió sin decir palabra. —¿De qué es tu


otro cuarto de herencia?

—Mi abuelo es Zeus el dios del rayo.

—Huh.

Las puertas se abrieron y sus dos parejas se


apresuraron hacia Ben.

—¿Estás bien, dulce corazón?

—¿Qué sucedió?

—Anthony me salvó. —Ben vio a su salvador


caminar alrededor del chamuscado cuerpo y al alfa
caminar hacia ellos. Casi podía sentir la oleada de ira
venir del gran hombre.

—Hola cariño, lo siento, voy tarde. Tuve un


accidente de camino a casa. —Su hermoso salvador
decía con una cantarina voz hacia su gran pareja.

—Olvida toda la historia dulzura, ya oí todo. Lleva


ese loco trasero de semidiós adentro, vamos a tener
una conversación acerca de ocultar cosas a tu pareja.
—La voz de Silver era baja y seria. Su mirada fija en su
pareja hasta que la puerta se cerró detrás de Anthony.

Ben miró a Silver, la preocupación recorrió su


cuerpo pero se relajó cuando el alfa le sonrió.
—Por cierto Dillon, en caso de que mi pareja no
te lo haya dicho. Bienvenido a nuestra manada.

Dillon inclinó la cabeza en deferencia y mantuvo


la pose hasta que el alfa fue tras su pareja.

—Joder, están locos. —Comentó.

—Sí pero ellos son nuestros. —Ben dijo


riéndose—. Vamos a la cama. Necesito tranquilizarme
con mis parejas.
Amber Kell soñó con escribir las historias en su
cabeza por más tiempo del que puede contar.

Vive en Texas con su esposo, dos hijos, dos gatos


y un muy estúpido perro.

Para saber más de sus libros actuales o los que


están en progreso, revisa nuestro blog at
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