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República Bolivariana De Venezuela.

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Superior.


Universidad Nororiental Privada “Gran Mariscal De Ayacucho”.
Núcleo: Ciudad Guayana.
Cátedra:: Derechos Humanos..
Sección: 3-D-1-P.

POSITIVACIÓN Y
EVOLUCIÓN
HISTÓRICA DE LOS
DERECHOS
HUMANOS.

Profesor: Alumno:
Jesús Osuna. Gerardo Mares.
TEMA 2

Positivación y Evolución Histórica de los Derechos Humanos.

LA ANTIGÜEDAD..

1- La Tracción Anglosajona.

Los países anglosajones fueron pioneros en la puesta en práctica de


medidas ambiciosas de reforma del Sistema de la Administración
Pública. De hecho, su modelo ha sido fuente de inspiración para otras
experiencias desarrolladas en contextos diferentes.
En líneas generales, los países de habla inglesa comparten una
estrategia radical de reforma de la Administración Pública basada en la
doctrina del New Public Management. Desde el punto de vista teórico, se
asumen los esquemas de la teoría de la elección pública que propugna la
desburocratización de los sistemas públicos y la recuperación del control
administrativa, se parte de los postulados de los estudios de
management en su variante norteamericana, que sostienen la
superioridad de la gestión privada sobre la pública. Ambas vertientes son
igualmente significativas, la búsqueda de la eficiencia va acompañada
del objetivo de garantizar la responsabilidad administrativa ante el poder
político (Keraudren, 1998). Sin embargo, esta doble inspiración no está
exenta de tensiones e incluso contradicciones que afectan a elementos
sustanciales de la gestión pública. Se ha señalado, por ejemplo, la
confusión existente en torno al dilema centralización- descentralización,
ya que no resulta fácil hallar un equilibrio entreel control por parte de los
responsables políticos, propugnado por la teoría de la elección pública, y
la necesaria autonomia de las diferentes unidades administrativas,
defendida por la doctrina del management. En efecto, si el paradigma de
la elección pública sugiere un reforzamiento de la dirección política de las
agencias gubernamentales, las fórmulas gerenciales acentúan la
flexibilidad y capacidad de iniciativa de los gestores. Esta tensión en los
principios inspiradores de la gestión pública anglosajona debe ser tenida
en cuenta para explicar sus resultados (Aucoin, 1990).
Las grandes principios que explican el programa de reforma del servicio
público australiano lanzado en 1996 pueden servir como síntesis de la
consideración de la gestión pública en el ámbito anglosajón (OCDE,
1998).
 La gestión de los servicios públicos debe basarse en los mismos
principios que el sector privado.
 La gestión de recursos humanos en las Administraciones Públicas
debe adquirir una mayor flexibilidad.
 Las distintas organizaciones públicas deben ser responsables de
su funcionamiento y deben tener la mayor autonomía posible sobre
la gestión financiera y de recursos humanos.
 Los procedimientos administrativos que derivan de las obligaciones
legales y que imponen elevados costes a la Administración deben
ser suprimidos.
 El concepto de Administración Pública como mercado de trabajo
homogéneo definido en términos de estándares de empleo
comunes debe ser superado.
 La ética y los valores que distinguen a las Administraciones
Públicas deben ser mantenidos.

Partiendo de estos principios, los procesos de reforma de los países


anglosajones se caracterizan por su mayor ambición reformadora en
relación con otros ámbitos culturales. El caso británico es una referencia
obligada, una vez que todas las reformas ligadas al movimiento de la
Nueva Gestión Pública comenzaron mucho antes que en el resto de los
países y el carácter difusor de sus reformas es generalmente aceptado.
El movimiento reformador británico ha sido identificado en ocasiones con
los gobiernos de Thatcher. Sin embargo, su alcance desborda este
período histórico y puede sostenerse, por el contrario, la continuidad de
un importante impulso político dirigido a la reforma del servicio público en
las tres últimas décadas, impulso del que participan igualmente los
gobiernos laboristas del periodo.

LAS REVOLUCIONES.

2- Liberal-Burguesa.

Lo que existe en el siglo XVIII ya no vale. La sociedad parece que hace


agua. Desde el punto de vista internacional se busca un orden europeo,
un sistema de equilibrios basado en los acuerdos y alianzas entre países
que originarán todo un proceso de encuentros en territorios europeos y
coloniales. La historia contemporánea se va a caracterizar por la
búsqueda de ese orden, de ese equilibrio: Napoleón, Congreso de Viena,
revoluciones, guerra franco-prusiana, Sociedad de Naciones, etc.
Desde el punto de vista social se produce una división importante entre
grupos de privilegiados y no privilegiados. El paso al nuevo régimen
consiste en el paso de una sociedad estamental cerrada a una sociedad
clasista abierta. La sociedad estamental tiene su base en los privilegios.
Los privilegiados forman un grupo hermético, un Estado, que marcan los
límites de su propia actividad. Disfrutan del monopolio de ciertas
actividades: política, administración, sociedad, etc. Son privilegios desde
el punto de vista económico. Esta sociedad hará también que los
privilegiados están fuera del marco legal. La ley no se aplica a todos.

En el siglo XVIII la sociedad se va a ir modificando. Las funciones que


tradicionalmente desempeñaban este grupo de privilegiados pasaron a
otro tipo de personas. La existencia de una baja nobleza, de una nobleza
de toga, permitirá el ascenso de nuevas gentes preparadas y separadas
de los antiguos y viejos linajes. La nobleza antigua no tiene conciencia de
grupo. Ello permitirá la apertura de brechas por donde se introducirán
personas con más claros objetivos, intereses, etc. La nobleza no
presenta una alternativa para hacer frente a estos individuos.
La situación del clero es distinta según los países. Donde no triunfa la
Reforma se mantienen todos los privilegios y situaciones (p.ej. las
capellanías de sangre: para disfrutar de las rentas que un antepasado
había dejado. Se les separaba de la cura de almas). Dentro del clero hay
una gran diferencia entre campo y ciudad. En el siglo XIX asistimos a
procesos anticlericales que tienen su origen en el alejamiento del clero
urbano. En el campo el clero está próximo a los campesinos. Han
capitaneado los movimientos de protesta y se encuentran muy pegados a
la sociedad rural. En la ciudad residen los curas más ricos, aliados con el
poder y que representan la opresión.
En Francia se da también el hecho de que la jerarquía eclesiástica
proviene de la nobleza. En España es más popular.
Los poderes públicos van a intentar activar la vida de las órdenes
religiosas. El mismo concepto de inutilidad va a transmitirse a gran parte
de las órdenes. En Francia se llegarán a suprimir los conventos en 1809.
Desde el punto de vista de la hacienda está caracterizado por la
coexistencia de dos instituciones que perciben rentas: la corona y la
Iglesia. Esta dualidad de perceptores pervivirá durante todo el Antiguo
Régimen. Dualidad también en cuanto la territorialidad. Están sometidos
a distinto régimen: común y foral. Dualidad en cuanto a las personas:
privilegios o no.
Este proceso de dualidades acaba convirtiéndose en una fuente de
conflictos. A finales del XVIII y principios del XIX hay debilidades de la
Corona. Se resiste a incrementar la fiscalidad pero sin tocar a los
privilegiados. Se nos plantea un conflicto de difícil solución.

3- La Revolución Americana.
La independencia de los Estados Unidos se inició no con la Declaración
de la Independencia de julio de 1776, sino mucho antes con eventos que
reflejan, para los colonos americanos, la importancia de ideas tales como
el autogobierno y el manejo de sus finanzas. Fue la defensa de estas
ideas por parte de una clase privilegiada económica y socialmente en el
nuevo mundo lo que llevó a la independencia de los Estados Unidos. En
consecuencia, si bien la independencia americana data de 1776, ésta es,
en realidad, el resultado de la adopción, por parte de los colonos, de
ideas liberales tanto económicas como sociales, mucho antes de 1776.

La historia de los Estados Unidos de América empezó en el siglo XVII


con la fundación de las colonias de Jamestown en Virginia y la llegada de
los peregrinos puritanos a Massachusetts en 1620. Estos últimos
desembarcaron en Plymouth y establecieron el Pacto del Mayflower, un
acuerdo para la convivencia mutua en el cual los nuevos pobladores
acordaban, entre ellos, las leyes por las cuales se iban a gobernar y, más
importante aún, acordaban regirse por un sistema de gobierno en el cual
ellos mismos eran los encargados de elegir a sus gobernantes, no la
corona inglesa. Este sistema se mantuvo a medida que las colonias
crecían y que los colonos migraban hacia nuevas tierras.

El Pacto del Mayflower constituyó la primera piedra de un sistema de


autogobierno, limitado solo por sus propias leyes y basado en la
representación política. Un sistema que fomentó la creación de
asambleas legislativas en cada colonia y el desarrollo de una actividad
política local que hizo de “los colonizadores, herederos de la tradición del
hombre inglés en su larga lucha por la libertad política [y con derecho a]
gozar de todos los beneficios de la Carta Magna y del derecho
consuetudinario”1, que regía en Gran Bretaña en el siglo XVII. De este
modo, el Pacto del Mayflower se convirtió en el precursor filosófico y
político de la declaración de independencia.

Además del Pacto del Mayflower, el poder de los colonos se reflejó, de


manera aún más contundente, en las asambleas legislativas, cuyos
miembros eran elegidos de manera directa por los colonos. Éstas tenían
a su cargo no sólo la elaboración de las leyes sino también el velar
porque los dineros recaudados en la colonia se utilizaran de la mejor
manera posible, según los intereses de la misma. Este hecho reforzó la
idea de autogobierno en las colonias.

4- La Revolución Francesa.
La Revolución Francesa fue un proceso social y político que se desarrolló
en Francia entre 1789 y 1799 cuyas principales consecuencias fueron la
abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República,
eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen.

Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio


y monarquía durante 75 años después de que la Primera República
cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que
la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un
nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas
populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país.

La Revolución Francesa fue producto de muchos factores internos y


externos que tuvieron mucha importancia a la hora de la manifestación
en general, que estos hechos fueron provocados por el desequilibrio de
la nación en cuanto a aspectos económicos, sociales y culturales; ya que
no todos estaban en condiciones de igualdad, sin embargo se ha
establecido que la actividad revolucionaria comenzó a gestarse cuando
en el reinado de Luis XVI (1774-1792) se produjo una crisis en las
finanzas reales, debido al crecimiento de la deuda pública. Es importante
mencionar que a pesar de que Francia era un país con una economía en
expansión, tenía una estructura social conflictiva y un estado monárquico
en crisis. De hecho, puede hablarse de una crisis del Antiguo Régimen
en toda Europa Occidental, pero en el Estado francés se torna en la
causa principal de la crisis del campo y los levantamientos campesinos,
además de la existencia de una burguesía que había adquirido
conciencia de su papel en cuanto a los cambios que necesitaba la
sociedad francesa de aquel entonces.

Existía así también una oposición generalizada contra reglas económicas


y sociales que favorecían a grupos privilegiados, tal como se indica en la
cita siguiente: “la mayor parte de la población estaba descontenta a
causa de la pobreza y la obligación de pagar impuestos elevados” a ello
se sumaba la situación del Estado francés, el cual padecía una grave
crisis financiera; gastaba mucho más de lo que ingresaba, en parte
debido al apoyo económico enviado por el gobierno a las 13 colonias
inglesas en la guerra de independencia y por el costo elevado que
representaba la manutención de los grupos privilegiados.

Durante el reinado de Luis XV y Luis XVI, diferentes ministros, trataron


sin éxito de reformar el sistema impositivo y convertirlo en un sistema
más justo y uniforme. Tales iniciativas encontraron fuerte oposición en la
nobleza, que se consideraba a sí misma garante en la lucha contra el
despotismo. Dichos ministros tras un estudio detallado de la situación
financiera, determinaron que ésta no era sostenible y que se precisaba
llevar a cabo reformas importantes. Proponían un código tributario
uniforme en lo concerniente a la tenencia de tierras.

En términos generales fueron varios los factores que influyeron en la


Revolución: un régimen monárquico sucumbiendo a su propia rigidez en
un mundo cambiante; el surgimiento de una clase burguesa que cobraba
cada vez mayor relevancia económica y el descontento de las clases
más bajas, junto con la expansión de las nuevas ideas liberales que
surgieron en esta época y que se ubican bajo la rúbrica de la Ilustración,
que de alguna manera tenía un gran contenido de la ideología masónica
que se fundamentaba en el racionalismo. La Masonería que es una
ideología humanista proveniente del racionalismo y el naturalismo. Según
ella, la "naturaleza" está guiada por la razón que lleva por si sola a toda
la verdad y, consecuentemente, a la "libertad, igualdad y
fraternidad".Este debía ser el "novus ordo seculorum" un nuevo orden
secular. La filosofía masónica es precursora de la Revolución Francesa e
influye mas tarde en la filosofía comunista.

Desde el punto de Vista Social: se tiene el auge de la burguesía, con un


poder económico cada vez más grande y fundamental en la economía de
la época. El odio contra el absolutismo monárquico se alimentaba con el
resentimiento contra el sistema feudal por parte de la emergente clase
burguesa y de las clases populares.

Desde el punto de Vista Político: Un estado anclado en un sistema


absolutista que no respondía a las exigencias de una realidad cambiante,
donde se rechazaba la separación de los poderes del estado que trajo
como consecuencia el estancamiento de la sociedad.
Desde el punto de Vista Ideológico: tuvo importancia la extensión de
nuevas ideas producto del periodo de Ilustración “los conceptos de
libertad política, de fraternidad y de igualdad, o de rechazo a una
sociedad dividida, o las nuevas teorías políticas sobre la separación de
poderes del Estado.” fueron las nuevas ideas expuestas por los
exponentes del periodo de la Ilustración: Mostequieu, Voltaire y
Rousseau que encontraron eco en la sociedad francesa, todo ello fue
rompiendo el prestigio de las instituciones del Antiguo Régimen y
ayudaron a su derrumbe.

5- La Revolución Latinoamericana.
Tal vez sean las historias de los procesos y las revoluciones
independentistas en América Latina las que mayor tinta y papel han
ocupado en la historiografía profesional del continente, desde sus
orígenes a finales del siglo XVIII hasta nuestros días. Y no cabe duda
que en estos últimos años, en los que se han celebrado los bicentenarios
de dichas gestas a diestra y siniestra, tal historiografía ha aumentado
considerablemente, dado el afán conmemorativo que puebla tanto a los
estados liberales como conservadores de este gigantesco territorio. En
estas revisiones se han dado cita grandes intelectos, puntuales
ensayistas y literatos, pero sobre todo figuras relevantes en la
justificación estatista y la edificación de mitos nacionales. Justo es decir,
sin embargo, que la construcción del propio conocimiento científico-
histórico ha tenido desde luego aportaciones regionales abundantes de
primer orden, que han pretendido aproximaciones un tanto más acordes
con las necesidades de nuestros tiempos, y también han sido capaces de
replantear algunas de las muchas leyendas e invenciones frecuentadas
por las versiones "oficiales".

En ese sentido asistimos hoy en día a una especie de boom del


quehacer historiográfico relativo a la contribución de nuevos enfoques y
reflexiones en torno de los procesos independentistas regionales en
América Latina. Sin embargo las visiones de conjunto, es decir, aquellas
historias que incluyen dos o más territorios en la mira, lamentablemente
no han sido tan recurrentes. Cierto que abundan las historias
fragmentadas: aquellas que recogen los trabajos de diversos autores
sobre un solo tema o región en compendios o colecciones. Pero aquellos
esfuerzos holísticos, realizados bajo una mirada individual y una sola
pluma, o un solo estilo de hacer historia, lamentablemente no han sido
tan abundantes. Aquellos esfuerzos que incluían las visiones
enciclopedistas clásicas de la posguerra o el espíritu unitario
latinoamericano de los años sesenta y setenta, no parecen ser tan
recurrentes como lo fueron antaño los trabajos de Edmundo O'Gorman y
Silvio Zavala, o más adelante los de Tulio Halperín-Donghi o los de
Eduardo Galeano.

Por eso no hay que escatimar la bienvenida a un libro como el de Stefan


Rinke que ahora se pretende reseñar. Es de entrada una historia
ambiciosa de amplia cobertura latinoamericana, con múltiples aciertos y
adelantos, capaz de ofrecer no sólo reflexiones y comparaciones por
demás sugerentes, sino que tiene la enorme virtud de presentar una
mirada fresca e innovadora sobre aquellos procesos tan manipulados y
manoseados en el último par de años por tirios y troyanos. En este
trabajo aparecen constantemente referencias secundarias muy
contemporáneas y poco utilizadas por los propios latinoamericanistas,
especialmente aquellas que provienen de las reflexiones realizadas en el
mundo académico centro-europeo y angloamericano. Sin embargo no
desdeña las fuentes emanadas del quehacer hispanoamericano, y un
ejercicio constante de diálogo entre autores del más variado talante y
origen puede testimoniarse entre las líneas de este espléndido trabajo.
Tan sólo por eso, se puede pensar que este libro es de entrada una
relevante contribución para los propios lectores latinoamericanos,
europeos, anglosajones, africanos, asiáticos y demás pobladores de este
malogrado y febril globo terráqueo.

6- La Controversia Jellinek-Boutmy en torno al origen moderno de los


derechos humanos.

Esta controversia se dio entre el alemán Georg Jellinek y el Francés Emile Boutmy a
principios del siglo XX, el origen de esta polémica se encuentra en la Tesis central de
Jellinek , que cuestiona la idea de que la Declaración del Hombre y del Ciudadano
es un producto que le pertenece a Francia, este considera que es un producto
completamente Anglosajón, que se origina en las colonias inglesas de
Norteamérica, en lo cual recibe una respuesta por parte de la academia francesa:
Emile Boutmy quien no tarda en escribir un texto desestimando la tesis de Jellinek en
el cual señala que la declaración del hombre y del ciudadano es el resultado del
pensamiento del siglo de las luces europeo.

7- La Justicia Social.

La justicia social es un concepto complejo que abarca temas como


la igualdad social, la igualdad de oportunidades, el Estado de
bienestar, la pobreza, las reivindicaciones laborales, el feminismo,
entre muchos otros, que tienen como norte común la construcción de
una sociedad más equitativa y menos desigual.

Según algunos estudiosos del tema, la justicia social vendría a ser


más o menos lo propuesto por Aristóteles en su “justicia distributiva”.
Es decir que es lo correcto o justo en la repartición de los bienes
dentro de una sociedad.

No existe un origen definido de este término, ya que los reclamos por


una sociedad más justa datan desde los albores de la humanidad. Sin
embargo, hay evidencias tempranas de reclamo por “justicia social”
como una obligación de los monarcas europeos del siglo XVIII, en
artículos de la época de la Ilustración, donde apareció como sinónimo
de mayor justicia en la sociedad.

Desde entonces, diversos pensadores católicos del siglo XIX se


hicieron eco del término, en especial los fundadores de la Doctrina
Social de la Iglesia. Varias décadas después también lo hicieron los
socialistas fabianos, quienes heredaron este concepto a la
socialdemocracia.

No Características de la justicia social

La justicia social puede ser comprendida de distintas formas pero


siempre gira en torno a la idea de que las sociedades deben cambiar
para mejor, es decir, hacia sociedades más justas en el reparto de sus
riquezas. Apunta a disminuir los márgenes de exclusión y discriminación,
y a combatir la pobreza y la desigualdad entre los ciudadanos.

Muchas y muy diversas organizaciones políticas toman este término


como bandera, pero, obviamente, el dilema radica en cuáles son las vías
para adquirir una mayor justicia social.

Existe quien entiende por ello la acción revolucionaria de redistribución


forzosa del poder. Otros, por el contrario, proponen un proceso de
reforma paulatina que amplíe derechos y apueste por una sociedad más
progresista. Otra alternativa sería la defensa del Estado de bienestar y de
una democracia con fuerte inversión social de parte del sector público.

En conclusión, no existe un conjunto de características únicas que


definan lo que es la justicia social universalmente.

Importancia de la justicia social

La importancia de la justicia social no puede recalcarse lo suficiente, al


menos si se tiene la intención de vivir en una sociedad pacífica y
desarrollada.

La desigualdad, la pobreza y los resentimientos que conllevan, son un


caldo de cultivo para la violencia, el populismo y otras dificultades
político-sociales. Ninguna sociedad puede sostenerse sobre el
sufrimiento masivo y la falta de oportunidades de la mayoría.

Principios de la Justicia Social.

Los principios de la justicia social no son universales ni siempre los


mismos. Pero a grandes rasgos, pueden resumirse en:
 Igualdad social. La igualdad social no es la forzosa equiparación
del estatus social y económico de los miembros de una sociedad,
sino la garantía de que todos, sin exclusión, puedan realizarse en
el ejercicio de sus derechos humanos, civiles, políticos, sociales y
económicos, lo cual incluye la igualdad ante la ley y la igualdad de
oportunidades.

 Igualdad de oportunidades. Como su nombre lo indica, se refiere


a que la sociedad garantice que la clase o estrato social en el que
los individuos nacen no defina fatalmente su destino, o sea, que a
pesar de haber nacido pobres, los ciudadanos tengan las mismas
oportunidades de desarrollo y de sacar provecho a sus dones
naturales que las demás clases sociales.

 Estado de bienestar. Este es un concepto de las ciencias


políticas según el cual sería el Estado el encargado de proveer
de servicios a sus ciudadanos, para cumplir con sus derechos
sociales, apuntando a una sociedad más igualitaria.

 Redistribución de la renta. Se trata de enfrentar la desigualdad


del ingreso económico dentro de una sociedad determinada,
repartiendo las rentas económicas de un modo menos desigual,
para otorgar más recursos a quien más los necesita. Ello puede
hacerse de muchos modos, siendo el más usual las ayudas
sociales.

 Defensa de los derechos laborales y sindicales. Esto implica la


protección de sindicatos, uniones de trabajo y otros modelos
gremiales que permitan a los trabajadores un margen de defensa
ante la explotación y la desigualdad económica, lo cual se
convierte en un tema de poderes entre patrono y trabajadores. El
Estado, entonces, estaría llamado a servir de mediador en la
materia.

Ejemplos de justicia social


Algunos ejemplos de políticas inspiradas en la justicia social son los
siguientes:

 Leyes de protección de la mujer. La violencia de género ha


existido desde siempre, y erradicarla puede ser sumamente difícil,
ya que se requiere de un cambio cultural, no sólo social. Esto exige
una combinación de leyes punitivas contra el feminicidio y la
violencia sexual, para favorecer
la educación en valores de igualdad de género y para prohibir
prácticas violentas hacia la mujer (como la mutilación genital
femenina).

 Planes de becas para el estudio. Disponibles para los alumnos


más aventajados provenientes de los sectores de menores
recursos, como una forma de incentivar el estudio y recompensar
el esfuerzo en los sectores más vulnerables.

 Legislación del matrimonio igualitario. El matrimonio es la


institución base de la sociedad, y en ese sentido su extensión
hacia la comunidad homosexual no sólo es lógica y necesaria, sino
que llega bastante tarde en la sociedad moderna. Garantizar a las
parejas homosexuales los beneficios legales del matrimonio no
sólo es legítimo, sino que no contradice en absoluto las posturas
religiosas o conservadoras al respecto, ya que se trata de un acto
laico, no religioso.

Justicia social y equidad

La justicia social se plantea como uno de los caminos hacia la


equidad, entendida como la repartición más justa de las riquezas de una
sociedad, dando a cada quien lo que merece y necesita, de modo de
construir una sociedad menos desigual.

Para ello es necesaria la inversión de los recursos en el fomento del


crecimiento de los sectores menos privilegiados, aquellos que nacen en
la pobreza y que requieren más atención que los medios y altos. De esa
manera, la sociedad podrá premiar el esfuerzo y no el lugar de
nacimiento.

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