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Alumnos:
● Aragón Ortega Azalea
● Valles Chávez Dulce Saraí 343596
● Vásquez López Edith Gisela 342767
Grupo:
● 471
Maestra:
Martha Esther Ruiz García
1.2 Justificación
Es importante el que se lleve a cabo una intervención que aborde temas
tales como la empatía y la conducta prosocial, dados los beneficios psicológicos,
emocionales y sociales que éstas reportan en los niños, al igual que en personas
de otras edades, tanto para sí mismos como para quienes los rodean.
Con respecto a la empatía, según se cita en Sáenz (2017), contribuye a
forjar mejores relaciones sociales, personales y laborales. Quienes son empáticos
tienden a tener una mayor cantidad y calidad de amistades y a mostrar una mayor
disposición para el trabajo en equipo; en el caso de los niños esto puede aplicarse
de manera que tiendan a tener más y mejores amigos y a ser más colaborativos
en las tareas en equipo en la escuela. Asimismo, a brindar ayuda eficaz a otras
personas y a solicitarla y recibirla cuando es necesario, a experimentar menor
sensación de soledad, a solucionar conflictos de forma asertiva, es decir, sin
recurrir a la violencia pero tampoco a adoptar actitudes sumisas, a alegrarse por el
bienestar de los demás y a ser sensibles con ellos cuando experimentan dolor.
Y con respecto a los beneficios de la conducta prosocial, ésta ayuda a que
el niño interiorice las reglas sociales de manera que logre un mejor ajuste a su
ambiente a través del sentido de responsabilidad individual y social, la cual a su
vez ayuda a ser receptivo y sensible a las necesidades de los demás. Asimismo,
aumenta las posibilidades de obtener éxito social y académico, es decir, de tener
un mejor desempeño interpersonal y escolar. Además mejora la salud psicológica
al promover una mayor autonomía o capacidad de tomar decisiones adecuadas,
organización y autoconfianza (como se cita en Araque et al., 2015). Todo lo
anterior contribuye a la construcción de un favorable clima escolar, el cual es
importante para un sano desarrollo del niño.
1.3 Objetivos
Mediante la intervención se pretende conocer y ampliar la noción de los
alumnos acerca de los conceptos “empatía” y “conducta prosocial” para que
posteriormente los vivencien mediante diversas dinámicas dentro del aula.
Asimismo, concientizarlos acerca de la importancia de regular, aceptar y expresar
sus emociones haciendo uso de la asertividad, una habilidad socioemocional.
1.4 Hipótesis
Nuestra hipótesis fue que la conducta prosocial va de la mano con la
empatía que cada uno de los seres humanos debe tener y debe ser conocida
desde la infancia, que estas conllevan una serie de pasos y debemos, como seres
humanos responsabilizarnos de manera personal y social para que la comunidad
en la que vivimos actúe de manera positiva.
2. Marco teórico
2.1 Empatía: definición e implicaciones
Como se mencionó en un inicio, Arán Filippetti, López y Richaud (2014) la
definen como la destreza de comprender las emociones de otra persona viéndola
como semejante a uno mismo, es decir, considerar que todos los seres humanos
experimentan de una manera similar por ejemplo, la alegría, la tristeza, el enojo,
etc., sin importar las circunstancias bajo las cuales se produzcan. Acorde a lo
anterior, para Ruggieri la empatía es un elemento importante en las esferas
emocional y social, ya que permite responder a estados mentales o afectivos de
otras personas, sea que se perciban de manera directa o se infieran o imaginen,
logrando así ponerse en su lugar.
Garaigordobil y García (2006) sostienen que esta destreza implica tanto
componentes cognitivos como afectivos. De acuerdo con el modelo integrador de
Davis los componentes cognitivos son los siguientes: la toma de perspectiva (el
tratar de entender los motivos y la intensidad o importancia de la situación de la
otra persona así como el contemplar ideas para ayudarle a resolverla) y la fantasía
(el imaginar encontrarse en dicha situación); mientras que los afectivos son la
preocupación empàtica (experimentar estima y compasión por la adversidad del
otro, lo que provoca deseos de auxiliarlo) y el malestar personal (sentimientos de
rechazo a brindarle ayuda y deseos de alejarse de él) (Chaves y Muñoz, 2013). A
mayor medida que se presenten, mayores seràn las posibilidades de manifestar
un comportamiento empático.
Ahora bien, existen varias hipótesis que intentan explicar el origen de la
empatía. Arriagada, Contuliano y Dìaz (2014) citan un estudio de Feshbach y
Bolognini en el cual abordaron 3 teorías sobre este tema. La primera sostiene que
la empatía es una habilidad innata que va gestándose a lo largo de los años
gracias a la influencia de elementos tales como el ambiente, la familia y el nivel
socioeconómico en el que se crece así como la educaciòn recibida; asimismo, que
ha sido altamente útil para la supervivencia de la especie humana. La segunda,
que es aprendida del ambiente en el que se vive y la tercera, que viene de
nacimiento pero que requiere ser fortalecida a lo largo de los años mediante la
educaciòn para así ser capaz de entablar vínculos sanos con las demás personas.
A partir de esto puede apreciarse que no existe un consenso sobre el origen de
esta habilidad.
Con respecto a su desarrollo, de acuerdo a Kohlberg y su teoría del
desarrollo moral dividida en seis etapas secuenciales distribuidas entre los niveles
preconvencional, convencional y posconvencional, la empatía surge a partir de la
tercera etapa denominada como “mutualidad” -que marca el comienzo del nivel
convencional- puesto que es cuando se aprende a ponerse en los zapatos de
otras personas imaginando cómo se quisiera tratado o no y esperando lo mismo
de ellas, después de las primeras dos etapas donde el egocentrismo y el
individualismo caracterizan el comportamiento. Posteriormente, esta habilidad se
refuerza en las restantes 3, donde primero el sistema social influye en la
perspectiva moral, después se procura actuar respetando los acuerdos
establecidos en éste para finalmente, guiarse por normas éticas universales (Ortiz,
2014). Cabe destacar que este proceso empieza alrededor de la adolescencia,
entre los 10 y los 13 años de edad (Universidad Católica Los Ángeles de
Chimbote, s.f.), donde el nivel de razonamiento moral se incrementa para
posteriormente consolidarse en la edad adulta (Palomo, 1989).
Por su parte, Goleman señala que la empatía comienza a desarrollarse
mucho más tempranamente para consolidarse precisamente en esa edad: durante
el primer año de vida el niño imita el comportamiento de otro sin tener conciencia
alguna de las emociones que está experimentando e inmediatamente después y
hasta los 6 años aprenden a distinguir las emociones propias de las ajenas e
intenta reconfortar a quienes se sienten tristes aunque no sepan por qué lo están.
De los 6 a los 10 años adquieren la empatìa cognoscitiva, esto es, la habilidad de
ponerse en la piel de la otra persona y obrar en conformidad con ello y la cual
después pasa a ser abstracta, esto es, esta actitud se extiende a personas que no
pertenecen precisamente al círculo social màs cercano, como los desconocidos
(Ortiz, 2014). Por diferentes que sean estos puntos de vista en cuanto a la edad
de la adquisición de la empatía, ambos coinciden en algo: es en la etapa de la
niñez cuando se construye gracias a la interacción con el ambiente.
En relación a los factores que influyen en la empatía en los niños, estos son
la edad, el sexo, el nivel socioeconómico y la familia: su estructura, el lugar que
ocupan dentro de ella (si son los hijos mayores, los medianos o los menores) y la
crianza que reciben por parte de sus padres. Si los padres se muestran empáticos
con ellos, será más probable que hagan lo mismo con quienes les rodean, que
confíen en sí mismos y se muestren sensatos en sus actitudes (Vásquez, 2017).
Y en lo que a ejemplos de empatía concierne, entre estos están el sentir
ganas de llorar cuando se ve a alguien llorar o tristeza cuando se encuentra a
alguien enfermo (Garaigordobil y Garcìa, 2006), así como el verse afectado por las
emociones de los amigos -por ejemplo, el miedo- y el comprender la felicidad de
cuando uno de ellos tiene éxito en cierta tarea (Gordo, 2016). Todos estos
ejemplos corresponden a la empatía de tipo afectivo excepto el último -que
corresponde a la de tipo cognitivo- y se pueden experimentar por personas de
todas las edades, incluyendo a los niños. De hecho, Vásquez (2014) menciona
ejemplos relacionados por parte de estos últimos, tales como intentar animar con
palabras agradables a sus madres cuando ellas están tristes y sentir pena por un
niño maltratado por uno de sus compañeros, además de denunciar al agresor con
su profesora.
3. Método
3.1 Metodología de la observación
En el grupo e 5to año de la escuela primaria Carlos Reyes Avilés, se realizó
un taller titulado “la empatía y conducta prosocial”, el cual estuvo compuesto de
cinco sesión de 50 minutos cada una, dentro de las cuales se utilizaron
actividades para que los alumnos comprendieran la importancia de la empatía, así
como también en qué momentos se podría utilizar. Se observó que los alumnos ya
tenían conocimiento de dichas definiciones, realizaron las diferentes actividades
que se les pedía y ponían atención al programa realizado por nosotras.
3.2 Participantes
El grupo en el que se aplicó la intervención estuvo conformado por 29
alumnos (niños y niñas) de 11 años de edad, que asistían a clases de 5to año en
la escuela primaria general Carlos Reyes Avilés, fueron seleccionados por la
directora de la primaria, teniendo en cuenta (por parte de la directora) que era un
salón la mayoría de los alumnos eran muy participativos.
3.3 Cuadro de diseño de intervención
4. Resultados
Vamos a comenzar la exposición de resultados detallando que cada uno de
los alumnos tenía conocimientos acerca de los temas expuestos, tantos niñas
como niños sabían en qué momento utilizar la conducta prosocial y cómo manejar
la empatía, sin embargo dos de aquellos alumnos aunque tienen dichos
conocimientos preferían no darlo a conocer.
Quisiéramos señalar que los niños fueron más colaborativos que las niñas,
las niñas se mostraron tímidas y poco interesadas en el tema, en cambio los niños
se mostraron atentos y con ganas de participar en las sesiones. Por otro lado, el
objetivo de esta intervención ha sido, por una parte satisfactorio ya que se logró
enriquecer el conocimiento que los alumnos ya tenían así como también se dio a
conocer que saben interactuar y cómo actuar ante diferentes situaciones que se
daban en la escuela; el cómo ayudar y cooperar para que la empatía se logre en
su plantel.
5. Discusión
Respecto a la intervención realizada, y en cuanto a su propósito de realizar
una intervención sobre la empatía, y generar nuevos conocimientos en los
alumnos y brindarles herramientas para llevar a cabo la empatía en su vida diaria,
podemos observar que al concluir el taller impartido los niños se encontraban en
un estado en el cual demostraban de manera notoria valores como respeto y
solidaridad, ya que en comparación con el inicio del taller presentaban mayor
distracción y falta de respeto hacia las personas que estaban frente a ellos como
su autoridad. Además se identificaron factores asociados a la falta de interés por
parte de los alumnos, como son problemas de conducta, problemas familiares,
entre otros.
Como principal resultado obtenido de dicha intervención, se puede decir
que la impartición de talleres a los grupos de educación básica, resulta muy
favorecedor para los alumnos ya que principalmente en los grupos de educación
primaria 5to y 6to podemos encontrar alumnos que comienzan a entrar en la etapa
de la pubertad y presentan problemas de conducta y problemas emocionales, es
por ello fundamental que reciban psicoeducación que les ayude a resolver los
conflictos personales y sociales que se le presenten.
Es importante continuar con la práctica de diversos valores sociales en este
caso de la empatía, realizando talleres dinámicos diseñados bajo un sustento
teórico que respalden la efectividad, considerando diversos factores como la edad
de los alumnos, la situación socioeconómica de la escuela, y de los recursos con
los que se cuentan, para aportar un mayor impacto en los alumnos y generar
aprendizajes significativos que puedan generar un cambio en la sociedad.
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7. Anexos:
7.1 Autoevaluaciones
4) Recomendarías a otros estudiantes realizar las prácticas, ¿por qué sí o por qué
no?
Si, porque es muy diferente el estar sentado en clase escuchando cosas (teoría) y
es otra cosa el salir y aplicarlo, el ser parte del aprendizaje que alguien esta
teniendo, así tomas practica.
7) ¿Consideras que lograste hacer cambios en los alumnos que atendiste? En qué
consistió tu aportación para el cambio.
Pienso que el hecho de siempre ponerles atención cuando querían hablar, el que
los dejara participar y que siempre les dijera que no había respuestas malas les
ayudó mucho porque la primer sesión solo querían participar dos o tres niños, ya
después participaban todos, también con el hecho de recordarles que éramos un
equipo y que entre todos nos apoyariamos.
4) Recomendarías a otros estudiantes realizar las prácticas, ¿por qué sí o por qué
no?
Sí, principalmente porque es una experiencia muy enriquecedora para nuestra
formación como psicólogos, independientemente de si la intervención dio o no los
resultados esperados, considero que esta experiencia nos ayuda a reforzar
conocimientos y mejorar nuestras habilidades.
7) ¿Consideras que lograste hacer cambios en los alumnos que atendiste? En qué
consistió tu aportación para el cambio.
Considero que muchos de los niños con los que estuve, comprenden a la
perfección lo que es la empatía incluso son capaces de llevarla a cabo, pero
prefieren seguir siendo niños que no son tolerantes o que tratan mal a los demás
compañeros, por una parte, porque no quieren desencajar de su grupo social,
considero que el tratar de hacer un cambio verdadero es muy complejo, pero no
imposible, probablemente se necesite de más tiempo y de la participación de los
padres de familia. Por otro lado, me quedo satisfecha con mi participación por que
en lo que pude observar algunos niños si trataban de actuar empáticamente con
sus demás compañeros, pienso que lo que pude haber aportado fue tratar de no
ser muy estricta y dejar que se expresaran si hacer prejuicios, además de darles
motivación con frases positivas como “tu puedes” o “que bien te quedo el trabajo”.
4) Recomendarías a otros estudiantes realizar las prácticas, ¿por qué sí o por qué
no?
Sí, especialmente a los interesados en especializarse en la psicología educativa,
supongo que eso sería una especie de entrenamiento al ser la escuela su
escenario principal.
5) Consideras que la experiencia de intervención, te permitió poner en práctica
valores, habilidades y conocimientos de otras materias, ¿cuáles materias y
contenidos?
Técnicas de intervención en psicoterapia e intervención en crisis: Con actividades
de role playing
Psicodinámica de grupos: En los juegos en los que los alumnos participaron, para
una mejor integración del grupo (por ejemplo, las obras de teatro y juegos como
“el aro” y “la tripa”)
7) ¿Consideras que lograste hacer cambios en los alumnos que atendiste? En qué
consistió tu aportación para el cambio.
Si, noté que nos tenían más confianza a medida que avanzaban las sesiones.