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Cómo afecta la ciencia, la técnica y la cultura a la forma como el hombre se define

así mismo a través de la antropología filosófica.

R//: Diferentes perspectivas o corrientes de conocimiento, han definido al hombre o

tienen una visión de lo que es dentro de un marco especifico. Teniendo en cuenta la
historia, el estudio filosófico del ser humano elaborado a lo largo de los siglos y
actualmente; ha construido que el propio individuo se defina, se cuestione quien es,
porque lo es y cómo pudo llegar a ser lo que hoy en día es, todo esto dentro de
posibilidades reales, racionales y no arcaicas u falsas. Por ello el hombre se escuda en la
antropología filosófica como herramienta de descubrimiento a la curiosidad que él tiene
sobre sí mismo y otros seres humanos. La antropología para plantear respuestas
contundentes estudia el conocimiento del ser humano por medio de su cultura,
costumbres, mitos, creencias, normas y valores que guían y estandarizan su
comportamiento como miembro de un grupo social; estudia esto desde conclusiones
extraídas de la observación, la experiencia y la interacción con personas.

Sin embargo, no solo la estudia y la comprende a través de la cultura si no que también

utiliza la ciencia como un método objetivo, lógico y sistemático para analizar una serie de
manifestaciones que atestiguan la presencia del hombre, a partir de la acumulación de
conocimiento fiable. Solo la antropología es la ciencia capaz de desatar los nudos
entrelazados y ofrecer explicaciones a los acontecimientos cercanos al hombre, a su
cultura y a la sociedad en general; por ello es claro que el hombre la utiliza para definirse.

La antropología tiene un objeto de estudio cambiante (el hombre), y su laboratorio es

también particular, un lugar cambiante tanto en el espacio como en el tiempo
(Naturaleza); por ello se ayuda de disciplinas alternas y variadas como la lógica que
comprende las matemáticas, la epistemología que se ocupa de las circunstancias
históricas, psicológicas o sociológicas; la metafísica que trata del estudio de los aspectos
fundamentales de la realidad. Teniendo en cuenta estas y la transferencia de

Andrea Bandera
Ashley Hueto
María José Martínez
Isabella Rentería
Mariana Vega
conocimientos científicos/técnicos tenemos que son indispensables y de gran vitalidad
para la búsqueda de respuestas efectivas en el proceso de la investigación del fenómeno:
hombre.

El método científico apenas tiene unos 400 años de vida y su aplicación sistemática al
pensamiento y conducta humana tiene tan sólo 150. Aristóteles insistió en que el
conocimiento debe basarse en la experiencia y que las conclusiones sobre casos generales
deben basarse en la observación de casos más limitados. Pero Aristóteles no abogó por
la acumulación objetiva desinteresada de conocimiento fiable. Además, al igual que
Aristóteles, todos los estudiosos hasta el siglo XVII se apoyaron en conceptos metafísicos,
tales como el alma, para explicar los fenómenos observables. Incluso en el siglo XIX los
biólogos aún hablaban de las “fuerzas vitales” como un modo de explicar la existencia de
la vida.

De igual forma en la edad Contemporánea se abre espacio a una amplia diversidad de

corrientes que proponen una visión sobre lo que es el hombre. Una corriente muy fuerte
surgida en la Edad Contemporánea para tratar el tema del hombre es el personalismo.
Esta corriente filosófica busca poner el énfasis en el significado del ser personal del
hombre y su apertura constitutiva hacia los demás. Parte de la segunda formulación del
imperativo categórico kantiano según el cual la persona se debe tratar como un fin y
nunca como un medio. En los últimos años, algunos intelectuales de Latinoamérica han
analizado esta temática, tal como nos explica el antropólogo ecuatoriano Daniel Xavier
Calva Nagua (2013): "la mezcla de filosofía y de antropología, es el caldo de cultivo
perfecto para la investigación socio humana, dos grandes disciplinas académicas que se
parecen tanto, pero que estudian a su manera a la humanidad, juntas intentan darnos
una mejor concepción del ser humano, no solo como un ser racional o como un ser biótico,
sino como un ente que ama, que siente, que forja su destino".

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