Está en la página 1de 2

Relación entre pensamiento y lenguaje

El lenguaje es el medio que usamos para expresarnos, para comunicar nuestros


pensamientos y también para recibir, analizar, criticar y compartir los pensamientos de
otros, por lo cual es absolutamente necesario para que ocurra el proceso de socialización.
Sin el lenguaje el pensamiento nos quedaría para nosotros, y sería muy simple, pues es en
la intercomunicación como conocemos las grandes elaboraciones que ha hecho y sigue
haciendo el hombre a través de su larga historia.

Teorias del pensamiento y lenguaje:

 Chomsky expresó un pensamiento innatista con respecto a la adquisición del


lenguaje, que se produce para él de modo espontáneo, pudiéndose hacer poco
para mejorarlo desde la educación. Piaget en posición similar no cree que el
contexto influya mucho en la adquisición del lenguaje. Bruner sin negar la
afirmación de Chomsky, asegura que además, el contexto social es crucial en la
adquisición del lenguaje, ya que para que el niño tenga una relación activa con su
entorno social e ingrese a la cultura, necesita del lenguaje, que le permita objetivar
la realidad y significarla de modo colectivo. El lenguaje actúa amplificando el
pensamiento, ya que madura con antelación y prepara a la mente para la
representación simbólica.

 Vygotski también cree que el lenguaje precede al pensamiento y es vital para su


desarrollo, el que crecerá en relación directamente proporcional al lenguaje
abstracto con el que se cuente.

Whorf también ha propuesto una teoría que relaciona pensamiento y lenguaje
pero que destaca la dependencia del pensamiento respecto al lenguaje. Esta
postura, denominada determinismo lingüístico, afirma que todos los procesos
superiores de pensamiento dependen del lenguaje, ya que el lenguaje
determina el pensamiento. Cuanto más amplio y rico sea un lenguaje, mejor
será el desarrollo cognitivo de sus hablantes. Junto al determinismo lingüístico,
Whorf propuso también la existencia de un relativismo lingüístico: si el lenguaje
determina el pensamiento, entonces los hablantes de diferentes lenguas
también interpretarán el mundo de manera diferente. En otras palabras, los
hablantes interpretamos nuestras experiencias según el nombre que podemos
ponerles. Whorf sugirió que el uso continuado de una particular categorización
lingüística puede, en algún punto, afectar también en el modo en que los
hablantes categorizan el mundo incluso cuando no están hablando.

¿Es posible el pensamiento sin lenguaje?

¿Qué es imprescindible para que lleguemos a ser seres humanos plenos? ¿Lo
que llamamos nuestra humanidad depende en parte del lenguaje? ¿Qué nos pasa si
no logramos aprender ningún lenguaje? ¿Se desarrolla el lenguaje de modo
espontáneo y natural o es preciso el contacto con más seres humanos?
Un medio de investigar estos temas es el estudio de seres humanos privados de
lenguaje, pero para investigar el papel fundamental del lenguaje no hay que estudiar
su pérdida tras haberlo aprendido sino los casos en que no se ha aprendido siquiera.
Es por esto que la mayoría de las investigaciones se centran en el estudio de niños
sordos prelocutivos que no han tenido contacto alguno con el lenguaje.

Susan Goldin-Meadow (2003) defiende que el pensamiento no depende del


lenguaje y por lo tanto es anterior a este. Esta conclusión se basa en el estudio de
personas que no han tenido exposición alguna a ninguna lengua convencional, como
es el caso de los niños sordos, hijos de padres oyentes que deciden dar a sus hijos
una educación oralista y no usan la lengua de signos. Goldin-Meadon sostiene que el
pensamiento de estos individuos no ha tenido la posibilidad de ser modelado por el
lenguaje y sin embargo son capaces de comunicar ideas. Como resultado, cualquier
categoría que expresen revela pensamientos que no dependen del lenguaje, por lo
tanto se puede afirmar que sí existe pensamiento sin lenguaje.

El neurólogo británico Hughlings-Jackson sostenía que no hablamos ni pensamos


sólo con señas o palabras, sino con señas y palabras que se relacionan unas con
otras de un modo concreto. Sin una adecuada interrelación de sus partes, la expresión
verbal sería una mera sucesión de nombres, un montón de palabras, que no formarían
proposición alguna. No sólo hablamos para decir a otros lo que pensamos, sino
también para decírnoslo a nosotros mismos, por lo que el habla es una pieza del
pensamiento.

También podría gustarte