Está en la página 1de 16

CONTROL SOCIAL Y AMPLIFICACION DE LA DESVIACIÓN EN EL CONSUMO

DE CANNABIS

Jonathan Elí Ruiz Espinosa

jerze0912@hotmail.com

RESUMEN

En ocasiones las estrategias implementadas por el Estado para hacer frente a


distintas problemáticas sociales, conductas desviadas y/o antisociales, han causado
una amplificación de las mismas, en lugar de solucionarlas o reducirlas. Por lo que
para hacer frente a esta situación es necesario observar desde nuevos enfoques y
de manera objetiva, para poder identificar qué elementos causan efectos negativos
en la sociedad y el individuo, y así modificar las tácticas adoptadas y alcanzar
resultados positivos. Cuando causamos mayor daño social que el que se busca
solucionar es necesario buscar alternativas.

El objetivo de este estudio es analizar desde una perspectiva científica, cómo


se desarrolla el fenómeno de la amplificación de la desviación respecto del consumo
del cannabis, con este fin nos preguntamos lo siguiente: ¿Es correcta la política de
control social implementada por el Estado para controlar el consumo de cannabis o
ésta provoca una amplificación de la desviación?

La aplicación de una errónea política de control social respecto del consumo


de cannabis genera una amplificación de la desviación de dicha conducta que se
pretende controlar, ya que una reacción errónea o exagerada respecto de una
conducta tiene como consecuencia daños mayores que a los que se reacciona.

PALABRAS CLAVE

Amplificación de la desviación; control social; desviación; criminalización;


estereotipación; etiquetamiento; pánico moral; reacción social; control social.
INTRODUCCIÓN

Para poder observar si el fenómeno se estaba generando por las políticas de


control del Estado, se tuvo que recurrir a fuentes oficiales, por lo que primero se
estudió el Amparo en Revisión 237/2014 en el cual la Suprema Corte de Justicia de
la Nación ha determinado que los motivos para prohibir el consumo de cannabis, no
son suficientes para limitar el derecho de libre desarrollo de la personalidad, esto
nos permitió ver que en el contexto social actual ya no se justifica la criminalización
del consumo de la planta conocida popularmente como marihuana, pero que debido
a su idoneidad para reducir los riesgos sociales y de salud, la ley debe ser
considerada supuestamente constitucional y seguir vigente.

Posteriormente se hizo un estudio bibliográfico y documental con la finalidad


de observar si los criterios expuestos en juicio constitucional por la Suprema Corte
son suficientes para justificar la legalidad o ilegalidad de la prohibición y
criminalización del consumo de una sustancia que en la misma afirmo “no supone
riesgo importante”, se revisó literatura histórica para observar el contexto social y
cultural de la época, lo que demostró su uso medicinal, por lo que se hizo también la
revisión de textos de ciencia médica para poder registrar la aplicación actual del
cannabis según la medicina moderna, así como para identificar posibles daños no
observados por la SCJN, además se estudió lo expuesto por el ex presidente de
Colombia Ernesto Samper, en el que deja ver los intereses políticos y económicos,
así como los costos sociales que tuvo que enfrentar Colombia, pero no sólo este
país, sino que nos habla de México y América, dándonos un panorama de los daños
colaterales que se sufren por la política prohibicionista internacional comandada por
los Estado Unidos.

Posteriormente se comparan los beneficios y los costos que ha tenido la


política implementada, así como los objetivos que busca lograr para poder concluir si
es esta una política de control social o por el contrario una política de afectación
social.

Debemos tener en cuenta que durante todo el análisis encontramos los


conceptos criminológicos expuestos en el diccionario compilado por McLaughlin y
Muncie (2011) los cuales son definidos como:
Amplificación de la desviación: proceso por el cual la reacción mediática,
policial, ciudadana y política ante la falta de cumplimiento de las normas en vez de
controlar la desviación, ejerce el efecto inverso de aumentarla. (p.31)

Control social: concepto sin definición precisa, que se ha empleado para


referirse a todos los medios, por los que se puede alcanzar la conformidad, desde la
socialización de niños hasta el encarcelamiento. (p.90)

Criminalización: se confiere y adscribe el carácter de delito a ciertos actos


no aprobados contra los cuales se legisla y que, por medio del debido proceso de la
ley, son penalizados. La criminalización, tributaria de la teoría de la reacción social,
es el proceso institucionalizado mediante el cual ciertos actos y comportamientos
son calificados de delitos o de ilegales. Refleja la decisión del Estado de regular,
controlar y castigar en forma selectiva. (p.94)

Reacción social. Proceso social, característico de las respuesras de los


medios, la población, la política y la justicia penal ante el delito y la desviación.
Dichas respuestas suelen estereotipar, estigmatizar, etiquetar, criminalizar, crear
chivos expiatorios y/o amplificar la conducta de ciertos individuos y grupos. (p.446)

Desviación: La noción de desviación es un concepto sociológico del siglo


veinte que designa al conjunto de conductas sociales, prácticas, actos, formas de
comportarse, actitudes, creencias, estilos o posiciones en la sociedad que, desde
una perspectiva cultural, se cree que se desvían en forma significativa de las
normas, la ética y las expectativas de la sociedad. Surgió en E.U.A. por el año 1937,
en el contexto del New Deal, de Roosevelt, época en que se planteaba a los
sociólogos el problema de encontrar categorías que sintetizaran cuestiones como la
delincuencia juvenil, la discapacidad mental y física, la conducta delictiva, el
consumo de drogas, la rebelión cultural, la dependencia permanente de la asistencia
del Estado, las manifestaciones públicas de oposición política, el radicalismo
intelectual y artístico, la homosexualidad y el comportamiento de las poblaciones
nativas norteamericanas. (p.192)

Estereotipación: Proceso de aplicación de imágenes condensadas a un


grupo o categoría de personas. Son imágenes que representan abstracciones
simplificadas y generalizadas acerca de esas personas, sus valores, conductas y
estilo de vida. La estereotipación no sólo consiste en la categorización y clasificación
de personas; implica, además, determinadas maneras de actuar hacía ellas. (p.233)

Etiquetamiento: perspectiva sociológica sobre el delito y la desviación que


aborda los procesos sociales a través de los cuales algunos grupos e individuos
clasifican y categorizan la conducta de otros. Así se genera el estereotipo de que los
individuos etiquetados actúan de determinadas maneras y se los trata en
consecuencia. Tales reacciones tienden a reforzar la autoconcepción de desviado,
por lo que el etiquetamiento puede llegar a promover en forma involuntaria el
comportamiento que intenta prevenir. (p.252)

Pánico moral: Reacción social desproporcionada y hostil ante una condición,


una persona o un grupo a los que se define como una amenaza a los valores de la
sociedad. El pánico moral se ve alimentado por las representaciones estereotipadas
de los medios, genera reclamos para que se refuerce el control social y crea una
espiral de reacciones. (p.383)

Objetivos de la investigación.

Valorar si la política empleada por el Estado para hacer frente al consumo de


cannabis es apropiada para el contexto actual, o si por el contrario está generando el
fenómeno conocido como “Amplificación de la desviación”, afectando más de lo que
aporta al bien común.

Justificación de la investigación

Cuando un problema no es enfrentado de forma correcta, no sólo se hace


imposible su solución, sino que en muchas ocasiones se incrementa la problemática,
afectando otras esferas y complicando más la salida de éste. Esta observación tiene
mayor importancia cuando se habla de problemáticas sociales en las que las
consecuencias afectan mayor cantidad de personas. Y precisamente esto ocurre con
la política de criminalización del cannabis, la cual ha generado consecuencias
mayores que las que ha tratado de mitigar durante décadas, en la cual sólo unos se
han visto beneficiados, por lo que es necesario buscar una nueva forma de control
social, propuesta que no desarrollamos, por no ser uno de nuestros objetivos, sin
embargo proponemos un tema que debe ser objeto de estudio por necesidad, lo que
sí pretendemos es mencionar los elementos que no han sido valorados en esta
política de control, y al mismo tiempo ver cómo se ve afectada la sociedad por este
fenómeno, con la finalidad de llamar la atención de las autoridades encargadas de
hacer frente al problema para buscar alternativas viables y más aptas al contexto
actual.

ANTECEDENTES

En este artículo se analizará primeramente el antecedente del concepto de


amplificación de la desviación, un concepto versátil que permite su aplicación en
múltiples conductas consideradas desviadas, por lo que nos limitaremos a analizarlo
en el contexto del consumo del cannabis, para poder así determinar si nos
encontramos ante una problemática social que se ha visto amplificada debido a su
incorrecta valoración por parte de los encargados de crear y aplicar la política de
control social que respecto del uso de la planta denominada marihuana se ha hecho.

Una vez analizado el concepto, debemos observar sus orígenes, para poderlo
comprender en sus bases, por lo que para no causar malos entendidos con una
interpretación diferente de la que quieren exponer los autores del diccionario, haré la
transcripción literal de lo que exponen en su trabajo McLaughlin y Muncie (2011):

Leslie Wilkins (1964) introdujo el término <<amplificación de la desviación>>


para explorar la relación entre los niveles de tolerancia/intolerancia y la
perpetuación de identidades desviadas. Wilkins observó cómo las sociedades
que habían elaborado una respuesta intolerante ante la desviación mostraban
una tendencia a considerar a un número mayor de actos como delictivos y
emprendían más acciones formales contra los delincuentes. Esto, a su vez,
producía una creciente alienación de los desviados, una mayor cantidad de
hechos delictivos por parte de los grupos desviados y una consecuente
afirmación de intolerancia hacia los desviados por parte de los demás
grupos…Por ello Wilkins, afirmaba que la mejor manera de controlar la
desviación es construir sistemas sociales capaces de tolerar la diferencia y
reducir al mínimo la cantidad de personas que se definen como desviadas.
(p.31)
Como podemos ver, el concepto puede ser aplicado en cualquier tipo de
conducta considerada desviada, sin que en verdad tenga un efecto perjudicial
individual o social, ya que no se está haciendo referencia al termino de conducta
antisocial. Sin embargo, se generan indirectamente conductas que realmente
comienzan a causar conflictos serios entre grupos, los cuales no existían antes de la
reacción social desproporcionada.

Marco teórico

Como primeros antecedentes históricos del cannabis encontramos que de


acuerdo a Brailowsky (2016):

La primera descripción que encontramos de la planta data del 2737 a.C., por
el emperador chino (o alguien de su “equipo”) Shen Nung, quien prescribía la
marihuana para el tratamiento de la gota, la malaria, algunos dolores, y la falta
de concentración. (p.272)

De este dato histórico que data de miles de años observamos que su uso era
medicinal y recreativo, incluso por las altas esferas de la sociedad China, no
aclarando si estaba extensamente difundido por toda la nación.

Respecto de la llegada de la planta a territorio mexicano estamos de acuerdo


con Schievenini (2012) cuando refiere: “No hay evidencia historiográfica contundente
que demuestre el cultivo de marihuana en el actual territorio mexicano por parte de
las culturas prehispánicas” (p.42). Sin embargo, el autor nos explica que desde su
llegada su uso fue diverso (medicinal, recreativo, religioso, industrial, etc.) sin
generar conflicto en la sociedad de la época, dato relevante y que debemos analizar,
si tenemos en cuenta de que las causas por las que se criminalizo su consumo
fueron porque se debía proteger a la sociedad de los efectos nocivos a la salud y al
orden público, siendo que no sólo no era nocivo, sino que era de uso medicinal en
distintas regiones y culturas, al respecto Schievenini (2012) desarrolla la siguiente
idea:

Durante el siglo XIX y hasta principios del siglo XX varias de las sustancias
que hoy en día se prohíben y criminalizan en México eran usadas como
medicamentos y no requerían de restricciones legales. No eran un problema
para la salud pública dentro del territorio mexicano. (p.27)

En el caso específico de la marihuana no hay duda de su uso medicinal


durante el siglo XIX y principios del XX. Desde la década de 1860 eran
comunes en la prensa de la ciudad de México anuncios en los que se
publicitaba el uso medicinal de esta planta: “Cigarros Indios de Cannabis
Indica”, comercializados por “Grimault y Compañía, Farmacéuticos en Paris”.
(P.28)

Estos dos usos, -el ritual por los indígenas y el recreativo en sectores
marginales-, eran poco comunes comparados con el uso medicinal que se
publicitaba en la prensa y que era puesto en práctica por farmacéuticos y
herbolarios. (p.29)

Como se puede apreciar, en los comentarios sobre los usos recreativos de la


marihuana a mediados del siglo XIX se hace énfasis en las modificaciones en
la percepción y en algunos rasgos del comportamiento de los consumidores,
pero es importante puntualizar que en estos comentarios no se percibe el tono
despectivo tendiente a la estigmatización que devendría en las décadas
posteriores. (p.30)

La Sociedad Farmacéutica de México parecía ignorar, al menos hasta la


publicación de la tercera edición de la farmacopea en 1896, los usos no
terapéuticos de la marihuana, limitándose a reconocer explícitamente sus
propiedades medicinales. (p.31)

La línea de opinión que atribuía a la marihuana propiedades


“embrutecedoras” comenzó a percibirse en algunos sectores médicos de la
sociedad mexicana de finales del siglo XIX. Estas opiniones parecían
sostenerse en la idea de que la embriaguez o el “mal” uso de medicamentos
afectaba la constitución integral del individuo y que incluso “degeneraba la
raza.” Estas opiniones parecieron estar influidas por connotaciones morales
vinculadas con el control social de las drogas. (p.36)
El tono despectivo, tendiente a alarmar y eventualmente a estigmatizar
algunos de los usos de la planta aparece en sectores médicos a finales del
siglo XIX. Se comenzaba a hacer uso de hipérboles, exageraciones y
afirmaciones sensacionalistas sin sustento y sin referentes en la realidad
inmediata de esa época:

es cierto que en las otras regiones el delirio que determina la


marihuana es turbulento, pero en nuestro país llega al furor, a la
impulsión terrible y ciega que conduce al asesinato […] el uso de
cáñamo indio se encuentra en todas las regiones en donde nace la
planta y es ingerido en sustancia sólida o liquida, o en humo, mas creo
que en ninguna parte del globo produce tan fatales efectos como en la
República Mexicana.

… esta afirmación no parecía estar basada en la realidad cotidiana, ya que el


consumo de la marihuana no era un problema para la salud pública de la
sociedad mexicana a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. (p.37)

Podemos resumir que el legislativo no tuvo en cuenta la realidad social ni los


datos científicos que en la época estaban disponibles, sino que se dejó influir por
prejuicios difundidos por medios de comunicación, los cuales varios historiadores
atribuyen a una estrategia para lograr su criminalización con la fuerte aceptación
popular, todo debido a intereses políticos, económicos y sociales, lo cual continua
actualmente, pero en dimensiones mayores.

Es en este momento donde podemos ver ya como se empieza a gestar la


amplificación de la desviación,lo cual resumiremos de esta manera: primero se
buscó generar el fenómeno de desviación de la conducta del consumo de
cannabis, no sólo el recreativo sino el medicinal, etiquetando a los consumidores
para después popularizar el estereotipo. Posteriormente se aprovechó la
reacción social a toda conducta que se desvía de la norma, cuando el grado de
reacción se vio incrementado hasta llegar a un punto de pánico moral se pudo
lograr la criminalización de la conducta, pero debido a que todo fue una política de
control social que nunca fue ideada para realmente mitigar una problemática sino
para beneficiar grupos políticos, económicos y algunas clases sociales presento un
efecto negativo generando la amplificación de la desviación.

Qué podríamos hacer ahora que se ha arraigado esta idea popular, pero que
la autoridad que se encarga de aplicar la ley ha resuelto que es inonstitucional la
prohibición del uso lúdico y recreacional del cannabis en el Amparo en Revisión
237/201, y no sólo esto, sino que estudios demuestran que la afectación es mayor
que el beneficio, ¿acaso debemos continuar en el error?; analicemos los motivos
que considero la Suprema Corte de Justicia de la Nación para resolver el amparo.

Como dijimos recientemente la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


acordo el cuatro de noviembre de dos mil quince, por motivo del amparo en revisión
237/2014, que se amparara a cuatro personas para que se les permitiera el uso
lúdico del cannabis, así como las actividades necesarias para el autoconsumo,
veamos los puntos que nos pueden aportar a nuestro análisis.

El 31 de mayo de 2013… solicitaron por escrito a la Comisión Federal para la


Protección contra Riesgos Sanitarios … la expedición de una autorización que
les permitiera a ellos y a los asociados de la citada persona moral el consumo
personal y regular con fines meramente lúdicos o recreativos del
estupefaciente cannabis sativa (índica y americana, su resina preparados y
semillas) y del psicotrópicoTHC (tetrahidrocannabinol, los siguientes
isómeros: ∆6a (10a), ∆6a (7), ∆7, ∆8, ∆9, ∆10, ∆9 (11) y sus variantes
estereoquímicas), en conjunto conocidos como “marihuana”. Además, dentro
del referido escrito, los representantes de ***** también solicitaron una
autorización para ejercer los derechos correlativos al “autoconsumo“ de
marihuana, tales como la siembra, cultivo, cosecha, preparación,
acondicionamiento, posesión, transporte, empleo, uso y, en general, todo acto
relacionado con el consumo lúdico y personal de marihuana por los
peticionarios y asociados de la mencionada persona moral, excluyendo
expresamente los actos de comercio, tales como la distribución, enajenación y
transferencia de la misma. (p.3)

En el caso concreto, de los procesos de reformas a los preceptos combatidos


que configuran el “sistema de prohibiciones administrativas”, puede
desprenderse que el legislador consideró necesario prohibir la autorización
administrativa para la realización de toda actividad relacionada con la
marihuana en atención a los efectos nocivos asociados a dicho producto en la
“salud” y el “orden público”… (p.65)

…la expedición de la Ley General de Salud tuvo como propósito reglamentar


el derecho a la protección de la salud. Al respecto, entre las propias
finalidades previstas en la propia ley se señaló “la promoción del bienestar
físico y mental del hombre, para contribuir al ejercicio pleno de sus
capacidades”... De esta manera, con el objeto de alcanzar dicho nivel de
bienestar, el legislador consideró necesario implementar un adecuado “control
sanitario” de los psicotrópicos y narcóticos, bajo la premisa de que su uso
constituye un problema para la salud pública en tanto genera dependencia
para el consumidor… (p.66)

En efecto, en esa parte del estudio se mostró que la marihuana no supone


un riesgo importante para la salud de las personas mayores de edad,
toda vez que sus consecuencias permanentes son poco probables,
mínimas o reversibles si su consumo no se inicia a edades tempranas. Al
respecto, se señaló que el consumo de marihuana genera un índice de
dependencia menor a otras sustancias, el cual se ubica alrededor del 9% de
las personas que la consumen. En la misma línea, también se sostuvo que el
consumo de marihuana tiene un nivel de incidencia muy bajo o incluso
discutible en el consumo de otras drogas más riesgosas. Por otro lado, se
destacó que existen resultados similares respecto de la propensión del
usuario de marihuana a inducir a terceros al consumo. De la misma manera,
se reconoció que conducir vehículos y manejar instrumentos y
sustancias peligrosas bajo los efectos de la marihuana sí supone un
riesgo para el orden público. Por último, se expuso que existe incertidumbre
sobre la afirmación de que el consumo de marihuana incentiva la comisión de
otros delitos… (p.112)

En claro contraste con las escasas afectaciones en la salud y el orden


público que protege el “sistema de prohibiciones administrativas” sobre
el consumo de marihuana regulado en la Ley General de Salud, se ubica
la intensa afectación al derecho al libre desarrollo de la personalidad que
supone dicha medida legislativa. (p.113)

Así, a pesar de que el “sistema de prohibiciones administrativas” conformado


por los artículos de la Ley General de Salud impugnados por los quejosos
supera las dos primeras gradas del examen de proporcionalidad, al haberse
establecido que se trata de una medida que busca proteger la salud y el orden
público y resulta idónea para alcanzar dichos objetivos, esta Primera Sala
considera que se trata de una medida que no sólo es innecesaria, al existir
medios alternativos igualmente idóneos que afectan en un menor grado el
derecho al libre desarrollo de la personalidad, sino que además es
desproporcionada en estricto sentido, toda vez que genera una protección
mínima a la salud y orden público frente a la intensa intervención al derecho
de las personas a decidir qué actividades lúdicas desean realizar. (p.117)

SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a…, en contra de la


expedición y promulgación de los artículos 235, último párrafo, 237, 245,
fracción I, 247, último párrafo, y 248, todos de la Ley General de Salud, así
como de su aplicación, consistente en el oficio de 13 de junio de 2013, emitido
por el Director Ejecutivo de Regulación de Estupefacientes, Psicotrópicos y
Sustancias Químicas de la Comisión Federal para la Protección contra
Riesgos Sanitarios, en los términos expuestos en la presente sentencia.
(p.130)

Podemos observar que el poder judicial da por hecho que el trabajo del
legislativo esta realizado de manera correcta y que la decisión es idónea, aunque
concuerda con nuestra postura que no es necesaria y es desproporcional, no
contempla los daños colaterales, por los cuales creemos que no se debería dar
protección por medio del amparo, sino un cambio total a la política prohibicionista y
de criminalización, por ello analizaremos algunos efectos benéficos para la salud,
contrario a lo valorado por la SCJN y el legislativo, además de daños con
consecuencias sociales mayores que un choque o daño laboral por manejar
maquinaria bajo influjo de la planta, los cuales son generados no por su consumo si
no por la política de prohibición.
Afectación medica indirecta: Se ha demostrado hasta la fecha gran número
de beneficios medicinales y preventivos, por lo que al no permitirse su acceso se
causa mayor afectación que la que supuestamente se causa por su consumo.

Algunos beneficios médicos demostrados científicamente desde mediados


del S.XIX hasta las primeras décadas del S.XX según asándonos en la tesis de
son: Asma, opresión, sofocaciones, bronquitis, ronquera, extinción de la voz, tisis
pulmonar, laringitis, todas las enfermedades de las vías respiratorias, epilepsia,
tétanos, convulsiones en niños, hidrofobia, delirio tremens, enajenación mental,
reumatismo articular, patología mental, neurosis general, partos complicados
sedante, hemorragia aguda, calmante de los dolores de la uretra, pujo de la vegija,
vomipurgante, diurético, tónico del corazón, emulsión para la inflamación de las
mucosas, sedante, hipnótico, narcótico poco usado en medicina, propiedades
antiasmáticas, antiespasmódico, estimulante del sistema nervioso, gonorrea, disuria
inflamatoria, expulsar cálculos vesicales, gripa intestinal, cualquier tipo de callo, tos
de los tísicos estados dispépticos asociados a la conspiración, trastornos nerviosos
en los niños. (Schievenini, 2012)

Uso médico actual Alzheimer, trastornos de ansiedad, artritis, asma,


trastorno por déficit de atención y por hiperactividad, trastornos del espectro autista,
trastornos autoinmunes, caquexia y trastornos del apetito, síndrome de fatiga
crónica, diabetes, fibromialgia, trastornos gastrointestinales, gerontología, glaucoma,
hepatitis C, VIH, insomnio y trastornos del sueño, migraña y dolor de cabeza,
esclerosis múltiple, trastornos motrices, nausea y vómitos, neuropatía, dolor, mal de
Parkinson, trastorno por estrés postraumático, esquizofrenia, trastornos convulsivos,
afecciones de la piel, estrés. (Backes, 2015)

Cuando refiere la SCJN que se reconoció que conducir vehículos y


manejar instrumentos y sustancias peligrosas bajo los efectos de la marihuana
sí supone un riesgo para el orden público, olvido el daño público de dimensiones
mayores. Para ello observaremos lo expuesto por el ex presidente de Colombia
Ernesto Samper, cuando hace la valoración de los daños colaterales de la
criminalización del cannabis expone como algunos de los más
importantes:Narcotráfico, financiación de distintas formas de violencia, terrorismo,
corrupción pública, ejecuciones, actividades ilegales de producción agrícola,
violencia política armada, destrucción del tejido social, debilitamiento de las
economías regionales, depredación de nuestra rica biodiversidad, degradación de
valores sociales, fortalece una poderosa económica subterránea que ha sido fuente
de no pocas perturbaciones macroeconómicas, infiltración en la política,
concentración insólita de la propiedad agraria, cultivos ilícitos en zonas
minifundistas, se ha alterado el funcionamiento de la democracia, la independencia
de los jueces, la libertad de prensa, la supervivencia de la policía y el futuro de
millones que están perfectamente amenazadas, grupos paramilitares financiados por
los capos, pandillas de sicarios, mayores gastos (la inversión de un dólar en la
prevención del consumo produce los mismos resultados que la inversión de siete
dólares en programas que lo criminalizan. (Samper, 2013)

Continúa exponiendo el ex presidente Samper (2013), “Si se sacara la


marihuana del control mundial, el control del mercado de cocaína quedaría reducido
a la persecución de 90 camiones de 20 toneladas y el de la heroína a 40 camiones
similares,”. (p.40)

Como se puede observar, la mayor cantidad de tráfico de drogas en el mundo


es el respectivo al cannabis, una sustancia que es medicinal y de uso ancestral, con
usos diversos como el lúdico, religioso, industrial, etc., ¿cuántos derechos más se
violentan?, sin embargo, entendemos lo que dice Samper (2013):

No es una tarea fácil. Se trata de desmontar una estrategia centenaria,


brindad de prejuicios e intereses, que ha alimentado durante más de 100 años
el mito de la prohibición contra las drogas. La historia nos indica, sin embrago,
que las sociedades han sabido ser flexibles en prohibir y permitir distintas
sustancias según los intereses colectivos que ellas afectan. (p.41)

Sin embargo Samper (2013) también menciona:

Si se ponen en un balanza estos costos intangibles y los beneficion recibidos


por una lucha sin cuartel…se entenderá … la necesidad de encontrar una
política alternativa a la prohibición y represión de las drogas ilegales que han
gobernado la respuesta internacional a esta pandemia global durante más de
un siglo. (p.19)
Criterios metodológicos

Metodo de investigación: Interdisciplinario, Dependencia mutua entre las


diversas ciencias o disciplinas concurrentes; cada una complementa y explica a las
demás, la ausencia de alguna es notable por la disminución de la calidad del
conjunto…La criminología es, por esencia misma interdisciplinaria; imposible llegar a
la síntesis criminológica si no es con métodos interdisciplinarios. (Manzanera, 2004,
p.43)

Técnicas de investigación: Documental, estudiando documentos públicos o


privados. (Manzanera, 2004, p.58)

Bibliográfico: con el uso de publicaciones científicas. (Manzanera, 2004, p.58)

Técnica de análisis de datos: Síntesis criminológica, Por síntesis se


entiende la composición de un todo por la reunión de sus partes; es algo más que la
simple suma y compendio de una materia o cosa. (Manzanera, 2004, p.59)

Resultados y discusión: Se puede observar que la política de control social


que ha sido impuesta con la finalidad de evitar los daños causados por el consumo
de cannabis no puede continuar, ya que no justifica los daños colaterales que
implica su criminalización. Sin embargo, esta discusión debe ser realizada en el
Congreso de la Unión, a través de un grupo de expertos, incluyendo criminólogos
especializados en el tema.

Conclusión: Son mayores los gastos y daños que implica la política de


criminalización (no sólo prohibición) del consumo de cannabis, que los efectos que
pretende solucionar. Por lo que se deben buscar alternativas a la política de
prohibición y más aun a la de criminalización, por afectar el bien común.

Bibliografía:

Backes, M. (2015). La farmacia cannábica: Guía práctica para el uso de cannabis


medicinal. Buenos Aires, República de Argentina: Pampa books

Brailowsky, S (2016). Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología.


Ciudad de México, México: Fondo de cultura económica.

Manzanera, L. (2004). Criminología. D.F., México: Porrúa


McLaughlin, E. y Muncie, J. (2011). Diccionario de Criminología. Barcelona, España:
Gedisa

Samper, E. (2013) Drogas. Prohibición o legalización: Una nueva propuesta. D.F.,


México: Debate

Schievenini, J. (2012). La prohibición de la marihuana en México, 1920-1940 (tesis


de maestría). Universidad Autónoma de Querétaro. Querétaro, México.

También podría gustarte