Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción al capítulo
En este capítulo, la introducción que se incluye es la misma que aparece en la fuente
original, escrita por Douglas H. Clements un reconocido investigador de la Educación
Matemática, quien trabaja en la Universidad de Buffalo en EUA.
1
En la edición de la que se tomó el artículo, éste va precedido por una introducción de
Douglas H. Clements que se ha incluido también en esta presentación.
55
por ciertas fases de instrucción. Tercero, los conceptos implícitamente entendidos en un
nivel, se vuelven explícitos en el siguiente nivel. Cuarto, cada nivel tiene su propio
lenguaje; los maestros que no están al tanto de estas características del aprendizaje de
los estudiantes pueden fácilmente malinterpretar el entendimiento de los estudiantes
sobre las ideas geométricas.
Esta teoría, entonces, se basa en el constructivismo y los estudios geométricos de Piaget
pero también encabeza nuevas direcciones. La teoría enfatiza el contenido matemático
como el corazón de la investigación y la práctica. Claramente atribuye el desarrollo de
los estudiantes al proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las teorías son útiles si son usadas–y contestadas, atacadas y modificadas. Con este
criterio, la teoría de van Hiele es una teoría útil. Ha precipitado una gran cantidad de
trabajo a través de su uso, evaluación, y modificando de la teoría misma. Ha
profundizado y expandido la investigación en el aprendizaje y la enseñanza de la
geometría, afectando no solamente a la investigación en tópicos palpables tales como
las figuras geométricas y la prueba2, sino también sirviendo como un esqueleto teórico
para la investigación en un amplio espectro de temas relacionados que incluyen la
evaluación, la tecnología educativa, el uso de manipulativos, los estudiantes con
necesidades educativas especiales, el análisis de libros de texto, el desarrollo del
currículum. La teoría ha servido para inspirar un pensamiento creativo en escenarios
educativos no conectados con la geometría, tales como el desarrollo profesional.
La teoría de van Hiele ha ofrecido a los educadores y a los investigadores un modelo
importante que promueve el entendimiento conceptualmente basado en niveles de
pensamiento; esto ha enfatizando la prioridad del contenido matemático, y lo ha
conectado estrechamente con la educación así como con los intereses psicológicos. Es
también un modelo de conexión cinegética entre teoría, investigación, práctica de la
enseñanza, y el pensamiento y aprendizaje de los estudiantes.
–Douglas H. Clements
State University of New York at Buffalo
2
Se refiere a prueba en el sentido de argumentar para demostrar.
56
Van Hiele, P.M. (2004) The Child’s Thought and Geometry in Carpenter, Dossey and
Koehler (Eds.) Classics in Mathematics Education Research. USA: NCTM. Págs. 60-
66.
(Traducción de Mariana Sáiz Roldán para la MDE de UPN).
3
Publicado originalmente en D. Fuys, D. Geddes and R. Welchman Tischler
81959/1985. English Translations of Selected Writings of Dina van Hiele-Geldof and
Pierre M. van Hiele (pp. 243-52). ERIC/SMEAC.
57
línea L. Construye el triángulo simétrico con respecto a L.” El maestro imagina la
siguiente solución: “Las líneas AB y AC se encuentran en el eje L en dos puntos que
llamaremos P y Q. Estos puntos son invariantes bajo simetría. Entonces las distancias
AP y AQ son invariantes, así que uno puede construir el punto simétrico A’. De la
misma manera encontramos B’ y C’.”
Todo este razonamiento, esta manera completa de concebir el material, es el
razonamiento de un maestro que conoce todas las relaciones. El estudiante es
completamente incapaz de desarrollar un proceso similar de pensamiento sin la ayuda
del maestro. El maestro ha utilizado el hecho de que las longitudes de segmentos
simétricos son iguales como base de su argumento. Tal técnica no tiene ningún
significado para los estudiantes, porque ellos aún no han visto un contraejemplo; ellos
aún no han visto transformaciones que cambian la longitud de los segmentos.
Pero hay aún una razón más importante para nosotros para oponernos a este método de
enseñanza, del cual hemos dado un ejemplo: se requiere que los estudiantes razonen con
la ayuda de un sistema de relaciones entre las ideas cuyos significados ellos aún no
conocen. Es un asunto de “puntos”, “ejes de simetría”, “segmentos”, “encontrarse”,
“invariantes”, “cambiar de longitud”, “triángulo”, “extensión”. Obviamente, el maestro
ha explicado estas expresiones, ha mostrado puntos y segmentos, ha mostrado en el
pizarrón lo que se entiende por extender un segmento. Posiblemente ha pedido a sus
estudiantes que formulen la definición de ángulos. También es posible que la definición
que los alumnos hayan encontrado no sea del todo correcta y que, como resultado, el
profesor haya mostrado esto por medio de un contraejemplo. Sin embargo, uno debe
darse cuenta que es el maestro el que está dando el contraejemplo. Los estudiantes
fallarán, porque para estar en la postura de dar un contraejemplo uno debe de tener un
sistema de relaciones a su disposición y ellos no lo tienen.
Espero que el pensamiento que acabo de presentar les haya mostrado claramente que el
maestro razona por medio de un sistema de relaciones que solamente él posee.
Empezando con este sistema, él explica las relaciones matemáticas que los estudiantes
terminan por manipular de memoria. O bien los estudiantes se lo aprenden de memoria
para operar con estas relaciones que no comprenden, y de las que no han visto el origen.
A primera vista parece que las cosas están en orden: los estudiantes terminarán por tener
a su disposición el mismo sistema que el maestro. ¿No es éste el objetivo mismo de la
enseñanza de las matemáticas, es decir: la posesión de un sistema de relaciones idéntico
para todos aquellos que las usan, apropiado para expresar argumentos, un sistema en el
cual las relaciones están ligadas de una manera lógica y deductiva?
Pero no hay que ser tan optimista. Primero que nada, un sistema de relaciones
estructurado de esta manera no se basa en experiencias sensoriales de los estudiantes.
Aunque es posible que el sistema de relaciones por sí mismo haya inspirado algunas
experiencias por parte del estudiante, las experiencias matemáticas que el estudiante ha
sido capaz de tener están basadas solamente en un sistema impuesto por el maestro. Este
sistema, impuesto y no entendido forma la base de su razonamiento. Como uno sabe, un
sistema de relaciones que no se basa en la experiencia anterior tiene el potencial de ser
olvidado en un tiempo corto.
Por lo tanto, el sistema de relaciones es una construcción independiente que no tiene
relación con otras experiencias del niño. Esto significa que el estudiante sabe solamente
lo que se le ha enseñado y lo que ha deducido de ello. Él no ha aprendido a establecer
58
Van Hiele, P.M. (2004) The Child’s Thought and Geometry in Carpenter, Dossey and
Koehler (Eds.) Classics in Mathematics Education Research. USA: NCTM. Págs. 60-
66.
(Traducción de Mariana Sáiz Roldán para la MDE de UPN).
las conexiones entre el sistema y el mundo sensorial. Él no sabrá cómo aplicar lo que ha
aprendido en una nueva situación.
60
Van Hiele, P.M. (2004) The Child’s Thought and Geometry in Carpenter, Dossey and
Koehler (Eds.) Classics in Mathematics Education Research. USA: NCTM. Págs. 60-
66.
(Traducción de Mariana Sáiz Roldán para la MDE de UPN).
maestro tiene cuidado de que estas discusiones usen los términos habituales. Es durante
esta tercera fase que el sistema de relaciones se va formando de manera parcial.
La cuarta fase es la de la orientación libre. El campo de la investigación es casi
conocido totalmente, pero el estudiante todavía debe de ser capaz de encontrar ahí su
camino rápidamente. Esto se logra dándoles tareas que deban ser completadas de
diferentes maneras. Toda clase de señales se colocan en el campo de la investigación:
ellos muestran el trayecto hacia los símbolos.
La quinta fase es la de integración: el estudiante se orienta a sí mismo, pero debe
todavía adquirir un panorama completo de todos los métodos que están a su disposición.
Así que trata de condensar en un solo dominio lo que su pensamiento ha explorado. En
este punto, el maestro puede ayudar con su trabajo elaborando compendios globales. Es
importante que estos compendios no presenten a los estudiantes nada nuevo, deben ser
un resumen de lo que el estudiante ya sabe solamente.
Al final de esta quinta parte un nuevo nivel de pensamiento se alcanza. El estudiante
tiene a su disposición un sistema de relaciones que están relacionadas al dominio
explorado completo. Este nuevo dominio de pensamiento, que ha adquirido su propia
intuición se sustituye por el dominio que se tenía antes, el cual tenía una intuición
completamente diferente.
La objetividad de las matemáticas descansa en el hecho de que los nuevos sistemas de
relaciones son acordados entre diferentes personas. Los nuevos símbolos están ligados a
las mismas relaciones por muchas personas. Si uno decide que el objetivo de la
educación debiera ser unificar el sistema de relaciones, uno podría restringirse a que
esto sea aprendido. Y el estudiante parecería entender el razonamiento perfectamente,
ya que llegaría a conclusiones correctas basado en su sistema de relaciones. Pero esto no
significa que él le adjudicará el mismo significado que su cuestionador. Este
significado no se puede apartar del lenguaje usado, depende también de las experiencias
que llevaron a la formación del sistema de relaciones, esto es, depende de lo que
sucedió en un nivel de pensamiento más bajo.
Si uno no toma el contenido de los símbolos en consideración, sino sólo las relaciones,
uno podría decir que desde un punto de vista matemático, todo es perfecto. El estudiante
es capaz de manejar el sistema de relaciones de deducción sin errores. Pero desde un
punto de vista pedagógico y didáctico, y desde el punto de vista social, ¡uno ha
equivocado al estudiante! Uno ha cometido un error pedagógico porque uno ha robado
al estudiante la ocasión de hacer real su potencial creativo. Desde el punto de vista
didáctico, uno se ha negado a permitir que el estudiante descubra cómo explorar nuevos
dominios de pensamiento por sí mismo. Finalmente, uno ha confundido a la sociedad
porque ha provisto a los estudiantes con una herramienta que ellos pueden manipular
solamente en situaciones que ya ha estudiado.
La teoría de los niveles de pensamiento lleva a las siguientes conclusiones importantes.
Uno ha sido capaz de ver que los niveles de pensamiento son inherentes al pensamiento
mismo; así que no son solamente la preocupación de aquellos que se ocupan de la
didáctica. Los niveles de pensamiento tienen, por ejemplo, una cierta importancia para
las matemáticas mismas. Uno solamente puede expresarse claramente a sí mismo en
61
matemáticas cuando uno usa los símbolos que pertenecen a su propio nivel. Si uno
manipula funciones, es de poca importancia que estén definidos por la expresión f(x) o
por la ecuación y=f(x). Uno aprende a reconocer la función mientras la usa y fuera de
esta actividad fluye el contenido de la noción de función. Si uno se pregunta a sí mismo
en un nivel más alto, las cuestiones de qué es una función, o que es lo que realmente
está haciendo, uno llegará a la conclusión de que lo que está haciendo es aparear
elementos x con elementos f(x). La función no se define por f(x), ni por y=f(x), sino
más bien por la simbolización de emparejar que uno puede representar, si uno quiere,
por f. Los errores resultantes de tratar una definición en un nivel más bajo de
pensamiento, o de explotar una estructura contenida explícitamente en una actividad,
antes de que se haya vuelto algo suficientemente familiar. Porque este intento está
condenado al fracaso, uno se limita solamente a representar ya sea el resultado de la
acción, f(x), o la acción misma, y=f(x). Este error no es solo didáctico, sino también
teórico. (Este ejemplo lo tomé de una conversación con el profesor Freudenthal).
Uno comete un error análogo cuando uno trata de construir un sistema de axiomas
usando símbolos que pertenecen a un nivel de pensamiento que es demasiado bajo. Los
sistemas de axiomas pertenecen al cuarto nivel, donde uno de hecho ya no pregunta:
¿qué son los puntos, líneas, superficies, etc.? En este cuarto nivel, las figuras se definen
por símbolos acotados por sus relaciones. Para encontrar su contenido apropiado es
necesario regresar a los niveles más bajos donde el contenido de estos símbolos pueda
ser percibido. Pero con este contenido, estos símbolos pertenecen a un sistema de
relaciones que no puede ser axiomatizado porque no puede tener relación directa con la
lógica.
Así como un niño aprende sólo aprende su lengua materna aplicando reglas
gramaticales (que se deducen del uso común), él sólo aprende matemáticas aplicando
reglas matemáticas. Estas reglas sólo se vuelven firmes, esto es, se hacen explícitas,
cuando uno se cuestiona a sí mismo acerca de las actividades desplegadas en un nivel
más bajo. Es de esta manera como todas las reglas se forman, aun las reglas de la lógica
formal. La aplicación de reglas es importante, pero la regla de aplicación reside sobre
todo en la exploración de nuevos dominios que están alrededor de aquellos para los
cuales las reglas y las leyes pueden ser desarrolladas.
Dos o más personas pueden entenderse una a la otra en un área específica de
pensamiento cuando usan un lenguaje en el cual experimentan las mismas relaciones
entre los signos lingüísticos. La certeza de las matemáticas está basada en la manera
infalible en que el lenguaje matemático puede ser usado. El “matemático sobre todas las
cosas” puede estar muy contento con esto: EL LENGUAJE es todo para él, y a él poco
le importa lo que representa un símbolo para los otros. (¡Piénsese solamente en la
dualidad punto-línea en el plano proyectivo!)
No hay ningún problema desde el punto de vista algorítmico. Pero si uno está
preocupado también por saber si el acuerdo seguirá ocurriendo cuando el campo de la
investigación se amplíe, es deseable examinar hasta dónde los símbolos usados por los
cuestionadores tienen una base común. No es suficiente entonces aprender los símbolos
lingüísticos y sus relaciones, sino que será necesario iniciar con el mismo material del
nivel más bajo y ver si uno tiene éxito, empezando desde ahí, para desarrollar los
mismos dominios de símbolos de niveles más altos.
62
Van Hiele, P.M. (2004) The Child’s Thought and Geometry in Carpenter, Dossey and
Koehler (Eds.) Classics in Mathematics Education Research. USA: NCTM. Págs. 60-
66.
(Traducción de Mariana Sáiz Roldán para la MDE de UPN).
64
Van Hiele, P.M. (2004) The Child’s Thought and Geometry in Carpenter, Dossey and
Koehler (Eds.) Classics in Mathematics Education Research. USA: NCTM. Págs. 60-
66.
(Traducción de Mariana Sáiz Roldán para la MDE de UPN).
65