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“Ausente del cuerpo, presentes con el

Señor”
(Nota: este artículo es parte del estudio titulado: “¿Resurrección o vida inmediatamente
después de la muerte?” Se le aconseja al lector leer también los otros artículos de este
estudio.)

Como prometí en el último tema, el tema: “Vida después de la muerte” será discutido en
más artículos. La razón es porque hay algunos pasajes que siendo considerados como
controversiales requieren particular atención y análisis. Este análisis empezará de este tema
en 2 Corintios 5:6-8 y continuará en los próximos temas también.

Empezando de 2 de Corintios 5:6-8 leemos:

2 Corintios 5:6-8
“Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo,
estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más
quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”

Para mucha gente lo que la frase “estar ausente del cuerpo y estar presente con el Señor”
significa, es que cuando uno muere está inmediatamente con El Señor. Sin embargo, una
cuidadosa lectura demuestra que esto no es lo que el pasaje dice. Lo que dice es que “MÁS
QUISIÉRAMOS ESTAR AUSENTES DEL CUERPO, Y PRESENTES CON EL
SEÑOR.” La frase “más quisiéramos” nos enseña que el pasaje declara una voluntad, un
deseo, el cual no es un deseo de morir sino un deseo de “estar ausentes del cuerpo y
presentes con el Señor”. Así que una entera y clara imagen de lo que esta frase significa
será posible solo después de un análisis de su contexto, lo podemos desde el principio
excluir es que podría significar que cuando uno muere está inmediatamente con el Señor,
porque si así fuera, habría una fuerte contradicción con 1 de Tesalonicenses 4:15-17 que
dice:

1 Tesalonicenses 4:15-17
“Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor
mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del
cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
Señor en el aire, y así [es decir de esta manera, la resurrección los cristianos muertos y el
cambio del cuerpo de los vivos] estaremos siempre con el Señor.”

Si en 2 Corintios 5:6-8 Dios dijera que cuando uno muere está inmediatamente con el
Señor, entonces ¿Cómo en 1 Tesalonicenses 4:17 el mismo Dios dice que “Y ASÍ (es decir
mediante la resurrección, y el cambio de los cuerpos) siempre estaremos con el Señor”?
obviamente ya sea que la Palabra de Dios está equivocada, lo cual es imposible, o la
interpretación que usualmente se da de 2 Corintios 5:6-8 está equivocada. Como lo veremos
estudiando el contexto más adelante. Así que empezando de 2 Corintios 4:13 – como
quince versos antes – leemos:

2 Corintios 4:13-14
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual
hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, sabiendo que el que
resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará
juntamente con vosotros.”

Lo que Pablo supo mediante revelación no fue que después de que uno muere continúa
viviendo junto con los otros muertos. Más bien, lo que supo y enseñó fue que: “el que
resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará
juntamente con vosotros.” Pablo esperó y aún espera la resurrección, ser presentado, estar
junto, con aquellos creyentes Corintios. La última vez que los vio fue la última vez que
visitó Corintio, y la próxima vez que los verá será cuando ambos, él y ellos, sean
resucitados para encontrarse juntamente con los creyentes vivos, con el Señor en el aire.
Por lo cual obviamente, el contexto de nuestro pasaje no es sobre muerte sino de su exacto
opuesto: LA RESURRECCIÓN de los muertos. Pero vamos a continuar:

2 Corintios 4:18 – 5:4


“no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven
son temporales, pero las que no se ven son eternas. Porque asimismo los que estamos en
este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino
revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.”

Cuando este pasaje habla de un “tabernáculo” y de una “casa” obviamente no significa una
estructura física sin vida. No es posible “revestirse” con una casa física, ni es posible que
“lo mortal sea absorbido por la vida”. Por lo cual, cuando en el pasaje anterior se usan las
palabras “casa” y “tabernáculo”, son usadas con el significado de un cuerpo el cual como
sabemos es la “casa” de nuestro ser. Eso también es afirmado por los versos controversiales
6-8 que siguen el pasaje anterior y los cuales hablan de un CUERPO. Por lo tanto, como el
pasaje anterior (y otros también -ver más abajo) nos dice, hay dos cuerpos. Uno es el
cuerpo terrenal o casa el cual deseamos sustituir con el otro que es un cuerpo celestial o
casa. Como el pasaje dice, cuando seamos revestidos con nuestro cuerpo celestial
ENTONCES “lo mortal será absorbido por la vida”. El lector que cuidadosamente leyó el
último tema puede recordar que 1 Corintios 15:35-58 dice exactamente lo mismo. Ahí
empezando del verso 44 leemos:

1 Corintios 15:44-54
“Hay cuerpo animal [alma], y hay cuerpo espiritual. Así también está escrito: Fue hecho el
primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual
no es primero, sino lo animal [alma]; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra,
terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los
terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la
imagen del terrenal [lo terrenal, natural, cuerpo], traeremos también la imagen del celestial
[lo celestial, cuerpo espiritual]. Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no
pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo
un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en
un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos
serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario
que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y
cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en
victoria.”

¿Cuándo “sorbida es la muerte en victoria” (1 Corintios 15:54)? ¿Cuándo “lo mortal será
absorbido por la vida” (2 Corintios 5:4)? La respuesta de los dos pasajes es muy clara: eso
sucederá cuando “esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
inmortalidad”. Sucederá cuando esta casa “terrenal” (2 Corintios 5:1), sea sustituida con la
casa celestial (2 Corintios 5:2) o el cuerpo espiritual (1 Corintios 15:44), lo cual a su vez
ocurrirá cuando el Señor regrese (1 Tesalonicenses 4:15-17). Como 1 de Corintios 15:52-54
nos dice, “ENTONCES [y solo entonces] se cumplirá la palabra que está escrita: “sorbida
es la muerte en victoria”.

De todo lo anterior, debe quedar claro que el contexto del pasaje “controversial” de 2
Corintios 5:6-8 no habla de muerte como una esperanza sino un cambio de cuerpos, de lo
terrenal a lo celestial, y de alma a lo espiritual, lo cual como vimos sucederá el día de la
venida del Señor. Con esto en mente, vamos a volver a leer los versos 6-8:

2 Corintios 5:6-8
“Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo,
estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más
quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.”

Estando en este cuerpo estamos ausentes del Señor. ¿Por lo cual a caso queremos estar
ausentes de este cuerpo terrenal? Por supuesto que sí, porque “carne y sangre no puede
heredar el reino de Dios; ni corrupción heredar incorrupción”. ¿Significa que queremos
morir? Por supuesto que no. ¿Dónde dice el pasaje algo así? En comparación, como 2
Corintios 5:4 pone en claro: “no queremos estar desnudos SINO revestidos”. Por lo tanto,
lo que verdaderamente debemos de desear no es morir (estar “desnudos”) porque entonces
aunque podamos estar ausentes del cuerpo terrenal también estaremos ausentes del Señor
porque tampoco tendremos el cuerpo celestial. Más bien, lo que debemos realmente desear
es estar “revestidos” con nuestro cuerpo celestial, abandonando el presente cuerpo terrenal.
Solo entonces, cuando nuestro cuerpo terrenal haya sido sustituido por nuestro cuerpo
celestial, estaremos presentes con el Señor (2 Tesalonicenses 4:17). ¿Cuándo sucederá
esto? 1 Corintios 15 fue muy claro: “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final
trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y
nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de
incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya
vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se
cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.”

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