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Para otros usos de este término, véase Órbita (desambiguación).
Índice
1Historia
2Órbitas planetarias
o 2.1Explicación intuitiva
3Análisis del movimiento orbital
o 3.1Teoría clásica de Newton
o 3.2Teoría relativista de Einstein
o 3.3Órbitas en el caso newtoniano
o 3.4Órbitas en el caso relativista
4Período orbital
5Parámetros geométricos de la órbita
6Tipos de órbitas
o 6.1Por características
o 6.2Por cuerpo central
6.2.1Órbitas terrestres
6.2.2Órbitas marcianas
6.2.3Órbitas lunares
6.2.4Órbitas solares
6.2.5Órbitas galácticas
o 6.3Por aspecto o complejidad
7Véase también
8Referencias
9Bibliografía
10Enlaces externos
Historia[editar]
Se inicia con la aportación matemática de Johannes Kepler, quien fue el que
formuló los resultados en sus tres leyes del movimiento planetario. La primera,
propuso que las órbitas de los planetas en el sistema solar son elípticas y
no circulares o epiciclos, como se pensaba antes, y que el Sol no se encontraba
en el centro de sus órbitas sino en uno de sus focos. La segunda, que la velocidad
orbital de cada planeta no es constante, como también se creía, sino que la
velocidad del planeta depende de la distancia entre el planeta y el Sol. 1 Y la
tercera, Kepler encontró una relación universal entre las propiedades orbitales de
todos los planetas orbitando alrededor del Sol. Para cada planeta, la distancia
entre el planeta y el Sol al cubo, medida en unidades astronómicas, es igual al
periodo del planeta al cuadrado, medido en años terrestres.
Isaac Newton demostró que las leyes de Johannes Kepler se derivaban de su
teoría de la gravedad y que, en general, las órbitas de los cuerpos que respondían
a la fuerza gravitatoria eran secciones cónicas. Isaac Newton demostró que un par
de cuerpos siguen órbitas de dimensiones que son inversamente proporcionales a
sus masas sobre su centro de masas común. Cuando un cuerpo es mucho más
masivo que el otro, se hace la convención de tomar el centro de masas como el
centro del cuerpo con mayor masa.
Órbitas planetarias[editar]
1. La órbita de un planeta alrededor del Sol es una elipse, con el Sol en uno
de sus focos. Por tanto, la órbita yace en un plano, denominado plano
orbital. El punto de la órbita más cercano al cuerpo atrayente es el
periastro. El punto más alejado se denomina apoastro. Existen nombres
específicos para cuerpos determinados: los objetos que orbitan alrededor
del Sol tienen perihelio y afelio, los objetos que orbitan alrededor de la
Tierra tienen perigeo y apogeo.
2. Mientras los planetas se mueven alrededor de su órbita durante una
cantidad de tiempo fija, la línea desde el Sol al planeta barre un área
constante del plano orbital, sin importar en qué parte de la órbita se
encuentra el planeta en ese período. Esto significa que un planeta se
mueve más rápido cuando se acerca a su perihelio que cuando lo hace a
su afelio, debido a que en la distancia menor se necesita barrer un arco
mayor para cubrir la misma área. La ley se suele resumir como "áreas
iguales a tiempos iguales".
3. Para cada planeta, la relación entre el cubo de su semieje mayor con
respecto al cuadrado del período es un valor constante para todos los
planetas.
Excepto para casos especiales como los puntos de Lagrange, no se conoce un
método para solucionar las ecuaciones de movimiento para un sistema de cuatro o
más cuerpos. Las soluciones para dos cuerpos se publicaron en los Philosophiae
Naturalis Principia Mathematica de I. Newton en 1687. En 1912, Karl F.
Sundman desarrolló una serie infinita convergente que soluciona el problema con
tres cuerpos, sin embargo su convergencia es demasiado lenta para ser utilizada
como método práctico de cálculo. En su lugar, las órbitas pueden ser aproximadas
con una precisión alta arbitraria. Existen dos formas para estas aproximaciones.
Una forma es tomar el movimiento elíptico puro como base y añadirle las
perturbaciones para tener en cuenta la influencia gravitacional de los otros
cuerpos. Este es el método conveniente para calcular las posiciones de objetos
astronómicos. Las ecuaciones de movimiento de la Luna, los planetas y otros
cuerpos se conocen con gran precisión y se utilizan para generar tablas para
la navegación astronómica. Aun así, hay fenómenos seculares que deben ser
tratados con métodos post-Newtonianos.
Para propósitos científicos o de una misión espacial, se utiliza la forma
de ecuación diferencial. De acuerdo a las Leyes de Newton, la suma de todas las
fuerzas es igual a la masa por su aceleración. Por tanto, las aceleraciones se
pueden expresar en términos de posición. Los términos de las perturbaciones son
más fáciles de describir de esta forma. La predicción de las posiciones futuras y
velocidades desde los términos iniciales se soluciona con un problema de valor
inicial. Los métodos numéricos calculan las posiciones y velocidades de los
objetos para un tiempo futuro muy pequeño, y luego se prolonga repitiéndolo. Sin
embargo, los pequeños errores aritméticos debido a la limitada precisión de la
matemática del computador se acumulan, limitando la precisión de esta
aproximación.
Las simulaciones de diferenciales con grandes cantidades de objetos realizan los
cálculos de forma jerárquica entre los centros de masas. Utilizando este esquema
se pueden simular galaxias, cúmulos estelares y otros objetos grandes.
Teoría relativista de Einstein