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Universidad Autónoma de Baja California

Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales


Licenciatura en Psicología
Psicología Educativa

Trabajo final: Intervención educativa sobre empatía


en niños de 5° grado de primaria

Alumnos:
● Aragón Ortega Azalea
● Valles Chávez Dulce Saraí 343596
● Vásquez López Edith Gisela 342767

Grupo:
● 471

Maestra:
Martha Esther Ruiz García

Ensenada, Baja California, a 28 de mayo de 2018.


1. INTRODUCCIÓN
1.1 Planteamiento del problema
En el ser humano, la etapa de la niñez intermedia -la cual abarca desde los
6 hasta los 12 años de edad- es relevante desde el punto de vista psicológico
dado el desarrollo producido particularmente en las áreas cognitiva y socioafectiva
a las cuales contribuye en una gran parte la educación escolar. Es decir, el niño al
acudir regularmente a clases -en las cuales invierte entre 4 y 6 horas diarias
durante aproximadamente 200 días anuales- no sólo aprende a leer, escribir y
hacer operaciones matemáticas -los cuales son aspectos relacionados con la
parte cognitiva-, también adquiere conocimientos, valores y destrezas que le
permitirán comprender la cultura y el entorno a los cuales pertenece -así como
formarse una concepción de otros ajenos a él- y desenvolverse con otras
personas de una manera adecuada (Padua, 2006), lo cual se logra mediante la
adquisición de competencias de tipo socioemocional, entre las cuales se
encuentran la empatía, que es la habilidad para “comprender los sentimientos y
emociones de los demás, basada en el reconocimiento del otro como similar”
(Arán Filippetti, López y Richaud, 2014) y la conducta prosocial, que es todo
comportamiento ejecutado en pro de otras personas (como se cita en Roche,
1995).
Un estudio acerca de la empatía y de la conducta prosocial necesita un
largo y claro procedimiento para dar a conocer dichas definiciones; desde tiempos
atrás se ha hablado acerca de dicho tema (Mead, 1934; Piaget, 1932), pero a lo
que se da a observar, hoy en día no existe un claro concepto de lo cual abarca la
empatía, el problema anteriormente mencionado hace más énfasis en la etapa
adolescente; por este motivo nos dimos a la tarea de realizar un taller intentado
aclarar la definición de ambos conceptos.

1.2 Justificación
Es importante el que se lleve a cabo una intervención que aborde temas
tales como la empatía y la conducta prosocial, dados los beneficios psicológicos,
emocionales y sociales que éstas reportan en los niños, al igual que en personas
de otras edades, tanto para sí mismos como para quienes los rodean.
Con respecto a la empatía, según se cita en Sáenz (2017), contribuye a
forjar mejores relaciones sociales, personales y laborales. Quienes son empáticos
tienden a tener una mayor cantidad y calidad de amistades y a mostrar una mayor
disposición para el trabajo en equipo; en el caso de los niños esto puede aplicarse
de manera que tiendan a tener más y mejores amigos y a ser más colaborativos
en las tareas en equipo en la escuela. Asimismo, a brindar ayuda eficaz a otras
personas y a solicitarla y recibirla cuando es necesario, a experimentar menor
sensación de soledad, a solucionar conflictos de forma asertiva, es decir, sin
recurrir a la violencia pero tampoco a adoptar actitudes sumisas, a alegrarse por el
bienestar de los demás y a ser sensibles con ellos cuando experimentan dolor.
Y con respecto a los beneficios de la conducta prosocial, ésta ayuda a que
el niño interiorice las reglas sociales de manera que logre un mejor ajuste a su
ambiente a través del sentido de responsabilidad individual y social, la cual a su
vez ayuda a ser receptivo y sensible a las necesidades de los demás. Asimismo,
aumenta las posibilidades de obtener éxito social y académico, es decir, de tener
un mejor desempeño interpersonal y escolar. Además mejora la salud psicológica
al promover una mayor autonomía o capacidad de tomar decisiones adecuadas,
organización y autoconfianza (como se cita en Araque et al., 2015). Todo lo
anterior contribuye a la construcción de un favorable clima escolar, el cual es
importante para un sano desarrollo del niño.

1.3 Objetivos
Mediante la intervención se pretende conocer y ampliar la noción de los
alumnos acerca de los conceptos “empatía” y “conducta prosocial” para que
posteriormente los vivencien mediante diversas dinámicas dentro del aula.
Asimismo, concientizarlos acerca de la importancia de regular, aceptar y expresar
sus emociones haciendo uso de la asertividad, una habilidad socioemocional.
1.4 Hipótesis
Nuestra hipótesis fue que la conducta prosocial va de la mano con la
empatía que cada uno de los seres humanos debe tener y debe ser conocida
desde la infancia, que estas conllevan una serie de pasos y debemos, como seres
humanos responsabilizarnos de manera personal y social para que la comunidad
en la que vivimos actúe de manera positiva.

1.5 Descripción del contexto institucional


La intervención tiene lugar en el grupo de quinto grado de la Escuela
Primaria General Carlos Reyes Avilés, de tiempo completo, ubicada en la Calle
General Emiliano Zapata #266 en la colonia Adolfo Ruiz Cortines, en la ciudad de
Ensenada, Baja California, México. El plantel está conformado únicamente por 6
grupos -uno por grado escolar-, cada uno compuesto por aproximadamente 33
alumnos. Las aulas son pequeñas y dentro de ellas los alumnos trabajan
repartidos en 7 equipos, los cuales cuentan con sus respectivas mesas y sillas,
asimismo el plantel cuenta con area de juegos pequeña y una cancha en la cual
juegan futbol y basquetbol.

2. Marco teórico
2.1 Empatía: definición e implicaciones
Como se mencionó en un inicio, Arán Filippetti, López y Richaud (2014) la
definen como la destreza de comprender las emociones de otra persona viéndola
como semejante a uno mismo, es decir, considerar que todos los seres humanos
experimentan de una manera similar por ejemplo, la alegría, la tristeza, el enojo,
etc., sin importar las circunstancias bajo las cuales se produzcan. Acorde a lo
anterior, para Ruggieri la empatía es un elemento importante en las esferas
emocional y social, ya que permite responder a estados mentales o afectivos de
otras personas, sea que se perciban de manera directa o se infieran o imaginen,
logrando así ponerse en su lugar.
Garaigordobil y García (2006) sostienen que esta destreza implica tanto
componentes cognitivos como afectivos. De acuerdo con el modelo integrador de
Davis los componentes cognitivos son los siguientes: la toma de perspectiva (el
tratar de entender los motivos y la intensidad o importancia de la situación de la
otra persona así como el contemplar ideas para ayudarle a resolverla) y la fantasía
(el imaginar encontrarse en dicha situación); mientras que los afectivos son la
preocupación empàtica (experimentar estima y compasión por la adversidad del
otro, lo que provoca deseos de auxiliarlo) y el malestar personal (sentimientos de
rechazo a brindarle ayuda y deseos de alejarse de él) (Chaves y Muñoz, 2013). A
mayor medida que se presenten, mayores seràn las posibilidades de manifestar
un comportamiento empático.
Ahora bien, existen varias hipótesis que intentan explicar el origen de la
empatía. Arriagada, Contuliano y Dìaz (2014) citan un estudio de Feshbach y
Bolognini en el cual abordaron 3 teorías sobre este tema. La primera sostiene que
la empatía es una habilidad innata que va gestándose a lo largo de los años
gracias a la influencia de elementos tales como el ambiente, la familia y el nivel
socioeconómico en el que se crece así como la educaciòn recibida; asimismo, que
ha sido altamente útil para la supervivencia de la especie humana. La segunda,
que es aprendida del ambiente en el que se vive y la tercera, que viene de
nacimiento pero que requiere ser fortalecida a lo largo de los años mediante la
educaciòn para así ser capaz de entablar vínculos sanos con las demás personas.
A partir de esto puede apreciarse que no existe un consenso sobre el origen de
esta habilidad.
Con respecto a su desarrollo, de acuerdo a Kohlberg y su teoría del
desarrollo moral dividida en seis etapas secuenciales distribuidas entre los niveles
preconvencional, convencional y posconvencional, la empatía surge a partir de la
tercera etapa denominada como “mutualidad” -que marca el comienzo del nivel
convencional- puesto que es cuando se aprende a ponerse en los zapatos de
otras personas imaginando cómo se quisiera tratado o no y esperando lo mismo
de ellas, después de las primeras dos etapas donde el egocentrismo y el
individualismo caracterizan el comportamiento. Posteriormente, esta habilidad se
refuerza en las restantes 3, donde primero el sistema social influye en la
perspectiva moral, después se procura actuar respetando los acuerdos
establecidos en éste para finalmente, guiarse por normas éticas universales (Ortiz,
2014). Cabe destacar que este proceso empieza alrededor de la adolescencia,
entre los 10 y los 13 años de edad (Universidad Católica Los Ángeles de
Chimbote, s.f.), donde el nivel de razonamiento moral se incrementa para
posteriormente consolidarse en la edad adulta (Palomo, 1989).
Por su parte, Goleman señala que la empatía comienza a desarrollarse
mucho más tempranamente para consolidarse precisamente en esa edad: durante
el primer año de vida el niño imita el comportamiento de otro sin tener conciencia
alguna de las emociones que está experimentando e inmediatamente después y
hasta los 6 años aprenden a distinguir las emociones propias de las ajenas e
intenta reconfortar a quienes se sienten tristes aunque no sepan por qué lo están.
De los 6 a los 10 años adquieren la empatìa cognoscitiva, esto es, la habilidad de
ponerse en la piel de la otra persona y obrar en conformidad con ello y la cual
después pasa a ser abstracta, esto es, esta actitud se extiende a personas que no
pertenecen precisamente al círculo social màs cercano, como los desconocidos
(Ortiz, 2014). Por diferentes que sean estos puntos de vista en cuanto a la edad
de la adquisición de la empatía, ambos coinciden en algo: es en la etapa de la
niñez cuando se construye gracias a la interacción con el ambiente.
En relación a los factores que influyen en la empatía en los niños, estos son
la edad, el sexo, el nivel socioeconómico y la familia: su estructura, el lugar que
ocupan dentro de ella (si son los hijos mayores, los medianos o los menores) y la
crianza que reciben por parte de sus padres. Si los padres se muestran empáticos
con ellos, será más probable que hagan lo mismo con quienes les rodean, que
confíen en sí mismos y se muestren sensatos en sus actitudes (Vásquez, 2017).
Y en lo que a ejemplos de empatía concierne, entre estos están el sentir
ganas de llorar cuando se ve a alguien llorar o tristeza cuando se encuentra a
alguien enfermo (Garaigordobil y Garcìa, 2006), así como el verse afectado por las
emociones de los amigos -por ejemplo, el miedo- y el comprender la felicidad de
cuando uno de ellos tiene éxito en cierta tarea (Gordo, 2016). Todos estos
ejemplos corresponden a la empatía de tipo afectivo excepto el último -que
corresponde a la de tipo cognitivo- y se pueden experimentar por personas de
todas las edades, incluyendo a los niños. De hecho, Vásquez (2014) menciona
ejemplos relacionados por parte de estos últimos, tales como intentar animar con
palabras agradables a sus madres cuando ellas están tristes y sentir pena por un
niño maltratado por uno de sus compañeros, además de denunciar al agresor con
su profesora.

2.2 Conducta prosocial


Abal, Auné, Blum, Félix y Lozzia (2014) citan la definición de este concepto
dada por Olivar en 1998 como “aquel comportamiento que favorece a otra
persona, grupos o metas sociales y aumenta la probabilidad de generar una
reciprocidad positiva, de calidad y solidaria en las relaciones interpersonales o
sociales consecuentes…”. Esto significa, toda acción en pro de uno o varios
individuos con alta posibilidad de que sea correspondida (Moñivas, 1996). No
debe ser confundida con la conducta altruista, la cual implica elementos
motivacionales pues se realiza con el fin de ayudar desinteresadamente a otras
personas, es decir, sin esperar nada a cambio (Amado, Redondo y Rueda, 2013).
Está relacionada con la empatìa, pues esta última impulsa a llevar a cabo
acciones que benefician a los demás (Escartì, Gutiérrez y Pascual, 2011),
considerando su situación.
Zacarías (2014) menciona en su trabajo Prácticas parentales, empatía y
conducta prosocial en preadolescentes las 4 categorías propuestas por González
Portal en 2000 de conducta prosocial: ayuda directa/indirecta, solicitada/no
solicitada, identificable/no identificable y en situaciones de emergencia/no
emergencia. La primera se refiere a si el observador brinda auxilio personalmente
al afectado o pide a alguien más que lo haga por él; la segunda a si el observador
reacciona ante una petición de auxilio o si decide hacerlo por cuenta propia sin
que ésta se presente; la tercera a si existe una interacción presencial entre quien
presta el auxilio y el afectado o si se piensa que hay observadores reales o si se
identifica de manera inmediata o no a quien prestó el auxilio; y la cuarta a si la
situación representa o no una amenaza grave para el afectado. Mediante dichas
categorías es posible evaluar e identificar el tipo de situación presentada y la clase
de auxilio prestado por los observadores, sin importar su edad.
Con respecto a los factores que influyen en la conducta prosocial
particularmente en los niños, destaca la relevancia del ambiente familiar y social
en el que crecen. En especial, un adecuado vínculo entre los niños y sus padres
-puesto que brinda la confianza y seguridad necesarios para forjar relaciones
interpersonales estrechas y de ayuda- además de una imagen y expectativas
positivas sobre quienes les rodean tienen mayores probabilidades de ejecutar
conductas de este tipo así como las altruistas. En cambio, quienes se han criado
en un ambiente con serias carencias afectivas y/o económicas (situaciones de
maltrato, abandono y/o pobreza) tienden a usar mecanismos de defensa ante la
angustia que esta situación les genera, lo cual genera dificultades en la realización
de dichas conductas (Vásquez, 2017).
Y en lo que a ejemplos de conducta prosocial se refiere, algunos de estos
son el involucrarse activamente en causas sociales (por ejemplo, el cuidado del
medio ambiente), participar en campañas de ayuda, auxiliar a quienes se hallen en
emergencias, cooperar con las labores domésticas en la propia casa o en la de
alguien más y entender los motivos de otra persona en una situación determinada,
entre otras (Moñivas, 1996). Al igual que los ejemplos de empatía mencionados
con anterioridad, estos pueden realizarse por personas de prácticamente todas las
edades, incluso los niños.

2.3 Habilidades socioemocionales


Estas habilidades se relacionan con el concepto de inteligencia emocional,
definido por Salovey y Mayer “como la capacidad de controlar los sentimientos y
las emociones propias, así como los de los demás, de discriminar entre ellos y
utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones”
(como se cita en González, 2014). Esto significa que es la capacidad de gestionar
las propias emociones, lo cual contribuye a ser responsable al actuar, asi como
formar relaciones interpersonales más sanas y a fortalecer el autoestima e implica
aspectos tales como la percepción, la facilitación del pensamiento, la comprensión
y el manejo emocionales.
La percepción es el captar tanto las emociones ajenas como propias
mediante la observaciòn del lenguaje no verbal (por ejemplo, los gestos faciales, la
voz, etc.), mientras que la facilitación del pensamiento corresponde a vincular las
emociones con otras sensaciones o enfocar el pensamiento hacia lo más
importante. La comprensión se refiere a ser capaz de entender y asignar un
nombre a las emociones y el manejo, a la habilidad de controlarlas y expresarlas
adecuadamente (como se cita en González, 2014). Cabe señalar que estos
aspectos están relacionados particularmente con una conducta esencial para
alcanzar el bienestar emocional y social: la asertividad, definida como la habilidad
para externar eficazmente emociones y pensamientos propios y de resolver
conflictos, es decir, dentro de un marco de respeto tanto hacia los demás como
hacia uno mismo (como se cita en Osés, Duarte y Pinto, 2016).

3. Método
3.1 Metodología de la observación
En el grupo e 5to año de la escuela primaria Carlos Reyes Avilés, se realizó
un taller titulado “la empatía y conducta prosocial”, el cual estuvo compuesto de
cinco sesión de 50 minutos cada una, dentro de las cuales se utilizaron
actividades para que los alumnos comprendieran la importancia de la empatía, así
como también en qué momentos se podría utilizar. Se observó que los alumnos ya
tenían conocimiento de dichas definiciones, realizaron las diferentes actividades
que se les pedía y ponían atención al programa realizado por nosotras.

3.2 Participantes
El grupo en el que se aplicó la intervención estuvo conformado por 29
alumnos (niños y niñas) de 11 años de edad, que asistían a clases de 5to año en
la escuela primaria general Carlos Reyes Avilés, fueron seleccionados por la
directora de la primaria, teniendo en cuenta (por parte de la directora) que era un
salón la mayoría de los alumnos eran muy participativos.
3.3 Cuadro de diseño de intervención

4. Resultados
Vamos a comenzar la exposición de resultados detallando que cada uno de
los alumnos tenía conocimientos acerca de los temas expuestos, tantos niñas
como niños sabían en qué momento utilizar la conducta prosocial y cómo manejar
la empatía, sin embargo dos de aquellos alumnos aunque tienen dichos
conocimientos preferían no darlo a conocer.
Quisiéramos señalar que los niños fueron más colaborativos que las niñas,
las niñas se mostraron tímidas y poco interesadas en el tema, en cambio los niños
se mostraron atentos y con ganas de participar en las sesiones. Por otro lado, el
objetivo de esta intervención ha sido, por una parte satisfactorio ya que se logró
enriquecer el conocimiento que los alumnos ya tenían así como también se dio a
conocer que saben interactuar y cómo actuar ante diferentes situaciones que se
daban en la escuela; el cómo ayudar y cooperar para que la empatía se logre en
su plantel.

5. Discusión
Respecto a la intervención realizada, y en cuanto a su propósito de realizar
una intervención sobre la empatía, y generar nuevos conocimientos en los
alumnos y brindarles herramientas para llevar a cabo la empatía en su vida diaria,
podemos observar que al concluir el taller impartido los niños se encontraban en
un estado en el cual demostraban de manera notoria valores como respeto y
solidaridad, ya que en comparación con el inicio del taller presentaban mayor
distracción y falta de respeto hacia las personas que estaban frente a ellos como
su autoridad. Además se identificaron factores asociados a la falta de interés por
parte de los alumnos, como son problemas de conducta, problemas familiares,
entre otros.
Como principal resultado obtenido de dicha intervención, se puede decir
que la impartición de talleres a los grupos de educación básica, resulta muy
favorecedor para los alumnos ya que principalmente en los grupos de educación
primaria 5to y 6to podemos encontrar alumnos que comienzan a entrar en la etapa
de la pubertad y presentan problemas de conducta y problemas emocionales, es
por ello fundamental que reciban psicoeducación que les ayude a resolver los
conflictos personales y sociales que se le presenten.
Es importante continuar con la práctica de diversos valores sociales en este
caso de la empatía, realizando talleres dinámicos diseñados bajo un sustento
teórico que respalden la efectividad, considerando diversos factores como la edad
de los alumnos, la situación socioeconómica de la escuela, y de los recursos con
los que se cuentan, para aportar un mayor impacto en los alumnos y generar
aprendizajes significativos que puedan generar un cambio en la sociedad.
6. Bibliografía

● Abal, J., Auné, S., Blum, D., Félix, H. & Lozzia, G. (2014). La conducta
prosocial: Estado actual de la investigación. Perspectivas en Psicología:
Revista de Psicología y Ciencias Afines, 11, 21-33. 2018, mayo 27, de
Redalyc Base de Datos
● Amado, C., Redondo, J., Rueda, S . (2013, noviembre). Conducta prosocial:
Una alternativa a las conductas agresivas. In Vestigium Ire, 4, 234-247
● Araque, L., Builes, I., Caicedo, E., Montoya, D., Osorio, M., Ospina, D.,
Velásquez, C . (2015). Posible relación entre la inteligencia emocional y el
comportamiento prosocial. Universidad de San Buenaventura, Bogotá,
Colombia
● Arriagada, N., Contuliano, D., Dìaz, P. (2014). Estudio comparativo de
niveles de empatía entre niños/as de segundo ciclo, pre-kínder y kínder,
según clima social familiar (Seminario de fin de grado). Universidad Andrés
Bello, Santiago, Chile
● Chaves, L., Muñoz, A. (2013, julio-diciembre). La empatía: ¿un concepto
unívoco?. Katharsis, 16, 123-143. 2018, mayo 25, de Dialnet Base de
datos.
● Escartí, A., Gutiérrez, M., Pascual, C. (2011). Relaciones entre empatía,
conducta prosocial, agresividad, autoeficacia y responsabilidad personal y
social de los escolares. Psicothema, 23, 13-19.
● Garaigordobil, M., García, P. (2006). Empatía en niños de 10 a 12 años.
Psicothema (2), 180-186
● González, S. (2014). Competencias socioemocionales en alumnado de
primaria: Validación inicial de la Escala Sears-C (Tesis de fin de grado).
Universidad de Valladolid, Valladolid, España
● Gordo, V. (2016). Teoría de la mente y empatía. Relación con la aceptación
entre iguales y con la percepción sociométrica (Tesis de fin de grado).
Universidad de Málaga, Málaga, España
● Arán, V., López, M. & Richaud, M. (2014). Empatía: desde la percepción
automática hasta los procesos controlados. Avances en Psicología
Latinoamericana, 32 (1), 37-51
● Mead, G. H. (1934). Mind, self, and society from the standpoint of a social
behaviorist. Chicago: University of Chicago Press.
● Moñivas, A. (1996). La conducta prosocial. Cuadernos de Trabajo Social, 9,
125-142. 2018, mayo 26, de Universidad Complutense de Madrid Base de
datos.
● Ortiz, E. (2014). La empatía como base de la resolución de conflictos (Tesis
de fin de grado). Universidad de Cantabria, Cantabria, España
● Osés, R., Duarte, E., Pinto, M. (2016). Juegos cooperativos: efectos en el
comportamiento asertivo en niños de 6o. grado de escuelas públicas.
REDIE. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 18 (3), 176-186.
● Palomo, A. (1989). Laurence Kohlberg: Teoría y práctica del desarrollo
moral en la escuela. Revista Interuniversitaria de Formación del
Profesorado, 4, 79-90. 2018, mayo 26, de Dialnet Base de datos.
● Padua N., J. (2006). Infancia y educación. Convergencia. Revista de
Ciencias Sociales, 13 (40), 177-187.
● Piaget, J. (1932). El criterio moral en el niño. Barcelona: Fontanella, 1983.
● Roche, R. (1995). Psicología y educación para la prosocialidad. Bellaterra:
Universitat Autònoma de Barcelona
● Sáenz, J. (2017). Promoción de la Empatía en Educación Primaria:
Propuesta de Intervención Educativa (Tesis de fin de grado). Universidad de
Salamanca, Salamanca, España
● Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote. (s.f). Teoría de L. Kohlberg:
“Niveles de razonamiento moral”. 2018, mayo 26, de Universidad Católica
Los Ángeles de Chimbote. Sitio web:
http://files.uladech.edu.pe/docente/32906377/psicologia_del_desarrollo_enf
ermeria/sesion07/Kolhberg.pdf
● Zacarías, X. (2014). Prácticas Parentales, Empatía y Conducta Prosocial en
Preadolescentes (Tesis doctoral). Universidad Nacional Autònoma de
México, Ciudad de México, México
● Vásquez, É. (2017). Estudio de las conductas prosociales en niños de San
Juan de Pasto. Psicogente, 20(38), 282-295.
http://doi.org/10.17081/psico.20.38.2549
7. Anexos:
7.1 Autoevaluaciones

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA


AUTOEVALUACIÓN DE PRÁCTICAS DE CLASE

Nombre: Edith Gisela Vásquez López


Fecha: 26 de mayo de 2018
Materia: Psicología Educativa
Grupo: 471
Grado atendido: 5to año de primaria

Para conocer la opinión sobre tu participación en la práctica de la materia, por


favor, contesta las siguientes preguntas.

1) Describe los valores más importantes que utilizaste en la realización de la


intervención
Respeto, puntualidad, tolerancia.

2) Después de la intervención, explica las habilidades que desarrollaste.


Desarrolle la habilidad de la empatía, pienso que la desarrolle junto con ellos
porque muchas veces no la llevo a cabo aunque si sepa de ella, o simplemente la
olvido y me pasó de largo.

3) ¿Aplicaste lo aprendido previamente de la materia? ¿Qué y cómo lo aplicaste


en la práctica?
Si, aplique la responsabilidad y la tolerancia que nos mostró la maestra que
siempre se debe tener ante clases, el que uno debe mostrar que es la autoridad.

4) Recomendarías a otros estudiantes realizar las prácticas, ¿por qué sí o por qué
no?
Si, porque es muy diferente el estar sentado en clase escuchando cosas (teoría) y
es otra cosa el salir y aplicarlo, el ser parte del aprendizaje que alguien esta
teniendo, así tomas practica.

5) Consideras que la experiencia de intervención, te permitió poner en práctica


valores, habilidades y conocimientos de otras materias, ¿cuáles materias y
contenidos?
La clase de psicología de la excepcionalidad con el hecho de que la maestra nos
enseñó que todos somos iguales y que para que otros aprendan cosas debemos
apoyarnos entre sí.
La clase de técnicas de intervención psicológica con lo teórico.

6) Después de la intervención, explica los cambios en tus actitudes.

7) ¿Consideras que lograste hacer cambios en los alumnos que atendiste? En qué
consistió tu aportación para el cambio.
Pienso que el hecho de siempre ponerles atención cuando querían hablar, el que
los dejara participar y que siempre les dijera que no había respuestas malas les
ayudó mucho porque la primer sesión solo querían participar dos o tres niños, ya
después participaban todos, también con el hecho de recordarles que éramos un
equipo y que entre todos nos apoyariamos.

8) Escribe cualquier comentario que consideres importante, de tu experiencia en la


práctica de clase.
Me parece importante recalcar que esto me sirvió mucho para comprender que me
gusta enseñar a los niños, que me gusta trabajar con ellos y no es porque sea fácil
hablarles o porque siempre pongan atención sino porque todos estos conceptos
se deben aprender desde la infancia y apoyarlos para que continúen y que más
adelante no se les olvide, que los sigan llevando a la práctica.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA
AUTOEVALUACIÓN DE PRÁCTICAS DE CLASE

Nombre: Aragón Ortega Azalea


Fecha: 27 de mayo del 2018
Materia: Psicología Educativa
Grupo: 471
Grado atendido: 5to

Para conocer la opinión sobre tu participación en la práctica de la materia, por


favor, contesta las siguientes preguntas.

1) Describe los valores más importantes que utilizaste en la realización de la


intervención:
El valor más utilizado por mi parte fue el respeto ya que el aula a la que se le
impartió el taller presentaba algunos problemas de conducta y era importante
darles el ejemplo respetando a cada uno de los alumnos, escuchando sus
participaciones etc.
También la tolerancia fue uno de los valores que más utilice, ya que también era
fundamental que los niños vieran ese valor de mi parte para invitarlos a que lo
utilizaran con sus compañeros

2) Después de la intervención, explica las habilidades que desarrollaste.


Personalmente siento que desarrolle la habilidad de hablar frente a un grupo de
niños, tratando de captar su atención.
Así mismo desarrolle mi paciencia y mi flexibilidad ya que al lidiar con niños que
por su naturaleza son inquietos se requiere poseer estas cualidades.

3) ¿Aplicaste lo aprendido previamente de la materia? ¿Qué y cómo lo aplicaste


en la práctica?
Si aplique algunos conocimientos aprendidos en la materia como, por ejemplo,
presentar a los alumnos dinámicas y actividades que generarán aprendizajes
significativos en ellos.
Por otro lado, pude rescatar del paradigma humanista, el dejar que cada niño
expresara con libertad sus emociones, tomando en cuenta que cada uno tiene
diferentes capacidades y maneras de resolver los problemas.

4) Recomendarías a otros estudiantes realizar las prácticas, ¿por qué sí o por qué
no?
Sí, principalmente porque es una experiencia muy enriquecedora para nuestra
formación como psicólogos, independientemente de si la intervención dio o no los
resultados esperados, considero que esta experiencia nos ayuda a reforzar
conocimientos y mejorar nuestras habilidades.

5) Consideras que la experiencia de intervención, te permitió poner en práctica


valores, habilidades y conocimientos de otras materias, ¿cuáles materias y
contenidos?
Si de la clase de proyectos de desarrollo individual, ya que en esa materia
estuvimos viendo temas como la inteligencia emocional y la escucha activa, trate
de transmitir a los alumnos conocimientos donde supieran la importancia de
regular sus emociones.

6) Después de la intervención, explica los cambios en tus actitudes.


Pienso que adquirí una actitud más comprometida con mi profesión ya que pude
darme cuenta del papel tan importante que tiene el psicólogo en la educación de
nuestro país y la importancia de que cada psicólogo esté preparado para enfrentar
los retos que requiere el trabajar con niños ya que no es una tarea fácil, pero se
debe tomar sobre todo con ética y compromiso.

7) ¿Consideras que lograste hacer cambios en los alumnos que atendiste? En qué
consistió tu aportación para el cambio.
Considero que muchos de los niños con los que estuve, comprenden a la
perfección lo que es la empatía incluso son capaces de llevarla a cabo, pero
prefieren seguir siendo niños que no son tolerantes o que tratan mal a los demás
compañeros, por una parte, porque no quieren desencajar de su grupo social,
considero que el tratar de hacer un cambio verdadero es muy complejo, pero no
imposible, probablemente se necesite de más tiempo y de la participación de los
padres de familia. Por otro lado, me quedo satisfecha con mi participación por que
en lo que pude observar algunos niños si trataban de actuar empáticamente con
sus demás compañeros, pienso que lo que pude haber aportado fue tratar de no
ser muy estricta y dejar que se expresaran si hacer prejuicios, además de darles
motivación con frases positivas como “tu puedes” o “que bien te quedo el trabajo”.

8) Escribe cualquier comentario que consideres importante, de tu experiencia en la


práctica de clase.
Considero importante que se sigan realizando este tipo de trabajos para realizar
intervenciones en escuelas, ya que aportan cosas muy positivas a los alumnos y
las personas que imparten el taller adquieren experiencia que les será de mucha
ayuda al momento de egresar de la licenciatura.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA
AUTOEVALUACIÓN DE PRÁCTICAS DE CLASE

Nombre: Dulce Saraí Valles Chávez


Fecha: 27 de mayo de 2018
Materia: Psicología Educativa
Grupo: 471
Grado atendido: 5o

Para conocer la opinión sobre tu participación en la práctica de la materia, por


favor, contesta las siguientes preguntas.

1) Describe los valores más importantes que utilizaste en la realización de la


intervención: Responsabilidad, compromiso y tolerancia.

2) Después de la intervención, explica las habilidades que desarrollaste:


Aprendí a tener paciencia con los niños, pues aunque me agradan no sé cómo
ponerles orden cuando no acatan las instrucciones y eso me angustia.

3) ¿Aplicaste lo aprendido previamente de la materia? ¿Qué y cómo lo aplicaste


en la práctica?
Sí, un aspecto relacionado a la psicología conductista: el refuerzo positivo cuando
los niños participaban en las actividades (dándoles pequeños premios).

4) Recomendarías a otros estudiantes realizar las prácticas, ¿por qué sí o por qué
no?
Sí, especialmente a los interesados en especializarse en la psicología educativa,
supongo que eso sería una especie de entrenamiento al ser la escuela su
escenario principal.
5) Consideras que la experiencia de intervención, te permitió poner en práctica
valores, habilidades y conocimientos de otras materias, ¿cuáles materias y
contenidos?
Técnicas de intervención en psicoterapia e intervención en crisis: Con actividades
de role playing
Psicodinámica de grupos: En los juegos en los que los alumnos participaron, para
una mejor integración del grupo (por ejemplo, las obras de teatro y juegos como
“el aro” y “la tripa”)

6) Después de la intervención, explica los cambios en tus actitudes.


Me volví un poco más paciente y tolerante con los niños.

7) ¿Consideras que lograste hacer cambios en los alumnos que atendiste? En qué
consistió tu aportación para el cambio.
Si, noté que nos tenían más confianza a medida que avanzaban las sesiones.

8) Escribe cualquier comentario que consideres importante, de tu experiencia en la


práctica de clase.
Si bien consideré agradable el haber trabajado con los niños, me parece que me
hizo falta más preparación antes de impartir el taller para poder involucrarme de
una manera más activa en las actividades, pues noté que di muchas menos
instrucciones que mis compañeras a los niños, estuve un poco rígida y no supe
cómo imponer orden en los momentos en que ellos estaban más inquietos.

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